DE LA PROBLEMÁTICA DEL AGUA EN CASTILLA-LA MANCHA O SOBRE LA EXPLICACIÓN DEL SINSENTIDO.

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1 1 DE LA PROBLEMÁTICA DEL AGUA EN CASTILLA-LA MANCHA O SOBRE LA EXPLICACIÓN DEL SINSENTIDO. Gregorio López Sanz Universidad de Castilla-La Mancha. Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales Área de Política Económica. Campus Universitario Albacete Ponencia presentada a las I Jornadas Regionales sobre el Medio Ambiente, organizadas por la Unión de Consumidores de Castilla-La Mancha. Albacete, 23 y 24 de noviembre de I. INTRODUCCIÓN. Se da la circunstancia de que Castilla-La Mancha es una de las regiones españolas donde mejor se pueden estudiar la pluralidad de problemáticas que debe abordar la planificación hidrológica: 1) Dentro de la submeseta sur es cabecera de importantes ríos peninsulares -Tajo, Guadiana, Júcar, Segura-, cuyos aprovechamientos principales se han realizado históricamente en regiones vecinas. 2) La fuerte expansión de las extracciones de agua subterránea y los trasvases de agua hacia otras cuencas han trastocado y puesto en grave peligro a todo su sistema hidrológico. 3) La poca experiencia asociativa de los usuarios del agua en cuanto a la definición y participación en los organismos encargados de gestionar el recurso. 4) La importancia ecológica de los humedales y cursos fluviales, especialmente como consecuencia de la interrelación entre aguas superficiales y subterráneas. Ante este panorama, el objetivo de la presente reflexión es repasar la problemática de la gestión del recurso agua en Castilla-La Mancha. Para tal fin propongo, antes de entrar en materia, exponer algunos aspectos conceptuales de carácter general que serán útiles para la discusión posterior. A continuación recuerdo que las acciones descoordinadas en busca del beneficio monetario inmediato definen la génesis y la historia del tema que nos ocupa. Seguidamente se especifica cómo una concepción integral/multidisciplinar aderezada de sentido común puede llevarnos a la reconciliación con la Naturaleza y con nosotros mismos. Acabo la reflexión comenzando de nuevo, con una segunda parte que, por ser la única que nos queda, es inevitablemente la más interesante, teniendo claro que lo mejor que podríamos hacer con los atropellos cometidos en el pasado sería no prorrogarlos en el futuro. II. CUESTIONES PRELIMINARES.

2 2 Antes de abocarnos a discusiones casi siempre apasionadas y crispantes sobre cuál debe ser el uso que hagamos del agua, convendría pensar más sosegadamente sobre algunos aspectos previos que son ignorados -)deliberadamente?- la mayoría de las veces. Alguno de los siguientes puntos podrá parecer ingénuo y evidente, pero a tenor del deterioro que afecta día tras día a los recursos hidráulicos, parece como si todavía no tuviéramos claro que el agua posee unas características físicas, tecnológicas y económicas que la diferencian de otros recursos naturales, y que es preciso tener presente de cara a su uso sostenible (Bower, 1963; Young y Haveman, 1985): 1) Las aguas subterráneas y las superficiales están interconectadas. Las extracciones de los acuíferos van a reducir los aportes a torrentes superficiales y por lo tanto van a afectar a los usos que se derivan de éstos. De este hecho existe experiencia evidente en Castilla-La Mancha. Las extracciones en los acuíferos 23 y 24 de la cuenca alta del Guadiana han llevado - entre otros males- a que este río ya no nazca ni en las Lagunas de Ruidera ni en los Ojos del Guadiana, tal y como reza en libros de texto y enciclopedias. Por otro lado, los bombeos en el acuífero 18 de La Mancha Oriental, unido a la política de desembalses de la Confederación Hidrográfica del Júcar, han llevado a que el río Júcar "transcurra" seco por amplias zonas de su curso medio en la provincia de Albacete. 2) Existencia de interrelaciones estratégicas entre los usuarios del agua. Al tratarse de un recurso móvil, y al que normalmente pueden acceder una pluralidad de personas simultáneamente, el uso por parte de cualquier usuario implica una reducción de las disponibilidades -en cantidad y/o calidad- para el resto. 3) La calidad y la cantidad de agua van indefectiblemente unidas. Cada vez es más frecuente advertir como las limitaciones hídricas no vienen tanto por el lado de la cantidad como por la deficiente calidad del agua -contaminación por nitratos, salinidad, metales pesados, eutrofización-, que la hacen inapropiada para algunos usos. 4) El aumento de los recursos regulados de agua mediante la construcción de embalses y canales afecta al desarrollo a nivel nacional, regional y local. Pero la cuestión estriba en cómo se produce dicha afección, si beneficiando a la zona donde se implantan dichas obras o a otras regiones vecinas, y bajo qué criterios se toma tal decisión. 5) Los recursos y usos del agua son inciertos. Los recursos dependen, entre otras variables, de la climatología, del entorno, de las obras de regulación de caudales y de la tecnología, por lo que sólo pueden conocerse en términos de probabilidad. Los usos, por su parte,

3 3 son función del crecimiento de la población, de la tecnología, del estilo de vida y de decisiones políticas, por lo que es más factible su control. Desde el momento en que se alcanza cierto techo en los caudales regulados y usos establecidos -como ha ocurrido en nuestro país-, la planificación hidrológica debe centrarse en las variables que se refieren al uso del recurso, ya que la continua expansión de la demanda choca con límites físicos, económicos y sociales. 6) El agua es susceptible de usos complementarios y/o alternativos. La generación de electricidad, el riego, el abastecimiento urbano-industrial, el ocio y el funcionamiento natural de los ecosistemas son los diferentes usos -consuntivos y no consuntivos- que pugnan por hacerse con el control del recurso. El crecimiento implica conflicto entre las diferentes funciones ambientales (Hueting, 1980) o usos alternativos que el agua es capaz de satisfacer tanto cuantitativa como cualitativamente. De ahí que, la gestión del agua de una cuenca comienza por cuantificar los recursos renovables para después establecer las pautas de uso sostenible de los mismos. En definitiva, "sin la intervención humana sobre el ciclo hidrológico no habría ninguna posibilidad de satisfacer nuestras necesidades hídricas. Si nuestra intervención colapsara el funcionamiento natural del ciclo hidrológico tampoco podríamos beneficiarnos del mismo" (Ruíz, 1993, 4). A la pregunta de si el agua debe ser considerado como un recurso diferente, la literatura económica y social ha dado dos respuestas básicamente: el agua es un factor de producción que debe estar sujeto a las leyes del mercado y, por otro lado, el agua es un activo social con un elevado valor comunitario o de uso, siendo preferible que su gestión no se deje en manos del mercado exclusivamente. Desde la primera perspectiva estarían justificados los trasvases de agua hacia las zonas donde existe una mayor disposición al pago -otra cosa distinta será que se pague efectivamente y a qué precio. De acuerdo con la segunda opinión, en la toma de decisiones es preciso introducir otro tipo de consideraciones además de las estrictamente mercantiles. Los partidarios de la primera opción han criticado la política hidráulica por haber perseguido objetivos que han utilizado el agua de manera ineficiente. Para ellos existen algunas falsas imágenes -mitos- que han contribuido a considerar el agua como un bien especial y no como el factor de producción que es (Kelso, 1992): 1) La imagen de la supervivencia: el agua es necesaria para la vida. Pero una cosa es considerar básico un recurso como el agua, que efectivamente lo es, y otra el uso que se hace del mismo tanto por motivos estrictamente biológicos como derivado de un consumo exosomático excesivo, relacionado con estilos de vida totalmente desconectados de las limitaciones que

