ANÁLISIS SOCIO-TERRITORIAL DE LA DISCAPACIDAD Y DE LA DEPENDENCIA EN LA REGIÓN DE MURCIA

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1 ANÁLISIS SOCIO-TERRITORIAL DE LA DISCAPACIDAD Y DE LA DEPENDENCIA EN LA REGIÓN DE MURCIA Ernesto CUTILLAS ORGILÉS Universidad de Alicante. Departamento de Geografía Humana. Ernesto.cutillas@ua.es Resumen El aumento de la esperanza de vida, la pervivencia de desequilibrios estructurales entre el medio rural y el medio urbano y los relativamente recientes cambios en la composición de los hogares y de los modelos de familia en las sociedades del sur de Europa, permiten observar contrastes muy notables en la consideración política y en la atención sociofamiliar de la población discapacitada. En España, la Ley 39 del 2006 sobre Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia surge como respuesta a las tendencias ya observadas en otros ámbitos geográficos que indican un aumento de la población discapacitada debido al envejecimiento demográfico y a las mayores tasas de supervivencia a enfermedades congénitas, lesiones o accidentes. La propia Ley, con un grado de aceptación y aplicación dispar entre las distintas comunidades autónomas, dispone de varias herramientas de acción, entre las que destacan prestaciones de servicios, o bien, prestaciones económicas a dependientes y/o cuidadores. En ese sentido, las distintas fuentes de información estadística como son: la EDAD de 2008, el Censo de Población y Viviendas de 2011, las series de datos de atención a la dependencia que ofrece el IMSERSO, o la información estadística sobre dependencia que ofrecen las distintas consejerías de bienestar social, entre otras, permiten (directa- o indirectamente) aproximarse, comparar y clasificar las diferencia territoriales de la discapacidad y dependencia en España. En la Región de Murcia, con una población cuya edad media es inferior a la media estatal (39,03 años frente a 41,80 años en 2013), con una esperanza de vida a los 65 años inferior a la media (19,95 años frente a 20,61 años en 2012) y con una tasa de discapacidad superior a la media española (98,02 0 / 00 frente a 89,70 0 / 00 ), confluyen unos factores de índole socio-demográficos y territoriales que sirven como desencadenante para un estudio más detallado que, a escala municipal, correlacione la atención a la dependencia con 218

2 indicadores vinculados a la estructura por edad y sexo de la población, la composición de los hogares y las características de la distribución territorial de la demanda de servicios a la dependencia. Palabras clave: Región de Murcia; Dependencia; Discapacidad; Geodemografía 1. INTRODUCCIÓN El reparto geográfico de la discapacidad y de la dependencia obedece a un conjunto interrelacionado de elementos ambientales y de situaciones personales ligadas a las transiciones demográficas; además, también se relacionan con la diversidad de tipos de familias, de hogares, con el empoderamiento femenino o con la prioridad política, entre otros factores. Bajo este planteamiento confluyen unas dimensiones asociadas a la autonomía personal y social de los individuos que permite definir la discapacidad. Así, y teniendo presente las diferencias que han surgido en la concepción y en la evolución histórica de la discapacidad, ya sean sobre la base de modelos médicos de discapacidad o de modelos biopsico-sociales (TOBOSO-MARTÍN, 2013:682), se puede convenir que, basándose en estos últimos modelos, la definición que ofrece la Organización Mundial de la Salud a través de la Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y de la Salud (CIF) es la más aceptada. A la hora de concebir la discapacidad, la CIF hace referencia a las dificultades que pueden presentarse a las personas en su vida cotidiana, en concreto se refiere a: 1. Las deficiencias, 2. Las limitaciones de actividad y 3. Las restricciones