LA INVESTIGACIÓN DE PROCESOS EN PSICOTERAPIA: RELEVANCIA Y ESTADO ACTUAL IMPLICACIONES PARA EL FUTURO DE LA PSICOTERAPIA

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1 LA INVESTIGACIÓN DE PROCESOS EN PSICOTERAPIA: RELEVANCIA Y ESTADO ACTUAL IMPLICACIONES PARA EL FUTURO DE LA PSICOTERAPIA CURSO DE DOCTORADO: TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Y PROC. TERAP. PROFESORA: ISABEL CARO GABALDA PRESENTADO POR: BELÉN CANO MOYANO

2 LA INVESTIGACIÓN DE PROCESOS EN PSICOTERAPIA: RELEVANCIA Y ESTADO ACTUAL. Actualmente nos hallamos inmersos en una nueva etapa de investigación en psicoterapia, en la que lo predominante es realizar el estudio de los procesos terapéuticos, que nos dan explicación de los mecanismos del cambio. En la investigación en psicoterapia se ha producido un giro conceptual y metodológico que nos ha conducido a tratar el estudio de la psicoterapia desde fuera, a penetrar en la consideración empírica de la psicoterapia a través de su historia natural, es decir, cómo se produce el proceso de cambio en un tratamiento determinado para un sujeto particular (Avila,1990). Según Greenberg y Pinsof (1986); la investigación en psicoterapia se convierte en el análisis de los procesos que se dan fuera de las sesiones de terapia y de los procesos que se dan dentro de éstas, junto con la interacción entre ambos, desde este punto de vista se rompe con la dicotomía proceso-resultado, ya que se toma en consideración lo que sucede dentro y fuera de la sesión. Según Ibáñez (1993), partiendo de la conclusión de que todas las terapias son eficaces surge una nueva área de investigación que pondrá en primer plano de estudio el proceso terapéutico. La psicoterapia en la década de los 80 percibe que independientemente de los resultados que se obtienen es importante fragmentar, estudiar el proceso terapéutico, a partir de aquí surge la investigación de los procesos que actúan en psicoterapia. 2

3 Hay que tener presente que la investigación de resultados versus procesos sucede en un contexto histórico-social diferente. Según Seoane (1993) en la investigación de procesos la relación entre terapeuta y paciente se convierte en una relación de relaciones, y los papeles que desempeña cada uno son múltiples y cambiantes. Tomando como referencia a Botella (2000), la psicología y las ciencias humanas en general han sido definidas como multiparadigmáticas, en el sentido de que en todo momento de su historia se han caracterizado por la cohabitación de paradigmas en competencia. En este ensayo nos vamos a centrar más en la perspectiva narrativa, en el paradigma discursivo, ya que según nuestra forma de pensar es el más coherente con una visión trascendente de la naturaleza humana, orientada a la investigación de sentido, la atribución de significado y dipositaria del logos ; una visión que se fundamenta en las dimensiones esenciales de la persona sin reducirlas a manifestaciones de supuestos sustratos biológicos, instintivos o ambientales. La importancia de la generación del significado posibilitado por la aparición del lenguaje como instrumento evolutivo, nos permite manejar complejidades y distanciarnos de lo inmediato, constituyéndose así la tesis de una identidad narrativa (Quiñones,1997). Según Humphrey: Con el lenguaje, surge la conciencia narrativa de sí mismo, acompañada de un distanciamiento en la relación con la naturaleza y una sensibilidad a los detalles intersubjetivos desconocido en el resto del mundo animal (Humphrey,1986). Desde esta óptica, los procesos inmediatos (tonos emotivos, sensaciones fantasías,etc...) se distinguen como informativos y son modulados a través de explicaciones que se encaminan a abrir posibilidades relacionales (Quiñones,1997). 3

