DIALOGANDO VERDE: Calidad del Ambiente Interior-Parte I Por Dr. Fernando Abruña, FAIA (dialogandoverde@gmail.com)

Transcripción

1 DIALOGANDO VERDE: Calidad del Ambiente Interior-Parte I Habiendo explicado, en nuestra pasada colaboración, los inicios del movimiento de sostenibilidad en el diseño y construcción de edificios en Puerto Rico, hoy daremos comienzo a la discusión sobre la calidad del ambiente interior y la relación que esta tiene con la sostenibilidad de los edificios. Aunque parezca difícil de creer, pasamos más del 90% de nuestro tiempo en espacios interiores climatizados e iluminados artificialmente. En estos espacios interactuamos de diversas maneras llevando a cabo transacciones comerciales, culturales, artísticas, profesionales, industriales y de salud entre otras. Muchos habrán oído sobre el tema de edificios enfermos. Estos son ambientes que por diversas razones, que iremos discutiendo, crean malestar en sus usuarios. Algunos de estos malestares pueden ser de corta o larga duración y muchos se reflejan solo cuando estamos habitando un edificio. Otros, por el contrario, pueden iniciarse en un espacio interior pero pueden ser más duraderos y algunos pueden afectarnos a través de toda la vida. Es por esta razón principal que debemos estar conscientes de que ocurre en los ambientes interiores que ocupamos. Es el espacio propio para el usuario?, Como nos afecta la salud, la calidad del aire interior que respiramos?, Cuales y de que tipos son los gases que emiten algunos de los materiales sintéticos que nos acompañan en nuestro día laboral?, Es la temperatura la apropiada para el confort?, Hace mucho frío o demasiado calor?, Es la humedad relativa muy alta?, Son las concentraciones de CO2 saludables para quienes habitamos estos espacios?, Es el espacio conducente al aprendizaje?, Crea optimismo o pesadumbre el espacio que habitamos? Es la iluminación la apropiada para llevar a cabo la actividad que se nos requiere en los centros de trabajo o comercio?, Es el color del espacio el más apropiado para estimular nuestros sentidos o para llevar a cabo una u otra actividad?, Son las alergias temporales el reflejo de una condición insalubre en el espacio?, Son los olores del lugar agradables o por el contrario un impedimento en nuestra ejecución de trabajos?, Es la acústica del lugar la más apropiada para facilitar la buena comunicación entre los que compartimos un mismo espacio? Trataremos de contestar estas preguntas en las próximas columnas iniciando la discusión sobre la calidad del aire que respiramos en espacios interiores.

2 DIALOGANDO VERDE: Calidad del Ambiente Interior-Parte II En nuestra anterior exposición discutimos de forma somera, a través de múltiples preguntas, cuales son los elementos principales e importantes al momento de evaluar la calidad del espacio interior en donde pasamos más del 90% de nuestro tiempo. En ésta y varias futuras intervenciones trataremos el tema de la calidad del aire interior. Existen diferentes criterios para evaluar la calidad del aire en un espacio interior. Muchos de estos tienen que ver con la limpieza, temperatura y humedad relativa del aire del ambiente que ocupamos. La ASHRAE (American Society of Heating, Refrigeration and Air Conditioning Engineers) establece mediante diversas pruebas, las condiciones de confort para el ser humano. De forma general, la mayoría de las personas se sienten cómodas en ambientes con temperaturas que fluctúan entre 72 y 76 grados Fahrenheit y humedades relativas entre 50 y 55%. Dije la mayoría de las personas, pues las condiciones que definen nuestro confort varían según el contexto climático del lugar, la edad, el sexo, la constitución física de las personas y hasta el ánimo en que se encuentran. Un ejemplo fácil de entender es el ya casi epidémico frío que se siente en espacios institucionales y comerciales en Puerto Rico. Cansados estamos de ver personas que se llevan sus abrigos al trabajo como si estuviéramos atemperándonos a un clima polar, siendo nuestra realidad, tropical, húmeda y calurosa. Como los códigos de construcción (que son la ley al momento de diseñar y construir edificios) se basan en estándares desarrollados por diferentes organizaciones norteamericanas, incluyendo la ASHRAE, los diseñadores de sistemas de enfriamiento mecánico se ven en la obligación de cumplir con éstos. Muchos de estos estándares responden a condiciones climáticas bastante diferentes a las nuestras. El puertorriqueño promedio, por estar continuamente expuesto a más altas temperaturas y humedad relativa que la de nuestros hermanos del norte, pueden habitar cómodamente espacios cuyas temperatures fluctúen entre 76 y 78 grados Fahrenheit y humedades relativas que fluctúen entre 55 y 60%. Estas ligeras diferencias en temperaturas y humedad pueden hacer la diferencia entre sentirnos demasiado fríos o sentirnos cómodos. Estas diferencias que a primera vista parecen inocuas, pueden significar, además, millones de dólares en gastos energéticos innecesarios a la hora de climatizar artificialmente los espacios interiores de nuestros edificios. Continuaremos con este tema en nuestra próxima intervención.

