Salud pública y bienestar animal

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1 Salud pública y bienestar animal 28 de febrero, 6 y 13 de marzo de 2012 Aula de Ecología Urbana de Vitoria-Gasteiz Olarizuko etxaldea, Vitoria-Gasteiz Casa de la Dehesa de Olarizu, Vitoria-Gasteiz Telefonoa - Teléfono: ceaadmin@vitoria-gasteiz.org Organizadas por el Colegio de Veterinarios de Álava-Consejo Vasco de Colegios de Veterinarios, en colaboración con el Centro de Estudios Ambientales del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, el Aula de Ecología Urbana acogió tres sesiones sobre salud publica y animales de compañía 28 de febrero Enfermedades contagiosas de los gatos (víricas, parásitos, toxoplasma ). Interpretación de pruebas diagnósticas de forma práctica. Estrategias de prevención en colectividades Albert Lloret. Universidad Autónoma de Barcelona La existencia de colonias de gatos en las ciudades es un hecho inevitable. En lugar de mirar hacia otro lado y hacer como si estos gatos no existieran es necesario hoy en día afrontar el tema y poner medidas para controlar la población de estos gatos y mejorar su bienestar. En todas las ciudades existen personas que dedican parte de su tiempo al cuidado o control de estos gatos de forma voluntaria y altruista. Su trabajo y dedicación mejora la vida de estos gatos y ayuda enormemente al control de las poblaciones. Muchas de estas personas no actúan de forma individual, más bien suelen estar vinculadas a asociaciones o plataformas proteccionistas. El control de las poblaciones de gatos callejeros y de protectoras ha evolucionado mucho hoy en día. Incluso en Norteamérica se ha creado una subespecialidad de la medicina conocida como feline shelter medicine que podría traducirse como medicina de protectoras o de colectividades felinas. La eutanasia indiscriminada de los gatos abandonados, callejeros o de protectoras es una práctica obsoleta, antigua y que además choca frontalmente con la manera de pensar de las personas voluntarias que dedican su tiempo a la protección y cuidado de estos gatos. Es lógico que estas personas estén totalmente en contra de que el resultado final de su tarea sea la eutanasia de los gatos y que su rechazo sea enérgico y frontal. No obstante, la eutanasia humanitaria puede estar justificada en aquellos casos en los que el estado de salud del gato sea muy malo y/o se diagnostique alguna enfermedad que tenga mal pronóstico o bien que el tratamiento no se pueda realizar y se quiera evitar una muerte segura y con sufrimiento del gato en la colonia. En este caso las decisiones son similares a las que se puedan tomar en un gato u otros animales de compañía de acuerdo con el propietario. El gato es un animal adaptado a la supervivencia en condiciones hostiles y desfavorables. Su instinto de supervivencia está altamente desarrollado y además es una cazador excelente de pequeñas presas (ratones, pájaros) cosa que permite su supervivencia aunque no reciban alimentación externa. La capacidad reproductora de la especie felina es altamente efectiva. Las gatas pueden entrar en celo varias veces al año de forma estacional (meses de luz creciente) y la ovulación está inducida por la monta, con lo cual salvo problemas médicos, la fertilidad es muy alta. Una gata puede llegar a tener varios partos cada año produciendo de 4 a 6 gatitos por camada. Ingurugiro Gaietarako Ikastegia Centro de Estudios Ambientales 1

2 La principal medida para controlar la población de colonias y colectividades de gatos es la esterilización o castración de las gatas y de los gatos por métodos quirúrgicos y permanentes. El control de la reproducción no solamente es la herramienta más eficaz para el control de la población sino que además disminuye de forma efectiva el contagio de enfermedades infecciosas y por lo tanto aumenta la supervivencia de la colonia en general. El gato es por naturaleza un animal de tendencias solitarias, cazador solitario, que tiende a comer y a beber en solitario y restringe al máximo su contacto social con otros gatos en condiciones normales de número de individuos de la población. El contacto sexual es uno de los momentos de máximo contacto entre gatos. La conducta territorial de los gatos es un comportamiento derivado de las hormonas sexuales y es una de las causas de peleas entre gatos machos especialmente. En consecuencia, la castración/esterilización reduce por diversos motivos el contacto estrecho entre gatos (monta y peleas) y reduce la posibilidad de transmisión de enfermedades. Las enfermedades producidas por virus en los gatos son frecuentes. Algunos virus