En la reunión anual de 1976 La Iglesia del Pacto Evangélico votó oficialmente a favor de

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1 Sesión dos Una base bíblica & teológica para la mujeres en el ministerio En la reunión anual de 1976 La Iglesia del Pacto Evangélico votó oficialmente a favor de la ordenación de mujeres. En la reunión anual de 1981 una moción para rescindir esta acción fue derrotada de manera abrumadora. Sin embargo, algunas personas del Pacto todavía tienen inquietudes acerca del papel de las mujeres en el ministerio ordenado. La pregunta es si las decisiones fueron hechas con mérito o si fueron solamente una reflexión de un nuevo movimiento en nuestra sociedad? Los cambios que afectan a las mujeres en la era moderna han influenciado obviamente al pensamiento de la Iglesia, pero el ministerio de las mujeres no es derivado de las ideas de la sociedad ni es socio a sus extremos. Para una tradición que se basa en la pregunta Dónde está escrito? solo hay una base satisfactoria para que las mujeres ministren en el nombre de Jesucristo. Las mujeres deberían poder pastorear no porque la sociedad lo dice sino porque la Biblia lleva a la iglesia a esta conclusión. Una base bíblica y teológica para tener a las mujeres en el ministerio es, entonces, crucial para la implementación que se está llevando acabo por la decisión del Pacto acerca de la ordenación de mujeres. Pasajes bíblicos sobre el ministerio de las mujeres Generalmente cuando la gente habla sobre los textos bíblicos acerca del ministerio de las mujeres, se refiere sólamente a dos versículos, los dos que van en contra de esta idea. Estos textos tendrán que ser tratados de una manera justa, pero la Biblia entera tendrá que ser incluida en esta discusión, no sólamente dos versículos. Más aún, así como con la interpretación de la Escritura, estos dos textos tienen que ser entendidos en sus contextos históricos y bíblicos. La Biblia no es como un terreno plano, más bien es como un terreno con desniveles, y a cada parte se la debe tratar individualmente. Esto no es sugerir que algunas partes pueden ser ignoradas o pueden ser mas importantes que otras, pero simplemente para enfatizar que la Biblia tiene que ser tratada de una manera justa. El tema de las mujeres en el ministerio es primordialmente una discusión del Nuevo Testamento, pero existen textos en el Antiguo Testamento que requieren de nuestra atención. Génesis 1:26-28 indica que el hombre y la mujer fueron hechos juntos a la imagen de Dios y que se les dio dominio a los dos. En varios contextos (como en Éx. 38:8 y 1 Samuel 2:1-10) se menciona a mujeres desempeñaron un papel importante en la adoración de Israel. Aún más importantes son las mujeres que tuvieron papeles de liderazgo y que consecuentemente proveen una base antiguo testamentaria para el concepto del ministerio de las mujeres. Miriam y Huldá vii

2 son dos profetizas que tuvieron papeles significativos en los propósitos de Dios (Éxodo 15:20,21 y 2 Reyes 22:14-20). Débora también fue una profetiza pero se le recuerda mas por su actividad como juez de Israel y líder en tiempo de conflictos (Jueces 4-5). Estos textos por si mismos, no ilegitimizan el ministerio de las mujeres, pero si proveen precedentes importantes. Los textos del Nuevo Testamento que se refieren a las mujeres presentan un punto de vista que es marcadamente diferente al punto de vista negativo acerca de las mujeres que predominaba en las sociedades antiguas. Las mujeres en los tiempos bíblicos generalmente no eran educadas, y los rabinos alertaban contra enseñarles la ley. La información limitada de las fuentes antiguas indica que mujeres que eran consideradas respetables no tomaban parte en la vida pública. En vez de eso se esperaba que aquellas mujeres pasasen la mayor parte de sus vidas dentro de los confines de su hogar. Las mujeres eran vistas como una tentación para pecar. A ellas no se les contaba para fundar una sinagoga, ni se aceptaba su testimonio en una corte de justicia. Pero la actitud y práctica de Jesús estaba en contradicción directa a sus contemporáneos. El inició conversaciones aun con mujeres no respetables como con la mujer Samaritana en el pozo (Juan 4). Debido al testimonio de ella, muchas personas del pueblo creyeron en Jesús. Jesús tenía mujeres discípulas que le acompañaron desde Galilea hasta Jerusalén y que le