Por Jeun Martineuti, Notario de Montreal, Canadá.

Transcripción

1 EL NOTARIADO LATINO EN CANADA Por Jeun Martineuti, Notario de Montreal, Canadá.

2 INTRODUCCION Canadá cuenta con una población de 22 millones de habitantes que vive principalmente en las orillas de la frontera canadienseamericana; con un territorio inmenso, dividido en 10 provincias entre las cuales solamente Québec tiene una población ( ) mayoritariamente francoparlante con un Código Civil inspirado en el código francés y un notariado de tipo latino. Hay actualmente en la provincia de Québec, 2700 notarios de tipo latino, lo cual significa un notario cada habitantes. No existe ningún cupo ni limitación en cuanto al número de notarios. Dado que la población de Québec es,poco activa y que cada año egresan de las escuelas de formación profesional 160 nuevos notarios, resulta evidente que a este ritmo en poco tiempo habrá superpoblación notarial, lo cual obligará a los notarios a acumular varias funciones y a descuidar el constante y profundo estudio de muchas legislaciones nuevas. No se puede en nuestros tiempos permitirse ser notario de tiempo parcial dada la complejidad y cantidad de leyes y reglamentos. Otras características de nuestro notariado: 1. Contamos con un Colegio Notarial, único y bien organizado, una secretaría, un centro de documentación e investigaciones y un servicio de inspección. 2. Actualmente el notario de Québec debe obligatoriamente hacer durante 3 años un curso de derecho y tener un año de formación profesional en una universidad reconocida. 3. Está instituido de por vida y tiene competencia en toda la provincia de Québec, es decir tiene libertad para ejercer su profesión donde quiera y cuando quiera; debiendo solamente informar al Colegio Notarial el cambio de su domicilio profesional. 4. Cada vez hay más mujeres notarios, aunque las mismas son aún minoría; la población notarial es en su mayoría joven.

3 5. Nuestros documentos notariales son protocolares (la regla) o extraprotocales (la excepción). 6. La economía de nuestra ley sobre el notariado está fundada en el ejercicio individual de la profesión; son varios los notarios que la ejercen en sociedad ya sea de medios o real, pero todo notario, siempre y en todo lugar, debe firmar con su nombre solamente los actos que autoriza así como también poseer un repertorio y un índice de los actos protocolizados y un sello con su nombre solamente. En las otras provincias canadienses, en su mayoría angloparlantes, no existe el notariado de tipo latino a excepción de Colombia canadiense en donde existe una categoría de juristas que tienen alguna similitud con el notario de tipo latino. Nuestros documentos son la mayor parte de las veces redactados en lengua francesa y otras en lengua inglesa que al menos hay que saber leer. No se puede ser abogado y notario al mismo tiempo. El eventual entorpecimiento de la profesi& es uno de nuestros problemas y no es exactamente el actual gobierno de Québec (que favorece la libre competencia y que a cualquier precio quiere proteger al consumidor) el que va a tener la iniciativa de limitar el número de notarios. Sin embargo sostenemos que al limitar el número de notarios a alrededor de habitantes por notario, está en juego el interés público. Otros problemas nos acosan: el arancel, la competencia de profesiones similares, etc. POR UN NUEVO ORDEN Son numerosos los problemas que actualmente acosan al no tariado de Québec. Consideraremos algunos que tienen entre ellos una verdadera afinidad. Luego examinaremos el régimen jurídico de las sociedades de notarios que en Francia, son titulares de un registro; para luego evaluar las posibilidades en nuestro país, de introducir un sistema semejante. La implantación (controlada por el Colegio Natural) en todo el territorio de notarías permanentes, integradas obligatoriamente

4 por varios notarios y practicantes jes una solución, al menos parcial a nuestros problemas? Esta es la pregunta que se nos hace y que es necesario considerar sin rodeos. Están en juego la calidad de nuestros servicios profesionales y nuestra supervivencia. Demasiados notarios insuficientemente preparados, entorpecen la profesión. He aquí una dura e indiscutible verdad. Actualmente la duración de la formación profesional es demasiado corta. Ella debería extenderse un año más, es decir seis meses adicionales a la Universidad y seis meses más de prácticas en una notaría. No debería permitirse más lanzar repentinamente a la práctica de la profesión a un licenciado en derecho que nunca ha visto una matriz y que jamás ha pisado un estudio de notarios. Un director de la carrera de derecho notarial de una de nuestras universidades, no vacila en afirmar "Somos conscientes de que nuestros diplomados en derecho notarial no están estrictamente preparados para el ejercicio de la profesión". Y, por otra parte, jcómo podría ser de otra manera? Con la rápida evolución de nuestro derecho fundamental y la enorme masa que constituyen nuestras leyes estatutarias, jse puede verdaderamente creer que en 4 años -en 8 trimestres más precisamente- un joven de 17 o 18 años, egresado del CGEP está en condiciones de asimilar todo el caudal necesario para enfrentarse a las transacciones cada vez más complejas y sofisticadas que tienen lugar hoy en día? Por otra parte, los jóvenes notarios recién egresados de la Universidad, admiten esto de buena gana: se sienten desprovistos, necesitan ser encaminados. Por eso se impone, y rápido, la práctica en una notaría de todo aspirante al notariado. En segundo lugar este futuro notario deberá aprender la práctica de su oficio en calidad de practicantes. Otro problema relacionado con el anterior es el obstáculo creciente de la profesión. Se,hn nuestra ley orgánica, corresponde al Colegio Notarial, más precisamente al Consejo Directivo garantizar la formación profesional (art. 93) exigiendo rendir un examen a todo aquél que posea un diploma de formación profesional (art. 113). Sin embargo, no existe ningún texto que limite el número de notarios. En casi todos los grandes notariados latinos y, particularmente en Europa, existe un cierto impedimento. No así en Québec en donde el número de notarios está subor-