4 Existen dos maneras de realizar investigación de procesos : paradigmática y narrativa (Rennie y Toukmanian,1992). Tomando como referencia a Caro (1993) el enfoque paradigmático ha sido el que más ha predominado, éste se centra en una metodología lógico-científica, en la que se elaboran hipótesis y una vez comprobadas se formulan leyes generales. La realidad existe independientemente del observador y puede ser conocida con una certeza objetiva si se utilizan los medios adecuados. Los antecedentes de este paradigma se encuentran en la física Newtoniana y en la cosmovisión de la modernidad (Botella y Figueras,1995; Gergen,1991). Esta perspectiva tiene implicaciones ontológicas, epistemológicas, metodológicas, técnicas y éticas. Este enfoque se emplearía si el propósito es analizar determinadas ejecuciones, desde la perspectiva de un observador, y si nuestro objetivo es explicar procesos y estructuras cognitivas que no están dentro de la conciencia. Los pensadores mecanicistas asumen que el mundo funciona como una gran máquina compleja, aceptan las nociones de causalidad lineal, independencia y unidireccionalidad de las variables, análisis lógico y visión de la realidad como una colección de sistemas cerrados (Botella,2000). El pensamiento mecanicista investiga las explicaciones causales lineales para cualquier fenómeno, entonces los considera producto de causas específicas o cadenas de causas. A finales de la década de los 80 y principios de los 90, las Psicologías del Yo alcanzan una posición prioritaria en la investigación de procesos (Ibáñez,1993). En contrapartida, el punto de vista narrativo mantiene una orientación idealista y constructiva, se da por supuesto que el ser humano posee intenciones a la hora de llevar a cabo sus acciones; las características que lo representan serían la inducción, la hermenéutica y la cualidad. Se utilizará este enfoque si queremos explicar el rol que 4

5 desempeña un sujeto en la intervención. La realidad no es nunca independiente del observador, nuestro conocimiento es producto del contraste entre nuestras construcciones y la propia realidad. Los antecedentes históricos de esta visión se remontan a la filosofía pre-socrática y se pueden encontrar ejemplos a lo largo de toda la historia de la humanidad (Mahoney,1991). Desde esta perspectiva, no resulta posible calificar ningún conocimiento de objetivo, ya que ningún objeto puede ser conocido de forma independiente al que lo conoce. Según Guidano (1993): El orden de nuestro mundo es inseparable de nuestra forma de experimentarlo y, por tanto, la asunción de un punto de vista externo e imparcial capaz de analizar el conocimiento individual independientemente del sujeto que lo posee resulta sin fundamento. La realidad no tiene ninguna estructura predeterminada, sino que es la interacción de la experiencia y la estructura de nuestros procesos de investigación de significado lo que deriva en aquello que aceptamos como conocimiento. La realidad se considera una construcción discursiva con una base social y experiencial habitualmente compartida. De este modo, el concepto de observación objetiva se contrapone al papel proactivo de la cognición humana y a la centralidad de los procesos de atribución de significado en la construcción del conocimiento (Guidano,1991; Mahoney,1991). Las construcciones discursivas se interpretan utilizando técnicas hermenéuticas convencionales y se comparan y contrastan mediante un intercambio dialéctico. La decisión de elegir el estudio de los procesos psicológicos desde una óptica paradigmática o narrativa tiene que ver con una premisa ontológica e inevitable. El 5