a la participación; y en estas tres, los factores ambientales son fundamentales en la creación de discapacidad, al margen de las condiciones de salud o de deficiencias preexistentes (OMS, 2011:5). Por su parte, la definición de dependencia ha de vincularse a una relación social o personal que mantiene la persona discapacitada con su entorno de vida (ABELLÁN et al., 2012:13). De tal modo, la dependencia es una situación en la que una persona discapacitada requiere ayuda de otra para realizar actividades de la vida diaria porque no puede valerse por sí misma (ABELLÁN; ESPARZA, PÉREZ, 2011: 44). En términos generales la actual estructura demográfica de los países europeos, especialmente en los occidentales, muestra el resultado de unas políticas sociales que durante décadas construyeron un modelo de derechos y de protección social muy beneficioso para la ciudadanía. Ya sea a través de modelos universales o de modelos asistenciales, la protección social de la dependencia se encuentra instalada en la agenda 219

3 política de los gobiernos europeos (SÁNCHEZ-MORA, OLAZ, 2008: 172). Fruto de ello es la elevada esperanza de vida de sus habitantes o la mayor sensibilidad ciudadana con respecto a la necesidad de garantizar la calidad de vida a las personas en general, y a la población dependiente en particular. Es en este contexto cuando en España se aprueba la Ley 39/2006 de 14 de diciembre de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia. Tras varios años implementándose, los resultados de aplicación de la Ley en el conjunto del Estado son insuficientes y dispares 1, especialmente al tener en cuenta los efectos de la crisis política-económica en relación a la detracción de recursos económicos para inversiones sociales. Siguiendo a Krüger y Jiménez (2013), son diversas las críticas que ha recibido la aplicación de esta Ley, entre las que cabe destacar: la desigual implementación entre Comunidades Autónomas, el retraso en el reconocimiento de la dependencia y la recepción de prestaciones, la preponderancia de ayudas económicas frente a las ayudas en forma de servicios o las dificultades que hay en el ámbito local para la gestión de los trámites, entre otras. En relación a estas críticas, es fácil asumir que buena parte de ellas también se sostienen en la dificultad que a nivel estatal entraña la coordinación entre distintas instituciones para desarrollar políticas que impliquen al mismo tiempo a varios niveles de la administración «A esta debilidad organizativa [..] se añade la ausencia de una cultura de la cooperación particularmente visible en el campo de las políticas públicas» (ROMERO, 2006:86). En ese sentido, y tal y como sostienen Krüger y Jiménez (2013), la Ley de Dependencia trata de cambiar las lógicas de las políticas de bienestar típicas de un régimen de bienestar mediterráneo; pues en un primer nivel se observa el paso de la atención al dependiente por parte del ama de casa a otro miembro femenino de la familia (substitución intrafamiliar), en un segundo nivel aparece la mercantilización informal de la atención a la dependencia (cuidadoras inmigrantes) y en un tercer nivel surgiría la profesionalización de los servicios (públicos y/o privados) con la consecuente expansión del tercer sector. A pesar de las pretensiones iniciales de la Ley, la necesidad de atención a las personas discapacitadas va en aumento, ya que el número de personas en esta situación se incrementa debido a las mayores tasas de supervivencia, consecuencia del envejecimiento demográfico, y de las mayores expectativas de supervivencia ante accidentes y enfermedades de la población menor de 65 años pero que presenta limitaciones para la realización de las actividades básicas de la vida diaria (ABVD) Regularmente aparecen en prensa noticias que informan sobre la insuficiencia y las diferencias en la aplicación de la Ley.