3 DIALOGANDO VERDE: Calidad del Ambiente Interior-Parte III En nuestra pasada exposición hablamos sobre las condiciones de temperatura y humedad relativa y como estas afectan la calidad del ambiente interior. Hoy completaremos esa discusión. Existen algunos espacios que por su naturaleza requieren temperaturas y humedades más bajas de las que estamos acostumbrados. Las instalaciones hospitalarias, por ejemplo, requieren espacios donde la temperatura en salas de operaciones o emergencias está por debajo de los 72 grados fahrenheit que discutimos previamente. Las bajas temperaturas que típicamente confrontamos en estos ambientes de hospital se deben a que estas temperaturas evitan el crecimiento de bacterias y otros organismos microscópicos que de otra manera podrían infectar la instalación. Un hospital con fallos en sus sistemas de acondicionamiento de aire puede convertirse en un espacio peligroso al momento de hacer una intervención relacionada con nuestra salud. Durante la década de los 70, y en reacción a los altos costos energéticos ocasionados por el embargo petrolero de los Países Exportadores de Petróleo se dió un fenómeno que catapultó la discusión sobre la calidad del ambiente interior y los edificios enfermos. Para ahorrar energía, se propuso el sellar herméticamente la envoltura de los edificios. Esta medida reduciría los escapes de aire acondicionado y a su vez los costos energéticos relacionados a estas fugas. Lamentablemente, al poner en práctica esta estrategia, aumentamos los niveles de CO2, monóxido de carbono y otro gases tóxicos en los interiores de los edificios causados por la combustión de equipos de cocina, planchas, calefacción y hasta el respirar de sus ocupantes. El resultado neto fue que terminamos con edificios que consumían menos energía pero que viciaban la calidad del aire interior. Las economías que se lograban reduciendo el consumo energético se cancelaban con los costos de salud relacionados a las infecciones respiratorias que se dieron en aquellos momentos. Nos vimos obligados a desarrollar estrategias balanceadas que permitieran reducir los consumos de energía pero que a la misma vez mejoraran nuestras condiciones de salud manteniendo un ambiente interior apropiado. Próximamente discutiremos el uso de los materiales apropiados para espacios interiores y como estos pueden hacer una diferencia en nuestra calidad de vida.

4 DIALOGANDO VERDE: Calidad del Ambiente Interior-Parte IV En nuestra pasada intervención terminamos nuestra discusión sobre temperatura y humedad relativa de los espacios interiores. Hoy hablaremos sobre los compuestos tóxicos que emiten los materiales y a los que nos exponemos continuamente en los interiores de los edificios. Ese olor a nuevo que percibimos al montarnos en un automóvil de exhibición, ese olor que permanece durante varias semanas en espacios recién pintados y el que nos impacta cuando entramos a una tienda de venta de papeles decorativos proviene de los VOC's. Esta es la abreviatura para el término en inglés, Volatile Organic Compounds, o Compuestos Volátiles Orgánicos en Español. Estos compuestos químicos son muy variados y existen tanto en productos hechos por el ser humano como en la naturaleza. Típicamente son gases que emanan de muchos de los materiales sintéticos a los que estamos expuestos diariamente en los ambientes interiores en que nos movemos. Estos gases pueden acumular concentraciones en espacios interiores capaces de tener efectos crónicos en algunos de nosotros y a la vez hacerle daño a la Capa del Ozono que nos protege de las radiaciones ultravioletas que acompañan la luz del sol. Algunas personas desarrollan alergias, expectoran y desarrollan ojos acuosos en presencia de estos gases. Las pinturas, pegamentos de cerámicas, vinyl y goma, selladores, papeles decorativos, alfombras, plásticos y otros, son varios de los principales materiales que deben ser analizados con especial atención a estas emisiones. En su próximo proyecto de remodelación o construcción exija productos con bajo contenido de VOC's. Si no aparecen anunciados en la etiqueta probablemente son altos en contenido y dañinos. La siguiente tabla ilustra las concentraciones máximas recomendadas para diferentes materiales. Utilícela para guiarse al momento de hacer uso de estos: MATERIAL Cantidad Máxima de VOC's Pinturas Matte o Flat Pinturas de Brillo Pinturas anticorrosivas, Selladores impermeables, Tintes Selladores de madera ( Sanding Sealers ) Barniz 50 gramos/litro 150 gramos/litro 250 gramos/litro 275 gramos/litro 350 gramos/litro De los diferentes Compuestos Orgánicos Volátiles, uno de los más dañinos es la Formaldehida, que se utiliza comúnmente en la pega de laminados plásticos para muebles y gabinetes. La Formaldehida en altas concentraciones es un carcinógeno y generalmente se expresa a través de ojos acuosos, dolores de cabeza, nausea y tos. No debe exceder concentraciones mayores de 0.1 partículas por millón. En nuestra próxima intervención discutiremos diferentes opciones para controlar las emisiones de químicos y otras fuentes contaminantes en los interiores de nuestros edificios.

