Trabajos y ensayos Número 2 (julio de 2005)

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1 Trabajos y ensayos Número 2 (julio de 2005) Publicación de los alumnos del programa de doctorado Cooperación, Integración y Conflicto en la Sociedad Internacional Contemporánea EEUU e Israel: la llamada a la guerra contra el terrorismo en el conflicto nacional de Palestina 1. INTRODUCCIÓN Tras el fracaso de las negociaciones de Camp David y desde el estallido de la segunda intifada (septiembre del 2000) o intifada de Al Aqsa el territorio palestino vive sumido en un clima de constante violencia. A los atentados suicidas perpetrados por activistas palestinos les suceden las brutales represalias israelíes: asesinatos selectivos del ejército, derrumbe de viviendas, disparos y controles, etc. Rashid Khalidi estima que han sido las víctimas palestinas asesinadas y heridas durante los tres primeros años de intifada, mientras que el número de israelíes es de 6.752; en ambos casos, la mayoría de estas bajas se corresponden a civiles desarmados 1. Esto no es más que un claro ejemplo de la crudeza del conflicto. El año 2001 ofreció una oportunidad para la paz en Tara (Egipto); en base a una propuesta de Clinton, casi se llegó a un acuerdo en asuntos fronterizos y de soberanía y se acercaron posiciones en lo relativo a Jerusalén y los refugiados. Sin embargo, la victoria de George W. Bush en las elecciones presidenciales estadounidenses (noviembre del 2000) y la de Ariel Sharon en Israel (febrero del 2001) afectaron directamente a lo que en adelante sería la dirección hacia la solución definitiva del conflicto. Los atentados del 11 de septiembre no hicieron más que complicar el panorama en Palestina; desde entonces la proclama estadounidense de luchar contra el terrorismo ha sido empleada por el gobierno de Sharon para justificar sus ataques en los territorios ocupados. Además, todavía hoy es muy difícil estimar cual va a ser el rumbo de los acontecimientos tras la muerte del rais Yaser Arafat, la elección de Abu Mazen como nuevo presidente de la Autoridad Nacional Palestina (9 de enero del 2005) y la formación del gobierno de coalición israelí entre el Likud y el Partido Laborista (10 de enero del 2005). Queda por esclarecer qué 1 R. Khalidi, La reafirmación del Imperio: Estados Unidos y la aventura occidental en Oriente Próximo, Madrid, Catarata, 2004, p. 200.

2 camino se seguirá, si se adoptara el modelo unilateral israelí basado en el plan de desconexión de Gaza y la construcción del muro o se retornará al modelo multilateral iniciado con la Hoja de Ruta 2. El conflicto palestino es un tema fundamental a la hora de abordar la política exterior estadounidense. La injerencia de Estados Unidos sobre el asunto israelo palestino 3 deriva de intereses bastante obvios; partiendo de la base de que las acciones estadounidenses hacia el exterior hoy con Bush hijo bajo el pretexto de combatir el terrorismo se dirigen en gran medida hacia Oriente Próximo, debido a la cantidad de yacimientos petroleros que posee la zona, es imprescindible tener un aliado potente como Israel para controlar la región. En este artículo analizaremos la naturaleza política de la acción exterior estadounidense en Oriente Próximo y por lo tanto su conducta hacia el conflicto palestino israelí. 2. LA POLÍTICA EXTERIOR DE GEORGE W. BUSH Tras la caída del bloque soviético comenzó a consolidarse un nuevo orden estadounidense con clara tendencia al unilateralismo e intervencionismo militar, llevando a cabo una política exterior dirigida fundamentalmente a hacerse con los principales recursos energéticos del mundo y anular los nuevos adversarios potenciales. Personajes como Paul Wolfowitz comenzaron a hablar de la necesidad de establecer un nuevo orden internacional basado en el dominio mundial de Estados Unidos 4. De este modo se reencarnó la visión reaganiana sobre la que Estados Unidos serviría de ejemplo al mundo luchando contra todo aquello que pudiera oponerse al modelo americano (American way of life). Incluso el gobierno demócrata de William Clinton, que en principio se decantaba por el espíritu mesiánico liberador 5 de Woodrow Wilson de extender la democracia al mundo, dejaba entrever tendencias intervencionistas y espasmos unilaterales que se escondían detrás de una palabrería trenzada en torno a conceptos como los de progresismo, ciudadanía 2 I. Álvarez Osorio, La nueva agenda de `Abu Mazen : Un buen año para israelíes y palestinos?, en Política Exterior, vol. XIX, núm. 104, marzo/abril 2005, p Además de intervenir en los acuerdos de Oslo o las negociaciones de Camp David, más recientemente ha participado en la elaboración de la llamada Hoja de Ruta junto al Cuarteto Estados Unidos, Unión Europea, Naciones Unidas y Rusia. 4 Paul Wolfowitz publicó en 1992 un informe (Defence Planning Guidance) en el que además hacia referencia a la necesidad de emplear armas nucleares y químicas de modo preventivo. Véase S. Naïr, El imperio frente a la diversidad del mundo, Barcelona, Areté, 2003, p