ayudaron a financiar su ministerio (Marcos 15:40,41 y Lucas 8:1-3). Jesús le enseño a María y defendió su elección de aprender (Lucas10:38-42). Las mujeres fueron las que se quedaron al pie de la cruz hasta el final y fueron las primeras en llegar a la tumba. Después de su resurrección, Jesús apareció primero a las mujeres y les dio la tarea de esparcir las buenas nuevas a los discípulos (Mateo 28:7). Esta nueva libertad y nuevo papel de las mujeres encontrado en Cristo esta claro también en los escritos de la Iglesia Primitiva. El libro de Hechos menciona frecuentemente la presencia y actividad de las mujeres en la fundación de la Iglesia. Desde la oración en el Aposento Alto (1:14) y la persecución de Saulo (8:3) hasta la recepción del evangelio por los griegos (17:12), las mujeres estuvieron involucradas. Aún de mayor importancia es la frase de Joel 2:28-32 que es usada en Hechos 2:17-21 para explicar el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés. Con este evento se cumplió la promesa de que Dios derramaría su Espíritu para que hijos e hijas pudieran profetizar. La iglesia en Filipos fue fundada por mujeres, y una de ellas, Lidia, obviamente desempeño un papel importante en el crecimiento de esta iglesia. Las cuatro hijas profetizas de Felipe que son mencionadas en Hechos 21:9, son otro ejemplo del ministerio del Espíritu Santo a través de las mujeres. El ministerio de las mujeres se aclara aún más en los escritos de Pablo. En Cristo, las barreras raciales, sociales y sexuales han sido rotas para que todos seamos uno. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús (Gálatas 3:28). Esta nueva unidad no se refiere sólamente a nuestra posición frente a Dios o a una unidad encontrada en la segunda venida de Cristo. Se refiere también al presente, porque es la base de la reprimenda de Pablo a la hipocresía de Pedro al no comer con los griegos en Antioquia (Gálatas 2:11-21). Durante la era de la guerra civil americana alguna gente decía que este versículo no tenía implicaciones sobre el tema de la esclavitud, pero la mayoría de creyentes han llegado a ver el error de esta opinión. No hay nada en el cristianismo que se relaciona solo a nuestra salvación; nuestra fe se relaciona a toda la vida, incluyendo los papeles de las mujeres y los hombres. El tema es si viii

3 nuestras actitudes sobre la raza, clase social y género serán determinadas por nuestra unidad en Cristo en la nueva era o por barreras y valores de la era antigua. En las cartas de Pablo encontramos un número significativo de mujeres que estuvieron involucradas con el trabajo del Evangelio. No se nos dicen los detalles de lo que hacían estas mujeres en sus ministerios, pero las mismas palabras que Pablo uso para describirse a si mismo y a sus ayudantes varones se usa para ellas también. Romanos 16 menciona diez mujeres que estaban involucradas en varios tipos de ministerio. Febe, que probablemente entrego la carta a los Romanos, se la describe en Griego con la palabra diakonos (que puede ser traducida como diaconisa o sirvienta ) y como una que ayuda a muchos, incluyendo a Pablo (Romanos 16:1,2). Prisca, a la que también se le llama Priscila, es una co-trabajadora de Pablo en 16:3. Ella y Aquila, su esposo, tenían una iglesia en su casa y los dos le enseñaron a Apolo sobre la doctrina cristiana (Hechos 18:26). María, Trifena, Trifosa, Pérsida fueron mujeres que Pablo describió como personas que obraron mucho en el trabajo del Señor (Romanos 16:6 y 12). También es probable que Romanos 16:7 se refiera a una mujer Junías, una apóstola, en vez de a un hombre llamado Junias como en muchas traducciones de este texto. (Debido a que no hay evidencia alguna de que este nombre haya sido utilizado para un hombre, la parcialidad masculina en algunas traducciones es difícil de evitar.) En Filipenses 4:2,3 dos otras mujeres, Evodia y Síntique dice Pablo que combatieron juntamente con el en el evangelio. Esta evidencia no puede ser descartada. Primera de Corintios 11:5 es uno de los versículos mas importantes sobre las mujeres en el ministerio. Este texto generalmente es pasado por alto debido a otras preguntas, pero esta claro que mujeres estaban orando y profetizando en la iglesia antigua. La única preocupación tenía que ver con cómo se vestían. No podemos argumentar que las mujeres podían profetizar pero que no podían predicar