5 DIALOGANDO VERDE: Calidad del Ambiente Interior-Parte V Hace dos semanas discutimos los efectos nocivos de los Compuestos Orgánicos Volátiles (VOC's por sus siglas en Inglés) en nuestras viviendas y edificios. En esta ocasión discutiremos diferentes opciones para controlar las emisiones de químicos y otras fuentes contaminantes en los interiores de nuestros lugares de trabajo. Para controlar las fuentes contaminantes del ambiente interior de un edificio, lo primero que debemos implantar es el uso de alfombras apropiadas en las entradas principales de éstos, para atraparlos. Estas alfombras deberán limpiarse semanalmente y tener una longitud mínima de seis pies en la dirección del caminante. Otras opciones incluyen el uso de rejillas metálicas con una bandeja receptora debajo de ellas. Al caminar sobre la rejilla, sedimentos de tierra, el polvo y otros contaminantes caerán sobre la bandeja que se limpiará periódicamente. Resultará igualmente importante utilizar filtros en los sistemas de acondicionamiento de aire. MERV es la abreviatura del término en Inglés, Minimum Efficiency Reporting Value que acompañado de un número, nos deja saber la efectividad de los filtros. Mientras más alto el número mayor eficacia se logrará en atrapar contaminantes del aire que potencialmente puedan entrar al edificio. Así por ejemplo, un filtro MERV 16 será más efectivo que uno con valor MERV 8. Se deberá tener cautela pues si el filtro es muy tupido (para atrapar las más pequeñas partículas en el aire), la fuerza necesaria en los abanicos para vencer la resistencia que el filtro presenta, resultará en mayores consumos de energía. Como regla general se recomienda el uso de Filtros con valor MERV 13 para la mayoría de los sistemas de acondicionamiento de aire en instalaciones de oficinas y MERV 8 para residencias. El humo de combustión que se genera de procesos de quema de productos en espacios interiores también debe ser controlado. En una vivienda estos típicamente resultan de procesos de cocina, tostadoras, freidoras, etc. Para controlar estas emisiones será conveniente ventilar los humos hacia el exterior. En oficinas, las fotocopiadoras emiten tóxicos similares y por lo tanto deberán aislarse en su propio espacio. Huelga discutir a profundidad el daño del humo del cigarrillo por lo que nos limitaremos a decir que debe prohibirse el fumar hasta una distancia de 25 pies de los limites exteriores de los edificios. En nuestra próxima intervención discutiremos otros materiales tóxicos en el ambiente interior y aprenderemos estrategias simples para detectar su presencia y protegernos de éstos.

