LA PRESENCIA DE BASÍLIDES EN NUMENIO DE APAMEA. Juan Carlos Alby UNL-UCSF

Transcripción

1 LA PRESENCIA DE BASÍLIDES EN NUMENIO DE APAMEA Juan Carlos Alby UNL-UCSF Introducción La contribución de Francisco García Bazán al conocimiento de Numenio de Apamea en lengua española es invalorable, pues, como él mismo lo señala, al momento de la edición de su traducción de los fragmentos del Apameo 1 sólo se conocían al respecto dos estudios en castellano 2, además de las citas de A. Orbe en sus monumentales Estudios Valentinianos. 3 En el proceso de re-dogmatización del platonismo emprendido por Antíoco de Ascalón en la segunda mitad del siglo I a. C. y continuado hasta el final del siglo II d. C. por autores como Eudoro, Numenio, Plutarco, Albino, Ático y Alcinoo autor del Didascalicus, entre otros, intervinieron numerosos elementos procedentes del pitagorismo, estoicismo y aristotelismo, a punto tal que esta manera de entender a Platón que más tarde recibiría la denominación historiográfica de platonismo medio 4, no presenta concordancia estricta entre sus distintos representantes. Así, por ejemplo, Eudoro de Alejandría, Numenio de Apamea, Nicómaco de Gerasa y Moderato de Cadiz, presentan muchos elementos del platonismo pitagorizante. No obstante, pueden señalarse algunos aspectos comunes entre estos autores, tales como: a) el objetivo de sistematizar la filosofía platónica, una revitalización de la intuición platónica de la trascendencia que se deja ver en 1 Oráculos caldeos con una selección de testimonios de Proclo, Pselo y M. Itálico. Numenio de Apamea. Fragmentos y testimonios. Introducciones, traducciones y notas de Francisco García Bazán, Madrid, Biblioteca clásica Gredos, HERRÁN, Carlos, M., El conocimiento místico según Numenio de Apamea, en Cuadernos de Filosofía, XIII/19 (1973), 23-27; LISI, Francisco L., Niveles de la divinidad en Numenio de Apamea, en Cuadernos de Filosofía, XVII/26-27 (1977), Cfr. GARCÍA BAZÁN, F., op. cit., pp. 223 y Véase ORBE, Antonio, Hacia la primera teología de la procesión del Verbo. Estudios Valentinianos, Vol I/1, Roma, Analecta Gregoriana, 1958, p. 66, n. 38, p. 420; ID., En los albores de la exégesis iohannea. Estudios valentinianos, Vol. I//2, Roma, Analecta Gregoriana, 1955, p. 273; ID., La teología del Espíritu Santo. Estudios Valentinianos, Vol. IV, Roma, Analecta Gregoriana, 1996, p. 290; ID., Los apéndices de Basílides, I y II, en Gregorianum, 57 (1976), pp y Término acuñado por Karl Praechter en su estudio Die Philosophie des Altertums, en F. Überweg, Grundriss der Geschichte des Philosophie, Band 1, Berlin, 1909, p. 524.

2 el lugar central asignado al intelecto demiúrgico-divino; b) la asimilación a Dios como fin del hombre, que viene a sustituir el ideal ético de los estoicos de vivir conforme a la naturaleza; c) un modelo de virtud fundado en el dominio de las pasiones, en oposición a la radical apathéia estoica que propende a la eliminación de las mismas; d) una jerarquización de la realidad expresada en la admisión de distintos niveles de lo divino, en orden a colmar la brecha existente entre lo inteligible y lo sensible. 5 Este último aspecto interesa para nuestro trabajo, que intenta señalar la influencia de Basílides con su noción de filiedad en la jerarquía numeniana de la realidad divina, así como también la relación entre la teoría basilidiana de los apéndices y la ética de Numenio. 1. La teología de Numenio Anterior a Plotino, Numenio el Pitagórico era leído por el gran Neoplatónico durante sus clases en Roma, a punto tal que llegó incluso a afirmarse que Plotino plagiaba a Numenio, acusación desestimada por Amelio, profundo conocedor de los trabajos del Apameo. 6 Numenio sostenía un dualismo estricto entre Dios y la materia y, a pesar de inscribirse en el platonismo pitagorizante preplotiniano, su interpretación de las relaciones de Dios con el mundo se apoya en los tres reyes o dioses de la Carta II platónica: Sócrates establecía tres dioses y filosofaba sobre ellos de acuerdo a la manera de ser que conviene a cada uno. 7 En esta interpretación no tiene en cuenta al Parménides, cuya exégesis resultará fundamental más tarde, especialmente a partir de Plotino. 5 Cfr. FERRARI, Franco, La filiación en la teología medioplatónica, en: AYÁN CALVO, Juan José, DE NAVASCUÉS BENLLOCH, Patricio, AROZTEGUI ESNAOLA, Manuel (editores), Filiaición. Cultura pagana, religión de Israel, orígenes del cristianismo, Madrid, Trotta, 2005, p Cfr. GARCÍA BAZÁN, F. ibidem., p NUMENIO, Sobre el divorcio de los académicos de Platón, fr. 24, 51-53, p Cfr. PLATÓN, Carta II, 312e 1-3: En torno al Rey de todas las cosas está todo, por él todo existe y es causa de todo lo bello; en torno al Segundo, las cosas segundas, y en torno al Tercero, las terceras.

