La distribución geográfica de los votos en Baja California

Transcripción

1 La distribución geográfica de los votos en Baja California Benedicto Ruiz Vargas* La distribución de los votos en la elecciones federales en Baja California está muy vinculada a las características específicas de cada coyuntura política, pero también a la historia y perfil particular de cada uno de los principales partidos que han participado desde hace más de una década. En algunos partidos como el Pita, la distribución geográfica de su votación no ha registrado, prácticamente, cambios sustanciales durante este tiempo. Desde 1988 al 2000, que es el periodo que se considera en este trabajo, la votación de este partido se ha concentrado de manera fundamental en el municipio de Mexicali, al igual que en el distrito que comparten Ensenada y Tecate. Tijuana, a partir de la última elección, empieza a tener un papel destacado en los sufragios priístas. Caso contrario es el del PAN, cuya votación más importante después de 1991 se localiza en el municipio de Tijuana, mientras que Mexicali, Ensenada y Tecate le siguen muy de cerca en la proporción de sus votos. En otras palabras, la distribución de los votos panistas es más uniforme en los cinco municipios en que se divide el estado, sobre todo en los distritos y municipios con mayor perfil urbano que, en realidad, constituyen la mayoría en Baja California. * Profesor-Investigador de la Universidad Iberoamericana-Noroeste. Por el lado del Pita, la concentración espacial de sus votos en los comicios federales parece estar muy ligada a la connotación cardenista que tuvo en su origen y, en segundo lugar, al peso significativo que ha tenido una dirigencia estatal con sede en el municipio de Ensenada. Sólo estas dos premisas permiten explicar que durante la elección de 1988, la mayor votación de este partido se haya concentrado en Mexicali, que resume la historia del reparto agrario en Baja California durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas y mantiene viva una tradición agrícola. En las elecciones sucesivas, el peso geográfico de su votación se ubicó en los municipios de Ensenada y Tecate, seguido de Mexicali y en último lugar el de Tijuana. Esquematizando un poco las cosas, se puede decir que los votos del Pita han tenido durante todo este tiempo un componente rural, con una posible tendencia a cambiar a partir de la elección federal de 2000, en donde Tijuana empieza a destacar como una fuente importante de sufragios para este partido, pero sin alcanzar todavía el primer lugar. En el caso del PAN, como se verá más adelante, después de 1988 su votación se concentra en los distritos y municipios más urbanos y de mayor densidad demográfica, como es Tijuana, Mexicali y Ensenada. No sólo eso, también muestra una tendencia a ganar espacios en aquellos distritos rurales en donde 69

