FUNDAMENTOS DE LA MISION CONSTITUCIONAL DE LAS FF.AA. DE SER GARANTES DEL ORDEN CONSTITUCIONAL

Transcripción

1 FASOC Vol. VIII, N1 1 FUNDAMENTOS DE LA MISION CONSTITUCIONAL DE LAS FF.AA. DE SER GARANTES DEL ORDEN CONSTITUCIONAL Introducción Julio Gutiérrez Teniente Coronel Desde la aprobación de la actual Carta Fundamental, uno de los temas recurrentes en las relaciones civiles-militares, y que ha estado en el centro de las discusiones y del debate académico y político sobre la materia, ha sido el de la misión de garantes del Orden Institucional que el Artículo 90 de la Constitución les asigna a las Fuerzas Armadas y de Orden. Sin embargo, si se toma como referente la percepción de la ciudadanía, se observa que dicha misión lejos de ser cuestionada aparece claramente internalizada como una de las tres principales tareas que las Fuerzas Armadas desde siempre han desempeñado, y que en consecuencia, deben seguir realizando en el futuro. i En el presente trabajo se intentará buscar los fundamentos que sustentan esta importante misión de las Fuerzas Armadas y de Orden, para lo cual, se abordará el tema desde diferentes ángulos, colocando énfasis en la perspectiva histórica. La sociedad política, el Estado y sus fines La sociedad es la organización superior de convivencia que el ser humano se ha dado para alcanzar sus fines permanentes. Cuando dicha sociedad se dota de una autoridad para encauzar las energías de sus miembros hacia el logro de esos fines se configura el Estado que no es otra cosa que la organización de más alto nivel en una sociedad políticamente organizada. Así el Estado forma parte de la Sociedad Política cuyo objeto es una tarea por realizar o un fin por alcanzar; el Bien Común, el cual depende de las determinaciones de la inteligencia y voluntad humanas, ii y es entendido como el conjunto de condiciones sociales que permitan a todos y cada uno de los miembros de la sociedad alcanzar su más plena realización posible, tanto en el plano espiritual como en el material. De allí, entonces, que el fin primario del Estado y que precede a cualquier otra función o fin, sea proteger a la comunidad nacional preservándola en el tiempo y proporcionándole la seguridad y el orden necesarios para acometer sus fines, porque sólo cuando existe seguridad y paz, es posible obtener los otros bienes que como el desarrollo económico y social aspira toda sociedad. iii Funciones del Estado y orden institucional El Orden Institucional tiene directa relación con los fines del Estado o planteado de otra forma, la existencia del Orden Institucional obedece a la necesidad de normar y organizar las funciones que la sociedad y particularmente el Estado, desarrollan para alcanzar sus fines. En efecto, la concepción moderna del Estado no se entiende sin la existencia de una noción de orden que se refiere "al complejo unitario y constante de relaciones alcanzado entre una pluralidad de elementos que responden a un principio común", iv y que impone que cada una de esas funciones sea realizada por órganos diferentes con el objeto de evitar que la concentración del poder pueda limitar la libertad de los ciudadanos y de las organizaciones intermedias de la sociedad en la búsqueda de la satisfacción de sus necesidades naturales y de sus legítimas aspiraciones. Sin embargo, esta separación de funciones no excluye que, en determinadas materias, los distintos órganos puedan coordinarse y desarrollar labores en conjunto si ello permite o facilita alcanzar el Bien Común.