3 En su concepción del Dios primero, Numenio deja ver una mayor influencia de los Oráculos caldeos y de la Sigé de los gnósticos que del Uno/Bien más allá de la esencia y del conocimiento, principio supremo de las doctrinas secretas de Platón que alcanzaron notable trascendencia entre estos pensadores. 8 En efecto, el Dios primero numeniano es considerado como Intelecto vacío, aperceptivo, poder generador y sustentador de un pensamiento creador: El Dios primero es inactivo respecto de toda obra 9 También se aprecia la influencia del Oráculo 7 cuya segunda parte Numenio cita literalmente en otro fragmento, identificando su sentido con el demiurgo del Timeo. Puesto que Platón sabía que entre los hombres sólo el demiurgo es conocido por esto habló igual que la persona que se expresara así: Hombres, aquel que vosotros conjeturáis el intelecto no es Primero, sino que anterior a él hay un Intelecto más antiguo y más divino. 10 El conocido pasaje de Platón a partir de cuya exégesis surgieron notables variaciones teóricas respecto de las jerarquías teológicas en el ambiente intelectual medioplatónico, dice: Ahora bien, hallar al creador y padre (poihthvn kaiv patevra) de este universo es ya una tarea, y habiéndolo hallado es imposible anunciarlo a todos. 11 Numenio invierte intencionadamente el orden que aparece en el texto, escribiendo patevra kaiv poihthvn, refiriéndose así al primer Dios como Padre y al segundo como artífice, ganándose el reproche de Proclo por expresarse en sentido trágico: Porque Numenio habiendo proclamado tres dioses llama al Primero Padre, Demiurgo al segundo y al tercero Producto (poihvma), ya que según él el mundo es el tercer Dios; de esta manera su demiurgo es doble; es el primer dios y el segundo, y lo creado es el tercero. Porque es mejor hablar así que decir en su opinión con exageración y énfasis trágico abuelo, hijo y nieto. Ahora 8 Cfr. el fr. 23, Sobre los secretos de Platón, 650c-651a 19, p Fr. 12, p Cfr. Oráculo 5: Pues lo Primero, Fuego trascendente, no encierra su potencia en la materia por sus operaciones, sino a causa del Intelecto. Porque el artesano del cosmos ígneo es un intelecto de Intelecto., p Fr. 17, p. 250; cfr. Oráculo 7: Pues el Padre ha concluido todas las cosas y las ha entregado al Intelecto segundo (el demiurgo), al que vosotros llamáis primero, en la medida en que pertenecéis a la raza humana., p. 58. El mencionado oráculo denuncia aquí el error de los hombres en reconocer al demiurgo o Intelecto segundo como agente principal del universo. 11 PLATÓN, Timeo 28 c 3-5.

4 bien, quien habla así cuenta incorrectamente al Bien entre las causas mencionadas, ya que no es propio del Bien aparearse con nadie, ni ser en el orden segundo respecto de otro. 12 Su caracterización de la absoluta anterioridad de Dios se corresponde con el Silencio del seno del Padre, o Proténnoia que permanece junto al Padre según los valentinianos, así como con la Filiedad sutil de Basílides, de quien puede haberle llegado con preferencia a Numenio el influjo de los gnósticos. Según los basilidianos de Hipólito 13, de un sperma primordial lanzado fuera de sí por el Trascendente, se fueron separando en orden de dignidad las sustancias que habrían de integrar el mundo creado. Resulta central en esta cosmogonía la noción de filiedad (ujiovthò), que expresa la consustancialidad con la naturaleza divina. Se trata de un concepto específicamente cristiano que no aparece antes de Basílides, ni en el griego clásico, ni en el helenístico y el cristiano. 14 El tratado basilidiano concibe tres modos de filiedad que, en conjunto, expresan la voluntad de Dios de alzarse desde la panspermia para llevar consigo hasta lo divino trascendente o Diosque-no-es la totalidad de los seres bajo su dominio. La primera consiste en la filiedad de lo que hay de más sutil, el Unigénito, que una vez separada del germen del mundo se alzó rápidamente como ala o pensamiento, encumbrándose hasta Dios. Esta primera filiedad designa la plenitud de todos los surgidos del germen cósmico. La segunda es llamada lo que hay de más espeso y representa la función soteriológica dotada de mivmhsiò, capacidad que resulta insuficiente para reunirse en lo divino trascendente. La tercera filiedad, por su parte, es designada como lo que tiene necesidad de purificación y se identifica con la filiedad abandonada en la fealdad, a saber, el cuerpo carnal. Caracteriza la situación de este cosmos en el que viven mezclados los gnósticos los hombres de la tercera filiedad y aquellos que no lo son, es decir, las almas de este espacio de abajo. Entre la primera filiedad basilidiana y el primer Dios de Numenio se advierte similitud, en cambio, las nociones numenianas del segundo y tercer Dios no revelan influencia gnóstica. 12 Fr. 21, Sobre el Bien, p. 252s.; cfr. PROCLO, In Timmaeum I, 303, Cfr. HIPÓLITO, Refutaciones (en adelante: Ref.) VII, 22, Cfr. TARDIEU, Michel, Las filiaciones basilidianas o el horror al vacío, en: AYÁN CALVO, J. J., DE NAVASCUÉS BENLLOCH, P., AROZTEGUI ESNAOLA, M., op. cit. I, Madrid, Trotta, 2005, pp (aquí: p. 348).

