UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA SUR ÁREA DE CONOCIMIENTO DE CIENCIAS DEL MAR DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE BIOLOGÍA MARINA

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1 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA SUR ÁREA DE CONOCIMIENTO DE CIENCIAS DEL MAR DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE BIOLOGÍA MARINA T E S I S INFLUENCIA DE LAS MAREAS, FASES LUNARES Y LOS VIENTOS EN LA ANIDACIÓN DE LA TORTUGA GOLFINA (Lepidochelys olivacea) EN LOS CABOS, BAJA CALIFORNIA SUR, MÉXICO QUE COMO REQUISITO PARA OBTENER EL TÍTULO DE BIÓLOGO MARINO PRESENTA: JORGE ARMANDO VEGA BRAVO DIRECTOR DE TESIS: DRA. MARÍA MÓNICA LARA UC LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR JUNIO DE 2014

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3 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA SUR ÁREA DE CONOCIMIENTO DE CIENCIAS DEL MAR DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE BIOLOGÍA MARINA TESIS INFLUENCIA DE LAS MAREAS, FASES LUNARES Y LOS VIENTOS EN LA ANIDACIÓN DE LA TORTUGA GOLFINA (Lepidochelys olivacea) EN LOS CABOS, BAJA CALIFORNIA SUR, MÉXICO QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: BIÓLOGO MARINO PRESENTA: JORGE ARMANDO VEGA BRAVO DIRECTOR DE TESIS: DRA. MARÍA MÓNICA LARA UC LA PAZ, B.C.S., MÉXICO, JUNIO DE 2014

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5 DICTAMEN DE APROBACIÓN DE LA TESIS TERMINADA I

6 DEDICATORIA Este trabajo se lo dedico a Dios y a mi familia, a mi madre y mis hermanos, que gracias a ellos logre concluir mi carrera. Gracias por siempre estar a mi lado y darme todo su apoyo y amor incondicional durante cada día, por ser mi inspiración, mi motivación y fortaleza para seguir adelante y conquistar mis sueños, sobre todo por hacer de mí una mejor persona y un mejor estudiante a través de sus valiosos consejos, enseñanzas y todo su amor. Muchas gracias, los amo mucho! II

7 AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer a las Instituciones que apoyaron la realización de este trabajo: Primeramente a la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) y a mis maestros de la carrera por compartir sus conocimientos y guiarme para conocer las grandes maravillas de la naturaleza y del mundo marino. A todo el personal del campamento tortuguero Asociación Sudcaliforniana de Protección al Medio Ambiente y la Tortuga Marina, A.C. (ASUPMATOMA A.C.) de Los Cabos y del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) Unidad La Paz, por su colaboración y gran ayuda. A ProFaunaBaja y a Stephanie Rousso por su valioso apoyo al facilitarme las estancias en el campamento. En primer lugar quiero agradecer a mi asesora y directora de tesis, la Dra. Ma. Mónica Lara Uc por haberme dado la oportunidad de trabajar en este proyecto, sobre todo por darme su confianza, todo su tiempo, brindarme siempre su apoyo y por su valiosa orientación a lo largo de la realización de este trabajo. A los miembros de mi comité de tesis: Eduardo Gonzáles Rodríguez y Jorge Manuel López Calderón por su extraordinaria ayuda, sabios consejos y orientación invaluable. A Rafael Riosmena Rodríguez y Gerardo González Barba por haberme brindarme su apoyo y su tiempo. Finalmente a todos mis amigos que siempre han estado conmigo, por su apoyo incondicional y valiosos consejos, que hoy me hacen una mejor persona. III

8 ÍNDICE DICTAMEN DE APROBACIÓN DE LA TESIS TERMINADA... I DEDICATORIA... II AGRADECIMIENTOS... III ÍNDICE... IV ÍNDICE DE TABLAS Y FIGURAS... V RESUMEN... VII INTRODUCCIÓN... 1 ANTECEDENTES... 8 JUSTIFICACIÓN OBJETIVO GENERAL OBJETIVOS PARTICULARES METODOLOGÍA Área de estudio Registro de nidos Mareas, fases lunares y vientos Análisis de datos RESULTADOS DISCUSIÓN CONCLUSIONES RECOMENDACIONES LITERATURA CITADA IV

9 ÍNDICE DE TABLAS Y FIGURAS Tabla I. Porcentaje de nidos en relación con las variables ambientales predominantes en cada playa durante la temporada del Tabla II. Porcentaje de nidos en relación con las variables ambientales predominantes en cada playa durante la temporada del Figura 1. Ciclo de vida de las tortugas marinas (tomada de Miller 1996) Figura 2. Características morfológicas de L. olivacea (tomada de Pritchard y Mortimer 2000) Figura 3. Área de estudio. Playas de anidación Rancho Punta San Cristóbal y El Suspiro Figura 4. Número de nidos registrados en las playas de El Suspiro y San Cristóbal durante la temporada del Figura 5. Número de nidos registrados en las playas de El Suspiro y San Cristóbal durante la temporada del Figura 6. Procedencia y velocidad del viento en las playas de anidación durante la temporada del (a) 2011 y (b) Velocidad promedio = km/h Figura 7. Número de nidos en relación con la altura de la marea (NMM) en las playas de (a) El Suspiro y (b) San Cristóbal durante la temporada del Luna nueva, cuarto creciente, luna llena, cuarto menguante Figura 8. Número de nidos en relación con las fases lunares en las playas de El Suspiro y San Cristóbal durante la temporada del Luna nueva, cuarto creciente, luna llena, cuarto menguante V

