BIBLIA UNA INTRODUCCIÓN. Constance Tarasar ARZOBISPADO ORTODOXO METROPOLITANO DE CHILE. asar E R A DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN RELIGIOSA ARQUIDIOCESANO

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1 LA BIBLIA UNA INTRODUCCIÓN Constance Tarasar asar D E R A DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN RELIGIOSA ARQUIDIOCESANO ARZOBISPADO ORTODOXO METROPOLITANO DE CHILE 1

2 INDICE Capítulo I INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA 3 Capítulo II LA TIERRA DE PALESTINA 8 Capítulo III LA ÉPOCA DE LA ALIANZA 10 Capítulo IV EL PUEBLO DE PALESTINA 13 Capítulo V LOS EVANGELIOS 16 Capítulo VI LA VIDA DE CRISTO 20 CONTENIDO Esta breve introducción a la Biblia se basa en el material publicado previamente en el texto Dios Con Nosotros por la Comisión Educacional Cristiana Ortodoxa (EE.UU.). Está dirigido a adultos y alumnos de cursos superiores que han tenido poca o ninguna experiencia previa en el estudio de la Biblia. Por lo tanto, este libro incluye materia introductoria básica sobre el contenido de la Biblia y los procedimientos simples para su uso. Luego, resume en varios capítulos los temas básicos y las más importantes personalidades del Antiguo y Nuevo Testamentos. Finalmente, el libro entrega información elemental acerca de la geografía de Palestina y las descripciones de los principales grupos de personas a que se refieren con frecuencia en los relatos evangélicos. Se incluyen, además, actividades prácticas para usar la Biblia y los distintos libros de referencia bíblica. La Biblia: Una Introducción Autora: Traducción: Constance Tarasar Christine Fitzurka Diagramación: Padre Francisco Salvador Fiesta de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo Santiago de Chile Teléfono: iglesia@iglesiaortodoxa.cl 2

3 CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA Durante siglos, la Biblia ha sido el libro más popular y más leído en todo el mundo. Ningún otro libro ha tenido tanta influencia sobre las personas; ningún otro libro ha sido traducido a tantos idiomas e impreso en tal cantidad de copias como la Biblia. Pero la Biblia no es un libro corriente. En primer lugar es una colección de distintos libros escritos en diferentes épocas durante un período de aproximadamente 1000 años por diversos autores. Aunque no sabemos quienes fueron todos los autores de cada uno de estos libros individuales, si sabemos que cada uno poseía algo en común; todos fueron inspirados por Dios para escribir el mensaje que se encuentra en cada libro. Mediante estos escritores, Dios reveló Su Verdad, Su Voluntad y Su Plan Divino a los seres humanos. Por lo tanto, la Biblia no es simplemente una colección de libros escritos por diferentes hombres, sino es una colección de libros inspirados por Dios, que contienen Su Palabra. Dos Divisiones La Biblia está dividida en dos partes principales: el Antiguo Testamento o la Antigua Alianza, y el Nuevo Testamento o la Nueva Alianza. Los Cristianos ven estas divisiones como dos partes de una historia completa, como un gran libro que cuenta el plan salvífico de Dios para el mundo. La Biblia cuenta la historia de la vida del ser humano en la presencia de Dios, la historia del pueblo de Dios en el tiempo del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento. La historia relatada en la Biblia, sin embargo, es nuestra historia, la historia del Pueblo de Dios: La Iglesia. Como dice San Pedro en su epístola: Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las virtudes de Aquél que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (I Pedro 2, 9). La historia y los escritos en el Antiguo Testamento ocupan aproximadamente dos terceras partes de la Biblia, mientras la historia y escritos del Nuevo Testamento ocupan alrededor de una tercera parte de ella. Busque estas dos partes de la Biblia y marque cada una con una cinta u otro marcador para que sean fáciles de encontrar. El Antiguo Testamento El Antiguo Testamento relata como la Verdad, Voluntad y Plan de Dios fueron revelados en la historia del pueblo hebreo, llamado el Pueblo Escogido de Dios. Cuando Dios creó a Adán y Eva, ellos vivían en perfecta comunión con Él. Sin embargo, esta relación con Dios fue rota cuando escogieron seguir el camino de Satanás, camino que lleva al pecado y a la muerte, en vez del camino de Dios cuyo propósito es que el ser humano viva eternamente con Él, en alegría y amor. No obstante, Dios no abandonó a Adán y Eva y sus descendientes, sino que comenzó a revelar un plan por el cual las personas pudieran ser salvadas del pecado y la muerte, y reunirse nuevamente con Dios. Una parte de este plan incluía el Antiguo Testamento (es decir, el antiguo pacto, alianza, acuerdo) de Dios con el Pueblo Hebreo, hecho primero mediante Abraham y renovado con sus descendientes. El pueblo hebreo reconocía a Dios como el Único Dios Verdadero. Dios les otorgó líderes y leyes o mandamientos para guiarles en su oración y en su vida. Los hebreos, sin embargo, no permanecieron siempre fieles al Dios Único, y en consecuencia, a menudo sufrieron dificultades como resultado de su pecado. Mas Dios les permaneció siempre fiel, prometiéndoles la salvación y conduciéndoles en el camino a ella. 3

