BUTLER Y LA RELACIÓN ENTRE JUDAÍSMO, JUDEIDAD Y SIONISMO. Después de algunas reflexiones sobre la relación de la filosofía con la teología en el

Transcripción

1 BUTLER Y LA RELACIÓN ENTRE JUDAÍSMO, JUDEIDAD Y SIONISMO RAÚL GUZMÁN GONZÁLEZ Filósofo con estudios en Maestría U. de La Salle Podemos elegir dónde vivir y con quién, pero no podemos elegir con quién cohabitar la tierra Judith Butler Después de algunas reflexiones sobre la relación de la filosofía con la teología en el pensamiento de Habermas, a raíz de mi lectura del texto, El poder de la religión en la esfera pública, del cual tuve la oportunidad de realizar una relatoría sobre la conferencia, Lo político: el sentido racional de una cuestionable herencia de la teología política de Habermas, elegí para este trabajo, estudiar la conferencia El judaísmo es sionismo? dictada por la filósofa judía norteamericana, posestructuralista y estudiosa del psicoanálisis, la teoría literaria y la antropología, considerada militante feminista, Judith Butler, en el marco del histórico encuentro realizado en la Cooper Unión de Nueva York, el 22 de octubre de 2009, en el cual participaron Butler, Habermas, Taylor y West. En esta oportunidad, sobre dicha conferencia de Judith Butler, específicamente me referiré a la relación entre judaísmo, judeidad y sionismo y al concepto de cohabitación que ella analiza, relacionada con la perspectiva ética judía, en el contexto del exilio y la marcada experiencia de la desposesión, esa mirada existencial y del mundo, desde la precariedad de un habitar en el desarraigo, que genera maneras de pensar disímiles algunas orientadas por el odio y el resentimiento y otras, por el contrario, dispuestas al perdón. Por qué escogí este tema y la mencionada autora? Porque cuando vi el título de la conferencia, no conocía ningún texto de Butler, pero me atrajo que se refiriera al pueblo judío, un conglomerado 1

2 humano por el que siempre he sentido gran admiración y algunas veces curiosidad intelectual por averiguar a cerca de él, pues le ha aportado a la humanidad un número importante de pensadores extraordinarios en los diversos campos del conocimiento y ha mantenido a través de la historia una arraigada identidad étnica y cultural cuestionable e interesante para estudiar. Con respecto a la autora, Judith Butler, he averiguado a propósito de este análisis, de su conferencia en la Cooper Unión de Nueva York, que es una persona sui géneris, especialmente por sus polémicas concepciones de género y políticas, que ingresó a los espacios de la filosofía, inicialmente a través de su cercanía con el pensamiento judío, inmerso en el discurso de la tradición ética y que ha librado grandes batallas, por sus ideas, lo cual le ha ocasionado que la consideren simpatizante de Hamas y de Hezbollah, - por afirmar que estos movimientos sociales son progresistas, y que forman parte de una izquierda global, lo cual les da una gran importancia en el panorama político - acusación que ella ha negado, también la han tildado de antisemita, otra afirmación desmentida por Butler, pues formularle críticas al Estado de Israel, no es una razón para ser antisemita, ni apreciar y respaldar al pueblo judío, no significa estar de acuerdo con la violencia de Estado que muchas veces ha ejercido. Pues bien, es esta la oportunidad de dirigir unos pasos más, aproximándome a la comprensión del pueblo judío, intentando interpretar sus distintos posicionamientos, donde la íntima relación entre política, identidad étnica y cultural y teología señalan una encrucijada de senderos. Judith Butler comienza la conferencia declarándose no especialista ni en religión ni en la vida pública; sin embargo sus reflexiones hacia allá la han orientado al pensar en la compleja relación entre judaísmo, judeidad y sionismo. (Butler, 2011, p.69). Manifiesta que su preocupación ha sido el intento de ser consecuente con los valores de la paciencia y la 2

