ASIRIA EN EL MUSEO BRITÁNICO. Arjona García-Borreguero, Javier

Transcripción

1 ASIRIA EN EL MUSEO BRITÁNICO Arjona García-Borreguero, Javier

2 ÍNDICE....II INTRODUCCIÓN..III BREVE HISTORIA DE ASIRIA EL MUSEO BRITÁNICO....6 LA COLECCIÓN ASIRIA CONCLUSIONES 14 SITES INTERNET...16 BIBLIOGRAFÍA

3 INTRODUCCIÓN La Inglaterra victoriana se puso de enhorabuena a mediados del siglo XIX, cuando el arqueólogo británico Austen Henry Layard ( ) que excavaba en Nimrud y Nínive sacó a la luz los palacios reales de Asurbanipal II y Senaquerib. Durante los años de trabajo de campo fue enviando piezas de gran valor histórico al Museo Británico, del que acabaría siendo nombrado administrador en el año Los trabajos de Layard fueron continuados por su discípulo Hormuz Rassam ( ) que en 1852 descubriría el palacio norte de Asurbanipal en Nínive, con una biblioteca de tablillas de arcilla entre las que se encontraba la famosa Epopeya de Gilgamesh. Todas las tablillas fueron enviadas al Museo Británico donde está almacenada la mayor colección de textos cuneiformes del mundo. Aunque estos arqueólogos no fueron los únicos, si fueron los principales responsables de que actualmente el Museo Británico presente en nueve salas una excepcional recopilación de esculturas y relieves hallados en las excavaciones de los palacios de Salmanasar II, Assur-Narsipal II, Tiglat- Pilaser III, Sargón II, Senaquerib y Assurbanipal, además de otras magníficas piezas como es el caso del obelisco negro de Salmanasar III hallado por Layard en Nimrud. 3

4 BREVE HISTORIA DE ASIRIA La historia de Asiria arranca en el inicio del s XX a.c. cuando la ciudad de Nínive se había convertido en la capital de un pequeño reino local de probable ascendencia acadia. Acababa de desaparecer el Imperio de la Tercera Dinastía de Ur, y un tal Puzur-Assur fundaba la primera dinastía asiria en la ciudad de Assur, en la región que se extiende entre el Zab superior y el Tigris. Sin embargo no será hasta la llegada del usurpador amorreo Shamshi-Adad I ( a.c.) cuando Asiria alcance la categoría de Imperio de la mano de la nueva dinastía, tras una agresiva política de expansión militar que incluyó la conquista de la hegemónica ciudad de Mari. Será el Imperio antiguo asirio. Tras el despegue de Babilonia como gran potencia mesopotámica, gracias a la dinastía amorita inaugurada por Sumuabun a comienzos del s XIX a.c., el rey Hammurabi ( a.c.) integrará a una Asiria independiente en la zona de influencia del Imperio babilónico hasta la llegada a la escena próximo oriental de las tribus kasitas, hititas y hurritas. Después de un periodo de dominación hitita que dejó Babilonia en manos kasitas, el reino de Mitanni dominará buena parte de Asiria hasta la subida al trono de Assur-Uballit I ( a.c.). El nuevo rey asirio someterá 4

5 Babilonia y expandirá nuevamente los límites de lo que se llamará el Imperio Medio Asirio, y que llegará a su máximo apogeo con Tukulti-Ninurta I ( a.c.). Dentro del mismo periodo histórico, Tiglat-Pilaser I ( a.c.) se convertirá en uno de los más grandes reyes asirios de todos los tiempos, gobernando hasta la llegada de las tribus arameas procedentes del desierto occidental, que coincidió con una importante crisis económica y demográfica. De nuevo se hará la luz en Asiria con la llegada al poder de Adad-Nirari II ( a.c.) que se marcó el objetivo de recuperar el poder político y militar que su pueblo había tenido siglos atrás. Con él comenzará el Imperio nuevo asirio, que prosiguió su expansión con Tukulti-Ninurta II ( a.c.), Assur-Nasirpal II ( a.c.) y Salmanasar III ( a.c.). El apogeo del Imperio nuevo llegará con Tiglat-Pilaser III ( a.c.), siendo Assurbanipal ( a.c.) el último gran soberano asirio. En el año 605 a.c. la llegada de los medos marcará el fin definitivo de Asiria tras la conquista de Nínive. 5