4 La historia del Antiguo Testamento está reunida en una colección de 49 libros. Estos libros incluyen ley, historia, profecía y sabiduría o literatura espiritual. Se puede dividir el Antiguo Testamento según estos diferentes tipos de escritos: 1. La Ley. Los primeros cinco libros del Antiguo Testamento se llaman la Ley o la Torah. También se refiere a ellos colectivamente como el Pentateuco, (que quiere decir cinco libros ) y los Cinco Libros de Moisés, ya que Moisés es la figura central en la historia que se enfoca en la entrega de la Ley de Dios al pueblo hebreo. El Pentateuco incluye los siguientes libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Los acontecimientos aquí descritos sucedieron aproximadamente entre los años 2000 y 1200 a.c. 2. Historia. Muchos de los libros en el Antiguo Testamento fueron escritos como historia, rememorando movimientos de tribus, batallas y otros acontecimientos en la vida del pueblo, el establecimiento de reyes y reinos, etc. Algunos de los libros en esta categoría son los siguientes: Josué, Jueces, Rut, Crónicas, Samuel, Reyes, Macabeos y Esdras. También se relata la vida de muchos profetas en los libros históricos. 3. Profecía. Una gran parte del Antiguo Testamento es profecía. Los profetas eran aquellos que no sólo predecían los acontecimientos venideros, sino que funcionaban principalmente como testigos y mensajeros del único Dios Verdadero. Continuamente reprochaban a la gente por su falta de lealtad a Dios, recordándoles que debían arrepentirse y cambiar su forma de ser antes del Día del Señor, en que Dios vendría para juzgar a su pueblo. En el Antiguo Testamento encontramos 16 libros que llevan nombres de profetas, aunque no necesariamente fueron escritos directamente por ellos. 4. Sabiduría. Los otros libros del Antiguo Testamento contienen literatura espiritual o devocional, como los Salmos, la Sabiduría de Salomón, Proverbios y Eclesiastés. Se usaban algunas de estas escrituras en el culto del pueblo hebreo, y aún se usan hoy en día como la base de nuestra oración a Dios. También se refiere a los libros de Sabiduría, en las palabras de los Padres de la Iglesia y otros estudiosos en la materia, como Los Escritos. Busque los siguientes libros en su Biblia, y marque el primer capítulo de los siguientes: Génesis, Josué, Reyes, Salmos e Isaías. Trate de aprender el orden básico de estos libros como aparecen en su Biblia, utilizándolos como puntos de referencia. En siglos pasados en el mundo cristiano, existían dos fuentes básicas para la traducción del Antiguo Testamento: la versión hebrea, y la versión la griega o septuaguinta (hecha por un grupo de setenta estudiosos o ancianos). La versión griega (a diferencia de la hebrea) contiene varios libros más que se consideran parte de la Biblia Ortodoxa. Si la traducción en español de la Biblia que tiene fue tomada de la versión hebrea, no tendrán estos tres libros, a menos que estén en una sección especial llamada la Apócrifa. (Nota: los cristianos que no aceptan la versión griega de la Biblia, denominan estos libros adicionales como Apócrifos. En la terminología Ortodoxa, se refiere a ellos como los libros deuterocanóicos.) Si va a comprar una Biblia para su uso, debe escoger una que contenga todos estos libros. 4

5 A continuación, haga una lista en 4 columnas de aquellos libros que constituyen cada clase de literatura en el Antiguo Testamento Ley Historia Profecía Sabiduría El Nuevo Testamento El Nuevo Testamento nos cuenta como la Verdad, Voluntad y Plan de Dios fueron completamente revelados y cumplidos mediante Jesucristo. La Encarnación (es decir, tomar cuerpo o tomar carne ) del Hijo de Dios, Jesús, trajo el Reino de Dios a nuestro mundo. Mediante Sus enseñanzas y Obras, Jesús mostró el Reino de Dios al mundo. Él Mismo fue la Buena Nueva de la Salvación, que Él trajo a la humanidad. Con su propio ejemplo nos enseñó como lograr la vida eterna en el Reino de Dios. Mediante Su propia Muerte y Resurrección, Jesús dio la posibilidad a todos aquellos que creen en Él, de entrar nuevamente a la vida de Dios. Mediante la Iglesia, estableció el camino para que todos entraran en comunión con Dios y recibieran el don de la nueva vida. (Véase Romanos 8, 10 al 17 y 6, 3 al 11). El Nuevo Testamento también puede ser dividido en cuatro partes principales o tipos de escritura: 1. El Evangelio. La Buena Nueva. El Evangelio está compuesto por cuatro libros: El Evangelio según Mateo, el según Lucas, el según Marcos y el Evangelio según Juan. Estos cuatro relatos de la vida de Cristo cuentan los principales acontecimientos desde la Natividad hasta la Ascensión de Nuestro Señor. 2. Historia. La historia del establecimiento de la Iglesia Nuevotestamentaria está relatada en el Libro de los Hechos de los Apóstoles, que contiene los viajes misioneros de los apóstoles después de Pentecostés. 5

6 3. Cartas. Hay veintiuna cartas o epístolas escritas por los Apóstoles de Cristo a los nuevos cristianos en varias comunidades cristianas. Estas cartas a las iglesias explican el significado de la venida de Cristo al mundo y lo que se espera de todos los que están bautizados en Su Nombre. 4. Profecía. Existe en el Nuevo Testamento un libro que contiene una profecía del fin de los tiempos, el día del juicio y la venida del Reino de Dios en gloria. Este es el Libro de la Revelación o Apocalipsis, el cual, en un lenguaje muy simbólico, describe una visión de las últimas cosas. Con una cinta u otro marcador, señale el comienzo de cada una de estas secciones para que las pueda ocupar como punto de referencia para buscar los varios libros del Nuevo Testamento. Leer la Biblia Hay distintas formas de tratar la lectura de la Biblia. Podemos leerla para obtener información, para recibir iluminación espiritual, o para conseguir un discernimiento del significado de la vida. Podemos usar la Biblia en nuestras devociones personales, en nuestra vida de oración y en la oración comunitaria. Lo más importante es la actitud que tenemos al leer la Biblia. Si comenzamos nuestra lectura con un espíritu egoísta o arrogante, perderemos todo el punto de lo que la Biblia quiere decirnos. Necesitamos tener un corazón abierto, humilde, y lleno de amor, una mente que busca y acepta, y la buena voluntad de cambiar nuestras maneras según el mensaje que Dios nos da. Por último, aunque leamos la Biblia cuando estamos a solas en nuestra casa, debemos hacerlo como si estuviéramos en medio de la Iglesia entera, pues es dentro del contexto de nuestra vida completa en la Iglesia y en la historia y tradición de la vida de la Iglesia que llegamos a comprender el significado del mensaje bíblico. Diariamente usamos la Biblia en la vida de la Iglesia. Se leen, se explican y se viven distintos textos de ella en los numerosos ciclos de oración que se ofrecen diaria, semanal y anualmente. Es sólo cuando participamos regularmente en este ritmo de vida, que podemos verdaderamente comenzar a apreciar y comprender lo que la Biblia nos está diciendo. Debemos hacer que la Biblia sea una parte viva de nuestra existencia. Finalmente, debemos recordar que la Biblia no es un libro pasivo, que se lee y se disfruta de él, y luego se olvida. Es un libro que se debe vivir, no sólo en la vida de la Iglesia, sino también en nuestras vidas. La Biblia nos da una nueva dirección para nuestras vidas y debemos poner en práctica las leyes e instrucciones espirituales que nos ofrece para nuestra salvación. Es además nuestro deber compartir lo que hemos recibido de la Biblia, proclamando su mensaje a otros, dando testimonio de él en nuestras vidas, y aplicando su sabiduría. Investigando la Biblia En las páginas siguientes encontraremos información que nos ayudará a comprender mejor la Biblia. Pero primero, debemos repasar los pasos necesarios para encontrar alguna cita o versículo en la Biblia. Cuando se citan pasajes bíblicos, aparecen escritos como sigue: Marcos 1, 14 al 15 o bien, Marcos 1, Esta referencia es de un pasaje en el Nuevo Testamento, el Evangelio según San Marcos, Capítulo 1, versículos 14 y 15. Si deseamos encontrar este pasaje, primero debemos consultar el índice de la Biblia, para ver donde comienza el Evangelio de Marcos. Buscamos la página indicada, y el título, Capítulo 1. Luego, buscamos el versículo 14 del mismo. 6