10 Figura 9. Número de nidos en relación con (a) la procedencia y velocidad del viento en las playas de (b) El Suspiro y (c) San Cristóbal durante la temporada del Figura 10. Número de nidos en relación con la altura de la marea (NMM) en las playas de (a) El Suspiro y (b) San Cristóbal durante la temporada del Luna nueva, cuarto creciente, luna llena, cuarto menguante Figura 11. Número de nidos en relación con las fases lunares en las playas de El Suspiro y San Cristóbal durante la temporada del Luna nueva, cuarto creciente, luna llena, cuarto menguante Figura 12. Número de nidos en relación con (a) la procedencia y velocidad del viento en las playas de (b) El Suspiro y (c) San Cristóbal durante la temporada del Figura 13. Destrucción de los corrales en la playa de El Suspiro a causa de la Tormenta Tropical Paul en octubre del 2012 (fotografía por ASUPMATOMA A.C.) Figura 14. Erosión natural en la playa de El Suspiro a causa de la Tormenta Tropical Ivo en agosto del 2013 (fotografía por Stephanie Rousso) Figura 15. Erosión de la playa de El Suspiro y destrucción de los nidos a causa de fugas de agua provenientes de las instalaciones de la planta desaladora durante la temporada del 2013 (fotografía por Stephanie Rousso) VI

11 RESUMEN La tortuga golfina (Lepidochelys olivacea) es al especie más común que anida en Los Cabos, Baja California Sur. La temporada de anidación se desarrolla en los meses de julio a noviembre y puede ser influida por las fases lunares, mareas, temperaturas e incluso la fuerza y dirección del viento. Pese a que la cantidad de trabajos realizados en la región son escasos, se realizó un estudio sobre la conducta de su anidación durante las temporadas del 2011 y 2012 en las playas de El Suspiro y San Cristóbal, en Cabo San Lucas. Se relacionó el número de nidos presentes por noche con respecto a las mareas, fases lunares, velocidad y dirección del viento, en cada playa. En ambas temporadas el mayor registro de nidos ocurrió durante el mes de septiembre. Los resultados indican que sólo en la temporada del 2011 se encontraron diferencias significativas con respecto a las fases lunares en ambas playas, así como con la velocidad y dirección del viento en la playa El Suspiro. Los mayores registros ocurrieron durante las fases de luna llena y los vientos de alta magnitud provenientes del oeste. Sin embargo es importante asociar su anidación en conjunto con otros factores ambientales como el perfil de playa, humedad, temperatura y clima presente en cada playa de anidación. VII

12 INTRODUCCIÓN En la actualidad existen alrededor de 75 géneros y más de 220 especies de tortugas terrestres, dulceacuícolas y marinas, de las cuales solo seis géneros y ocho especies son marinas (Márquez 2002). Las tortugas marinas son un grupo primitivo, presentan características anatómicas únicas que básicamente no han cambiado desde que aparecieron habitando los mares del planeta hace millones de años (m.a.) (López 2002; Márquez 2002). El espécimen más antiguo del que se tiene registro es el de Santanachelys gaffneyi con una edad aproximada de 110 m.a. (Hirayama 1998). La familia Cheloniidae incluye a las tortugas marinas de nuestro tiempo, los primeros representantes del grupo aparecieron a finales del Mesozoico, en el Cretácico Superior, hace por lo menos 100 m.a. (Dutton 1996; Márquez 2002; Matzke 2007), con un gran número de géneros que proliferaron en todos los mares tropicales de la época, pero su mayoría se extinguió antes de terminar el Cenozoico (Márquez 2002), quedando en la actualidad solo cinco géneros con siete especies (Dutton 1996; Matzke 2007). Por otra parte, el origen de la familia Dermochelyidae no es claro, sin embargo, desde el Cenozoico, a partir del Eoceno (Márquez 2002: Matzke 2007), se han encontrado representantes de cuatro géneros, pero sólo una especie del género Dermochelys, que se originó en el Mioceno hace 25 m.a., sobrevive hasta nuestros días (Márquez 2002). Durante el transcurso de sus vidas habitan en diferentes ecosistemas, tanto marinos como terrestres. Su alimentación está abierta a una gran diversidad de hábitats en zonas templadas, subtropicales y tropicales (Seminoff y Wallace 2012). Durante la época de reproducción las tortugas marinas adultas dejan sus zonas de alimentación y migran cientos de kilómetros a las zonas de apareamiento y a las playas de anidación, mismas donde nacieron (Choi y Eckert 2009). Su anidación involucra salir a desovar en playas arenosas, principalmente en las costas tropicales (Briceño-Dueñas 1980; Seminoff y Wallace 2012). Sus ciclos de anidación son múltiples, lo que quiere decir que las tortugas arriban a las playas en varias ocasiones por temporada para depositar sus huevos. 1

13 Las nidadas permanecen en incubación de 45 a 60 días aproximadamente y al emerger las crías se dirigen al mar, incorporándose a comunidades pelágicas a la deriva, durante periodos de tiempo variables, según la especie. Mientras alcanzan la madurez reproductiva, transitan por una amplia variedad de hábitats oceánicos y costeros (Fig. 1) (SEMARNAP 2001). Figura 1. Ciclo de vida de las tortugas marinas (tomada de Miller 1996).. No se sabe con seguridad cuanto tiempo viven las tortugas marinas, pero se ha demostrado que son especies longevas, de lento crecimiento y madurez tardía. Dependiendo de la especie, alcanzan la madurez reproductiva entre los 12 y 40 años (Márquez 2002; Choi y Eckert 2009). Durante su desarrollo embrionario y hasta la fase adulta, se encuentran expuestas a numerosos riesgos, debido a la gran cantidad de depredadores que presentan (Briceño-Dueñas 1980). Además, han sido de tal manera explotadas por el 2

