MINUTA PARA LA DISCUSIÓN SOBRE LA FUERZA DE TRABAJO DOMINICANA Y LA FUERZA DE TRABAJO INMIGRANTE HAITIANA EN EL SECTOR CONSTRUCCIÓN DE R.D.

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1 MINUTA PARA LA DISCUSIÓN SOBRE LA FUERZA DE TRABAJO DOMINICANA Y LA FUERZA DE TRABAJO INMIGRANTE HAITIANA EN EL SECTOR CONSTRUCCIÓN DE R.D. HACIA EL CUMPLIMIENTO DE LAS LEYES CON DERECHOS HUMANOS Y LA DIGNIFICACIÓN DE LOS TRABAJADORES DOMINICANOS. Matías Bosch, 24 de marzo de Salarios de trabajadores inmigrantes En cuanto a los trabajadores haitianos establecidos ya en República Dominicana, un estudio reciente de Fondo de Población de las Naciones Unidas UNFPA- (2013) afirma que El 68.7% de los inmigrantes haitianos recibe un ingreso mensual menor a los RD$10,000, un 26.6% tiene ingresos entre RD$10,000 y RD$19,999, y un muy reducido grupo de 6.8% gana más de RD$20,000 mensual. Quienes se encuentran en peor situación de ingreso son, claramente, las mujeres inmigrantes haitianas. El 46.4% gana menos de RD$5,000, y el 79.5% recibe menos de RD$10,000 al mes. Es interesante observar que mientras el salario promedio mensual de los inmigrantes en general es de RD$39,317.8, mientras el de los inmigrantes haitianos es de 10, Vale decir, el salario mensual promedio de un inmigrante que viene de un país diferente a Haití es casi cuatro veces superior al que devenga un inmigrante haitiano. Esta distancia es aún mayor entre las mujeres inmigrantes haitianas y las de otros países: ésta última tiene un salario mensual promedio cuatro veces superior al de las inmigrantes haitianas (UNFPA, 2013). 2. Fuerza de trabajo inmigrante De acuerdo ésta y otras investigaciones, no es verdad que los trabajadores haitianos vienen a República Dominicana a desplazar trabajadores dominicanos, como en su tiempo acusaron Trujillo, Balaguer y hoy vuelven a hacer quienes no cuestionan en sus pilares la hegemonía oligárquica en base a mano de obra barata y masas empobrecidas, impuesta en democracia. Algunos hallazgos relevantes del citado estudio son: a) Volumen de la inmigración:

2 ( ) El volumen general de población de origen extranjero es de personas de origen extranjero (inmigrantes y descendientes), que representan un 7.9% del volumen total de población en el país, la cual, al momento del estudio era de 9,716,240 personas. 524,632 personas eran inmigrantes, el 5.3% del total de la población. Los inmigrantes haitianos eran 458,233 personas, que representaban el 87.3% del total de inmigrantes. Los estudios indican que si bien la presencia de mano de obra inmigrante en el volumen general de la PEA, sobre todo la ocupada, es significativa, con alrededor del 7% del volumen total del empleo, no tiene un peso abrumador en la estructura general de la ocupación. La inmigración haitiana tiene una presencia determinante en el volumen general del empleo rural y la construcción. La presencia de la mujer haitiana se produce sobre todo en el comercio y los servicios, y en general, es poco relevante el volumen de empleo que determina (alrededor del 3.6% del empleo total) (UNFPA, 2013). b) Etapas de los flujos migratorios; relación con el terremoto de 2010: ( ) la inmigración se inscribe en una dinámica de largo plazo, que involucra a cuotas de inmigrantes que han ingresado al país aun antes de Hasta ese año había ingresado ya al país un 25% del total de inmigrantes. A ese respecto, sin embargo, quizás lo más característico de la inmigración es que el segmento mayoritario de inmigrantes (35%) ingresó al país en años recientes, entre 2010 y 2012, es decir posterior al terremoto que causó alrededor de 300 mil muertos. Este dinamismo reciente caracteriza sobre todo a la inmigración haitiana, pues en ese mismo período ingresó al país un 36% de dichos inmigrantes (UNFPA, 2013). c) Nivel educativo: ( ) La población inmigrante es de un bajo nivel de escolaridad, sobre todo los inmigrantes procedentes de Haití, pues los procedentes de otros países tienen altos niveles de escolaridad y formación profesional. De esta forma, el 8.2% no tenía ningún nivel de escolaridad, y el 43.8% solo alcanzaba el nivel de primaria. Entre los inmigrantes haitianos, el 13%no tenía ningún grado de escolaridad y el 47.5% solo alcanzaba al nivel de primaria en formación escolar (UNFPA, 2013). d) Participación en la fuerza de trabajo y sectores de la economía: ( ) La fuerza de trabajo inmigrante tiene incidencias distintas, según las ramas en la distribución general de la ocupación. Por lo pronto, para 2012, dicha mano de obra concentraba el 7.1% del total de mano de obra ocupada en el país, pero esa incidencia era muy desigual por ramas de actividad económica. Por lo pronto, representaba el 21.7% de la fuerza de trabajo total en la agropecuaria y el 25.9% de la fuerza de trabajo ocupada en labores de construcción. En el sector terciario, su mayor incidencia era en la actividad comercial, donde concentraba el 5.3% de la ocupación total de la rama. Lo realmente significativo es la incidencia de la inmigración de mano de obra haitiana en su distribución sectorial en la economía, pues la fuerza de trabajo inmigrante masculina haitiana concentraba el 40.8% de la PEA agropecuaria, y el 31.4% de los trabajadores de la construcción.