7 Si vemos un pasaje marcado como sigue: Mateo 5:3 y ss Nos quiere decir que debemos buscar el capitulo 1 del Evangelio según San Mateo, y comenzar a leer desde el versículo 14 y continuar a leer todos los versículos relevantes a continuación. Si quisiera escribir la referencia, indicando los versículos exactos que se han de leer, cómo lo haría? Libro Capítulo Versículos A veces una referencia dice: Salmo 98, 1a. Esta nos dice que debemos leer el libro de los Salmos, el Salmo #98, versículo l a. La letra minúscula a indica que debemos leer solamente la primera mitad del versículo, y no la segunda. Escriba la primera parte aquí: En otros casos, una referencia puede tener una letra b minúscula después del número del versículo; en este caso, debemos prestar atención a la segunda mitad del versículo, por ejemplo, Salmo 98, 3b. Escriba este versículo a continuación: Ayudas para el Estudio de la Biblia Existen varios elementos básicos que nos resultan de gran ayuda para la lectura y comprensión de la Biblia. Entre ellos tenemos: 1. Atlas Bíblico. Este es un libro de mapas de las tierras bíblicas, generalmente ordenadas según los distintos períodos de tiempo en la Biblia. Por lo general, se encuentra una explicación de lo que sucedió durante el período asociado con 7 el mapa. También pueden haber mapas topográficos y otras clases de mapas especiales. Cuando utilice el Atlas, asegúrese de que está usando el mapa correcto por el período de tiempo indicado. 2. Concordancia Bíblica. Este es un libro de palabras o nombres que se encuentran en la Biblia, organizados en orden alfabético. Existen también concordancias que contienen solamente las palabras y nombres más importantes que se encuentran en la Biblia. Después de cada palabra, encontrará una lista de referencias que le indican en qué lugar o lugares aparece la palabra. La Concordancia es especialmente útil si se acuerda de un versículo en particular, pero no puede recordar donde está en la Biblia. Si busca alguna de las palabras claves del versículo, la Concordancia le dirá dónde encontrar la referencia en la Biblia. La referencia incluye una frase corta para ayudarle a encontrar la palabra en su contexto correcto, sin que tenga que buscar cada una de las referencias. Por ejemplo, la palabra familias. por medio de tí bendeciré a todas las f. de la tierra (Génesis 12,3) y luego él y toda su f. fueron bautizados (Hechos 16,33) Por supuesto, en este ejemplo solamente hemos dado dos de las muchas referencias a esta palabra que aparecen en la Biblia. Para mayor facilidad para usar la Concordancia, buscar primero una palabra no muy común en la frase que desea encontrar. Si comienza buscando una palabra como Dios, por ejemplo, tendrá una lista muy larga de referencias antes de encontrar el pasaje correcto.

8 3. Diccionario o Enciclopedia Bíblico. Un Diccionario o Enciclopedia Bíblico incluirá las palabras o temas más importantes de la Biblia. Se incluirá una guía de la pronunciación de la palabra, una breve definición, alguna explicación o información relacionada con el tema, y por lo general también una lista de referencias bíblicas en que la palabra o el tema aparece. Para encontrar referencias a ciertos nombres o temas bíblicos, un Diccionario Bíblico es un buen lugar para comenzar. 4. Paralelos de los Evangelios. Los primeros tres evangelios (el de Mateo, de Marcos y de Lucas) dan relatos muy similares de la vida y enseñanza de Jesucristo. A veces hay detalles en el relato de alguno de los Evangelistas que dan una perspectiva o comprensión especial del pasaje, por lo que conviene tener todos los relatos del mismo pasaje juntos, para poder comparar los distintos textos o para ver cuál nos será más útil. Los Paralelos de los Evangelios contienen todos los versículos de los primeros tres Evangelios ordenados aproximadamente en orden cronológico. Cada vez que se repite un relato del Evangelio en otro, todos los relatos aparecen uno al lado del otro en columnas, para que pueda estudiarlos juntos. Por ejemplo, la parábola del Sembrador aparece en el capítulo 13 del Evangelio según San Mateo, capítulo 4 en el Evangelio según San Marcos, y en el capítulo 8 en el Evangelio según San Lucas. En un libro de los paralelos de los Evangelios, estos tres textos aparecen juntos, en tres columnas paralelas, para que pueda compararlos y estudiarlos con mayor facilidad. Bibliografía de Ayudas para el Estudio de la Biblia LION PUBLISHING. Atlas Bíblico. Verbo Divino, Estella, HERBERT, G. May. (ed.) Atlas Bíblico Oxford. Verbo Divino, Estella, MANSER, M.H. Concordancias. Temas Bíblicos. Verbo Divino, Estella, AA.VV. Enciclopedia de la Biblia. Garriga, Barcelona en 6 volúmenes. ALEXANDER, P. (ed.), Enciclopedia de la Biblia. Verbo Divino/Ed. Paulinas, Estella/ Madrid HAAG, H. BORN, A. Van den. Diccionario de la Biblia. Herder, Barcelona, OBERMAYER, H. Diccionario Bíblico Manual. Claret, Barcelona, BENOIT, P. BOISMARD, M. E. MALILLOS, J.L., Sinópsis de los cuatro evangelios. Desclée de Brouwer, Bilbao. 2 volúmenes, HURAULT, Bernardo. Sinopsis Pastoral de Mateo-Marcos-Lucas-(Juan) con notas exegéticas y pastorales. Ediciones Paulinas, Madrid

