Capítulo 1 La figura del hijo maltratador

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1 Capítulo 1 La figura del hijo maltratador Cuando se producen situaciones de violencia familiar en el hogar, se produce una relación viciosa en la que algún miembro intenta someter por la fuerza al débil de manera periódica, pudiéndose manifestar tanto hacia la pareja, como hacia los iguales, ancianos o niños. En este libro pongo la atención en aquella que ejercen los hijos hacia sus padres en forma de maltrato físico y/o psicológico. En los últimos años, se ha producido un incremento progresivo de este tipo de casos. Entre los rasgos que caracterizan a la figura del hijo maltratador se encuentran la falta de conciencia moral, escasa o nula empatía, impulsividad, egocentrismo, ausencia de sentimientos de culpa, baja tolerancia a la frustración, agresividad... El que un niño sea maltratador, no debemos atribuirlo exclusivamente a causas genéticas ya que puede existir cierta predisposición, pero será el me- 11

2 Hijos maltratadores. Estrategias de afrontamiento dio social y la educación recibida los que determinarán su comportamiento. La violencia familiar. El hijo que maltrata Hablar de violencia es referirse a las múltiples formas de manifestación violenta en los distintos ámbitos en los que se desenvuelve la persona. Esa violencia tiene lugar en todas las clases sociales, en todas las culturas y en todas las edades. En este libro hago referencia especialmente a la violencia ejercida dentro del contexto familiar. La violencia familiar se define como aquella en la que alguien con más poder abusa de otra con menos poder y hace referencia a todas las formas de abuso que 12

3 La figura del hijo maltratador tienen lugar en las relaciones entre los miembros de la familia. La relación de abuso es aquella en la que una de las partes ocasiona un daño físico y/o psicológico a otra. Este daño se puede ocasionar ya sea por acción o por omisión, y se da en un contexto de desequilibrio de poder. La práctica de la violencia, hoy día, tiende a ser un hecho más normalizado de lo que nos gustaría. Tal es así que en algunos hogares puede tornarse como un hecho más o menos cotidiano. Cuántos hogares discurren con cierta normalidad mientras conviven con hechos violentos entre sus miembros?, nos estamos acostumbrando a cohabitar con la violencia?, la sociedad está siendo demasiado permisiva con los actos violentos?, debemos ser mucho más críticos ante las primeras manifestaciones violentas?... Para considerar una situación familiar como violenta, la relación de abuso entre los implicados debe ser crónica, permanente y periódica. Las víctimas presentan un debilitamiento de sus defensas físicas y psicológicas, lo que les induce a mayores problemas de salud, tales como la depresión y las enfermedades de tipo psicosomático; disminución del rendimiento laboral; aparición de problemas de aprendizaje en niños y adolescentes, trastornos de personalidad y de la afectividad... Además, las personas que viven afectadas por la violencia familiar, tienen mayores probabilidades de reproducir este comportamiento en sus futuras relaciones con terceros. Parece que los niños que están expuestos a la violencia familiar presentan unas con- 13

4 Hijos maltratadores. Estrategias de afrontamiento Tabla 1.1. La violencia en el ámbito familiar Violencia familiar Características Tipos Causas Abuso de poder crónico, permanente y periódico. Violencia de género, maltrato a ancianos, maltrato a menores, hijo maltratador. Temperamento: componente hereditario que le caracteriza desde el momento en el que nace y que puede predisponerle a tener como rasgo característico en su personalidad la agresividad. Educación y experiencias a las que esté expuesto: son las que modelarán su personalidad y las características que haya heredado. Privación afectiva o exceso de protección. Familias muy rígidas, con muchas normas, en las que no se deja libertad al individuo. Familias muy permisivas, en las que todo vale y no hay límites. Falta de expresión de sentimientos. Dificultades en la comunicación y poca empatía con los problemas ajenos. Padres muy ocupados y con poca dedicación al cuidado de los hijos. Poca coherencia en la educación ya que los niños aprenden de padres, abuelos, tíos y/o cuidador externo. Patrones de conducta desadaptativos: problemas de alcoholismo, drogas, desempleo, depresión, padre dictador y madre sumisa... En la familia se viven agresiones verbales o físicas por parte de algunos de sus miembros. 14

