CONCLUSIONES DEL FORO LA SEGURIDAD ENERGÉTICA DE MÉXICO

Transcripción

1 CONCLUSIONES DEL FORO LA SEGURIDAD ENERGÉTICA DE MÉXICO Una de las consecuencias del desarrollo es el incremento en la demanda de energía. De hecho, algunas sociedades contemporáneas exhiben una gran voracidad en el consumo energético. Naturalmente, esto provoca una presión considerable sobre los recursos necesarios para desarrollar las diferentes etapas que se requieren para producir energía de manera confiable, esto es: la planeación, el diseño, la construcción, la generación, la transmisión y la distribución. La energía en la naturaleza se manifiesta de muy diversas maneras. Actualmente, la energía eléctrica es la forma más versátil para el uso humano. Se puede producir a partir las manifestaciones primarias de la energía que existen en el planeta. Algunas de ellas son renovables, y resultan de la energía que se recibe del sol. Tal es el caso de la eólica, la hidráulica, la de las mareas y la solar propiamente dicha. El uso de las energías renovables para generación de electricidad posee la ventaja de no producir emisiones de gases de efecto invernadero. Las energías primarias no renovables producen electricidad a través de la combustión de hidrocarburos y carbón, lo cual si contribuye significativamente a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Adicionalmente se cuenta también con la posibilidad de emplear uranio enriquecido para, mediante un proceso de fisión nuclear, generar electricidad. Asimismo es posible generarla empleando los gases emitidos como resultado de la descomposición de desechos orgánicos. Cada una de las formas primarias de energía tiene asociado un potencial de generación. Por otra parte, también implican distintos costos por unidad de energía producida. La decisión de cuáles tipos de energía primaria emplear se sustenta en consideraciones de orden geopolítico, social, económico y ambiental. A lo anterior deben añadirse, de manera notable, consideraciones de seguridad nacional. El incremento en la demanda y las restricciones que existen para la producción y transmisión de energía eléctrica, hacen necesario establecer un nuevo paradigma energético, que incluya los aspectos de interconexión, disminución de la dependencia de fuentes externas y el aprovechamiento de energías alternas. El marco rector de dicho paradigma ha de ser la seguridad energética de nuestro país.

2 La seguridad energética implica el adecuado manejo de riesgos asociados con la ocurrencia de fenómenos naturales extraordinarios, problemas sociales, restricciones económicas y fallas operativas. Diversas instancias han cuestionado recientemente el porcentaje de reserva que se tiene en el sistema eléctrico nacional. No obstante, las bajas temperaturas que ocurrieron en el pasado mes de febrero provocaron la salida de varias centrales, lo cual, en los hechos, redujo la reserva a tan sólo 200 MW. Debe señalarse que gracias a la interconexión de la red eléctrica del país se pudo sortear esta emergencia de manera satisfactoria. A México no le conviene la parálisis que provoca el enfrentamiento de posturas polarizadas en materia energética derivadas, por un lado, de un nacionalismo a ultranza y, por el otro, del dogma económico del mercado. Es necesario un debate objetivo que permita definir una visión de Estado y políticas públicas que se materialicen en la seguridad y sustentabilidad del abasto energético para todos los mexicanos. Al respecto, deben discutirse tanto el papel del Estado como el de la iniciativa privada nacional y extranjera en el desarrollo de esquemas energéticos. Esto debería derivar en reformas legislativas que permitan garantizar el desarrollo energético que el país requiere. El logro de la seguridad en materia de energía no sólo implica un balance energético adecuado, sino que se sustenta en la confiabilidad de cada uno de los aspectos involucrados en el abasto de electricidad: planeación, proyecto y construcción, generación, transmisión y distribución. El crecimiento del parque de generación debe estar sustentado en una visión estratégica que contemple diversos escenarios futuros, así como el uso de distintas tecnologías. La confiabilidad de la generación descansa en el abasto seguro de combustibles, por lo que es necesario suscribir contratos de largo plazo e implementar las acciones necesarias para la adquisición y transporte de estos insumos a las centrales generadoras. Resulta evidente que debe privilegiarse el análisis, la prueba y la implementación de esquemas que redunden en el incremento de la eficiencia. Al respecto, el uso de ciclos combinados basados en el empleo de gas natural y vapor han demostrado que es viable producir electricidad con eficiencia, a costo atractivo y con emisiones reducidas. El costo del gas natural ha disminuido, en contraste con lo que ha ocurrido con el petróleo. A lo anterior ha contribuido la posibilidad de extraer grandes cantidades del denominado shell gas. No obstante lo anterior, los altos precios del petróleo han provocado que Pemex privilegie su producción en detrimento de la de gas