3 Un aspecto a resaltar es que el cambio ocupacional del origen al destino es muy bajo. El 70% de los inmigrantes que desempeñaban actividades elementales en el origen mantuvieron las mismas actividades en el destino. Apenas un 12.5% de estos trabajadores pasaron en el destino a desempeñarse en actividades de servicios y ventas. Del total de trabajadores que en el destino desempeñan ocupaciones elementales, un 37.2%% aproximadamente son trabajadores que en el origen desempeñaban estas mismas actividades, pero un importante 40% aproximadamente eran trabajadores agropecuarios. Los trabajadores haitianos son de un bajo nivel de formación escolar, en su mayoría obreros agrícolas y de la construcción, que en los campos dominicanos suplen la fuerza de trabajo, especialmente juvenil, que se ha desplazado a los centros urbanos en formas de masas de migrantes desesperados por la pobreza rural. Si van a las ciudades dominicanas, no compiten, sino que participan de una división social del trabajo entre haitianos y dominicanos bastante equilibrada en términos del funcionamiento del mercado de trabajo informal (UNFPA, 2013). 3. Sobre el sector construcción El sector construcción ha crecido en el último tiempo a una tasa cercana al 15% y mueve varias actividades vinculadas que también crecen, como se ve en la figura 1, y como se ve en la figura 2, agrupado con actividades vinculadas, es el segundo sector en importancia de la industria nacional, representando un 16% del total. Sin embargo, no debe perderse de vista que la industria ha sido cada vez más golpeada y hoy es aproximadamente un 25% del PIB nacional y que la construcción ha retrocedido y no es un sector que tenga un peso significativo en el total del empleo que se genera en la economía, ya que representa alrededor de un 5% a 6% del PIB (año 2013), no obstante los datos varían entre los estudios disponibles. En 2009, de alrededor de de dominicanos y dominicanas ocupados que recibían ingresos, unos lo estaban en la construcción (Observatorio del Mercado Laboral Dominicano, 2011).

4 Figura 1 Figura 2 Principales actividades de la industria dominicana Repitiendo, los trabajadores ocupados en la construcción en los últimos 20 años han sido alrededor de un 7% de todas las personas ocupadas que reciben ingresos en RD. Y es interesante ver que en la construcción globalmente vista- ha ocurrido algo parecido a todo lo sucedido en la economía dominicana, incluyendo la industria y actividades productivas. Casi no aportan o aportan negativamente a la variación del empleo en el país: es una

5 estructura económica que cada vez genera menos puestos de trabajo y donde los crea es en administración pública, servicios no productivos y en la ganancia del capital. Entre 1996 y 2011, la construcción prácticamente no aportó al aumento del empleo. Figura 3 Contribución de cada sector a la variación de la tasa de empleo 2011 a 1996, puntos porcentuales Como se ve en la figura 3, si se ve las obras de construcción (no actividades vinculadas) los trabajadores haitianos son aproximadamente el 50%. Insistimos, es importante que esto es en LAS OBRAS, ya que el sector incluye más el levantamiento de la obra o edificación. Si se ve el sector en total, la mano de obra haitiana es alrededor de un 25% a 26% de la misma. Esto es llamativo, ya que en total, la fuerza de trabajo haitiana es entre un 7% y un 8% del total de la fuerza de trabajo en el país. Esto es así porque es en la construcción y en el agro donde más se ha insertado una población inmigrante que ha crecido especialmente y como era previsible- después del terremoto de 2010, y tiene que ver con el grado educativo exigido por los patronos y los bajos niveles salariales que se ofrecen a cambio de un esfuerzo notable de energía y fuerza humana.

