EL ROL DEL COOPERATIVISME COM A AGENT DE DESENVOLUPAMENT LOCAL EN UN CONTEXT COMPETITIU

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1 EL ROL DEL COOPERATIVISME COM A AGENT DE DESENVOLUPAMENT LOCAL EN UN CONTEXT COMPETITIU 8ª SETMANA EUROPEA DE REGIONS I CIUTATS CLOENDA DE LA CONFERÈNCIA OPEN-DAYS DEL COMITÈ DE LES REGIONS Trento, 5 d octubre de 2010 Buenas tardes. Ante todo, permítanme agradecer la invitación a participar en esta conferencia. En primer lugar, querría compartir una reflexión sobre el cooperativismo en relación a las crisis de nuestro tiempo. 1. EL COOPERATIVISMO FRENTE A LA CRISIS Los países del mundo occidental nos encontramos en un contexto de crisis. Crisis en plural. Financiera, económica y productiva. Otras crisis amagan sus efectos, aguardan a la vuelta de la esquina, como la energética o la medioambiental. Crisis globales pero también particulares de cada país, con factores propios y consecuencias diferenciadas. En unos casos las cuentas públicas están al borde del colapso, en otros, el paro adquiere niveles insostenibles para una sociedad avanzada. Y los que resisten en uno y otro sentido, sufren un deterioro en su modelo de Estado de Bienestar, en derechos sociales o laborales, o en sus perspectivas de progreso. En la raíz de todas esas crisis se encuentra una crisis de valores, la imposibilidad de detener la codicia y la obsesión por los beneficios a corto plazo. El individualismo extremo pasando por encima del bien común.

2 No es tan sólo un problema de ética. Esa corriente de fondo ha arrastrado al mercado financiero, a la sociedad, a la vida política y a la actividad productiva. La especulación no creó tan sólo burbujas financieras, o inmobiliarias (como en el caso de España o Irlanda); era todo el modelo occidental el que estaba montado en una burbuja especulativa. Durante el largo ciclo económico de prosperidad, empujados por el liberalismo y la globalización, y con el consentimiento de la sociedad, los principales agentes económicos, sociales y políticos prescindieron de toda referencia a la persona, al bien común y a la sostenibilidad a medio y largo plazo del sistema. Todo valía a favor del beneficio más inmediato. Por ello, a la hora de plantear los cambios a los que obliga cualquier crisis, debe tenerse en cuenta esa raíz común de las crisis actuales. Nuestras sociedades, las ciudadanas y ciudadanos de la Europa que quiere salir de las crisis, no pueden estar al servicio de la economía. La economía debe volver a ser un instrumento, nunca un fin. En consecuencia, las respuestas, los cambios que incidan en esa raíz, deben contar con toda la atención y apoyo posibles. Y ese es el caso de la economía cooperativa, de las propuestas de tipo cooperativo. Por ejemplo, en el mundo de la empresa. Durante estos años, en muchos países, la figura de la cooperativa ha sido marginada y víctima de estereotipos. Ahora, paradójicamente, es un modelo que responde a la necesidad de un modelo productivo donde las personas recobren su valor; una forma de empresa alejada de las prácticas que nos han abocado a las crisis actuales y que postula trabajar con sentido común por el bien común. Un modelo, además, arraigado en el territorio, preocupado por su desarrollo empresarial pero también por su entorno. Insisto, no es sólo una cuestión ética. 2 9