6 profesional de la psicología ha de plantearse la cuestión del estatus ontológico de los fenómenos sobre los que teoriza (Botella,2000). Martín (1994) subraya como la mayoría de los procesos psicológicos no pueden ser descompuestos en atomos constituyentes con un referente último en la realidad tangible. Desde el punto de vista narrativo, el análisis de los procesos psicológicos es siempre el estudio de las formas de construcción social o individual de estos procesos (Botella,2000). Pensamos que es muy importante en psicoterapia ayudar al paciente a construir nuevas narraciones sobre sí mismo. Según Martín (1994), uno de los malentendidos más graves respecto al paradigma discursivo es que el hecho de que los objetos de la psicología sean productos de la construcción discursiva social o individual no implica que sus efectos no sean reales o que no puedan ser estudiados con calidad científica. Algunos de los rasgos característicos del paradigma narrativo teniendo en cuenta la concepción de los procesos psicológicos son los siguientes (Botella,2000): Los sistemas humanos se orientan proactivamente hacia la atribución de significado a la experiencia. Atribuir significado a una experiencia en el seno de una comunidad de interlocutores implica hacerla inteligible para esta comunidad. Los problemas humanos objeto de la psicoterapia se manifiestan en forma de discurso. Los problemas psicológicos se pueden concebir como resultado (a) del bloqueo en los procesos discursivos, narrativos y relacionales de 6

7 construcción del significado de la experiencia y (b) del fracaso de las soluciones intentadas a este bloqueo. La psicoterapia se puede concebir como la génesis intencional de significados y narrativas que puedan transformar la construcción de la experiencia de los clientes mediante un diálogo colaborativo. Por una parte, el pensamiento proposicional busca argumentos universales para encontrar la verdad o verificación, respetando el principio de no contradicción. Por otra parte, el pensamiento narrativo persigue lo singular, conectando el pasado con el presente. La función de este tipo de pensamiento, expresado como relato interno o externo, busca la semejanza (credibilidad y/o verosimilitud) con el estar en la vida junto a otros (Quiñónez,1997). Estas dos modalidades de pensamiento son relevantes a la hora de realizar una evaluación de la salud mental, debido a que nos facilita acercarnos a una teoría de cómo el sujeto en la reflexión lingüística genera un texto sobre sí mismo y un mundo social, lo que por una parte nos posibilita contemplarnos como seres históricos y a su vez, tomar una distancia equilibrada de la emoción que nos ayude a dirigir la conducta de manera viable socialmente. Quiñones (1997) sugiere que tengamos en consideración las siguientes dimensiones que pueden ayudar a acceder al mundo de significado del cliente: 1. La flexibilidad del sistema en su circunstancia social. 2. La generatividad del sistema narrativo. 3. La abstracción concretitud del sistema narrativo. 4. La capacidad de autointegración de su experiencia distinguida. 7

8 5. El nivel de calidad de conciencia que posea el sistema. 6. La calidad de las explicaciones que modulan la coherencia experiencial. 7. La viabilidad del sistema con su circunstancia. 8. La detección del estilo vincular. Revisar el balance del uso de la información afectiva y cognitiva en los momentos de problemas de salud mental del cliente. 9. La narración del cliente (evaluar la : estructura, contenido, calidad y las dimensiones). Como ejemplo práctico y representativo de todo lo mencionado hasta aquí, a continuación vamos a perfilar de una forma breve y sintética las aportaciones de la Terapia Lingüística de Evaluación ( Caro,1994). La Terapia Lingüística de Evaluación (TLE), es una forma breve de psicoterapia que se apoya en la teoría de la Semántica General de Korzybski. El objetivo central que persigue es provocar un cambio emocional- cognitivo; esto significa, un cambio en las evaluaciones que realiza un cliente sobre la realidad. Este cambio tiene lugar cuando los clientes cambian el lenguaje y éste equivale estructuralmente al mundo de los hechos. La TLE se ha realizado con pacientes que tenían problemas emocionales, fundamentalmente de ansiedad y depresión, los resultados obtenidos con la terapia han sido satisfactorios. A los pacientes se les enseña a darse cuenta del origen de sus problemas, para que de esta forma puedan mantener e incluso mejorar los cambios terapéuticos alcanzados en terapia. Siguiendo a Caro (1994) es vital que el paciente, reconozca, el tipo de evaluaciones que realiza y cómo están éstas en el centro de su problema, que 8