5 dinado a la capacidad de ingreso de las Universidades. Esto significa en la práctica que si las 5 universidades que imparten la teoría jurídica y las 4 universidades que procuran la formación profesional no soportaran las compulsas presupuestarias o si otra universidad o escuela estuviese autorizada para impartir la enseñanza profesional, habría en poco tiempo en Québec no sólo un notario cada 2400 habitantes, sino 2 o 3. Esto resultaría excesivo y nocivo no s610 para los notarios que estarían obligados a acumular funciones lo cual implica consagrar menos tiempo a su profesión, sino también para los consumidores, quienes forzosamente recibirían servkios de menor calidad por parte de los medio-practicantes que están continuamente en la búsqueda, a través del territorio de Québec de un lugar seguro para su registro y para su subsistencia. Existe un tercer problema, el de la libertad ilimitada de que gozan los notarios de Québec para instalarse dónde quieren y cuándo quieren (art. 30 L.N.). Desde 1972 la competencia de un notario no se limita a un lugar preciso. Nuestra ley no fija ya la residencia de los notarios como su número. O sea una competencia territorial ilimitada que puede conducir fácilmente a una implantación desordenada de las notarías y a la dispersión de los registros lo que terminará por inquietar a los clientes que deberán estar en la búsqueda de su notario y de sus convenciones. A fin de encontrar una solución a los problemas mencionados anteriormente, que por otra parte no son los únicos, es necesario reflexionar un momento, discutir, analizar las experiencias ajenas para que surjan rápidamente ideas nuevas, un plan directivo. QUE SON ESAS SOCIEDADES TITULARES DE UN REGISTRO? Como descendientes directos del notariado francés, es natural que nos inclinemos hacia Francia para conocer primero la naturalaa y funcionamiento de las sociedades titulares de un registro, para luego analizar las posibilidades de adaptación de lo que fue para nuestros colegas franceses una innovación jurídica. De los comentarios realizados en el Juris-Classeur. Formulaire Notarial, por E. Balme, practicante, y de la correspondencia in-

6 tercambiada con notarios asociados, surgen las siguientes informaciones y comparaciones: 1. La-ley programática del 29 de noviembre de 1966 fue la que permitió a los miembros de las profesiones liberales y no sólo a los notarios, modernizar sus métodos y prácticas para adaptarlas a la era de la asociación. 2. El 2 de octubre de 1967 se decretó un reglamento que establecía en forma detallada la aplicación de dicha ley por parte de los notarios. 3. La sociedad civii titular de un registro es una persona jurídica, propietaria de todas las matrices, archivos y del equipamiento. Los notarios asociados son sólo propietarios de las partes sociales que pueden ceder. 4. Los asociados tienen, en todos los casos, el título de notario asociado, excluyendo el de notario. Cada asociado ejerce las funciones de notario en nombre de la sociedad, autorizando y recibiendo en nombre de la misma todos aquellos actos y contratos a los que las partes deban o quieran conferir autenticidad. 5. La sociedad titular de un registro no debe confundirse con una sociedad de notarios que permite a cada asociado continuar siendo titular de su registro obligándolo a llevar un repertorio de los actos que autoriza. Aquí en Québec llamamos "sociedad real" a esta asociación de notarios que permite a cada asociado ser propietario de sus' protocolos. 6. La sociedad titular de un registro no es tampoco la sociedad de medios, que nosotros llamamos aquí "sociedad nominal", y que sólo tiene por objeto facilitar a cada uno el ejercicio de su actividad reagrupando los servicios de secretaría, documentación y a veces de gestión. 7. Antes de que esta ley fuese adoptada en Francia, parecía que el ejercicio de la profesión en forma individual se tornaba cada vez más difícil, por la amplitud y diversidad de conocimientos jurídicos qiie implica. Pronto se tomó conciericia de que la especialización de las tareas, la modernización y el desarrollo de los equipamientos debían pasar por la formación de estas nuevas sociedades, personas morales titulares de un registro y propietarios del estudio. Los demás tipos de sociedades siguen siendo permitidos pero resulta evidente, según testimonios que hemos recibido, que esta