3 Existen evidencias de que las cooperativas, en cualquier sector de actividad, sobreviven mejor que sus competidores. Hoy hemos conocido el caso de Mondragón, en Euskadi. Les pongo un ejemplo que no se ha citado. Trasladémonos a la crisis de los 80, al siglo pasado. Mondragón, ante la posibilidad de tener que despedir a un 15% de sus trabajadores, optaron por reducirse todos ellos un 15% su salario durante un año. Impidieron que se produjera un solo despido y la cooperativa salió reforzada de aquella crisis. Las cooperativas tienen mayor flexibilidad laboral, por lo que sus puestos de trabajo pueden resistir mejor a situaciones de crisis. Y en tanto que pueden autorregularse, permiten controlar y mejorar las condiciones laborales y potenciar su formación, lo que a medio y largo plazo beneficia la competitividad de la cooperativa. Generan empleo estable y favorecen el desarrollo de la economía local. Las de consumidores, son proveedoras de productos de consumo al mejor precio con garantía de calidad, y por lo tanto, también están bien situadas para mantener ingresos en tiempos de crisis. Las de productores, ayudan a los empresarios pequeños a mantenerse en el mercado. Y en el caso de las agrícolas son, para Europa occidental, un factor necesario para conservar el sector, de gran importancia estratégica para el territorio en el siglo XXI. Sin embargo, como bien advierte el propósito de esta jornada, estas ventajas están condicionadas por la competencia del mercado, o por su propia eficiencia. Es decir, el modelo cooperativo ofrece ventajas, pero no es una garantía de éxito. Por tanto, teniendo en cuenta el valor añadido que ofrecen a nuestros sistemas productivos y a nuestra sociedad, en cierto modo estamos obligados, desde el punto de vista de los poderes públicos, desde la política, a plantearnos la forma de ayudar a su consolidación y extensión. 3 9

4 2. COOPERATIVISMO EN CATALUNYA: Hecho este posicionamiento general, haré una breve descripción de la situación del modelo cooperativo en Catalunya, y como del Parlament, permitirán que haga hincapié en los aspectos legislativos. Catalunya es un país con una fuerte cultura de la solidaridad. No es extraño, por tanto, que las sociedades cooperativas tengan allí una larga tradición. Posiblemente también influye el hecho de que ante los obstáculos políticos a ejercer nuestro autogobierno, ante nuestra carencia de Estado propio, la sociedad civil ha tomado frecuentemente la iniciativa a la hora de innovar, de buscar modelos sociales y económicos alternativos. Sólo un ejemplo: Fue en Catalunya donde se fundó, en 1842, la primera sociedad cooperativa del Estado español, la Companyia Fabril de Teixidors i Cotó de Barcelona, una cooperativa laboral que al mismo tiempo hacía las funciones de mutua ante situaciones como el paro, enfermedad o invalidez. Aquel empuje social ha tenido su traducción legislativa cuando hemos dispuesto de poder político. Ya en 1934, durante la república, el Parlament de Catalunya (que entonces ya existía) aprobó una Ley de Bases de la Cooperación, y separadamente, una de Cooperativas y otra de Sindicatos Agrícolas. Estamos hablando de los años 30 del siglo pasado. Aquella legislación, en aquellos tiempos fue considerada a nivel mundial como una de las más avanzadas; y como tal fue elogiada por la Oficina Internacional del Trabajo de Ginebra. Sin embargo, en 1939, al vencer en la guerra civil el bando franquista, esas leyes fueron derogadas por la Dictadura militar. Las cooperativas de Catalunya fueron regidas desde entonces por diferentes leyes estatales hasta la recuperación democrática de nuestras instituciones de autogobierno. 4 9

5 Así, en 1983, el Parlament de Catalunya aprobaba de nuevo una Ley de Cooperativas de Catalunya. Y una vez más, Catalunya se avanzaba al Gobierno del Estado español, que no legislaría democráticamente sobre la materia hasta Es decir, desde el 75, en que muere el dictador Franco, hasta el 87, en que la democracia ya hace un tiempo que funciona, las cooperativas españolas no tenían una ley propia adaptada a la expresión de la democracia en España. Continúo con la historia catalana. En los años 91 y 93 el Parlament modifica la ley catalana, introduciendo importantes innovaciones, como la reducción de 5 a 3 miembros como número mínimo de socios para constituir una cooperativa laboral, lo que favoreció la utilización de esta figura jurídica para iniciar numerosos proyectos de autogestión empresarial. Nuevamente, esas dos modificaciones de ley inspiraron cambios legislativos en otras comunidades autónomas españolas, y en la misma legislación del Estado. En 2002 el Parlament aprobó una nueva Ley de Cooperativas de Catalunya, con el objetivo de fomentar la constitución de cooperativas y conseguir la consolidación económica de las ya existentes, en cuanto se había constatado, y así se señaló en el preámbulo de dicha ley, que EL AUTOEMPLEO GENERADO MEDIANTE LAS LLAMADAS EMPRESAS DE ECONOMÍA SOCIAL, Y EN CONCRETO, MEDIANTE LAS COOPERATIVAS, SE HABÍA DEMOSTRADO QUE ERA UNA DE LAS FÓRMULAS MÁS ADECUADAS PARA LA INSERCIÓN SOCIAL Y LABORAL DE LAS PERSONAS Más aún, se consideraba que podía constituirse como UNA FIGURA CLAVE, desde el punto de vista jurídico y económico, PARA LA CONSOLIDACIÓN DEL CONCEPTO ACTUAL DE EMPRESA COMPETITIVA, concepto vinculado al CAPITAL HUMANO y a la idea de la RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LA EMPRESA. 5 9