9 sepa reconocerlas, mejorarlas y conecte, finalmente, el cambio producido con el trabajo por él realizado. En la TLE las sesiones están organizadas y el procedimiento clínico también, esta terapia emplea un procedimiento estructurado y breve, ya que se obtienen resultados positivos con unas sesiones. La terapia utiliza de una forma exclusiva las técnicas semántico-generales excluyendo la utilización de otras técnicas cognitivas o comportamentales. La alianza terapéutica es un factor sobresaliente y alcanza una posición relevante tanto en la investigación de procesos en psicoterapia como en la Terapia Lingüística de Evaluación. El propósito de la TLE es conseguir que el paciente investigue y no se conforme con las primeras impresiones, que formule continuamente hipótesis y las lleve a la práctica y valide constantentemente ante el mundo de los hechos, las ideas que le están perturbando intentando acomodar palabras/teorías a hechos y no a la inversa. En definitiva, lo que se trata es que el paciente alcance una actitud flexible, abierta ante la realidad. En la TLE la utilización del lenguaje es el vehículo del cambio, ya que las evaluaciones que realiza el paciente se manifiestan lingüísticamente y éstas constituyen el material con el que se trabaja en terapia. En TLE se persigue que el paciente comprenda que lo que se quiere cambiar son sus procesos evaluativos, a través de lo que se dicen a sí mismos. La TLE ha postulado tres tipos de evaluaciones no ajustadas estructuralmente: identificación palabras- hechos, anticipación palabras- hechos e intensionalizaciones, las tres pueden ser clasificadas como ejemplos de una orientación intensional 9

10 (Caro,1992b). En contrapartida nos encontramos con las evaluaciones ajustadas, resultado de la extensionalización, la no identificación y la no anticipación. Según Caro (1994): se dice que un paciente ha aprendido a extensionalizar, cuando aprende a pensar en términos procesuales y no en términos de entidades fijas, y sobre todo cuando logra conocer ajustando la estructura del lenguaje a la de la realidad. Como última pincelada, ya que nos han quedado muchas por repasar, señalaremos los elementos terapéuticos que utiliza la TLE a lo largo del tratamiento, estos representan la orientación extensional y son: 1. Distinción mapa-territorio. 2. El reconocimiento del proceso de abstracción. 3. El reconocimiento de la auto-reflexión. 4. La extensionalización. A pesar de ser el más empleado y en el que más investigaciones se han realizado hasta el momento, el enfoque paradigmático adolece de ciertas barreras cuando se introduce en la epistemología postmoderna. Aunque la metodología paradigmática ha demostrado ser muy útil y adecuada en algunos ámbitos, también ha demostrado a lo largo del tiempo su insensibilidad a otros fenómenos objeto de estudio de la psicología; ejemplo de ello pueden ser las variables de personalidad en una patología determinada utilizando inventarios psicométricos proporciona una sensación de irrelevancia clínica y aplicada (Mahoney,1991). Rennie y Toukmanian (1992) defienden alcanzar una síntesis epistemológica y un pluralismo metodológico, resultado de la unión de lo más sobresaliente del enfoque paradigmático y del narrativo. 10

11 Según Ibáñez, (1990): La narrativa actual del Yo se centra en sus acciones no en una conciencia de Sí mismo, acciones en las que tanto el Yo como los otros son agentes; más aún el propio Yo se define en función de las acciones de los otros para con uno, de modo que el lenguaje que predomina es aquel en el que se utiliza el mi. Las quejas que narra el sujeto se deben principalmente a la falta de gratificaciones que el mi obtiene de sus contactos con el mundo. La posición paradigmática utilizaría estrategias de verificación y análisis empírico en contraste con la narrativa que emplearía las de descubrimiento y construcción de la teoría. El objetivo de la investigación de procesos es mejorar la metodología de investigación para que se pueda comprobar si la psicoterapia es eficaz y para llegar a esta solución se basa en analizar y estudiar los procesos que producen el cambio. A continuación intentaremos perfilar algunas ideas y concepciones que se han ido manteniendo y sucediendo a lo largo del tiempo respecto a la dicotomía investigación de procesos versus investigación de resultados. La investigación de resultado es la que ha imperado hasta la década de los 80, se centra en el resultado y es definida por Greenberg y Pinsoff (1986) como sigue: el intento de determinar si el paciente ha mejorado de forma significativa en el sentido estadístico, entre el comienzo y el final de la terapia. A modo de resumen: la limitación más significativa de la investigación de resultados es que no nos facilita explicación de cómo han ocurrido los cambios, y la virtud más destacada sería que sí que nos informa sobre la efectividad de una terapia en la que se desarrolla experimentación. 11