9 CAPÍTULO II LA TIERRA DE PALESTINA Palestina es un país muy pequeño. Tiene 241 Km. de largo y no más de 80 Km. de ancho, por la costa oriental del Mar Mediterráneo. La costa es muy recta. Se ubican puertos convenientes sólo en el extremo norte, cerca de las ciudades de Tiro y Sidón en la tierra llamada Fenicia. Los fenicios fueron famosos marineros, navegando los mares en grandes barcos y trayendo a casa carga extranjera; pero el resto del país no era tierra de marineros. Por su lado oriental, Palestina es bordeada por el gran desierto Árabe, el en que el pueblo hebreo vagaba durante 40 años después de abandonar a Egipto bajo el liderazgo de Moisés. Miremos un mapa del mundo antiguo. De una parte de él, se puede llegar hasta todos los grandes océanos y mares de la tierra. Esta región está ubicada en la parte oriental del Mar Mediterráneo, y se centra alrededor de la Península Árabe. Nuestra sociedad moderna es heredera de las antiguas civilizaciones nacidas en esta región: Asiria, Babilonia, Persia, Grecia, el Imperio Romano. Estas civilizaciones no permanecieron aisladas durante siglos, como las antiguas civilizaciones de China e India. Comercializaban unos con otros, lucharon y conquistaron, movieron grandes grupos de personas por la región. Cada uno conocía la religión y la ciencia de los otros. La nación hebrea estaba ubicada justo en el medio de esta área. Esta es una de las razones porque la tierra de Palestina era un lugar adecuado para el nacimiento de Cristo, una verdadera cuna para la religión mundial que fundó. El mundo antiguo tenía una gran ruta comercial que pasaba por Palestina, siguiendo la costa. La ciudad de Damasco, punto de convergencia de las rutas, era un gran centro internacional de comercio. Desde los comienzos de su historia, los habitantes de Palestina estaban en contacto con las civilizaciones del mundo antiguo. Al mismo tiempo, muchos hebreos se establecieron afuera sin perder contacto con su patria. La naturaleza y el clima de Palestina son muy variados a pesar de ser un país tan pequeño. La costa es muy soleada y calurosa, y las montañas nevadas; hay hermosos lagos y ríos, valles verdes y desiertos sin vida. Mire el mapa de Palestina que se encuentra al comienzo de este capítulo. Puede ser dividido en cuatro partes, de norte a sur: 1. La costa del Mar Mediterráneo, con sus pequeños cerros. Nunca había pertenecido a los hebreos. Cuando llegaron los hebreos a la Tierra Prometida, sus enemigos, con quienes estaban en guerra constantemente, ocupaban esta parte del país. 9

10 2. La cordillera, que comienza en el norte con el Monte del Líbano, desciende al sur hacia Jerusalén, y luego vuelve hacia el oriente y el Desierto Árabe. Las laderas de las montañas están bien irrigadas por arroyos, y en los días de Jesús fueron muy cultivadas. Había buenas cosechas de cebada y de trigo. Olivos e higueras daban abundantes frutos, y las uvas que crecían en las viñas se usaban para hacer vino o para hacer pasas. Rebaños de corderos y cabras pastoreaban en las laderas de las montañas. En Sus Parábolas, Jesús a menudo se refirió a la clase de trabajo campesino que era familiar a sus oyentes. 3. La tercera región de norte a sur es el Valle del Río Jordán. El río comienza a los pies de las montañas del Líbano y fluye hacia el sur en un arroyo rápido, claro y profundo. El Jordán atraviesa el Lago de Galilea (también llamado el Mar de Tiberías o el Lago de Gennesaret en el Evangelio) hasta que finalmente llega al Mar Muerto, donde se pierde en el agua salada de este mar de tierra adentro, que yace mucho debajo del nivel del mar. 4. Por el lado oriental del Jordán, de norte a sur, hay una meseta alta llamada la región Transjordán. En los días de Jesucristo se llamaba Decápolis, que en griego quiere decir Diez Ciudades. La mayoría de las personas que vivían aquí no eran judíos. Transversalmente, Palestina en los días de Jesucristo se dividía en varias partes. Las personas que vivían allí eran todas de origen hebreo pero existían grandes diferencias entre ellos. La parte más nórdica del país se llamaba Galilea, con el Mar de Galilea en su centro. Este lago es muy plácido y de agua cristalina. La pesca es buena y variada, y proveía subsistencia para un buen número de pescadores. Ocasionalmente, fuertes vientos causaban tormentas violentas de corta duración en el lago. 10 La gran ruta comercial, de la cual hablamos al comienzo de este capítulo, pasaba por Galilea. Los habitantes de Galilea estaban acostumbrados a los extranjeros y sus formas de ser; negociaban con ellos y aprendieron hablar el idioma griego, que era algo como el idioma internacional en esos días. Algunos extranjeros, especialmente griegos, se habían establecido en Galilea. Al sur de Galilea yace Samaria, con colinas que bordean una gran llanura. En el año 721 a.c., los asirios conquistaron Samaria, y los invasores se llevaron a miles de sus habitantes. Otros se establecieron en su lugar. Por esta razón, los hebreos consideraban a los Samaritanos como una raza mixta, y por lo tanto no totalmente leales al Dios de Israel. No les tenían confianza y los odiaban. Los Samaritanos construyeron su propio templo en el Monte de Gerizim, en lugar de ir al Templo de Jerusalén, para su culto. Aún más hacia el sur está la tierra de Judea. Es una región de muchos cerros y colinas con buena tierra para el pastoreo. La crianza de corderos y cabras era la principal ocupación de la gente. La ciudad de Jerusalén está en Judea. Siempre ha sido la ciudad santa de todos los hebreos. El pueblo de Belén está situado cerca de Jerusalén. Judea se encontraba algo aislada del resto del mundo, con enemigos al norte y al oeste, y acantilados escarpados y pedregosos descendiendo al Río Jordán por el lado este. En los días de Jesús, el pueblo de Judea era orgulloso de su aislamiento. Creían haber mantenido su fe y tradiciones judías puras, y miraban en menos al pueblo de Galilea. Por su orgullo, no escuchaban a Jesús con mucha atención y ni aceptación.