3 internacional o tercera vía 6. Varios hechos objetivos corroboran esta tendencia; a modo de ejemplo recordemos que Estados Unidos se negó a someterse a los mecanismos de control de armas químicas previstas en el protocolo de 1995 de la Convención de 1971 sobre la Prohibición de Armas Biológicas y Químicas. Anteriormente, en 1993, Clinton había anunciado a Naciones Unidas que Estados Unidos actuaría multilateralmente cuando fuese posible y unilateralmente cuando fuese necesario. Con la llegada a la presidencia de George W. Bush (2000) y sobre todo tras los atentados del 11 de septiembre, la ideología de Wolfowitz pasará a formar parte de la doctrina del nuevo gobierno y Estados Unidos auto asumirá el papel de gendarme mundial dejando a un lado postulados aislacionistas. Aunque el discurso de difundir la democracia en el mundo no haya dejado de existir, no se ha llevado tan lejos el wilsonismo como para aceptar de buen grado el vigor del derecho internacional o las reglas características de la gestión colectiva de conflictos 7. En general se radicalizará el discurso belicista estadounidense frente a la agresividad contenida o realpolitik que caracterizó a los gobiernos pasados, incluso en la etapa de gobierno de George Bush padre. Se impondrá un nuevo orden mundial, basado en una lógica imperial aderezada por el despliegue de medidas militares en regiones sensibles, que ya venía predicándose desde la caída de la Unión Soviética. De este modo nos encontraremos frente a un mundo unipolar en el que ni las potencias medias pueden organizarse para contrarrestar la hegemonía estadounidense. Podríamos resumir de la siguiente manera las características principales de la política exterior estadounidense de George W. Bush: Defensa de la condición hegemónica de Estados Unidos y necesidad de aniquilar a sus competidores con el pretexto de la guerra preventiva contra el terrorismo. Tendencia a criminalizar al adversario, bajo el epígrafe de terrorismo internacional. Designio de aplicar fórmulas de doble rasero. Es decir, cuando Estados Unidos interviene de forma brutal en otros estados se habla de legítimas necesidades de su política exterior, mientras se recurre al terrorismo para dar cuenta de la presunta amenaza que suponen sus enemigos (aunque no lo supongan en realidad). 5 Ibidem, p J. Pilguer, The new Rulers of the World, en C. Taibo, Hacia donde nos lleva Estados Unidos? Arrebato imperial y rapiña global en la política exterior norteamericana, Barcelona, Ediciones B, 2004, p Ibidem, p

4 Unilateralismo y usurpación de misiones que pertenecen a Naciones Unidas. La guerra desatada contra Irak en el 2003 es un claro ejemplo de esta lógica. Estados Unidos ya dejó claro que llevaría a cabo esta operación con o sin respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU y se adhiriesen o no las restantes potencias occidentales. Intervencionismo militar que se debe a los deseos de controlar economías foráneas y supeditarlas a los intereses estadounidenses, garantizando el expolio de recursos, sobre todo de materias primas energéticas, vitales en la economía norteamericana y mundial. Imperialismo en un esfuerzo encaminado a promover un orden internacional ajustado al despliegue de los intereses propios de la economía norteamericana. Los cambios que la política exterior de Estados Unidos ha acometido al calor de la presidencia de George W. Bush (sobre todo a partir de los atentados del 11 de septiembre) se asocian comúnmente con la consolidación de un poderoso grupo de presión, cuyos miembros, asentados ante todo en el pentágono y vinculados casi siempre con la industria militar, han recibido el nombre de neoconservadores. Agazapados durante años, estas gentes disfrutan de una segunda oportunidad la primera se la ofrecieron Reagan y, con menor hondura, Bush padre, ahora sin las limitaciones que pesaban sobre Estados Unidos en la etapa de la confrontación entre los bloques 8. Entre estos neoconservadores destacan figuras como las de Richard Perle, Paul Wolfowitz o Robert Kagan, pero también cabezas visibles del gobierno como Richard Cheney, Ronald Rumsfeld o Condoleezza Rice. Esta última, la nueva secretaria de Estado estadounidense, sigue considerando la guerra contra el terrorismo como una nueva versión de la guerra fría (...). Rice sigue pensando que Estados Unidos está derrotando el terrorismo internacional como hizo con la Unión Soviética, mediante una activa y agresiva contención 9. No es menor la influencia que ha ejercido el equipo de American Entrerprise Institute (think tank de la derecha ultra conservadora), (compuesta por) una serie de militantes de sectas religiosas cristianas, de partidarios incondicionales al Likud israelí (...), junto a poderosos medios empresariales (que) se dedican aunque a veces no lo admitan a 8 C. Taibo, op.cit., p J. Ojeda, Cuatro años más: los proyectos pendientes de Bush, en Política Exterior, vol. XIX, núm. 104, marzo/abril 2005, p. 8. 4