12 La solución más acertada al dilema investigación de procesos versus investigación de resultados es conseguir que las dos formas de trabajar interactúen, mantengan una comunicación, para de esta forma poder integrar la totalidad del conocimiento disponible en la actualidad y poder confeccionar un todo; esto nos permitiría alcanzar una visión más integradora, ya que ambas se complementan y se necesitan; la primera nos permite conocer de qué forma se han conseguido los resultados de los tratamientos y con qué técnicas se ha intervenido, la segunda nos provee de resultados y nos mantiene informados de la eficacia de los tratamientos. Es una práctica habitual, desde siempre, el que los diversos campos de investigación se centren en sus experimentos y hallazgos dentro de una determinada teoría, haciendo oídos sordos y no queriendo ver los conocimientos aportados por corrientes teóricas distintas, con esta práctica no se consigue ningún beneficio ni enriquecimiento para el campo de investigación en el que se está trabajando, todo lo contrario, se pierde el poder aportar soluciones más creativas e inteligentes a las cuestiones planteadas dentro de un marco concreto de investigación. El reto de la investigación de procesos en psicoterapia es descubrir las piezas del puzzle, éstas serían las variables que están interviniendo en las diferentes fases de interacción en terapia. Lo complicado para resolver el misterio de la resolución del puzzle, y poder hallar todas las piezas, es que éste tiene diversas formas y dimensiones para poder ser concluido, ya que dependiendo de cómo coloquemos las piezas y la combinación que realicemos obtendremos diferentes perspectivas del puzzle. Por el momento, se ha logrado descubrir en este proceso interrelacional algunas piezas de este puzzle, la que mayor relevancia ha adquirido en la actualidad, (aunque no es que sea una pieza recién sacada de la tienda, nuestros padres y en algún caso abuelos 12

13 ya la analizaban), debido a que nos ayuda a predecir el resultado que podemos obtener en terapia, es la alianza terapéutica, al ser una pieza adaptable y flexible nos permite múltiples combinaciones desde diferentes perspectivas y marcos teóricos. En contrapartida las rupturas en la alianza terapéutica serían las piezas que nos despistan e impiden la solución eficaz a nuestra construcción del puzzle definitivo, es muy importante que las descubramos para así poder reparar lo que hallamos realizado mal. La manera de eliminar estas piezas se puede resolver de distintas formas dentro de cada marco psicoterapéutico. A modo de conclusión y tomando como referencia a Quiñones (1997), pensamos que el terapeuta ha de tener en consideración los siguientes aspectos en su planificación: Pensamos que el terapeuta ha de mantener una postura humilde hacia los procesos dinámicos del cliente, dada la complejidad del ser humano. El paciente y el terapeuta han de establecer una buena alianza terapéutica, en la que ambos participen en un objetivo común. Será importante evaluar la cantidad y calidad de las relaciones sociales en el momento del problema de salud mental, así como desarrollar en la relación el sentido del ritmo o sensibilidad hacia el cliente diferenciando la forma singular de organizar el cliente su mundo de significado. Por otra parte, creemos fundamental identificar el tipo de vínculo, ya que nos sirve como guía para generar condiciones que posibiliten una reorganización cognitivaafectiva. El terapeuta intentará generar posibilidades para poder alcanzar una mayor complejidad y reorganización cognitiva. 13