2 Julio Gutiérrez En este contexto, se entiende entonces, que a las funciones tradicionales del Estado, la Ejecutiva, la Legislativa y la Judicial, se hayan agregado durante el presente siglo en las constituciones de diversos países, las de Seguridad y de Desarrollo, que también forman parte del Bien Común. De esta manera, el Estado y el Orden Institucional constituyen los medios fundamentales para que la vida de la sociedad se desarrolle en concordia que requiere para el logro de sus fines y protegida de las amenazas internas y externas que puedan atentar contra su sobrevivencia en el tiempo. La defensa del orden institucional El concepto de defensa del Orden Institucional no está concebido en oposición al caos sino que en función de la estabilidad y de "la necesaria armonía que es preciso alcanzar entre el conjunto de las instituciones públicas y los tipos de relación social establecidos con carácter fundamental en el Estado" v de las cuales depende la supervivencia de la Sociedad Política. De lo anterior se desprende que la primera necesidad que debe satisfacer todo ordenamiento institucional, es la de garantizar su propia existencia para lo cual requiere en último término, del uso legítimo de la fuerza. La conservación del ordenamiento institucional es una tarea del Estado que está radicada en la función Ejecutiva, es decir en el gobierno, no obstante que, como parte integrante del bien común, es también responsabilidad de todos y cada uno de los ciudadanos, a través del respeto al fondo de legitimidad de la vida institucional y del cumplimiento del ordenamiento jurídico vigente. Esta función tiene el carácter de tutelar, pues su finalidad no es otra que la de garantizar "el adecuado funcionamiento del sistema institucional del Estado y asegurar que los valores permanentes que animan las relaciones sociales, establecidas y reconocidas en él, puedan desplegarse libremente". vi Por ello, es asignada al gobierno toda vez que éste cuenta con todos los medios necesarios para llevarla a cabo. La estabilidad del Orden Institucional se sustenta sobre la base del consenso de la ciudadanía, en la medida que éste tiene la legitimidad que emana de un consentimiento mayoritario, la licitud de estar orientado al logro del bien común y la legalidad que le otorgan las normas y preceptos jurídicos que deben ser cumplidos por todos, sin distinciones ni privilegios de ninguna especie. De esta manera, "un orden político sano, bien concebido y establecido firmemente, puede soportar muchas amenazas y acciones que lo ataquen o pongan a prueba". vii Sin embargo, es preciso tener en cuenta que en toda sociedad se registra la presencia permanente de dos fenómenos: el conflicto y el consenso sobre determinados aspectos de la convivencia. Cuando las relaciones conflictivas sobrepasan los límites de la normalidad, y se transforman en amenazas a la estabilidad del Orden Institucional, el Estado debe tomar medidas especiales para retrotraer, oportuna y eficientemente, a su estado de normalidad, la situación de conflicto latente que existe en toda sociedad, para lo cual puede apelar el empleo de la fuerza, ya sea para dar respaldo al derecho, restablecer el orden público o garantizar la permanencia de la institucionalidad. Las Fuerzas Armadas y el rol de garantes del orden institucional de la República La vida institucional de Chile demuestra que la participación de las Instituciones Armadas ha sido fundamental, tanto en su gestación y su perfeccionamiento a través de su aporte fundamental a las Constituciones de 1833, de 1925 y de 1980, como en la mantención de la estabilidad del orden políticoinstitucional chileno. viii Si bien la Carta Fundamental de 1980 es la primera que recoge, en forma expresa y metódica, la idea de la participación activa de las Fuerzas Armadas en la vida nacional, este concepto no es nuevo, por

3 Fundamentos de la Misión... cuanto ellas han desempeñado un rol trascendente, desde sus inicios, en el desarrollo del proceso institucional del país. La simple revisión de la historia de nuestra institucionalidad basta para comprobar que en todos los momentos de crisis que Chile ha experimentado, han sido sus Fuerzas Armadas las que han actuado como garantes del Orden Institucional y de la identidad nacional. En efecto, además de su significativo aporte en la génesis y consolidación de la República, en 1851 y en 1859 afrontaron la lucha por la institucionalidad republicana sofocando sendas revoluciones. Posteriormente, al producirse la crisis de 1891, el Ejército sostiene la posición del Presidente Balmaceda, y luego, en 1924, las Fuerzas Armadas intervienen unidas con la finalidad de "depurar el campo político de elementos indeseables, a los cuales atribuyen la inoperancia del régimen". ix Esta última intervención es conocida como la revolución de Septiembre de 1924, y su causa directa fue el rechazo de la