o enseñar. El Nuevo Testamento no hace una distinción entre profetizar y enseñar (Ver 1 Corintios 14:3 y 31). Pasajes bíblicos utilizados contra las mujeres en el ministerio Uno de los beneficios de la discusión de las mujeres en el ministerio es que nos ha ayudado a ser más concientes de la manera en que se entiende y aplica la Escritura. Nuestra preocupación al interpretar cualquier parte de la Escritura tiene que ir mas allá de una lectura superficial. Sino este viola la intención original del pasaje. Nuestro enfoque tiene que ser en el por qué fueron escritas las palabras del texto. Solo si entendemos por qué fue escrito el texto podemos aplicarlo apropiadamente. Para una interpretación adecuada los textos tienen que ser leídos en contexto y en referencia al resto de las Escrituras. El aislar a los textos de su contexto o lidiar sólamente con pasajes que sirvan a nuestras ideas lleva a una distorsión. En tales instancias podemos hacer justicia a la letra de la Escritura sin siquiera discernir su espíritu. Un caso especifico es la forma en la que cierta gente ha visto 1 Timoteo 3:1-7 como una barrera para que las mujeres estén en el ministerio porque dice que un supervisor (o obispo) deberá ser el esposo de una esposa. El sugerir que este mandamiento excluye a las mujeres del ministerio, es ignorar la intención del texto. El pasaje se enfoca en la necesidad de fidelidad en una relación monógama como una de las tantas pruebas del carácter moral de un supervisor. No se trata de proveer un decreto eterno de que un supervisor tiene que siempre ser un hombre casado. ix

4 Ciertamente no se ha intentado excluir a los hombres solteros de un ministerio basado en este versículo. Ni tampoco una pauta de que un supervisor maneje bien su casa (versículo 4) ha sido utilizada para prevenir que los padres de hijos rebeldes tengan un ministerio. Una interpretación literal no es adecuada. Primera de Corintios 14:34-36 y 1 Timoteo 2:11,12 son de un carácter diferente, sin embargo no se deben ignorar. Estos dos textos son conocidos por su imposición de silencio a las mujeres, y parecen ser contradictorios a los pasajes que apoyan a las mujeres en el ministerio. En referencia a 1 Corintios 14:34-36, cómo se puede entender que dentro de una epístola, Pablo dio instrucciones de cómo se deberían vestir las mujeres cuando oran y profetizan y pedir que estén en silencio? Ha habido gente que trata de dar excusas para 1 Corintios 11:5 o 14:34-36 para remover la dificultad. Ellos han sugerido que el autor se refiere a dos tipos de servicio diferente o que uno de los textos fue aumentado después o que Pablo realmente no quiso decir lo que dijo en uno u otro de los textos. Ninguna de estas explicaciones basta, y hay que tratar con justicia a los dos pasajes. No podemos ignorar estos textos que no caben con nuestras ideas preconcebidas. El contexto de 1 Corintios 14:34-36 empieza con el versículo 26, y esta claro que la alabanza en la iglesia antigua era diferente que la de nuestros cultos. Cuando la iglesia se reunía para la alabanza, todas las personas tenían que hacer una contribución al servicio ofrendando algo de instrucción o de alabanza. La preocupación de Pablo en el versículo 14:26-36 es la interrupción del culto. No se pide sólamente a las mujeres que hagan silencio. Se dice que quien sea que iba a hablar en lenguas tenia que estar en silencio si no había un intérprete presente (14:28). Además, si un profeta estaba hablando y le venía una revelación a otro, el primer profeta debía guardar silencio (14:30). Ni tampoco son solo las mujeres quienes tenían que ser sumisas. Hay varios profetas que tenían que ser sumisos entre si (14:32). El culto tenía que tener orden, porque Dios es un Dios de Paz (14:33 y 40). La última parte del versículo 33 (...como en todas las iglesias de los santos ) debería ser leída con el resto del versículo 33, en vez de leerla con el versículo 34 como en otras traducciones. El tema acerca de las mujeres se refiere claramente dentro del contexto de la interrupción al culto. La libertad de las mujeres encontrada en Cristo causaba sin lugar a duda dificultad en la iglesia en Corintios como en otras partes, como lo muestran este pasaje y el 11:2-16. Aparentemente las mujeres casadas estaban interrumpiendo el culto preguntando cosas a sus maridos, entonces se les mandó que esperaran y preguntaran