son muy frecuentes aunque no causan una mortalidad epidémica (herpesvirus, mayoría de calicivirus, coronavirus), mientras que otros virus producen enfermedades graves con una gran mortalidad (panleucopenia, calicivirus virulentos, leucemia felina, peritonitis infecciosa felina). Estos mismos virus tienen sus propias estrategias para persistir en la población felina. El gato como animal poco social es un mal transmisor de virus entre individuos, aunque a lo largo de la evolución los virus se han adaptado a este hecho con distintas estrategias que veremos en la charla (latencia en los herpesvirus, persistencia subclínica en calicivirus, infecciones persistentes en retrovirus, gran resistencia al ambiente en panleucopenia). A menudo los defensores de la eutanasia de los gatos callejeros para el control de las colonias argumentan el riesgo para la salud pública que suponen estos gatos. Este riesgo nunca ha sido demostrado. Ninguna de las enfermedades causadas por virus que afectan a los gatos puede afectar a las personas. Otras enfermedades que potencialmente el gato puede transmitir de forma indirecta a las personas (parásitos intestinales, Toxoplasmosis) son de fácil prevención especialmente si la colonia de gatos está bajo control y se mantienen unas normas básicas de higiene. La mortalidad en las colonias felinas está muy relacionada con el exceso de población el hacinamiento y unas malas condiciones nutricionales e higiénicas y la presencia de un número alto de gatitos jóvenes. Las enfermedades que aparecen de forma epidémica (panleucopenia, calicivirus virulentos) suelen provocar un gran número de bajas. En cambio la peritonitis infecciosa felina suele producir muertes esporádicas en colonias portadoras de coronavirus y la mortalidad es mayor cuanto peores sean las condiciones de vida. La infección por el virus de la leucemia felina puede producir una mortalidad significativa en colonias de gatos, especialmente si el número de gatos es excesivo y las condiciones ambientales son desfavorables y existen muchos gatitos jóvenes. La edad confiere una resistencia natural importante en esta infección y los gatos adultos tienen menor susceptibilidad a desarrollar la enfermedad y por tanto a transmitir el virus. La infección por el virus de la inmunodeficiencia felina está presenta en mayor o menor medida en función de las condiciones de la colonia y del número de gatos no castrados, ya que la forma de contagio principal es por peleas entre gatos. En el control de las colonias felinas es frecuente el protocolo conocido como trap-neuter-return, es decir captura de los gatos, esterilización o castración y vuelta a la colonia. En ocasiones y en función del presupuesto se realizan pruebas diagnósticas de retrovirus (leucemia e inmunodeficiencia felina). Es un tema controvertido y de discusión actualmente la utilidad de realizar las pruebas de retrovirus en los gatos aparentemente sanos. Un motivo a favor es conocer la prevalencia de estas infecciones en una población determinada lo cual aporta beneficios en la toma de decisiones. Un motivo en contra es la posibilidad de diagnosticar falsos positivos especialmente en poblaciones con una baja prevalencia de la infección. En poblaciones donde se identifique que la prevalencia de leucemia felina es muy alta el aislamiento o eutanasia de los gatos positivos dará lugar en poco tiempo a una disminución de la prevalencia de la infección y a Ingurugiro Gaietarako Ikastegia Centro de Estudios Ambientales 2

3 la creación de poblaciones con una baja o nula prevalencia de la infección. En poblaciones donde se identifique una prevalencia de inmunodeficiencia felina la situación es un poco distinta ya que esta enfermedad se transmite de una forma menos efectiva (peleas) lo cual puede disminuirse con la castración y además en muchos casos la mortalidad por inmunodeficiencia no es distinta o incluso inferior a la mortalidad por otras enfermedades o accidentes los cuales no se pueden controlar. 