El consumo de leña en el sur de Chile: por qué nos debe preocupar y qué se puede hacer?

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1 El consumo de leña en el sur de Chile: por qué nos debe preocupar y qué se puede hacer? Andrés Gómez-Lobo Departamento de Economía, Universidad de Chile, Santiago, Chile. agomezlo@econ.facea.uchile.cl La leña es el combustible preferido para calefaccionar las viviendas en el sur del país. Muchos hogares también la utilizan para cocinar. Se estima que un hogar consume al año en promedio 18,1 m 3 de leña en las zonas urbanas de Aysén (Región de Aysén), 6,4 m 3 en Valdivia, Osorno, La Unión y Río Negro (Región de Los Lagos), 3,2 m 3 en Temuco y Padre Las Casas (Región de La Araucanía), y algo menos en Chillán (Región del Maule) y Rancagua (Región de O Higgins) 1. Un metro cúbico de leña equivale aproximadamente a Kg., dependiendo del tipo de leña y de su humedad. El consumo de leña tiene importantes consecuencias ambientales. Por un lado, el consumo residencial de leña es la fuente principal de las emisiones que generan los problemas de contaminación atmosférica en las ciudades interiores de la zona sur del país. En las ciudades donde se han realizado mediciones, principalmente Temuco y Osorno, se ha comprobado que las concentraciones de material particulado fino (MP10) supera reiteradamente la norma chilena para este contaminante. Durante los episodios críticos, Temuco presenta una contaminación por MP10 superior a los peores episodios de Santiago. No sería una exageración afirmar que, en cuanto a contaminación atmosférica se refiere, la situación de Temuco, como la de otras ciudades del sur, es hoy más preocupante que la situación de la capital. Como consecuencia, la COREMA de la Región de La Araucanía declaró la ciudad de Temuco como zona saturada y, por ende, requiere de un Plan de Descontaminación. El consumo de leña está asociado además a una segunda preocupación ambiental: la destrucción del bosque nativo por malas prácticas de manejo forestal. Aunque existe menos evidencia al respecto, la gran cantidad de leña que se consume al año, junto con el hecho de que la gran mayoría de la leña proviene de árboles nativos, implican una presión significativa sobre los bosques. La informalidad del negocio de la leña y la venta de leña sin el debido secado contribuyen a este escenario. Es probable que el consumo de leña sea hoy la principal amenaza para el bosque nativo en Chile, especialmente cerca de zonas urbanas. Sin embargo, el uso de la leña también le otorga un valor económico al bosque, característica esencial si se quiere promover una estrategia para su conservación, basado en la explotación sustentable de este recurso. Por lo tanto, es posible que la promoción de buenas prácticas de producción, secado, distribución y uso de leña, sea la mejor opción, tanto para proteger el bosque nativo, como para mejorar la calidad del aire en las ciudades de la zona sur de Chile. LA LEÑA Y LA CALIDAD DEL AIRE Desde comienzos de los años 90 se han realizado varios análisis de la calidad del aire en ciudades como Temuco. En 1998, CONAMA, con ayuda financiera de la Cooperación Suiza, comenzó un programa de monitoreo de la calidad del aire en cinco ciudades 1 La fuente de estos datos son los diversos estudios que ha realizado la Comisión Nacional de Energía (CNE) durante los últimos años para caracterizar el uso de este combustible en Chile. La CNE ha realizado encuestas en cada una de las ciudades mencionadas. Ver las referencias al final de este artículo. 43

2 Andrés Gómez-Lobo / REVISTA AMBIENTE Y DESARROLLO de CIPMA regionales: Iquique, Valparaíso, Viña del Mar, Rancagua y Temuco-Padre Las Casas (CONAMA 1999, CONAMA- VITAE 2002). Aunque en estos estudios se midieron una serie de contaminantes, incluyendo dióxido de azufre (SO 2 ), dióxido de nitrógeno (NO 2 ) y ozono (O 3 ), las concentraciones de MP10 en Temuco fueron las más preocupantes. Se estima que en el año 2000, el 83,9% del consumo de madera de especies nativas correspondía al consumo de leña, producción que en la mayoría de los casos no está regulada por un plan de manejo que garantice la sustentabilidad del bosque. A partir de julio de 2000 se instaló una estación de monitoreo continuo de material particulado en Temuco que cumple con los requisitos del DS Nº59/1998 del MINSEGPRES en cuanto a la ubicación e instrumental de monitoreo. Las mediciones confirmaron los resultados obtenidos en los años previos. En su primer año de funcionamiento, las concentraciones medidas superaron