4 2. REPARTO Y DESCRIPCIÓN DE LA POBLACIÓN DISCAPACITADA Y DEPENDIENTE EN ESPAÑA En España, según la Encuesta sobre Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia en el año 2008 habían personas de 6 y más años de edad que presentaban algún tipo de discapacidad, es decir, el 89,7 0 / 00 de la población total. De todas estas personas más de la mitad (58,2%) declaró haber necesitado y recibido algún servicio sanitario o social, mientras que casi una tercera parte (32,4%) señaló que no necesitaba ningún tipo de servicio o atención. El 9,4% restante afirmó que, o bien necesitó un servicio y no lo recibió, o bien no hay constancia de haber necesitado o recibido algún tipo de servicio o prestación. Sin embargo, estas cifras referidas a la discapacidad y a la dependencia presentan un reparto muy desigual a nivel nacional, tal y como varias investigaciones e informes señalan (PUYOL, ABELLÁN, 2006), (ABELLÁN et al., 2012), (ABELLÁN, CASTEJÓN, ESPARZA, 2012). Una breve descripción de la distribución de la tasa de discapacidad en España muestra cómo, con las excepciones de los bajos registros de las comunidades insulares y de Madrid, hay tres grandes conjuntos territoriales en los que se puede observar un reparto ascendente de la tasa de discapacidad (figura 1). Figura 1. España, indicadores de discapacidad, dependencia y vejez 221

5 En primer lugar, las cifras más bajas se localizan en un conjunto autonómico nororiental integrado por La Rioja, Cantabria, Navarra o País Vasco, entre otras. En segundo lugar, y con registros más elevados se sitúan junto con Castilla-La Mancha las comunidades autónomas mediterráneas de Andalucía, Comunidad Valenciana y Región de Murcia. En tercer lugar, y al oeste y noroeste del país, están las comunidades autónomas con las mayores tasas de discapacidad como son Galicia, Castilla y León o Asturias. En líneas generales, dicha situación se mantiene también si se tiene sólo en cuenta a la población dependiente ya que la distribución de ésta es extrapolable a la tasa de población discapacitada. Sin embargo, en este punto pueden observarse diferencias sustanciales entre comunidades autónomas cuando se considera también el Índice de Vejez, pues hay autonomías con registros muy bajos como Andalucía (90,21%) y, especialmente la Región de Murcia (79,20%, la más baja de toda España) que mantienen proporciones de discapacidad y de dependencia por encima de la media nacional. Este hecho, es una diferencia muy notable que caracteriza a ambas regiones pues permite comprobar que, si bien la discapacidad y la dependencia son fenómenos asociados al envejecimiento, hay casos en los que una población relativamente joven puede llegar a registrar niveles de discapacidad equiparables a los de otras regiones más envejecidas. Tal es el caso de estas dos autonomías que, junto con la valenciana, son las que registran un envejecimiento por debajo de la media y, sin embargo, cuentan con una elevada proporción de población discapacitada y dependiente. Estas asimetrías son perfectamente equiparables a otras dimensiones clave en la cohesión socio-territorial de un país, tales como la economía, la educación o la sanidad, y marcan en buena medida unas fronteras interiores que permiten describir la prioridad política, la sensibilidad o la financiación de políticas sociales según las comunidades autónomas. La comparación para el año 2008 de la Tasa de Población Discapacitada y la proporción de personas beneficiarias con prestaciones sobre la población de su comunidad autónoma, permite describir un panorama regional de la discapacidad y de la dependencia en España que sirve como marco general de la investigación (cuadro 1). Así, destacan en primer lugar las comunidades autónomas que, teniendo una tasa de discapacidad inferior a la media nacional, tienen la mayor proporción de beneficiarios de ayudas a la dependencia, es el caso de Navarra, Cantabria y la Rioja. En segundo lugar se situarían aquellas regiones cuyos discapacitados reciben más ayudas a la dependencia aunque también son las autonomías con mayor proporción de discapacitados. En tercer lugar están las comunidades autónomas con menor registro tanto de población discapacitada como de 222

