EN DEFENSA DEL PASEO DE LA REFORMA

Transcripción

1 EN DEFENSA DEL PASEO DE LA REFORMA Silvio ZAVALA Miembro de El Colegio Nacional Al ser honrado con el título de Miembro Honorario de la Academia Mexicana de Arquitectura, me siento precisado a declarar cuánto me falta para merecer esta distinción. Porque mis estudios profesionales han versado sobre los campos de la historia y del derecho, y solamente en ocasiones excepcionales me han acercado a los del urbanismo y la arquitectura, como a continuación explicaré. Cuento en mi biografía con el hecho de haber nacido en la ciudad de Mérida de "Vlicatán, y por ello he recordado alguna vez que se encuentra en la tierra de los mayas. Sin embargo, no han sido las grandiosas ruinas del pasado indígena el objeto de mi trabajo, sino los vestigios que se relacionan con la llegada de los españoles, que en Yucatán han dejado la notable catedral, la casa señorial del adelantado Francisco de Montejo, arcos y murallas, conventos, calles en damero, viejos cascos de haciendas. También se produce la convivencia de gentes y lenguas distintas. Son elementos heredados que poco a poco me hicieron sentir la atracción del pasado. De otra parte, mis estudios y ocupaciones me llevaron por un cuarto de siglo a países de Europa, donde pude darme cuenta de que los escolares visitan las obras cercanas de los romanos, por ejemplo, en la Emérita Augusta de la Extremadura española, que cuenta con teatro famoso, bello puente, acueducto, ruinas de templo dedicado a Diana y ejemplar museo de antigüedades. En sus vacaciones, esos jóvenes hacen viajes a Grecia o a Roma y se interesan por el legado clásico. De suerte que la atracción del pasado es clara y lleva al estudio de la historia, de los monumentos y de las piezas que han quedado en los museos. Tal vez en mi caso debo agregar que no hace mucho tiempo se ha conmemorado el quinto centenario del descubrimiento colombino. Según es sabido, dio lugar a polémicas estériles y fueron escasas las contribuciones merecedoras de formar parte de un legado valioso desde el punto de vista del estudio y de la comprensión del pasado. 257

2 Como yo creo que nuestro país tiene elementos suficientes para llegar a planteamientos mejores, dediqué no escaso tiempo al examen de los monumentos colombinos que han quedado en varias partes del mundo, a fin de mostrar cómo ha sido considerado y sentido ese gran acontecimiento de la historia universal en los varios lugares del orbe que han levantado los monumentos recordatorios estudiados. Y por lo que toca en particular a los de nuestro país, me fijé en los que existen en la capital y en los estados. Naturalmente me detuve ante el que se halla en la primera glorieta del Paseo de la Reforma, debido en su concepción arlistica al escultor firancés Charles Cordier, que fue inaugurado en el año de Eso me indujo a extender el estudio a los otros monumentos del Paseo que se distinguen por su significación histórica, entre ellos el dedicado a la conquista y a la épica resistencia que le opuso Cuauhtémoc, el que recuerda la gesta de los héroes de la independencia en cuya cripta se guardan sus restos mortales, así como el que honra la memoria de los Nifios Héroes defensores del Castillo de Chapultepec. También en las banquetas del Paseo figuran las estatuas de los proceres de los estados que ellos han escogido para representarlos. En estos trabajos se distinguieron maestros y alumnos de la Academia de Bellas Artes, de honrosa memoria. El resultado documentado de esta investigación fue dado a conocer por Fomento Cultural Banamex, en 1991, bajo el título de El descubrimiento colombino en el arte de los siglos XIX y XX, volumen que cuenta con 231 páginas y 84 ilustraciones. Unas Adiciones relativas a la región andaluza y a la isla de la Gran Canaria fueron editadas por El Colegio de México en 1992, en un folleto de 38 páginas y 11 ilustraciones. Tal vez en esta larga andanza seguí el consejo del propio Cristóbal Colón, cuando en la historia del viaje que hizo la tercera vez que vino a las Indias, apuntó: "porque andando más, más se sabe". {Martín Fernández de Navarrete, Colección de los viajes..., Madrid, 1825,1, 262). En la sucesión histórica de los monumentos levantados en las glorietas del Paseo de la Reforma han quedado dos vacíos: el que está a la altura de la calle de Niza y el que cae a la altura de la Calle de Mississippi. Si se observa la cronología se verá que corresponden respectivamente al periodo comprendido entre la conquista y la independencia, es decir, al que con acierto verbal ha llamado José Iturriaga "La herencia cultural del virreinato". Y al periodo siguiente a la independencia o nacional de nuestra historia, que hemos propuesto se dedique a honrar los valores de nuestras constituciones, escogiendo al efecto la liber- 258

