La sexualidad en adolescentes y jóvenes

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1 Vieres 7 de febrero de 2014 Escuela moográfica: El adolescete Moderadores: Esther Serrao Poveda Pediatra. CS Beicalap-Azucea. Valecia. Coordiadora Grupo Educació para la Salud AEPap. Jua José Morell Berabé Pediatra. CS Zoa Cetro. Badajoz. Coordiador de la págia web Familia y Salud. Etrevista co adolescetes. Role playig José Casas Rivero Uidad de Adolescecia. Hospital La Paz. Madrid. José Luis Iglesias Diz Pediatra Acreditado e Medicia de la Adolescecia. Complejo Hospitalario Uiversitario de Satiago. Satiago de Compostela. La sexualidad e adolescetes y jóvees Carlos de la Cruz Martí-Romo Doctor e Psicología. Promoció de la Salud. Ayutamieto de Legaés, Madrid. Director Máster Oficial e Sexología. Uiversidad Camilo José Cela (UCJC). Tóxicos y alcohol e la adolescecia Marta Esther Vázquez Ferádez Pediatra. CS Arturo Eyries. Valladolid. Patología psiquiátrica prevalete e la adolescecia Patricio José Ruiz Lázaro Pediatra. Cosulta Jove Espacio CS Mauel Merio. Alcalá de Heares, Madrid. Textos dispoibles e Cómo citar este artículo? De la Cruz Martí-Romo C, Ferádez-Cuesta Valcarce MA. La sexualidad e adolescetes y jóvees. E AEPap ed. Curso de Actualizació Pediatría Madrid: Exlibris Edicioes; p RESUMEN La sexualidad e adolescetes y jóvees Carlos de la Cruz Martí-Romo Doctor e Psicología. Promoció de la Salud. Ayutamieto de Legaés, Madrid. Director Máster Oficial e Sexología. Uiversidad Camilo José Cela (UCJC). ccruz@legaes.org Miguel Ágel Ferádez-Cuesta Valcarce Pediatra de Ateció Primaria. CS Jua de la Cierva. Getafe, Madrid. miguelfcuesta@gmail.com La adolescecia es ua época de cambios a todos los iveles: corporal, itelectual y social... Y e todos, lo sexual tiee cierto protagoismo. Este texto trata de acercarse a esos cambios para coocerlos y etederlos, y para ecotrar pistas que ayude a que el adolescete trasite por esta etapa de la mejor maera posible. Pues tambié e esta etapa el adolescete se efretará a la toma de cociecia sobre la orietació del deseo, a sus primeros amores y a alguas primeras veces e sus coductas eróticas. SEXUALIDAD EN LA PUBERTAD Y LA ADOLESCENCIA La adolescecia es u proceso de desarrollo corporal, edocrio y psicológico que va más allá de lo meramete corporal. Es frecuete que este periodo colleve cierta iestabilidad, provocada por la brusquedad de los cambios y la lógica readaptació a los mismos. De ahí que la llamada crisis de la adolescecia o resulte rara y que, por el cotrario, resulte mucho más extraño pasar por la adolescecia como si tal cosa. Los cambios corporales cobra u gra protagoismo, auque o so lo úico que sucede. De hecho ese protagoismo, e muchas ocasioes, se vuelve excesivo para el chico y, sobre todo, para la chica adolescete, que se ve sometida a demasiada presió. Probablemete de esa presió todos y todas seamos e algo respo- 257

2 258 Actualizació e Pediatría sables o cómplices y, por tato, algo deberíamos hacer para mitigarla. Las hormoas sexuales, testosteroa y estrógeos, va a volver a actuar, después de muchos años de traquilidad y reposo, provocado toda ua serie de cambios e los cuerpos: El crecimieto se dispara (talla, peso, musculatura...): el típico estiró. Los geitales aumeta de tamaño y adquiere el aspecto y las fucioes adultas. Se preseta la primera regla (mearquia) y la primera eyaculació. Aumeta el sudor. A veces, aparece graos e la cara. Los caracteres sexuales secudarios: E la chica: Aumeto de los pechos. Esachamieto de las caderas. Vello e el pubis y axilas... E el chico: Aumeto de la musculatura. Vello e la cara y el cuerpo. La voz se hace más grave... E la chica? E el chico? E realidad todos los cambios se produce e ambos sexos; la diferecia es que estos cambios habitualmete se da co más itesidad y más probabilidad e uo de los sexos que e el otro. Pero o so cambios exclusivos; la eyaculació y la mestruació sí, el resto, o. U ejemplo: si se presetara la aparició del vello e la cara como u cambio exclusivo de chicos cómo se setiría las chicas a quiees les puede aparecer algo de vello? o los chicos a los