7 nueva forma de sociedad cuenta cada vez más con el apoyo de nuestros colegas franceses. UN MODELO PARA COPIAR? Ciertamente no es cuestión de copiar esta ley francesa de 1966 así como el reglamento correspondiente, sino inspiramos en ellos. El derecho de presentación, el consentimiento del ministro, la competencia territorial, por ejemplo, no significan nada en Québec, pero el ejercicio colectivo de la profesión, el aunar conocimientos y la reunión de equipamientos deben, como sucede en Francia, impulsamos a salir de los senderos seculares y de nuestro individualismo proverbial. Nuestra ley sobre el notariado, fundada en el ejercicio individual, exige al notario llevar un repertorio de los actos protocolares (art. 19), a tener su sello particular (art. 21) y a cerrar el documento con su firma agregando la palabra notario (art. 40 y 44) y prohibe sobre todo a dos o varios notarios asociados firmar como su razón social los actos que reciben (art. 49), mientras que en Francia, como ya hemos visto, en las nuevas sociedades titulares de un registro los asociados tienen en todos los casos el titulo de notario asociado y todos los actos se autorizan en nombre de la sociedad. El repertorio único y el sello de cada asociado indica su título de notario asociado. Por lo tanto toda la economía de nuestra ley orgánica debe ser modificada si queremos tomar de la ley francesa algunos de sus elementos. Felizmente la revisión de nuestra ley notarial está en curso y debería permitir luego de su aprobación por parte del Consejo Profesional la creación de nuevas sociedades titulares de un registro. Incluso leyendo algunos artículos de nuestro Código, se puede aún dudar de que la sociedad sea una persona jurídica o. una persona moral común. No sucede lo mismo en $rancia en donde en el primer párrafo del art del Código Civil se lee: "Las sociedades distintas de las sociedades de participación previstas en el artículo 111 gozan de personalidad moral a partir de su inscripción". En su informe a la Oficina de Revisión del Código Civil, el Comité del contrato de sociedad recomienda ampliar la noción

8 de sociedad para incluir en ésta toda agrupación de personas que tenga por objeto la obtención de un beneficio en común y propone un articulo que establece claramente: "la sociedad posee personalidad civil". Además el Comité sugiere se suprima la diferencia existente entre sociedades civiles y sociedades comerciaks ya que tanto unas como otras tienen por objeto la ganancia o el beneficio. Por qué, -se pregunta el Comité- los acreedores de una sociedad que se dice civil, por ejemplo una sociedad de abogados, deberían estar menos protegidos que los de una sociedad comercial? Por otra parte el proyecto de ley número 106 (ley que reforma el Código Civil de Québec en lo concerniente al derecho de las personas) reconoce o confirma que las personas morales de derecho privado y de derecho público: a) poseen personalidad jurídica (art. 317); b) son diferentes en lo que hace a sus miembros, sus actos sólo comprometen a las sociedades, salvo excepciones (art. 319); c) poseen toda la capacidad necesaria para ejercer sus derechos pudiendo realizar y compartir beneficios (art. 321). En particular, el art. 323, que se aplica a sociedades civiles titulares de un registro, establece que las personas morales "pueden también obtener beneficios de las economías que resulten de la puesta en común de bienes, conocimientos o actividades o bien satisfacer necesidades económicas y sociales comunes mediante la explotación de una empresa". A modo de conclusión, sólo nos queda esperar que sea instaurado a la brevedad un nuevo orden de las cosas a través de las siguientes medidas: 1. Moderar el programa de la carrera de derecho notarial, extendiendo la formación profesional un año más que comprenda una práctica obligatoria de seis meses en una notaría, luego de lo cual el diplomado pasaría a ser durante un tiempo practicante habilitado para realizar ciertos actos como recibir la firma de los acreedores en los préstamos y recibos. 2. Establecimiento, primero facultativo y luego obligatorio, bajo control y vigilancia del Colegio Notarial, de sociedades titulares de un registro que además de la oficina principal podrían tener otras accesorias que reunirían a juristas y medios que el ejercicio de la profesión individual no permite. 3. Fijación periódica eventual de la cantidad de registros y

9 del número de notarios en cada registro de acuerdo al número de habitantes, a la actividad económica, con el fin de dividir todo el territorio de Québec y proporcionar a la población servicios de calidad a través de especialistas bien preparados. No se trata de consolidar privilegios y de tener un estatuto especial, menos aún permitirnos navegar "pacífichente en las aguas de un estanque preservado para siempre de las tempestades de la competencia", sino de asegurar un servicio en condiciones que satisfagan a todos. El interés público exige que tomemos en cuenta esta idea de las sociedades titulares de un registro, aprovechando la experiencia francesa.