Antrop. Javier Gutiérrez Sánchez LOS MOVIMIENTOS INDÍGENAS Y EL EZLN EN EL MARCO DEL CONFLICTO EN CHIAPAS

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1 CAPÍTULO ONCE LOS MOVIMIENTOS INDÍGENAS Y EL EZLN EN EL MARCO DEL CONFLICTO EN CHIAPAS Antrop. Javier Gutiérrez Sánchez El presente artículo gira alrededor de dos ejes. Por una parte, se plantea a través de qué circunstancias se fueron gestando los movimientos sociopolíticos de la población indígena en la Selva Lacandona y sus relaciones con aquellos de otras regiones indígenas tanto del estado como de otras entidades y, por otra parte, la vinculación que han mantenido con el movimiento armado del EZLN y el papel que desempeñaron en los diálogos, negociación, reflexión y discusión de problemáticas como la autonomía. LA SELVA LACANDONA, ASENTAMIENTO PLURICULTURAL Y PLURILINGÜÍSTICO Desde la década de los treinta, el territorio de la Selva Lacandona Palenque, Ocosingo, Las Margaritas, Altamirano, La Independencia y La Trinitaria se ha caracterizado por ser una zona de colonización, principalmente de población de la región contigua de Los Altos quienes vieron en la zona una posibilidad de obtener tierras. Así, los tzeltales y los choles fueron los que iniciaron la colonización sin ningún apoyo, en la absoluta pobreza y lo que es peor, sin ningún conocimiento del medio tropical, dado que provenían de una zona fría, donde predominaba el bosque de pino. A partir de esa década, llegaron al territorio una gran cantidad de población tanto de Los Altos, de la zona norte de Chiapas, como de otras regiones del estado y del país.

2 2 1 6 R E V I S T A A C A D É M I C A P A R A E L E S T U D I O D E L A S R E L I G I O N E S En general, la migración a La Selva estuvo relacionada con las condiciones socioagrarias y económicas propias de los lugares de origen: concentración de las tierras en unos cuantos propietarios, desplazamiento de mano de obra por el avance de la ganadería como forma de producción predominante, minifundios con suelos poco fértiles y bajos rendimientos agrícolas, imposibilidad de contar con acceso a la tierra y dependencia temporal del trabajo asalariado, entre otros factores. Además, la Reforma Agraria, como política de ocupación del espacio y de expansión agropecuaria, hizo del agrarismo un sinónimo de colonización, al influir en los peones de fincas, quienes persiguieron usufructuar un pedazo de tierra en La Selva. El largo proceso de colonización primeramente se dio de manera espontánea y posteriormente fue dirigida por el Estado, debido a que esto ayudaba a apaciguar los conflictos internos que se estaban generando en los lugares de origen. 1 Sin embargo, el momento más álgido de inmigración a La Selva se presentó después de los años sesenta. El carácter de fuerte atracción de la zona repercutió en el crecimiento acelerado de población de estos municipios, principalmente del territorio de Ocosingo. Posteriormente, la zona se continuó poblando, tanto por población proveniente de Los Altos como de otros estados de la República. De esta manera, aunque la gran parte es de origen tzeltal, existe población oriunda de Oaxaca, Tabasco, Veracruz, Michoacán, Quintana Roo, Guerrero, Campeche, Puebla, Distrito Federal, Durango y el Estado de México, todos éstos con sus respectivas lenguas maternas: náhuatl, chontal, zapoteco, mixe, totonaco, mazateco o chinanteco, además se encuentraba en la zona población refugiada procedente de Guatemala, principalmente kanjobal, debido a los fuertes conflictos ocurridos en aquel país en los años ochenta. Aunque esta población prácticamente se estableció en los campamentos de refugiados ubicados en el municipio de Las Margaritas. Así, para 1990, la región concentra el por ciento de la población total del estado, pero alrededor del 21 de la Población Indígena Estimada estatal. 2, 3 1 Véase Sigrid Dichtl, Cae una estrella, México, SEP, 1988, p En la región Selva Lacandona, para 1990, alrededor del 20 por ciento de la población tenía una edad entre los cinco y los nueve años, asimismo más de la mitad de la población (50.62 por ciento, para el caso de los hombres; para el caso de las mujeres) era menor de los veinte años, sin tomar en cuenta a los menores de los cinco