6 de marzo Parásitos de los animales de compañía. Impacto en la salud pública Guadalupe Miró. Universidad Complutense de Madrid Los animales de compañía y concretamente, los perros y los gatos juegan un importante papel en la sociedad. Su contribución a mejorar el bienestar físico, psíquico, social y emocional tanto de los niños como de los adultos (en particular de los ancianos) ha sido ampliamente defendido y difundido en numerosas publicaciones. Así por ejemplo, estudios sociológicos demuestran, que los propietarios de mascotas visitan menos al médico, utilizan menos medicinas o tienen la presión arterial y el colesterol más bajo. Numerosas asociaciones de protección animal defienden los efectos beneficiosos que sobre la salud ejercen las mascotas y en este sentido se desarrollan estudios de investigación relacionados con la terapia asistida con animales. Estos estudios están demostrando con creces los efectos beneficiosos que se obtienen cuando se utilizan perros por ejemplo para ayudar a niños con problemas psicológicos o paliar el sentimiento de soledad en los ancianos o reducir la violencia y mejorar la autoestima de los internos en centros penitenciarios. Pero, en contrapartida, no hay que olvidar que convivir con un perro o un gato puede suponer, en algunos casos, un riesgo. En general, podemos diferenciar tres tipos de riesgo: Las agresiones producidas por perros o gatos (tema de máxima actualidad) relacionado estrechamente con la educación que recibe la mascota desde su adopción y con la formación y responsabilidad del propietario. Los fenómenos de hipersensibilidad: existen personas alérgicas al pelo de sus mascotas que deben prescindir de su compañía. La transmisión de ciertas enfermedades a las personas; bien por sus hábitos (principalmente los gatos algunos pueden salir y entrar de sus hogares y tener contacto con otros animales enfermos) o por tener acceso a la contaminación del medio (como los perros que siempre están chupando o ingiriendo elementos que puedan estar infectados ). Este tercer punto es el más importante desde el punto de vista sanitario ya que existen un amplio rango de patógenos: bacterias, virus, hongos y parásitos que pueden padecer los animales de compañía y que en determinadas circunstancias pueden ser infectantes para el hombre. En este sentido, la susceptibilidad de contagio está estrechamente relacionada con la capacidad de respuesta del sistema inmune y así, podemos hablar de: Individuos inmunocompetentes: la población adulta en general de todos los países desarrollados. Individuos inmunocomprometidos: niños, ancianos y mujeres gestantes, enfermos con desnutrición o cualquier otra patología debilitante, etc. Individuos inmunodeprimidos: SIDA, enfermos transplantados o con diferentes tipos de cáncer que son sometidos a corticoterapias inmunosupresoras prolongadas. Las enfermedades transmisibles de los animales al hombre se denominan zoonosis. Estas se pueden transmitir por diferentes vías: por contacto directo (vía fecal-oral, vía percutánea, vía aerógena), indirectamente (a través del medio contaminado) o mediante artrópodos (ej. Ingurugiro Gaietarako Ikastegia Centro de Estudios Ambientales 3

4 mosquitos, garrapatas, pulgas). Las enfermedades que pueden transmitir los animales de compañía al hombre engloban una larga lista, se dedicó la charla a hablar de las más frecuentes: los parásitos intestinales y las enfermedades transmitidas por artrópodos, como la leishmaniosis. 13 de marzo Implicaciones sanitarias de la agresividad canina y felina desde el punto de vista económico, de salud pública y bienestar animal Tomás Camps. Universidad Autónoma de Barcelona Los problemas de conducta son aquellas conductas que son molestas para el propietario, peligrosas para las personas u otros animales o para el propio animal. La propia definición hace que algunas conductas que son normales desde el punto de vista del animal puedan resultar molestas para el animal y, por tanto, ser consideradas como un problema de conducta, por ejemplo el marcaje sexual, o la agresividad territorial. Los problemas de conducta son frecuentes en los animales de compañía. La distribución de estos problemas depende de la fuente de información epidemiológica. Los problemas de conducta más frecuentes visitados por veterinarios generalistas difiere de los visitados por los servicios de etología especializados. En éstos, los problemas de conducta más frecuentes son los problemas de agresividad, tanto en perros como en gatos. El estudio de los problemas de agresividad básicamente es importante por cuatro motivos: Son frecuentes. Suponen un problema de salud pública: Especialmente si se considera que los niños pequeños tienen un riesgo mayor tanto a ser mordidos (3-4 veces más riesgo que un adulto) como a sufrir daños graves o morir como consecuencias de las mordeduras. La mayoría de muertes debido a ataques de perros se producen en niños de menos de 12 años. Además de las consecuencias directas por las heridas producidas, puede haber problemas de zoonosis (transmisión de enfermedades de animales a personas como la enfermedad del arañazo del gato o la rabia). Representan un gasto económico directo en atención médica e indirecto en seguros