que o les aparece e absoluto? Lo mismo podría decirse de la giecomastia puberal fisiológica del varó. E cambio, presetádolos de otro modo se ofrece modelos de hombre y de mujer dode efectivamete cabe todos los hombres y todas las mujeres. Las expectativas va a geerar muchas icertidumbres: cómo será los cambios?, e qué itesidad se producirá?, a qué ritmo?, cuál será el resultado?, será suficietes? Muchas de estas dudas o tedrá respuesta imediata, ecesita de tiempo. Si embargo otras sí. Se sabe que adie se queda si madurar y que sea cual sea el resultado, este será el de u cuerpo preparado para el placer y para las relacioes persoales; que para la sexualidad adie está más preparado que otros y que o hay mejores i peores. El chico y la chica adolescete, además, busca que los cambios que se produce e su cuerpo cofirme su idetidad sexual. Como si el ser hombre o mujer depediera de los tamaños o las formas. Se maeja e la creecia de que para ser verdaderamete hombre o mujer hay que ser de ua determiada maera y co uos determiados rasgos. Querrá, por tato, que sus cambios ratifique sus expectativas, de modo que si o sucede así, a meudo, lo que se tambalea es la propia idetidad sexual y co ello puede surgir hasta dudas sobre su orietació del deseo. Como se observa, e la adolescecia puede brotar muchas mareas y muchas preocupacioes; por eso so importates los cimietos que se traiga de etapas ateriores. Quie los trae sólidos tedrá dode agarrarse y las dudas, siedo ievitables muchas de ellas, solo ocupara el espacio ecesario y ada más. Las dudas o lo ocupará todo. De ahí que si se quiere trabajar estos temas, y ahora pesado e cambios corporales, o basta co trabajar aspectos iformativos, cotado que la edad de la primera regla o la primera eyaculació varía. Habrá que

3 La sexualidad e adolescetes y jóvees 259 trabajar tambié los aspectos actitudiales y los sigificados que se da a los cambios. Por otra parte, e la adolescecia o solo se ocasioa cambios físicos, tambié se produce u gra desarrollo itelectual. Se adquiere la capacidad de difereciar y reflexioar sobre lo real y lo posible y, por lo tato, el chico y la chica adolescete va a ser capaces de cuestioar todo el mudo adulto. Por tato, si ates se decía que era importates los cimietos, ahora resulta que será más importate lo que se costruya sobre ellos. Lo aterior se podría vivir como algo ajeo y, por lo tato, cuestioable. Lo uevo se vivirá como algo propio y se supoe que dará coherecia y setido a muchas cosas. De todos modos, teer la capacidad itelectual para eteder y compreder las cosas, o garatiza la coherecia e los comportamietos. Ejemplos hay muchos: el poco uso de los métodos aticoceptivos, los comportamietos homófobos o discrimiatorios hacia las mujeres, etc. Otro cambio propio de la adolescecia es el desarrollo social que acarrea, habitualmete, co u protagoismo mayor del grupo de iguales. Pues, etre otras cosas, será e esa padilla o grupo de iguales dode el adolescete compare y afiace su idetidad sexual como chico o chica. Toda esa serie de cambios corporales, psicológicos y sociales ha obligado al adolescete a readaptarse a su ueva situació. El prestigio social muchas veces se asocia a la figura corporal; de ahí su importacia. De hecho, icluso cuado esto o es cierto, el chico o la chica adolescetes habitualmete lo percibe así. Más aú e lo que respecta a su grupo. Por eso, y porque siete su figura corporal e costate cambio, pasa por mometos de mucha iseguridad e iquietud. Los modelos de belleza viee de fuera, está establecidos. El grupo lo úico que hace es asumirlos como propios. Estos modelos de belleza, que aparece e los medios de comuicació, revistas, cie, televisió... y co los que muchas veces somos cómplices, so muy exigetes y difíciles de coseguir para muchas persoas. El caso de las mujeres es mucho más evidete e cuato a exigecia y a dificultades. Que la aorexia sea más frecuete etre las mujeres que etre los hombres o parece ajeo a todo esto que estamos plateado. Evidetemete el modelo social de belleza es solo u iveto de las modas y ha variado otablemete segú épocas y culturas. Orietació del