oficialidad joven del Ejército a los problemas sin solución que afectaban a toda la ciudadanía. Producto de las exigencias de los mandos militares que asumen el poder, se dicta el Código del Trabajo en el que se integran las Leyes Sociales detenidas arbitrariamente en el Parlamento durante largo tiempo, contribuyendo con ello en forma importante a la estabilidad futura del campo social, y en consecuencia a la del orden institucional de la República. Algunos años después, en 1938, es elegido Presidente don Pedro Aguirre Cerda con una leve mayoría absoluta, y la influencia del Ejército logra que el candidato derrotado abandonara los reclamos electorales que había presentado y que nuevamente amenazaban la estabilidad institucional, y que de persistir, sin duda, habrían complicado y retardado la fuerza cívica que el país necesitaba para seguir progresando. x A partir de 1941, se entrega a las Fuerzas Armadas la supervigilancia del mantenimiento del orden público en los actos electorales y en 1942, como consecuencia de la II Guerra Mundial y de diversos sucesos político-sociales ocurridos en el país, se "da paso a la creación de una forma de estado excepcional, no contemplada en la Constitución, que permite restringir diversas libertades públicas, y a través del cual se llama a los institutos armados a participar en la superación del conflicto de carácter interno". xi En efecto, las instituciones armadas fueron requeridas en forma frecuente por los distintos gobiernos para superar situaciones de conflicto interno. Así, el Presidente Alessandri Palma, en 1936 empleó la fuerza militar con el objeto de "recuperar la estabilidad política de la sociedad nacional" xii que se encontraba amenazada a partir de una huelga ferroviaria y otras situaciones de gran agitación interna, y el Presidente Aguirre Cerda, en el convencimiento de que eran las únicas organizaciones del país con la capacidad de enfrentar con éxito los graves problemas motivados por los desastres provocados por el terremoto que afectó a Chillán y Concepción en 1939, dispuso su empleo para restablecer la normalidad en tan comprometida situación. En este breve recuento cabe señalar que a las Fuerzas Armadas también les cupo un importante papel durante el Gobierno de don Salvador Allende, quien para sobrellevar la profunda crisis económica, política y social que vivía el país, llamó a formar parte de un gabinete, que fue denominado de "seguridad nacional", a los Comandantes en Jefe Institucionales. Finalmente, es importante reproducir algunos párrafos de la carta que el entonces Senador don Patricio Aylwin publicara en el diario El Mercurio, en 1972, en la que advertía que "la división entre los chilenos, promovida e incentivada por los partidos marxista-leninistas, estaba llegando a límites extremadamente peligrosos, siendo ostensible el afán oficialista de identificar a las Fuerzas Armadas con el que, a sí mismo, se llamaba "Gobierno Popular". Más adelante señalaba: "Se trata, en el fondo, de la aplicación a la función militar de las ideas matrices del Estado Impersonal regido por la Ley, que hicieron posible la singular estabilidad que ha

4 Julio Gutiérrez caracterizado a Chile entre las Repúblicas del continente, gracias al genio político de Portales y al genio jurídico de Bello. Si se parte del concepto de que son rasgos esenciales del Estado de Derecho la "soberanía de la Ley" y el "principio de conformidad con la Ley de todos los actos del Estado", ha de entenderse que la alta misión de defender "la soberanía" nacional y la seguridad interior de la República, tarea específica de las Fuerzas Armadas, exige su autonomía profesional y su estructura jerárquica bajo el imperio de la Ley, al margen de toda interferencia. Así debe entenderse, en consecuencia, la subordinación de las Fuerzas Armadas, al poder civil. No se trata de la subordinación a un hombre ni a una autoridad sino de la sujeción a la ley, encarnada en los órganos constitucionales del Estado, cada uno en la órbita de su competencia". xiii Conclusiones El constituyente, recogiendo la experiencia histórica suscintamente reseñada, reconoce a las Fuerzas Armadas como Instituciones fundamentales de la República y en los capítulos X y XI de la Constitución de 1980 les establece sus misiones básicas y regula su aporte al desarrollo nacional. Dentro de estas misiones básicas, se encuentra la de ser garantes "del orden institucional de la República", tarea a la que también se integra a Carabineros, y que ha sido el motivo del presente trabajo de investigación. En consecuencia, de acuerdo a lo expresado precedentemente, entre los fundamentos de dicha misión constitucional, se pueden mencionar los siguientes: 1. De orden político-filosófico El fin primario y fundamental del Estado y que precede a cualquier otra función o fin, es proteger a la Sociedad Política preservándola en el tiempo y proporcionándole la seguridad y el orden necesarios para alcanzar el bien común, porque sólo cuando existe seguridad y paz, es posible obtener los otros bienes que como el desarrollo económico y social, en forma natural, aspira toda sociedad. Para este propósito existe la función militar que es ejercida por las Fuerzas Armadas, Instituciones que en el Estado de Derecho poseen el legítimo monopolio de la fuerza y que el Estado, a través del Ejecutivo, puede y debe emplear ante situaciones de crisis, internas o externas, que amenacen a la estabilidad o la sobrevivencia del ordenamiento institucional, y en consecuencia, de la sociedad misma. 