3 tad a partir de 1814, la federación de 1824, las garantías individuales de 1857 y las sociales de Ha mediado, sin embargo, una confusión notoria en el presente sexenio, al decidir la Regencia del Distrito Federal la instalación en la glorieta de Mississippi de la Fuente de la Diana cazadora. Se procuró hacer valer que ella no tiene un carácter histórico nacional como los demás monumentos ya existentes a partir de 1877, y que el origen mitológico clásico de la Diana es conocido en la cultura occidental como hija de Júpiter y Reina de los Bosques. En el folleto que dediqué al tema bajo el título de Representaáones de la Diana en el arte antiguo y moderno, editado por la Academia Mexicana de la Historia y el Insütuto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México, en 1992, con 30 páginas y 15 ilustraciones, se puede ver en las pp. 13 y 14, que dicha Fuente y la escultura que representa a la Diana datan de 1941 y 1942, siendo sus autores respectivamente el arquitecto Vicente Mendiola y el escultor Juan Olaguibel. La ubicación sería la última rotonda del Paseo de la Reforma, ya que el monumento, según órdenes del Presidente general don Manuel Ávila Camacho, no tendría connotación histórica o heroica sino un tema bucólico o de la naturaleza inspirado por el inmediato Bosque de Chapultepec. El arquitecto se inclinó por una fuente de tema figurativo relacionado con el bosque, las ninfas, los gnomos, los genios, las hadas, o mejor la Diana Cazadora, recordando la maravillosa estilización que se realizó de la famosa Diana de Poitiers, cuyo tema inspiró tanta belleza en el Palacio de Fontainebleau. Por todo esto la Academia de la Historia hacía valer que la Diana no se instalara en un lugar que no le correspondía por su significación sino en alguna de las entradas del Bosque de Chapultepec o en el interior del mismo. A pesar de ello, el costoso traslado se realizó en la glorieta de Mississippi, y yo escribí en mi folleto que, en caso de prevalecer, tendría que ser recogido en los anales de la capital como un colosal error para memoria de los habitantes y explicación debida a los ojos sorprendidos de los visitantes. No ha sido todo en la serie de infortunios que han agobiado al Paseo de la Reforma en el presente sexenio. En Buho de Excélsior, número 410, del domingo 18 de julio de 1993, publiqué un artículo bajo el título de "La Fuente de la Diana Cazadora, desde el 5 de julio de 1992". Explico en él que la errónea instalación de la Fuente de la Diana Cazadora en la glorieta de Mississippi ha resultado de la reunión de dos inadvertencias, a saber: una, la del carácter 259

4 histórico nacional de los monumentos del Paseo. Y otra, la del origen y significado de la Diana, proveniente de la mitología greco-romana. Al corregir a Júpiter, que hizo Reina de los Bosques a su hija Diana, la autoridad del Distrito Federal ha logrado convertirla en reina del asfalto y de los vehículos del Paseo. Su arco apunta ahora hacia los altos edificios del contorno, o con leve giro, a la columna que sostiene la Victoria o el Ángel de la Independencia, aunque a media altura, porque expertos y profanos observan que la estatua ha quedado fuera de escala, reducida a una miniatura, no sólo con respecto al desproporcionado zoclo sobre el cual se levanta (a diferencia del armonioso conjunto logrado en la Plaza de Ixmiquilpan), sino también ante la elevación de los mencionados edificios que rodean a la glorieta en la que ha sido implantada. Un Acuerdo de la Jefatura del Distrito Federal del 24 de junio de 1992 aclara que una Comisión Asesora procurará asegurar el carácter histórico de las dos glorietas, la anterior y la posterior a la del monumento dedicado a la Independencia. El actual emplazamiento de la Fuente de la Diana sería transitorio, mientras se fija el lugar óptimo definitivo, que tendrá presente el origen y el significado del monumento, así como la atracción popular de la que goza. Mas, según es sabido, del dicho al hecho hay mucho trecho, y termina el presente sexenio sin haber tenido el debido cumplimiento ese razonable acuerdo. En mi citado artículo publicado en El Buho, número 410, también explico que el 12 de octubre de 1992, ocurre el asalto por vándalos disfrazados de indígenas precolombinos al Monumento del Descubridor en la primera glorieta del Paseo. Entre las estatuas dañadas se hallan la de Pedro de Gante y la de Bartolomé de las Casas. Captada la escena por medios modernos de telerisión, se proyecta ante púbhcos de países del Primer Mundo, Todavía el 12 de octubre de 1993, según refiero en el arúculo que lleva por título "Destrucciones y daños causados a monumentos públicos en México", publicado en la re\dsta Vuelta, número 206, enero de 1994, pp , se vuelve a atacar el monumento a Colón en el Paseo de la Reforma; y en Excéhior á^\ 14 de octubre de 1993, comenta a su vez Abel Vicencio Tovar, que la "ciudad está agraviada y se siente amenazada con la impunidad y la lenidad reiteradas del Jefe del Departamento del D.F. y sus subalternos. Esos funcionarios tienen una responsabilidad ante el pueblo". Señalo también en El Buho, número 410, que después se ha converddo la glorieta del Monumento a los Héroes de la Independencia en 260