3 perspicacia, para emprender la tarea que también otros han realizado de desentrañar en el fenómeno religioso, algunos aspectos que merecen una consideración y un análisis, porque no están del todo esclarecidos en el discurso público. Después de esta explicación inicial advierte sobre la prudencia que se debe desarrollar al utilizar el término religión en el contexto de lo público, porque probablemente, el vocablo religión no es conveniente tomarlo como una categoría que permite comprender a todas las religiones en una misma relación frente a la vida pública, y en ese sentido argumenta que cada religión tiene su manera singular de relacionarse con lo público y de igual manera lo público también se relaciona con cada religión de manera diferente, agregaría en mi interpretación, dependiendo de su posicionamiento social y cultural. Es así afirma Butler, que algunas religiones, no sólo ya están dentro de la esfera pública, sino que constituyen a fijar unos criterios que delimitan lo público y lo privado. (Butler, 2011, p.70). Tal es el caso, me atrevería afirmar de la tradición del judaísmo que mantiene una fuerte relación ontológica con lo político y también con la esfera privada de sus ciudadanos, instalándose en la vida pública con gran influencia en las decisiones políticas. En relación con el discurso iniciado, nuestra filósofa judía norteamericana, así como contempla la necesidad de precisar la relación de cada religión con la esfera pública, de la misma forma considera importante no referirse a una secularización en general, sino que contempla que ésta también posee singularidades, dependiendo de sus concepciones y afirma: No es lo mismo referirse a un judío no creyente que a un católico no practicante; aunque se supone que ambos se han apartado de sus creencias religiosas, puede haber otras formas de pertenencia que no impliquen o exijan creer. Así, la secularización puede muy bien ser un modo en el que la vida judía sigue siendo judía. (Butler, 2011, p.70). 3

4 De acuerdo con Butler, considero que un católico no practicante, es factible que carezca de sentido de pertenencia, a la comunidad, su afiliación al catolicismo puede ser más formal que real, el nombre de hermano en Cristo, no le logra generar lazos de fraternidad, ni ejerce una clara influencia en su comportamiento privado y público como ciudadano. En el caso del no creyente judío, la situación sí es diferente, porque más allá del judaísmo, están los lazos de sangre, su condición de judío, probablemente le marca un camino secular en la vida con compromisos éticos, incluso de solidaridad con sus iguales. Tal comportamiento les otorga a los judíos una condición de fortaleza social que no poseen los católicos, ni siquiera los practicantes. De acuerdo con este planteamiento, la religión influye en la formación del sujeto y en su vida ciudadana, marcando diferencias. Hace algunos años tuve oportunidad de conocer de cerca el colegio Colombo Hebreo en Bogotá y pude observar que en todo el proceso académico de los estudiantes, la influencia del rabino era aún más importante que la de los profesores. Se le contemplaba como líder y paradigma de un modelo a seguir no sólo en el campo de la espiritualidad, sino en el horizonte secular ético. Por otra parte Butler comenta sobre la relación profundamente compleja y generadora de grandes tensiones que compromete en un punto de confluencia a la religión y a la vida pública, cuando formularle críticas a la violencia de Estado israelí, se considera antisemita. Es importante aclarar según la filósofa, que algunas de estas críticas en efecto sí se realizan motivadas por odios antijudíos, pero otras por el contrario, sintiendo amor por Israel y con un claro horizonte de pertenencia comunitaria, se repudia la ya mencionada violencia de Estado. En concordancia, afirma: 4

