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3 EDITORIAL El CONSEP acaba de realizar una importante investigación sociocultural sobre los centros de atención a usadores de drogas. Es preciso reconocer que en las cuatro últimas décadas, el tema de las drogas ha copado buena parte de la atención de las naciones, sobre todo a causa de la guerra emprendida contra las sustancias y también contra sus consumidores. No es posible guerra alguna que pueda permanecer en silencio puesto que ambos bandos en litigio deben decir de sí mismos, de sus derechos e incluso de sus bondades. Este es el encuadre en que el que se realizó la presente investigación a los eufemísticamente denominados centros de tratamiento para usador de drogas o, más directamente, para drogadictos. Instituciones que, en principio, han sido aceptadas por la comunidad que ha visto en ellas una suerte de tabla de salvación para el problema de los chicos y muchachas usadores de drogas. El principio que gobierna la relación familia-centro no tiene que ver con los referentes teóricos, éticos y jurídicos del centro sino con la realidad de los usos y, sobre todo, con los imaginarios sobre el horror y terror de la adicción. Esa adicción social que aparece incluso con el primer bareto y a veces con el único, casi siempre compartido entre varios. Es, pues, el fantasma de las drogas, de la adicción y de las imágenes que se han socializado sobre los extremos a los que llegan, supuestos y reales adictos, el que motiva la búsqueda de estos centros y, al mismo tiempo, su permanencia en el tiempo social. Esta posición de la sociedad ante las drogas ha terminado legitimando la presencia de los centros sin que se haya producido un análisis preciso de las condiciones físicas, pero sobre todo éticas y profesionales de quienes crean y manejan los centros. Al mismo tiempo, esta suerte de despreocupación y de cierto abandono a las circunstancias ha permitido que los centros actúen desde su propia iniciativa e incluso al margen de la ley y de toda ética. Editorial Es notable la casi ausencia de profesionales capacitados y de la abrumadora presencia de ex -consumidores a cargo de estos centros y que creen que la experiencia de las drogas crea ciencia para tratar a otros usadores, lo que realmente importa es que, en su mayoría, quienes están ahí no lo hacen por su propia voluntad o por un deseo específico de cambio. Muchos han sido llevados en contra de su voluntad y permanecen ahí como en una suerte de cárcel. Para conocer por dentro a estos centros, se realizó esta investigación que utilizó a informantes calificados como el medio estratégico para la obtención de la mejor información posible. Los informantes, hombres y mujeres, hablaron con libertad, más que de su propia experiencia, de lo que era el centro en el que fueron internados. El informe se basa en los testimonios de aquellos que vivieron esa realidad en el mismo tiempo. Por lo tanto, se trata de un saber que se construye desde una fuente altamente calificada pues tiene que ver con las vivencias personales y grupales. Como toda realidad en la que está de por medio la privación de la libertad, estos centros conservan cierto parentesco con las cárceles. Primero, porque un porcentaje muy significativo ha sido internado en contra de su deseo y, segundo, porque nadie puede salir cuando desee sino cuando los autodenominados tratantes o los dueños lo deciden. Incluso la organización física externa e interna mantiene las características carcelarias. De suyo, no existe ninguna realidad social ajena a las éticas. Las nuevas generaciones no cesan de construir realidades comunicacionales que difieren radicalmente de gran parte de lo que vivieron las anteriores. En general, la relación de ciertos usadores con las drogas está muy alejada de ciertas percepciones, quizás propositivamente tergiversadas, según las cuales las sustancias forman parte necesaria de su vida, sin que ello implique que los usos sean necesariamente conflictivos. 1

4 Datos de interdicción primer trimestre del 2013 Durante el primer trimestre del 2013, se detuvo a un total de 89 personas por tráfico de drogas. El mayor número de detenciones se produjo en las provincias de Guayas y Pichincha. GRÁFICO 1: Porcentaje de personas privadas de libertad por TRÁFICO de drogas por provincia (%) CARCHI 9% LOJA 4% OTRAS 15% GUAYAS 42% PICHINCHA 30% Durante el mes de enero, se detuvo a 29 personas, en el mes de febrero a 30 y durante el mes de marzo también a 30. Respecto de las personas privadas de libertad en la provincia de Pichincha, hay que señalar que en este primer trimestre, el mayor número de detenciones se produjo en el mes de febrero. En cambio, en ese mismo mes, en Guayas se observa una disminución en el número de detenciones. GRÁFICO 2: Tendencia del número de personas privadas de libertad por TRÁFICO de drogas GUAYAS PICHINCHA ENERO FEBRERO MARZO