5 transformar los mitos culturalistas sobre la superioridad del sistema estadounidense en actuaciones políticas en el ámbito de las relaciones internacionales EL 11 DE SEPTIEMBRE Y LA GUERRA PREVENTIVA CONTRA EL TERRORISMO (ISLAMISTA) Los atentados del 11 de septiembre supondrán un punto de inflexión en la política exterior estadounidense. Según Carlos Taibo a partir de estos acontecimientos la política exterior del gobierno estadounidense, liderado por George W. Bush, llevará impreso un perfil ideológico muy alto encaminado a emplazar la lucha contra el terrorismo en el mismo plano simbólico que correspondió en el pasado al combate librado contra el nazismo y comunismo 11. El terrorismo se ha convertido en el elemento central del discurso oficial estadounidense para justificar sus actuaciones militares en el exterior. Sin embargo se ha llegado a distorsionar el concepto mismo de terrorismo a merced de múltiples intereses. Veamos a continuación algunas sugerencias a la hora de definir terrorismo : según algunos manuales del ejército durante la presidencia de Reagan terrorismo es el uso premeditado de la violencia o de la amenaza de violencia para conseguir objetivos de naturaleza política, religiosa, o ideológica (...) por medio de la intimidación, la coacción y el terror 12 ; Para Michael Mann el terrorista es un agente no estatal que atenta contra objetivos civiles para sembrar el terror en el corazón de la comunidad del enemigo. Un terrorista de Estado es un Estado que hace lo mismo. Añade que hay que condenar y combatir ambos con la misma intensidad 13. Nadie duda en considerar los atentados del 11 de septiembre como ataques terroristas, sin embargo parece que la noción de terrorismo de Estado no tiene cabida en la Administración Bush, excepto que se vincule a los estados enemigos (rogue states). Israel podría ser el candidato terrorista número uno de Oriente Próximo. Incluso Estados Unidos, durante su larga historia y aún hoy en día, sigue cometiendo crímenes atroces calificables de terroristas. Sin embargo, sólo se consideran terroristas aquellos que atentan contra los intereses estadounidenses. 10 S. Naïr, op.cit., p C. Taibo, op.cit., pp US Army Operational Concept for Terrorism Counteraction en N. Chomsky, Ilusiones de Oriente Medio, Madrid, Editorial Popular, 2003, p M. Mann, El imperio incoherente: EEUU y el nuevo orden internacional, Barcelona, Paidós, 2004, p

6 Varios autores coinciden en que la guerra defensiva o preventiva contra el terrorismo global, liderada por Estados Unidos, se dirige casi exclusivamente contra los musulmanes. Tanto Edward W. Said como otros autores opinan que la campaña contra el Islam, que lo considera como origen del terror y fundamentalismo, hunde sus raíces en la caída del bloque soviético, a partir del cual el Islam se convertirá en el nuevo enemigo oficial de Estados Unidos 14. Samuel Hungington había considerado que tras el final de la guerra fría el choque de civilizaciones (the clash of civilizations) dominaría la política mundial. Principalmente hacía referencia al conflicto entre el mundo islámico y la civilización occidental. El islamismo, de este modo, se convertirá en un adversario permanente capaz de sustituir al comunismo en la mitología de la guerra imperialista de Estados Unidos. La cambiante actitud con respecto al islamismo violento es otro claro ejemplo del doble rasero de Estados Unidos. Si éste fue objeto de un abierto respaldo cuando se trataba de colocar en situación delicada a la URSS o de desequilibrar a gobiernos que decían inspirarse en el socialismo panárabe sobre las bases entonces de que había fundamentalismo bueno y malo más adelante, y en particular tras el 11 de septiembre los apoyos se trastocaron en una abierta contestación acompañada de una severa represión 15. En definitiva esta situación de guerra permanente no hace más que beneficiar por un lado a la industria militar norteamericana, pero además, el no solucionar nunca definitivamente los conflictos serviría para mantener rivales y justificar futuras acciones armadas INTERESES ESTADOUNIDENSES EN ORIENTE PRÓXIMO Oriente Próximo, junto con el Magreb, Irán y varios países del Asia musulmana concentran la mayor parte de las reservas energéticas de petróleo y gas, lo que los convierte en blancos inevitables de las grandes potencias. Las reservas más conocidas hasta el momento se concentran en Oriente Próximo (65% de reservas mundiales). Debido al declive de las reservas estadounidenses, al aumento de la demanda y a las presiones de las grandes empresas 14 E.W. Said La campaña contra el terrorismo islámico, en E.W. Said, El fin del proceso de Paz. Nuevas crónicas palestinas, Barcelona, Mandaori, 2002, pp C. Taibo, op.cit., p Véase C. Taibo, op.cit., p.74. 6