en 18 días la norma de concentración diaria, suficiente para declarar a Temuco como zona saturada por Material Particulado 2. Más preocupante aún fue el hecho de que las concentraciones horarias llegaron a un nivel máximo de 900 mg/m 3 en horas de la tarde, valor superior a las concentraciones máximas horarias que se miden en Santiago. El Cuadro 1 presenta el número de veces que se superó la Norma Primaria Chilena de concentración de MP10 de 150 mg/m 3 promedio diario en cada uno de los puntos de medición entre 1998 y Debido a que las mediciones durante ese período se realizaban una vez cada cuatro días, los días efectivos de superación de la norma diaria probablemente fueron muchos más que los que muestra el Cuadro 1. Por otro lado, el promedio anual en cada uno de los puntos de monitoreo fue superior en todos los años a los 50 mg/m 3 que establece la Norma Primaria Chilena como promedio anual para este contaminante. Mediciones de concentraciones de material particulado en Osorno (CENMA 2001) muestran nuevamente que la norma de concentración diaria de MP10 se supera reiteradamente durante el año. Para las otras ciudades en la depresión central del sur (como Los Ángeles, Puerto Montt, Chillán, además de ciudades menores) se sospecha que ocurre algo similar en cuanto a la contaminación por material particulado. Los expertos coinciden en señalar al uso de la leña como el principal factor que genera la alta concentración de MP10 en estas ciudades. Tal vez la evidencia más elocuente es que las altas concentraciones registradas durante el día en Temuco ocurren temprano en la mañana, coincidiendo con el momento en que las personas se levantan y encienden sus aparatos de calefacción y de cocina, y especialmente en las tardes, entre las 18:00 y 22:00 horas, cuando las personas regresan a su hogar y nuevamente encienden sus equipos de calefacción y de cocina. Por otro lado, las medi- Cuadro 1. Número de días en que la concentración de MP10 estuvo en diferentes rangos, Temuco Entre 120 y 149 mg/m 3 Sobre 150 mg/m 3 Sector / Año San Martín Amanecer 6 3 s/m 8 6 s/m Santa Rosa Padre Las Casas Centro 2 3 1* 2 0 0* s/m: sin mediciones * Enero a julio de Se requiere que la norma sea superada 7 días en un año para la declaración de zona saturada. 44

3 ciones realizadas en Temuco muestran índices más altos de concentraciones en las zonas residenciales que en la zona central de la ciudad donde hay mayor circulación de vehículos. De este último hecho se puede inferir que fuentes móviles, como el transporte público y privado, no serían los principales causantes de los altos niveles de concentración de MP10. LA LEÑA Y EL DETERIORO DEL BOSQUE NATIVO El estudio de la Comisión Nacional de Energía y el Departamento de Economía de la Universidad de Chile estimó el consumo residencial total en la Región de Los Lagos en 1,3 millones de m 3 al año. Ábalos (2001) estima la corta de madera sólida para producir leña en la Región de La Araucanía y en la Región de Los Lagos en 3,5 millones de m 3 al año, equivalente a hectáreas. Se estima que al menos el 61% de este consumo proviene de bosque nativo. Callieri (1996) ya a mediados de los años 90 estimó la corta nacional de bosque nativo en 6,1 millones de m 3 al año. Actualmente no existe una evaluación precisa de cómo afecta esta presión extractiva al bosque nativo en el sur del país. Sin embargo, es probable que el consumo de leña constituya el factor que mayor presión ejerce hoy en día sobre este recurso. Si bien la extracción de leña al ser más selectiva y a pequeña escala en zonas rurales probablemente genere un menor daño ambiental por metro cúbico que la extracción o corta para fines industriales, la escala de la extracción de leña es mucho mayor que para otras actividades. Por ejemplo, Ábalos (2001) estima que la corta para extracción de leña supera en 2,7 veces la corta para la producción de astillas y en 10 veces la corta de madera nativa para aserrío. Por lo tanto, en términos globales el impacto de la extracción de leña probablemente sea mayor que el de otras actividades. Lara et al. (2003), en el Informe País sobre el Estado del Medio Ambiente en Chile 2002, estiman que en el año 2000, el 83,9% del consumo de madera de especies nativas estimado en m 3 correspondía al consumo de leña. Además, existen varias otras razones para pensar que la extracción de leña bajo las condiciones actuales puede ser una seria amenaza para el bosque nativo. Primero, los productores y comercializadores de leña generalmente operan en la economía informal. Las