5 DATOS DE INTERDICCIÓN PRIMER TRIMESTRE DEL 2013 En el primer trimestre del año, personas fueron privadas de libertad, acusadas de tenencia de drogas. La mayor proporción de personas privadas de libertad se encuentran en las provincias de Guayas y de Pichincha a las que corresponde el 40% del total de detenciones. GRÁFICO 3: Porcentaje de personas privadas de libertad por TENENCIA de drogas, por provincia (%) 22% GUAYAS OTRAS 50% 18% PICHINCHA 5% 5% EL ORO MANABÍ En lo que corresponde a cada mes del primer trimestre, en enero se detuvo a 349 personas, en febrero a 363 y a 381 en el mes de marzo. En el caso de la provincia de Pichincha, se observa una disminución sostenida en la cantidad de personas privadas de libertad durante este trimestre. Mientras que en la provincia del Guayas, se observa un sostenido crecimiento durante el mes de febrero. GRÁFICO 4: Tendencia del número de personas privadas de libertad por TENENCIA de drogas GUAYAS PICHINCHA ENERO FEBRERO MARZO 3

6 En el primer trimestre del año se detuvo a un total de 143 menores de edad por delitos relacionados con drogas. El mayor porcentaje de detenciones se presenta en las provincias del Guayas y Pichincha. GRÁFICO 5: Porcentaje de MENORES AISLADOS por drogas por provincia (%) OTRAS 42% GUAYAS 29% BABAHOYO 6% 10% 13% PICHINCHA IMBABURA Durante el mes de enero se detuvo a 59 menores, en febrero a 44 y en marzo a 40. El número de menores detenidos en la provincia de Imbabura presenta un decrecimiento sostenido durante el trimestre. El número de menores privados de libertad en la provincia de Pichincha se ha mantenido, mientras que en Guayas el número disminuyó en el mes de febrero y se incrementó levemente en el mes de marzo. GRÁFICO 6: Tendencia del número de MENORES AISLADOS por drogas 18 GUAYAS PICHINCHA IMBABURA ENERO FEBRERO MARZO

7 DATOS DE INTERDICCIÓN PRIMER TRIMESTRE DEL 2013 Durante el primer trimestre de este año se incautó un total de 3.961,72 kg de clorhidrato de cocaína. La mayor proporción de incautaciones se produjo en la provincia del Guayas y en la ciudad de Manta. GRÁFICO 7: Porcentaje de COCAÍNA incautada por provincia (%) OTRAS 11% IMBABURA 6% PICHINCHA 10% GUAYAS 51% MANTA 22% En el mes de enero, se incautaron 576,07 kg, en febrero, 1.208,19 kg y en marzo 2.177,47 kg. En la provincia del Guayas, se observa un crecimiento sostenido de las incautaciones, sobre todo, entre los meses de enero y febrero. Por su parte, en Manta se observa un incremento muy importante en las incautaciones durante el mes de marzo. GRÁFICO 8: Tendencia de la cantidad de cocaína incautada (kg) GUAYAS MANTA 825,96 970,14 846,76 237,53 0,63 0,19 ENERO FEBRERO MARZO 5

8 Respecto a la heroína, en el primer trimestre del año se han incautado 32,17 kg. La mayor incautación se produjo en la provincia del Guayas, 27,10 kg, siendo marzo el mes de mayores incautaciones. GRÁFICO 9: Tendencia de la cantidad de heroína incautada (kg) AZUAY GUAYAS 13,55 6,57 6,99 0,00 1,03 0,00 ENERO FEBRERO MARZO Entre los meses de enero a marzo del presente año, se incautaron 870,86 kg de marihuana. La mayor incautación se observa en la provincia de Esmeraldas. Pichincha ocupa el segundo lugar en las incautaciones. GRÁFICO 10: Porcentaje de marihuana incautada por provincia (%) LA CONCORDIA 1% GUAYAS 2% OTRAS 7% PICHINCHA 17% ESMERALDAS 73% 6

9 LOS OBSERVATORIOS ESCOLARES SE CONSOLIDAN En el mes de enero, se incautaron 118,36 kg de marihuana. En febrero, 368,57 kg. Y en marzo 383,93 kg. Es importante la incautación total de marihuana en la provincia de Esmeraldas durante febrero y marzo. Por el contrario, en Pichincha se observa un decrecimiento en las incautaciones de esta sustancia. GRÁFICO 11: Tendencia de la cantidad de marihuana incautada (kg) ESMERALDAS PICHINCHA ,045 60,399 18,854 51,464 35,203 ENERO FEBRERO MARZO Los observatorios escolares se consolidan Los Observatorios Escolares constituyen una nueva estrategia destinada a la temprana detección de la presencia de cualquier tipo de droga entre los escolares, como de algún uso. De esta manera se conseguirá realizar análisis de las rutas de las drogas que ingresan, las estrategias de uso y también las frecuencias. 7