14 Según Quiñones se intentará generar un balance integrativo de mayor viabilidad entre los procesos inmediatos y los reflexivos, se trata de facilitar la reorganización del sistema, cuyo éxito se verá reflejado fundamentalmente en el uso de la información que le da la cognición y emoción en su propia autoorganización. Por ello, el cambio de la narrativa individual debe estar orientada a aumentar la complejidad a través de una mayor exploración de los distintos subsistemas de procesamiento de significado que emergen socialmente. El terapeuta trabajará en una metodología centrada en la exploración del significado acorde a la demanda del cliente. Analizará las variables discursivas que le manifieste el cliente lingüísticamente y paralingüísticamente en la sesión. La meta que se persigue es que el sistema se reorganice produciendo una experiencia emocional y dialógica más rica en elementos sumado a un desarrollo de la narrativa. 14

15 IMPLICACIONES PARA EL FUTURO DE LA PSICOTERAPIA Pensamos que en el futuro compartirán espacio multiplicidad de métodos y aproximaciones de investigación. Siguiendo a Botella (2000), si la fase de investigación de resultados la damos por superada, (únicamente sería aconsejable utilizarla en tratamientos novedosos y no contrastados), el camino a seguir irá hacia la investigación de procesos. Lo que toma relevancia e interés en la actualidad y en el fututo inmediato es conocer cuales son los procesos psicológicos del cliente y de la relación terapéutica responsables de que se produzca el cambio en psicoterapia. Los instrumentos y metodologías tradicionales resultan insuficientes en este tipo de investigación, entonces deberemos plantearnos qué metodologías serían las adecuadas para analizar la relación terapéutica. Según Botella (2000): las metodologías apropiadas en estos casos provienen de las ciencias humanas, por ejemplo de la antropología (análisis de conversaciones), la sociología (la grounded theory methodology), la psicología social (el análisis de escenarios interpersonales) y sobretodo la literatura (el análisis del discurso y análisis de narrativas). A modo de resumen, en este trabajo hemos apostado por metodologías cualitativas, pero esto no quiere decir que excluyamos o consideremos menos relevantes a las metodologías cuantitativas. Varios autores han recomendado el uso de métodos cualitativos (definidos como datos subjetivos y reflejo de experiencias fenomenológicas) como alternativa a la 15

16 experimentación tradicional (Hoshmand,1989; Neimeyer& Resnikoff,1982; Patton,1989; Polkinghorne,1991; Rennie, Phillips & Quartaro,1988). Lincoln y Guba (1985) usan conceptos tales como credibilidad, transmisibilidad y corroboración al evaluar la suficiencia de los estudios cualitativos. Aunque la investigación cualitativa tiene mucho que ofrecer al campo de la investigación en psicoterapia, permanecen problemas metodológicos que están determinando los resultados. Nosotros esperamos al igual que Hill y Corbertt (1993), que en el futuro los procedimientos cuantitativos y cualitativos se integrarán y conservarán la riqueza que aportan los datos de la tradición cualitativa junto a la precisión de las evaluaciones de la tradición cuantitativa. Pensamos que es vital continuar la tendencia de los últimos años, por lo tanto se debe seguir aportando pautas para mejorar la investigación, de esta forma se conseguirá mayor calidad en las evaluaciones y en los procedimientos dentro del campo de la psicoterapia. Las metas de la investigación de procesos y resultados deben ser en un futuro desarrollar nuevas teorías, y proporcionar información para que los terapeutas sepan cómo intervenir con los clientes las diferentes cuestiones de la terapia, por otra parte, también habrá que desarrollar programas de entrenamiento basados en los resultados empíricos de lo que se trabaja en terapia (Hill y Corbett,1993). Para Hill y Corbett (1993) si los investigadores pudieran medir la competencia en terapia, tendríamos una gran oportunidad para vincular las variables de procesos con las de resultados, y los investigadores podrían conocer no solamente lo que sucede sino la calidad de lo que ocurre. 16