ventas no se facturan y no se paga IVA en esta actividad. Lo que es más grave desde el punto de vista de la protección del bosque nativo es que es probable que R E S U M E N En este artículo el autor identifica dos problemas fundamentales que se desprenden a partir del consumo de leña en el sur de Chile. En primer lugar, el uso residencial de la leña para calefacción es la principal fuente de contaminación en ciudades como Temuco y Osorno, donde las concentraciones de Material Particulado Fino (MP10) superan repetidamente la norma chilena para ese contaminante. Por otro lado, a partir de deficientes prácticas de manejo forestal, el masivo consumo de leña está provocando una fuerte presión sobre los bosques, con el agravante de que gran parte de esa leña proviene de árboles nativos. Para solucionar el primer problema, el autor sugiere que una buena alternativa puede ser el estímulo, por ejemplo a través de subsidios, a la adquisición de tecnologías más modernas y eficientes de consumo de leña, como las estufas de cámara doble o, incluso, la adopción de un sistema comunitario de calefacción. Respecto a la destrucción del bosque nativo, la alternativa más prometedora parece ser un sistema de certificación de productores y comercializadores en vistas a fomentar prácticas productivas sustentables. Con esta solución se podría ayudar tanto a reducir la destrucción del bosque nativo como a mejorar los malos índices de contaminación atmosférica. Palabras clave: leña, industria forestal, bosque nativo, contaminación atmosférica A B S T R A C T The author of this article identifies two fundamental problems that have arisen with the consumption of firewood in the south of Chile. First, the residential use of firewood as a heating fuel is the principal source of urban air pollution in the cities of Temuco and Osorno, where concentrations of particulate matter under 10 micrometers (PM10) exceed the Chilean air quality standard for this pollutant. Second, deficiencies in forest management practices have given rise to an excessive consumption of firewood, which, in turn, has provoked strong pressures on the forests, exacerbated by the fact that the majority of it comes from native species. To solve the first problem, the author suggests that a good alternative could be the stimulation, through subsidies or other means, of modern technologies for burning wood, such as double chamber stoves, or, the adoption of communal heating systems. Regarding the destruction of native forests, the most promising alternative would seem to be a system of certification for producers and suppliers aimed a fomenting sustainable production practices. Such a solution could not only help reduce the destruction of native forests but also improve the poor air quality indices. Key words: firewood, forest industry, native forest, air pollution Recibido: 30 de junio de Aceptado: 29 de julio de

4 Andrés Gómez-Lobo / REVISTA AMBIENTE Y DESARROLLO de CIPMA Es posible que la promoción de buenas prácticas de producción, secado, distribución y uso de leña, sea la mejor opción, tanto para proteger el bosque nativo, como para mejorar la calidad del aire en las ciudades de la zona sur de Chile. Para enfrentar el problema de la leña, hasta muy poco tiempo atrás una alternativa de política era fomentar la sustitución de leña por otros combustibles, en particular el gas natural mediante la construcción de un ramal del gasoducto que va desde Argentina hasta Concepción y Talcahuano. Para nuestro consuelo, un estudio realizado en Temuco muestra que esta alternativa no sería muy efectiva, al menos para niveles razonables de subsidio. Esto por cuanto los hogares, en Temuco, utilizan la leña preferentemente para calefaccionar las viviendas, siendo el gas licuado el combustible preferido para cocinar. Bajo estas circunstancias, lo más probable es que la disponibilidad de gas natural, junto con un subsidio a su precio, implicaría un desplazamiento del gas licuado como combustible para cocinar, pero se seguiría utilizando la leña para calefaccionar. La razón se debe a los elevados costos de instalación de un sistema de calefacción en base a gas natural, junto con la inmensa competitividad de precio que tiene la leña frente a los otros combustibles. la producción de leña en la mayoría de los casos no esté regulada por un plan de manejo que garantice la sustentabilidad del bosque. Segundo, las encuestas realizadas por la Comisión Nacional de Energía muestran que la leña se vende, y se usa, con niveles de humedad más altos que