5 Si uno critica abierta y públicamente la violencia de Estado Israelí, entonces se le considera antisemita o antijudío, y sin embargo criticar abierta y públicamente esa violencia es en cierto modo un exigencia ética de los judíos, tanto creyentes como no creyentes (Butler P.71). Butler en la misma dirección de Arendt, manifiesta que no en todos los casos judaísmo (la fe monoteísta que guía e ilumina al pueblo de Israel e interpreta la voluntad de Dios mediante la lectura de la Biblia y la Torá; y espera la llegada de un Mesías) y judeidad o judaicidad (condición existencial del individuo judío) equivale a lo mismo, como tampoco el judaísmo y la judeidad implican estar de acuerdo con el sionismo, (movimiento de liberación nacional que ha pretendido desde siempre, la libre autodeterminación del pueblo judío preservando fundamentalmente, una identidad étnica y cultural). En este orden de ideas, comenta que existen diversos puntos de vista y discrepancias de los judíos frente al sionismo, con respecto a las políticas de Estado, las acciones militares y otros tantos temas donde difícilmente existiría un consenso del pueblo o de sus analistas y teóricos. En este sentido las críticas al Estado de Israel, seguramente muchas de ellas tienen su fundamento en el derecho que poseen los ciudadanos y ciudadanas judíos progresistas de pedirle respuestas en el marco de la judeidad, al Estado de Israel que los representa e invocando a la tradición y a la ética del pueblo judío que solicita a sus gobernantes otra forma de ejercer la política. Sin embargo la judeidad se sale un poco de aquello que podemos reconocer como identidad judía porque en su concepción, ser judío implica entablar relaciones éticas con lo no judíos (Butler P.72). Esta es una manera de abrirse al mundo y a la comprensión del otro no judío, que se puede definir como una forma distinta de cohabitación, la cual establece nuevas normas de relaciones sociales y de ver con otra perspectiva ontológica el sentido de la identidad judía, trazando así, un rumbo distinto en la manera de asumir la posición del judaísmo en la vida pública que fundamentándose en el argumento de la cohabitación, formula la crítica a la violencia de Estado (Butler P.72). 5

6 En el análisis que realiza Butler, es muy importante relacionar la crítica pública con la importancia que la filósofa le otorga al concepto de cohabitación, porque en su interpretación se está señalando una postura existencial de honda raigambre étnica y cultural que tiene efectos en las apreciaciones políticas que se pueden mal interpretar como un ataque a la judeidad o a los judíos. Nos dice Judith Butler: La cohabitación es el fundamento ético de la crítica pública a esa violencia de Estado que pretende crear y mantener el carácter judío del mismo por medio de la desposesión radical y la aniquilación de la minoría, ya sea por ocupación, por agresión o por restricciones legales. Estos son ataques a una minoría subyugada, pero también al valor de la cohabitación. Qué quiero decir con este término? Sin duda implica algo menos trivial que afirmar que todos deberíamos caminar juntos, o que la buena vecindad es deseable (Butler P.74). La cohabitación para Butler, sin duda está considerada dentro de los principios liberales de una ética civil ciudadana que rechaza todo tipo de discriminación, sin embargo, esa concepción liberal clásica aprobada universalmente, en el contexto político cultural del pueblo de Israel, se puede interpretar como destructiva para el Estado judío y por ende, una agresión contra el pueblo judío. A juicio de nuestra filósofa, es pertinente retomar ciertas tradiciones de la diáspora (el recuerdo de la huida y de la expulsión en la memoria del pueblo judío), con el fin de argumentar el valor de la judeidad, con relación al ethos frente al exilio y la desposesión, con todo lo que implica cargar en la memoria el peso de aquello que significa el ser refugiado y haber afrontado la precariedad del habitar. Tal recuerdo le puede otorgar a la cohabitación ciertas implicaciones de la tradición y de las raíces étnicas y culturales, para señalar que no sólo al Estado de Israel le corresponde representar los intereses judíos. Interpretando a Butler, en su concepción del sentido de cohabitar, ésta no debe ser una elección, sino una aceptación inclusiva y plural, de la 6