4 4 impone el medio. 2) La imagen del fundamentalismo del riego: la agricultura es la base de cualquier sociedad. En este punto no podemos por menos que definir en primer lugar cuál es el tipo de agricultura que se considera apropiado para una región: aquélla que únicamente busca maximizar rendimientos monetarios netos, a pesar de que sus balances energéticos y de conservación del suelo sean totalmente deficitarios, o bien aquella otra que se preocupa por utilizar sabiamente los bienes naturales y asegurar la supervivencia de un espacio determinado, aunque esto suponga ir contra las directrices de la política agraria. 3) La imagen del desierto: la escasez es relativa, no absoluta. Que la madre Naturaleza no haya dotado de "excesiva" agua a los terrenos áridos y semiáridos, no implica que las maquinaciones de los seres humanos deban ir en pos de imponer faraónicos sistemas de abastecimiento hídrico a estas regiones, muy costosos desde el punto de vista social, económico y ecológico. 4) La imagen idílica: los entornos verdes con abundancia de agua son los más apropiados para la vida. Los medios de comunicación y socialización han difundido la falsa idea de que el color verde es vida, sin pararse a reflexionar que el verde es el color perpétuo de la vegetación en lugares húmedos, pero que en zonas semiáridas como La Mancha, éste tono sólo se da en primavera, primando los pardos y ocres de las hierbas secas durante el resto del año. 5) La imagen recreativa: el tiempo libre más gratificante es aquél que requiere un amplio consumo de agua para ser ofertado -golf, parques acuáticos, camping, caza, etc. El modelo de vida urbano requiere espacios naturales donde las personas puedan periódicamente descargarse de los cúmulos de ansiedad y contaminación. Pero de ahí, a transformar homogeneamente todos los espacios recreativos, hay un abismo. 6) La imagen del agua como bien de uso libre: el agua es un don de la Naturaleza por el cual no debe pagarse más del coste necesario para ponerla a disposición del usuario. Este mismo razonamiento se podría aplicar al resto de recursos naturales, pero todo el mundo ve bien la renta de escasez asociada al petróleo o al suelo fértil. Después de exponer todas estas falacias y argumentar que no son requerimientos básicos de la vida sino preferencias, Kelso apuesta por la introducción de los precios de mercado para asignar eficientemente el agua entre sus diferentes usos alternativos, es decir, asocia los precios de mercado con la eficiencia. Aunque comparto con este autor casi todas las falsas imágenes que se han difundido del agua, muestro mi desacuerdo con su fe en el mecanismo

5 5 de los precios de mercado para superarlas. Aunque creo que es preciso fijar precios a este recurso, debería hacerse de manera institucional, impidiendo que se produzcan procesos de acaparamiento y despilfarro social por parte de los que más están dispuestos a pagar por él, en detrimento de aquéllos usos cuya rentabilidad monetaria es menor -ecológico, agrícola-, pero que proporcionan unos beneficios sociales indiscutibles -estabilidad ecosistémica, diversidad biológica, prevención de la desertificación, mantenimiento de la cultura rural. En contra del anterior planteamiento promercado se manifiestan Brown e Ingram (1992), en favor del carácter simbólico y emocional del agua en las regiones pobres, lo cual le confiere un valor comunitario que viene reflejado en los siguientes aspectos: 1) Justicia. En algunas comunidades, la justicia -equidad- en la asignación del agua es tan importante o más que el criterio de eficiencia. Muchas veces la estabilidad socioecológica de un territorio depende más de una asignación de recursos justa que eficiente, entendiendo por justicia un acceso al recurso en condiciones de igualdad que lleve a una distribución equilibrada de la renta. 2) Participación y control local. El alto valor comunitario del agua lleva a que sean los propios usuarios los que se encarguen de dirimir los conflictos que puedan derivarse de la utilización del recurso. Se trata de la aplicación de un sistema de propiedad común como institución, diferenciándolo claramente del libre acceso. Cuando no coinciden físicamente los usuarios y los gestores del agua, se corre el peligro de perder el control sistémico del recurso y entrar en una dinámica de acusaciones mutuas que a nada conducen. 3) Oportunidad. El agua es el bien que confiere a la comunidad la posibilidad de desarrollarse. Poseyéndolo existe esperanza en el futuro, sin él, las oportunidades de mejora o mantenimiento de las condiciones de vida se vienen abajo. Este es el motivo por el cual las comunidades más pobres se niegan a renunciar a los recursos hídricos que se originan en sus territorios y exigen la reserva de agua para posibles usos futuros. Estas discrepancias sobre cómo considerar el líquido elemento surgen porque como todo recurso capaz de generar una corriente de beneficios, el agua está rodeada por un conjunto de El propio Kelso (1992, 77) reconoce que la mano invisible del mercado "(...) es realmente la mano de la sociedad expresada en las políticas e instituciones que ésta crea para ordenar la actuación de los individuos comprometidos en el juego del agua, presumiblemente con el fin de maximizar el bienestar de la sociedad en el juego contra la naturaleza". Su trabajo estudia la gestión del agua en comunidades pobres -hispanas e indias- del suroeste de Estados Unidos.

