Melendo, Tomás; La dignidad del trabajo; RIALP; Madrid 1992.

Transcripción

1 Melendo, Tomás; La dignidad del trabajo; RIALP; Madrid En la presente obra su autor Tomás Melendo 1 pretende rescatar -en un estilo ágil sencillo y a la vez profundo- tanto la dignidad del trabajo humano como las dimensiones del mismo. El ejercicio hoy de todo trabajo profesional plantea estimulantes cuestiones. Nuestro mundo reclama una gran dedicación del tiempo diario al trabajo, muchas veces postergando el necesario tiempo a la familia, diversión y amistad. Junto a lo anterior, la forma de abordar el trabajo de cada persona, afecta la vida y desarrollo de toda sus existencia, desde como usamos el tiempo, los recursos, los afectos etc. Para muchos la realidad laboral es fuente de hondas y continuas satisfacciones, en cambio para otros, ocasión de frustraciones permanentes, pero para una masa inmensa ambas situaciones se combinan a diario en el trabajo. Esa publicación intenta esclarecer los motivos que conducen a resultados tan dispares, que no están necesariamente amarrados de forma exclusiva con las capacidades humanas. Estudia bajo qué condiciones fundamentales el trabajo puede convertirse en factor de perfeccionamiento de un persona, y en consecuencia en origen y camino cierto de una felicidad persistente de la misma. Pensamos que este mismo objetivo hace interesante y apasionante la lectura de esta publicación. Es mucho lo que cada uno de nosotros nos enfrentados a diario en el trabajo. La mayor parte de nuestras vidas se juega en el tiempo que dedicamos al trabajo, tal vez esto sea más agudo en al sociedad chilena que se caracteriza por poseer jornadas muy extensas de desarrollo laboral. En todo este tiempo se desarrollan dos claves que el profesor Melendo nos ayuda a desentrañar. Por una parte podemos vivir el trabajo alienados, pensando que el significado de nuestra vida, el valor de nosotros como personas y nuestro aporte a la sociedad, se juega en que nuestro trabajo sea reconocido, es decir, que el significado de nosotros mismo depende de otros, y esto es el punto culminante de la alienación. Por otra parte, existe la posibilidad de desarrollar una autoconciencia que el valor de nosotros mismo está en nuestra naturaleza, y que este, no depende que los demás nos reconozcan o no. En esta alternativa radical -en la que nos vemos envueltos todos los días- es uno de los puntos culminantes que la obra de Melendo nos ayuda a descubrir y profundizar. En esta presentación veremos algunas temáticas que aborda esta obra, dejando su desarrollo completo para los muchos lectores que esperamos que ella tenga. Nos parece relevante partir profundizando en el concepto que nuestro autor desarrolla sobre el trabajo, ya que su obra está dedicada a esta temática. Pensamos que esta misma preocupación la tuvo Melendo, ya que al inicio de su publicación parte definiendo lo que él va a entender por trabajo. A este respecto señala: 1 Tomás Melendo en doctor de filosofía y educación, y se ha desempeñado en universidades españolas, italianas y alemanas. En sus primeros trabajos renovó desde la perspectiva contemporánea temas capitales de la ontología (sentido del ser, participación, verdad y errores prácticos, belleza). En obras posteriores esos temas fundamentales iluminan vivamente aspectos concretos de la existencia humana, al hilo de una intensa vida profesional y familiar. La penetración filosófica nuestro autor se ha concentrado después en dos temas capitales de la felicidad humana: el amor y el trabajo. En ambas líneas es autor de numerosos escritos, los que se refieren al trabajo culminan en esta obra que ahora se publica.