5 La figura del hijo maltratador ductas más agresivas y antisociales que los demás (Limiñana, R.M. y Patró, R. 2005). En la Tabla 1.1 se exponen las características, tipos y causas de la violencia familiar. Actualmente, cuando hablamos de violencia en la familia solemos referirnos a la violencia de género, al maltrato a ancianos y al maltrato a menores; pero debemos añadir un nuevo tipo de violencia que ha aumentado en los últimos años, se trata de la figura del hijo maltratador. Este último caso es paradójico, ya que se invierte la relación tradicional de poder, siendo los hijos quienes imponen la autoridad a sus padres. Esta violencia y agresividad mostrada por los menores es la que nos ocupa en este libro. No sólo la manifiestan a nivel familiar si no, también, en otros ámbitos (frente a profesores, compañeros, animales, grupos marginales...) y, además, si no se interviene a tiempo, la seguirá manifestado a lo largo de toda su vida (con su pareja, con sus iguales, con conductas delictivas...). Por qué un niño tiene comportamientos hostiles hacia los demás?, cómo podemos explicar que un menor tenga conductas agresivas verbales o físicas hacia sus iguales o hacia otros adultos?, por qué pierden el respeto hacia sus progenitores y ejercen una relación autoritaria hacia ellos?, nacen con esa predisposición o son los errores educativos los que generan poco a poco esa forma de ser y estar con los demás? Ante todo, hemos de tener en cuenta el temperamento que marca en cierta medida el carácter de cada persona. Sin embargo, será la educación y las expe- 15

6 Hijos maltratadores. Estrategias de afrontamiento riencias a las que esté expuesto las que modelarán su personalidad y las características que haya heredado. También, las influencias ambientales tienen especial importancia en el comportamiento futuro de los niños, especialmente en condiciones de privación afectiva, como sería el caso de aquellos que padecen o han padecido la separación de sus progenitores por divorcio, abandono o muerte, o aquellos que han sufrido malos tratos por parte de sus padres, o de otros familiares o personas con las que mantienen cierta relación de dependencia. En otros niños también pueden aparecer comportamientos agresivos producidos por la impulsividad de sus acciones; es el caso de los niños hiperactivos. Igualmente puede darse este tipo de comportamientos en niños diag- 16

7 La figura del hijo maltratador nosticados con autismo, retraso madurativo, síndrome de Down, trastornos del lenguaje... El contexto familiar juega un papel muy importante en la aparición de estos comportamientos. De hecho, se producen conductas agresivas durante la infancia en niños que viven en un ambiente familiar de sobreprotección, con escasez de límites en su conducta, todo ello puede derivar finalmente en una personalidad psicopática. Se da un exceso de protección y las conductas agresivas surgen, precisamente, por la incapacidad para tolerar las frustraciones que no está acostumbrado a padecer, además de por su carencia de habilidades para enfrentarse a ellas. En el extremo opuesto encontramos la privación afectiva, en la que el menor se ve privado de la afectividad necesaria durante su crianza. La estabilidad emocional en el niño constituye un factor fundamental para establecer relaciones empáticas y positivas con el entorno. Por otro lado, la inestabilidad emocional y la falta de afecto en las relaciones familiares influyen directamente en la agresividad e insensibilidad de niños y adolescentes. Cómo se gesta la figura del hijo maltratador? Comenzamos a leer, cada vez más menudo, noticias en la prensa que retratan la nueva figura del hijo maltratador, el cual trata de imponer sus criterios y se enoja ante la más mínima frustración. Cómo podemos saber si un niño se 17

8 Hijos maltratadores. Estrategias de afrontamiento ha convertido en maltratador? Son niños malcriados y rebeldes; no se conforman con nada y tratan de imponer, desde la infancia, su autoridad quitándosela a sus padres, imponiendo sus criterios e intentando lograr lo que desean a toda costa; utilizando todos los medios necesarios, como insultar, amenazar e, incluso, agredir físicamente. Producen una sensación de miedo en la familia y se autoconsideran dueños de la casa, posicionándose por encima de sus padres, discutiendo con ellos frecuentemente y no mostrándoles, en los casos más graves, ningún afecto. Lloran o gritan cuando sus deseos no son órdenes, quieren ser siempre el centro de atención, generando frecuentemente tensiones en el hogar familiar. Son caprichosos y consentidos. Desobedecen a los padres y al sistema en general, 18