6 6 intereses sectoriales, organizativos, regionales, personales y sociales. Ante ellos la sociedad debe decidir qué intereses "legítimos" serán defendidos. Pero en este proceso las diferentes reivindicaciones pueden tener problemas para alcanzar relevancia política ya que, en muchas ocasiones, las decisiones se toman dependiendo de la rentabilidad monetaria y política. Los grupos sociales afectados deben canalizar sus demandas hacia el proceso político, pero el status quo se encuentra en una situación privilegiada en aras a perpetuarse. Por tanto, las relaciones de poder pueden derivar en situaciones de opresión, especialmente dentro de un marco legal rígido. En ocasiones ocurre que los organismos que "controlan" las reglas del juego, se encuentran en connivencia con los grupos que se benefician de la situación, mientras que quienes cargan con los costes suelen quedar fuera del proceso de decisión o con muy poca influencia sobre el mismo. La gestión del agua en Castilla-La Mancha corre paralela a una política de hechos consumados. Las acciones llevadas a cabo en el pasado han beneficiado a unos intereses que ahora resulta difícil de doblegar, intereses situados tanto dentro como fuera de la región, y que en muchas ocasiones derivan sus beneficios de comportamientos esquilmantes. Por ello, la demanda de una gestión coherente del agua en aras a un desarrollo sostenible no será apoyada sin reservas por todos los usuarios, ya que ello implica costosos cambios de conducta a corto y medio plazo. III. EL AGUA EN CASTILLA-LA MANCHA: SANCHO PANZA O LA FUERZA DEL SINO. Aunque Castilla-La Mancha alberga cerca de una cuarta parte de la capacidad de embalse nacional, el aprovechamiento de dichas aguas se ha venido haciendo en otras regiones limítrofes, "Valdecañas en el Tajo, y Rosarito en el Tiétar, para los riegos de Cáceres; Cijara en el Guadiana, para los riegos del Plan Badajoz; los de la cabecera del Segura, para la región murciana; Alarcón y Contreras, para aprovechamientos hidroeléctricos y ulteriormente para los riegos de Valencia, e, incluso, el mayor sistema de recogida de agua dentro de la región, el sistema Entrepeñas-Buendía, es utilizado para compensar déficits hídricos en otras regiones a través del trasvase Tajo-Segura sin beneficiar directamente a Castilla-La Mancha" (López- Camacho, 1987, 148). Una de las características más sobresalientes de la hidrología regional es la existencia de importantes acuíferos subterráneos. Sus recursos renovables se estiman alrededor de 3.000

7 7 Hm 3 /año, los cuales, en régimen natural, van a engrosar los caudales de los ríos -cuadro 1. Señalar, sin embargo, que desde el punto de vista económico y ecológico, sólo resulta conveniente explotar una parte de estos recursos subterráneos renovables. CUADRO 1. RECURSOS Y EXTRACCIONES DE LOS PRINCIPALES ACUÍFEROS DE CASTILLA-LA MANCHA. NOMBRE DEL ACUÍFERO RECURSOS (Hm 3 /año) USOS (Hm 3 /año) Mesozoico de la cabecera del Tajo La Mancha Oriental (n1 18) Mesozoico de la cabecera del Júcar Llanura Manchega (n1 23) Terciario detrítico de la fosa del Tajo Campo de Montiel (n1 24) Acuíferos aislados y/o poco explotados TOTAL CASTILLA-LA MANCHA FUENTE: López-Camacho (1987, 149), MOPTMA (1995) y elaboración propia. Son las unidades hidrogeológicas de la Llanura Manchega y La Mancha Oriental donde mayores niveles de explotación se alcanzan -tres cuartas partes de las extracciones totales- en comparación con sus recursos renovables -una cuarta parte del total. A pesar de la importancia de los recursos de los acuíferos de las cabeceras del Tajo y del Júcar, su uso actual es nulo o muy pequeño, además de que sus drenajes son recogidos por los pantanos de Entrepeñas-Buendía y Alarcón, por lo que los posibles bombeos que se efectuaran sería a costa de reducir las aportaciones a estos embalses. De las más de Has de regadío que tiene Castilla-La Mancha, dos tercios de las mismas son regadas con aguas subterráneas. Este hecho explica una parte de los graves problemas hidráulicos ante los que se enfrenta la región. Tal y como comenta Bernardo López- Camacho (1987, 150), "hacia mediados de la década de los años cincuenta los regadíos de

8 8 Castilla-La Mancha abarcaban unas Has, que se concentraban preferentemente en los valles de los ríos, destacando los del Tajo. Desde entonces, la acción estatal en materia de transformación en regadíos dentro de la región ha sido muy débil, a diferencia de la mayoría de las otras regiones españolas. Hoy sólo el 14% de los regadíos castellano-manchegos se debe a dicha iniciativa. Baste recordar como ejemplo, que, cuando se planteo el trasvase Tajo-Segura, las expectativas de transformación apreciadas desde el sector oficial eran bastante escasas (...) entre 1950 y 1975 abandonaron la región personas, la mayor parte relacionadas directa o indirectamente con la agricultura. Sin embargo, a pesar del abandono estatal y de las condiciones adversas, Castilla-La Mancha presenta una de las mayores evoluciones de la superficie cultivada en regadío, habiendo triplicado la superficie de partida, crecimiento que ha correspondido en su mayor parte a los últimos quince años. Ello ha sido posible gracias a la iniciativa privada que, por su cuenta y riesgo, sin tutela estatal, ni económica ni técnica, ha realizado las transformaciones en ausencia de una adecuada planificación por parte del Estado, fundamentalmente a base de la extracción de agua del subsuelo". A continuación paso a exponer los principales problemas hídricos de Castilla-La Mancha, sintetizando brevemente las características que definen dicho panorama. III.1 La cuenca alta del río Guadiana. III.1.1 El acuífero 23 de La Mancha Occidental o de la Llanura Manchega. El funcionamiento de este acuífero ha dado un giro radical desde que a principios de los años 70 comenzó la explotación voraz y descoordinada de sus aguas. Casi la mitad de los 340 Hm 3 /año de recursos renovables que tenía en régimen natural han "desaparecido", y actualmente sólo cuenta con una aportación media de 180 Hm 3 /año procedentes de la infiltración del agua de lluvia. La infiltración que le llegaba de los ríos que discurrían por su superficie - Cigüela, Záncara, Azuer, Jabalón, Guadiana- se ha esfumado con éstos (80 Hm 3 /año), las aportaciones subterráneas del acuífero del Campo de Montiel (60 Hm 3 /año) han disminuido como consecuencia de la explotación de sus aguas en el sector que drena por las Lagunas de Ruidera y la infiltración procedente de los riegos con aguas superficiales del pantano de Peñarroya (20 Hm 3 /año) se ha mermado considerablemente al reducirse las entradas al embalse y poderse regar tan solo el 20% de la zona regable. Frente a la disminución progresiva de los recursos renovables, las extracciones han ido en aumento hasta superar los 550 Hm 3 /año a finales de los años 80, es decir, una cifra muy superior al mermado rendimiento de seguridad. Como