2 Las definiciones de trabajo que se han propuesto a lo largo de la historia son abundantes, diversas, y, en ocasiones, contrapuestas. Todas o casi todas coinciden, sin embargo, en considerar el trabajo como una actividad humana 2 Nos parece relevante que inicie definiendo el trabajo como una actividad humana. Ello otorga al trabajo una dignidad fundamental, gestada por el sujeto que la realiza, es decir el ser humano en cuanto persona. Por ello el trabajo adquiere todo su valor, ya que es una persona -única y insustituible- la que lo realiza. En este sentido nuestro autor plantea que el trabajo puede ser el camino o método útil hoy -dada la importancia que tiene el trabajo- que ayude a recuperar el valor de cada persona,. A su vez también puede ser justamente al contrario la fuente que elimine y censure este valor. Pero ello, la relación persona-trabajo, le da un carácter genérico a este tema o como dice en mismo autor: Es una valía común al entero género de las actividades que al persona humana, en cuanto tal, lleva a cabo. Por eso podríamos calificar dicho valor como una dignidad genérica del trabajo: la que le concierne por pertenecer al género común de las actividades de los hombres 3 Al constatar este hecho plantea que existe en cambio una dignidad propia o específica del trabajo, y la describe en los siguiente términos: Existe también una dignidad específica, una excelencia que compete al trabajo por su misma índole de trabajo. Y esta categoría es distinta, pongo por caso, de la que corresponda al juego o a la amistad, a pesar de que también éstos, uno y otra, son realidades personales y humanas. Trabajo, juego y relaciones amistosas gozan, pues, de una dignidad genérica, común a los tres, y de una dignidad específica, propia de cada uno, en cuanto se distingue de los otros dos. En consecuencia, y ciñéndose a nuestro caso, parece imprescindible considerar los dos aspectos del trabajo, el genérico y el específico: el del trabajo en cuanto actividad humana y el del trabajo en cuanto trabajo 4 Por ello esta división es la que marca las dos grandes partes de esta publicación. La primera dedicada a la parte genérica del trabajo y la segunda a la parte específica. Los contenidos que se abordan en la primera parte, son sintetizados en los siguientes términos: pasaremos revista a los factores que han configurado la concepción contemporánea del trabajo en cuanto actividad personal. A continuación, reflexionaremos sobre los fundamentos que confieren su dignidad a la persona humana y a todas y cada una de sus operaciones, con especial referencia al trabajo. Por fin, haremos ver que el hombre obtiene su plenitud definitiva, su perfección, por cuanto actúa humanamente, y que una actuación solo es 2 Melendo, Tomás; Op. Cit; página 9. 3 Melendo, Tomás; Op. Cit; página 9. 4 Melendo, Tomás; Op. Cit; página 10.

3 plenamente humana cuando se encuentra asumida bajo los auspicios del amor; amor, por otra parte, que respetando su particular esencia- es capaz de transformar el trabajo en contemplación 5 Por ello en esta primera parte se encuentran desarrollado los elementos históricos antropológicos que han creado la actual noción de trabajo minusvaloración clásica de las tareas laborales, la exaltación moderna de la capacidad transformadora, y en influjo del cristianismo. Por medio de la lectura de este capítulo se percibe como el desarrollo y evolución histórica ayudan a entender muchos de los desafíos que hoy encuentran los trabajadores de cualquier tipo en su vida diaria. Un segundo capítulo profundiza en la relación que existe entre al dignidad humana y su obrar que se expresa en el trabajo. Finalmente el tercer capítulo de esta primera parte, nos lleva a profundizar en los nexos y potencialidad que existe entre los siguientes términos: trabajo, amor personal y contemplación. Los vínculos entre ellos pueden ser un camino de la realización humana, meta siempre presente en la historia de los hombres. La segunda parte está dedicada a la dignidad específica del trabajo. Ella es presentada en los siguientes términos: Propondremos una definición de trabajo que nos introduzca en su dimensión específica, la que le compete por constituir esa peculiar que conocemos como trabajo. Y, desde esta nueva atalaya, analizaremos algunos aspectos constitutivos de las faenas laborales. Entre otros, la transformación de la naturaleza corpórea, que durante siglo ha caracterizado la noción primordial de trabajo, y por la que éste se relaciona, para continuarla, con la creación material; además, el servicio al bien común, que toda profesión honrada lleva consigo; en último lugar, el perfeccionamiento que quien trabaja obtiene por medio de su labor 6 Reconocemos que en todas las temáticas expuestas en este segunda parte, se presenta el deseo del autor por indicar una nueva forma -que saca sus raíces más profundas de toda una vertiente del pensamiento humano- que puede responder en forma inteligente y creativa a los desafíos que los trabajadores de hoy reciben en su desempeño diario en un mundo globalizado. Hay que nueva propuesta que no olvida la dimensión antropológica -la condición de persona del trabajador- pero que al mismo tiempo y de forma dinámica desarrolla sus potencias en las nuevas problemáticas. Quisiéramos destacar en esta reseña la conceptualización específica que sobre el trabajo desarrolla este autor, en el primer capítulo de la segunda parte. Creemos que ello se ve reflejado en la siguiente cita: Desde un punto de vista que cabría denominar fenomenológico o descriptivo, y atendiendo tanto a elementos que lo configuran intrínsicamente cuanto al fin que las actividades laborales tienden, el trabajo podría delinearse como un 5 Melendo, Tomás; Op. Cit; página Melendo, Tomás; Op. Cit; página