6 perceptores de ayudas, es el caso de la Comunidad de Madrid y de los archipiélagos canario y balear; y en cuarto lugar están las regiones con los peores registros en cuanto a tasa de discapacidad y el porcentaje de beneficiarios de ayudas: la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia. No obstante, y a pesar de la foto fija que ofrece la EDAD, los registros actualizados del IMSERSO muestran algunos cambios en panorama de la distribución territorial de la dependencia en España, así destacan los enormes avances en la percepción de ayudas que en los último años registran comunidades como Castilla León, País Vasco, Madrid, Cataluña o Murcia, frente al retroceso que se observa en Navarra, Aragón o Galicia. En ese sentido, y al margen de análisis autonómicos pormenorizados, destaca que la Región de Murcia sea la comunidad autónoma con menor índice de vejez y aún así también registre notables proporciones de población dependiente. De ahí el interés por describir y analizar su reparto a nivel municipal, y al mismo tiempo de indagar la relación que mantiene la dependencia con algunas variables geodemográficas. Comunidad Autónoma Cuadro 1. España, indicadores de discapacidad, dependencia y vejez (*) Población discapacitad a (valor absoluto) Tasa de discapacidad, 2008 ( 0 / 00 ) Población dependiente, 2008 (% sobre la población total) Índice de vejez, 2008 (%) Beneficiario s de ayudas a la dependencia, 2008 (% sobre la población total) Beneficiario s de ayudas a la dependencia, 2013 (% sobre la población total) Cantabria ,02 (16) 4,23 (11) 148,21(5) 2,10 (2) 2,48 (1) Castilla y León ,63 (3) 5,64 (3) 191,97 (2) 1,26 (9) 2,47 (2) La Rioja ,63 (17) 3,65 (15) 130,16 (7) 2,20 (1) 2,08 (3) Andalucía ,82 (8) 5,19 (6) 90,21 (15) 2,05 (3) 1,98 (4) País Vasco ,47 (10) 4,36 (10) 146,07 (6) 1,17 (12) 1,95 (5) Murcia ,02 (7) 5,36 (5) 79,2 (17) 1,16 (13) 1,90 (6) Extremadura ,89 (2) 5,58 (4) 129,76 (8) 1,25 (10) 1,89 (7) Cataluña ,05 (11) 4,04 (13) 110,33 (12) 1,20 (11) 1,85 (8) Castilla-La Mancha ,94 (6) 5,03 (8) 117,26 (9) 1,66 (6) 1,72 (9) Asturias ,7 (4) 5,95 (2) 217,00 (1) 1,41 (8) 1,46 (10) Galicia ,94 (1) 6,54 (1) 191,67 (3) 1,47 (7) 1,41 (11) Madrid ,85 (12) 3,13 (17) 97,32 (13) 0,37 (17) 1,38 (12) Aragón ,89 (9) 4,71 (9) 150,98 (4) 1,87 (5) 1,36 (13) Navarra ,22 (13) 4,21 (12) 117,15 (10) 1,99 (4) 1,30 (14) Islas Baleares ,99 (15) 3,56 (16) 90,76 (14) 0,86 (14) 0,97 (15) C. Valenciana ,19 (5) 5,07 (7) 110,76 (11) 0,59 (15) 0,82 (16) Canarias ,32 (14) 3,85 (14) 85 (16) 0,47 (16) 0,55 (17) TOTAL ,7 4,66 114,68 1,23 1,6 Fuente: INE, Encuesta sobre Discapacidad (EDAD), INE, Padrón de habitantes, IMSERSO, Información estadística del SAAD, 2008 y Elaboración propia. (*) Entre paréntesis posición que se ocupa. No se incluye a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. 223

7 Tantos por mil XIV CONGRESO NACIONAL DE POBLACIÓN, AGE Sevilla EL REPARTO DE LA DISCAPACIDAD Y LA DEPENDENCIA EN LA REGIÓN DE MUERICA. INDICADORES DE ANÁLlSIS. Según la EDAD, en la Región de Murcia casi uno de cada diez habitantes de 6 y más años de edad (98,02 0 / 00 ) declara tener algún tipo de discapacidad y, al igual que sucede con otros ámbitos geográficos (ABELLÁN et. al., 2012) ésta se registra con mayor frecuencia en mujeres, a excepción de las más jóvenes, y a partir de edades más adultas (45 de años de edad). Es significativo comprobar que para todas las edades de las que