7 petroleras para explotar nuevos yacimientos en el extranjero, Oriente Próximo se ha convertido en objetivo primordial de Estados Unidos. Ya a través de la guerra del Golfo ( ) Estados Unidos reforzó su control sobre la zona y más recientemente el transcurrir de los hechos en el conflicto israelo palestino y la guerra de Irak (2003) han garantizado su control total. Tras el declive de la Unión Soviética la política exterior estadounidense se reorientó hacia el Sur, en especial hacia el mundo árabe musulmán. Desde la perspectiva de crear un imperio mercantil en el que el control de los recursos energéticos, sobre todo el petróleo, era crucial, el dominio de la zona del Oriente Próximo y sus regiones colindantes se convirtió en objetivo fundamental, principalmente debido a la situación geoeconómica de la zona que poseía la mayoría de los yacimientos petroleros del mundo. Ya en la postguerra fría la Unión Soviética no era un competidor en la región, y al mismo tiempo Estados Unidos comenzaría a considerar el islamismo radical como su principal oponente en la zona. Carlos Taibo expone las siguientes características sobre la naturaleza política de las acciones de Estados Unidos en Oriente Próximo: Lucha codiciosa por el petróleo. Transformación de Israel en gendarme regional para Estados Unidos. Apoyo consistente a gobiernos árabes corruptos y represivos Arabia Saudí, Kuwait y Egipto sobre la base de dar réplica al islamismo radicalizado. Designio de trabar el aumento de movimientos nacionalistas panárabes. Despliegue de medidas agresivas a países de la región que no simpatizan con Estados Unidos (rogue states o estados canallas). Militarización de la zona. Permanente esfuerzo orientado a acrecentar el control estratégico de Oriente Próximo y regiones colindantes. Esto más los intereses petroleros ha convertido Oriente Próximo en un escenario crucial de la política estadounidense. 5. ESTRATEGIAS DE ESTADOS UNIDOS E ISRAEL EN PALESTINA La causa palestina ha sido víctima de lo que Michael Mann considera que son los tres errores fundamentales de Bush a la hora de diseñar la guerra contra el terrorismo: 7

8 No prever distinción entre terrorismo nacional e internacional. Difuminar la línea divisoria entre la resistencia nacional y terrorismo. Hacer la vista gorda sobre las atrocidades de los terroristas de Estado, en este caso israelíes 17. La causa palestina ha sido víctima de la misma manera del doble rasero de Estados Unidos, que ha empleado el criterio de que algunos estados enemigos (rogue states) violan los derechos humanos mientras que no hay censura de la represión de Israel contra los Palestinos. Es más, mientras la represión israelí no cesa, en Estados Unidos han ganado influencia figuras como las de Rumsfeld, Wolfowitz o Perle, (que) representan una línea dura para la que el conflicto palestino israelí no (...) (es) sino un problema de seguridad que (...) (enfrenta) a un Estado, cargado de derechos, con un puñado de organizaciones terroristas 18. La comprensión de las medidas represivas empleadas por el gobierno israelí, encabezado por Ariel Sharon, va acompañada de una durísima crítica a las autoridades palestinas por su inacción frente a grupos como Hamás y Yihad islámica. Tras el 11 de septiembre se creará un clima propicio para que Israel prosiga su estrategia colonizadora en tierras palestina bajo el pretexto de políticas de seguridad. Además, a raíz de los ataques del 11 de septiembre la convergencia entre la política de la Administración Bush y el gobierno de Sharon han llegado a un punto tal que son casi indistinguibles en muchos campos, en especial por lo que se refiere a lo que se ha convertido en su contrapartida retórica sobre el tema de terrorismo 19. De este modo se han llevado a cabo estrategias de asociar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) con atentados terroristas motivados por el islam atentados de Hamás y Yihan Islámica e incluso de vincular estos últimos grupos activistas palestinos a redes de terrorismo internacional Al Qaeda, siendo clasificados por la legislación americana similarmente. Israel utiliza para sus intereses esta estrategia de vincular la causa palestina a la guerra global contra el terrorismo. De este modo, la asimilación de la violencia de los grupos radicales palestinos a la desarrollada por Al Qaeda pasará a ser elemento omnipresente de la propaganda de Tel Aviv. Hoy en día Israel, superpotencia regional incluso tras la caída de la URSS, es un vector de la estrategia estadounidense en esta región históricamente la aproximación a la Unión Soviética de varios países árabes de la región (Egipto, Irak, Siria) facilitó un acercamiento de 17 M. Mann, op.cit., p C. Taibo, op.cit., p