10 Es preciso reconocer que, en la realidad, no existen espacios sociales y culturales a los que no se tenga acceso a las drogas. No se puede pasar por alto el hecho de que cualquier uso de drogas, incluido el alcohol, por parte de niños, será siempre conflictivo. Acá no cuenta ni la cantidad ni la frecuencia. Sencillamente, es el hecho en sí lo que determina la conflictividad. De ahí la importancia de esta suerte de vigilancia que estaría a cargo del Observatorio Escolar. Esta observación implica una actitud permanente y de carácter absolutamente pedagógico, por ende, ajeno a cualquier intento de represión, del orden que fuese. Lo actitudinal tiene que ver con estrategias y posicionamientos de maestros, directivos y líderes estudiantiles que no solo observan un uso o sospechan del mismo, sino sobre todo que velan, primero, porque en la escuela no se den las condiciones que podrían conducir a un uso. Y, segundo, que también vigilan las realidades familiares y sociales que podrían conducir a algún uso. Se trata, pues, de un proceso que se instala y se consolida en la cotidianidad bajo la consigna del buen trato, de la ubicación oportuna de lo que produce malestar y de la búsqueda de soluciones comunitariamente construidas. Aunque no es la regla, se sabe que las condiciones de malestar y de violencia se convierten en espacios para el uso temprano de alcohol y algunas drogas. Por su parte, el CONSEP, al tiempo que promueve la iniciativa, también mantiene una permanente vigilancia del proceso. Ello implica que pueda intervenir en la creación de espacios de información y discusión a nivel del profesorado y del alumnado. El trabajo con el profesorado es fundamental pues en cada maestro y maestra deberían producirse cambios actitudinales respecto a su responsabilidad en la creación y sostenimiento de un ambiente sano para el estudiantado y, sobre todo, al protagonismo del estudiantado en todo aquello que tiene que ver con su bienestar. El proyecto se encuentra en la fase de capacitación de los maestros de las escuelas participantes en las ciudades de Quito, Guayaquil, Cuenca, Loja y Tulcán. 8

11 CAPACITACIÓN DE LOS MAESTROS EN LA PROVINCIA DE LOJA aestros m s lo e d n ió c a it c Capa e Loja en la provincia d En este proceso, participaron 50 maestros de las escuelas Miguel Riofrío, de Loja, y Juan Montalvo de Vilcabamba. En general, el proyecto tuvo una buena aceptación por parte de los participantes. 9

12 Entre la cárcel y el hospital El siguiente texto ha sido extraído del informe sobre los centros de tratamiento en el país. Como se indicó al comienzo, este tema ha sido y es complejo, prácticamente en todas partes. Lo de cárcel y hospital constituye tan solo una metáfora que, sin embargo, viene muy bien al caso pues estos centros constituyen un producto más de la guerra a las drogas que, como cualquier otra, contará con muertos y heridos. Más allá de la metáfora, esta guerra sí ha implicado muertes reales y, sobre todo, estas muertes que rozan lo real y que se expresan en los centros de tratamiento a los que han sido llevados, casi siempre a la fuerza, de manera especial la gente joven. De esto se desprende que los usadores de drogas forman parte del ejército enemigo integrado por las drogas, sus cultivadores, quienes trabajan en los laboratorios, los traficantes grandes. Para la mayoría de los discursos oficiales, las drogas producen efectos nocivos que afectan todos los sistemas orgánicos del sujeto. Pero no se trataría tan solo de la afección a la salud física sino también, y sobre todo, a la denominada salud psíquica. Desde esta perspectiva, empiezan a aparecer en Occidente centros de atención para los llamados consumidores de drogas, en el mejor de los casos, o de manera general drogadictos, que resulta ser una mezcla de delincuente y enfermo al mismo tiempo. Por lo mismo, los centros de atención comienzan siendo una mezcla bizarra de cárcel y de hospital puesto que allá van los drogadictos para ser tratados de la enfermedad de la droga y también el delincuente que ha violado la norma que prohíbe el uso de esas sustancias universalmente prohibidas. Pero también se dan centros en los que se pretende curar el mal de los usos de drogas, ya no con medicamentos ni con castigos, sino tan solo con oración. 10