3 M O V I M I E N T O S I N D Í G E N A S Y E L E Z L N La población inmigrante poco a poco se fue asentando, básicamente, en pequeñas localidades, 4 la gran mayoría dispersas, con altos problemas de comunicación, con carencias en los servicios de salud y educación, así como de insumos de bienestar social, es decir, en condiciones de extrema pobreza. Sin embargo, estos inmigrantes no encontraron solución a su objetivo principal que era la obtención de tierras. Desde el primer momento éstas se convirtieron en un fin inalcanzable, bien porque pertenecían a finqueros consolidados como oligarquía terrateniente durante el siglo XIX, que se dedicaban a la ganadería, a la contratación de mano de obra campesina e indígena, o porque las tierras estaban en manos de empresas extranjeras capitalistas que, a finales del siglo pasado y principios del presente, compraron tierras a compañías deslindadoras y se dedicaron a la explotación de la madera, caucho y chicle, o porque, finalmente, los terrenos eran de propiedad federal. 5 Durante el periodo posrevolucionario, a través de las medidas de fraccionamiento y expropiación de los terrenos estatales, a través de la Ley Agraria del Estado, se protegió el latifundio evitándose el reparto agrario con lo que "se cerró la posibilidad para que la Revolución mexicana [...] realizara en Chiapas una reforma económica y social, como de alguna manera sucedió en otros estados de la República". 6 Durante la década de los sesenta y parte de los setenta la estructura años. Por lo tanto, la región en conjunto se concibe como una zona con población eminentemente joven, lo cual indica, incluso, un más acelerado crecimiento de la población para los próximos años. 3 Véase, Arnulfo Embriz (coord.), Indicadores sociodemográficos de los pueblos indígenas de México, México, INI, Para el caso de Ocosingo, en 1990, de un total de localidades, (99.5 por ciento) tenían menos de dos mil habitantes, y de éstas 950 (80.7 por ciento) menos de 100 individuos; sólo tres entre y 4 999, una de 5 mil y 9 999, y finalmente una entre 10 mil y habitantes. El municipio de Las Margaritas, de las 441 localidades con que contaban, un 100 por ciento se ubicaban con una población menor de dos mil habitantes, y alrededor del por ciento de sus localidades, no rebasaba los 500 habitantes. Véase, XI Censo General de Población y Vivienda, Chiapas, 1990, México, INEGI, Cf. Juan Gonzáles Esponda, "Notas para comprender el origen de la rebelión zapatista", en Chiapas 1, México, Era, 1995., p Ibid., p. 108.

4 2 1 8 R E V I S T A A C A D É M I C A P A R A E L E S T U D I O D E L A S R E L I G I O N E S agraria no se modificó sustancialmente, sino que, al contrario, la superficie se acrecentó en beneficio de los propietarios privados, principalmente de los dedicados a la ganadería, lo que agudizó la confrontación entre los ganaderos y campesinos por el control de la tierra. 7 En el mes de marzo de 1972, el gobierno federal emite un decreto en donde reconoce como únicos ocupantes históricos a sesenta y seis jefes de familia lacandones, dotándoles de 614 mil 321 hectáreas. Los lacandones, que hasta ese entonces habían tratado de mantener cierto aislamiento e independencia, fueron ubicados en las áreas restringidas de Lacanjá Chansayab, Najá y Metzabok, con alrededor de 2 mil 500 ha cada una. 8 En cambio, los grupos de indígenas -más de mil 300 familias- que habían llegado a La Selva desde décadas anteriores, se les desconoció y se convirtieron en invasores de las tierras, a pesar de que tenían más de diez años en estarlas trabajando. 9 Bajo este hecho, quedó al descubierto la intención de salvaguardar y proteger los latifundios, fue además la puerta de entrada para que las compañías madereras, establecidas en la zona desde el siglo pasado, pudieran negociar libremente con la población lacandona con el fin de explotar las reservas madereras que habían quedado bajo el resguardo de estos últimos. 10, 11 De tal manera que, la supuesta autonomía dada a este grupo en términos territoriales para proteger la deforestación de La Selva e incluso hacerlos los más grandes latifundistas del país, no fue más que un camino político que terminó en la ficción autonómica y en la cada vez más difícil situación de la población indígena migrante asentada en la zona. Los indígenas tanto choles, tzeltales y lacandones se les concentró en unas cuantas poblaciones, de tal manera que los que no aceptaron no se les dieron derechos como ejidatarios. De ese modo, desde 1972, las miles de familias, de los diferentes grupos étnicos que permanecieron en La Selva, 7 Ibid., p Véase Sigrid Dichtl, op. cit., p Idem. 10 Cf. Julio Moguel, Carlota Botey y Luis Hernández, Autonomía y nuevos sujetos sociales en el desarrollo rural, México, Siglo XXI Editores, CEHAM, 1992, p Véase Lourdes Arizpe, Fernanda Paz y Margarita Velázquez, Cultura y cambio global: percepciones sociales sobre la desforestación en La Selva Lacandona, México, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, Universidad Nacional Autónoma de México, Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa, 1993, pp. 79.