7 convivencia social y política. Según así lo manifiesta, tal percepción corresponde a la realidad originaria de la cohabitación que estaría en contravía con la violencia de Estado y es el espacio donde se vive el riesgo de sentir comunitariamente el estar desposeído y ser vulnerable ante el mundo. El concepto de cohabitación se encuentra muy relacionado al concepto de judeidad ampliamente estudiado por Arent y cuidadosamente contemplado por Bautler, Comprendiendo que el pueblo judío no es homogéneo, podemos decir que la judeidad no es propiamente una categoría étnica, pero sí se relaciona íntimamente con la identidad del pueblo judío, tampoco es la prolongación del judaísmo, aunque sí comprende fundamentos judaicos, pero que se encuentran diseminados en diversas tendencias y perspectivas de apreciación del mundo. Algo que podemos afirmar con respecto a la judeidad es que se encuentra muy relacionada a la tradición de la diápora: A esta versión diaspórica de lo judío se refería también Edward Said en su obra Freud y los no europeos, donde observa que tanto palestinos como judíos tienen una historia similar de desplazamiento, exilio y vida de refugiados en la diáspora, en medio de otras gentes. Es un modo de vivir en el que la alteridad es constitutiva de la identidad propia. Y sobre la base de estas conciencias superpuestas del desplazamiento y la cohabitación heterogénea, Said proponía la diáspora como recurso histórico y principio directivo para repensar como habría de ser un régimen justo en esas tierras (Butler P.75). Según argumenta Butler, en la diáspora se desarrolló una valiosa construcción ética, cimentada en el vínculo con el no judío, donde la justicia poseía relevancia, junto al respeto del semejante, valor que se encarnó como un principio de la judeidad. Butler en esa dirección se orienta en sus comprensiones del fenómeno judío en estudiosos de la diáspora como Benjamin, Levinas, Arendt, Primo Levi, pretendiendo una salida judía que señale la diferencia y separación entre el 7

8 judaísmo y el sionismo, vislumbrando el valor de la cohabitación, la crítica a la violencia de Estado y la importancia del binacionalismo como una forma de permitir cohabitar en el respeto a la diferencia y en la comprensión del otro. A manera de consideración final, quiero comentar que en el texto Vida precaria el poder del duelo y la violencia, Butler refiriéndose al estado de vulnerabilidad en el que quedó el mundo después de los nefastos hechos del 11 de septiembre de 2001, manifiesta que la dramática experiencia vivida, no debe conducir a la violencia ni a las represalias, considera que existen otras formas políticas de afrontar el duelo que no sea abogar por la guerra o cualquier tipo de violencia. Argumenta que padecer un daño, significa que se presenta una buena razón para reflexionar sobre lo ocurrido y en ningún momento, la situación de sentir afectada la soberanía nacional debe ser un motivo de defenderla a un costo que represente respuestas agresivas, suspensión de libertades y de disenso político. Este comentario no sólo es alusivo a los Estados Unidos, sino también es válido para referirse al Estado judío que ejerce la violencia a nombre de su pueblo. Después de introducirme en el pensamiento de Butler, me queda la satisfacción de iniciarme en un tema que me gustaría contemplarlo posteriormente, en su dimensión existencial y en su perspectiva política, ese nexo entre judaísmo, judeidad y sionismo, amerita un reflexión filosófica serena desde diversas llanuras, yo me inclino por aquellas que de una u otra manera forman parte del tejido de la democracia y el diálogo que tiende puentes hacia la comprensión de los pueblos y hacia el entendimiento entre los seres humanos, más allá de las creencias, los colores políticos, las razas y las culturas en una época de la sociedad interconectada, con todas 8

9 sus repercusiones de coexistencia, que vincula fundamentos éticos, estéticos, políticos, económicos y de relaciones interpersonales, entre otros. Dicha característica supuestamente es propicia, para que los habitantes del orbe desarrollemos aquella posibilidad de ejercer la condición de ciudadanos del mundo. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Butler, Judith. (2006).Vida precaria. Buenos Aires. Paidós udithbutlerenespanol.blogspot.com/2012/08/premio-adorno-2012-ii-y-la-polemica.html Butler, Judith (2011). El judaísmo es sionismo? El poder de la religión en la esfera pública. Madrid. Editorial Trotta 9