los óptimos para maximizar su poder calorífico. Esto quiere decir que mientras mayor sea el contenido de humedad de la leña, mayor es la cantidad de leña requerida para lograr un mismo nivel de calefacción de una vivienda 3. Por lo tanto, es posible que con las prácticas actuales del sector se esté consumiendo una cantidad superior de leña a la requerida para suplir las necesidades energéticas de la población. POSIBLES SOLUCIONES Como evidencia de la ventaja del precio relativo de la leña frente a otros combustibles, Ábalos (2001) estima en $0,023 el precio de una Kilocaloría (Kcal) si se utiliza kerosén, $0,040 por Kcal si se utiliza gas licuado y solamente $0,005 por Kcal para la leña. Con estos precios relativos, el subsidio tendría que ser muy alto para incentivar a los hogares a dejar la leña. Es posible que en el mediano plazo, con el desarrollo económico del país, el gas natural sea un sustituto relevante de la leña, debido a las inconveniencias que esta presenta en términos de requerimiento de almacenaje, así como la suciedad y presencia de insectos y ratones que conlleva su uso en el hogar. Sin embargo, el gas natural no se vislumbra como una solución de corto plazo para los problemas generados por el consumo de leña. Bajo la hipótesis de que la leña será el combustible preferido de la población del sur del país durante la próxima década, se podría fomentar el uso de artefactos y tecnologías más eficientes. Por ejemplo, un subsidio a la compra de una estufa moderna a leña 3 La combustión de madera húmeda genera además mayores emisiones contaminantes que la madera seca. 46

5 (por ejemplo, de doble cámara) podría fomentar la sustitución de las cocinas a leña y salamandras que se utilizan habitualmente. Estos últimos artefactos generan mayores emisiones por unidad de energía entregada en términos de calor, por ejemplo, que una estufa moderna de doble cámara. Falta aún analizar si la reducción de emisiones que tal sustitución conllevaría es cuantitativamente significativa como para justificar un subsidio público. Una alternativa más ambiciosa sería promover tecnologías de calefacción comunitaria en base a leña. Existen experiencias en países escandinavos donde un conjunto de casas se abastecen de agua caliente y calefacción mediante una caldera comunitaria a leña. Esta tecnología, sin embargo, requiere invertir en una red de cañerías para transportar el agua caliente hacia las viviendas, además de la inversión en la caldera propiamente tal. Aún se requiere investigar si esta alternativa tecnológica sería costo efectiva. Las opciones de política que promuevan la adopción de tecnologías más eficientes ayudarían a reducir las emisiones atribuibles al consumo de leña, pero no afectarían directamente la presión que ejerce esta industria sobre el bosque nativo. La alternativa más prometedora para enfrentar este problema sería un sistema de certificación de los productores y comercializadores de leña para fomentar buenas prácticas productivas y la venta de leña con un adecuado nivel de humedad. Sin embargo, como todo sistema de certificación, el ímpetu para su adopción por parte de los oferentes depende de si los consumidores, en este caso los hogares que consumen leña, estarían dispuestos a discriminar en su compra entre la leña certificada y la no certificada. La leña certificada seguramente será más cara, debido a los mayores costos de producción y de secado para cumplir con los requisitos de la certificación, y la aplicación del IVA producto de un mercado más formalizado. Actualmente existen intentos por parte de ONGs y agencias públicas por promover la certificación de los oferentes de leña, especialmente en la Región de Los Lagos. La autoridad debería prestar especial atención a esta experiencia con el fin de potenciar su adopción por parte de la industria. Si se logra convencer a la ciudadanía de comprar leña certificada, se lograría el doble objetivo de proteger el bosque y, en menor medida, reducir la contaminación atmosférica. Si bien hace falta mayor investigación sobre la factibilidad de las diferentes alternativas para solucionar los problemas relacionados con la leña, en base a la información disponible se puede conjeturar que las soluciones más prometedoras en estos momentos son la promoción del uso de artefactos eficientes y el desarrollo de procesos de certificación de la leña que se comercializa. Referencias bibliográficas Ábalos, M. (2001) Estudio de casos sobre el combustible forestal: Chile. 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