14 hombre, que se puede considerar a éste como el factor que más presión a ejercido debido a una combinación de factores dentro de los cuales se incluyen la pesca comercial y artesanal en el pasado, la captura incidental y furtiva, la degradación y la pérdida de los hábitats de alimentación y anidación (Briceño-Dueñas 1980; Sandoval 2008). Esta elevada explotación del recurso ha ocasionado un decrecimiento en las poblaciones y como es natural la disminución del número de tortugas que salen a anidar en las playas. Es así como cada año es menor el número de crías que se incorporan a las poblaciones con lo cual se altera la dinámica natural de las poblaciones de estos quelonios (Briceño-Dueñas 1980; Sandoval 2008). La tasa de mortalidad que presentan es alta, de tal manera que de 10,000 crías sólo del 0.02% al 0.2% alcanzan la edad adulta (SEMARNAP 2001). Esto ha llevado al desarrollo de programas de conservación y protección de especies amenazadas o en peligro de extinción, que mediante diversos mecanismos, logran desacelerar y evitar su desaparición. Dentro de estos programas, las tortugas marinas han sido protegidas en todo el mundo y especialmente en México, donde además de haberse tomado medidas legales y jurídicas en favor de ellas, cada año se instalan campamentos tortugueros a lo largo del litoral mexicano para su protección (Márquez 2002; Sandoval 2008). Hoy en día todas las especies de tortugas marinas en el mundo son consideradas vulnerables, amenazadas o en peligro de extinción, por lo que sin excepciones se encuentran incluidas en el Apéndice I de los acuerdos del CITES (Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Flora and Fauna) y dentro de la lista roja global de la IUCN (International Union for Conservation of Nature and Natural Resources) (Sandoval 2008; Brusca 2010). En México, las seis especies que se distribuyen en sus costas, están incluidas dentro de la Norma Oficial NOM 059 SEMARNAT 2010 como en peligro de extinción (SEMARNAT 2010). El Pacífico Oriental es un área importante en el planeta para las tortugas marinas, en estas aguas, incluyendo las costas del Pacífico Mexicano, se encuentran seis de las ocho especies existentes alrededor del mundo: la tortuga laúd (Dermochelys coriacea), tortuga amarilla (Caretta caretta), tortuga carey 3

15 (Eretmochelys imbricata), tortuga verde (Chelonia mydas), tortuga prieta (Chelonia agassizii) y la tortuga golfina (Lepidochelys olivacea) (López 2002; Sandoval 2008; Seminoff y Wallace 2012). La tortuga marina L. olivacea (Eschscholtz, 1829) es la especie más abundante en la actualidad (Valverde et al. 2012) y en el Océano Pacífico Oriental se distribuye desde el noroeste de la Península de Baja California y el Golfo de California, hasta Chile (Rodríguez-Valencia et al. 2005; Brusca 2010), que incluyen las provincias de California, Cortez, Panamá y Perú-Chile, distribuidas dentro de las regiones marinas tropicales y tropicales templadas (Briggs y Bowen 2012). Las principales zonas de anidación localizados en el Golfo de California se encuentran en las costas de Sinaloa y en la región sur de la Península de Baja California, en Todos Santos y Los Cabos (Rodríguez-Valencia et al. 2005; Sandoval 2008). De acuerdo con las clasificaciones modernas (Márquez 2002; Sandoval 2008), su ubicación taxonómica es la siguiente: Phylum: Chordata Clase: Reptilia Subclase: Anápsida Orden: Testudinata Suborden: Cryptodira Familia: Cheloniidae Género: Lepidochelys Especie: Lepidochelys olivacea (Eschscholtz, 1829) Morfológicamente esta tortuga se caracteriza por tener un caparazón casi circular, con amplitud similar a su longitud, los márgenes ligeramente levantados; cabeza de tamaño mediano y ligeramente triangular. Las crías tiene el caparazón menos ancho. Cabeza con dos pares de escamas prefrontales, pico corneo con forma de sierra en sus bordes, pero con un reborde alveolar interno. Caparazón de cinco a siete escudos dorsales y de cinco a nueve pares de escudos laterales generalmente asimétricos, el par anterior está en contacto con el escudo precentral o 4

16 nucal. Cada puente del plastrón con cuatro escudos inframarginales, cada uno con un poro muy conspicuo en su margen posterior, que es la abertura de la glándula de Rathke. Tienen una o dos uñas en el borde anterior de cada aleta (Fig. 2). Las crías presentan un color gris obscuro a negro; en ocasiones el caparazón y aletas presentan un delgado borde amarillento. Los adultos dorsalmente van del olivo-gris al olivo-amarillento. Llegan a medir de longitud recta del caparazón de 51 a 78 cm, y pesar de 33 a 52 kg, por lo que es considerada una de las especies más pequeñas (Pritchard y Mortimer 2000; López 2002). Figura 2. Características morfológicas de L. olivacea (tomada de Pritchard y Mortimer 2000). 5