deseo Hasta ahora o hay igua explicació totalmete clara que muestre cómo evolucioa la orietació del deseo hacia heterosexual u homosexual. Es más, creemos que auque aparezca explicacioes, más o meos sólidas, estas o podrá aplicarse i a todas las homosexualidades, i a todas las heterosexualidades. A partir de la adolescecia la orietació del deseo empieza a maifestarse. Auque o siempre lo hace de u modo ta claro como desearía quie lo vive. Así que auque el chico o la chica quiera ua respuesta imediata, esta o siempre es posible. La expectativa de heterosexualidad, la deseabilidad social, el miedo al rechazo y la presió de grupo, o so, precisamete, bueos aliados. Además, i la homosexualidad i la heterosexualidad so compartimetos estacos. La orietació suele expresarse e térmios de mayor o meor preferecia y o tato e exclusividad; por eso, y más a estas edades, puede abudar las zoas itermedias. No os olvidemos por tato de la bisexualidad. De ahí que si etedemos la orietació tambié como algo diámico, podemos eteder la cofusió como parte del proceso. Por cierto, hay algo que el chico o la chica igora co frecuecia y es que adie es más autético, más hombre o más mujer, por el hecho de ser heterosexual. Así que habrá que seguir recordádolo. E la adolescecia sucede cosas que a veces precipita sigificados. Por ejemplo, surge fatasías sexuales que puede ir acompañadas de excitació y a veces se cofude co deseos. Tambié puede pasar que u chico,

4 260 Actualizació e Pediatría por ejemplo, se descubra a sí mismo curioseado cuerpos desudos de otros chicos, e u vestuario, e u servicio, e revistas... Y puede, que al ser cosciete de esa curiosidad, cosidere que esta viee determiada por su orietació del deseo. Ua cosa es la curiosidad o la ecesidad de comparar el desarrollo corporal y otra la orietació del deseo. Co las chicas puede suceder exactamete igual. Otro ejemplo: a estas edades u chico o chica adolescete puede haber sido acariciados o besados por alguo o algua de su mismo sexo y haber ecotrado las sesacioes agradables. De ahí que pueda pesar que, si las ha ecotrado placeteras, será porque su orietació es homosexual. Pero ecotrar agradables esas sesacioes o sigifica ecesariamete ser homosexual. Estos so solo uos ejemplos, habría más. Co ellos se trata de resaltar la idea de que la orietació del deseo o es u acertijo e el que haya que iterpretar bie las claves y dar ua respuesta. Es algo mucho más ítimo y más peculiar. A veces brota de u modo y e ocasioes lo hace de otro. Buscar sigificados rápidos a las cosas que pasa puede llevaros a cometer errores, a osotros o osotras como profesioales, pero tambié al chico o la chica a los que aimamos a que lo haga. Esos errores puede darse tato del lado de la homosexualidad como de la heterosexualidad. Por cierto, o os olvidemos de lo evidete: claro que hay chicos y chicas homosexuales co fatasías homosexuales, que siete curiosidad y deseos por cuerpos iguales a los suyos y que ecuetra agradable y placetero el cotacto co la piel y los labios de persoas de su mismo sexo. Tampoco olvidamos que la adolescecia es u terreo propicio para las uevas experiecias y que, detro de ellas, tambié está las eróticas. El eamoramieto y el amor E estas edades aparece u uevo feómeo: el eamoramieto, que auque puede parecer muy idividual y persoal, sus características so prácticamete uiversales. Lo que o quita que sea importate vivirlo y etederlo como úico e itrasferible. Alrededor de este cocepto hay otros que o so exactamete los mismos. El deseo sería como la eergía de base, la ecesidad que surge de buscar satisfaccioes eróticas. La atracció, si embargo, es otra cosa. Es la direcció que toma el deseo; por tato, ya o hablamos solo de ua ecesidad, es algo más. No vale todo para calmar esa ecesidad. La atracció, además, está iflueciada por la propia orietació del deseo, las preferecias persoales, las experiecias ateriores, la cultura, etc. Por último, aparece el eamoramieto, que supoe deseo erótico, auque o se viva de modo explícito, y atracció. Ahora la persoa a la que se dirige el deseo y la atracció se covierte e úica, isustituible y