9 Washington a Israel. Estados Unidos, además, ayudó a consolidar el papel de Israel para permitir más control sobre la región. Hoy en día Israel obtiene transferencias de los más modernos armamentos y tecnologías (...), el compromiso de apoyo incondicional de EEUU en caso de guerra y represión del pueblo palestino colonizado, y la garantía del voto de EEUU contra cualquier resolución de Naciones Unidas 20. En definitiva Israel cumple una función en el seno de la dominación imperialista estadounidense, lo que ha hecho a muchos autores decir que Israel es víctima de esta estrategia ya que aunque se beneficie de esta situación, está condenada a vivir en un estado de guerra continua CONCLUSIONES La causa palestina, que en principio encarnaba un nacionalismo árabe laico y pluralista debido a la diversidad confesional del territorio, comenzó a impregnarse de islamismo ya desde el comienzo de la primera intifada es interesante la labor que Gilles Kepel ha realizado a la hora de analizar la islamización de la intifada. Cabe destacar la influencia que ejercieron los movimientos islamistas, como Hamás y Yihad Islámica. Estos grupos supieron conciliar la reivindicación islamista con la lucha anti israelí, sin embargo, nada hace pensar que estos grupos palestinos estén vinculados a Bin Laden y a su red internacional Al Qaeda. Es cierto que Osama Bin Laden ha mencionado en numerosas ocasiones el conflicto palestino en sus discursos, pero lo ha hecho en referencia al intervencionismo imperial estadounidense en territorios musulmanes y por su apoyo incondicional a Israel. Del mismo modo también ha hecho referencia a las invasiones estadounidenses en Afganistán (2001) e Irak (2003). En definitiva, podríamos decir que la lucha contra el terrorismo global o internacional, fundamentalmente islamista, se ha convertido en el pretexto fundamental de dos potencias Israel en Oriente Próximo y Estados Unidos a nivel mundial para aplastar movimientos de resistencia nacional (que en algunos casos podrían ser denominados terroristas islamistas nacionales) en favor de sus propios intereses: en el caso israelí seguir con la ocupación y en el estadounidense dar un paso significativo hacia el control total de Oriente Próximo. 19 R. Khalidi, op.cit., p J. Petras, EE.UU. e Israel: los cómplices del crimen, en J. Saramago y J. Ortiz, Palestina existe!, Madrid, Foca, 2002, pp S. Naïr, op. cit., p

10 BIBLIOGRAFÍA ÁLVAREZ OSORIO, I., La nueva agenda de Abu Mazen : Un buen año para israelíes y palestinos?, en Política Exterior, Vol. XIX, núm. 104, marzo/abril 2005, pp CHOMSKY, N., Ilusiones de Oriente Medio, Madrid, Editorial Popular, KEPEL, G., La Yihad, Barcelona, Ediciones Península, KHALIDI, R., La reafirmación del Imperio. Estados Unidos y la aventura occidental en Oriente Próximo, Madrid, Catarata, MANN, M., El imperio incoherente: Estados Unidos y el nuevo orden internacional, Barcelona, Paidós, NAÏR, S., El imperio frente a la diversidad del mundo, Barcelona, Areté, SAID, E.W., El fin el proceso de paz. Nuevas crónicas palestinas. Nueva edición revisada y ampliada ( ), Barcelona, Mandadori, OJEDA, J., Cuatro años más: los proyectos pendientes de Bush, en Política Exterior, vol. XIX, núm 104, marzo/abril 2005, p PETRAS, J., EEUU e Israel: los cómplices del crimen, en Saramago, J. y Ortiz, J. E., Palestina existe!, Madrid, Foca, 2002, pp TAIBO, C., Hacia dónde nos lleva Estados Unidos? Arrebato imperial y rapiña global en la política norteamericana, Barcelona, Ediciones B,