en sus casas. Parece ser que en 14:36 esta interrupción del culto era una de las muchas maneras en las que se mostraba el orgullo en la iglesia de los Corintios. Esta actividad era vista como vergonzosa, particularmente en la cultura antigua donde una muestra pública de las mujeres era considerada una vergüenza. Todavía hay preguntas sin resolver sobre este texto, como, a que versículo del Antiguo Testamento se estea refiriendo cuando dice, la ley dice en el 14:34. Pero sobre tales preguntas, claramente este pasaje dice lo que dice debido a problemas en la iglesia de los Corintios y actitudes en el mundo antiguo y no porque las mujeres no deberían hablar en la iglesia. Sugerir alguna otra cosa, remueve 1 Corintios 14:34 de su contexto y crea una contradicción insuperable con el versículo 11:5. El mismo texto en 1 Timoteo 2:11, 12 es aun mas difícil de entender, pero el tema es el x

5 mismo. No hay ninguna duda de que en este pasaje se prohíbe que las mujeres enseñen a los hombres. La pregunta es Por qué? Había razones en estas circunstancias por qué las mujeres se les estaba prohibido enseñar o se les prohibía completamente enseñar a los hombres? Si es el segundo, entonces hay contradicciones graves entre este texto y otros textos como 1 Corintios 11:5. Un compromiso con la unidad de la Escritura, y también una suposición de la unidad del pensamiento de Pablo (asumiendo algún tipo de autoridad de Pablo), requiere un análisis más profundo de este pasaje. Hay indicaciones específicas sobre la razón por la cual se prohibió a las mujeres enseñar en esta circunstancia. Claramente las epístolas pastorales no fueron escritas para ser manuales para el gobierno de la iglesia. En vez, fueron escritas para combatir enseñanzas falsas y herejías. Aproximadamente una quinta parte de los doscientos cuarenta y dos versículos en las epístolas pastorales lidian explícitamente con falsas enseñanzas. Si las falsas enseñanzas son una preocupación en las pastorales, entonces si es la preocupación de 1 Timoteo. Inmediatamente en 1 Timoteo 1:3 la preocupación de prevenir falsas enseñanzas se expresa como la razón por la cual Timoteo se quedo en Efeso. Las especulaciones sobre mitos y genealogías, junto con el énfasis en el conocimiento y el asceticismo habían descarrillado a muchos. Algunos de los éxitos más fuertes de los falsos profetas fueron entre mujeres. Primera de Timoteo 5 lidia con un número de problemas causado por mujeres en conexión con las falsas enseñanzas. La preocupación en 5:13 no es solamente por contar chismes, pero por esparcir falsas enseñanzas que se han apartado en pos de Satanás (5:15). Segunda de Timoteo 3:6,7 habla sobre falsos profetas que entran en los hogares y cautivan a las mujercillas que siempre están aprendiendo y nunca llegan al conocimiento de la verdad. Todo el capitulo de 1 Timoteo 2 tiene que ser interpretado dentro de este contexto de falsas enseñanzas. El enfoque del capitulo es la oración, pero la preocupación sobre los falsos profetas es clara en el versículo 2:8, donde se les dice a los hombres que oren sin ira ni contienda, y en el versículo 2:14, donde el tema es el temor al engaño. Aún con este reconocimiento del contexto de enseñanzas falsas, 1 Timoteo 2:8-15 todavía tiene muchos temas de discusión. En 2:9 es preferible entender que las mujeres tienen que orar con un decoro apropiado en su forma de vestir, el cual es el mismo tema que en 1 Corintios 11:5. Alternativamente, algunas traducciones sugieren que la inquietud es solamente por cómo se visten las mujeres sin pensar en la forma de oración. (El tema es si asimismo en 2:9 el significado sea asimismo quiero que las mujeres oren o Asimismo yo quiero. ) Además algunas traducciones dicen en el 2:11 que una mujer debería aprender en silencio, pero en tranquilidad sería más apropiado. La misma raíz de palabra se utiliza en 2:2 sobre la vida silenciosa y tranquila que tenemos que vivir. El deseo es que los dos, los hombres y las mujeres oren y que las mujeres en Efeso aprendan en sumisión y tranquilidad, como se espera de todos los Cristianos. La parte mas difícil de este pasaje es el 2:12, que generalmente se traduce: Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. El problema esta en la palabra traducida como ejercer dominio sobre (authentein en Griego), porque no está en ninguna otra parte del Nuevo Testamento. Esta no es la palabra usual para decir autoridad. Fuera de la Biblia la palabra se usa para matanza, suicidio, ejercer dominio sobre y algunos dicen que es sobre ofensas sexuales. La idea original parece ser lanzarse o empujarse. El uso de la xi