9 9 consecuencia de esto las reservas del acuífero se han visto reducidas y los niveles freáticos han caído. Los resultados de esta descabellada gestión no se hicieron esperar: 1) Aumento en los costes de bombeo y secado de pozos, iniciándose una guerra de pozos como manera de asignar el agua escasa que queda, con el firme propósito de apoderarse del líquido elemento antes que el vecino. El período de sequía de los últimos años ha contribuido a agravar esta situación, si bien en ningún momento puede recurrirse a este fenómeno para justificar el deterioro del acuífero. 2) La salinización de los suelos y el empeoramiento de la calidad del agua -por aumento de la mineralización y de nitratos, principalmente- han llevado a la retirada de superficies de regadío en las zonas marginales del acuífero, donde más acusada ha sido la caída en el nivel freático. En la turbera de Zuacorta se han perdido miles de millones de pesetas por la autocombustión de la turba como consecuencia de la caída en el nivel del agua (Naredo y Gascó, 1990). 3) Los espacios naturales de especial valor ecológico integrantes de La Mancha Húmeda han sufrido agresiones continuadas que pueden llegar a ser irreversibles. De las Has de zonas húmedas que existían en la cuenca alta del Guadiana, apenas si quedan unas pocas de ellas en estado agonizante. Las Tablas de Daimiel, las márgenes de los ríos Záncara y Cigüela y multitud de lagunas por las que rebosaba el acuífero están totalmente secas. Por primera vez en la historia, los Ojos del Guadiana, el principal aliviadero natural del acuífero, dejaron de manar agua a principios de los años 80. III.1.2 El acuífero 24 del Campo de Montiel. Esta unidad hidrogeológica ocupa el subsuelo de la comarca manchega del mismo nombre entre las provincias de Albacete y Ciudad Real, siendo el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera el principal drenaje en su vertiente norte. A pesar de la elevada altitud del Campo de Montiel (1.000 metros sobre el nivel del mar), desde principios de los años 80 se comenzó a transformar en regadío las superficies de pedregales, bosque mediterráneo y monte bajo de grandes fincas en los términos de El Bonillo, Ossa de Montiel, Villanueva de la Fuente y Montiel, principalmente. A raíz del comienzo de las extracciones en estas fincas, el aporte hídrico a las Lagunas de Ruidera comenzó a disminuir, secándose alguna de ellas -laguna Blanca-, las entradas al pantano de Peñarroya se redujeron, con la consiguiente afección a la zona regable del mismo en Argamasilla de Alba y Tomelloso y, en la zona meridional del acuífero se pusieron en peligro los abastecimientos urbanos y los pequeños riegos históricos

10 10 de Villanueva de la Fuente, Montiel y Villahermosa. He aquí una "pequeña guerra del agua" no exenta de posiciones contradictorias entre los grupos afectados. Los pequeños regantes del pantano integrados en la COAG, junto con los grupos ecologistas y los Ayuntamientos exigen la "opción cero", es decir, el cese total de las extracciones en la cabecera de las Lagunas. La mayoría de los regantes del pantano de Peñarroya -integrados en ASAJA- hacen causa común con la Asociación de Titulares de Aguas Privadas del Acuífero del Campo de Montiel, que extraen el agua en la cabecera, y achacan los problemas a la sequía y a la mala planificación de la Administración, exigiendo compensaciones monetarias como única manera de acometer las reducciones en el consumo de agua. Decidir dónde debe utilizarse el agua -si en la cabecera o en las Lagunas y el pantano de Peñarroya- es una cuestión que debería resolverse por consenso entre todos los grupos afectados. Se trata de una situación muy similar a la acontecida en los dos últimos veranos con el trasvase del Tajo al Segura, sólo que ahora la "guerra" la tiene Castilla-La Mancha dentro de casa. III.1.3 Medidas puestas en práctica para detener el deterioro. La política de la Administración se puede definir por su carácter errático: en primer lugar potenciando la extensión irreflexiva de los regadíos, para más tarde comenzar actuaciones de signo contrario, desincentivando el consumo de agua a través de subvenciones. Para "evitar los efectos visibles" del desastre ecológico en las Tablas de Daimiel, la Administración ha llevado a cabo obras hidráulicas que regulan los caudales de salida con la intención de retener el agua en el Parque, además, ha suministrado aportaciones superficiales periódicas desde el trasvase Tajo-Segura y mediante bombeos desde pozos situados en las inmediaciones del Parque. Pero esta política, a pesar de ser muy onerosa, no tiene resultados positivos, ya que la naturaleza de las Tablas ha dado un giro de 180 grados, pasando de ser un rebosadero natural de las aguas del acuífero, a un sumidero en dirección al cono de bombeo que se ha producido en el centro del acuífero, que es donde se alcanzan ahora los menores niveles piezométricos. Las limitaciones impuestas por la Administración Hidráulica a través de los planes de ordenación de extracciones para acuíferos sobreexplotados no se han cumplido en ningún momento. En La Mancha Occidental, ante la falta de medios de control y la poca voluntad de los regantes, el bombeo total fue superando año tras año el máximo establecido por los planes de ordenación. Los regantes del Campo de Montiel llegaron incluso a levantar los precintos instalados por la Confederación Hidrográfica en los pozos, defendiendo su derecho a regar y a rentabilizar las inversiones realizadas en su día.