2 La distribución geográfica de los votos en Baja California el Piu ha mantenido una influencia decisiva. Por último, el PRD al igual que el PAN, después de 1988, cambió su tendencia electoral para concentrarla en los siguientes años en Ensenada y Tecate, con algunos componentes todavía de carácter rural, y en menor medida en los municipios de Mexicali y Tijuana. Antes de entrar en materia para analizar con mayor detalle este conjunto de observaciones vale la pena aportar un par de datos para la mejor ubicación del lector. El primero, no obstante que en el estado de Baja California se conservan algunas zonas con importante actividad agrícola, en general, la mayor parte de la población se localiza en centros urbanos, destacando en orden de imortancia por su mayor densidad y crecimiento demográfico los municipios de Tijuana, Mexicali, Ensenada, Tecate y, de manera más reciente, Playas de Rosarito. Las actividades agrícolas se localizan en el Valle de Mexicali, así como en el área de la costa que comprende el municipio de Ensenada que se extiende territorialmente hasta el paralelo 28 de la península. Es una zona extensa pero escasamente poblada. De los seis distritos electorales federales en que se divide el estado, dos de ellos se pueden considerar como distritos rurales o "urbanos-rurales". Hasta 1997, estos distritos eran el 3, que comprende una parte del municipio de Ensenada y Tecate, y el 4, que se localiza en el Valle de Mexicali. Después de 1997 hasta el 2000, el Ife modificó la distritación del estado para quedar el 1 en Mexicali (que comprende el Valle) y el 3 que ahora abarca los municipios de Ensenada, Tecate y Rosarito. Hasta ahora son los dos distritos con cierto componente rural. El segundo dato que conviene mencionar tiene que ver con la distribución de los electores y el padrón de población registrada en los órganos electorales. Simplemente como ejemplo, en 1988 Mexicali concentraba el 41 por ciento del padrón electoral, Tijuana el 40.7, Ensenada el 15.1 y Tecate el 3 por ciento. Para el 2001 Tijuana tiene el 50 por ciento del total de electores en el estado, Mexicali 31 por ciento, Ensenada 14.3 y Tecate 3.4 por ciento. La tasa de crecimiento para Tijuana en el periodo es de por ciento, de 45.7 por ciento para Mexicali, de para Tecate y de 82.1 por ciento para Ensenada. Los votos rurales del PRi De 1988 al 2000, en Baja California el PRI ha mantenido una tendencia casi inalterable en cuanto a la localización de sus votos para los comicios federales. Es decir; Mexicali, Ensenada-Tecate y por último Tijuana, han sido durante este periodo y en este orden los principales puntos geográficos donde se localizan los votos del partido tricolor. Es a partir del 2000 cuando esta tendencia empieza a mostrar algunos cambios y, de ocupar el tercer lugar, Tijuana se coloca en la segunda posición como zona importante en la votación priísta. En la elección de 1988 para Presidente, por ejemplo, Mexicali le aporta al PRi el 36 por ciento de la votación, Ensenada-Tecate 32.2 y Tijuana el 31.4 por ciento. Para la siguiente elección de 1994, el PRI incrementa sus votos de manera notable, más o menos como sucedió a nivel nacional, pero Tijuana sigue ocupando el tercer lugar. En la más reciente elección del 2000, el partido regresa a su votación tradicional y, por una diferencia muy pequeña, Tijuana desplaza del segundo lugar a Ensenada-Tecate que mientras en Mexicali el partido alcanza el 38.4 por ciento, en Tijuana tiene el 36.9 por ciento y en Ensenada-Tecate el 35.1 por ciento. Si la votación presidencial se analiza por distritos, se observa que es el distrito 4 (del Valle de Mexicali) el que le da más votos al partido tricolor en 1988, seguido del distrito 1 del mismo municipio. Los distritos 2, 5 y 6 de Tijuana son los que, en proporción, le dan 70