exclusiva. Ua mirada, uas palabras, ua caricia..., todo tiee u sigificado especial. Este feómeo llega a covertirse e el eje cetral de la vida psíquica del sujeto. Hay muchos autores que afirma que el eamoramieto ace co fecha de caducidad y que esta uca supera los dos años. A partir de ahí se evolucioaría hacia la ruptura o hacia el amor. Necesidad de prestigio Desde prácticamete el iicio de la pubertad todo lo relacioado co lo sexual se covierte, e cierta medida, e algo prestigioso. O, mejor dicho, eso es lo que cree la mayoría de los chicos. Etre los grupos de chicas las cosas o so exactamete igual, pero tampoco so ajeas a la competició y, desde luego, o lo so a la búsqueda de ese supuesto prestigio. El desarrollo muchas veces se vive como fuete de recoocimieto. Pero o solo es el cuerpo, tambié cree ecotrar eco e el grupo quie es capaz de otro tipo de demostracioes. Así, chicos y chicas rivalizará etre sus grupos de iguales para coseguir ese recoocimieto, alardeado de ciertos logros. E uos casos chicos y chicas maejará los mismos criterios y e otros será distitos. La sociedad, los estereotipos y los roles dará muchas pautas. Pero precisamete por eso i siempre so las mismas, i afecta a todos los chicos i a todas las chicas por igual.

5 La sexualidad e adolescetes y jóvees 261 El más osado cotado chistes verdes, el que maeje más iformació o el que sepa el sigificado de ciertas palabras será el que crea estar más valorado al pricipio. Luego, quie tega acceso a revistas co coteido sexual, quie haya visto determiadas películas o a más persoas desudas, el qué ates se masturbe o quie más veces lo haga, quié haya cogido de la mao, quie haya besado, quie haya acariciado o le haya acariciado, quie haya metido mao..., así hasta llegar al coito. Auque aquí o se suele parar. La competició cotiúa para muchos. Siempre hay más, quie realice otro tipo de prácticas, quie tega más parejas, quie lo haga más veces... Co las chicas el listado o sería el mismo, pero sí similar. Auque, e ocasioes o se valore tato ciertas demostracioes explícitas, y sí e cambio cobre valor otras más implícitas como la seducció o los que está por ua. Se valora más a la que se permita leer ciertas revistas, a la que más pida salir o a la que reciba más mesajes de chicos e el móvil, la que se compre determiada lecería, la que salga co chicos mayores. Después vedrá el coger de la mao, el besarse, el estar a solas, las caricias..., hasta el ievitable coito. Y, auque, tambié e las chicas la competició cotiúa. Ahora muchas veces los criterios ya o so uméricos o cuatitativos. Prima lo cualitativo, o importa tato los cuátos, como los quiées o el cómo. No obstate, hay que recordar que las geeralizacioes siempre so ijustas y equivocadas. Que o sucede así i e todos los chicos i, por supuesto, e todas las chicas. De todos modos estos listados so siempre falsos. Ua cosa es lo que se cree que da prestigio y otra lo que realmete lo da. Si embargo muchas veces, quizás demasiadas, se hace como que fuera ciertos, se juega a dar por verdadera ua ficció que o siempre se ajusta a lo real. De modo que se empieza a costruir u tipo de sexualidad pública, que es de la que se habla y se presume co el grupo. Y otro tipo de sexualidad ítima, que es la que se vive y que, como mucho, se muestra frete a la pareja. E los grupos de chicos (o e todos los chicos) habitualmete lo público guarda relació co lo que se hace o co lo que se quisiera hacer, mietras que todo lo que tega que ver co setimietos se guarda e el cajó de lo más itimo y privado. E los grupos de chicas (o e todas las chicas), e cambio, podemos ecotraros situacioes similares, pero abuda tambié aquellas e las que los setimietos se exprese y, al cotrario, o se detalle tato i las coductas, i los deseos. E otras culturas, que covive co la uestra, pasa algo parecido, tiee su sexualidad ítima o privada y su sexualidad pública. Esta última a veces por duplicado. Ua co los valores propios de la cultura de orige y que se muestra cuado se está co los propios, y otra co los valores del grupo e el que se quiere itegrar, probablemete los de los listados que cometábamos