se dispone información, la tasa de discapacidad, tanto para mujeres como para hombres, es siempre superior en la comunidad autónoma que en el conjunto de España. Así, frente una tasa de discapacidad femenina de 114,70 0 / 00 en la Región de Murcia, en el conjunto del país se alcanza el 106,34 0 / 00 ; del mismo modo, para los hombres los valores son del 81,74 0 / 00 frente al 72,60 0 / 00 nacional. En esta línea se puede entrever la correlación que existe entre el envejecimiento y la discapacidad, destacando que en la Región de Murcia esa relación es más nítida entre las mujeres de entre 70 y 79 años, pues las murcianas a esas edades registran tasas de discapacidad superiores en más de 130 puntos a las del conjunto de España (gráfico 1). Gráfico 1. Región de Murcia y España, Tasa de discapacidad por edad y sexo a a a a a a a 89 más 90 Grupo de Edades ESPAÑA Hombres MURCIA Hombres ESPAÑA Mujeres MURCIA Mujeres Fuente: INE, Encuesta de discapacidad (EDAD), Elaboración propia.

8 A esta situación se puede agregar que el 5,36% de la población murciana está constituida por discapacitados que, al margen de que reciban o no prestaciones o servicios, precisan de asistencia para realizar las actividades básicas de la vida diaria, es decir, discapacitados que, al igual que en el resto del país, son reconocidos a través de un Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) que valora el tipo de ayuda que pueden llegar a recibir en función de unos grados de severidad de la discapacidad. Desde la puesta en funcionamiento del SAAD en la Región de Murcia se han valorado solicitudes de ayuda a la dependencia, y de éstas sólo hay activas que se traducen en servicios como: teleasistencia, centros de día, atención domiciliaria o residencial y prestaciones económicas. A ese respecto, hay dos hechos relevantes que merecen ser tenidos en consideración. El primer hecho se refiere a que desde la puesta en marcha del SAAD las solicitudes se acumulan de modo muy notable hasta el periodo , coincidiendo con fases progresivas en el reconocimiento de la gran dependencia y de la severa (Grado III y Grado II, respectivamente). A partir del año 2012 se comienza a reconocer la dependencia moderada (Grado I), de tal modo que disminuye considerablemente las solicitudes de ayuda porque las más graves han sido solicitadas anteriormente y, además, aumentan las restricciones a la hora de conceder nuevas, de modo que en 2014 hay menos prestaciones activas que en 2011 (cuadro 2). En ese sentido, la implantación del SAAD en la Región de Murcia ha recibido múltiples críticas, fundamentalmente por el sobredimensionamiento de las prestaciones económicas en detrimento de la red de centros y de servicios públicos (RAMÍREZ, 2012:105). Cuadro 2. Región de Murcia. Evolución de las solicitudes de ayudas a la dependencia y prestación activas por edad y sexo Año Histórico de solicitudes acumuladas de ayudas a la dependencia Prestaciones activas de ayudas (expedientes activos) Solicitudes recibidas Solicitudes valoradas Total Hombres Mujeres Año Año Año Año Año Año Año 2014* Fuente: IMAS (Instituto Murciano de Acción Social). Elaboración propia (*) Todos los datos se refieren al mes de diciembre, excepto el año 2014 que se refiere al 1 de abril 225 El segundo hecho a destacar hace referencia a las diferencias de género a la hora de mantener activas las ayudas a la dependencia; en concreto se puede observar que en toda la