6 DIALOGANDO VERDE: Calidad del Ambiente Interior-Parte VI En nuestra pasada Clase de sostenibilidad aprendimos sobre las emisiones de químicos y otras fuentes contaminantes en los interiores de nuestros lugares de trabajo. Hoy discutiremos otros materiales tóxicos de importancia y aprenderemos a detectar su presencia y protegernos de éstos. Los contaminantes biológicos los encontraremos típicamente en baños, cocinas, y áreas de laboratorios creados por la presencia de humedad. Estos incluyen, hongos, moho, bacterias, ácaros y esporas los cuales crean congestión y descargas nasales, picor, ardor, tos y dificultad en respirar. Comúnmente se presentan como áreas obscuras que afectan la terminación de las pinturas, la madera y superficies porosas como los plafones suspendidos. En climas como el nuestro es imperativo tener un control eficaz de la humedad para evitar su crecimiento. En lugares climatizados artificialmente la humedad relativa del ambiente no deberá exceder del 65% ni la temperatura estar sobre los 78 F. Es necesario mantener el espacio interior seco y sellar cualesquiera filtraciones de agua desde el exterior hacia el interior con particular atención a aquellos espacios cerrados que carecen de ventilación y donde la condensación es viable. El asbesto es un comprobado carcinógeno cuando se atrapa en nuestros pulmones. Generalmente se detecta en paneles de techar hechos con cemento en estructuras que se construyeron en las décadas de los años 60 y 70. También se utilizó en la confección de losetas de vinyl durante el mismo período. Al partir estas losetas o paneles se evidencia una textura fibrosa que apunta a su contenido. Nos podemos proteger de sus efectos dañinos, removiéndolo y disponiendo de él apropiadamente o encapsulándolo a través de cubiertas de pintura o membranas que eviten que emita polvo o fibras dañinas. Estas prácticas están reglamentadas por la Junta de Calidad Ambiental quien certifica especialistas dedicados a estos menesteres. El plomo, que en antaño se utilizó para soldaduras de plomería, hoy se excluye casi totalmente de la construcción de edificios y se prohibió en pinturas a partir del año El plomo causa daños en el sistema nervioso y puede afectar el crecimiento, dañar los riñones y afectar la capacidad reproductiva en los adultos. Por tener un sabor dulce es atractivo para niños que puedan exponerse al polvo o cáscaras de estas pinturas. En nuestra próxima intervención cerraremos la discusión sobre el tema de Calidad del Ambiente Interior hablando sobre buenas condiciones para mejorar nuestra productividad y capacidad de aprendizaje.

7 DIALOGANDO VERDE: Calidad del Ambiente Interior-Parte VII En la pasada discusión, aprendimos sobre los contaminantes biológicos, el asbesto y el plomo y como detectarlos y protegernos de ellos. Hoy cerraremos la discusión sobre el tema, hablando sobre buenas condiciones para mejorar nuestra productividad y capacidad de aprendizaje. Para lograr un ambiente propicio a nuestro disfrute, a nuestro trabajo y al aprendizaje es importante que el mismo esté bien ventilado e iluminado. En columnas anteriores hablamos de la ventilación cruzada como una estrategia natural para lograr el confort en nuestras viviendas. Hoy veremos cuales son los requisitos mínimos, para asegurar condiciones de aire fresco que abonen a nuestra salud. Para lograr esto se requiere, que el área operable de ventanas no sea menor del 4% del área de piso y que las ventanas puedan accederse desde una distancia no mayor de 25 pies. Como ejemplo: Una sala de espera en un edificio público con un área de 600 pies cuadrados que se ventile naturalmente deberá tener un mínimo de área operable de ventanas equivalente a: 600 X 0.04 = 24 pies cuadrados. Esta área es mínima si la comparamos con el área necesaria para lograr condiciones de confort. De la misma manera la presencia de luz natural y vistas al exterior ayudan, y así ha quedado comprobado estadísticamente, a mejorar nuestra productividad y a enriquecer y facilitar la experiencia de aprendizaje. Las escuelas que utilizan luz natural para iluminar sus espacios interiores han demostrado ejercer una influencia benigna en el rendimiento académico de sus estudiantes. En la Escuela Ecológica de Culebra, que diseñamos para el Departamento de Educación a través de la Autoridad de Edificios Públicos segmentamos las instalaciones en una serie de pabellones que permitieron el desarrollo de múltiples patios interiores que abonan no solo a la buena ventilación e iluminación natural de los espacios interiores sino que además, todos los estudiantes, maestros, administradores y personal de mantenimiento siempre tienen acceso a vistas al exterior. Esto permite una mejor sintonización con los ciclos de la naturaleza en lo que respecta al paso del día, las nubes, el sol, la lluvia, las brisas y la vegetación circundante. La escuela está operando desde el año 2007 para beneficio de todos sus usuarios. La clase de hoy culmina nuestra discusión general de los elementos principales que se consideran en el diseño y construcción de edificios sostenibles. En nuestras próximas intervenciones discutiremos los temas éticos y morales de la sostenibilidad y como se relacionan a nosotros como puertorriqueños.