5 M O V I M I E N T O S I N D Í G E N A S Y E L E Z L N empezaron un proceso de organización que los llevó a la constitución de diferentes organizaciones, siempre bajo el miedo al desalojo. Si bien en los años anteriores a la década de los setenta el movimiento campesino en Chiapas era prácticamente inexistente, habían existido luchas muy localizadas en torno a la tierra. Sin embargo, las condiciones históricas generalizadas de desventaja, marginalidad y de inseguridad de la tierra entre la población indígena principalmente inmigrante, fueron los principales motivos para el surgimiento de las organizaciones sociopolíticas de carácter regional. Este modelo de organización no sólo es de esta zona en particular, sino una de las características del movimiento campesino en un nivel nacional. Es en la década de los setenta que las luchas campesinas se distinguen por la continua gestión de demandas agrarias y por las precarias condiciones de vida en relación con la falta de servicios, educación, salud, entre otras causas. Un momento crucial en la organización de la población indígena chiapaneca, y que de cierta manera marcó la pauta para el auge organizativo sociopolítico, lo constituyó el "Congreso Indígena", llevado a cabo en 1974, a petición del gobernador del estado, Manuel Velasco Suárez, al obispo de San Cristóbal de Las Casas, Samuel Ruiz, ya que la Iglesia era la única institución capaz de organizar tal evento por la presencia y prestigio que tenía en las comunidades indígenas, y que ningún sector gubernamental poseía. La Diócesis comenzó los preparativos de este Congreso desde 1972, organizando una serie de reuniones, aunque las primeras fueron pequeñas, las regionales fueron multitudinarias y multiétnicas, con una cada vez mayor participación y vinculación de los indígenas de las zonas chol, tzotzil, tzeltal y tojolabal. 12 Como parte de la preparación se dieron cursos sobre leyes agrarias, historia de México y técnicas de reproducción. Si bien el gobierno estatal intentó controlar el Congreso, los indígenas hicieron demandas y denuncias de los abusos y corrupción de las autoridades, sobre todo en relación a la tierra y a la comercialización del café, al tiempo que denunciaron la falta de servicios básicos en las áreas de 12 Cf. Antonio García de León, "La vuelta del Katún (Chiapas: a veinte años del Primer Congreso Indígena), en Chiapas 1,México, Era, 1995, p ; Véase Jesús Morales Bermúdez, "El Congreso Indígena de Chiapas: un testimonio", en América Indígena, vol. LV, núms. 1-2, enero-junio de 1995, pp

