"Libro Verde" de la Comisión Europea sobre la lucha contra la obesidad en Europa: contribución del CPME

Transcripción

1 TRADUCCIÓN 1 CPME 2006/020 Def. "Libro Verde" de la Comisión Europea sobre la lucha contra la obesidad en Europa: contribución del CPME Aprobado por el Consejo del CPME. Bruselas, 11 de marzo de 2006 El Comité Permanente de Médicos Europeos (CPME) acoge favorablemente la iniciativa de la Comisión Europea sobre la prevención del sobrepeso, la obesidad y las enfermedades crónicas afines. El CPME está muy preocupado por el crecimiento constante de la obesidad en la UE, sobre todo entre los niños, e intenta encontrar soluciones para invertir esta tendencia. El "Libro Verde" analiza profundamente el problema y trata cuestiones fundamentales, algunas controvertidas, a las que es difícil responder de manera científica. UNIR LAS FUERZAS CONTRA LA OBESIDAD Estamos totalmente de acuerdo en que la naturaleza multifactorial del problema exige una respuesta pluripartita para resolverlo. Por otra parte, somos de la opinión que es preferible prevenir la obesidad a largo plazo que esperar a que este problema crezca para tratarlo. No es preciso decir que ninguna medida aislada es realmente eficaz a la hora de modificar comportamientos, aunque se trate de campañas informativas, 1 Traducción efectuada por el Departamento de Relaciones Internacionales del Consejo General de Colegios Médicos. 1

2 educativas, de cambio de etiquetado, se modifiquen los precios o de campañas de sensibilización. Por ello, es primordial combinar todas las herramientas disponibles para tener más posibilidades de cambiar los comportamientos en la dirección deseada. Tras una campaña de sensibilización se aprecian cambios de comportamiento. Pero, cuando acaba la campaña o el estudio, los hábitos vuelven a ser los de antes rápidamente. Por esa razón, es indispensable acordarse de que las medidas de lucha contra la obesidad deben ser planteadas a largo plazo, por un periodo de al menos 10 o 20 años, y ser evaluadas tantas veces como sea posible con criterios científicos para disponer de una información mejor sobre lo que es eficaz o no. Se puede sensibilizar al público en general y a cada grupo particular dirigiendo mensajes específicos a los diferentes grupos. Uno de los valores añadidos que puede aportar la UE es animar y ayudar a los Estados miembros a luchar contra la obesidad. EL CONSUMIDOR INFORMADO Hoy en día hay un verdadero interés por una dieta sana, la actividad física y la prevención de la obesidad. Por lo cual nos alegramos. El CPME considera que una información objetiva puede facilitar la difusión de las campañas de prevención. Para evitar la confusión de los consumidores, es conveniente dar un mensaje claro y simple, con una cobertura mediática amplia. Existen multitud de ejemplos de campañas sobre estilos de vida sanos dentro y fuera de la UE que pueden servir de modelo y de base para otros. Si dichas campañas son patrocinadas por la industria alimentaria, el mensaje debe ser objetivo y no tener ninguna influencia comercial. El marketing social debe usarse para dar información a los consumidores sobre qué es una dieta sana, qué y cuánto deben beber, y cómo cocinar saludablemente; así como lo importante que es comer regularmente. Los medios de comunicación deben utilizarse, también, para difundir mensajes positivos capaces de animar y de informar a la población sobre la importancia de la actividad física, dando consejos concretos para mejorar el estado físico de todo el mundo. Las etiquetas de los alimentos deben informar sobre el perfil nutricional de manera comprensible detallando la cantidad de grasa, azúcar y sal de los productos. El CPME sugiere recurrir a un código de color. También está a favor de la postura del Consejo que recomienda que se reinstauren los perfiles nutricionales en la propuesta legislativa sobre alegaciones de propiedades saludables, una iniciativa que ha apoyado activamente el CPME, y que ahora ruega al Parlamento Europeo 2

3 que la apruebe. El CPME también defiende el uso de dispositivos sencillos como un código de color en las etiquetas de los alimentos. En cuanto al tema de añadir vitaminas y minerales, el CPME considera que debe imponerse la prudencia, ya que esto puede anular la recomendación de una alimentación sana, plantear cuestiones de seguridad alimenticia y sembrar la confusión en el consumidor. Las campañas de información y de sensibilización no deben perder de vista que es primordial no estigmatizar a las personas vulnerables recurriendo a métodos que puedan empeorar los trastornos alimenticios. CENTRARSE EN LOS NIÑOS, EN LOS JÓVENES... Según el CPME, el objetivo más importante a la hora de luchar contra la obesidad en Europa son los niños y los jóvenes. Los hábitos adquiridos durante la infancia y la adolescencia perduran en la edad adulta. Los niños y los jóvenes tienen hábitos alimenticios similares a los de los adultos y consumen demasiada grasa, azúcar y sal, con carencias, por otra parte, en fibra y vitaminas, frutas y verduras. Además, suelen beber y comer más azúcar que los adultos. Todas las guarderías y colegios deberían ofrecer diariamente a los niños/alumnos una comida sana y gratuita que incluya frutas, verduras y zumos o agua, dejándoles tiempo suficiente para consumirlos en un comedor adecuado o un sitio similar. Se debería pedir a los comedores escolares que sirvieran/vendieran comida y bebidas sanas con precios razonables y reducir la cantidad de alimentos no saludables. Todos los escolares deberían tener al menos una hora de actividad física diaria. Se les debería proponer un gran abanico de actividades alternativas. El colegios es el mejor lugar para inculcar buenos hábitos alimenticios, también deberían dar educación culinaria. Cualquier comunicación o enseñanza destinada a los niños y a los adolescentes debería dirigirse también a los padres. Éstos deben ser informados y se les debe enseñar a preparar comidas equilibradas y a servir bebidas sanas. Por otra parte, también hay que recordar a los niños y a los padres la importancia de comer regularmente y de desayunar todos los días. Convendría decir a los niños, a los adolescentes y a sus padres que es necesario equilibrar las actividades de ocio activas y pasivas. Se deberían hacer campañas a favor de ir a clase andando. 3