11 11 Estos acuíferos, al depender de la actividad agraria que acontece en su superficie, se encuentran totalmente vinculados a la política agraria doméstica y comunitaria. Dichas políticas han primado la rentabilidad monetaria de las explotaciones en contra de su rentabilidad social. La agricultura tradicional de secano ha sido brutalmente dejada de lado, potenciando su transformación en regadío intensivo de altos costes ecológicos. Los instrumentos de la política agraria han ido por el camino de las subvenciones indiscriminadas vía precios, sin pararse a pensar en los efectos adversos sobre la Naturaleza y sin planificar una ordenación racional de cultivos a largo plazo. En 1992, la Unión Europea aprobó un programa a cinco años -dotado con millones de pesetas-, presentado por la JCCLM y el Gobierno de la Nación para la compensación de rentas de los agricultores que redujeran su consumo de agua en los regadíos de los acuíferos 23 y 24. Tres años después, una gran parte de los regantes con pozos legalizados se han acogido a las subvenciones. No obstante, persisten los problemas para controlar las extracciones de los pozos, ya que no se han instalado caudalímetros y la superficie regada es muy extensa para controlarla con los escasos medios y la falta de voluntad existente de casi todos los grupos implicados. Otro problema es la desigual e injusta distribución de las subvenciones. Los propietarios de las grandes fincas han acaparado estos fondos por no producir tanto, mientras que los jornaleros sufren el paro agrario. III.2 La cuenca del río Júcar. III.2.1 El acuífero 18 de La Mancha Oriental. El acuífero de La Mancha Oriental se extiende por las provincias de Albacete y Cuenca. La recarga del mismo (340 Hm 3 /año) se produce a partir de la infiltración del agua de lluvia y por pérdidas de los ríos que discurren sobre su superficie (325 Hm 3 ) y de aportaciones subterráneas de acuíferos contiguos (15 Hm 3 ). La descarga natural del acuífero se produce hacia el río Júcar en el tramo comprendido entre los embalses de Alarcón y Embarcaderos - situado este último en la provincia de Valencia. Con cargo a dicho acuífero se han puesto en Suponiendo que una explotación se acoja al ahorro del 70% de agua, recibiría una subvención de pesetas por Ha, lo cual para una explotación de 400 Has en regadío -las hay de hasta 700 Has, especialmente en el Campo de Montiel- supondría una "ayuda" de unos 17 millones de pesetas anuales, es decir, 85 millones de pesetas en los cinco años que dura el programa. A esta cantidad habría que añadir la correspondiente subvención por sembrar determinados cultivos. En las campañas de 1993 y 1994, el girasol recibió una subvención más elevada para las tierras de regadío que de secano ( pts/ha frente a pts/ha). Haciendo unas sencillas cuentas, puede obtenerse la cuantía total de las "ayudas" en función del número de hectáreas de la explotación.

12 12 regadío unas Has, habiendo pasado las extracciones de 80 Hm 3 en 1975 a 300 Hm 3 en la actualidad. Aunque globalmente las extracciones no superan la recarga, en sectores específicos del acuífero tienen lugar fenómenos de sobreexplotación, con descensos piezométricos entre 10 y 20 metros desde Este aumento tan fuerte de las extracciones ha llevado a una merma de los caudales que tradicionalmente han afluido al Júcar. Como ya pronosticaba López-Camacho (1987, 155), "no es difícil prever que, de seguir adelante el ritmo de extracciones, se puede producir en el plazo de unos pocos años no sólo la anulación prácticamente total de los aportes subterráneos al Júcar, sino la inversión del flujo, de manera que los volúmenes que se desembalsan en Alarcón en su discurso por el río se subsumirán en el terreno, utilizando como camino preferencial las actuales vías de surgencia (...) todo ello ha suscitado una amplia polémica y generado tensiones sociales. Los elementos de la polémica, a grandes rasgos, son los siguientes: los usuarios actuales y potenciales de Albacete -y el resto de los agentes económicos basados en la transformación en regadíos- presentan gran apetencia de agua y aún no se encuentran concienciados de los problemas de sobreexplotación que comienzan a manifestarse y se agravarán, por desgracia, en el futuro, amenazando seriamente los regadíos ya implantados, no aceptando por ahora el planteamiento de ningún tipo de limitación o contingentación. Los beneficiarios valencianos de los recursos regulados en Alarcón, agrupados en la Unión Sindical de los Usuarios del Júcar, protestan del uso excesivo que, a su entender, hace Albacete de los recursos del Júcar a través de la explotación de las aguas subterráneas. La compañía eléctrica de los saltos del Júcar también reclama por la pérdida de caudales turbinables, estimando que cada metro cúbico aplicado a los riegos de Albacete deja de producir aproximadamente un kilowatiohora. La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha expone que dos tercios de los recursos hidráulicos del Júcar se generan en la región y propugna una mayor utilización de los mismos, proponiendo sistemas de reparto con Valencia más equilibrados, así como la transformación de Has nuevas para las que estima existen recursos asignables sin perjuicio de otros intereses". Desgraciadamente, la profecía del párrafo anterior se ha cumplido: en la actualidad, Las cifras sobre recarga y usos deben ser tomadas con mucha precaución, pues dependiendo de donde provengan las mismas resultan sustancialmente diferentes, y es que todavía no se conoce con suficiente exactitud las características y el funcionamiento de los acuíferos. Para el caso del acuífero de La Mancha Oriental utilizo los datos que aparecen en el Libro blanco de las aguas subterráneas (MOPTMA, 1995), que dicho sea de paso, no es que se caracterice por el rigor de sus datos.