9 serie de la que se dispone información, el reparto por sexos de las ayudas concedidas se mantiene prácticamente invariable: alrededor del 65% de las ayudas son para mujeres mientras que para los hombres las ayudas representan el 35% del total. Queda pues en evidencia la feminidad de la dependencia, lo que pone de manifiesto la vulnerabilidad de las mujeres y la importancia de la implementación de políticas de apoyo a la dependencia por cuanto que este colectivo es el más afectado directamente por la discapacidad, e indirectamente porque son las mujeres quienes más ejercen el rol de cuidadoras en el ámbito doméstico. En este sentido conviene remarcar que en la Región de Murcia en general, y entre las mujeres en particular, el bajo volumen de ingresos y la ausencia de empleos normalizados entre personas con enfermedades crónicas o discapacidades son dos de las dimensiones que explican la exclusión social de la comunidad autónoma (HERNÁNDEZ, 2008: ). El estudio del reparto municipal de la discapacidad y de la dependencia en la Región de Murcia presenta, en efecto, una serie de limitaciones vinculadas al grado de desagregación de la información estadística, a las condiciones específicas de la morbilidad de la población, a su estructura demográfica o por tener un modelo de poblamiento mediterráneo basado en la dualidad secano-regadío que tradicionalmente ha contribuido a establecer ejes de poblamiento frente a áreas despobladas. Sobre este punto de partida se pueden considerar una serie de variables (cuadro 3) que permiten realizar una aproximación a dicho reparto. Dichas variables, de manera individual, son útiles en la medida que ofrecen información relevante para indagar acerca de la calidad de vida y el bienestar de la población en general, y de la población discapacitada en particular, pues hacen referencia a la estructura demográfica de la población, al nivel de instrucción, a la relación con la actividad, al régimen de tenencia y al estado de las viviendas, a la estructura del hogar o al tipo de hábitat. De esta manera, y al margen de otras consideraciones con respecto a los indicadores seleccionados, el reparto de las solicitudes de ayudas (económicas o de servicios) a la dependencia respecto a la población municipal presenta una distribución dual entre el interior provincial, con solicitudes por encima de la media: 5,78%, y el litoral, cuyos registros por lo general son más bajos. Además, existe también una notable concentración entorno a la Vega Media del Segura y en los municipios cercanos a la capital (figura 2). Sin embargo lo más relevante de esta variable es la correlación que presenta con otros indicadores. Junto con la proporción de personas que reciben ayudas activas a la dependencia (,975), destaca la enorme relación que mantiene con los municipios que tienen la edad media más elevada (,667), seguida por aquellos que cuentan 226

10 con las mayores proporciones de viviendas en mal estado, ruinosas o con deficiencias (,608), con los que registran los mayores índices de dependencia (,566), los de mayor proporción de hogares unipersonales (,505), y en ultimo lugar mantiene una correlación menos significativa aunque importante, con los municipios que cuentan con la menor proporción de personas con estudios de tercer grado (-459), es decir en la medida que la población tiene estudios más elevados, la solicitud de ayudas a la dependencia es menor. Cuadro 3. Región de Murcia. Correlación (Pearson) de indicadores geodemográficos, de discapacidad y de dependencia ,975,667,566,134,346 -,459,157 -,427,343,608,505 -,219 -,310 2,975 1,578,449,169,341 -,404,183 -,357,341,587,448 -,210 -,254 3,667,578 1,946,139,322 -,329 -,020 -,667,552,522,672 -,040 -,431 4,566,449,946 1,008,282 -,302 -,034 -,685,566,490,702 -,028 -,415 5,134,169,139,008 1,290 -,251 -,025 -,285,051,229 -,266,000 -,156 6,346,341,322,282, ,370,117 -,435,419,430,202,017 -, ,459 -,404 -,329 -,302 -,251 -, ,097,395 -,417 -,383 -,139,510,330 8,157,183 -,020 -,034 -,025,117 -,097 1,094,281,120,149 -,189, ,427 -,357 -,667 -,685 -,285 -,435,395, ,636 -,419 -,432 -,062,489 10,343,341,552,566,051,419 -,417,281 -,636 1,405,439 -,106 -,463 11,608,587,522,490,229,430 -,383,120 -,419,405 1,467 -,197 -,238 12,505,448,672,702 -,266,202 -,139,149 -,432,439, ,019 -, ,219 -,210 -,040 -,028,000,017,510 -,189 -,062 -,106 -,197 -,019 1, ,310 -,254 -,431 -,415 -,156 -,305,330,162,489 -,463 -,238 -,091,001 1 Fuentes: IMAS (Instituto Murciano de Acción Social. INE: Padrón municipal de habitantes, INE: Censo de población y viviendas, INE: Nomenclátor, Elaboración propia. (*) 1. Histórico de solicitudes de ayudas a la dependencia solicitadas entre la población total, Porcentaje de ayudas a la dependencia activas entre la población total, Edad Media, Índice de Dependencia, Sex Ratio, Proporción de población analfabeta, Población con estudios de tercer grado (%). 8. Tasa de desempleo, Viviendas con hipotecas pendientes (%). 10. Viviendas en propiedad sin pagos pendientes (%). 11. Viviendas en mal estado y/o con deficiencias (%). 12 Hogares unipersonales (%). 13. Índice de Demangeon, Densidad de población (hab./km. 2 ). 227 Desde el punto de vista territorial, estas cinco variables engloban los aspectos más relevantes de la discapacidad en la Región de Murcia, que se fundamentan en el envejecimiento de la población, en el estado de conservación y/o adaptación de las viviendas, en el peso que ejerce la población potencialmente inactiva sobre la activa, en la existencia de hogares unipersonales y en la importancia que tiene el nivel de estudios a la hora de ser menos dependiente. En consecuencia, y pese a la relevancia que tienen las medidas orientadas a la visibilidad social y participación pública que la OMS (2011) recomienda para la superación de los obstáculos a los que se enfrentan las personas con discapacidad, los indicadores utilizados en el estudio reflejan en un primer término que es

11 sobre todo la esfera personal y/o privada (la adaptación de la vivienda, la composición del hogar, la potencial dependencia económica sobre la población activa o el propio proceso de envejecimiento) aquella que permite explicar la prevalencia de la discapacidad en la Región de Murcia. Este hecho permite proyectar ramificaciones con otros ámbitos sociales y de bienestar, pues entre otros, permite indagar acerca de la estructura sociodemográfica de las personas encargadas del cuidado de los dependientes (generalmente mujeres con dificultades para acceder al empleo reglado), de las dificultades para la movilidad tanto en el espacio privado como en el espacio público y de la participación social de la población dependiente. Figura 2. Región de Murcia, Reparto de las solicitudes de ayuda a la dependencia (mapa) y correlación del porcentaje de solicitudes de ayudas a la dependencia con la edad media a escala municipal (gráfico) CONCLUSIONES La distribución geográfica de la discapacidad y de la dependencia es muy variada al estar condicionada por multitud de factores personales y ambientales propios de cada territorio. En España, el estudio de la discapacidad se ha valido de encuestas específicas realizadas por el INE en los años 1986, 1999 y 2008, la última, la Encuesta sobre Discapacidad,

12 Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia (EDAD) precede a los trabajos que se realizaron para la realización de la Ley 39/2006 de 14 de diciembre de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia. Entre las múltiples aportaciones de la Ley, se establece un Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) de competencia autonómica que evalúa el nivel de dependencia de las personas y establece cuáles serían los servicios o las prestaciones para atender a las personas discapacitadas que precisen de atención. De este modo, a través de la EDAD, de los datos actualizados del IMSERSO y de los servicios de atención social de las Comunidades Autónomas es posible cuantificar y comparar la situación de la discapacidad y dependencia en