2. De orden institucional y político Derivado de lo anterior, la primera necesidad que debe satisfacer todo orden institucional es justamente la de garantizar su propia existencia, para lo cual debe considerar dentro de su normativa todas las medidas de tipo valórico, social y jurídico, de carácter jurisdiccional y ejecutivo xiv que le aseguren su defensa. De allí que sin perjuicio de las funciones que a cada ciudadano, a las organizaciones intermedias, a los órganos jurisdiccionales y al propio gobierno le corresponden en esta materia, los ordenamientos constitucionales de algunos Estados, le encomienden a las Fuerzas Armadas, de manera expresa, la misión de garantizar el orden institucional. 3. De orden filosófico-jurídico El fundamento de la legítima defensa es la ausencia del Estado. En consecuencia, cuando la crisis institucional es tan profunda y se llega a la situación en que ninguna de las medidas previstas en el ordenamiento institucional operan ni son viables, entonces no queda más solución que apelar a la última Institución en disolverse; las Fuerzas Armadas, porque la conversación del cuerpo político tiene mayor importancia que la mantención de su estructura; el Estado. Ello, porque la vida política e institucional termina cuando comienza la guerra civil, después de la

5 Fundamentos de la Misión... que, como es sabido, el bando triunfador impone el nuevo modelo institucional y político. 4. De orden fáctico e histórico La función militar existe enmarcada dentro del ordenamiento institucional, pero es anterior a éste. Luego, al existir las Fuerzas Armadas dentro del Estado y disponer del monopolio de la fuerza, de hecho tiene la capacidad de actuar en defensa de dicho orden, aunque el Estado no lo haya previsto. De allí la importancia de que los cuerpos armados sean profesionales, jerarquizados, disciplinados, no deliberantes y subordinados al orden constitucional, como también apolíticos como es el caso chileno. Negarles a las Fuerzas Armadas la función de garantes de la institucionalidad por temor a que ellas puedan asumir un supuesto rol tutelar de ésta o sobrepasar sus atribuciones y atentar en su contra, no significa otra cosa que negarse la realidad de nuestra historia político-institucional, manifestarles, gratuitamente, un grado de desconfianza impropio de una cultura política como la nuestra, y en definitiva, una demostración de un grave desconocimiento de lo que ha sido el aporte de las Fuerzas Armadas en la génesis, perfeccionamiento y defensa del orden institucional chileno. 3. Canessa, Julio, La Función Militar en el Estado Contemporáneo, Seminario "Institucionalidad y Fuerzas Armadas en Chile", Magister en Política de Defensa, Academia de Guerra del Ejército, Santiago, 1992, pág Sic., Balart, Francisco, "Mecanismos de defensa del orden institucional", Documento Magister Política de Defensa, Academia de Guerra del Ejército, Santiago, julio, 1992, pág Oehling, Hermann, "La función política del Ejército", Memorial del Ejército de Chile, Edición Especial, Santiago, 1977, pp Sic., op.cit., Balart, pág Sic., Ibidem, pág Silva Bascuñán, Alejandro, "Las Fuerzas Armadas en la Constitución", en Revista de Derecho Público, (1985), pág Pinochet, Augusto, citado en Cuevas Farren, Gustavo, "Algunas reflexiones sobre las Fuerzas Armadas y el actual proceso institucional", en Política, N1 16, Santiago, 1988, pág Op.cit., Silva Bascuñán, pág Sic., Ibidem, pág Ver el "Rol del Ejército en la institucionalidad", Estado Mayor General del Ejército, Santiago, 1991, pp Diario "El Mercurio", Santiago, 11 de noviembre, Ver op.cit., Balart, pp Ver Encuesta "Percepciones y Opiniones sobre las Fuerzas Armadas", realizada en la Región Metropolitana en el mes de Diciembre de 1991, como una parte de la investigación comparada sobre "Fuerzas Armadas y Democracia en el Cono Sur de América Latina", organizada por el Area de Relaciones Internacionales y Militares de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Chile) y el Centro de Estudios de Economía y Sociedad (CEDES) de Argentina, apoyado por el International Development Research Centre (IDRC) de Canadá. 2. Maritain Jacques, "El hombre y el estado", Editorial del Pacífico, Instituto de Estudios Políticos, (IDEP), Santiago, pp