4 conjunto de actividades humanas esforzadas, necesarias con carácter de medio y técnicamente caulificables, por las que los hombres: 1) transforman la naturaleza en beneficio propio, 2) prestan un servicio reconocido a la sociedad, y 3) se perfeccionan en cuanto personas. (y) los dos objetivos supremos a los que el trabajo ha de encaminarse: el servicio a los demás, como meta expresa de nuestra labor, y el propio perfeccionamiento, como jugosa consecuencia 7 En esta definición queremos resaltar y comentar dos elementos. En primer término el deseo de transformar la naturaleza en su propio beneficio. Esta ha sido una de las características del mundo occidental -desde su génesis en la Cristiandad Medieval 8 - que resulta muy interesante y desafiante revalorar. No es necesario destruir la naturaleza por parte del trabajo, y por ello estar destinado a chocar con los grupos ambientalista o ecologistas. Lo que se acentúa en esta definición es a transformar la naturaleza según en propio beneficio humano. Esto parte del hecho que el bien supremo es la persona, y que por ella se puede transforma la naturaleza. Un niño es superior en dignidad y naturaleza a un chancho, delfín o osito pampa, aun el mucho respecto y veneración que ellos puedan generar. El bien supremo del trabajo es el desarrollo de la persona, de su esencia, y si para ello es útil y funcional transformar la naturaleza es muy deseable y correcto hacerlo. En segundo término profundizaremos los objetivos específicos del trabajo, a saber el servicio a los demás y perfeccionamiento como jugosa consecuencia. Es natural que todo trabajo tienda a cumplir un fin -la idea por la cual fue pensado- y que su resultado sea dedicado a alguien. En última instancia -la mentalidad narcisista queda destruida cuando uno trabaja- esto no puede ser solo uno mismo. Uno desea que lo que hace sirva, sea útil, desde el sentido más funcional de término hasta el más profundo. Por ejemplo un vendedor desea que sus ventas le sirva al cliente, le sean útil tanto para que vuelva a comprar allí como para que sea más feliz, en el caso que esto último sé de. Pero este vendedor no puede pensar solo en sus intereses, y si lo hace no vende de forma correcta y naturalmente será despedido. Se ve obligado a pensar en los otros, en el bien de los otros que forma parte de su propio bien. Y por ello el segundo objetivo esta relacionado con el primero ya que el trabajo bien hecho -idea que desarrolla Melendo en todo su éxito- redunda en las jugosas ganancias para la persona, que antes que nada es su realización. Estas ganancias pueden muchas veces no ir junto a ganancias monetarias, aunque generalmente sí. Pero la realización de trabajador no solo puede quedar supeditada a un aumento en el sueldo o en sus ingresos. Visto así se reduce este solo a materia y no somos de forma estructural solo materia, idea desarrollada por el autor. Hay otras dimensiones de los trabajadores, no materiales, que también forma parte de su autorrealización en cuanto trabajadores, por ejemplo el reconocimiento de los pares y el prestigio que ello pueda entregar. 7 Melendo, Tomás; Op. Cit; página 104 y 127. El paréntesis en negrilla es nuestro, siendo la letra cursiva del autor del texto. 8 Para profundar en el conceptos de Cristiandad Medieval, muy diverso al término Edad Media, y descubrir como en esta civilización se gestaron las bases antropológicas que crean al hombre occidental, recomendamos consultar el interesante libro de Dawson Christopher; La religión y el origen de la cultura occidental; Ediciones Encuentro SA; Madrid En esta publicación el autor deja sentado como en este milenio de crean las bases de la creación de la civilización occidental, y uno de los cambios que este señala es la nueva valoración que se realiza de trabajo humano como camino o método en la búsqueda de perfeccionamiento y felicidad humana

5 Finalmente unan segunda temática de esta publicación que pensamos destacar, es el primer capítulo de la parte uno. En este se retratan las tres herencias histórico-culturales por las cuales se explica la situación laboral del hoy. Nos apreció importante que Melendo, siendo filósofo, introduzca que la historia es una fuente válida de explicación de las dificultades y desafíos que hoy todos los trabajadores encontramos. Pensamos, eso sí, que debió extender su análisis de estas herencias históricas. En ellas se entiende como en la evolución de occidente el tema y desafío que el trabajo representa para las personas, ha despertado y mantiene viva la pregunta por le significado de las cosas, de la realidad, interrogante que tanto exalta a nuestro autor. Además omite el interesante tema de como la evolución histórica del cristianismo, introdujo la valoración que todos los trabajos, independientes de éxito económico que produzcan, son iguales en dignidad y naturaleza. Ello a diferencia del mundo clásico, Grecia y Roma, que consideraba de forma más importante y con una dignidad superior al trabajo intelectual. De estas forma, hubieran quedado más claro uno de los rasgos del occidente, como es la igualdad -al menos al nivel de la dignidad- de todos los trabajos, siendo esto uno de los derechos humanos fundamentales, y esto es herencia histórica que los trabajadores deben al cristianismo. En síntesis recomendamos la lectura de este libro por dos grandes criterios. Uno por que este es una ayuda a descubrir que el trabajo no es solo el método para enriquecerse, que lo es también, solo que no es su único fin. Lo segundo es volver a hacer evidente que el trabajo, despierta o motiva el significado de las cosas, sobre todo cuando ellas se hacen más complejas, como es la situación laboral de hombre de hoy. Esta ayuda a despertar las preguntas últimas de los trabajadores, siendo esto uno de los aportes de esta obra, y por ello nos parece que es muy interesante y estimulante leerla.