11 Trabajo para realizar Busque los siguientes pasajes en el Evangelio. Cómo puede ayudarnos a comprenderlos la información contenida en la lección de hoy? Juan l,43 al 47 Por qué razón desconfiaba Natanael de Jesús cuando Felipe le habló acerca de Él? Juan 4, 7 al al 21 Por qué estaban tan sorprendidos los discípulos al encontrar a Jesús hablando con la mujer? CAPÍTULO III El TIEMPO DE LA ALIANZA Si observamos la historia de nuestro mundo durante los últimos miles de años antes de la venida de Cristo, vemos el levantamiento y la caída de varias grandes civilizaciones: las poco conocidas civilizaciones separadas de China y de la India; los grandes imperios militares del Medio Oriente Asiria, Babilonia, Persia, Grecia y finalmente Roma. Fuera de estos imperios se extendían vastos continentes de pueblos primitivos desconocidos. Abraham, el Padre de la Nación Hebrea En esta jungla de imperios que se levantaban y se caían, fue elegido por Dios un pequeño, débil, desconocido pueblo que pastoreaba sus rebaños. Un varón, Abraham, recibió la promesa de Dios y le fue leal. Sus descendientes llegaron a ser tribu, y luego una nación. Recordaron su acuerdo, o su alianza con Dios. Eran los únicos en el mundo quienes sostenían la fe en un Solo Dios, Creador del mundo entero. La historia de Israel, el pueblo elegido de Dios, comienza con Abraham. En obediencia al llamado de Dios, Abraham abandonó su ciudad natal de Ur de los Caldeos en Mesopotamia, y viajó junto a su familia hasta Caná (Palestina), la tierra que le fue prometida por Dios. Su bisnieto, José, llevó a la familia entera hasta Egipto durante los años de la gran hambruna. Moisés Recibe la Ley de Dios para Su Pueblo Durante muchos años, la tribu de los hebreos que vivía y trabajaba en Egipto aumentaba y se multiplicaba. Maltratados por los egipcios, fueron sacados de Egipto por su líder Moisés. Durante los cuarenta años de su peregrinación en el desierto, recibían el 11

12 mensaje de Dios, una ley divinamente inspirada, que era muy distinta a cualquiera otra ley religiosa conocida hasta aquel entonces. Los Diez Mandamientos recibidos por Moisés enseñaban que existe sólo un Dios, el creador de todo, y que este Dios quería el amor y la obediencia de los seres humanos, y deseaba que ellos fueran buenos, justos y benévolos. En la Tierra de Caná, los hebreos llegaron a ser una nación, luego un reino. El mayor de todos los reyes hebreos fue David, quien hizo que la ciudad de Jerusalén fuera su capital. El hijo de David, el Rey Salomón, construyó el Templo en Jerusalén en el que todos los hebreos adoraban al Dios Único, el Creador del Cielo y de la Tierra, el Dador de la Ley. El Surgimiento y la Caída del Imperio de los Hebreos El Reino de los Hebreos estaba rodeado por todos lados por imperios paganos. Muchos paganos vivían en la misma tierra que ocupaban los hebreos. Las costumbres y las creencias de los paganos afectaban e influían a los hebreos. Bajo los descendientes de David y Salomón, el Reino Hebreo se debilitó, y se dividió. A menudo las personas fueron infieles a su fe. Hombres llamados e inspirados por Dios, los profetas, trataban de llevarles nuevamente al camino de Dios, pero fallaban. El norte de Palestina se hizo un reino aparte, llamado Israel. Y la parte en el sur se llamaba Judá. Israel era más rico y más grande que Judá. Hacía comercio con muchos países en que se adoraban a los dioses y diosas paganos, y los habitantes de Israel muchas veces los imitaban. Unos 700 años antes del nacimiento de Jesucristo, el Imperio de Asiria conquistó el Reino del Norte. Los Asirios se llevaron cautivas a la mayoría de las personas y el Reino de Israel se perdió para siempre. Las personas que se escaparon de la invasión de los asirios llevaron los preciosos manuscritos de la Ley y de los Profetas hasta Jerusalén, en el Reino de Judá (en el sur), donde fueron cuidadosamente estudiados y copiados. El Reino de Judá duró 150 años más que el de Israel. Algunos de sus reyes trataron de llevar al pueblo a una mejor forma de vida; sin embargo, poco a poco el pequeño Judá también se alejó del camino de Dios. El Exilio en Babilonia El Imperio Asirio cayó, y en su lugar llegó el de Babilonia. El pueblo de Judá no quiso escuchar a su profeta Jeremías. El Rey de Judá trató de luchar contra Babilonia mas fue derrotado. Fue destruida la ciudad de Jerusalén. Piedra por piedra el templo fue echado abajo. Todo el pueblo fue llevado en cautiverio a Babilonia. Durante su exilio en Babilonia los hebreos, tristes y solitarios, volvieron a Dios. Muchos de ellos se fortalecieron en su fe y lealtad. Cuando cayó el Imperio de Babilonia, sucedido por el de Persia, el Rey Persa dejó en libertad a sus cautivos hebreos. Muchos de ellos volvieron a Jerusalén y reconstruyeron el Templo, aunque no lograron que fuera tan bello como el que había sido construido por Salomón. El Imperio Griego, La Influencia de la Cultura Griega Un poco más de 500 años antes de la venida de Jesucristo, el Imperio Persa fue conquistado por Alejandro el Magno quién estableció su dominio griego sobre casi todo el mundo conocido en aquellos días. Alejandro visitó Jerusalén donde fue recibido por el sumo sacerdote. El idioma griego llegó a ser el idioma internacional de las ciencias, 12

13 del comercio y de la política. Muchos hebreos se establecieron en lejanas ciudades del Imperio Griego. Al desintegrarse el Imperio de Alejandro después de su fallecimiento, Judá no recobró su libertad. Reyes sirios fueron sus gobernadores. Su dominio fue casi el más difícil de soportar puesto que trataron de destruir el judaísmo. Uno de los reyes sirios levantó una estatua pagana en el altar del Templo en Jerusalén. Los hebreos no podían soportar que su Templo fuera profanado. Bajo el liderazgo de una heroica familia llamada los Macabeos, se rebelaron contra los gobernantes sirios. Por un tiempo Judá volvió a ser un reino independiente. La Conquista Romana de Palestina Sólo 69 años antes del nacimiento de Jesús, los líderes de Judá se dividieron de tal manera que solicitaron la intervención de un general del creciente Imperio Romano para resolver su disputa. El general, Pompeo, ayudando a solucionar el conflicto, hizo que Judá fuera una parte del Imperio Romano. Desde aquel entonces los soldados romanos mantenían el orden en Judá, y los gobernantes para la región fueron enviados desde Roma. De cierto modo, los hebreos aún tenían reyes propios, pero estos debían ser aprobados por Roma; debían ser simpatizantes de las costumbres romanas, y el pueblo hebreo en general no les tenía confianza. Herodes fue un rey títere que reinaba cuando nació Jesucristo. El cumplimiento de los tiempos había llegado. Las religiones paganas de los grandes imperios se estaban debilitando. Los hebreos que mantenían su fe en el Dios Único, el Creador de Todo, a Quién se debía toda adoración y obediencia, se encontraban dispersados en distintas partes del mundo. Había un idioma, el griego, que casi todos entendían. Este nuevo Imperio Romano había establecido su orden, sus caminos, sus leyes en todo el mundo para que fuera mucho más fácil viajar y comunicarse de un país a otro. Todos estaban hambrientos y sedientos de una fe en Dios que tuviera sentido, que les mostrara el camino a una nueva forma de vida. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo Dios envió a Su Hijo (Gálatas 4, 4) Trabajo para realizar En el mapa del Mundo Antiguo en esta lección, indique con líneas de distintos colores, flechas y números, los siguientes acontecimientos: 1. Abraham viaja desde Ur de Caldea hasta Caná (hacia el norte siguiendo el Río Eufrates hasta Haran, y luego hacia el sur hasta Caná y construye un altar cerca de Hebrón.) 2. José va de Caná a Egipto. 3. Moisés conduce a su pueblo fuera de Egipto, y luego ellos permanecen en el desierto durante 40 años. 4. Moisés recibe la Ley en el Monte de Sinaí. 5. David establece su capital en Jerusalén. 6. Salomón construye su templo en Jerusalén. 7. El Reino de David se divide en Israel y Judá. 8. Israel es destruido. 13