6 Figura 4. Proporciones de trabajadores de la construcción por nacionalidad, según fases de las obras, 2010 Fuente: Observatorio del Mercado Laboral Dominicano (2011) Algo interesante es que en promedio, el trabajador haitiano inmigrante tiene un salario por debajo del salario mínimo en construcción (aprox. 500 pesos la jornada de trabajo para un trabajador no calificado). Si se considera que el costo de la canasta mínima familiar en República Dominicana es pesos, y que el 50% de los que trabajan ganan como máximo 9000 pesos en su salario principal, lo normal es que muchos dominicanos se emplean en más de un trabajo, muchos de ellos informales, pues lo que ganan no permite sobrevivir. Eso explica, de cierta forma, que pocos trabajadores (un 7%) estén dispuestos para la actividad construcción, sobre todo como trabajadores no calificados, con un salario mínimo que apenas bordea con el costo de la canasta mínima familiar, y además deja escasas fuerzas, energías y tiempo para lograr un segundo ingreso. En ese sentido, tiene lógica lo que los informes señalan: los trabajadores haitianos inmigrantes en la agropecuaria y en la construcción NO HAN DESPLAZADO a los dominicanos, sino que LA HAN REEMPLAZADO, considerando que muchísimos dominicanos han migrado al empleo informal y a la microempresa, especialmente el cuenta-propismo, para poder subsistir con el alto costo de la vida y salarios tan bajos, fijados legalmente por el Comité Nacional de Salarios. Por otro lado, es importante señalar que es una falacia decir que a los empresarios constructores por medio de sus representantes de ACOPROVI- les interesa o les conviene que el trabajador esté documentado porque eso les permite estar en la Seguridad Social. Si los trabajadores dominicanos son alrededor del 50% de la mano de obra ocupada en el sector, es decir, más de trabajadores por lo menos cómo se explica

7 que según la Superintendencia de Pensiones al 30 de septiembre de 2014 los trabajadores registrados y cotizando en los fondos de pensiones trabajando en la construcción no llegaban a los ? (Ver gráfico 4). Será que no sólo reciben más de trabajadores inmigrantes indocumentados, sino que muchos de los dominicanos no están cotizando realmente en sus fondos de pensiones y por tanto EN REALIDAD NO ESTÁN EN LA SEGURIDAD SOCIAL? Figura 5. Distribución de cotizantes de pensiones al 30 de septiembre de 2014 Cabe destacar que si se consideran los trabajadores en obra, han de haber unos o trabajadores inmigrantes. Si se aplicara la norma 80/20, los dominicanos deberían quedar en unos y los inmigrantes en unos La pregunta es: De dónde van a salir los dominicanos que quieran trabajar en obra por el mismo salario que se gana un chofer de concho, mientras los apartamentos que construyen se venden en millones y al obrero no le queda para que su familia coma dignamente en el mes? En ese sentido, los representantes de ACOPROVI tienen algo de razón cuando dicen: si deportan a la mano de obra haitiana, se para la construcción.

8 4. Quién está ganando? Cómo hacer que los dominicanos trabajen en la construcción y que este sector genere mucho más empleo y prosperidad? Según los constructores, el 68% de la demanda es por vivienda de menos de 2.5 millones de pesos. Es decir, la inmensa mayoría que está comprando viviendas es el pueblo trabajador de las capas medias. Así y todo, según fuentes, el déficit habitacional supera en el país 1 millón de viviendas que habría que construir o bien mejorar. Cuando vemos los datos de la banca, se observa que a 2013 los bancos ya tenían endeudados a los dominicanos por más de millones de pesos (alrededor de 17 mil millones prestados anualmente entre 2010 y 2013, según la ABA), como se ve en la figura 6. Calculando con un interés de 15% a un plazo de 20 años, los dominicanos y dominicanas que ya debían eso, sin que aparezcan nuevos deudores, van a pagarle a los poderosos bancos dominicanos unos 200 mil millones de pesos. Figura 6. Saldo de cartera de créditos para adquisición, ampliación y remodelación de viviendas (RD$ millones) A eso sumemos los 305 mil millones de pesos que los trabajadores ahorran por concepto de seguridad social, particularmente pensiones, y se usan en engrosar las ganancias de los mismos bancos dueños de las AFP y servir como colchón financiero al gobierno. En tal sentido, la presencia numerosa de mano de obra inmigrante (haitiana) en la construcción tiene relación con un grave desorden institucional y jurídico que involucra un componente de incumplimiento y negligencia por las autoridades y un componente significativo de la industria del tráfico de personas, acrecentado posterior al terremoto que asoló a Haití y que obviamente empuja a su población a migrar masivamente no sólo hacia República Dominicana, sino que a Puerto Rico, Brasil, entre otros países. Además de resolver este desorden institucional asociado a la negligencia de autoridades y el tráfico de personas, es preciso reivindicar un cambio significativo en las condiciones de