3 Benedicto Ruiz Vargas menos votos. En 1994 la situación se repite, con la diferencia de que el distrito 2 de Tijuana tiene un porcentaje de votos muy semejante al distrito de Ensenada-Tecate (48.8%). En la elección presidencial del 2000, el distrito 1 del Valle de Mexicali sigue conservando el primer lugar como fuente de votos para el PR1, seguido ahora del distrito 6 de Tijuana, que se caracteriza por cubrir una zona popular de asentamientos relativamente recientes en la ciudad. En síntesis, durante este periodo el Piza, por lo menos en los comicios presidenciales, ha tenido dos fuentes principales de votos: los que vienen del ámbito rural de los distritos del Valle de Mexicali y de Ensenada-Tecate, y de las zonas populares de ciudades como Tijuana. En aquellos distritos que, en términos generales, pueden caracterizarse como de clase media y de mayor nivel de urbanización, la presencia del PRi es hasta ahora poco significativa. El fenómeno es interesante en la medida en que en las ciudades fronterizas los sectores medios juegan un papel relevante, tanto en participación política como en influencia dentro de la opinión pública, además de que sus principales ciudades muestran una tendencia a una mayor urbanización. En cuanto a las elecciones para diputados de mayoría relativa, las tendencias anteriores no se modifican sustancialmente durante los cinco procesos intermedios que se han realizado de 1988 al La información muestra que tanto a nivel municipal como distrital, los cambios geográficos en la votación del PRI han sido mínimos. Así, en lo que se refiere a los municipios, Mexicali, Ensenada-Tecate y en tercer lugar Tijuana siguen conservando el mismo orden en cuanto a fuente de votos priístas. Lo mismo ocurre con su votación distrital, aunque es aquí donde suelen apreciarse sus cambios más significativos. En 1988, el P1z1 conquista los seis distritos de Baja California y su votación más alta la concentra en el distrito 1 del Valle de Mexicali, seguida del distrito 4 del mismo municipio y del 3 de Ensenada-Tecate. En los distritos de Tijuana su votación es la más baja, con excepción del distrito 5 en donde su porcentaje de votación es semejante al tercer distrito. Para la siguiente elección de 1991, que es la primera elección federal después del triunfo del PAN en la gubernatura del estado, el PRI sólo conserva dos distritos: el 1 y 4 de Mexicali, y el primero con una diferencia porcentual de un punto. En Tijuana no disminuye su votación respecto a la elección anterior, pero el PAN asciende vertiginosamente. Para 1994, el P1Z1 vuelve a conquistar todos los distritos del estado, alcanzando en sus principales espacios de influencia un puntaje por encima del 50 por ciento. Sin embargo, para los comicios federales de 1997 esa alta votación se desploma y pierde nuevamente todos los distritos, con excepción del 1 del Valle de Mexicali que le sigue disputando férreamente el PAN desde Para el 2000, el PRi pierde todos los distritos de nuevo, incluido el del Valle de Mexicali, lo que reafirma la poca movilidad que ha tenido este partido en todo este periodo en cuanto a la localización geográfica de sus votos. Varios de los movimientos en la votación federal del PRi en el estado tienen una explicación que se relaciona ya sea con eventos nacionales o bien con las coyunturas políticas en Baja California. Sin embargo, dados los objetivos de este trabajo, lo que interesa es enfatizar si a pesar de todos estos cambios -donde se ganan y pierden posiciones-, el PRI ha registrado desplazamientos espaciales en su votación. De esta manera, la conclusión es obvia: en casi doce años el partido sigue conservando los mismos bastiones de influencia electoral, con la diferencia de que a partir de 1994, y en especial del 2000, algunas zonas urbanas de Tijuana empiezan a repuntar como fuentes proveedoras de votos. Es posible que a partir de la derrota presidencial de este último año, así como las serias dificultades que muestra el partido 71