14 9. El pueblo de Judá es llevado en cautiverio a Babilonia. 10. Los judíos vuelven de Babilonia a Jerusalén. 11. El Imperio de Alejandro el Magno (marque sus límites con un lápiz de color) 12. El Imperio Romano (marque sus límites con un lápiz de color diferente) (Para los ítems 11 y 12, debe ver un Atlas del Mundo Antiguo) Busque los siguientes pasajes bíblicos e indique a cual acontecimiento mencionado corresponde cada uno. Ezra 1 al 3 I Reyes 5 al 6 Génesis 12 al 13 Éxodo 19 al 20 II Samuel 5 al 7 Génesis 45 al 46 I Reyes 12,2 II Crónicas 36 Éxodo 13 al 14 II Reyes 17 CAPÍTULO IV EL PUEBLO DE PALESTINA La Organización Gubernamental de Palestina En el tiempo del nacimiento de Jesucristo Palestina había estado bajo el dominio de los Romanos durante aproximadamente 70 años. Los Romanos trataron de mantener la ley y el orden, pero no interfirieron en las costumbres y religión judía. La ley de Moisés era la del país y los sacerdotes la usaban al gobernar la vida de la gente. La corte, o concilio, más alto de los judíos, se llamaba el Sanedrín. Estaba compuesto por el sumo sacerdote y los que habían sido sumo sacerdotes, así como los líderes de las tribus y de los partidos políticos. Los Romanos gobernaban a Palestina en asuntos del orden general y lealtad a Roma. Sus regimientos se encontraban acuartelados en todos los sectores del país para poder impedir manifestaciones, mantener los caminos a salvo de ladrones, ejecutar las órdenes romanas y cobrar los impuestos. El gobernador oficial del país cuando nació Jesucristo era Herodes, un rey títere, que trataba de estar en buenos términos con los judíos, aunque era obediente y leal a Roma. Herodes intentaba hacerse popular con los judíos ampliando y embelleciendo el Templo en Jerusalén, mas fue despreciado y aborrecido. Fue el Rey Herodes quien ordenó la matanza de todos los niñitos hombres en Belén en el tiempo del nacimiento de Jesús. Después de la muerte de Herodes, su reino fue dividido entre sus tres hijos. Al transcurrir el tiempo hasta el juicio y crucifixión de Jesús, el Rey de Judea ya había sido reemplazado por un procurador romano llamado Poncio Pilatos, quien gobernó desde 26 a 36 d.c 14

15 La Actividad Ocupacional del Pueblo La mayoría de las personas que vivían en Palestina, en los días de Jesús, se ganaban la vida cultivando la tierra, criando corderos y cabras, o pescando. Además había numerosos artesanos simples: carpinteros, sastres, zapateros, joyeros, albañiles, peluqueros, herreros, tejedores y otros. El trabajo de cultivar los campos era muy simple. La labranza se hacía de forma sencilla y superficial. La siega se hacía con una segadora. El trabajo de desgranar consistía en esparcir el grano en una roca plana sobre la cual un buey o un burro tiraba un tipo de trineo. Luego el grano era despajado tirándolo al aire. Se cultivaban uvas para luego convertirlas en vino o en pasas. Se hacía aceite de la fruta de los árboles de olivos. Las higueras eran muy comunes. El agua era muy escasa, y era necesario regar los campos. Grandes jarros de greda se utilizaban para almacenar y portar el agua. Para trasladarse de un lugar a otro, las personas debían caminar a veces largas distancias, por caminos calurosos y polvorientos. Por lo tanto, era una costumbre de hospitalidad la de lavar los pies de una visita antes de ofrecerle comida. Los Impuestos y Recaudadores Los impuestos que exigían los romanos eran sumamente altos. Había que pagar impuestos por el agua, la ciudad, la carne y sal, la vivienda y los productos importados y exportados. Los romanos vendían el derecho de cobrar estos impuestos a los hombres que les ofrecían la mayor cantidad de dinero, y estos recaudadores de impuestos (publicanos), para ganar dinero sobre el que entregaban a los romanos, cobraban a la gente sumas más altas de las que realmente debían pagar. La Religión del Pueblo La gente sencilla de Israel era paciente y devota. Adoraban a Dios, trataban de obedecer las leyes de Moisés, y amaban la belleza de los Salmos de David y los grandes hombres santos de la Biblia. Se consolaban con la promesa de los profetas de un Mesías, un Salvador, que les llevaría a una vida más feliz. Tal vez no entendían muy claramente esta promesa, pero se animaban espiritualmente con la promesa de un Salvador de Israel. Así eran las personas que rodeaban a Jesús cuando nació y mientras se criaba: Joaquín y Ana, los padres de María; José su padre adoptivo; Zacarías y Elizabeth, los padres de Juan Bautista; Simón y Ana, quienes recibieron a Jesús como infante cuando fue presentado en el Templo. En la época en que nació Jesús, un importante cambio había sucedido en el Culto del pueblo hebreo. El Templo en Jerusalén permanecía como el único lugar donde se podía llevar sacrificios a Dios, donde los sacerdotes y Levitas entonaban oraciones en un ritual solemne, donde los utensilios sagrados se guardaban en el Lugar Santísimo. Todos los hebreos trataban de reunirse en el Templo de Jerusalén en las fiestas religiosas. Aquellos que vivían demasiado lejos trataban de visitar el Templo por lo menos una vez en su vida. Pero ahora en todas las regiones, en cada pueblo y aldea, había sinagogas. Estas eran casas de reunión donde hombres, que no eran sacerdotes, pero que conocían bien las escrituras, se reunían para leer la Biblia y explicarla a otros. Los ancianos (presbíteroi en griego) dirigían las sinagogas. Los hombres educados que estaban a cargo de una sinagoga, llamados Rabinos o Maestros, tenían el deber de copiar y conservar los antiguos manuscritos de las Sagradas Escrituras. Por eso, también se referían a ellos como los Escribas. Los escribas explicaban 15

