Universidad Autónomo del Estado de Hidalgo. Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades. Área Académica de Trabajo Social

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1 Universidad Autónomo del Estado de Hidalgo Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Área Académica de Trabajo Social Universidad Autónoma de Sinaloa Facultad de Trabajo Social Mazatlán Asociación Mexicana de Instituciones Educativas de Trabajo Social, A. C. LXI Congreso Nacional de Instituciones Educativas de Trabajo Social III Internacional de Instituciones Educativas de Trabajo Social VII Asamblea Nacional de la AMIETS Tema central: Formación en trabajo social, educación basada en competencias y mercado laboral en el contexto de la complejidad. Eje: 1. Política pública, mercado laboral y competencias del trabajo social. Título: La participación de los jóvenes universitarios en los movimientos sociales; un análisis en cuatro facultades de la UNAM; en el marco del proyecto de investigación los jóvenes en movimiento en un mundo globalizado. Autor: Martín Castro Guzmán (mcastro_martin@yahoo.com.mx Pachuca Hgo., abril de Trabajamos para las masas, pero sin subordinarnos a sus criterios confusos, menos aún al juicio de lidercillos y agitadores. Al contrario, procurábamos dar a la masa temas de ascensión para llevarla, junto con los universitarios, a las cimas esplendorosas de la sobrehumana sabiduría José Vasconcelos 1

2 La participación de los jóvenes universitarios en los movimientos sociales; un análisis en cuatro facultades de la UNAM Martin Castro Guzmán 1 No se detienen los procesos sociales, ni con el crimen, ni con la fuerza, la historia es nuestra y la hacen los pueblos. Salvador Allende Introducción Para los y las pensadoras, ha sido complicado vincular análisis globales de movimientos sociales con estudios más concretos o particulares. Entre las diversas teorías que han intentado explicar las luchas y organizaciones de la sociedad están las relativas a los movimientos sociales, y cada uno de los procesos tiene su propia historia. Conviene preguntarse sobre aquello que las teorías buscan específicamente comprender los movimientos sociales. Explicar la expresión de las luchas sociales en sociedades complejas, cuando ya no es posible hablar de únicos sujetos del cambio y transformación social. En América Latina, los movimientos indígenas, campesinos, sin tierra, algunos urbano populares y estudiantiles, han tenido enorme relevancia en las últimas décadas y han constituido en realidad la forma de lucha que han privilegiado grupos de explotados, marginados y excluidos, sí igualdad de derechos y sí igualdad de oportunidades ante la ley, pero con un enorme reconocimiento de las diferencias culturales, sociales y políticas que los enriquecen. Cada vez más en la teoría de los movimientos sociales en América Latina se reivindica la noción de pueblo y se insiste en la necesidad de comprender mejor 1 Profesor Investigador de Tiempo Completo en el Área Académica de Trabajo Social del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. 2

3 lo popular. Por otra parte, es fundamental asentar que no se debe dejar de lado la complejidad cultural de los pueblos de América Latina y se deben tomar en cuenta las diferencias, abandonando la pretendida igualdad, postulada por los europeos en su momento, y hoy los movimientos sociales latinoamericanos le inscriben su propia dinámica y personalidad. Qué es un movimiento social? Un Movimiento Social (MMSS) es la agrupación de individuos u organizaciones dedicadas a cuestiones político-sociales que tiene como finalidad el cambio social. Los movimientos sociales como estructuras de cambio tienen su origen en las crisis de las organizaciones de izquierda y del socialismo, tanto socialdemócrata como marxistas, principalmente partidos políticos y sindicatos. Surgen como modos de organización de colectivos, que luchan dentro de un campo político más o menos concreto. Según Ibáñez Alarcón (2003) son una forma de acción colectiva, frente a un conflicto o una tensión que se trata de resolver haciéndolo visible a la sociedad. Pero no cualquier conflicto provoca un movimiento social. Jorge Riechmann y Francisco Fernández Buey (1994) lo definen como un agente colectivo que interviene en el proceso de transformación social (promoviendo cambios, u oponiéndose a ellos) (1994:47). De esta forma, un movimiento supone un grupo de personas con una forma distinta de ver,estar y actuar en el mundo. Esa forma particular es necesaria para compartir un sentido más allá de los problemas individuales de los que participan. En síntesis, un movimiento empieza y se consolida porque existe gente dispuesta a participar en forma conjunta frente a una meta común con el deseo de alentar una transformación. De acuerdo a esta premisa, los movimientos sociales pueden surgir por diferentes razones: Por tensiones estructurales que generan vulneración de intereses muy concretos, muy visibles y muy sentidos. Por carencias organizativas. 3