ates. Todo sería distito si chicos y chicas e vez de competir y putuar los coitos y lo que se hace o lo que se apareta, aprediera a valorar la ecesidad de coocerse y de coocer al otro, la ecesidad de setir, la de descubrir y permitir que aflore los deseos, la de experimetar si obligacioes, la de permitirse amar y ser amado, la de hablar de los propios setimietos y la de escuchar hablar a los demás, el apreder a estar jutos, a tocarse, a pasear, a respetar los ritmos, a besarse, etc. E defiitiva se trata de apreder que los úicos criterios o, al meos los más importates, so los criterios persoales; pero los que se costruye co iformació y reflexió, los que ayuda a dar sigificados a lo que se hace, y que, por tato, aporta la coherecia que permite disfrutar; por supuesto, tambié de los coitos. Las coductas eróticas E todas las etapas ha existido coductas que tiee que ver co lo sexual o co la expresió erótica. Pero ahora estas va a cobrar uevos sigificados y sobre todo, aparetemete, mayor importacia. La masturbació es el ejemplo de la coducta típica de este periodo, auque sabemos que i mucho meos es exclusiva del mismo. Se utiliza para hablar de cómo el

6 262 Actualizació e Pediatría chico y la chica adolescete aprede a coocer y a setir placer co su cuerpo. Ahora los deseos y la atracció da sigificados a la masturbació que ates o teía y si que la orietació del deseo ifluya e su mayor o meor frecuecia. Desde el mudo adulto se suele ver co cierta complicidad la masturbació, especialmete la de los chicos, de modo que ya o so ta frecuetes ciertos mesajes represivos como ates. A veces, desde esta complicidad adulta, el mesaje que se da es el de que la masturbació es u bue desahogo, e la medida e que aú o es el mometo para practicar coitos. Es fácil caer e la cueta de que la erótica es muy rica y de que so muchas las posibilidades. Pero después, casi siempre se acaba co la sesació de que todo eso está muy bie, pero que al fial lo úico que importa realmete es el coito. Eso es lo que sucede cuado se acepta relacioes sexuales como sióimo de coito cuado se habla de ua úica primera vez. A sabiedas de que las posibilidades de relació erótica so muchas, y que por cosiguiete habría de ser muchas las primeras veces. Si embargo, sucede lo cotrario. Solo el coito tiee el privilegio de covertirse e frotera, e marcar u ates y u después. No se debería dedicar algú tiempo, detro de los programas de educació sexual, a otras primeras veces? No hay que olvidar además que cada ua se costruye sobre la aterior, y hablar del primer coito prescidiedo de las otras primeras veces es covertir los coitos e bricolaje. Además después del primer coito sigue habiedo otras primera veces. Hablar de prelimiares o de la importacia del ates es otra trampa. Los besos, las caricias, el abrazarse desudos, el recorrer la piel co la boca y la legua, el masajearse o el mirarse será importates porque lo so, pero o solo por que pueda aticipar a u coito. Se supoe que se ha de disfrutar de ello mietras se hace y o por lo que pueda veir después. Las trampas cotiúa si la educació sexual se reduce a preveir el riego de embarazo, se reduciría a hablar de reproducció y por tato exclusivamete del coito. Pues de todas las posibles formas de expresió erótica, que ya sabemos que so muchas y muy placeteras, la úica que puede desembocar e u embarazo es el coito vagial. Si habláramos de la trasmisió del VIH o de algua otra ETS, sucedería igual auque icorporaríamos algua otra práctica más (peetració aal y caricias buco-geitales). Lo cotrario tampoco sería la solució, hablar de sexualidad como si el coito o existiera o como si solo pudiera ser el resultado de u ecuetro etre persoas si imagiació. Prescidir de la posibilidad de u embarazo o de u cotagio sería, simplemete, prescidir de la realidad. De todos modos cuado se habla del coito se suele hablar de placer y e este puto es importate recordar que disfrutar de los coitos o basta co teerlos, i co poer buea volutad. Hace falta más cosas. Por cierto, co el resto de relacioes eróticas sucede lo mismo. Por supuesto que hará falta el deseo, que sea co quie tú quieres, que