piedad pública o privada, están sujetos a una limitación en su uso que obliga a la propiedad a solicitar permiso ante cualquier obra,

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1 Maqueta ART. ARCO_Texto Adasa 21/02/13 14:02 Página 27 La excavación piedad pública o privada, están sujetos a una limitación en su uso que obliga a la propiedad a solicitar permiso ante cualquier obra, modificación, venta, etc. que se desee hacer con el bien. Estas limitaciones se consideran propias de la Administración y responden a un modelo de gestión del Patrimonio Cultural que, siguiendo a Querol (Querol Fernández, M. A., tecno El Patrimonio Histórico y arqueológico en el Estado español se considera de dominio público y, aunque se presentan diferentes modelos de gestión particulares, en última instancia es la Administración la que los regula en el ámbito nacional y de acuerdo a las competencias de las distintas Comunidades Autónomas. Los bienes arqueológicos, sean de pro- 2010) identificamos en sus objetivos de: conocer, planificar, controlar y difundir. Las distintas técnicas aplicadas de investigación arqueológica pertenecen al ámbito del conocer; éstas son: las prospecciones, los controles de movimientos de terrenos y las excavaciones arqueológicas que suponen diferentes grados de intervención sobre el bien. Todas ellas necesitan de una planificación, especialmente en cuanto al ámbito que queremos tratar aquí que son las actuaciones preventivas provocadas por un proyecto de obra. La planificación no responde exclusivamente a la lógica de la investigación sino que ha sido una reclamación insistente del ámbito de la promoción de obras debido a que estas técnicas suponen también diferentes grados de intervención en los proyectos de construcción en sus dos fases principales que son la de estudio y la de ejecución. ambiente 27 Jaime-Max MAGARIÑOS SÁNCHEZ Gerente ARCO SERVICIOS DE ARQUEOLOGÍA

2 tecno ambiente 28 Enterramiento infantil en urna, Toledo. En la fase de ejecución del proyecto de obra se suelen llevar a cabo todos los capítulos que conciernen a los movimientos de terrenos, bien propios que se rea lizan con medios mecánicos o bien arqueológicos, que no se consideran como propios, y que se caracterizan por ser, fundamentalmente, manuales. Este aspecto suele ser percibido por los promotores como un condicionante costoso, tanto desde el punto de vista del tiempo invertido, como del de la inversión económica, en relación con los metros cúbicos de terreno removido que son los parámetros habituales para valorar los plazos de ejecución cuando se están moviendo terrenos. Una vez ejecutada la fase de estudios, y acotados los márgenes de las posibles excavaciones arqueológicas, éstas se suelen acometer bien de forma previa a la ejecución del proyecto o de manera paralela a los trabajos propios de obra, haciéndose una adaptación de los tiempos y realizando las necesarias reservas de terreno para los trabajos arqueológicos. El área sujeta a excavaciones suele ser un porcentaje de terreno reducido respecto a la superficie total. Esto posibilita avanzar con la mayor parte de la obra para, una vez liberado el terreno, concluir la ejecución puntualmente, ya que en un porcentaje muy alto las excavaciones cumplen el objetivo principal de documentar suficientemente un yacimiento y pocas veces se resuelve la conservación del mismo o mucho menos su exposición a la vista, por lo que muy frecuentemente, una vez excavado el yacimiento, su área puede ser ocupada por las edificaciones o infraestructuras. En el caso de que se determine conservar determinadas estructuras se procede a su tapado con medios apropiados y se puede construir sobre rasante mediante terraplén. Una solución habitual es disponer sobre él zonas verdes que, en principio, tenían otra localización, lo que supone una modificación del proyecto de obra. La técnica de excavación arqueológica La excavación arqueológica de un yacimiento es una de las técnicas que se pueden aplicar para el conocimiento de la actividad humana en un sitio determinado. Como medio de investigación es complementaria de otras técnicas que se pueden secuenciar como acciones previas: la prospección visual superficial o las prospecciones geofísicas de carácter no destructivo, y de forma particular el control de movimientos de terrenos. La excavación tiene como fin la recuperación sistemática de datos arqueológicos a través de la exhumación de sitios, estructuras y artefactos, y puede encontrar su justificación como resultado de la puesta en práctica de un proyecto de investigación con hipótesis de trabajo (excavación sistemática) o como resultado de la aplicación de la legislación correspondiente en materia de protección del Patrimonio Histórico (excavación de urgencia). Supone siempre la destrucción de un patrimonio limitado que va desapareciendo, por lo que la evidencia recuperada debe ser registrada adecuadamente, de tal manera que permita la reconstrucción del yacimiento mediante un registro sistemático. Habitualmente la excavación de un sitio difícilmente será total, máxime cuando está sujeta a los condicionantes impuestos por un proyecto de obra civil en el marco de una intervención de urgencia. Las operaciones básicas de una excavación se pueden resumir en: la identificación de unidades estratigráficas y el levantamiento de los estratos, las diversas formas de documentación, la recogida de artefactos y muestras naturales, y la eventual conservación de estructuras o reservas de parte de áreas del enclave arqueológico. La excavación es una técnica privilegiada de conocimiento arqueológico que proporciona información intensiva sobre las actividades humanas en un lugar determinado. Esta información ha de ser normalizada para posibilitar lecturas interpretativas. De esta manera una excavación tiene como objetivos básicos: la adscripción cronocultural del yacimiento en sus distintas fases, la identificación de actividades humanas que se hayan podido desarrollar en él, y la identificación de procesos culturales y naturales que caracterizan al sitio como yacimiento geoarqueológico.