6 2 2 0 R E V I S T A A C A D É M I C A P A R A E L E S T U D I O D E L A S R E L I G I O N E S educación y salud, entre otros tipos de demandas. 13 Al Congreso asisten jóvenes comprometidos con la lucha social, surgidos del movimiento estudiantil de Éstos jóvenes, pertenecientes a la "Unión del Pueblo", organización de tendencia maoísta, apoyaron a las comunidades para su organización. El Congreso permitió que se establecieran relaciones entre diversas comunidades y fue el punto de partida para la formación en 1975 y 1976 de tres Uniones de Ejidos: la UE "Quiptic Ta Lecubtesel", en Ocosingo; las UE "Lucha Campesina" y la de "Tierra y Libertad", en Las Margaritas. 14 De ahí que la organización eclesial, a través de la Teología de la Liberación, jugó un papel importante como fuente reguladora de la organización de la población indígena. 15 La importancia que adquirió el Congreso Indígena se concretizó sobre todo en el trabajo del poscongreso, puesto que los acuerdos tuvieron una continuidad que se vio reflejada en la organización de las comunidades. Durante los años setenta y principios de los ochenta hay una amplia movilización de la población indígena a través de su incursión en diferentes 13 Véase Julio Moguel, Carlota Botey y Luis Hernández, op. cit. p Véase Julio Moguel, Carlota Botey y Luis Hernández, op. cit. p Jesús Morales Bermúdez menciona que en los trabajos del poscongreso, que a partir del decreto de 1972, en donde se reconoce a los lacandones como únicos propietarios de la zona de La Selva, los tojolabales y tzeltales quedaron cohesionado a través de las uniones de ejidos de la Quiptic ta Lecubtezel y de la Emiliano Zapata. Véase, Jesús Morales Bermúdez, "El Congreso Indígena de Chiapas: un testimonio", en América Indígena, vol. LV, núms. 1-2, México, Instituto Indigenista Interamericano, enero-junio de La Teología de la Liberación nace bajo toda una proyección histórica de crear una teología que respondiera a las necesidades de una Iglesia Latinoamericana. Lo fundamental de ésta consiste en hacer presente el Reino de Dios en la tierra, bajo las condiciones reales de la población. De ahí que uno de sus principios metodológicos sea el juzgar la realidad, iluminarla con la Palabra de Dios y hacerla presente en la realidad. Asimismo, ésta se ha organizado a través de las llamadas Comunidades de Base, que consisten en la organización de la militancia religiosa en pequeñas células, coordinadas por laicos y supervisadas por la estructura clerical. Bajo este modelo de Iglesia, la feligresía adquiere un papel importante, pues se convierte en un sujeto que busca el cambio a través de la organización. Otro de los aspectos que la distinguen sustancialmente de los otros modelos de Iglesia, es el papel ecuménico, puesto que el argumento es que todos comparten la misma realidad social, la cual debe ser transformada.

7 M O V I M I E N T O S I N D Í G E N A S Y E L E Z L N movimientos organizativos de carácter sociopolítico que en un primer plano se desarrollan y tienen injerencia en las propias localidades o comunidades indígenas, pero que se encuentran vinculadas a movimientos regionales hasta llegar a movimientos de índole nacional. La comunidad tzotzil de Venustiano Carranza representa el caso más concreto de este tipo de casos, ya que de un movimiento local, que fue evolucionando poco a poco, se conformó en la Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ), perteneciente esta última a la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA). 16 Dentro de la dinámica de la conformación de organizaciones sociopolíticas independientes en la zona se tienen tres niveles de organización: el primero es de carácter comunitario, el segundo es regional y finalmente el tercero es de movilización nacional, que en algunos casos ha pretendido internacionalizarse. Entre los ejemplos más claros del primer nivel se encuentra la Organización de Pueblos Indígenas del Sureste de México (OPISEM). Esta última, creada en el año de 1983 por indígenas tzeltales y tzotziles del municipio de Ocosingo, forma parte de las organizaciones regionales de la Quiptic Ta Lecubtesel y la OCEZ, así como de la organización nacional del CNPI. 17 Paralelamente, fueron surgiendo una serie de Organismos no Gubernamentales, que respaldaron y asesoraron a las organizaciones. Dentro de las organizaciones de carácter regional se encuentran las organizaciones Quiptic Ta Lecubtesel -con población indígena tzeltal, tzotzil, tojolabal y chol- y la Unión de Uniones Ejidales y Grupos Campesinos Solidarios de Chiapas (UU), así como la Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ). Entre las organizaciones de carácter nacional que tienen injerencia en los territorios indígenas del estado están la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), la Coordinadora Nacional de los Pueblos Indígenas (CNPI) y la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) Tanto la Quiptic Ta Lecubtesel como la UU se originan bajo la necesidad de organización de la población indígena inmigrante a raíz del 16 Un trabajo que sistematiza los movimientos indígenas en un nivel nacional de la década de los setenta y de la primera mitad de los ochenta es el de María Consuelo Mejía Piñeros y Segio Sarmiento Silva, La lucha indígena: un reto a la ortodoxia, México, Siglo XXI, Ibid.,p. 121.