5 2. La ética de Numenio En su escrito Sobre el alma parásita, Isidoro, hijo y discípulo de Basílides, se hace eco de la doctrina de su padre según la cual, al alma racional se le adhiere en virtud de una culpa un alma aditicia que la induce al mal. Según Clemente, con su doctrina sobre las dos almas Isidoro procedía igual que los pitagóricos. 15 En una ocasión, Porfirio identifica a Numenio entre aquellos que hablan de dos almas: Otros, empero, y entre ellos también Numenio, no atribuyen tres partes a un alma única, o al menos dos, racional e irracional, sino que piensan que tenemos dos almas (como también otras cosas), la racional y la irracional. 16 En otra parte, el mismo Porfirio se refiere a los que sostienen una dualidad de almas, pero sin mencionar específicamente a Numenio: Porque ni siquiera los que dicen que tenemos dos almas nos han concedido dos capacidades de atención 17 La teoría del alma parásita sostenida por el basilidiano Isidoro no se encuentra en la línea del hermetismo egipcio descrita por Jámblico 18, sino más cercana a la de los pitagóricos Numenio y Cronio. Así lo atestigua Jámblico: Por su parte otros, estando en desacuerdo con los anteriores (Ático y Plutarco), agregan de algún modo el mal al alma a partir de apéndices venidos de afuera 19 : según Numenio y Cronio frecuentemente de la materia; en ocasiones de los cuerpos mismos también, según Harpocración, y de la naturaleza y del alma racional, según Plotino y Porfirio Cfr. CLEMENTE de ALEJANDRÍA, Strómata II, 20, 113, 2-114, Fr. 44, p PORFIRIO, Sobre la abstinencia I, 40; versión española con traducción, introducción y notas de Miguel Periago Lorente, Madrid, Gredos, 1984, p Pues bien, dices que la mayoría de los egipcios hacen depender nuestro libre albedrío de los movimientos de los astros (Carta a Anebo II 13a). Cómo es, debe explicársete más extensamente partiendo de las concepciones herméticas. El hombre, según afirman estos escritos tiene dos almas: una derivada del primer inteligible, que participa también del poder del demiurgo, la otra, en cambio, engendrada a partir del movimiento de los cuerpos celestes, en la cual penetra el alma que contempla a la divinidad. Sobre los misterios egipcios VIII, 6; versión española con introducción, traducción y notas de Enrique A. Ramos Jurado, Madrid, Gredos, 1997, p Para este tema véase ORBE, A., Los apéndices de Basílides (Ver n.3). 20 Fr. 43, p. 288s.

6 Según Numenio, entonces, el alma racional se mantendría siempre en el bien, pero se ve arrastrada hacia el mal por algo que le viene de afuera, esto es, el alma de la materia, de índole irracional. La psicología numeniana inspirará a Calcidio, quien hablará de dos almas antagónicas en el hombre: la racional y la sivestre (o simplemente silva, materia ), a la que llamará stirpea anima, porque anima no sólo a los vegetales, sino también a los irracionales. 21 Consideraciones finales Si Numenio floreció en la primera mitad del siglo II 22, entonces fue contemporáneo de Basílides. Este hecho aporta un dato significativo en orden a sostener la tesis de la influencia del gran gnóstico sobre el pensamiento del Apameo. En su teología, Numenio se encuentra más cercano a la tesis platónica de un solo Demiurgo orientado simultáneamente a las Ideas y a la materia que a la dualidad valentiniana entre el Dios Bueno y el Demiurgo psíquico. No obstante, su noción del Primer Dios muestra elementos comunes con la primera filiedad de Basílides. Asimismo, la ética del basilidiano Isidoro revela puntos de contacto con la teoría numeniana del alma procedente de la materia. Estos aspectos hablan en favor de las constantes y profundas relaciones entre el pensamiento cristiano de los gnósticos y la filosofía de su tiempo y, aunque su talante filosófico fuera cuestionado por los grandes neoplatónicos, jamás fue puesto en duda. 21 Cfr. CALCIDIO, In Timmaeum c. 31; ver ORBE, A., op. cit., p. 101s. 22 Cfr. GARCÍA BAZÁN, F., idem, p. 197; ORBE, A., ibídem, p. 100.

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