3 Finalmente, la información recogida ha de ser contrastada dentro del estado actual de nuestros conocimientos para un territorio, periodo histórico, o aspecto de la cultura humana identificada, para lo que se ofrecen distintas opciones o tendencias teóricas que se concretan en distintos paradigmas científicos y que se reflejan en la memoria de excavación. La estrategia de excavación en área A la hora de planificar una excavación se pueden adoptar diferentes estrategias de acuerdo a las posibles características del yacimiento o a los distintos momentos de su identificación y delimitación. Así, se puede poner en práctica la realización de sondeos, zanjas y cortes o se puede afrontar el trabajo dentro de un área general, previamente delimitada y que en muchos casos se ve restringida por el diseño y delimitaciones impuestas por un proyecto de obra en el caso de una intervención de urgencia. En este caso se acomete la excavación de la totalidad de la superficie delimitada, para lo cual se suele realizar una primera retirada de la capa vegetal superficial, resultado de procesos deposicionales naturales y, en muchos casos, alterada por la actividad humana reciente como pueden ser las labores agrícolas. Realizada esta fase previa quedan a la vista los niveles arqueológicos superiores del yacimiento que, tras su análisis, posibilitan afrontar la excavación dentro de contextos arqueológicos identificados inicialmente. Método: excavación por estratos geoarqueológicos Este método tiene ya una larga tradición y se contrapone y, en algunos casos se complementa, con la excavación por niveles artificiales (Wheeler, M., 1995; Laplace, G., 1971). Hay que distinguir, en cuanto a su origen formativo entre: estratos naturales y estratos antrópicos. Esta clasificación hace referencia, fundamentalmente, al origen de los depósitos arqueológicos que, de manera sistemática, se retirarán siguiendo una cronología inversa a su proceso de formación. Junto a ellos hay que tener en cuenta otros elementos relacionados secuencialmente con los depósitos y que son las estructuras que habitualmente se conservan durante la excavación o se desmontan ocasionalmente para la excavación de niveles inferiores en el caso de yacimientos complejos con distintas y muy marcadas fases de ocupación. Sistema: Harris Carandini De manera generalizada en la actualidad se suele afrontar la excavación arqueológica siguiendo el sistema de documentación normalizado expuesto inicialmente por los arqueólogos Edward C. Harris y Andrea Carandini (Harris, E., 1991; Carandini, A., 1997) y que ha sido adoptado por la comunidad arqueológica aportando, en muchas ocasiones, Proceso de excavacioń del yacimiento del Cerro de la Cruz, Cuenca. tecno ambiente 29

4 sentido se deben aplicar tres criterios de sucesión para una unidad de estratificación: unidades que la cubren, unidades a las que cubre y unidades con las que se puede correlacionar. Tipos de UE Exhumacioń de un enterramiento, Toledo. Los estratos como depósitos. Un depósito, sea antrópico o natural se define por los siguientes atributos: una cara o superficie original, un contorno en su delimitación horizontal, un relieve de la superficie, un volumen y una masa. Los estratos como estructuras verticales. Presentan los mismos atributos que los depósitos. tecno ambiente 30 adaptaciones puntuales resultado de la reflexión de la práctica y dando respuesta a casos particulares. Como sistema asume una serie de presupuestos teóricos y metodológicos que hace que podamos hablar de un verdadero método de excavación y se ha mostrado como un instrumento muy eficaz dentro de los procesos de investigación arqueológica. Como elementos destacados de las aportaciones de este sistema a la práctica arqueológica se pueden enumerar: asunción del método de excavación por estratos geoarqueológicos, desarrollo del concepto de Unidad Estratigráfica (UE), como unidad de análisis y registro, sistematización del registro y documentación de la información generada, y aplicación de unas técnicas para el análisis interno de la formación del yacimiento en cuanto a secuencia cronocultural. Inicialmente, Harris distingue tres tipos de UE a las que se aplican unas leyes fundamentales de la estratigrafía arqueológica: Ley de superposición. En una serie de estratos y elementos interfaciales en su estado original, las unidades de estratificación superiores son más recientes y las inferiores son más antiguas. Exhumacioń de una urna cineraria, Toledo. Ley de horizontalidad original. Cualquier estrato arqueológico depositado de manera no sólida tenderá hacia la posición horizontal o se adaptará a la cuenca de deposición preexistente. Ley de continuidad original. Todo depósito arqueológico o todo elemento interfacial estará delimitado originalmente por una cuenca de deposición. Ley de sucesión estratigráfica. Una unidad de estratificación arqueológica ocupa su lugar exacto en la secuencia estratigráfica de un yacimiento mediante el contacto físico con las unidades inferiores y superiores. En este Las interfacies como unidades de estratificación. Esta es una de las aportaciones más novedosas del sistema expuesto ya que es fundamental para la identificación de los procesos de formación y modificación que haya sufrido el yacimiento y es aplicable a una variedad de elementos materiales. Así, hay que tener en cuenta su presencia en los estratos horizontales y en los estratos verticales (generalmente muros). Por otro lado, aplicada a la secuencia del yacimiento en general hay que contemplar la definición de interfacies de pe-