17 Su anidación en las costas mexicanas, incluyendo el Golfo de California, se desarrolla de julio a febrero, con un pico en septiembre u octubre (Márquez 2002). Esta especie es la más sobresaliente en sus hábitos reproductivos ya que llegan a anidar de forma individual como el resto de las especies y sobre ciertas circunstancias, aún desconocidas, llegan a anidar en grupos de miles de tortugas de forma sincronizada en un intervalo de dos a tres días. Este fenómeno de anidaciones en grandes agregados se denomina arribada o arribazón y es uno de los atributos más sobresalientes de las dos especies del género Lepidochelys, lo cual sólo ocurre en algunas playas en específico en el Pacífico Oriental, Indo-Pacífico y el Atlántico Oriental (Jiménez-Quiroz et al. 2003; Seminoff y Wallace 2012). Existen ciertas características en las playas que definen cual o cuales son las especies más probables que aniden en ellas. Playas abiertas, continentales, aisladas, con poca pendiente (cerca de 5 ), de media energía y generalmente limitadas en su parte terrestre por esteros o marismas, son las más visitadas por las tortugas del género Lepidochelys, donde anidan en espacios libres de vegetación y de alguna manera después perciben el lugar apropiado para construir el nido guiándose por la consistencia de la arena, la humedad, la temperatura y quizás el olor del sitio escogido (López 2002; Márquez 2002). En las tortugas marinas los ciclos reproductivos tienden a ser anuales, bianuales, trianuales y en casos especiales puedes volverse irregulares. En el caso del género Lepidochelys el ciclo más frecuente es el anual, de hábitos de desove nocturnos, aunque en ocasiones también anida durante el día, principalmente durante las arribadas. Esta secuencia cíclica no es definitiva, ya que puede retrasarse por un año o en ocasiones suspenderse por periodos más largos, debido a la escasez de alimento, cambios ambientales extraordinarios (como el efecto de las corrientes cálidas producidas por el fenómeno de El Niño ), enfermedades, etc. (Márquez 2002). Además, el ciclo reproductivo presenta componentes mensuales, quincenales o decenales, y el momento del desove, que puede ser influido principalmente por las fases lunares, mareas, temperaturas e incluso la fuerza y dirección del viento (Márquez 2002; Honarvar 2007). 6

18 Diferentes estudios han demostrado la influencia de las mareas, las fases lunares y los vientos sobre la anidación de las tortugas marinas, indicando que este comportamiento puede presentar diferencias de acuerdo a la biología de cada especie (Azanza et al. 2003; Garcon et al. 2009; Law et al. 2010). L. olivacea, al ser la tortuga marina más abundante en comparación con el resto de las especies, presenta un gran número de zonas de anidación a lo largo de las costas del Pacífico Oriental, las cuales presentan diferentes características ambientales, sugiriendo que tiene una alta adaptación en relación a los sitios de anidación. Los factores que determinan porque estas playas de anidación son preferidas por esta especie en las costas de la Península de Baja California han sido poco estudiados, por lo que el presente trabajo pretende determinar los factores ambientales característicos que influyen en su anidación. 7

19 ANTECEDENTES Históricamente debido a su abundancia L. olivacea ha sido blanco de la captura y sobrexplotación para el consumo humano dentro del Golfo de California y en todo el país, por lo que ha afectado su abundancia y perjudicado sus poblaciones, especialmente en las décadas de 1960 y 1970, cuando el valor comercial de la carne, huevos y piel de las tortugas marinas alcanzó niveles suficientes para dar soporte a un amplio mercado (Brusca 2010). Durante el periodo de 1965 a 1990 esta especie represento más del 90% del total de la captura legal e ilegal en el país. Desde entonces se han hecho intentos para proteger y conservar las tortugas marinas en el territorio mexicano (Márquez 2002). En 1965 se inició un programa para determinar cuotas y tallas mínimas, se propusieron vedas en períodos reproductivos y se instalaron campamentos en las zonas de arribada, sin embargo estas medidas no se pusieron en práctica adecuadamente y continuó su explotación ilegal. En 1971 se instauró una veda total por dos años, la captura se reinició a mediados de En 1977 se declaró la primera reserva natural para tortugas marinas en México, la de Rancho Nuevo en Tamaulipas. En 1986 se publicó el decreto que declaraba la constitución de 17 zonas de reserva y refugio distribuidas en ambos litorales del país, con la intención de conservar, proteger, repoblar, desarrollar y controlar la reproducción de las diversas especies de tortugas marinas, en las playas más importantes de anidación. En 1988 se publicó la Ley General del Equilibrio Ecológico y de la Protección del Medio Ambiente, la cual incluye medidas estrictas para la protección del hábitat y reproducción de las tortugas marinas, sin embargo la pesca ilegal continuó. Finalmente en 1990 se publicó el decreto por medio del cual se declaró veda total por tiempo indefinido para todas las especies de tortugas marina, sus productos y derivados en todo el país (López 2002; Márquez 2002). Casi todas las poblaciones de tortugas marinas han sido reducidas a tal grado que, debido a las pesquerías y a las alteraciones del medio en el que habitan, se consideran amenazadas o en peligro de extinción. En virtud a esta situación su recuperación resulta lenta y costosa, por lo que se necesita la acción inmediata y 8