privados. En EEUU el gasto asciende a más de 2 mil millones de dólares al año en atención sanitaria. Tienen implicaciones sobre el bienestar de los animales. Los problemas de conducta (en especial los problemas de agresividad) representan el principal motivo de abandono y eutanasia en los animales de compañía. Además los problemas de agresividad producen una respuesta de estrés en el animal que puede alterar el bienestar del animal. En muchos países, incluido España, se adoptaron hace unos años (a principios de la década del 2000) medidas de control sobre ciertas razas consideradas potencialmente peligrosas como forma de prevención de los problemas de agresividad en el perro. Estudios publicados recientemente (Gazzano, 2010) apuntan a que estas medidas son ineficaces. La ineficacia de estas medidas podría deberse a tres factores fundamentales: Regulan la tenencia de determinadas razas: Es una medida parcial. Todos los perros tienen la capacidad de morder, y por lo tanto regulando únicamente unas razas se hace un control parcial del problema. Dichas leyes adoptan medidas para los perros que, sin estar englobados en la lista de animales potencialmente peligrosos, han mordido alguna vez: Estas medidas no tienen carácter preventivo, si no de prevención de la reincidencia. La expresión de las conductas agresivas es multifactorial. Entre estos factores se encuentra el componente genético que está implícito en la raza. Sin embargo hay muchos otros factores que determinan que un animal sea agresivo. Entre ellos encontramos: la dieta, las condiciones Ingurugiro Gaietarako Ikastegia Centro de Estudios Ambientales 4

5 de cría, las experiencias tempranas del animal (período neonatal como de socialización), las experiencias tardías del animal, las condiciones médicas (dolor, alteraciones endocrinas, neurológicas, infecciosas, etc.), el ejercicio, el control endocrino de la conducta, etc. Medidas que vayan encaminadas en el control en uno sólo de estos factores serán, por tanto, del todo inefectivas, tal y como ya se ha demostrado en el estudio anteriormente mencionado. El control de dichas conductas agresivas requerirá, por lo tanto, una aproximación más global. Las medidas se podrán agrupar básicamente en dos grandes grupos: Medidas encaminadas a que un animal no desarrolle conductas agresivas: Entre estas medidas se encuentran: Correcto manejo de las condiciones de cría. Buen manejo de las crías después del nacimiento: Se deben destacar sobre todo dos períodos:. Período neonatal (0-15 días de vida en el perro): Se aconseja manipular suavemente a los cachorros una o dos veces al día.. Período de socialización (3-12 semanas de vida en el perro): Se aconseja proporcionar una abundante estimulación a los cachorros. Permitirá que los cachorros tengan una menor predisposición a mostrar miedo a los estímulos previamente presentados y a estímulos novedosos en la edad adulta. De no ser así, el animal podría mostrarse agresivo (por miedo) hacia estos estímulos. Educación de los animales: La educación debe basarse en el refuerzo positivo. Existe multitud de evidencia científica que apunta que la educación basada en el castigo activo favorece la aparición de conductas agresivas. Evitar que animales agresivos produzcan accidentes: Para ello encontramos tres grupos de medidas: Detección del problema: Para ello el papel de los veterinarios generalistas, ATVs y educadores es esencial. La detección precoz del problema evitará ataques y mejorará el pronóstico de tratamiento. Tratamiento: Los tratamientos de los problemas de agresividad deberían siempre ser conducidos por personal cualificado para aumentar las probabilidades de éxito. Formación: De todos los profesionales del sector y de los propietarios. Una herramienta de especial interés es el Blue Dog. Es un DVD interactivo desarrollado por pediatras, pedagogos y etólogos que tiene como objetivo reducir el riesgo que tienen los niños (especial grupo a riesgo) a sufrir mordeduras. Es la única herramienta con tal finalidad de demostrada eficacia con estudios científicos. En resumen, la agresividad es el principal problema de conducta que se remite a veterinarios especialistas. Su estudio es importante por razones sanitarias, económicas y de bienestar animal. La prevención debe abarcar una serie de medidas muy amplias con el fin de incluir en ellas la mayoría de factores que pueden desencadenar un ataque. Por ello las normativas vigentes al respecto, que se basan únicamente en el control del componente genético, se han demostrado del todo ineficaces. Ingurugiro Gaietarako Ikastegia Centro de Estudios Ambientales 5