17 Por otra parte los investigadores tendrán que determinar los componentes procesuales que son efectivos y entonces construirán la aproximación de tratamiento que consideren más pertinente. Según Lambert (1986) el porcentaje de cambio terapéutico explicado por los factores comunes de los diferentes enfoques psicoterapéuticos ha demostrado influir más al cambio terapéutico que las propias técnicas. En el futuro habrá que superar las diferencias que puedan existir entre diferentes profesionales y el rasgo más sobresaliente de la práctica clínica será la integración de tendencias teóricas, que conducirán a la integración en psicoterapia. La selección de técnicas psicoterapéuticas se realizará siguiendo una lógica sistemática que nos indicará qué técnicas emplear en función del tipo de cliente a quien estemos interviniendo. Para esto se necesita confeccionar unos esquemas conceptuales que nos guíen respecto a cómo se ha producido el cambio y cómo producirlo terapéuticamente. El resultado que obtendríamos sería un esquema que nos facilitaría la decisión de qué tratamiento aplicar según cada caso. Por otra parte, tomando en consideración el análisis realizado a lo largo del trabajo sobre metodología paradigmática versus metodología narrativa en investigación de procesos, creemos conveniente citar una vez más a Quiñones (1997) ya que rompe esta dicotomía con las siguientes palabras: la interdependencia del pensamiento proposicional y del pensamiento narrativo constituyen ciertos aspectos atribucionales, lo cual influirá en el cómo nos vemos desde la reflexión narrativa. La calidad, estructura y contenido de la narración acompañado del estilo atribucional de la forma como el cliente narra su problemática, son elementos que facilitan la comprensión del mundo de significado del paciente. De esta manera, el análisis tanto cuantitativo como 17

18 cualitativo en el contexto de las modalidades de procesamiento de los dos tipos de pensamientos, nos ayudan a tener una mayor comprensión del cómo se generan los problemas de salud mental. La comprensión de ambos tipos de pensamientos insertos en una lógica autorreferencial vincular, nos ayudará a generar una metodología no instruccional más en sintonía con el cliente, para intentar que el cliente viva con una mayor facilitación su propia autoexploración dirigida por el terapeuta. Las estructuras narrativas organizan la experiencia y le dan sentido, pero siempre hay sentimientos y experiencias vividas que el relato dominante no puede abarcar (Bruner,1986). En términos clínicos, la estructura de la vida humana se puede entender de forma narrativa y por lo tanto, la estructura, contenido y calidad del relato nos posibilita el acceder al sentido y continuidad en un mundo de significado. Los cambios de significados en la misma historia narrada se relacionan con activaciones emotivas que permiten reordenar y complejizan la narración, ya que estos procesos autorreferenciales nos dan información de que algo ocurre y genera discrepancia en el cliente (Quiñones,1997). Goldfried y Wolfe (1996) se preguntan si los hallazgos de los resultados en psicoterapia deben ser usados para determinar la práctica clínica, llegan a la conclusión de que si, pero depende de las condiciones interesará o no interesará. El objetivo del presente trabajo ha sido romper con las dicotomías que se han mantenido a lo largo de los años en psicoterapia, nos referimos a investigación de procesos versus investigación de resultados y a metodología paradigmática versus metodología narrativa. 18

19 A modo de conclusión: pensamos que la actitud más inteligente y creativa que se ha de tener en cuenta en investigación de procesos en psicoterapia es la de integrar los sistemas de valores del terapeuta y del cliente, promover diferentes puntos de vista, que convivan diferentes metodologías, tener en consideración el contexto, describir de una forma pormenorizada las tres perspectivas, la del terapeuta, cliente y observador, alcanzar una síntesis epistemológica, realizar más estudios de caso único; en definitiva se necesita investigar y desarrollar más dentro del campo de investigación de procesos en psicoterapia. 19

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