4 También campañas defendiendo dietas y estilos de vida equilibrados específicos para cada categoría de edad. Hacer que los alimentos sanos resulten atractivos para los niños y los adolescentes es un verdadero desafío. Por ejemplo, las botellas de agua podrían estar decoradas a la moda, etc. Los gobiernos deben fomentar la construcción a gran escala de instalaciones deportivas destinadas, sobre todo, a los niños y los adolescentes, que deberían participar en la planificación de las actividades escolares y de ocio de sus comunidades locales. También se deberían construir carriles bici seguros. La UE debería plantearse seriamente si convendría limitar/prohibir la publicidad de alimentos y bebidas poco saludables dirigida a niños por debajo de una determinada edad. En cualquier caso, dicha publicidad debería reducirse considerablemente. Si no es así, la legislación debería tomar cartas en el asunto. La publicidad destinada a los niños debe ser controlada por un organismo sin ningún tipo de interés comercial. Y LOS GRUPOS SOCIOECONÓMICOS VULNERABLES Como señala el "libro verde", modificar los hábitos de las personas que viven en zonas desfavorecidas es un desafío especial. Bajar el precio de los alimentos sanos y poner a disposición actividades físicas a buen precio podría ser lo más conveniente para este grupo. Los niños podrían influir en los comportamientos a través de mensajes difundidos en los colegios o por su médico local, u otro profesional sanitario. Por lo general, los grupos socioeconómicos más frágiles cambiarán de comportamiento más tarde que los demás grupos sociales. Estos grupos sociales necesitan una mayor atención y más información. Habría que realizar estudios concretos para comprender cómo llegar mejor a estos grupos y optimizar/acelerar los cambios de comportamiento. PARA UN ENTORNO SANO La información y la educación tendrán una repercusión limitada en el cambio de hábitos si no se toman medidas medioambientales que faciliten la aplicación de los conocimientos nuevos. Acceso a una comida sana Se debería poder obtener, y a un precio razonable, comida sana, como frutas y verduras, así como bebidas sanas con poco contenido en azúcar, en tiendas, escuelas, lugares de trabajo, etc. También deberían tomarse medidas para bajar 4

5 el precio de los productos sanos, quizá en perjuicio de los productos menos saludables. Una solución sería subvencionar las frutas y verduras para garantizar unos ingresos a los productores y bajar los precios a los consumidores. Acceso a instalaciones deportivas También es importante ofrecer a los ciudadanos más posibilidades de realizar las actividades físicas que les gusten. La UE debería animar a los gobiernos nacionales a promover la implantación a gran escala de instalaciones deportivas para todas las edades. Los gobiernos, los colegios y los lugares de trabajo deberían recomendar que se vaya a pie o en bicicleta al colegio o al trabajo. Por otra parte, se deberían construir pistas de bicicleta en las zonas rurales. El lugar de trabajo también puede fomentar un estilo de vida sano vendiendo comida sana a precios razonables en los comedores, proponiendo que se beba agua potable, organizando actividades deportivas o fomentando la inscripción en gimnasios, etc. Estas medidas podrían reducir el número de bajas laborales y ser fomentadas a través de una colaboración entre los responsables laborales y los gobiernos. EL PAPEL DE LOS SERVICIOS SANITARIOS Los sistemas sanitarios primarios y secundarios pueden desempeñar un papel fundamental en la prevención y el tratamiento del sobrepeso y la obesidad, de diferentes maneras. El sistema sanitario debe disponer de los recursos económicos adecuados para poder llevar a cabo esta importante, pero exigente, labor. Es necesaria la educación, la formación e incentivos para que el sistema sanitario funcione lo mejor posible en beneficio de la lucha contra el sobrepeso y la obesidad. El CPME considera que los médicos pueden y deben desempeñar un papel importante, tanto actuando como modelos, como tratando el problema de la obesidad cuando sea necesario, y dando consejos sobre los cambios necesarios en los estilos de vida. Los trabajadores sanitarios pueden, igualmente, colaborar en las posibles acciones e investigaciones. El CPME y sus miembros se comprometen firmemente a ayudar en la lucha contra la obesidad en el seno de la UE. Unir las fuerzas es la mejor manera de progresar y es en eso en lo que el CPME considera que la UE tiene mucho que decir. 5