Era una tranquila tarde de verano y Muca

Transcripción

1 CapÍtUlo 1 Una llamada inquietante Un peligro serio, una broma o un misterio? Era una tranquila tarde de verano y Muca bebía a sorbos un granizado de manzana en la terraza de su hotel. Necesitaba descansar un momento. Y se relajaba mirando cómo el sol se ponía tras la cima nevada del Hohgant, el pico más alto del valle. A Muca le encantaba aquel paisaje. De fondo oía el griterío de los niños que jugaban en el pueblo; faltaban pocos días para que terminara el curso escolar. Las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina. Por eso en el Hotel Miravaca había un trajín de aúpa: tenían que prepararlo todo para la llegada de los turistas. 7

2 Wilma y Guilma, las dos hermanas pequeñas de Muca, habían ido al hotel para echar una mano. Pásame aquellas sábanas de allí pidió Wilma subida en lo alto de una escalera. No puedo! dijo Guilma. Está sonando el teléfono! Guilma corrió hacia la recepción del hotel como si fuera a embestir a alguien y levantó el auricular con los cuernos para ganar tiempo. Hotel Miravaca, dígame! resopló con la cara roja. La dueña? Sí, espere voy a llamarla Wilma, sabes dónde anda Muca? La llaman 8

3 por teléfono! gritó tapando el auricular con la pezuña. Antes estaba en la terraza, voy a ver respondió Wilma, que bajaba por la escalera del almacén. Y a continuación vociferó: Muca! Ven! Tienes una llamada! Quién es? respondió Muca medio adormilada. No sé, no me ha dicho su nombre respondió Guilma. Muca soltó un bufido y fue a recepción. Buenos días, con quién hablo? preguntó Muca intrigada. Escúchame bien, no importa quién soy dijo una voz grave y sombría. De aquí a pocos días podría desaparecer una niña No entiendo Qué niña? Con quién hablo? Como no hubo respuesta, la vaca volvió a la carga:

4 Quiero saber con quién hablo! Tú, y solo tú, puedes salvarla del lío en el que se ha metido continuó la voz tenebrosa. Date prisa! Cuando se haya agotado el tiempo, la joven acabará en el Círculo Tras estas terribles palabras, solo quedó el piiiii de la línea cortada. Muca se quedó helada y con el auricular en la pezuña. Quién era? Va todo bien? preguntó Wilma, al verla quieta y en silencio. Una llamada anónima nos avisa de que una niña está en peligro respondió preocupada mientras colgaba el teléfono. 10

5 Debe de ser un chiflado opinó Guilma, que estaba atenta a la conversación. Seguro era una broma de mal gusto. No lo sé, chicas, la llamadita se las trae. Tengo que meditar un poco antes de decidir si creérmela o no respondió Muca. Acto seguido se fue a su habitación. Se ponía el sol y por la ventana se filtraba una tenue luz rosada que acariciaba los muebles, los libros, las sábanas y a nuestra vaca favorita. 11

6 Muca contempló tumbada en la cama cómo el cielo se apagaba lentamente hasta que se hizo de noche. Menudo problema! Y ahora qué hago? pensó mientras acariciaba los lazos de sus trenzas. 12

7 La habitación estaba en silencio. Por la ventana llegaban los últimos gritos de los juegos nocturnos de los niños. No puedo quedarme quieta! Ni aunque se trate de una broma! exclamó Muca. Se levantó de la cama nerviosa y empezó a dar vueltas por la habitación. Después de pensar un buen rato tuvo una ocurrencia tan inesperada como una flor entre el hielo. Aquellas voces a lo lejos le dieron la idea: Los niños! Los niños! Ellos sabrán algo! 13

8 CapÍtUlo 2 El brazo peludo de la ley Fue al comisario como primer recurso y la suerte, como un río, siguió su curso La desaparición de una niña era un caso muy delicado. Por eso Muca tuvo que denunciar la llamada anónima a la policía. No podía actuar por su cuenta. La vaca se vistió de investigadora, con su gabardina amarilla de agujeros dibujados, y se dirigió a paso ligero hacia la comisaría de Affoltern. Aquella gabardina la había hecho su abuela Dorotea, y estaba inspiraba en los agujeros del queso preferido de Muca, el queso de Emmental. Era su amuleto de la buena suerte y una señal clara de que había empezado la investigación. El comisario, corpulento y afable, estaba sentado 14

9 entre montañas de papeles, liado con un caso sobre una pelea cerca de Eggiwil. Puedo pasar, Osorio? preguntó Muca mirando a través de la puerta del despacho. Muca, qué sorpresa! Entra, por favor Cuánto tiempo sin vernos! Qué te trae por aquí a estas horas? Vienes de visita o tienes alguna novedad? Es terrible, Osorio! Podría producirse un rapto. Hace unas horas he recibido una llamada anónima que me avisaba de la desaparición de una niña. Sabes tú algo? Anónima, anónima El mundo está lleno de locos. Si tuviéramos que hacer caso de todas las llamadas anónimas, estaríamos apañados! exclamó Osorio, que era capaz de sonreír y al mismo tiempo mordisquear la boquilla de su pipa apagada. Es verdad, el mundo está lleno de locos. Pero a veces están tan locos que acaban haciendo lo que dicen replicó Muca. 15

10 No podemos correr el riesgo de equivocarnos, Osorio! Podría haber una niña en peligro 16

11 Lo entiendo respondió Osorio. Pero hasta el momento nadie ha denunciado la desaparición de una niña. Así que no puedo hacer mucho. Me gustaría poder ayudarte más pero 17

12 El mensaje era claro: Muca tendría que investigar por su cuenta. Le extrañaba un poco que el comisario no tuviera noticia de ningún rapto. Si alguna niña hubiese desaparecido, alguien habría puesto una denuncia Quizá el rapto no se había producido ni se iba a producir nunca. Sin embargo, aquella voz sombría no parecía estar de guasa 18

13 En cualquier caso, Muca no podía permitir que secuestraran a una inocente. A la mañana siguiente, temprano, fue al colegio de Affoltern para preguntar si los últimos días había faltado alguien y para pedir un listado de las niñas del pueblo. La directora del colegio, la profesora Helena Nito, escuchó con los pelos de punta la historia de la vaca. Al repasar las listas de asistencia, Helena Nito observó que en el último mes solo dos niñas de 4º habían faltado unos días por motivos de salud: Sofía Lothard y María Bertrant. Sofía había regresado justo en la última semana del curso. María, por el contrario, aún no había vuelto a clase. Muca conocía bien a los niños de la zona porque muchos compraban helados o zumos de naranja en el bar del hotel Miravaca. 19

14 Otros asistían al curso de alforn, una trompa típica de los Alpes, que impartía Selma por las tardes en la sala de reuniones del hotel. Pero estas dos niñas vivían en las afueras de Affoltern, en un pueblecito llamado Emmenmatt. Por eso Muca no las conocía. Según sus fichas escolares, ambas jugaban en el mismo equipo de hornuss. 20