el sitio y el mometo sea los adecuados, estar seguro de que quieres hacerlo... Habrá tambié quie ecesite setir amor y setir que le ama; afectos compartidos, cariño, comuicació, terura, siceridad, poder mostrarte como eres... So muchos los igredietes que se puede ecesitar para disfrutar. Por supuesto que cada chico y cada chica so distitos. Como tambié so distitas las circustacias. Por eso o todo el mudo ecesita de iguales igredietes, i ecesariamete ua misma persoa siempre ecesita lo mismo. Lo que es claro es que hace falta algo más. Ese algo más que permite estar relajados y setir seguridad e si mismo y e lo que se hace. Por supuesto, que al hablar de algo e lo que participa dos persoas es preciso que, al meos, haya compatibilidad etre igredietes; para evitar que uo o ua se sieta perjudicados y que, por lo tato, o disfrute. Si se habla de coitos vagiales o será suficiete co la seguridad e si mismo y e lo que se hace. Se hará ecesaria otra seguridad: saber que estamos evitado los embarazos ; a la que, por cierto, habría que sumar la de

7 La sexualidad e adolescetes y jóvees 263 evitar el cotagio de efermedades, el SIDA etre ellas. Parece u poco toto recordar esto. Pero teemos la impresió de que so muchas las veces que se practica coitos muy poquito placeteros, precisamete por el miedo al embarazo. Naturalmete que hay tambié muchos chicos y chicas que tiee clarísimo para qué tiee sus relacioes eróticas o sus coitos. So todos aquellos y aquellas que disfruta de sus coitos co seguridad, icluyedo métodos aticoceptivos que espate los fatasmas del miedo al embarazo. Otros e cambio prefiere prescidir del coito vagial, si que eso sigifique reuciar a sus relacioes eróticas, pues las posibilidades que les queda sigue siedo muchas. E defiitiva, si lo que se persigue es el placer, el disfrutar, el setirse bie cosigo mismo, satisfecho o satisfecha, lo sesato sería hacer las cosas de modo que eso fuera posible. Si el coito, si la suficiete protecció, icremeta los miedos parece u mal apaño. E cambio las alterativas al coito o la protecció e este parece dos bueas solucioes para lograr acercarse a los placeres. La seguridad frete al embarazo es u requisito para poder disfrutar e codicioes, pero tampoco lo garatiza. Que adie crea que por utilizar u preservativo ya está todo resuelto. A veces hay que seguir espatado fatasmas. Cada uo tiee los suyos y merece la pea afrotarlos: temor a que te pille, a parecer iexperto, a o saber dar placer a tu pareja, a que sea demasiado proto, a o estar del todo seguro, el miedo al desudo, a parecer ervioso, etc. Alguo de estos fatasmas se espata dado palmadas ; basta co poder hablar de ellos o recoocerlos. Otros e cambio ecesita de más tiempo y cuidado, pero mejor afrotarlos que figirlos. El placer y la coherecia está e juego. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA America Academy of Pediatrics: Committee o Psychosocial Aspects of Child ad Family Health ad Committee o Adolescece. Sexuality educatio for childre ad adolescets. Pediatrics. 2001;108: Amezúa E. Teoría de los Sexos, la letra pequeña de la sexología (moografía). Rev Esp Sexol. 1999;95-96: Colomer J, Grupo Previfad. Preveció de embarazo o deseado y de las ifeccioes de trasmisió sexual e adolescetes. Recomedacioes Previfad/PAPPS; [Fecha de acceso 21 ov 2013] Dispoible e previfad_edits.pdf De la Cruz C, Sáez S. Preveció del VIH/SIDA. Claves educativas. Madrid: Cruz Roja Juvetud; De la Cruz C, y Suárez AM. Educació Sexual desde la Familia. Secudaria. Madrid: CEAPA; De la Cruz C. Expectativa de Diversidad, ideas y diámicas. Madrid: CJE; De la Cruz C. Nueva Educació de las Sexualidades. Madrid: Uiversidad Camilo José Cela; De la Cruz C. Situacioes embarazosas. Claves para situarse y preveir embarazos o deseados. Madrid: CJE; Gozález Marcos MI. Aticocepció desde la cosulta del pediatra. E: AMPAP, ed. II Curso Primavera Madrid: Exlibris Edicioes; p López F. Educació sexual de adolescetes y jóvees. Madrid: Siglo XXI Editores; Martíez Gozález C. Problemas éticos y legales e la ateció al adolescete. E: AMPap, ed. I Curso Primavera Madrid: Exlibris Edicioes; p