4 Por el disgusto de un grupo sobre determinada forma de vida en general y cómo se vive la resolución de esa injusticia. Puede existir una relación entre la acción social (de protesta, de reivindicación, etc.) y la existencia de realidades objetivas de carácter negativo o limitante: revueltas por subidas de precios de alimentos básicos, movilizaciones por mejora de salarios, etc. Nadie duda de que la realidad externa influye en la acción social, pero también resulta evidente que en igualdad de condiciones no siempre se producen respuestas similares. Más allá de la tensión o conflicto debe surgir la intención de aglutinarse frente a lo que se considera perjudicial. De esta forma, por su propia orientación y dinámica, los movimientos sociales se constituyen en espacios de socialización con características particulares. El discurso de los movimientos sociales influye en tres aspectos esenciales de cara a la acción colectiva: injusticia (lo que se señala como problemático), identidad (sentido de pertenencia, nosotros...) y eficacia (que se asuma que las acciones pueden conseguir los objetivos). Hasta aquí, no se diferenciarían los llamados `nuevos movimientos sociales de los tradicionales (movimientos obreros clásicos). Sin embargo, la distinción se establece dado que: "los nuevos conflictos surgen en los puntos de sutura entre sistema y mundo de la vida" (Habermas, 1987: 560), es decir, que aparecen más bien "en los ámbitos de reproducción cultural, la integración social y la socialización" (Ibidem, 1987: 554). Las posturas teóricas de diversos autores que han trabajado sobre el tema de los movimientos sociales; se hace una reflexión teórica de la trascendencia que tienen las propuestas que se hacen desde los movimientos sociales y su impacto en el 4

5 quehacer del Estado, el gobierno y el sistema político institucional, poniendo hincapié en las políticas públicas de desarrollo en la sociedad mexicana. En estas posturas teóricas destacan: Jeff Godwin y James M. Jaspers, Hannah Arendt, Walter Benjamin, Smelser, Parsons, Eisenstadt, Robert Park, Blumer, Goffman, Marcur Olson, John McCarthy, y Mayer Zold, Giddens, Beck, Lash y Urry, Gusfield, Alberto Melucci, entre otros autores. Estos autores plantean que el concepto de movimiento social se refiere a la tradición mecanicista del moderno pensamiento occidental, el cual fue incorporado con éxito en el siglo XIX a las filosofías historicistas en alusión a los conceptos de progreso y revolución. Bajo este análisis conceptual, los autores coinciden en definir a los movimientos sociales, como un concepto que intenta explicar la expresión de las luchas sociales en sociedades complejas, cuando ya no es posible hablar de únicos sujetos del cambio y transformación social, con direcciones, planes y estrategias unívocas, posturas homogéneas, etc. Y estos movimientos sociales no sólo pueden promover cambios sociales de carácter progresista, sino que también pueden impedirlos. En el caso latinoamericano, algunos autores revisan los estudios que se elaboraron sobre los movimientos sociales a partir de los sesenta, revisando autores latinoamericanos han innovado la teoría, por ejemplo, desde perspectivas estructural-funcionalistas, destacan autores tales como Gino Germani en 1971 y por otra parte, detecta el surgimiento de una teoría muy crítica de la realidad, que emprendía análisis profundos de corte estructural y de comprensión del mundo en su conjunto. Muchos análisis de autores latinoamericanos, constituyen en referente de estudios sobre el cambio social y la teoría de la dependencia; asimismo, el concepto de movimiento societal, que busca dar cuenta de las peculiaridades latinoamericanas. También se aborda el tema del subdesarrollo, de desarrollo desigual, la teoría acerca del imperialismo, y de la injusta división 5