5 sucursal destinada festejar los resultados (favorables o adversos) de los juegos en los campos de fútbol. Al parecer no se ha alzado voz con autoridad civil o moral para censurar los excesos de la improcedete práctica (más bien se ha dicho que no se debe reprimir el sano regocijo del pueblo); ni se les ha ofrecido a los aficionados otro lugar hábil donde puedan realizar sus manifestaciones sin causar daño a los monumentos del Paseo. Ya son suficientes contratiempos para un sexenio presidencial, pero todavía a fines del mismo ha sobrevenido otra amenaza mayor. En Excélsior, Sección Metropolitana, del 19 de febrero de 1994, el arquitecto Rafael Norma, de reconocido prestigio internacional, y este pertinaz defensor del Paseo de la Reforma, damos cuenta de que se proyecta, con anuencia del Regente y del Director de Reordenación Urbana del Distrito Federal, la construcción de dos macrotorres comerciales en los bordes del Paseo de la Reforma. Una de ellas a la altura de la calle de Tíber, que es la glorieta de la Columna de la Independencia. La otra frente al edificio del Instituto Mexicano del Seguro Social. De nuevo se plantea notoriamente el problema de la escala, que las empresas y las autoridades inclinadas a dar primacía al aspecto comercial de estos proyectos tratan de relegar a lugar secundario. Será evidente asimismo el congestionamiento del tránsito por esa vía principal de comunicación de la ciudad. Luego se ha tenido conocimiento de que estudios honestos de mecánica del suelo y de los efectos sísmicos en la zona son desfavorables a la implantación de las enormes edificaciones proyectadas en ella. Solicitamos a la Presidencia de la República en esos escritos del mes de febrero que se sirviera ordenar la suspensión de la construcción de las torres en los bordes del Paseo. La respuesta de la oficina consistió en turnar el caso a la Secretaría Particular del Jefe del Departamento del Distrito Federal. Acaso tuvo presente la empleada que poderoso caballero es don dinero y son gruesas las cantidades destinadas a esas torres. En Excélsior áe\ 3 de marzo doy las razones históricas y culturales que deben impedir la construcción en esos lugares de las macrotorres comerciales, recordando la destrucción de la ciudad vieja de Varsovia por los tanques del ejército de Hitler y la denodada reconstrucción de ella por el pueblo polaco al lograr su nueva independencia después del fin de la segunda guerra mundial. Narro también cómo se administra y defiende el Central Park de la ciudad de Nueva York, visto por los habitantes de esa gran ciudad y de la nación estadunidense en su función de respuesta afectiva a la vida diaria de los ciudadanos. 261

6 He añadido en Excélsior, del 10 de marzo, una réplica a los argumentos de los promotores de las macrotorres proyectadas en Reforma, que termina insistiendo en la petición de que se cambie el lugar asignado a ellas a fin de librar al Paseo de las deformaciones y del congestionamiento que provocarán. En El Buho, número 444, del 13 de marzo, cito afirmaciones contenidas en el discurso del 6 de marzo de 1994 del entonces candidato del Partido Revolucionario Institucional, licenciado, Luis Donaldo Colosio, que parece ofrecer una nueva perspectiva política que abre la posibilidad de evitar la destrucción del Pasco de la Reforma. Son las siguientes: El candidato "ofrece sujetar al presidencialismo estrictamente dentro de los límites constitucionales de su origen republicano y democrático. Es la hora del poder del ciudadano. Promete una nueva relación entre el ciudadano y el Estado. Da por supuesto que se mantendrá lo propio, nuestros valores y nuestra cultura. Y promete acabar con cualquier vestigio de autoritarismo. Porque el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración del poder. El presidencialismo reformado estará sujeto a los límites constitucionales de su origen republicano y democrático. Con la reforma del poder, cada ciudadano tendrá más libertades, más garantía para que sus intereses sean respetados, para gozar de seguridad y de una aplicación imparcial de la ley. El candidato se propone encabezar un gobierno para responderle a los ciudadanos de las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían servirla. Es la hora de superar la soberbia del centralismo, es la hora de la nación". Animados por estas declaraciones, la maestra Griselda Álvarez y luego quien habla conversamos con el candidato Colosio y se mostró interesado en recibir las explicaciones completas sobre los problemas del Paseo de la Reforma. Quedamos en que se fijaría una fecha próxima para la reunión con los tres integrantes de la Comisión Asesora de los Monumentos del Paseo, que somos las dos personas acabadas de mencionar y el licenciado José Iturriaga. Desgraciadamente la tragedia que sobrevino en Tijuana al atardecer del 23 de marzo cortó esta \ía de comunicación y de entendimiento que mucho prometía. Dada la adecuada designación, el 29 de marzo, de una persona culta y honesta como candidato sustituto el Dr. Ernesto Zedillo, puede esperarse que esa interrupción no sea definitiva. Asimismo, en una reunión celebrada el 22 de marzo en la Residencia Presidencial de Los Pinos entre el Presidente Salinas y los miembros 262