4 La distribución geográfica de los votos en Baja California en el estado durante todo este tiempo, contribuyan a modificar el cuadro anterior, obligando al partido a un desplazamiento hacia las zonas urbanas. La conclusión anterior se reafirma cuando se analiza el peso proporcional que tiene cada uno de los municipios en el total de la votación del partido. Así, en 1988 el PRI obtenía en Mexicali el 45 por ciento de sus votos, mientras que en Tijuana alcanzaba el 36 por ciento. En los municipios de Ensenada y Tecate recibía el 19 por ciento (ver Mapa 1). Para 1991, Mexicali desciende al 42 por ciento y Tijuana gana cuatro puntos porcentuales (Mapa 2). En 1994, Tijuana adquiere una clara primacía con respecto al resto de los municipios, con el 43 por ciento, en tanto que Mexicali desciende al 39 por ciento. Ensenada y Tecate se siguen conservando, prácticamente, en el mismo porcentaje de 1988 (Mapa 3). Para 1997 la situación es análoga a los resultados de la elección anterior, cambiando realmente a partir del 2000 (Mapa 4). En este año, Tijuana pasó a ocupar el 45 por ciento del total de la votación y Mexicali se colocó en el 36 por ciento y el resto de los municipios en el 19 por ciento (Mapa 5). Dicho en otra forma, de 1988 al 2000 la zona rural-urbana que comprende el distrito de Ensenada y Tecate no ha registrado cambios sustanciales en la votación priísta; lo que, por el contrario sí ha sucedido en Mexicali y Tijuana. En el primero, el partido ha perdido cuatro puntos porcentuales en todo el periodo y en el segundo ha ganado cerca de diez puntos, como proporción de su votación total. Este comportamiento parece coincidir con la historia regional del Pm en el estado y con los procesos de alternancia que se han dado desde 1989 en Baja California. El Pm, como sucedió a lo largo y ancho del país hasta hace un tiempo, dominó tradicionalmente las capitales de los estados, lugar donde se asentaba el poder político y económico; desde ahí su poder irradiaba al conjunto de los municipios y el estado. Era en las capitales donde se concentraban su mejores cuadros políticos y de donde emanaban sus principales candidatos a la gubernatura, así como la dirigencia del partido a nivel estatal. Este fue el caso de Mexicali, que el PAN le arrebató desde 1995, es decir unos pocos años después de que el partido tricolor perdió el poder estatal. Desde entonces, la votación del PRI ha descendido en Mexicali en una curva suavizada por los triunfos arrolladores de 1994 y 1997, pero volvió a cobrar fuerza en esta caída a partir de la última elección federal del Tijuana, por el contrario, muestra un ascenso proporcional en el conjunto de la votación de este partido desde 1991 hasta la fecha, ocupando un lugar destacado como fuente de votos priístas. Detrás de ello hay razones demográficas que se expresan en la distribución del padrón electoral, pero eso no elimina que el PRI haya iniciado ya un lento y consistente proceso hacia la "urbanización". El rostro urbano del PAN El caso del PAN es un tanto inverso al que se ha visto en el apartado anterior, aunque un rasgo característico en la votación federal de este partido es la uniformidad que presenta en cuanto a la ubicación geográfica de sus votos en los cinco municipios del estado. Así, por ejemplo, en la elección presidencial de 1988 los votos del PAN tienen casi el mismo peso en los cuatro municipios (21%), sólo Tijuana tiene el 22 por ciento de su votación. En la siguiente elección de 1994, vuelve a presentar el mismo panorama, con la diferencia de que su votos oscilan entre el 33 y el 38 por ciento, destacando nuevamente Tijuana. Para la elección del 2000, el partido alcanza el 50.5 y el 50.3 por ciento en Ensenada-Tecate y Tijuana, respectivamente, mientras que en Mexicali su votación es de 48.5 por ciento. 72