España. En ese sentido su reparto, al igual que otras variables, manifiesta una asimetría que es un fiel reflejo de las diferencias que en otros ámbitos existen en el país y que se vinculan a diferentes estructuras demográficas, prioridad política, sensibilidad ciudadana o financiación, entre otras. Al abordar el estudio del reparto geográfico de la discapacidad y de la dependencia en la Región de Murcia contrasta el hecho de su reducido Índice de Envejecimiento y, al mismo tiempo, sus elevadas tasas de discapacidad y de dependencia. En efecto, y aún compartiendo con el resto del país que la discapacidad aumenta con la vejez y mayoritariamente entre las mujeres, los indicadores seleccionados procedentes y cruzados de varias fuentes de información estadística, permiten afinar en el conjunto de los municipios de la Región de Murcia cuáles serían las claves que explican el carácter privado de la discapacidad y de la dependencia. Los resultados muestran, por un lado, que a nivel territorial existe una dualidad en cuanto a la distribución de las solicitudes de ayuda a la dependencia entre los municipios litorales y pre-litorales, que registran menos solicitudes, y los municipios del interior, más envejecidos y que cuentan con la mayor proporción de solicitudes. Por otro lado, los municipios que registran la mayor proporción de ayudas activas a la dependencia son aquellos que tienen la mayor edad media de la región, seguidos por los que cuentan con más viviendas con deficiencias y/o en mal estado, seguidos por los que tienen mayor proporción de hogares compuestos por una sola persona, los que registran un Índice de Dependencia mayor y por último aquellos cuya población tiene los niveles más bajos en estudios de tercer grado. Se trata pues de factores con múltiples conexiones con otras dimensiones del bienestar social de la población y que afectan no sólo a la Región de Murcia sino también al resto del país; por lo que continúa abierta la posibilidad a otros estudios regionales que permitan realizar comparaciones más específicas. 229

13 BIBLIOGRAFÍA ABELLÁN, A.; CASTEJÓN, P.; ESPARZA, C. (2012): Discapacidad y dependencia en la población mayor en la Comunidad de Madrid. En RODRÍGUEZ, V. (Ed.): Inmigración y cuidados de mayores en la Comunidad de Madrid. Bilbao, Fundación BBVA, pp ABELLÁN, A. ESPARZA, C.; PÉREZ, J. (2011): Evolución y estructura de la población en situación de dependencia. Cuadernos de Relaciones Laborales, vol. 29, núm. 1, p ABELLÁN, A.; PÉREZ, J.; ESPARZA, C.; CASTEJÓN, P.; AHMED-MOHAMED, K. (2012): Discapacidad y dependencia en Andalucía. Sevilla, Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, 221 p. HERNÁNDEZ, M. (2008): Exclusión social en la Región de Murcia: aproximación cuantitativa y cualitativa. Murcia, Ediciones de la Universidad de Murcia, 219 p. KRÜGER, K.; JIMÉNEZ, (2013): La Ley de Dependencia un cambio en el régimen de bienestar español? Familiarización versus profesionalización. Scripta Nova, Vol. XVII, núm, 436. OMS (2011): Informe mundial sobre la discapacidad. Ginebra, Organización Mundial de la Salud, 363 p. PUYOL, R.; ABELLÁN, A. (Coord.)(2006): Envejecimiento y dependencia una mirada al panorama futuro de la población española. Madrid, Mondial Assistance, 234 p. RAMÍREZ, J.M. (2012): Informe de evolución de la Ley de Dependencia. Una mirada a la realidad de la Región de Murcia. Azarbe. Revista Internacional de Trabajo Social y Bienestar. Núm 1, pp ROMERO, J. (2006): España inacabada. Valencia, Universidad de Valencia, 204 p. SÁNCHEZ-MORA, Mª.I; OLAZ, A. (2008): Dependencia y riesgo social. En HERNÁNDEZ, M. (Coord.): Exclusión Social y Desigualdad. Murcia, Ediciones de la Universidad de Murcia, pp TOBOSO-MARTÍN M. (2013): De los discursos sobre la discapacidad en España. Política y Sociedad, Vol. 50, núm, 2, pp. 230