8 2 2 2 R E V I S T A A C A D É M I C A P A R A E L E S T U D I O D E L A S R E L I G I O N E S decreto de 1972, en donde se reconoce como únicos propietarios de La Selva al grupo lacandón. De ahí que sus principales demandas se hayan centrado, en un primer momento, en la lucha por la tierra y en la gestión por el mejoramiento de las condiciones de vida. La OCEZ, por su parte, se encuentra integrada por ejidos y comunidades tzeltales y tzotziles de la región, así como por peones acasillados de Simojovel. Entre sus objetivos primordiales se encuentra la formación de una organización regional que unifique las luchas de los ejidatarios del estado de Chiapas. Desde finales de los años setenta, las organizaciones, en un nivel nacional, no sólo continuaron gestionando demandas agrarias, sino que además se plantearon la independencia autonómica, tanto política, ideológica y organizativa frente a las centrales oficialistas y partidos, a través de la apropiación de los procesos y ciclos productivos, así como de la comercialización, es así que las organizaciones delinean sus políticas a través de las gestiones para un mejoramiento del campo mediante los insumos tecnológicos y la apertura de canales que les permitiera controlar la comercialización de los productos en el mercado nacional. 18 A la par de este contexto nacional, en el estado de Chiapas, la incursión de las organizaciones de izquierda, marcó un nuevo panorama en el movimiento campesino del estado. Si bien los conflictos se habían extendido no sólo en el espacio, las demandas de las organizaciones se fueron ampliando. Tal es el caso de la organización Línea Proletaria que, por su parte, logró insertarse en el proceso de organización de los campesinos de La Selva Lacandona, en la región Norte del estado y en la Sierra Norte. En estas regiones promovió la protesta campesina en torno a las demandas de tierras e impulsó la organización autónoma de la producción. 19 El trabajo político de esta organización estuvo orientado hacia instancias políticas y económicas de los campesinos. De esta manera, si bien ya tenía una trascendencia de trabajo en la zona, en 1980, la Unión de Uniones Ejidales y Grupos Campesinos Solidarios de Chiapas (UU) se constituyó y consolidó con 158 comunidades tzeltales, tojolabales, choles, tzotziles y mestizas dispersas en diez municipios del estado. Entre las acciones más sobresalientes está la creación de la Unión de Crédito Pajal Ya Kaktic y la 18 Cf. Julio Moguel, Carlota Botey y Luis Hernández, op. cit. pp Véase Juan Gonzáles Esponda, "Notas para..., op. cit., p. 116.

9 M O V I M I E N T O S I N D Í G E N A S Y E L E Z L N Unión de Uniones y Sociedades de Producción Rural (ARIC-Chiapas), esta última con mayor presencia política y con proyectos económicos y educativos que buscan incidir en la solución de sus socios. 20 La CIOAC, por su parte, surge en un nivel nacional en 1963, a raíz de la escisión de la Central Campesina Independiente. A finales de los años ochenta, organizó a los tzeltales y tzotziles que se encontraban como peones acasillados en las fincas ganaderas y cafetaleras de los municipios de Simojovel, Huitiupán, Pueblo Nuevo y Solistahuacán. En este mismo periodo, la CIOAC se extiende también a la zona de Comitán y la Fronteriza, particularmente a la zona tojolabal; lo hizo de igual forma a la zona de Los Altos (Teopisca y Las Rosas). 21 Sus ejes fundamentales han sido la tenencia de la tierra; el respeto a lo dispuesto en la Ley Federal del Trabajo; la libertad de organizarse sindicalmente junto con el reconocimiento por parte de las autoridades de tal organización, y la defensa de los recursos naturales. 22 Al lado de estas organizaciones surgieron otras como la Coordinadora Nacional de los Pueblos Indígenas, la cual se gesta de la división que se dio de la organización "oficial" del Consejo Nacional de Pueblos Indígenas. Entre otras comunidades de grupos étnicos agrupa a nahua-popolucas del sur de Veracruz, yaquis de Sonora, chinantecos de Oaxaca, se integran poblaciones zoques de la zona en donde hizo erupción el Volcán Chichonal; la Alianza Campesina Revolucionaria (ACR); la Coordinadora Campesina Revolucionaria Independiente (CCRI), y la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), filial de lo que hoy es el Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, con importante presencia en los municipios de Chenalhó, Pantelhó, Sitala, Yajalón, Petlalcingo, entre otros. 23 Con la gestación y desarrollo de estas organizaciones, las redes de la organización campesina se fueron haciendo más fuertes y de mayor cobertura, de tal manera que se rompió el aislamiento de las comunidades y han quedado insertadas en toda una red de relaciones que continuamente las está interconectando. 20 Idem. 21 Véase Juan Gonzáles Esponda, "Notas para..., op. cit., p. 116; véase María Consuelo Mejía Piñeros y Segio Sarmiento Silva, La lucha indígena..., op. cit., pp Idem. 23 Véase Juan Gonzáles Esponda, "Notas para..., op. cit., pp. 120.