5 Trabajos de laboratorio. riodo e interfacies de destrucción. Las interfacies propias de un estrato, como parte integrante e inseparable del mismo; no se registran como UE independiente. Interfacies de destrucción como estratos en sí. No ocurre lo mismo con las interfacies de destrucción que conforman por sí mismas una UE pudiendo presentarse en estratos horizontales (por ejemplo, truncamiento de un muro) o en estratos verticales (por ejemplo, fosas, pozos, zanjas, tumbas, postes, etc.). Grupos Estratigráficos (GG.EE.). Este concepto, aportado por autores posteriores, está fundamentado en la experiencia de campo para hacer más operativo el registro. Puede definirse como el conjunto de UE que muestran una relación física y lógica entre ellas, de tal manera que no es satisfactorio registrarlas sólo de forma individual y autónoma, sino que se hace necesario referirse a las demás y al conjunto que forman para comprender adecuadamente cada una de ellas. Los GG.EE. suelen aplicarse a conjuntos cerrados de análisis como puedan ser silos, tumbas, unidades domésticas, estructuras murarias complejas, etc. Proceso de excavacioń del yacimiento del Cerro de la Cruz, Cuenca. De la metodología de excavación expuesta más arriba podemos extraer una conclusión fundamental en lo que respecta a la relación entre el arqueólogo y el promotor de obras, y es que una excavación arqueológica es costosa en tiempo y en recursos económicos directos e indirectos, derivatecno ambiente 31

6 Proceso de excavacioń del yacimiento del Cerro de la Cruz, Cuenca. dos de los ajustes que frecuentemente la obra ha de realizar en su ejecución o de los inesperados resultados e implicaciones que pueda acarrear las excavaciones. Como ya expusimos en este mismo medio (TecnoAmbiente, 229, pp: 41-44) para analizar la casuística generada en la relación entre arqueología y obras públicas hay que considerar factores relativos a medios y tiempos disponibles en un contexto de urgencia, y los presupuestos deontológicos de ambas partes. Los ajustes realizados en estos factores están muy condicionados por las relaciones contractuales entre arqueólogo y constructor ya que de forma habitual la administración competente autoriza los trabajos de excavación sin entrar en estas consideraciones. La Administración, casi exclusivamente, sólo impone dos condiciones de forma expresa: una la relativa al procedimiento administrativo y es que no se ejecuten trabajos sin autorizaciones en vigor, y otra relativa a la supuesta independencia metodológica del director de los trabajos que debe justificar mediante un proyecto de actuatecno ambiente 32 ción razonado los presupuestos metodológicos con los que ha de actuar, a veces con la salvedad de restricciones en el uso de medios mecánicos en las excavaciones. La Administración también puede intervenir para controlar el desarrollo de los trabajos con la finalidad de valorar su ajuste a estándares implícitos y de orientar los trabajos en caso de valorarse la necesidad de reajustes en las estrategias generales de intervención. Partiendo de esta situación de inicio, es el arqueólogo el que tiene que implementar todos los medios para la ejecución de los trabajos en el contexto de la arqueología de urgencia donde predominan las relaciones contractuales de las partes, muy matizadas éstas por la libertad de contratación y por la libre competencia entre proveedores de estos servicios particulares. Quizá esta sea una de las características propias del modelo de gestión español y de otros países del ámbito meridional europeo. Creemos que esta cuestión ha de ser objeto de reflexiones futuras, máxime en la actual coyuntura de crisis económica que también se re- fleja en el sector y que nos devuelve un panorama de continuo deterioro de las condiciones de trabajo cuando la competencia afecta de forma desregulada a los recursos económicos o a las condiciones de trabajo en un panorama de estándares de calidad no explícitos (Parga-Dans, E., 2010). Bibliografía Carandini, A Historias en la tierra. Manual de excavación arqueológica. Crítica. Barcelona. Harris, E Principios de estratigrafía arqueológica. Crítica. Barcelona. Laplace, G De l application des coordones a la fouille etratigraphique. Revista Munibe, año XXII, n.º 2/3 1971: San Sebastián Donostia. Parga-Dans, E I encuesta nacional dirigida a empresas de arqueología. Informe de resultados. CSIC. Madrid. Querol Fernández, M.ª Á Manual de gestión del Patrimonio Cultural. Akal. Madrid. Wheeler, M Arqueología de campo. FCEE. Madrid.