6 internacional del trabajo que impedía el desarrollo de los pueblos de América Latina. En el caso de México, los autores abordan los movimientos sociales, a partir de diversas experiencias que se han dado desde los años de 1994, por ejemplo: el Zapatista, que reivindica aspectos sociales de mucho fondo como el desarrollo autónomo de los pueblos como forma de resistencia anticapitalista. Asimismo, revisan uno de los movimientos sociales más recientes que se está gestando, es el caso de los padres y madres que perdieron a sus hij@s en el incendio de la Guardería ABC, en el norte de la república, y que luchan contra la impunidad, y demandan que se haga justicia. Las autoras señalan que en la última década, surgen una gran cantidad de movimientos sociales. Movimientos contra los proyectos de despojo por parte de grandes empresas trasnacionales, obras de interés público como pueden ser supervías, metros o carreteras, legalización de tierras que forman parte de reservas ecológicas e impulso de proyectos turísticos, y también destacan luchas de afectados ambientales en todo el país que se movilizan contra basureros tóxicos, semillas transgénicas, ríos contaminados, entre otros. La participación de los jóvenes en los movimientos sociales en la UNAM Según el Censo 2010 (INEGI), en México hay ,692 individuos de entre 12 y 29 años y 26.44% de la población total son jóvenes de 15 a 29 años de edad. Además, sabemos que hay 5 393,665 analfabetas de 15 años y más, y 558,823 analfabetas entre 15 y 29 años, según la misma fuente. Por su parte en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se han hecho cálculos que establecen que en la actualidad 7 966,352 jóvenes no estudian ni trabajan (Narro, 2011). 6

7 Por otro lado, según cifras oficiales, son los jóvenes los que más sufren el desempleo. Entre 2000 y 2009 la tasa de desocupación abierta entre ellos casi se triplicó, al pasar de 3.4 a 10.0 (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), 2010). Además, cerca de 60% de los jóvenes de entre 15 y 24 años tienen empleos precarios, pues los ingresos que reciben no son mayores a dos salarios mínimos. Vale la pena apuntar algunos datos para comprender de mejor manera cuál es la situación educativa del país. De acuerdo con la información de la Secretaría de Educación Pública (SEP): 71% de los alumnos asiste a escuelas públicas. Hay altos niveles de deserción en la secundaria 6.9% y en media superior del 15.9%. La cobertura del sistema educativo nacional se conforma con 93.1% de la población de 6 a 12 años de edad que asiste a la escuela primaria; 85.6% de los jóvenes de 13 a 15 años que concurre a la secundaria y 51.5% de la población de 16 a 18 años que asiste al nivel medio superior (Valenzuela, 2009). Ya a nivel superior los números se reducen de manera importante, últimos cálculos de la UNAM establecen que sólo 30% de los jóvenes llegan a educación superior, y es a esa población a quien nos dirigimos en esta investigación realizada en Es importante destacar que los resultados de la investigación que se han realizado en México; los cuales se refieren solamente a un sector específico, jóvenes universitarios de la Ciudad de México de universidades públicas y por tanto, no son generalizables a otros sectores de jóvenes mexicanos. Por ello, me pareció pertinente incluir también información derivada de la Encuesta Nacional de la Juventud, realizada en México, a nivel nacional (2005). Es importante apuntar que los jóvenes mexicanos que tienen oportunidad de estudiar una licenciatura constituye un sector pequeño, privilegiado y aquellos que ingresan a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aún más, ya que solamente 10% de los alumnos que pretenden ingresar en la UNAM lo logran, ya 7

8 que no se cuentan con los recursos económicos necesarios para ampliar la matrícula y conservar la calidad educativa. El gobierno no otorga recursos suficientes para contratar a más académicos, a pesar de que cada año concluyen con éxito sus estudios miles de personas, inclusive a nivel de posgrado de muy alta calidad (posgrados considerados de excelencia). Conclusión En resumen, un movimiento se construye sobre determinadas faltas o ausencias, y surge como una respuesta frente a esas carencias en determinadas condiciones favorables para provocar la acción de conjunto. De esta forma, implica personas que actúan, que se movilizan conjuntamente frente a aquellos que creen que les impiden la satisfacción de sus intereses (en un sentido muy amplio del término y, por supuesto, no sólo materiales) y que asumen una identidad colectiva. Bibliografía Barfield, Thomas (2000), Diccionario de Antropología. Siglo Veintiuno Editores. Primera Edición en Español, pp Berger, Meter L. y Thomas Luckmann (2005), La construcción social de la realidad. Amorrortu, Editores. Buenos Aires Argentina. Chávez Carapia Julia del Carmen (2003), Participación Social: Retos y Perspectivas, Editorial ENTS, UNAM, Plaza y Valdez, México, p. 96 Diccionario de Sociología, Editorial Fondo de Cultura Económica, México. Año Diccionario de Lengua Española (1972), p Diccionario Océano de Sinónimos y Anónimos Especializado (2004), Grupo Editorial Océano, Edición del Milenio, España. 8

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