13 13 amplios tramos del río Júcar a su paso por la provincia de Albacete permanecen totalmente secos. Las causas del hecho no hay que buscarlas en la sequía -excusa muy socorrida para todos aquellos que no desean ver la realidad-, pues mayores las ha habido y siempre ha corrido el agua. Dos factores nos ayudan a comprender mejor lo sucedido: la política de desembalses en el pantano de Alarcón y los regadíos con aguas subterráneas en el acuífero 18, que "roban" los aportes que en condiciones naturales irían al cauce del río. Mientras los embalses de la cabecera del Júcar y el Cabriel -Alarcón y Contreras, respectivamente- estaban casi secos, los embalses de esta cuenca en la provincia de Valencia tenían más del 50% de capacidad. Algunas voces se levantaron en Castilla-La Mancha para denunciar la gestión del embalse de Alarcón buscando sólo los intereses valencianos. Pero si lo que se pretende en última instancia es que llegue a Valencia la mayor cantidad de agua posible, la política de hacer un gran desembalse a principios del verano es la más correcta, pues de hacerlo gradualmente, una gran parte del agua se infiltraría en el acuífero a través del cauce y no llegaría a su destino. Lo que ocurre es que el coste ecológico de tal medida -el secado total del río y los pantanos de Alarcón y Contreras- es inaceptable. Esta relación da pie a crispar las relaciones entre ambas regiones, porque desde Valencia se culpará a las extracciones del acuífero de La Mancha Oriental de la desecación del río, mientras desde Castilla-La Mancha se cargarán las tintas sobre la gestión del embalse de Alarcón, que busca sólo satisfacer los interese valencianos. Es decir, que nos encontramos inmersos en un ambiente de mentiras/verdades a medias que se perpetúan en la medida que no existe información transparente sobre el asunto y los intereses en conflicto no intentan ponerse mínimamente de acuerdo. III.3 La cuenca del río Tajo. III.3.1 El trasvase Tajo-Segura. Los 288 Km del acueducto Tajo-Segura permiten el trasvase de agua desde la cuenca alta del Tajo -el sistema Bolarque, Entrepeñas, Buendía- hasta el embalse de Talave, en la cuenca del Segura. Aunque esta obra tiene capacidad para Hm 3 /año, en una primera fase sólo se autorizaron hasta 600 Hm 3, pero la verdad es que nunca se han trasvasado más de 400 Hm 3, situándose la media en 276 Hm 3. El planteamiento del proyecto se justificaba en la existencia de una región con excedentes de agua -la cabecera del Tajo- y otra región con déficit hídrico -la cuenca del Segura-, capaz de absorber toda el agua que le llegara por el trasvase.

14 14 De acuerdo con la Ley 21/1971 sobre el aprovechamiento conjunto Tajo-Segura (Jefatura del Estado, 1971), los usuarios de la cuenca del Tajo no verían mermadas sus posibilidades de desarrollo por escasez de recursos hidráulicos como consecuencia del trasvase. En la línea de aclarar que se entiende por caudales excedentes, la Ley 52/1980 de Regulación del Régimen Económico de la Explotación del Acueduto Tajo-Segura (Jefatura del Estado, 1980), en su disposición adicional novena expone que "1. La Administración adoptará las medidas permanentes a fin de que, mediante la regulación adecuada, las aguas que se trasvasen sean, en todo momento, excedentarias en la cuenca del Tajo. 2. El carácter de excedentarias se determinará en el Plan Hidrológico de la cuenca del Tajo, a cuyo efecto tendrá en cuenta tanto los aprovechamientos potenciales a que se refieren los artículos tercero, cuarto y quinto de la Ley 21/1971, como los que resulten por virtud de lo establecido en la disposición adicional tercera de esta Ley y los que sean consecuencia del desarrollo natural de las provincias de la cuenca del Tajo". El apartado número 2 es claro, no puede determinarse que ciertos caudales sean excedentarios mientras no estén satisfechas las necesidades de los aprovechamientos potenciales que se establecen en la Ley, es decir, los regadíos de La Sagra, Torrijos, Záncara, Cigüela, Riansares, del Júcar en Cuenca, etc. Las previsiones descabelladas que son comunes a toda la legislación del trasvase, impiden tanto que se pueda alcanzar el volumen de trasvases previsto, como que los que hasta ahora se han venido haciendo sean legales, y por lo tanto puedan mantenerse en el tiempo. Curiosamente, ha sido a raíz de la polémica desatada por el trasvase -y no antes- cuando ha sido posible conocer las distintas posturas involucradas en el mismo (cuadro 2). Como nota característica, todas las posiciones a favor del trasvase se basaban en que la decisión debía ser tomada por el Gobierno de la Nación, sin que las CC.AA. interfirieran en dicho proceso. Ya que las cuencas hidrográficas no coinciden con las regiones, los acuerdos deberían tomarse considerando los "intereses" de las cuencas, no los de las regiones. Mientras algunos gobiernos regionales apoyan totalmente la política desarrollada por las Confederaciones Hidrográficas en Estos artículos incluyen en el aprovechamiento conjunto del acueducto Tajo-Segura una serie de obras y regadíos como los de La Sagra, Torrijos, Záncara, Cigüela, Riansares, del Júcar en Cuenca, canal de riego en la margen derecha del Júcar. Según esta disposición, "a petición razonada del órgano preautonómico o autonómico competentes, previa propuesta de la correspondiente Diputación Provincial, en los supuestos de que no puedan conseguirse las necesarias aportaciones económicas de las Corporaciones Locales o que los estudios de viabilidad no las haga aconsejable, las obras previstas en la Ley 21/1971, a realizar en la cuenca del Tajo y provincias de tránsito afectadas por el acueducto, se sustituirán por otras equivalentes o análogas".

15 15 juego, otros no lo tienen tan claro. Cuando desde Castilla-La Mancha se ha reivindicado una política diferente respecto al trasvase, los que se benefician del presente status quo han tildado dicha postura de intento de manipular a la opinión pública, achacando los problemas hídricos de Castilla-La Mancha a causas distintas a la del trasvase, culpando al Gobierno castellanomanchego por no haber procurado las infraestructuras necesarias. CUADRO 2. POSICIONES DE LOS DISTINTOS GRUPOS Y AGENTES IMPLICADOS EN LA "GUERRA DEL AGUA" DE LOS VERANOS DE 1994 Y GRUPOS Y AGENTES ARGUMENTOS APORTADOS Y ACCIONES EMPRENDIDAS POSICIONES A FAVOR DEL TRASVASE (Todas suponen la existencia de excedentes) Gobierno de la Nación (MOPTMA, MAPA, Confederación Hidrográfica del Tajo) Gobierno Regional Murciano Gobierno Regional Valenciano Junta Central de Regantes del Segura - El problema del agua es entre cuencas hidrográficas y no entre autonomías. - La política de aguas es competencia del Estado y no de las CC.AA. - Agilizar la aprobación del PHN. - Desde Castilla-La Mancha se está manipulando a la opinión pública. - El Decreto que en 1989 declaraba de interés nacional Has de regadío en La Manchuela de Albacete y Cuenca, respetaría los derechos históricos de los regantes valencianos. - El Gobierno de la Nación debe tomar cartas en el asunto -ante la tardanza de la Comisión de Explotación del Trasvase en aprobarlo. - Ha habido mala gestión de los embalses en la cabecera del Tajo, habiendo desperdiciado Hm 3 en 14 años.