9 La figura del hijo maltratador no cumplen con sus obligaciones, sienten que los padres les coartan su libertad. Son vulnerables, rencorosos y se enfurecen fácilmente cuando las cosas no son como ellos desean, presentando una baja tolerancia a la frustración. Hay situaciones extremas, sobre todo en la adolescencia, en las que los padres llegan a sufrir maltrato físico y/o psicológico por parte de sus hijos, y en las que su vida puede, incluso, llegar a estar en peligro. Popularmente, a los niños que se comportan de esta manera, se dice que sufren el llamado síndrome del emperador. Reciben este nombre porque aquellos que lo padecen se comportan como déspotas y tiranos, al igual que los emperadores lo hacían con sus súbditos. Este fenómeno no podemos restringirlo a la clase social baja ni a un contexto cultural concreto. Está presente en cualquier ámbito social, económico o cultural, aunque es más frecuente en familias con un nivel socioeconómico medio, alto o muy alto, y en hogares donde los hijos sufren las consecuencias de una ruptura sentimental. Es más común que sean hijos únicos o el menor de varios hermanos entre los que hay bastante diferencia de edad. El agresor suele ser con más frecuencia un varón y la víctima normalmente es la madre, aunque también puede serlo el padre o ambos. Es obvio que esto no sucede de pronto; el hijo, digamos que aprende poco a poco a comportarse de esa manera. El despotismo y la carencia en el control inteligente de las emociones implican un proceso de aprendizaje, no 19

10 Hijos maltratadores. Estrategias de afrontamiento se nace con ello. Comienza con situaciones en las que el menor quiere imponer su poder, y los padres se lo conceden sin ser conscientes de qué es lo que puede sobrevenirles como consecuencia de esa permisividad. Muchas veces los progenitores ceden poder sin apercibirse de lo que ello puede conllevar. Un ejemplo sería, si un niño no quiere comer lo que le ofrecen y se le proporciona otra comida que le gusta más, esto aumenta la probabilidad de que en próximas ocasiones sea él quien imponga qué quiere comer y los padres, preocupados de que no se alimente, aceptarán. Otro ejemplo, sería el supuesto de que la familia sale a pasear y el menor demanda que le compren algo, a lo que los padres se niegan, pero, ante esta negativa, el niño les amenaza e insulta en público, por lo que al final 20

11 La figura del hijo maltratador desisten y acaban comprándoselo. Aquí encontramos otra, en principio, pequeña cesión de poder al hijo. A través de la acumulación de esas pequeñas cesiones de poder se va construyendo la figura del maltratador que adquiere, finalmente, la posición de autoridad en el contexto familiar. El adulto le va otorgando poco a poco el poder que él tendría que tener sobre su hijo. Rasgos que caracterizan al hijo maltratador Cuáles son los rasgos que caracterizan a un hijo déspota y maltratador? Podemos concretar una serie de características que definen la conducta del menor que tiraniza a sus padres y que se dan con mayor frecuencia (Figura 1.1). Carece de valores, conciencia y juicio moral, teniendo sus propios criterios acerca de lo que es moralmente adecuado y lo que no lo es, y actuando en su caso. Su falta de empatía, es decir, su incapacidad para tener en cuenta el punto de vista del otro y no ser consciente de los sentimientos ajenos, le hace adoptar una postura egoísta y egocéntrica, centrándose en la satisfacción de sus propias necesidades sin tener en cuenta las de los demás. Es impulsivo en sus actos y en sus pensamientos, no piensa en las consecuencias que tienen sus acciones ni en el daño que pueden causar sus palabras. Cuando no consigue lo que quiere o no colma sus deseos se muestra explosivo en sus emociones, y ante los contratiempos presenta 21

12 Hijos maltratadores. Estrategias de afrontamiento Rasgos del Hijo Maltratador Falta conciencia moral Falta de empatía-incapacidad para tener en cuenta el punto de vista del otro y ser consciente de sus sentimientos Impulsivo, no piensa en las consecuencias que tienen sus actos Egoísta Ausencia de sentimientos de culpa Baja tolerancia a la frustración (explosivo ante las frustraciones) Irresponsable, vago y ojo Le gusta y busca el riesgo Mentiroso y manipulador (encantador cuando quiere algo, enfurecido cuando se le niega) Violento, agresivo Puede ser un futuro delincuente, drogadicto, maltratador... Causas Educación permisiva Falta de normas y límites Padres poco implicados en la educación de sus hijos Familias con poco valores... Figura 1.1. Figura del hijo maltratador: Rasgos característicos 22