20 concreta de entidades oficiales y privadas, coordinadas por un grupo de trabajo que ordene y dirija efectivamente las actividades para restablecer el equilibrio poblacional (Márquez 2002). Pese a que la Península de Baja California es ampliamente utilizada por las tortugas marinas como zona de alimentación y en menor grado como área de reproducción, la cantidad de trabajos realizados en la región acerca de su anidación son escasos (López 2002; Rodríguez-Valencia et al. 2005). Los pocos estudios se han enfocado a la distribución, abundancia, desplazamientos y uso del hábitat en lugares como Bahía de Los Ángeles, Baja California y Loreto, Baja California Sur en el Golfo de California y Punta Abreojos y Bahía Magdalena, B.C.S. en la costa occidental (López 2002). Un ejemplo de los estudios de anidación relacionados con factores ambientales es el que realizó Casas-Andreu (1977), estudió la anidación de L. olivacea del Pacífico Mexicano, en la playa conocida como Playón de Mismaloya, Jalisco y Playa La Escobilla, Oaxaca, así como de Lepidochelys kempii del Golfo de México, en Barra Coma, Tamaulipas. Describió el proceso de anidación, haciendo relaciones entre las arribadas observadas y las fases lunares, condiciones de marea, los vientos y temperaturas ambiente, así como la distancia de los nidos con respecto al nivel de máxima marea, la profundidad de los nidos, el número de huevos por nido, los periodos de incubación y horas de nacimiento de las crías. Briceño-Dueñas (1980) describió los aspectos biológicos básicos de anidación de L. olivacea en la playa El Verde, Sinaloa, en los que incluyo la densidad de la población y las relaciones observadas entre las anidaciones con parámetros ambientales como son los ciclos lunares, mareas, temperatura, humedad y los vientos. Además estableció campamentos permanentes en la zona, durante toda la temporada de anidación, con el fin de proteger a las tortugas y a sus nidos, construyendo a la vez nidos artificiales, mediante diferentes técnicas, y asegurar la eclosión del mayor número de crías. López (2002) determinó la densidad de anidación de L. olivacea en la playa de Las Barracas, Cabo Pulmo, B.C.S., así como la importancia de la humedad, 9

21 temperatura ambiental y distancia a la línea de marea en la selección del sitio de anidación y sus efectos en el éxito de anidación. Otro ejemplo de estos trabajos es el que realizaron Hughes y Richard (1974), estudiaron la anidación de L. olivacea en la playa Nancite, Costa Rica. Investigaron la relación de las arribadas con parámetros ambientales mediante la observación y el registro de las fases lunares, mareas, vientos y lluvias. Describieron los aspectos del comportamiento de anidación, las ventajas adaptativas en masa de anidación, registraron el período de incubación, el número de crías eclosionadas y el éxito de supervivencia. En cuanto a otras especies de tortugas marinas en otras regiones, Azanza et al. (2003) estudiaron la conducta de anidación de C. mydas en dos playas ubicadas en la región occidental de Cuba durante las temporadas del 1999 al Describieron el comportamiento de las salidas y anidaciones en cada playa por años, quincenas y horas de la noche, así como la influencia que tienen las fases lunares, la marea y las zonas de la playa sobre este comportamiento. Garcon et al. (2009) estudiaron la distribución de las zonas de anidación de las diferentes especies de tortugas marinas en las playas de Queensland, Australia. Determinaron la influencia de los vientos y la exposición del oleaje sobre los diferentes sitios de anidación de cada especie en cada playa. Law et al. (2010) determinaron la influencia de las fases lunares, las fases nocturnas y las mareas sobre la actividad reproductiva y el comportamiento de anidación de D. coriacea en las playas de Tobago, las Indias Occidentales, durante las temporadas del 2005 al Baja California Sur representa el límite noroeste del intervalo geográfico de anidación de L. olivacea (de Los Cabos hasta la Bahía de La Paz) con condiciones climáticas y ambientales diferentes a las del macizo continental, que influyen en la reproducción de la especie (López 2002), por lo que es importante seguir realizando estudios en estas áreas de anidación dentro de la región. 10

22 JUSTIFICACIÓN Estudios demuestran que los factores ambientales tienen influencia sobre la anidación de las tortugas marinas, así como en el periodo de incubación de los nidos, la supervivencia embrionaria y la determinación del sexo en las crías. Sin embargo los pocos estudios sobre la anidación de L. olivacea realizados en el Pacífico Mexicano en relación con las mareas, las fases lunares y los vientos se han fundamentado principalmente por medio de la observación, es decir, sin el apoyo de algún análisis estadístico, mientras que en la Península de Baja California estos estudios son prácticamente inexistentes. La reproducción de estos organismos, en los distintos lugares geográficos de anidación ofrece la oportunidad de conocer mejor los aspectos de su biología reproductiva y de su capacidad de adaptación en diferentes condiciones ambientales, principalmente en relación a la anidación y el desarrollo de sus crías para la supervivencia y aumento de sus poblaciones. Esto adquiere una gran relevancia en su manejo y conservación, permitiéndonos reducir el impacto que tiene el hombre en sus habitas de reproducción, para lograr la estabilidad y recuperación de sus poblaciones. Este estudio pretende determinar estadísticamente los factores ambientales que tienen mayor influencia sobre la anidación de la tortuga marina L. olivacea en dos playas que coordina el campamento tortuguero Asociación Sudcaliforniana de Protección al Medio Ambiente y la Tortuga Marina, A.C. (ASUPMATOMA A.C.) de Los Cabos, B.C.S., México. 11

23 OBJETIVO GENERAL Determinar los factores ambientales que influyen en la anidación de L. olivacea en playa Rancho Punta San Cristóbal y El Suspiro en Cabo San Lucas B.C.S. OBJETIVOS PARTICULARES 1. Determinar la influencia de las mareas, fases lunares, velocidad y dirección del viento sobre su anidación durante las temporadas del 2011 y Comparar dichas variables ambientales entre playas y temporadas. 12

24 METODOLOGÍA Área de estudio El trabajo se realizó en dos playas de anidación de Cabo San Lucas, Baja California Sur: Rancho Punta San Cristóbal ( , N y , O) de 5 km de longitud ubicado en el km 111 de la Carretera Federal #19 del tramo Cabo San Lucas Todo Santos y El Suspiro ( , N y , O) de 16.5 km de longitud ubicado a la altura del km 119 (Fig. 3). Ambas playas se encuentran bajo la protección de ASUPMATOMA, A.C. Figura 3. Área de estudio. Playas de anidación Rancho Punta San Cristóbal y El Suspiro. 13