16 16 Confederación Hidrográfica del Segura UPA de Murcia - Falta de rigor y racionalidad en el debate del agua. - Único perjuicio del trasvase sobre la cabecera del Tajo es de caída en los niveles de los pantanos y sus efectos sobre los deportes acuáticos. - Los problemas de abastecimiento y riego en La Mancha se deben a la falta de infraestructuras, no a la falta de agua en los pantanos. - Si hay pueblos de Castilla-La Mancha sin agua se debe a que Bono no ha procurado las infraestructuras necesarias. POSICIONES EN CONTRA DEL TRASVASE (Todas asumen que no hay excedentes). Gobierno Regional de Castilla-La Mancha Partido Popular de Castilla-La Mancha Izquierda Unida de Castilla-La Mancha ASAJA, UPA y COAG de Castilla-La Mancha Universidad de Castilla-La Mancha Asociación de Municipios Ribereños de los embalses de Entrepeñas y Buendía. Grupos ecologistas -Greenpeace, CODA, Hoces de Cuenca, Aedenat. - El trasvase es ilegal, pues no hay excedentes en la cabecera del Tajo. - Existen necesidades hídricas en Castilla-La Mancha que no han sido cubiertas todavía. - El trasvase acentúa el desequilibrio entre las regiones españolas. - El extracto de expediente para el Consejo de Ministros de la Nación reconoció que no había excedentes. - Al aprobar el trasvase de recursos no excedentarios, toda España estará en contra de los trasvases. - Iniciativa legislativa ante el Congreso de la Nación del Proyecto de Ley Regulador de Trasvases de Agua -evitar trasvases desde cuencas no excedentarias. - Manifiesto del Agua. - El Gobierno Regional está manejando electoralmente el tema del agua. - La maniobra del Ejecutivo Regional es electoralista e innecesaria: sólo hace falta hacer cumplir la Ley del Trasvase. - La responsabilidad es del Gobierno Regional y del Gobierno de la Nación, por no haber abordado en profundidad el debate del agua. - No pueden quitar el agua a Castilla-La Mancha para beneficiar a otras comunidades. - ASAJA matiza el tufillo electoral del Manifiesto del Agua. - Los derechos históricos sobre el agua es un mito que hay que desterrar. - Indefinición jurídica suscitada por el concepto de excedentes. - Antes de la aprobación del trasvase, se pide la dimisión de los responsables de la Junta de Explotación del Trasvase y de la Confederación Hidrográfica del Tajo. - Después de aprobado el trasvase, junto con fuertes ayudas económicas para la zona, se guarda silencio. - El trasvase es irracional, y se realiza por la necesidad de justificar la obra. - Hay que racionalizar el uso del agua antes de realizar trasvases. NO SE MANIFIESTAN PÚBLICAMENTE (Lo que no quiere decir que no tengan opinión formada) Organizaciones nacionales de los partidos políticos, ASAJA, UPA y COAG )Quien calla otorga?

17 17 FUENTE: La Tribuna de Albacete, La Verdad de Albacete y El País de los meses de mayo, junio, julio y agosto de La posición del Gobierno de Castilla-La Mancha en la guerra del agua del verano de 1994 fue considerar ilegal el trasvase de agua desde la cabecera del Tajo al Segura en la medida que la Ley prohibe trasvasar agua cuando no existan excedentes en la cuenca del Tajo. El Gobierno de Castilla-La Mancha culpa al MOPTMA por la dejación que ha hecho de sus obligaciones, condescendiendo con peticiones reiteradas y crecientes de un recurso cada vez más escaso, reconocido como no excedentario en el extracto del expediente para el Consejo de Ministros del 26 de abril de Además opina que se está poniendo en peligro la aprobación del Plan Hidrológico Nacional por parte de aquellas regiones potenciales cedentes de recursos (Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Presidencia, 1994). Los partidos políticos de oposición al Gobierno de Castilla-La Mancha, y los sindicatos agrarios de ámbito regional, califican de electoralista la posición adoptada por el Gobierno regional, aunque en el fondo también muestran su rechazo al trasvase. Sin embargo, los órganos nacionales de los partidos políticos y los sindicatos agrarios han sido "incapaces" de definir y manifestar una postura clara ante la problemática del trasvase. La cuestión ha tomado un cariz marcadamente regional, con posturas divergentes de una misma organización dependiendo desde que región hablara. La oposición inicial de la Asociación de Municipios Ribereños de los Pantanos de Entrepeñas y Buendía remite cuando el MOPTMA propone un plan de fuertes ayudas económicas para la zona en compensación por el trasvase. Claro ejemplo de cómo en la práctica es posible comprar el agua de las formas más insospechadas posibles. Si bien se puede estar de acuerdo con que sea el Gobierno de la Nación quien establezca las normas sobre la gestión del agua, lo mínimo que se puede pedir es que éste explicite cuáles son las reglas del juego que definen el manejo de este recurso, no siendo de recibo la política de hechos consumados basada en el oscurantismo. Si en última instancia la discusión deviene en si existen o no excedentes, pongámonos primero de acuerdo sobre éste hecho. Si se alcanza el consenso se habrá logrado desterrar la arbitrariedad actual que sólo genera un diálogo de sordos, donde las razones de cada uno son las buenas y verdaderas. En palabras de José Manuel Naredo (1995), "el aluvión de críticas que levantó la