16 a la gente como debían aplicar la ley en su vida. Cualquier visitante educado e inspirado era bienvenido a predicar en la sinagoga. Jesús y sus Apóstoles a menudo hacían esto. Los Líderes Hebreos En los días de Jesús existían varios grupos entre los líderes del pueblo hebreo. Los Saduceos por lo general eran ricos propietarios. Querían que se mantuviera el orden, y es así que apoyaban a los gobernantes romanos. Observaban ciertas reglas de la Ley de Moisés estrictamente, pero no tenían mucha estima a los profetas. No creían que estas escrituras, que pedían a la gente que entregaran sus corazones a Dios, eran en verdad parte de las Sagradas Escrituras. No creían en una vida después de la muerte. No creían en el Juicio Final, ni en la existencia de los mensajeros de Dios, los ángeles. Eran muy prácticos y duros de cabeza. Los Fariseos eran muy piadosos y apreciaban mucho su religión. Trataron de aplicar la Ley de Moisés a la vida de la gente como era en aquella época. Conocían y amaban las escrituras de los profetas y esperaban ansiosamente la venida del Mesías Prometido: el Salvador de Israel. Creían que el dominio de los romanos era un castigo por los pecados del pueblo judío, y que era más importante enseñar a la gente obedecer las leyes, que rebelarse contra los romanos. Pero los fariseos creían que obedecer la ley significaba observar numerosas reglas formales, y saberlas de memoria. Eran muy orgullosos de observar la Ley tan estrictamente y despreciaban a los otros. Algunos de los fariseos apoyaban a Jesús, pero la mayoría de ellos merecían sus severas palabras. Había otro grupo religioso en los días de Jesús, pero que no se menciona en el Evangelio. Estas personas se llamaban los Esenios, y se ha aprendido mucho acerca de ellos en los descubrimientos recientes de los antiguos manuscritos y pergaminos cerca del Mar Muerto. Los Esenios vivían en comunidades parecidas a nuestros monasterios. Un hombre que deseaba unirse a una de estas comunidades entregaba todas sus posesiones a ella. Era admitido como miembro solamente después de un largo tiempo de prueba. Luego el postulante a la comunidad participaba en una ceremonia especial de lavamiento en agua, pero sólo después de dos años se le permitía participar en la comida sagrada de la comunidad. Algunos historiadores piensan que Juan Bautista, mientras estaba en el desierto, estuvo junto a los Esenios durante un tiempo. Los miembros de la comunidad de los Esenios dividían su tiempo entre oración y trabajo. Dedicaban mucho tiempo a copiar y conservar manuscritos antiguos. Pensaban que el fin del mundo ya se acercaba y que un Mesías pronto vendría para dirigirles. No participaban en los oficios de oración en el templo de Jerusalén, pues consideraban que allí no se observaba la Ley estrictamente. Además de los grupos que hemos descritos, también había personas en Judá en el tiempo de Jesús quienes se negaban a aceptar el dominio de los Romanos. Ellos se llamaban Celotas. Los Celotas eran rebeldes, hombres de acción, patriotas. Pensaban que Dios vendría para socorrerles siempre cuando ellos se rebelaran. Muchos de ellos vivían en las regiones montañosas del país, conduciendo una especie de guerrilla en contra de los Romanos. Alrededor de 70 años después del nacimiento de Jesucristo, los Celotas comenzaron una gran rebeldía. Sin embargo, la rebelión falló. Los Romanos destruyeron Jerusalén y su Templo. No quedó ni siquiera una sombra de lo que había sido el Reino Hebreo. 16

17 Extranjeros entre los Hebreos Palestina siempre tuvo una población mixta. También había vivido largo tiempo bajo el dominio de imperios extranjeros, y mucho del comercio mundial pasaba por el país. Un número de extranjeros paganos, no hebreos, se habían establecido definitivamente en Galilea y Judá. En el Nuevo Testamento, se denomina a estos, gentiles. Hay varias historias en el Evangelio acerca de Gentiles que aceptaban el mensaje de Jesucristo. Otro grupo de personas que se menciona en el Evangelio es el de los Helenistas. Eran hebreos que se habían establecido en países extranjeros en distintas partes del mundo. Habían absorbido la cultura y el idioma de los países en que vivían, pero permanecían leales a su fe. Jerusalén con su Templo seguía siendo la Ciudad Santa, y trataban de visitarla por lo menos una vez en su vida. En los días de grandes fiestas religiosas se encontraban en Jerusalén diez veces la cantidad de personas que la normal, y muchos de ellos eran estos hebreos radicados en el extranjero. De esta descripción podrá comprender, que las personas de Palestina que escuchaban las palabras le Jesús no eran todas iguales. Sus formas de pensar y sentir acerca de Dios eran muy distintas, aunque eran todos hebreos. Sin embargo, Jesucristo no hablaba únicamente a los hebreos. Su Evangelio, aun en los primeros días, iba más allá de las barreras nacionales. Para los hebreos, esto les resultó ser bastante chocante, ya que se consideraban el Único Pueblo Escogido de Dios. Trabajo para realizar 1. En una concordancia, busque un pasaje del Nuevo Testamento que relate algo acerca de cada uno de los siguientes grupos de personas: a. helenistas b. gentiles c. fariseos d. saduceos e. escribas f. ancianos (presbíteros) g. publicanos h. sanedrín 17

18 2. A continuación verá 12 nombres y luego, 12 definiciones. Indique cual definición corresponde a cada uno de los nombres. a. hebreos, o judíos b. helenistas c. gentiles d. fariseos e. saduceos f. escribas g. ancianos h. celotas i. esenios j. publicanos k. sanedrín l. sinagoga Definiciones l. Un partido sacerdotal, rico, y conservador; no creían en la vida después de la muerte. 2. Paganos, personas que no eran hebreos. 3. Casa de reunión para la oración y estudio de las Sagradas Escrituras. 4. Hebreos que vivían en el extranjero. 5. Descendientes de Abraham quienes mediante Moisés, habían recibido la Ley de Dios; vivían en Palestina, su Tierra Prometida. 6. Un grupo de hebreos que guardaban la ley muy estrictamente y aplicaban sus reglas a muchos detalles de la vida diaria. 7. Hombres a cargo de estudiar y copiar las Sagradas Escrituras en la Sinagoga. 8. Hombres a cargo de la Sinagoga. 9. La más alta corte judía compuesta por el Sumo Sacerdote del Templo, sumo sacerdotes retirados, líderes de tribus, fariseos y saduceos. 10. Hombres que creían en la rebelión contra Roma. 11. Recaudadores de impuestos que compraban este derecho de los Romanos. 12. Una comunidad religiosa, cuyos miembros entregaban toda su propiedad al grupo y vivían juntos, dedicando su tiempo a la oración y a estudiar y copiar las Sagradas Escrituras. 18