6 Cabe añadir que a consecuencia de la ley de 2002, que obligaba a las cooperativas a adaptarse a la nueva normativa, se puso de manifiesto que en el Registro Central de Cooperativas de Catalunya estaban dadas de alta muchas cooperativas que en la práctica estaban inactivas. De las que constaban inscritas, se pasó a reales. Ello ha llevado a plantear la necesidad de una nueva legislación, adaptada a un escenario real diferente del que se creía al elaborarse dicha ley. Por lo tanto, en estos momentos en Cataluña existe un debate sobre cómo podemos mejorar los aspectos relativos, por ejemplo, a la competitividad; un debate que por los tempos parlamentarios (tenemos elecciones el mes que viene), queda pendiente, deberá ser tratado en la próxima legislatura. Acabo esta parte de la conferencia con el Estatuto de Autonomía de Catalunya. Como saben, el Estatuto de Autonomía de Catalunya es la ley, la ley orgánica del Estado en este caso, por la cual nos regimos, se rige nuestro autogobierno. Pues bien, en el nuevo Estatuto de Catalunya, aprobado en 2006, las cooperativas tienen una presencia significativa. En relación a los principios rectores que deben guiar la actuación de los poderes públicos, el Artículo 45, referente al Ámbito socioeconómico, dice en uno de sus puntos: ( ) LA GENERALITAT DEBE FOMENTAR LA ACCIÓN DE LAS COOPERATIVAS Y LAS SOCIEDADES LABORALES Y DEBE ESTIMULAR LAS INICIATIVAS DE LA ECONOMÍA SOCIAL. Y en cuanto a la distribución de competencias sobre la materia, dedica un artículo exclusivo, el 124, a las Cooperativas y economía social. En él, se detalla que: CORRESPONDE A LA GENERALITAT LA COMPETENCIA EXCLUSIVA EN MATERIA DE COOPERATIVAS. Es decir, es competencia de la Generalitat de Catalunya LA REGULACIÓN Y EL FOMENTO DEL MOVIMIENTO COOPERATIVO, EN ESPECIAL PARA PROMOVER LAS FORMAS DE PARTICIPACIÓN EN LA EMPRESA, EL ACCESO DE LOS TRABAJADORES A LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN Y LA COHESIÓN SOCIAL Y TERRITORIAL. 6 9

7 A su vez, LA REGULACIÓN Y EL FOMENTO DEL MOVIMIENTO COOPERATIVO INCLUYEN: A) LA REGULACIÓN DEL ASOCIACIONISMO COOPERATIVO. B) LA ENSEÑANZA Y LA FORMACIÓN COOPERATIVAS. C) LA FIJACIÓN DE LOS CRITERIOS, LA REGULACIÓN DE LAS CONDICIONES, LA EJECUCIÓN Y EL CONTROL DE LAS AYUDAS PÚBLICAS AL MUNDO COOPERATIVO. Expuesto el marco legislativo, y para no excederme en el tiempo de mi intervención, permítanme unos apuntes telegráficos sobre el contexto político del modelo cooperativo en Catalunya: Las medidas de apoyo del Govern de Catalunya van desde las subvenciones hasta las bonificaciones fiscales, pasando por el derecho de preferencia en caso de empate cuando concurren a concurso de adjudicaciones públicas. O el Coop Express, iniciativa para agilizar los trámites burocráticos, que garantiza la inscripción en el registro público de cooperativas en un límite de 48 horas. De manera particular deben citarse los "Planes de Dinamización de la Economía Cooperativa", , de carácter territorial. Es el resultado de un proyecto piloto impulsado por el Govern durante el 2009, en colaboración con las administraciones locales, en el que han participado cuatro ayuntamientos. Tienen como objetivos: diagnosticar el potencial cooperativo en cada territorio; establecer y consolidar una mesa de concertación a nivel territorial con otros agentes para trabajar coordinadamente; y elaborar un plan de actuación de promoción del cooperativismo a 3 años vista. Pese al apoyo del Govern, pese a la tradición histórica, pese al marco legislativo, pese a diferentes ejemplos de éxito empresarial (la cooperativa 7 9