25 El estado de Baja California Sur (28 00, N y , O) colinda al norte con Baja California y el Golfo de California; al este con el Golfo de California; al sur y al oeste con el Océano Pacífico (Dos Santos 2011). La ciudad de Cabo San Lucas (22 53 N y O), en la parte más sur del estado y cercana a las playas de anidación, presenta un clima desértico semiseco, con una temperatura promedio anual de 26 C. La precipitación pluvial es escasa y tiende a concentrarse durante agosto y septiembre. Sus playas son de arena y farallones rocosos sin vegetación. Presenta una marea mixta semidiurna. El flujo y reflujo de las corrientes van regularmente a lo largo de la costa, dependiendo de los vientos dominantes, mismos que durante la primavera y verano provienen del norte y noroeste y durante el otoño e invierno provienen del sur y sureste. Las condiciones climática y ambiental pueden verse modificadas por el paso de ondas tropicales, sistemas de baja presión y ciclones tropicales (DIGAOHM 2013). Registro de nidos Se contabilizaron y registraron los nidos de L. olivacea por noche durante dos temporadas de anidación, del mes julio a principios noviembre de los años 2011 y 2012, en los patrullajes nocturnos de ambas playas. Se identificaron en la arena los rastros recién hechos por las tortugas para localizar los nidos con los huevos depositados o bien localizar a las tortugas en proceso de desove. Para llevar un control, los rastros y los nidos identificados fueron marcados con una estaca, registrando la fecha y número secuencial correspondiente. Los datos fueron proporcionados por el campamento tortuguero ASUPMATOMA A.C. Mareas, fases lunares y vientos Se consultaron las tablas de mareas elaboradas por el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) para Cabo San Lucas. Los datos se presentaron en unidades de metros, con una resolución temporal de una hora tomando como referencia el nivel medio del mar (NMM), que es de 0.61 m. Posteriormente se realizó un promedio diario por noche de 12 horas, de las 19:00 a las 7:00 hrs. Si el valor del promedio superó el nivel medio del mar, se consideró 14

26 como marea de alta amplitud, si se encontró por debajo de la media, se consideró como marea de baja amplitud. Los ciclos lunares se consultaron en los calendarios mensuales del CICESE. Se relacionó el número de nidos registrados por noche con la marea y la fase lunar presente. Los datos de la velocidad y dirección del viento fueron proporcionados por la Estación Meteorológica Automática (EMA) de Cabo San Lucas ( N y O, altitud 224 m) que administra el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), en unidades de km/h y grados Dextrorsum (giro en sentido de las manecillas del reloj) donde 0 es el norte verdadero. Estos se presentaron en una resolución temporal de 10 minutos, fueron transformados a un promedio por hora y se realizó un promedio diario por noche de 12 horas, de las 19:00 a las 7:00 hrs. Se calculó la media de la velocidad del viento, que fue de km/h. Si el valor del promedio superó la media, se consideró como alta magnitud, si no fue así, se consideró como baja magnitud. La dirección del viento se dividió en cuatro grupos: los provenientes del norte (entre 315 y 45 ), este (entre 45 y 135 ), sur (entre 135 y 225 ) y oeste (entre 225 y 315 ). Finalmente se relacionó el número de nidos registrados por noche con la magnitud y dirección del viento presente. Análisis de datos Para determinar la existencia de diferencias significativas en los valores medios y las distribuciones de frecuencias observadas, se realizaron pruebas no paramétricas, pues los datos no cumplían con la normalidad según la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Para conocer la dependencia del número de nidos con la marea, fases lunares, velocidad y dirección del viento, en cada playa, por temporada se utilizó un análisis de varianza no paramétrico por rangos de Kruskal-Wallis de una vía (p). Para conocer la correlación entre el número de nidos y las variables ambientales analizadas se utilizó un análisis de correlación de Spearman (r). Todos los análisis se realizaron con un nivel de significación de 0.05 utilizando el programa SigmaStat

27 RESULTADOS Durante la temporada de anidación del 2011 se contabilizaron un total de 751 nidos en la playa El Suspiro. El mayor registro ocurrió durante el mes de septiembre con 313 nidos, mientras que el menor registro ocurrió durante el mes de noviembre con 16 nidos. En la playa de San Cristóbal se contabilizaron un total de 232 nidos. De igual forma, el mayor registro ocurrió durante el mes de septiembre con 93 nidos y el menor durante el mes de noviembre con seis nidos (Fig. 4). Figura 4. Número de nidos registrados en las playas de El Suspiro y San Cristóbal durante la temporada del

28 Durante la temporada de anidación del 2012 el número de nidos incrementó. En la playa El Suspiro se contabilizaron un total de 912 nidos. Al igual que en la temporada del 2011, el mayor registro ocurrió durante el mes de septiembre, esta vez con 396 nidos, mientras que el menor registro ocurrió durante el mes de noviembre, con 20 nidos. En la playa de San Cristóbal se contabilizaron un total de 437 nidos. De igual forma, el mayor registro ocurrió durante el mes de septiembre con 186 nidos y el menor durante el mes de noviembre con siete nidos (Fig. 5). Figura 5. Número de nidos registrados en las playas de El Suspiro y San Cristóbal durante la temporada del