10 2 2 4 R E V I S T A A C A D É M I C A P A R A E L E S T U D I O D E L A S R E L I G I O N E S Asimismo, han sido las zonas indígenas en donde se encuentran las fincas, con el consecuente trabajo jornalero, o los territorios en donde se ubican los grandes latifundios dedicados a la ganadería en donde, esencialmente, se han desarrollado las organizaciones político-sociales de este tipo, de ahí que tanto en la Selva, como en el Norte, y en algunos municipios de Los Altos de Chiapas sea en donde las comunidades indígenas han logrado conjuntarse y tener estrechas relaciones a través de su movilización en las organizaciones independientes. A partir de 1985 se inicia una nueva etapa en la lucha agraria. Las tres organizaciones más importantes se dividen después de este periodo y surgen otras. Entre los movimientos hay un aparente reflujo, al mismo tiempo que las demandas tendieron a cambiar: a la lucha por la tierra se sumaron con mayor fuerza las vinculadas con la producción, principalmente la de incremento de los precios de garantía. Además se intensificó la lucha política y se institucionalizó la violencia; asimismo, se cerraron los espacios de participación y la política gubernamental se dirigió principalmente en favor de los sectores empresariales. 24 Sin embargo, pese a estas condiciones, los movimientos continúan con la lucha organizada, es así que en el mes de julio de 1986, los campesinos maiceros de la Frailesca, a través de la Unión Estatal de Productores de Maíz, realizaron el Primer Congreso Campesino al que asistieron la CCRI, la CIOAC, la OCEZ, el CRIACH, la Unión de Uniones, Unión de Crédito Pajal Ya Kaktic, Comunidades del Sur de San Cristóbal, sindicatos y representantes de las comunidades de Guerrero, Sinaloa y Chapingo. En el mismo periodo surgen organizaciones municipales como el Comité de Defensa de las Libertades Indígenas de Amatán y de Palenque (CDLI); la Alianza Nacional Campesina Independiente (ANCIEZ); el Consejo de Representantes Indígenas de los Altos de Chiapas (CRIACH); la Organización Indígena de los Altos de Chiapas (ORIACH). En los primeros meses de 1992, indígenas de tres organizaciones del municipio de Palenque fundan la Coordinadora de Organizaciones Indígenas Xi' Nich que se extiende por lo menos en seis municipios de las regiones Norte y Selva. 25 Junto con el surgimiento de estas organizaciones, el tipo de demandas 24 Ibid., pp Ibid., p