6 palabra para asesinato y suicidio obviamente no son pertinentes en este texto. Si la referencia a la autoridad, como parece ser, la connotación negativa con esta palabra requiere una traducción como dominar. Sea cual sea el significado, lo que esta prohibido para las mujeres con esta palabra parece ser tan negativo que se les prohíbe también a los hombres. Las palabras de 1 Timoteo 2:13-15 son difíciles en cualquier interpretación del texto, pero parecen ser comentarios cáusticos dirigidos a las mujeres influenciadas por falso profetas para dejar sus responsabilidades. La única otra referencia a Eva en el nuevo testamento esta en 2 Corintios 11:3 que también se refiere a la seducción de los falsos profetas. En todas las otras partes cuando se hace referencia a la caída del hombre, siempre se refiere a la desobediencia de Adán. En una sociedad donde las mujeres no eran educadas y no eran consideradas participantes valiosas en la vida cotidiana, sin lugar a duda las mujeres eran blanco fácil para los falsos profetas. Entonces, no hay necesidad, para ver una contradicción entre 1 Corintios 11:5, donde se les ve a las mujeres orando y profetizando, y 1 Timoteo 2:12 donde se prohíbe a las mujeres de enseñar a los hombres. La prohibición en 1 Timoteo 2 fue requerida para aquel tiempo y lugar. Específicamente la prohibición fue requerida porque los falsos profetas habían llevado a las mujeres a dejar sus responsabilidades domésticas, a ser agitadoras, y a que no sean productivas en la comunidad. Estas palabras no deberían ser utilizadas como una prohibición universal a las mujeres para enseñar. Aquellos que rápidamente defienden la posición contra las mujeres en el ministerio basados en los textos de 1 Corintios 14:34-36 y 1 Timoteo 2:11,12 necesitan preguntarse por qué ellos no imitan el tipo de culto que se describe en 1 Corintios 14:26-36 o por qué ellos no hablan del papel de las viudas y se preocupan por las viudas según las instrucciones de 1 Timoteo 5. Usando textos fuera de su contexto y usando solo partes del texto que nos gustan no son prácticas apropiadas para una iglesia que dice creer en la Biblia. De la misma manera, no debemos poner algunos textos contra otros como que vamos a escoger un grupo e ignorar al otro. Más consideraciones teológicas Adicionalmente a la discusión de versículos bíblicos, hay bastantes temas teológicos que son decisivos para la posición que uno toma acerca de las mujeres en el ministerio. Varias veces se hacen suposiciones sobre estos temas que son más informados de nuestra sociedad o tradiciones en vez de la Biblia y el Evangelio. Una reconsideración de estos temas puede llevar a remover muchas de las barreras para poder tener un ministerio efectivo en nuestro tiempo. Autoridad Generalmente cuando la gente que se opone a que las mujeres estén en el ministerio, el tema real no es la Biblia, sino la autoridad. Ellos argumentan que las mujeres no deberían estar en una posición de autoridad. Estas personas se deberían preguntar realmente qué es autoridad y por qué los hombres la deberían tener y por qué las mujeres no. Textos malentendidos que lidian con las relaciones de esposos han sido mal aplicados al tema de las mujeres en el ministerio. Por ejemplo, la gente tiene una visión del termino ayuda idónea en Génesis 2:18 como una base para xii

7 argumentar la inferioridad de la mujer. Las palabras en cuestión sin embargo significan una ayuda idónea para él y no sugieren inferioridad, porque la misma palabra ayudante se utiliza acerca de Dios (Deuteronomio 33:7). De forma similar, la gente argumenta que las mujeres no tienen que estar en posiciones de autoridad por lo que dice en Génesis 3:16 A Eva se le dijo que su esposo iba a enseñorearse sobre ella. Sin embargo, estas palabras son para describir la vida después de la caída, no son descriptivas de lo que Dios quería para la humanidad. La ofensa más grande es que la gente ha asumido el entendimiento de autoridad del mundo y lo ha aplicado a la Iglesia, pero en Cristo la autoridad tiene que ser entendida de una manera diferente. El texto clásico que lidia con la autoridad