29 Las variables ambientales que mayor influencia tuvieron durante la temporada del 2011 en relación con el número de nidos en ambas playas fueron la fase de luna llena, y el viento superior al promedio proveniente del oeste. La mayoría de los nidos se presentaron durante mareas bajas, sin embargo no se encontró una relación considerable ya que el número de nidos ocurridos en marea alta y baja fue similar (Tabla I). Tabla I. Porcentaje de nidos en relación con las variables ambientales predominantes en cada playa durante la temporada del Playa Marea % Fase lunar % Velocidad del viento % Dirección del viento % Baja 51.5 El Suspiro Alta 48.5 Baja 50.9 San Cristóbal Alta 49.1 Luna llena 36.1 Provenientes del oeste 89.1 Alta magnitud 63.2 Cuarto menguante 19.6 Provenientes del sur 8 Luna nueva 26.4 Provenientes del este 2.9 Baja magnitud 36.8 Cuarto creciente 18 Provenientes del norte 0 Luna llena 37.1 Provenientes del oeste 86.2 Alta magnitud 66.4 Cuarto menguante 23.3 Provenientes del sur 9.5 Luna nueva 18.5 Provenientes del este 4.3 Baja magnitud 33.6 Cuarto creciente 21.1 Provenientes del norte 0 Para la temporada del 2012 las variables ambientales que tuvieron mayor relación con el número de nidos en ambas playas fueron similares a la temporada anterior, la fase de luna llena y el viento proveniente del oeste. Sin embargo para esta temporada se presentaron mayor número de nidos durante los periodos de viento menor al promedio. De la misma forma no se encontró una relación considerable con las mareas (Tabla II). Tabla II. Porcentaje de nidos en relación con las variables ambientales predominantes en cada playa durante la temporada del Playa Marea % Fase lunar % Velocidad del viento % Dirección del viento % Baja 50.7 El Suspiro Alta 49.3 Baja 54.4 San Cristóbal Alta 45.5 Luna llena 29.4 Provenientes del oeste 72.8 Alta magnitud 45.6 Cuarto menguante 25 Provenientes del sur 21.5 Luna nueva 27.2 Provenientes del este 5.7 Baja magnitud 54.4 Cuarto creciente 18.4 Provenientes del norte 0 Luna llena 30.4 Provenientes del oeste 74.4 Alta magnitud 43.5 Cuarto menguante 22.2 Provenientes del sur 19.7 Luna nueva 24.9 Provenientes del este 5.7 Baja magnitud 56.5 Cuarto creciente 22.4 Provenientes del norte 0 18

30 Durante ambas temporadas predominaron los vientos del oeste (entre 225 y 315 ), esto es en dirección del mar hacia la costa en ambas playas. Sin embargo durante la temporada del 2011 se presentaron mayores vientos de alta magnitud, por arriba de la media (17.21 km/h), a diferencia de la temporada del 2012, donde se presentaron mayores vientos de baja magnitud (Fig. 6). Figura 6. Procedencia y velocidad del viento en las playas de anidación durante la temporada del (a) 2011 y (b) Velocidad promedio = km/h. 19

31 Estadísticamente, para la temporada del 2011, el análisis de variancia, como el de correlación, demostraron que el número de nidos fue independiente de la altura de la marea, tanto en El Suspiro (p=0.654) (r=-0.043) como en San Cristóbal (p=0.366) (r=0.101). Es decir, en ambas playas las tortugas no presentaron una preferencia por salir a anidar durante alguna marea en específico (Fig. 7). Figura 7. Número de nidos en relación con la altura de la marea (NMM) en las playas de (a) El Suspiro y (b) San Cristóbal durante la temporada del Luna nueva, cuarto creciente, luna llena, cuarto menguante. 20

32 Por otro lado las fases lunares sí mostraron diferencias significativas en la playa de El Suspiro (p=0.048) (r=0.264) y San Cristóbal (p=0.043) (r=0.296). Es decir, las tortugas presentaron una preferencia por anidar durante las fases de luna llena en ambas playas, principalmente en el mes de agosto y septiembre (Fig. 8). Figura 8. Número de nidos en relación con las fases lunares en las playas de El Suspiro y San Cristóbal durante la temporada del Luna nueva, cuarto creciente, luna llena, cuarto menguante. 21

33 La velocidad (p=0.038) (r=0.201) y dirección del viento (p=0.016) (r=0.276) mostraron diferencias significativas en la playa de El Suspiro, lo que significa que las tortugas tuvieron una preferencia por salir a anidar durante vientos de alta magnitud provenientes del oeste. Sin embargo, en San Cristóbal el número de nidos fue independiente tanto de la velocidad (p=0.077) (r=0.197) como de la dirección del viento (p=0.134) (r=0.187) (Fig. 9). Figura 9. Número de nidos en relación con (a) la procedencia y velocidad del viento en las playas de (b) El Suspiro y (c) San Cristóbal durante la temporada del

34 Para la temporada del 2012 la anidación de las tortugas no mostró una influencia significativa por alguna de las variables ambientales analizadas. El número de nidos presentes fue independiente da la altura de la marea, tanto en la playa de El Suspiro (p=0.052) (r=0.185) como en San Cristóbal (p=0.699) (r=0.038) (Fig. 10). Figura 10. Número de nidos en relación con la altura de la marea (NMM) en las playas de (a) El Suspiro y (b) San Cristóbal durante la temporada del Luna nueva, cuarto creciente, luna llena, cuarto menguante. 23