3 natural. En ese sentido, sería deseable que la CFE asumiere el reto de ampliar la red de transporte de gas y contemplare la construcción de centrales de cogeneración en las refinerías de Pemex. Los compromisos asumidos por el país en materia de producción limpia de electricidad hacen necesario seguir impulsando el desarrollo de proyectos hidroeléctricos, eólicos, solares y de aprovechamiento de biomasa. Dos características atractivas de la hidroelectricidad son su rápida sincronización y la posibilidad de almacenar energía, por lo que sería conveniente considerar esquemas de rebombeo que aprovechen formas intermitentes de energía como la eólica. Por otra parte, el potencial hidroeléctrico del país aun no ha sido completamente aprovechado. Al respecto, sería recomendable que la CFE construya los 60 proyectos hidroeléctricos identificados a nivel de factibilidad. El debate indispensable del papel que puede tener el aprovechamiento de la energía nuclear no debe posponerse. El reciente sismo de magnitud extraordinaria ocurrido en Japón y el tsunami generado por el mismo han dejado importantes lecciones. En efecto, quedó demostrado que es posible construir edificaciones e instalaciones que resistan grandes terremotos. Sin embargo, también se evidenció que las centrales eléctricas que carecen de redundancia en la operación de sus elementos críticos no son seguras. La tragedia de Fukushima ha provocado nuevas dudas y preocupaciones en México y el resto del mundo acerca del posible desarrollo de nuevas centrales nucleares. No obstante, tomando en cuenta el potencial de todas las formas primarias de energía, no es posible desechar a priori la nucleoelectricidad como una de las opciones viables para el desarrollo energético del país y el logro de la seguridad nacional en la materia. De hecho, ciertos desarrollos tecnológicos recientes para el aprovechamiento de uranio harían pensar que existen reservas planetarias de dicho elemento que serían suficientes para suministrar energía al mundo durante varios milenios. Se puede plantear la analogía entre un sistema eléctrico y un organismo humano. Al respecto, el objetivo del desarrollo de sistemas inteligentes debería ser la emulación del sistema inmunológico. En otras palabras, un sistema eléctrico será más inteligente en la medida en que cada uno de sus componentes tenga la capacidad de sanarse a sí mismo cuando se detecta alguna anomalía en su funcionamiento. Algunos retos adicionales que se pueden identificar como resultado de las discusiones llevadas a cabo en el marco del foro, son los siguientes: Énfasis en la planeación a largo plazo.

4 Mejoramiento de herramientas de planeación a través del uso de modelos de optimización y de simulación. Estimación de costos de falla y suspensión del servicio. Monitoreo en tiempo real de los activos del sistema eléctrico. Impulso a la implementación de redes inteligentes. Mejoramiento de los esquemas de control supervisorio y adaptivo. Impulso de la producción distribuida. Impulso a las prácticas de consumo inteligente, incluyendo el autoconsumo. Interconexión con Estados Unidos y Centroamérica. Evaluación del impacto el uso futuro de automóviles eléctricos en la demanda de energía base durante periodos nocturnos. Aprovechamiento de la geotermia avanzada o de roca seca. Impulso a los esquemas de captura y secuestro de bióxido de carbono. Desarrollo y adopción de esquemas de ciberseguridad. Pronóstico de efectos de eventos hidrometeorológicos en los distintos componentes del sistema eléctrico. Tendencia a cero fallas. Detección de robo de energía. Minería de datos para la emisión de alertas tempranas basadas en el uso de árboles de decisión. Evaluación de riesgos y sus impactos. Impulso al uso de sincrofasores integrados que permitan el muestreo de información a tasas altas. Mejoramiento de herramientas de visualización. Esquemas híbridos de inteligencia centralizada y distribuida para la detección y aislamiento de fallas. Robustez de sistemas de telecomunicaciones. Reducción de costos operativos. Medición inteligente. Mantenimiento centrado en la confiabilidad y el incremento de la eficiencia. Reducción de tiempos de interrupción y de restauración del servicio. Medición de frecuencias de interrupción. Impulso a la implementación del concepto de organización inteligente. Diversificación del portafolio de energéticos primarios. A lo anterior debe añadirse de manera destacada el impulso a la investigación y la innovación tecnológica, particularmente en el desarrollo e implementación económica y eficiente de formas alternas de producción de energía. Al respecto, resulta indispensable estar atentos al curso que sigan la fusión nuclear, las celdas de hidrógeno y el uso de materiales avanzados e inteligentes.

5 Asimismo, es necesario tener presente que las escuelas de ingeniería se ocupan de las primeras fases en la formación de ingenieros, mismas que deben ser complementadas por la capacitación en el trabajo y la educación continua. En ese sentido, sería conveniente impulsar la vinculación de las instituciones educativas y de investigación con la CFE y la industria eléctrica nacional, a través de la multiplicación de proyectos que atiendan las necesidades de los usuarios de las innovaciones, así como la realización de estancias de verano para estudiantes y estancias sabáticas de profesores e investigadores. También resulta relevante fomentar el diálogo academia-cfe-industria para que los planes de estudio de carreras de ingeniería incorporen los conocimientos y el desarrollo de capacidades necesarios para la práctica profesional, así como la cultura autodidacta, que permita a los ingenieros adaptarse a los cambios tecnológicos. Finalmente, es importante cobrar conciencia de que la capacitación en el trabajo es indispensable para la conservación de la memoria institucional. Al respecto, resulta urgente atender la problemática asociada con el reemplazo de ingenieros que se jubilan en la CFE, en vista de las restricciones impuestas a la disponibilidad de plazas. Los retos identificados han de constituir el cimiento de un debate continuo en el seno de la Academia, que nos permita contribuir al logro de la aspiración plasmada en el título de este foro: La Seguridad Energética de México.