13 La figura del hijo maltratador HIJO MALTRATADOR Intervención Prevención 23

14 Hijos maltratadores. Estrategias de afrontamiento una baja tolerancia a la frustración. Carece de sentimientos de responsabilidad y evita hacer todo aquello que le suponga un esfuerzo. Esto ocurre sobre todo ante las tareas escolares y las labores del hogar (hacer su cama, recoger su ropa su sucia, ordenar su cuarto...). Le gusta el riesgo y lo busca. Es mentiroso y manipulador, pudiendo llegar a ser encantador cuando quiere algo, pero se enfurece de inmediato si se le niega. Es violento y agresivo en sus palabras y en sus actos. En un futuro más o menos lejano, si no se interviene, puede llegar a convertirse en delincuente, drogadicto, maltratador... Formas de manifestar la agresividad y la violencia. Casos reales Cuando los hijos maltratan pueden hacerlo de diversas maneras, por lo que no debemos reducir el maltrato sólo a la evidencia de agresiones físicas. El daño psicológico, aunque pueda resultar menos ostensible, puede dejar una huella más duradera y dolorosa en los progenitores. Existen, pues, dos formas contundentes de manifestar el maltrato de los hijos hacia los padres: física y psicológicamente, pudiendo darse a la vez o separadas, y mediante ellas, se va conformando esa relación de poder de los menores y de sumisión para los padres (Figura 1.2). El maltrato psicológico que los hijos maltratadores infringen hacia sus padres es ejecutado mediante insultos, desprecios y ridiculizaciones; se ríen de ellos, les hacen sen- 24

15 La figura del hijo maltratador Hijo maltratador Formas de maltrato Maltrato físico (agredir físicamente: golpear, empujar) Maltrato psicológico (insultar, ridiculizar, amenazar, culpabilizar...) Figura 1.2. Tipos de maltrato tirse culpables de sus propios fracasos, les amenazan con ponerlos en evidencia delante de otras personas o en lugares públicos No obstante, los hijos, en ciertas ocasiones, pueden mostrarse cariñosos y amables con sus padres; lo cual suele ocurrir cuando desean conseguir algo de ellos; aunque, si no obtienen lo que quieren, pueden enfurecerse y descargar su rabia contra ellos. Cuando se llega al maltrato físico, previamente suele haber habido un periodo de tiempo, más o menos largo, en el que han sometido a sus progenitores al maltrato psicológico en sus diferentes variantes. El maltrato físico aparece entonces, provocando en los padres una actitud de indefensión, miedo y frustración, al ver que su labor educativa ha fracasado. Ante esta situación, la respuesta de los proge- 25

16 Hijos maltratadores. Estrategias de afrontamiento nitores puede manifestarse con actitudes muy diferenciadas: protegerles y ocultar lo sucedido, o, bien, buscar ayuda profesional para intentar solventarlo. Dentro de las manifestaciones de agresividad y violencia, es conveniente comenzar hablando de los casos más leves dentro del continuo que suelen aparecer a edades más tempranas, como son las consabidas pataletas que tienen los niños porque sus padres no ceden a sus deseos. Y, en el extremo opuesto, se encuentran otros casos de mayor gravedad y a edades más tardías; como es, por ejemplo, el de una madre de dos adolescentes, de 14 y 17 años, que tuvo que solicitar ayuda de los agentes de la policía urbana de Gijón porque sus hijos se negaban a acudir al colegio y, 26

17 La figura del hijo maltratador cuando ella insistió en que cumplieran con su obligación de ir a clase, la agredieron. Otro suceso, más grave aún, que estremeció a la sociedad española es el conocido asesino de la catana. En abril del año 2000 en Murcia, José Rabadán, que entonces contaba con 16 años de edad mató con un sable japonés a su padre, a su madre y a su hermana, que padecía síndrome de Down. Pese a ser condenado a 12 años de internamiento terapéutico, la pena se redujo a 6 años y 2 de libertad vigilada debido a su buena conducta. Ese comportamiento agresivo se manifestará también hacia otras personas: compañeros, profesores... Hoy día toda la sociedad recuerda el caso de Sandra Palo, que fue secuestrada, torturada, violada y asesinada cuando contaba 22 años de edad. El hecho tuvo lugar en mayo del 2003, cuando cuatro chicos, 3 de ellos menores de edad acabaron con la vida de Sandra. Desde entonces y hasta ahora, su madre Mª del Mar lucha para que se haga justicia con la esperanza de que se produzca una disminución de delitos contra los derechos humanos, y que las víctimas tengan la atención necesaria. Otro caso, el de la joven Marta del Castillo, ha generado un debate público en la mente de los españoles. Nuevamente están implicados menores, y todos nos preguntamos qué pudo pasar por la mente de esos jóvenes para acabar con la vida de la menor, sin que ninguno de ellos tu- 27