7 de El Colegio Nacional, a la cual asistí en mi calidad de decano de éstos por ingreso que data de 1947, pude decir al primer magistrado, al fin de la conversación, que después de oír a Octavio paz como vecino afectado alrededor de la glorieta de la Columna de la Independencia, me permitía entregarle dos breves textos para su estudio, en los que sugería que: tomando en consideración el debate público al que había dado lugar el anuncio de la construcción de dos macrotorres comerciales en el Paseo de la Reforma, y de conformidad con la Declaración de Chapultepcc, suscrita el 11 de marzo de 1994 al concluir los trabajos de la Conferencia Hemisférica sobre Libertad de expresión {según la cual una prensa libre es fundamental para que las sociedades resuelvan sus conflictos, la libertad de expresión es un baluarte y antídoto contra todo abuso de autoridad, y defenderla día a día es honrar a nuestra historia y dominar nuestro destino, importante documento firmado por el Presidente de la República el 12 de marzo, porque estima fundamental la crítica permanente para que el ejercicio público responda a las demandas ciudadanas y se pueda construir un régimen democrático), era procedente que dicha Presidencia suspendiera la ejecución de la construcción de las dos macrotorres programadas en los bordes del Paseo de la Reforma; y encomendara a Conaculta, con la colaboración del INAH, del INBA, de la Comisión Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural y de la Comisión Asesora de los Monumentos del Paseo de la Reforma, oyendo a otras instituciones pertinentes no gubernamentales, que recomendaran las medidas que debieran adoptarse para completar y en su caso mejorar la protección de los monumentos del Paseo. Asimismo, que si así se estimara pertinente cooperaran a la realización de los estudios que permitieran escoger los lugares de la ciudad de México donde pudieran levantarse las dos macrotorres comerciales proyectadas, sin perjuicio de terceros vecinos, del ambiente y del tránsito alrededor de ellas. Dos artículos de plumas valiosas traen consideraciones perünentes para completar el examen de la amenaza de las macrotorres comerciales. Uno de Rene Aviles Fabila, aparecido bajo el título de "Distrito Federal. Prevalece el autoritarismo", en Excéhior, del 12 de marzo de 1994, que narra de nuevo con mano firme las vicisitudes del Paseo y "destapa" la fosa de los intereses financieros del extranjero y del país que sirven de asiento a los proyectos de las macrotorres comerciales. El otro es de Alberto González Pozo, arquitecto y urbanista, miembro del Comité Mexicano de Icomos, organismo "A" de la Unesco, que fue 263

8 publicado en la Sección Metropolitana de Excélsior, del 13 de marzo de 1994, en el cual se opone al "atentado de levantar un edificio de 250 metros de altura frente a la Columna de la Independencia" y pide la designación de nuevos responsables, verdaderamente capaces de conducir los asuntos en materia de desarrollo urbano y protección ecológica. Ante la situación planteada caben dos hipótesis: la primera a mi juicio recomendable sería que con claridad y firmeza, conciencia histórica y cultural, en atención a los sentimientos patrióticos heridos de los ciudadanos respetuosos de la Columna de la Independencia y de todo lo que ella significa, la Presidencia de la República ordenara, como respetuosamente se le ha solicitado, la suspensión de la construcción de las macrotorres en los bordes del Paseo de la Reforma, abriendo al estudio si así lo estimara pertinente su ubicación en otros lugares de la ciudad. La segunda consistiría en que, siguiendo la vía del autoritarismo y accediendo a las peticiones de los especuladores urbanos del extranjero y del país y de las personas y empresas asociadas a ellos, se prosiguiera la construcción de las macrotorres en los bordes del Paseo, lo cual comprometería no sólo la responsabilidad de las autoridades del presente sexenio sino también de las que el pueblo mexicano elegirá en el próximo mes de agosto. Como historiador responsable de larga trayectoria en el oficio desaconsejo sinceramente esta segunda posibilidad. México, D.F. a 4 de mayo de