19 CAPÍTULO V EL EVANGELIO La fe cristiana no fue fundada por un libro. Fue fundada por una Persona, Jesucristo, y por el conocimiento personal que tenían la gente acerca de Jesús. El Evangelio fue predicado oralmente y sólo después fue escrito. En la primera mitad del Siglo I, unos treinta o cuarenta años después de la crucifixión de Jesucristo, quedaban pocas personas que lo habían conocido personalmente. Sin embargo, la Iglesia Cristiana estaba creciendo y extendiéndose a muchos países lejanos. Esta fue la época en que relatos escritos de la vida de Jesús se hicieron necesarios. Cómo fueron escritos los Evangelios Cómo llegaron hasta nosotros los Cuatro Evangelios? Cómo y cuándo fueron escritos? Estas son preguntas que interesan a todos que comienzan a estudiarlos. Antes de que algún relato de la vida de Jesucristo fuera escrito, las historias de su vida fueron contadas a las primeras comunidades cristianas por personas que habían conocido a Jesús, que habían estado con Él y que lo habían escuchado personalmente, es decir, Sus Apóstoles y Discípulos. A medida que el número de los cristianos crecía, y la comunidad se extendía más y más, el Evangelio fue predicado por los discípulos de Jesucristo y a su vez por los discípulos de ellos, hombres y mujeres que habían conocido las obras y enseñanzas de Jesús por haber hablado con testigos oculares. Cada vez que los cristianos se reunían para el culto, escuchaban esos relatos y las cartas recibidas de los Apóstoles. Aprendieron a conocer a Jesús como una persona viva, de personas que lo habían visto y escuchado, o por lo menos que habían conocido bien a alguien que lo había visto. En el comienzo muchos de estos documentos fueron escritos, y copiados una y otra vez. Muy temprano la Iglesia sentía la necesidad de decidir cuáles de estos eran realmente exactos y verdaderos. Aún vivían muchas personas que habían conocido a los Apóstoles y escuchado su propio relato de los acontecimientos. Además, existían muchas cartas cuidadosamente conservadas, que ayudaron a los líderes de la Iglesia a tomar sus decisiones. La memoria de la Iglesia, que llamamos la Santa Tradición, ayudó para que escogiera los relatos mejor escritos y los más exactos. Cómo fueron conservadas las Antiguas Escrituras Muy temprano en la vida de la Iglesia, en el Siglo II, la lista de las escrituras nuevotestamentarias reconocidas como verdaderas y exactas, estaba bien establecida y conocida. Se llamaba el Canon del Nuevo Testamento y hubo varios escritores de esos primeros días que hacían referencia a ella y mencionaban los libros que contenía. Estos son los mismos libros que encontramos hoy día en el Nuevo Testamento: Los Cuatro Evangelios, el Libro de los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas, y el Libro del Apocalipsis. 19

20 Algunos de los otros escritos acerca de Jesucristo, tratados como no canónicos, fueron conocidos como leyendas, es decir, tal vez verdaderos y tal vez no, pero conteniendo algo de la Verdadera Tradición. Otros fueron declarados definitivamente falsos. No poseemos los manuscritos originales de los Evangelios como fueron escritos por sus autores, sino las copias que nos quedaron de la antigüedad. Son sorprendentemente antiguas, probablemente conservadas porque fueron guardadas tan cuidadosamente y tratadas con mucha reverencia. De hecho conocemos con más exactitud lo que escribieron los autores del Nuevo Testamento que lo que conocemos de las escrituras de muchos famosos autores antiguos como Platón, Aristóteles, César, Cicerón y otros. La copia más antigua del Nuevo Testamento consiste en 50 hojas de papiro que sobrevivieron en el clima seco de Egipto y proviene del siglo II. Fue descubierta por Chester Beatty y ahora se encuentra en Dublin, Irlanda. Del Siglo IV tenemos bastantes manuscritos en vellum, hojas delgadas de cuero, especialmente preparadas. Las copias se hacían a mano, en caracteres grandes de mayúscula sin las divisiones para nuevos párrafos o versículos, como vemos en nuestras Biblias hoy día. Al pasar los siglos, se hacían cientos de copias a mano, y pequeños errores en la escritura fueron introducidos en el texto. Después del invento de la imprenta y en épocas posteriores, se tomó muchísimo cuidado para corregir tales errores y restablecer el texto original Los antiguos manuscritos fueron comparados unos con otros para comprobar la exactitud de los textos. Durante los últimos cien años el estudio histórico de estos textos antiguos ha llegado a ser toda una ciencia. Sin embargo, la mayoría de estas correcciones consisten en pequeños cambios en la redacción solamente. Sin lugar a dudas podemos asegurar que el Nuevo Testamento es un documento histórico de gran antigüedad, y muy cuidadosamente conservado. El Idioma de los Evangelios Todas las antiguas copias de las Evangelios están en Griego; no el griego clásico, sino el griego que se hablaba en los días de Jesús. Las primeras traducciones del griego fueron hechas al latín y la mejor conocida de ellas fue hecha por San Jerónimo. Se llama la Vulgata y se utilizaba en la Iglesia Romana. En el Oriente se hicieron traducciones al Sirio, Copto y Etíope. Más tarde una traducción fue hecha al Eslavo por dos hermanos, San Cirilo y San Metodio, monjes griegos que fueron enviados a predicar el Evangelio a los eslavos en el siglo IX. Existen varias y distintas traducciones al español. Al elegir una Biblia para su lectura y estudio personal, es recomendable que consulte a su párroco u otra persona entendida en la materia de su parroquia. Los Sinópticos y el Evangelio de San Juan Los primeros tres Evangelios (los de Mateo, Marcos y Lucas) se llaman los Sinópticos palabra griega compuesta por las palabras Sin, que quiere decir juntos y óptica que significa visión o vista. Cuando colocamos estos tres Evangelios uno al lado del otro, vemos que presentan la vida de Jesús desde el mismo punto de vista. A menudo utilizan las mismas palabras para describir los mismos hechos. 20