18 Hijos maltratadores. Estrategias de afrontamiento viera en ese momento, y ni siquiera ahora, compasión por la vida humana. En Ripollet (Barcelona), qué pudo llevar a un chico a degollar a Maores, su compañera de 2º ESO?, Qué le pasó a este chico para actuar de forma tan cruel?, llegó en algún momento a compadecerse de su víctima?, su incapacidad de tolerar la frustración de verse señalado públicamente como que había besado a la chica le hizo actuar con semejante violencia?... Resulta extraño y difícil imaginar que haya personas que no posean esa conciencia, cuando para nosotros es algo que usamos habitualmente y, sin darnos cuenta, no nos cuestionamos su existencia. Los cazadores que, cuando terminan la temporada, dejan morir a sus galgos colgándolos de los árboles; o los padres que dejan de dar de comer a su hija durante varios días; o la madre que, poco a poco, va envenenando hasta la muerte a su marido, a su suegra, a su hija... En estos casos, podemos afirmar que estos individuos han tenido algún sentimiento de culpa cuando han llevado a cabo sus horribles hazañas? El pensar que nuestro hijo, o un familiar o amigo, pueda llegar a no tener conciencia es difícil de asumir. Cuando decimos que una persona no tiene conciencia, nos estamos refiriendo a esa forma de actuar con frialdad sin el más mínimo sentimiento de culpa, de compasión y de empatía. En la psicopatía existe una incapacidad para procesar las experiencias emocionales, solo sienten emociones primitivas como las provocadas por el dolor, el placer físico 28

19 La figura del hijo maltratador y la frustración. Cuando una persona presenta psicopatía, tiene sentimientos de frustración por no cubrir sus expectativas y no conseguir sus objetivos, generando en ella ira y rabia; sin embargo, cuando consigue sus propósitos siente un gran placer y satisfacción. Datos estadísticos Cada vez son más las familias que denuncian las agresiones de los hijos. Los progenitores comienzan a solicitar la intervención del Instituto de Atención a la Infancia debido a la dificultad que tienen para controlar la conducta de los menores. Se recomienda, por un lado, denunciar cada caso, lo cual no significa ser malos padres, y, por otro lado, y sobre todo, educar siempre manteniendo la autoridad, con pautas sencillas y claras, valorando lo positivo 29

20 Hijos maltratadores. Estrategias de afrontamiento y evitando los castigos, dejándolo sólo para los casos en los que sea realmente necesario. Las agresiones de hijos a padres en el hogar familiar constituyen un drama creciente, que esta encendiendo algunas alarmas. Según datos de la Fiscalía General del Estado a través de sus memorias anuales, se ha pasado de denuncias por violencia filio-parental en 2008, a casos en 2013, alcanzándose en el año 2014 un pico de denuncias registradas. El 16% de los delitos cometidos por menores son de violencia hacia sus padres. En la Comunidad Autónoma de Andalucía, según datos del Consejo General del Poder Judicial, el número de sentencias impuestas a menores de entre 14 y 17 años por este tipo de violencia ha aumentado un 60% en sólo cinco años, al pasar de 302 resoluciones judiciales en 2007 a 510 en En Euskadi, en el año 2014 se produjeron 486 casos que fueron atendidos por forenses, según la memoria del Instituto Vasco de Medicina Legal, es decir, un 17% más que el ejercicio anterior. Sin embargo, debemos tener conciencia de que estas denuncias sólo son una muestra de los casos reales que se producen en el hogar, otros incidentes de este tipo, nunca llegan a ver la luz. Son muchos los progenitores que serían incapaces de denunciar a su hijo por vergüenza, o porque creen que de esa forma se revela su fracaso como padres o porque piensan que se trata de un arrebato esporádico y que el conflicto se podrá solucionar y encauzar en poco 30