9 la relación entre trabajadores y patronos y empresarios del sector construcción y el negocio inmobiliario. Un trabajador que recibe el salario mínimo (alrededor de 12 mil pesos si es trabajador no calificado) no sólo NO PUEDE mantener a su familia, sino que al mismo tiempo está produciendo a una tasa de ganancia despiadada. Un trabajador que está en la obra por ese salario, en la construcción de un solo apartamento de 4 millones de pesos, repone el costo de su fuerza de trabajo EN LOS PRIMEROS 45 MINUTOS DE TRABAJO DEL MES. Si le sumáramos la ganancia que el banco va a obtener, ESTARÍAMOS HABLANDO QUE LA MAYORÍA DE LOS TRABAJADORES DE LA CONSTRUCCIÓN (DOMINICANOS O DE OTRO PAÍS) ESTÁN SIENDO EXPLOTADOS EN CONDICIONES PRÁCTICAMENTE DE ESCLAVITUD. Queda claro que la construcción en República Dominicana está rezagada, genera pocos trabajos, mal pagados y poco atractivos, y con un gran déficit habitacional. La construcción puede ser atractiva para muchos dominicanos, generar muchos más empleos de los que está generando y pagar salarios dignos, además de cumplir su rol social de producir viviendas y edificaciones dignas acordes con las necesidades del país. Y ello sin despreciar la participación justa de los trabajadores inmigrantes aptos para esta labor. Es muy importante decir que bajo las reglas del juego actuales, establecidas en función de la plusvalía desmedida del sector más poderoso del empresariado constructor y del sector prácticamente oligopólico de la banca y las finanzas, sería un despropósito antinacional establecer como sugiere el presidente saliente de ACOPROVI- un subsidio al crédito en vivienda, lo que significaría utilizar las contribuciones tributarias y por tanto el esfuerzo otra vez- del pueblo trabajador para supuestamente ayudar al crédito en vivienda cuando en realidad están asegurando las ganancias ya excesivas de la banca con tasas de interés desmesuradas y prácticamente usureras. Tampoco sería justo que bajo estas mismas reglas del juego establecidas en función de la privatización de las pensiones para que el dinero de trabajadores y empleadores productivos engorden a las AFP y con ello a los bancos, así como sirve de colchón al déficit público (provocado porque la gran riqueza nacional y foránea no aporta con justicia al fisco)- se usen los fondos de pensiones bajo el supuesto de que maximiza el ahorro del trabajador: ya basta de que el trabajador ahorre y le pida prestado a los bancos que engordan con sus esfuerzos para la vejez. Es posible bajar las tasas de interés y es posible utilizar los inmensos ahorros de las pensiones de una forma productiva, confiable y patriótica, pero cambiando las reglas del juego y el poderío excesivo de los escasos grandes bancos en las decisiones en esta materia. Al mismo tiempo, para que la proporción 80/20 se cumpla, además de hacerse en pleno respeto por los derechos humanos y las leyes vigentes, necesita que haya una nueva relación de trabajo y salarial, porque los obreros de la construcción y los compradores de vivienda están siendo saqueados, sobreexplotados, primero por los grandes constructores y sobre todo por los grandes bancos, que están ganando fortunas con su esfuerzo mientras los condenan a existir con salarios de miseria y desviando recursos para engordar su tasa de ganancia que debería servir PARA HACER DE LA CONSTRUCCION UN SECTOR

10 MUCHÍSIMO MAS ACTIVO Y GENERADOR DE EMPLEO, CON SALARIOS DIGNOS Y QUE SE ORIENTE A SATISFACER LA NECESIDAD DE VIVIENDAS Y OBRAS DE INTERÉS SOCIAL QUE EL PAÍS NECESITA.