5 Benedicto Ruiz Vargas En la misma elección de 1988 por distritos, el PAN obtiene su más alta votación en el distrito 5 de Tijuana y en el 1 de Mexicali, seguido del 3 de Ensenada-Tecate. En la siguiente elección de 1994, el quinto distrito de Tijuana sigue conservando el mayor porcentaje, a los que se agregan el sexto y segundo del mismo municipio. Los distritos de Mexicali descienden en proporción a los otros, pero el partido sigue ganando terreno en una zona que le era adversa tradicionalmente. En los comicios del 2000 el PAN oscila entre el 44 y el 52 por ciento en todos los distritos, concentrándose de manera preponderante en los distritos de Tijuana y, en especial, el 2 de Mexicali que pertenece a la zona urbana del municipio. En el Valle obtiene su más baja votación, pero aún así desplaza la tradicional hegemonía del PRI. En la elecciones para diputados de mayoría relativa, el PAN no sólo ha registrado un consistente aumento de votos a lo largo de este periodo, sino que también ha tenido desplazamientos en su ubicación geográfica. En 1988 la votación del partido oscila entre el 20 y el 28 por ciento, una distancia importante con respecto al PRI, y el peso más significativo en esta votación se concentra en Ensenada. Después de esa elección el municipio no va a perder importancia en la votación panista, pero el lugar geográfico que aglutinará los votos del partido será, en lo sucesivo, el municipio de Tijuana. Dicho de otra manera, el PAN, como sucedió con otros partidos en Baja California, también en sus orígenes se concentró en la capital del estado (Mexicali) y en la parte más urbana de algunos municipios. Por otro lado, en Ensenada se tiene el antecedente de haber sido el primer municipio en el estado que le fue arrebatado al PRI, primero por el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) en 1983 y luego conquistado por el PAN en 1986, con Ernesto Ruffo a la cabeza. Desde entonces, la zona urbana del municipio se ha constituido en una fuente importante de votos panistas, aunque sigue prevaleciendo una fuerte competencia con el PRI, el cual ha ganado las útlimas dos elecciones (desde aquella fecha) a la presidencia municipal. No obstante lo anterior, el PAN ha mantenido una presencia histórica en municipios como Tijuana, como lo refleja la elección municipal de 1968, en la que todo indica que conquistó la alcadía pero no le fue reconocida. El hecho es que hasta 1988 la votación del partido osciló entre el 20 y el 25 por ciento, sin ser una amenaza real para el partido tricolor. Es a partir de la alternancia que se da en el gobierno del estado en 1989, y en algunos municipios (entre ellos Tijuana), cuando el partido incrementa sus votos en las elecciones federales y se concentra en las zonas más urbanas del estado, con una tendencia -además- hacia penetrar en los distritos rurales. Con sus alteraciones y vaivenes correspondientes a cada coyuntura electoral, el PAN domina casi todos los distritos electorales del estado desde Es decir, con excepción de las "atípicas" elecciones federales de 1991 y 1994, el partido ha desplazado la vieja hegemonía priísta. Aún así, en 1991, dos años después de la alternancia estatal, el PAN gana cuatro de los seis distritos, en unos de manera apretada pero en otros con suficiente holgura, como el 2, 5 y 6 de Tijuana. En 1994 el PR! vuelve a conquistar todos los distritos como en 1988 por márgenes considerables; y en 1997 el PAN se impone por primera vez, con excepción del distrito 1 de Mexicali, en todos los distritos del estado. Sus votos se concentran en Tijuana, seguidos de Mexicali y en tercer lugar el distrito que comprende parte de los municipios de Ensenada-Tecate y ahora Playas de Rosarito. Es la elección de diputados de mayoría relativa del 2000 cuando el PAN obtiene una victoria aplastante en todos los distritos de Baja California, incluyendo, por supuesto, el 1 de Mexicali. La ventaja con respecto al PRI fue de un punto porcentual, pero en el resto de los distritos el PAN alcanzó porcentajes por 73