es Mateo 20:25-28 en el cual Jesús mandó a sus discípulos que la perspectiva del mundo en cuanto a la autoridad y grandeza no debe ser su forma de pensar. En vez de que los lideres se señoreen y tengan autoridad sobre otros, los líderes deberían ser sus sirvientes. Esta enseñanza es válida, no solo para el ministerio, pero para las relaciones de la familia y todos los otros tipos de papeles de liderazgo. Sin embargo, Efesios 5:22, se usa generalmente para argumentar que las mujeres no deberían tener autoridad debido a que las mujeres tienen que someterse a sus esposos. Es cuestionable si los textos que tratan con las relaciones del matrimonio deberían aplicarse al tema de las mujeres en el ministerio. Pero aparte de esto, el punto más importante es que Efesios 5:22 es uno de los textos mas abusados en la Biblia. La sumisión de las esposas tiene que ser un ejemplo de la sumisión mutua requerida de todos los Cristianos en el 5:21. Es más, en los manuscritos del versículo 5:22 seguido por la mayoría de ediciones del Nuevo Testamento Griego, la palabra someter ni siquiera esta presente; se asume su existencia del versículo 21. Desde la perspectiva de este mundo la sumisión mutua no tiene sentido pero es simplemente otra forma de expresar el punto de vista de Mateo 20: En el contexto del mundo antiguo, se mando a las esposas a someterse a sus esposos porque la cristiandad con su llamado de compromiso total a Cristo se veía como un peligro para la familia. En Tito 2:5 se pide a las esposas a que se sometan, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. Los esposos son la cabeza en Efesios 5, pero solo para poner más responsabilidad en el marido para que cuide de su esposa. El tiene que darse a ella en amor como Cristo se dio a la iglesia. En los dos, en la familia y en la iglesia sumisión mutua es el de mayordomía. En los tiempos recientes alguna gente ha dicho que las mujeres pueden pastorear, pero dicen que las mujeres no deberían estar en posiciones de última autoridad. Tal distinción no puede ser defendida, porque ningún texto bíblico indica dos niveles de autoridad en el ministerio. No necesitamos un punto de vista acerca de la autoridad que limite la función de mujeres en el ministerio. Necesitamos una visión del ministerio que subyugue lo que este mundo entiende como autoridad. La sumisión mutua es el Evangelio en acción. Ministerio Generalmente cuanto las personas se oponen a que las mujeres estén en el ministerio, su oposición se basa en el punto de vista acerca del ministerio. Particularmente si el sacerdocio del Antiguo Testamento es tomado como el modelo del ministerio, las mujeres nunca serian aceptadas como pastores debido a que los sacerdotes en el Antiguo Testamento eran hombres, y además xiii

8 sólamente Levitas. Sin embargo, aún en el Antiguo Testamento, la intención original era que los Israelitas debían ser un reino de sacerdotes (Éxodo 19:6), y esta idea es importante en el Nuevo Testamento. Mientras que hay algunos paralelos entre el sacerdocio del Antiguo Testamento y el ministerio Cristiano, el primero no es un modelo para el segundo. Como protestantes, no tenemos sacerdotes, en vez de esto, recalcamos el sacerdocio de todos los creyentes. El sacerdocio de todos los creyentes debería requerir que haya mujeres en el ministerio. El enfoque en pasajes como Efesios 4:12 correctamente enfatiza que el ministerio es el deber de toda la iglesia y no sólamente del clérigo. La distinción del valor, la santidad, y el privilegio entre el clérigo y laicado debería ser rechazado, y el ministerio de las mujeres es una forma de enfatizar en el ministerio de toda la Iglesia. La ordenación, porque ha sido vista como otorgar un estado especial a los pastores, ha sido muchas veces una barrera al ministerio de las mujeres y al ministerio de laicado. Esta practica de ordenar cierta gente para el ministerio tiene antecedentes en el Nuevo Testamento, pero no se la enseña explícitamente. Esto no es para discutir contra la ordenación y tampoco para argumentar contra el clérigo profesional, pero la iglesia necesita discutir lo que significa la ordenación y asegurarse de que la ordenación no sea mas obstáculo que ayuda para proclamar el evangelio. El ministerio no es un privilegio al cual solo algunos son llamados. Es la tarea de todos los cristianos al identificarse con el ministerio y el