6 EL MUSEO BRITÁNICO El museo londinense, auténtico punto de referencia mundial para arqueólogos, historiadores y aficionados al arte en general, tiene su origen en el año 1753, cuando Sir Hans Sloane donó una extensa colección de más de piezas antiguas, cuadros, manuscritos y libros al estado británico. Entre las antigüedades había importantes objetos de Egipto, Grecia, Roma, Oriente Medio, Extremo Oriente, y de América. A esta colección se unió la compra por parte del gobierno de las bibliotecas de Sir Robert Cotton y del anticuario Robert Harley. Con todo el material se montó una exposición permanente en el año 1759 en una mansión del s XVI (casa Montagu), que fue creciendo gracias a las donaciones particulares y las compras realizadas por la entidad gestora dependiente del estado británico. En el año 1782 la colección creció por la compra de las obras de Sir William Hamilton, embajador británico en Nápoles, que incluían piezas de Grecia y Roma. Pocos años después el Museo Británico logró adquirir en 1801 gran cantidad de antigüedades egipcias entre las que se encontraba la piedra de Rosetta, merced a la derrota francesa en la batalla de Abukir a manos de la flota británica. 6

7 Pocos años después, en 1805, el Museo Británico se hizo con un importante stock de piezas griegas (colección Townely) y poco después con los famosos mármoles del Partenón, donados por el conde de Elgin en Con la donación por parte de Jorge IV al estado británico de la biblioteca de su padre en el año 1823, fue necesario trasladar el museo a una nueva sede de mayor capacidad (la sede actual) diseñada por el arquitecto Robert Smirke. En el año 1887 la colección de piezas naturales del museo fueron trasladadas al Museo de Historia Natural de Londres, y en el año 1973 se separó del museo la Biblioteca Británica. Desde entonces el Museo Británico, con más de siete millones de objetos (no todos ellos expuestos), se ha convertido en uno de los mayores museos de antigüedades del mundo. Sin ir más lejos, la sección de Egipto es la segunda mayor colección después de la del Museo Egipcio de El Cairo. La última de las ampliaciones realizadas en el Museo Británico tuvo lugar en el año Ocupando el lugar que en su día albergaba la Biblioteca Británica, el arquitecto Norman Foster diseño el Gran Atrio de la Reina Isabel II, dotando al museo de la mayor plaza cubierta acristalada de Europa y rivalizando en belleza y modernidad integrada con la pirámide del museo de Louvre. 7

8 LA COLECCIÓN ASIRIA Las salas de Asiria es el Museo Británico actualmente son seis monográficas sobre el arte asirio (salas 6 a 10) y 3 dedicadas generales dedicadas a Mesopotamia y la vida en la antigua Asiria (salas 55, 56 y 89). Las salas monográficas se encuentran en la planta 0, tras una serie de esculturas egipcias presididas por la piedra de Rosetta (marcada con un 33 sobre las salas 4): Imagen 1: Plano planta 0 - Museo Británico ( 8

9 Sala 6 Escultura asiria y puertas de Balawat La sala incluye esculturas en piedra y relieves de varios templos y palacios. Entre las esculturas se encuentran las estatuas colosales de figuras humanas aladas con cabeza de león, que flanqueaban la entrada al palacio real de Assur-Narsipal II en Nimrud. Imagen 2: Estatuas del palacio de Assur-Narsipal II en Nimrud 9

10 Además en la sala se pueden contemplar fragmentos y una réplica de las enormes puertas de bronce de Salmanasar III en Balawat, así como el obelisco negro del mismo monarca, además de una estatua de Assur- Narsipal II y un panel de piedra del palacio de Tiglat-Pilaser III. Imagen 3: Obelisco negro de Salmanasar III 10