8 Abacus, por ejemplo, cuenta con más de medio millón de socios consumidores), pese a que un número creciente de economistas y expertos sociolaborales aboguen por las virtudes del cooperativismo, el modelo cooperativo continúa ocupando en Catalunya un espacio cuantitativamente marginal en el sistema productivo (alrededor de un 2% de la empleo, y un 6% del PIB), y sigue alejado de la opinión publica catalana y española como alternativa al modelo capitalista tradicional. En un contexto de destrucción de puestos de trabajo alarmante en Catalunya y en el conjunto del Estado español, las cooperativas no sólo resisten, sino que en los últimos trimestres han aumentado ligeramente sus niveles de empleo. Y en los últimos dos años ha seguido aumentando el número de cooperativas y de socios. El modelo cooperativo es, por su naturaleza, innovador. Son muchos los ejemplos en relación a la forma de organizarse, acceder a los clientes, relacionarse con los proveedores, producir y distribuir los productos. Esa capacidad de innovación revierte positivamente en su competitividad. 3. CONCLUSIÓN: La economía cooperativa representa un modelo empresarial que: trabaja en el territorio y por el territorio, lleva a cabo una actividad productiva, crea empleo de calidad, genera riqueza y la distribuye de manera más equitativa, contribuye al equilibrio territorial, y se preocupa por una economía más sostenible desde el punto de vista económico, ambiental y social. Un modelo alternativo que puede ser competitivo, y por lo tanto, del que no podemos desentendernos desde los poderes públicos. Desde Catalunya, seguramente, tenemos mucho que aprender de los innovadores proyectos 8 9

9 impulsados en diferentes regiones italianas. Y creo que el conjunto de Europa debe prestar más atención a las posibilidades que ofrece el modelo cooperativo como respuesta a las crisis, como referente para los cambios que deben producirse en las empresas tradicionales, por ejemplo, en relación a la llamada responsabilidad social de las empresas. Pero lo más importante, lo que me gustaría remarcar hoy aquí, es que su competitividad no viene dada por las posibles ventajas de su figura jurídica, sino precisamente por su naturaleza cooperativa, por su identidad. Lo será en la medida que cumpla los principios cooperativos, que responda a las necesidades colectivas. Su identidad es su valor. El modelo cooperativo es potencialmente competitivo, especialmente si su entorno toma conciencia de su valor añadido. Es competitivo como servicio, como producto, si no pierde sus valores, su razón de ser, si no se aboca a la competición obsesiva de costes. No tiene sentido competir en costes de de mano obra en mundo globalizado donde países emergentes o en desarrollo mantienen derechos laborales reducidos. Es plenamente competitivo en términos de valor social añadido, es competitivo si mantiene garantía de calidad; es competitivo por el factor proximidad; es competitivo por su arraigo en el territorio; es plenamente competitivo si no abandona su tendencia innata a la innovación. En definitiva, es competitivo en el contexto actual y futuro si no se traiciona a sí mismo, si los poderes públicos le dan su apoyo, y sobretodo, si el conjunto de la sociedad toma conciencia del valor colectivo añadido que deriva de su oferta de productos y servicios. La última palabra no la tiene un abstracto mercado, sino las personas que conforman la sociedad de cada país. La competitividad del modelo depende, pues, de cada uno de nosotros. Muchas gracias. 9 9