13 ENTRE LA CÁRCEL Y EL HOSPITAL Como si se tratase de una tierra de nadie, en el país cada quien puede jugar el juego que desea con la vida y el porvenir de quienes han sido calificados de enfermos, delincuentes o pecadores, según la perspectiva del calificador. Por lo mismo, unos han ido a parar en las cárceles, otros en centros de recuperación mediante la violencia y otros, en centros de oración. Cuando no existen criterios técnicos y éticamente aceptados sobre los usos de drogas, cada quien se siente autorizado a hacer lo que la imaginación le inspira, especialmente el recurso a la violencia. Para conseguirlo, todos deben permanecer aislados, con las ventanas clausuradas para que no entre el mal. El tratamiento era mínimo de tres meses. Yo estuve mes y medio, pero tuve que salir porque me enfermé, por suerte porque me tenían incomunicado. Esta clínica era una versión cristiana de una clínica de recuperación, todo era oración, para mí fue algo nuevo, no pensaba que existían este tipo de clínicas. Entonces, era obligación levantarse a la madrugada a rezar, por la mañana rezar, por la tarde a rezar y lo mismo por la noche. Fue una experiencia terrible. Era una casa de tres pisos, nadie sabía en qué parte de la ciudad estaba ubicada porque tenía tapadas las ventanas. No te dejaban ver para afuera, estábamos totalmente incomunicados. El dueño era un expandillero que se había convertido, ahora era bueno. El ingreso a los centros, salvo alguna excepción, se realiza sin mediación alguna que crea para el interno un espacio real y, sobre todo, simbólico. Puesto que comúnmente se trata de un acto a la fuerza, el ingreso no es más que el producto final de un proceso trabajado por la familia y el centro, a veces con el apoyo de terceros que bien podría ser algún policía. Ahí nadie te da la bienvenida porque no estás llegando a una casa. Lo más común era que los guardias te den una paliza porque llegaste drogado y además porque te traen a la fuerza ya que acá nadie quiere venir voluntariamente. Desde su aparición, los usos de drogas transitan el campo de lo penal y el de la salud. De alguna manera, el tema de la salud no es ciertamente el más fuerte, pues solo tendrá valor cuando se debilita, en cierta medida, la percepción del delito. En otros casos, el tema de la salud va conexo pero únicamente cuando el usador prefiere y acepta, por sí mismo, recibir tratamiento antes que ser detenido. 11

14 Por ello, el centro de atención, aunque solo sea de manera indirecta, viene a sustituir a la cárcel. Esta relación original seguramente pesa en las significaciones del centro de atención, en su organización, en su manejo ideológico. De hecho, para los internos, el centro es una cárcel, quizás benigna, pero cárcel y a veces, con mayores restricciones que una prisión, sobre todo en los primeros meses de estadía. Mientras en el sistema penal, los llamados menores, es decir, chicas y muchachos entre los 14 y los 18 años, que han cometido algún delito no van a la cárcel sino a centros propios para ellos, cuando se trata de las drogas, no existe esta categorización. En efecto, en un centro se encuentran fundamentalmente gente joven de todas las edades. La idea primordial sería que cuanto más tempranamente un usador es internado, más fácilmente se curará de la enfermedad de las drogas para toda la vida. También hay padres tarados que por ahí le encontraron un chafo 1 al pelado y en lugar de aconsejarle, de hablar con él sobre las drogas o hasta de llevarle a conocer un chico que, como yo, se deteriora usando drogas porque ya soy un adicto, pero no, lo encierran siendo un peladito de quince años que recién está disfrutando de la vida. 1. Chafo: cigarrillo de marihuana. Los usos de drogas son entendidos y manejados como uno de los peores males de la familia. Entre los usos conflictivos de alcohol que terminan en embriaguez y un uso esporádico, absolutamente casual de marihuana media el abismo de la ancestral tolerancia al alcohol y el repudio absoluto a las drogas. Es probable que todos se hagan de la vista gorda en casa cuando el muchacho de quince años llega con sus primeros tragos en la cabeza y hasta es posible que lo atiendan con benignidad y no faltará una familia que lo celebre como si se tratase del ingreso del muchacho de catorce años al mundo de los grandes. Pero con las drogas generalmente acontece todo lo contrario. La droga se ha convertido en el enemigo número uno de las nuevas generaciones. De hecho, se habla de ciudades narco, barrios narco e incluso de países narco. Allí hay panas que tienen 15, 16 años, hasta de 10 años. Entonces acontece la desesperación de la familia porque prefieren tenerlos encerrados a que estén en la calle haciéndose daño. Pero allí hay que hacer una aclaración, porque la sociedad, la familia y hasta muchos jóvenes piensan que con ir al psicólogo o al profesional del centro ya con eso se van a curar. Eso no es así. 12

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