11 Salas 7 y 8 Palacio de Assur-Narsipal II en Nimrud Esta sala incluye la decoración en paneles de piedra del palacio noroeste en Nimrud del rey Assur-Narsipal II. En ellos se representa al rey realizando diversas actividades entre las que destacan campañas militares. Imagen 4: Panel de piedra (Palacio de Assur-Narsipal en Nimrud) Sala 9 Palacio de Senaquerib en Nínive Aquí se muestran paneles en piedra de la decoración del palacio de Senaquerib en Nínive, destacando algunos donde se ven las técnicas de transporte de grandes esculturas, además de varias campañas militares del monarca asirio. 11

12 Sala 10a Palacio de Asurbanipal en Nínive Presenta una serie de relieves (paneles en piedra) que decoraban el palacio de Asurbanipal en Nínive, y que representan el deporte real de la caza del león. Son escenas llenas de tensión y realismo, que representan la culminación del arte asirio. Imagen 5: Panel de piedra (Palacio de Assurbanipal en Nínive 12

13 Sala 10b Palacio de Senaquerib (Escenas de Laquis) La sala muestra relieves que describen la captura de la ciudad perteneciente al reino de Judá por parte del rey Senaquerib. Sala 10c Palacio de Sargón II en Khorsabad Se muestran las colosales estatuas de toros alados con cabeza humana que estaban a la entrada del palacio como guardianes protegidos por espíritus y poderes mágicos. También se pueden ver escenas del rey en escenas de caza. 13

14 CONCLUSIONES El Museo Británico es uno de esos lugares en los que el visitante no sabe si escandalizarse o mostrarse agradecido por tener a su alcance una impresionante colección de antigüedades que representa la historia de la humanidad prácticamente desde sus orígenes hasta nuestros días. Digo escandalizarse por imaginar de qué manera y en qué momento de la historia reciente, todas esas piezas únicas salieron de sus países de origen para formar parte del patrimonio británico. Es este sentido cabe preguntarse, no deberían estar en Egipto la piedra de Rosetta, en la Acrópolis de Atenas los mármoles del Partenón y en Irak los leones alados del palacio de Assur- Narsipal II? La respuesta no es sencilla. Gracias a que están en Londres desde principios del s XIX, hoy en día tenemos la seguridad de que podremos verlos y admirarlos hoy y en el futuro. Sabemos que estarán bien tratados y conservados, y que serán joyas arqueológicas valoradas en su justa medida. Si hubieran estado en sus países de origen, quién hubiera garantizado que en este momento y tras la guerra de Irak los toros alados no estarían destruidos por algún fundamentalista irracional, o formando parte de alguna colección privada como algunos de los tesoros de los museos iraquíes?. 14

15 Realmente es preocupante el pensar que un arrebato de la Primavera Árabe uno de estos días pudiera llevarse por delante el tesoro de Tutankamón o la Paleta de Narmer del Museo Egipcio del Cairo. En mi última visita al Valle de los Reyes en la orilla oeste de Tebas, hace ahora cuatro años, los turistas seguían poniendo la mano y tocando las pinturas policromadas de la tumba de Ramsés VI, ante la pasividad de guardianes, propios y extraños. Nadie duda que si las tumbas del Valle de los Reyes se llevaran piedra a piedra a un parque arqueológico occidental tendrían las mejores medidas de seguridad para que el público disfrutase sin deteriorar pinturas murales de más de 3000 años de antigüedad. Por otro lado tenemos en Madrid el templo de Debod, salvado de las aguas por la UNESCO en 1968, pero hay que reconocer que no luce igual que sus homónimos situados en las orillas del lago Nasser, como el de Amada o el de Wadi el Seboua, por no hablar de Abu Simbel. El Valle de los Reyes debe permanecer en Tebas y lo suyo sería que el palacio de Nimrud se pudiera reconstruir en Irak. Sin embargo, la triste realidad es que gracias al pillaje de los arqueólogos franceses e ingleses, tenemos preservado parte de un patrimonio inigualable. 15

16 SITES INTERNET

17 BIBLIOGRAFÍA Vázquez Hoys, Ana María (1997). Historia Antigua Universal. Madrid: UNED Wagner, Carlos G. (1999). Historia del Cercano Oriente. Salamanca: Ediciones Universidad Roux, Georges. Mesopotamia: historia política, económica y cultural. AKAL 17