18 18 divulgación de los documentos que componen el presente Plan Hidrológico encubrió el principal mérito del mismo: el haber operado un cambio fundamental en la problemática planteada al desplazar el centro de interés de la Administración desde la gestión de las obras hidráulicas hacia la gestión del agua como recurso. Precisamente este cambio de orientación es el que avivó preocupaciones que habían permanecido largo tiempo soterradas, dando pie a buena parte de las críticas mencionadas así como a la reciente polémica entre autonomías, que levantó grandes titulares de prensa sobre la "guerra del agua" por sólo un puñado de hectómetros cúbicos -que apenas alcanzan a representar el 5% de la cantidad para la que el canal del trasvase Tajo-Segura está dimensionado. El simple hecho de que la discusión de trasvasar o no sólo el 5% de la cantidad anual de agua para la que se habían construido años atrás las costosas infraestructuras disponibles, levantara semejante polémica enfrentando incluso a dos presidentes autonómicos del mismo partido político, invita a abordar con prudencia la construcción de nuevas infraestructuras y a replantear el modo de consensuarlas antes, y no después, de haberlas realizado. Porque el interés nacional o el bien común al que pretende servir la planificación hidrológica, no cabe esperar que caiga del cielo, ni de la mente preclara de ningún político o técnico carismático, sino de lo que los ciudadanos de este país convenientemente informados discutan, consideren y acuerden como bueno e interesante". A diferencia de lo que ocurre en los países del centro y norte de Europa, los condicionantes geoclimáticos de gran parte de la península ibérica llevan a que la evapotranspiración potencial -el agua que se gastaría si se cubriera todo el suelo de vegetaciónsea mayor que la precipitación media. Este hecho determina zonas áridas con escasez física de agua en calidad y cantidad que limitan el desarrollo de la vegetación y de actividades humanas. "Lo anterior muestra que en España el objetivo de aumentar la vegetación -ya sea con fines productivos o ecológicos- entra normalmente en competencia con aquel otro de ampliar las disponibilidades y los otros usos del agua: si se deseara ampliar la cobertura vegetal -acercando la evapotranspiración real a la potencial- ésta podría llegar a absorber toda la precipitación e incluso originar un déficit para este fin en todas las cuencas con la excepción de las del Norte, lo que hace de la política de cultivos, regadíos, repoblaciones y demás usos consuntivos del agua, una variable previa a definir para que se puedan prever con solvencia los posibles déficits o excedentes. Así, la extensión de los regadíos "mesetarios", amén de otros usos y prácticas "consuntivas", unidos a la pretensión de usar los embalses para fines recreativos, pueden convertir en déficit cualquier hipotético excedente trasvasable. Lo cual denota que los trasvases

19 19 de agua alcanzan, en la mayoría de los casos, una dimensión socioeconómica y no sólo técnica: no se trata de resolver técnicamente el planteamiento decimonónico de tomar de un territoio un recurso naturalmente excedentario, para llevarlo a otro que es deficitario, sino de discutir sobre la conveniencia de utilizar un recurso naturalmente deficitario en un territorio o en otro. La dimensión económica de esta problemática se acentúa ciertamente con la tendencia a atribuir un valor monetario a los recursos naturales. Pero los trasvases y transferencias de agua alcanzan dimensiones más polémicas que las del dinero, por cuanto se trata no sólo de un recurso valorable, sino también de un elemento necesario para la vida, condicionante de la propia existencia de los asentamientos humanos y de los ecosistemas y paisajes que los envuelven" (Naredo, 1995). III.3.2 La contaminación del río Tajo. La calidad de las aguas del río Tajo a su paso por Castilla-La Mancha es, en términos generales, bastante deficiente. La incorporación de las aguas contaminadas de los ríos Guadarrama, Henares y Jarama son la causa de esta situación. El río Guadarrama recibe los vertidos urbanos e industriales de importantes núcleos de población de la Comunidad de Madrid, así como vertidos difusos de carácter ganadero y agrícola. Al río Henares van a parar los vertidos urbanos e industriales de Guadalajara y otras poblaciones importantes. El Jarama, aguas abajo de la incorporación del Henares, recibe la fuerte carga contaminante urbano-industrial de la ciudad de Madrid, creando graves problemas sobre el río Tajo desde la Junta del Jarama y el Tajo en Aranjuez hasta aguas abajo de Talavera de la Reina. El panorama que ofrece la Junta de los ríos en Aranjuez resulta de lo más apocalíptico, confluyendo las aguas contaminadas y muertas totalmente negras del Jarama, con las aguas eutrofizadas del Tajo, en un paisaje de tierra muerta por escenario. Los vertidos de la ciudad de Toledo y su polígono industrial también contribuyen a empeorar la calidad de las aguas. A pesar de los esfuerzos en depuración llevados a cabo en Madrid, Guadalajara y algunos municipios de Castilla-La Mancha, la calidad del agua del Tajo es todavía muy deficiente (García Doñoro, 1993, 9). IV. POR LOS CAMINOS DE DON QUIJOTE: UN ESFUERZO EN POS DEL SENTIDO

20 20 COMÚN. A la hora de justificar la necesidad de una política hidráulica en España, tradicionalmente se ha apelado a los siguientes argumentos: 1) La irregularidad de las precipitaciones tanto espacial como temporalmente. El 11% del territorio peninsular -la España húmeda- posee el 49% de los recursos hídricos, mientras el 89% del territorio -la España seca- cuenta con la mayoría de la población y sólo el 51% de los recursos hídricos. 2) La irregularidad en la distribución de la población y el crecimiento de la misma concentrado en el área mediterránea. Pero ya es hora de desenmascarar esta patraña. Los estilos de vida y la cultura del agua tradicionales han sabido aprovechar y adaptarse sabiamente a las condiciones naturales del entorno. Pero desde que el urbanismo y el desarrollismo se convirtieron en los abanderados del proceso de crecimiento económico español, la madre Naturaleza es ahora muy mala porque sigue lloviendo donde siempre y los cauces de los ríos no traen el doble de agua. El destino del agua no debe estar supeditado exclusivamente a la maximizacióm del producto nacional bruto. Tampoco debe ser decidido por las promesas sobre regadíos de los políticos de turno. Un debate en profundidad sobre el agua sigue estando ausente de la vida cotidiana, mientras tanto, la gran mayoría de la sociedad civil se entretiene con las superficiales disputas en que se enzarzan los políticos y los grupos de interés más poderosos. El Plan de aprovechamiento de recursos hidráulicos de Castilla-La Mancha, (Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 1986) hace especial hincapié en la necesidad de aumentar la superficie de regadío con el fin de equiparar el sector agrario de la región con el del resto de las regiones españolas. En caso de no conseguirse este objetivo se pronostica la conversión de la agricultura regional en grandes superficies de cereal de bajo rendimiento, altamente mecanizadas, generadoras de poco empleo. En la medida que una parte importante de la población depende de la agricultura, esto tendría graves consecuencias sociales ante la inexistencia de otros sectores económicos capaces de absorber los excedentes de mano de obra, acelerando el envejecimiento de la población y el despoblamiento de amplias zonas de la región. Aunque puede parecerlo, pienso que el título de este epígrafe no es contradictorio. El sentido común en nuestra vida no implica seguir a ciegas los caminos "impuestos" por la mayoría, sino preocuparse por ir descubriendo y construyendo, día tras día, un mundo más justo y solidario. Como Don Quijote, para esta empresa tendremos que cambiar nuestra manera de ver y entender la realidad, aun a costa de ser incomprendidos por parte de la sociedad, que nos verá como locos que arremeten contra rebaños de ovejas y molinos de viento.