amor de Jesucristo. Una iglesia dotada Relacionada de manera cercana a la discusión sobre el ministerio de toda la iglesia es el enfoque en la variedad de los dones en el cuerpo de Cristo. Al reconocer la diversidad de los dones dentro de su fraternidad la iglesia reconoce que el Espíritu de Dios funciona en diferentes maneras en diferentes personas. La tarea de una persona en el ministerio de la iglesia es determinado por la forma como el Espíritu se manifiesta en la vida y acciones de esta persona (1 Corintios 12:11). Si a un hombre o a una mujer se le ha dado el privilegio de servir en una iglesia como pastor no es por su propia elección de hacerlo, pero en el reconocimiento de que el Espíritu de Dios le ha liderado y otorgado poderes para el ministerio pastoral. El requerimiento para el ministerio pastoral es la manifestación del Espíritu y no de si es un hombre. En ninguna parte del Nuevo Testamento los dones del Espíritu están determinados por el género. Si se anima a las mujeres a que utilicen sus dones para el ministerio, la iglesia tendrá más recursos para el evangelismo, el servicio y el discipulado. Este nuevo poder para el esparcimiento del Evangelio puede ser decisivo para el crecimiento y la salud de la Iglesia. El desarrollo de la doctrina Algunas personas se han opuesto al ministerio de las mujeres debido a que la iglesia raramente ha tenido a mujeres como pastoras. Ha habido excepciones, pero generalmente esto es verdad. Sigue siendo una objeción no válida. Mientras la tradición debería ser valorada, solo las Escrituras son autoritativas. Bastantes veces en la historia de la iglesia los creyentes se han dado cuenta que el Evangelio en su tiempo requería nuevos pensamientos, definiciones, y acciones que no se habían xiv

9 expresado antes. La doctrina de la trinidad es un ejemplo obvio de este desarrollo teológico. En el siglo 16 el entendimiento de la salvación y el papel de la iglesia fueron redefinidos. En el último siglo hubo la abolición de la esclavitud en Los Estados Unidos fue a causa de la aplicación del Evangelio en diferentes formas. Al enfocarse en la autoridad de la Escritura, nosotros no creemos que a Dios se le pueda prohibir hacer cosas nuevas. Nuestro Dios esta vivo y sigue liderando a su pueblo para aplicar el evangelio a su propio tiempo. El Evangelio no cambia, pero la forma en la que se aplica en un tiempo y lugar particular podría cambiar. Consideraciones finales Nuestra sociedad enfrenta muchos problemas, muchos de ellos están relacionados con roles sexuales y distinciones. Estos problemas también son problemas en la iglesia. Los extremos en nuestra sociedad crean temor sobre la deterioración de las estructuras familiares u otros cambios que puedan ocurrir. El estímulo de las mujeres en el ministerio no viene de estos extremos y no debería contribuir a estos temores. Tener a mujeres en el ministerio no sólamente liberará las energías de la Iglesia para la proclamación del evangelio, sino también tener a mujeres en papeles del ministerio ayudará a la iglesia tratar de una manera más honesta y completa que antes el significado de ser un hombre y el significado ser una mujer. El ministerio de la iglesia es una tarea enorme y muchas veces difícil. Los dones y las habilidades de las mujeres se necesitan tanto como las de los hombres. Las mujeres se toparán con los mismos problemas que los hombres, pero la Iglesia no puede darse el lujo de levantar obstáculos adicionales que inhibirían su ministerio. Es tiempo de dejar que el Espíritu de Dios trabaje por medio de todo el pueblo de Dios, incluyendo a las mujeres. Disfrutar la libertad del Espíritu no solamente significará que las mujeres pueden ministrar, pero que el pueblo de Dios también permitirá que se les ministre por parte de todos aquellos que son llamados por Dios y son dotados por Dios. Esta declaración fue preparada por la Junta de Ministerio de la iglesia del Pacto Evangélico por un comité en el que constan: Robert Johnston, Jean Lambert, David Scholer, y Klyne Snodgrass. El borrador original, las traducciones bíblicas, y la edición subsiguiente fueron hechas por Klyne Snodgrass. La declaración fue aprobada por la Junta el 19 de Octubre de 1984, y fue subsecuentemente revisado después de una discusión con el Ministerium del Pacto y fue aprobado otra vez por la Junta del Ministerio el 12 de Febrero de xv