11 M O V I M I E N T O S I N D Í G E N A S Y E L E Z L N cambian sustancialmente, pues además de las demandas por la tierra, ahora se gestiona por la libertad política, la democracia, pero sobre todo el discurso se inspira en el reconocimiento étnico de sus agremiados. La dignidad del indígena y el reconocimiento de su cultura se convierten en reivindicaciones de las organizaciones indígenas, pero además son la causa para crear otras como el Frente de Organizaciones Sociales de Chiapas (FOSCH), misma que llegó a aglutinar a treinta y cinco organizaciones. 26 Bajo este contexto de las organización de los pueblos indígenas de la zona sale a la luz pública el movimiento armado de la Selva. Después de los primeros días en que sucede el enfrentamiento entre el EZLN y el Ejército hay una continua presencia de las organizaciones en el conflicto y muchas veces aparecen como intermediarias entre el EZLN y el gobierno. Incluso realizan actos políticos, como la marcha, entre otras muchas actividades, que emprendió la Coordinadora de Organizaciones Sociales Xi' Nich hacia la ciudad de México para "pedirle al gobierno que demostrara su voluntad política" de resolver el conflicto vía la paz. 27 Un hecho fundamental fue la creación, en los primeros días del conflicto, de la Coordinadora Estatal de Organizaciones Indígenas y Campesinas (CEOIC), creada bajo la coordinación de 150 organizaciones, lo que la enmarcaba en un amplio panorama de representación y cobertura entre la población indígena del estado. Esta organización, a pesar de sus conflictos internos y de la inestabilidad entre sus miembros, jugó un papel importante ya que intercedió y funcionó como un catalizador de las demandas de los pueblos indígenas, pero además sirvió de interlocutora y como un mecanismo de negociación para el mismo EZLN ante las instancias gubernamentales. Asimismo, las dificultades suscitadas con la Unión de Uniones y Sociedades de Producción Rural (ARIC-Chiapas) debido a que el EZLN acusara a sus dirigentes de traición por establecer negociaciones con el gobierno, llevó a su escisión en la "ARIC oficial" y la "ARIC independiente". Para lo cual esta última estuvo muy ligada al EZLN, pues además de apoyar sus demandas, trata de construir los lazos de la 26 Idem. 27 "Si no se hubieran alzado en Los Altos, ustedes no estarían aquí", en La Jornada, 12 de enero de 1994.

12 2 2 6 R E V I S T A A C A D É M I C A P A R A E L E S T U D I O D E L A S R E L I G I O N E S solidaridad intercomunal y microrregional. 28 Tanto la CEOIC como la "ARIC-independiente" son dos de las organizaciones con mayor fuerza en el Estado, aunque es importante resaltar los lazos de organización con otros movimientos de otras regiones en la entidad y de otros estados. Asimismo, la intervención de estas organizaciones en las mesas de negociación y diálogo fue de suma importancia tanto para la reflexión y discusión como para la presentación de las propuestas sobre las diferentes problemáticas, incluida la autonomía. Así, el papel que jugaron fue esencial, ya que constantemente gestionaron y pusieron en tela de juicio las posiciones de las partes gubernamentales, además, de conducir y marcar las pautas para la discusión. 29 Si bien es cierto que en el movimiento han tenido injerencia múltiples sectores de la población, éste se caracteriza por ser un fenómeno en donde la presencia, dirigencia y organización indígena es indiscutible, producto de un largo proceso como se ha tratado de argumentar a lo largo del presente artículo. Incluso en las últimas décadas el nivel de preparación, incluso académica, de la población indígena ha ido en aumento, lo que ha dado como resultado un mayor nivel de participación tanto en la reflexión como en la negociación, no sólo en el estado sino en otros como el de Oaxaca. Esto resulta de suma importancia, puesto que en un nivel nacional, pese a que el movimiento ha extendido las demandas a los ámbitos nacionales, no sólo en cuanto a las demandas sino además a la extensión del movimiento entre los diferentes sectores sociales, el proceso de las organizaciones indígenas se encuentra más claro y definido e incluso mayormente organizado, como constantemente se 28 Véase Xóchitl Leyva Solano, "Del comón al leviatán (Síntesis de un proceso sociopolítico en el medio rural mexicano", en América Indígena, vol. LV, núms. 1-2, México, Instituto Indigenista Interamericano, enero-junio de 1995, p Numerosas fueron las intervenciones de estas organizaciones, en coordinación con otras de otros estados, véanse por ejemplo: "Declaración del Consejo Estatal de Organizaciones Indígenas y Campesinas (CEOIC), San Cristó bal de Las Casas, 12 de octubre de 1994; CEOIC/ ARIC/ Coordinadora Regional de Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica/ UCIZONI/ SEDAC/ COCEI/ CIOAC, "La autonomía como nueva relación entre los pueblos indios y la sociedad nacional" en Ojarasca; CEOIC, "Declaración de los Pueblos Indios de México. En torno a la respuesta del gobierno al EZLN (Primera Etapa del Diálogo de Chiapas)", en Ce-Acatl, núm. 59, México, pp ; CEOIC, "Paz, dignidad y desarrollo para nuestros pueblos", en Ibid., pp. 8-9.