6 La distribución geográfica de los votos en Baja California encima o cercanos al 50 por ciento. Si la votación se analiza por municipios, Tijuana aparece en el primer lugar con el 50.2 por ciento de la votación, seguida de Ensenada-Tecate con el 49.5 por ciento y por último Mexicali con el 46.2 por ciento. Si bien la votación panista en el estado estuvo influenciada por las características de la contienda presidencial y el arrastre de Vicente Fox, eso no niega la consistencia y consolidación de los votos blanquiazules durante todo este periodo. En términos proporcionales y en cuanto a la evolución de sus cambios geográficos, el PAN se ha ido concentrando cada vez con mayor nitidez en los principales núcleos urbanos del estado. Si en 1988 Mexicali era su principal fuente de votos con un 42 por ciento del total de su votación en todo el estado (Tijuana tenía el 38 por ciento y Ensenada-Tecate el 20 por ciento) (Mapa 6), para 1991 la situación se modifica para mantenerse prácticamente igual hasta el En efecto, en 1991 los votos proporcionales de Tijuana ascienden al 48 por ciento, en tanto que Mexicali desciende al 34 por ciento y los otros municipios se mantienen en el 18 por ciento (Mapa 7). Entre 1994 y 1997 el cuadro anterior sufre leves alteraciones en cada uno de los municipios, pero en general Tijuana no pierde su primacía en cuanto espacio geográfico de los votos panistas (Mapas 8 y 9). En el 2000, del total de votos en el estado Tijuana concentra el 48 por ciento, Mexicali el 32 y Ensenada-Tecate el 20 por ciento (Mapa 10). Vistos en conjunto y a lo largo de todo el periodo, Tijuana muestra una curva, desde 1991, que asciende levemente para colocarse por encima por el resto de los municipios. Mexicali, en cambio, desciende desde 1991 y aunque no presenta caídas bruscas, su tendencia es a perder peso en los votos proporcionales del PAN. El caso de Ensenada-Tecate es más uniforme en su comportamiento electoral, teniendo oscilaciones entre el 17 y el 20 por ciento. Las elecciones federales, como se sabe, responden a una dinámica nacional y movilizan otros intereses, pero no puede negarse que en la medida que el PAN se afianza en los municipios y el gobierno del estado de Baja California, el resultado de las primeras se ve influenciado por el desempeño de los gobiernos locales. El errático camino del PRD La peculiaridad del PRD en las elecciones federales en Baja California consiste en que, después del triunfo de su candidato presidencial en 1988, descendió verticalmente para colocarse en porcentajes del 3 y 10 por ciento. En votación es la tercera fuerza electoral el estado, pero a gran distancia de los principales partidos mayoritarios. También a diferencia del resto el PRD no concentra su votación en Mexicali o Tijuana sino en el municipio de Ensenada, auque ha ido mejorando su presencia en los otros municipios. Es sabido que en la elección presidencial de 1988, el FDN ganó en el estado con el 34.9 por ciento, un punto porcentual arriba que el PRI. Tijuana constituyó su principal fuente de votos, seguida de Ensenada-Tecate y después Mexicali. No ganó ninguna diputación de mayoría relativa, pero su votación superó en algunos distritos a la de Acción Nacional. En la siguiente elección presidencial de 1994, el PRD descendió al 8.4 por ciento y el peso geográfico se desplazó de Tijuana a Ensenada-Tecate y en segundo lugar a Mexicali. En el 2000, aliado con otros partidos, el PRD alcanzó el 9 por ciento de la votación total en todo el estado, prevaleciendo nuevamente Ensenada- Tecate como su principal espacio de votos. En la elección para diputados de mayoría relativa el PRD, después de 1988, capturó su mayor porcentaje de votos en el distrito 3 de Ensenada-Tecate y con el 2.7 por ciento de su votación total en distrito 5 de Tijuana, una zona urbana considerada de clase media. 74

7 Benedicto Ruiz Vargas En 1994 mantuvo la misma tendencia, aunque con ligeros aumentos en su votación, pues pasó del 2.5 al 7.6 por ciento en su votación total. En 1997 subió al 13.3 por ciento con la misma ventaja del distrito 3 y un aumento importante en el distrito 1 de Mexicali. Para el 2000, la Alianza por México en la que participó el PRD, alcanzó el 9.1 por ciento de la votación global, descendiendo de nuevo en todos los distritos y conservando su fuerza relativa en el tercer distrito de Ensenada-Tecate. No existen datos precisos al respecto pero, la fuente principal de votos del Pite en el estado, parece estar localizada en los sectores y barrios populares de las zonas urbanas de las ciudades fronterizas, sobre todo en aquellos asentamientos que se han formado durante los últimos diez años en la periferia de los centros urbanos. Son, hasta ahora, las zonas que presentan mayores carencias en servicios públicos, como el agua potable y el drenaje sanitario, problemas de vivienda y otros servicios relacionados con la salud y la recreación. El distrito 3, si bien tiene un componente rural en el que el PRD tiene cierta presencia, es en los núcleos urbanos de carácter popular de donde parece nutrirse de manera principal, aunque existen algunos estratos medios que sufragan por este partido. En Ensenada, aparte de ser el distrito más extenso territorialmente, existe una larga tradición de trabajo y organización por parte de los grupos izquierdistas con los sectores populares, grupos que luego se incorporaron al PRD; algunos de ellos incluso en los principales puestos directivos del partido a nivel estatal y municipal. Al parecer, son algunas de las corrientes más consistentes y perdurables en el marco del fuerte divisionismo que ha caracterizado al partido en Baja California que, en general, se ha guiado sin una estrategia clara en su actuación política y en su participación electoral. Esto, entre otros factores, ha hecho del PRD una fuerza marginal en el estado, no obstante su tercer lugar en las posiciones electorales. Con todo, si los votos se analizan de manera proporcional al peso que tienen cada uno de los municipios, puede observarse que a partir de 1991 Tijuana empieza a ganar terreno como espacio geográfico en la votación total de este partido. Su dimensión y concentración de votantes explica en gran parte esta tendencia, al igual que en el resto de los partidos, pero eso no niega que el anterior comportamiento puede estar en un proceso de cambio. En 1988, por ejemplo, Tijuana concentra el 40 por ciento de los votos totales en diputados de mayoría relativa, en tanto que Mexicali tiene el 45 por ciento y Ensenada-Tecate llega apenas al 15 por ciento. Para 1991, Tijuana desciende al 38 por ciento y Mexicali lo hace con el 32 por ciento, mientras que Ensenada repunta con el 30 por ciento. En los siguientes comicios intermedios Tijuana sigue ocupando el primer lugar como sede principal de los votos perredistas, para quedar en el 2000 con el 43 por ciento, 34 por ciento Mexicali y 23 por ciento Ensenada-Tecate. Esto no hace más que expresar la dimensión de los municipios y el tamaño del padrón electoral pero no necesariamente refleja la influencia electoral del partido en cada distrito, como se ha visto en párrafos anteriores. Conclusiones De 1988 al 2000, la votación del PRI en las elecciones federales no ha registrado cambios significativos en cuanto a su ubicación geográfica se refiere, no obstante que, como se ha visto, el padrón electoral muestra una creciente concentración en el municipio de Tijuana. En todo este periodo, la fuente principal de votos de este partido se localiza en el municipio de Mexicali y en especial en aquellos distritos de mayor componente rural. A partir de las últi- 75