13 M O V I M I E N T O S I N D Í G E N A S Y E L E Z L N constata al analizar la secuencia que ha presentado el movimiento sociopolítico indígena en el país. Como conclusiones, se pueden distinguir dos líneas que enmarcan el movimiento organizativo en las regiones indígenas del estado. Por una parte, el movimiento armado del EZLN, y por otra, la movilización de la población a través de las organizaciones indígenas. Al analizar el proceso que en forma global ha presentado el fenómeno, el EZLN ha jugado un papel más de convocador, pero el mayor peso de la discusión y gestión ante problemáticas como la autonomía, así como la organización de la población indígena tanto del estado como de otras regiones indígenas en otras entidades, ha estado en manos de las organizaciones sociopolíticas, las cuales tienen amplias coberturas y una larga historia de articulación interétnica, por lo que la trascendencia del movimiento armado ha llegado múltiples grupos indígenas en el país. Asimismo, esta irrupción del movimiento indígena ha originado un nuevo momento dentro del indigenismo en México, que claramente se ve reflejado en los resultados de los "Acuerdos de Larráinzar" en donde los grupos indígenas exigen una nueva relación con el Estado mexicano, enmarcada en una mayor participación de la población indígena como actores sociales en la concepción, planeación, ejecución y evaluación, así como en la toma de decisiones de las políticas que les atañen. BIBLIOGRAFÍA Gutiérrez Sánchez, Javier, Diagnóstico sociodemográfico de La Selva Lacandona, ms., México, INI, Dichtl, Sigrid, Cae una estrella, México, SEP, 1988.

14 2 2 8 R E V I S T A A C A D É M I C A P A R A E L E S T U D I O D E L A S R E L I G I O N E S Embriz, Arnulfo, (coord.), Indicadores sociodemográficos de los pueblos indígenas de México, México, INI, INEGI, XI Censo General de Población y Vivienda, Chiapas, México, INEGI, Gonzáles Esponda, Juan, "Notas para comprender el origen de la rebelión zapatista", en Chiapas 1, México, Era, Moguel, Julio, Carlota Botey y Luis Hernández, Autonomía y nuevos sujetos sociales en el desarrollo rural, México, Siglo XXI Editores, CEHAM, Arizpe, Lourdes, Fernanda Paz y Margarita Velázquez, Cultura y cambio global: percepciones sociales sobre la desforestación en La Selva Lacandona, México, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, Universidad Nacional Autónoma de México, Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa, Consuelo Mejía Piñeros, María y Sergio Sarmiento Silva, La lucha indígena: un reto a la ortodoxia, México, Siglo XXI, García de León, Antonio, "La vuelta del Katún (Chiapas: a veinte años del Primer Congreso Indígena), en Chiapas 1, México, Era, Morales Bermúdez, Jesús, "El Congreso Indígena de Chiapas: un testimonio", en América Indígena, vol. LV, núms. 1-2, enero-junio de "Si no se hubieran alzado en Los Altos, ustedes no estarían aquí", en La Jornada, 12 de enero de Leyva Solano, Xóchitl, "Del comón al leviatán (Síntesis de un proceso sociopolítico en el medio rural mexicano", en América Indígena, vol. LV, núms. 1-2, México, Instituto Indigenista Interamericano, enero-junio de 1995.

15 M O V I M I E N T O S I N D Í G E N A S Y E L E Z L N "Declaración del Consejo Estatal de Organizaciones Indígenas y Campesinas (CEOIC), San Cristóbal de Las Casas, 12 de octubre de 1994; CEOIC/ ARIC/ Coordinadora Regional de Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica/ UCIZONI/ SEDAC/ COCEI/ CIOAC. "La autonomía como nueva relación entre los pueblos indios y la sociedad nacional" en Ojarasca, México. CEOIC, "Declaración de los Pueblos Indios de México. En torno a la respuesta del gobierno al EZLN (Primera Etapa del Diálogo de Chiapas)", en Ce-Acatl, núm. 59, México, CEOIC, "Paz, dignidad y desarrollo para nuestros pueblos", en Ce-Acatl, núm. 59, México. El autor, Javier Gutiérrez Sánchez es Antropólogo social egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Coordinador del proyecto Migración indígena de la Dirección de Investigación y Promoción Cultural del Instituto Nacional Indigenista.