8 La distribución geográfica de los votos en Baja California mas elecciones federales del 2000 se aprecia un leve cambio hacia la zona urbana de Tijuana, lo que puede dar inicio a una nueva tendencia que modifique el patrón anterior. En la ubicación geográfica de los votos del PAN se observa una distribución más uniforme en los municipios del estado, principalmente a partir de Con todo esto, es en aquellos distritos y municipios de carácter más urbanos donde este partido encuentra su fuente más notable de sufragios. El PAN no sólo ha visto incrementar su votación en los comicios federales en el periodo analizado, sino que ha tendido cada vez más a penetrar los distritos y zonas rurales donde tradicionalmente su presencia era débil. Una explicación plausible es que esta creciente influencia descansa en su papel como gobierno. Por último, el PRD después de su vertiginosa caída en 1991 se ha concentrado geográficamente en el municipio de Ensenada y en algunas zonas de Mexicali, para tender en fechas más recientes a obtener votos en los distritos urbanos populares de Tijuana. Siendo la tercera fuerza electoral en el estado, el PRD después de 1988 no ha podido constituirse en una organización alternativa en las principales ciudades fronterizas. 76

9 Benedicto Ruiz Vargas Mapa 1. Resultado de los comicios federales en Baja California, 1988 Partido Político PRI PAN PRD -WW Elaboración LAGEEM, UAM-X La información es responsabilidad del autor 77

10 La distribución geográfica de los votos en Baja California Mapa 2. Resultados de los comicios federales en Baja California, 1991 PLAYAS D E R QSA R RO ENSENADA Gis.. tc Elaboración LAGEEM, UAM-X La información es responsabilidad del autor 78

11 Benedicto Ruiz Vargas Mapa 3. Resultados de los comicios federales en Baja California, 1994 Partido Político M PRI PAN PRD In Elaboración LAGEEM, UAM-X La información es responsabilidad del autor 79

12 La distribución geográfica de los votos en Baja California Mapa 4. Resultados de los comicios federales en Baja California, 1997 TIJUANA TECATE PLANAS D E R MEXICALI Partido Político PRI El] PAN r1 P R D ENSENADA Jalma tos Elaboración LAGEEM, UAM-X La información es responsabilidad del autor 80

13 Benedicto Ruiz Vargas Mapa 5. Resultados de los comicios federales en Baja California, 2000 Partido Político S PRI PAN E:] PRD ros UNI Elaboración LAGEEM. UAM X La información es responsabilidad del autor 81