35 Aunque las tortugas mostraron una tendencia por anidar durante las fases de luna llena, estadísticamente no se encontraron diferencias significativas en El Suspiro (p=0.599) (r=0.028) y en San Cristóbal (p=0.695) (r=0.077), durante esta temporada (Fig. 11). Figura 11. Número de nidos en relación con las fases lunares en las playas de El Suspiro y San Cristóbal durante la temporada del Luna nueva, cuarto creciente, luna llena, cuarto menguante. 24

36 En ambas playas se encontró un tendencia de las tortugas por anidar durante los vientos de baja magnitud provenientes del oeste, sin embargo estadísticamente no se encontraron diferencias significativas entre el número de nidos con la velocidad (p=0.664) (r=0.041) y la dirección del viento (p=0.810) (r=-0.002) en la playa de El Suspiro. Este mismo patrón se presentó en la playa San Cristóbal, los nidos fueron independientes de la velocidad (p=0.600) (r=0.051) y la dirección del viento (p=0.689) (r=0.081) (Fig. 12). Figura 12. Número de nidos en relación con (a) la procedencia y velocidad del viento en las playas de (b) El Suspiro y (c) San Cristóbal durante la temporada del

37 Además de las variables ambiéntales analizadas en este trabajo, en ambas playas se han observaron otros factores naturales inusuales, como es el caso de las tormentas tropicales y huracanes, que afectan la anidación de las tortugas, modifican las playas y destruyen sus nidos. Las fuertes tormentas originadas por estos fenómenos pueden provocar que el mar entre a zonas de la playa, más allá de la línea de marea, donde las tortugas depositaron sus huevos, destruyendo los nidos, en incluso destruyendo por completo los corrales del campamento (Fig. 13). Figura 13. Destrucción de los corrales en la playa de El Suspiro a causa de la Tormenta Tropical Paul en octubre del 2012 (fotografía por ASUPMATOMA A.C.). 26

38 La erosión de las playas de anidación a causa de estos fenómenos naturales puede llegar a ser muy grande, al grado de modificarlas por completo, dificultando e impidiendo el arribo de las tortugas y ocasionando la destrucción de los nidos presentes (Fig. 14). Figura 14. Erosión natural en la playa de El Suspiro a causa de la Tormenta Tropical Ivo en agosto del 2013 (fotografía por Stephanie Rousso). 27

39 Otro factor importante que modifica la anidación en las playas es la erosión causada por el hombre. Esto se observó principalmente en la playa de El Suspiro, donde actualmente se encuentran las instalaciones de una planta desaladora y algunas viviendas. Estas forman barreras artificiales en la playa que impiden la anidación de las tortugas, las desorientan a causa de las luces artificiales que emiten durante la noche y causan la destrucción de sus nidos (Fig. 15). Figura 15. Erosión de la playa de El Suspiro y destrucción de los nidos a causa de fugas de agua provenientes de las instalaciones de la planta desaladora durante la temporada del 2013 (fotografía por Stephanie Rousso). 28

40 DISCUSIÓN L. olivacea anida en forma solitaria o en pequeños grupos y sus intervalos de anidación durante la temporada son más cortos que los individuos que anidan en forma de arribadas, que se estima están compuestas por más de 500 hembras (Hirth 1980). El bajo número de nidos por día y por temporada indican que la anidación en estas playas es de tipo solitario y no de arribadas (López 2002). El hecho de encontrar diferencias en el número de salidas entre los años es una consecuencia del ciclo de anidación de la especie (Azanza et al. 2003) porque la mayoría de los individuos de esta especie presentan un ciclo reproductivo de uno a dos años (Hirth 1980), cada año se puede presentar una cohorte diferente (Azanza et al. 2003). La temporada de anidación coincide con los meses más lluviosos del año (Casas-Andreu 1977), concentrándose ambos durante septiembre. Las tortugas aprovechan la humedad de la arena causada por las lluvias para anidar ya que esta tiene un efecto positivo en el desarrollo de los huevos, evitando su desecación (Arzola-González 2007). Esto adquiere una gran relevancia sobre el clima desértico y semiseco que se presenta en la región de B.C.S. (López 2002). Hughes y Richard (1974) mencionan que la anidación en forma solitaria de la especie está influenciada con factores asociados con las fases lunares y las mareas. Márquez et al. (1982) señalan que el máximo de anidamientos en el Pacífico Mexicano generalmente corresponde al cambio de mareas. En los estudios realizados por Silas y Rajagopalan (1984) en las playas de Madrás, la India, mencionan que sus salidas ocurren durante las fases altas y bajas de la marea. Esto se relaciona con nuestros resultados ya que no se observó una tendencia clara de las tortugas por salir a anidar durante un régimen de marea específico. Las especies de tortugas marinas de mayor tamaño, como es el caso de C. mydas y D. coriacea, aprovechan el efecto transportador de las mareas altas para acceder a las playas ya que sus movimientos terrestres son más lentos e involucran mayor gasto metabólico, mientras que las especies de menor tamaño, como la E. imbricata o las del género Lepidochelys, no presentan las mismas limitantes por 29

41 acceder a las playas debido a su talla, por lo que sus ascensos pueden producirse durante diferente régimen de marea (Azanza et al. 2003; Law et al. 2010). Por otro lado los estudios realizados por Casas-Andreu (1977) y Briceño- Dueñas (1980) en las costas del Pacífico Mexicano indican que las salidas de la tortuga L. olivacea, así como de L. kempii en Golfo de México, presentan una correlación con las mareas altas. López (2002) menciona en sus estudios que esta especie muestra un patrón en la selección del sitio y este depende en especial de la humedad que tiende a disminuir de manera considerable al alejarse de la línea de marea. Debido a la influencia constante de las mareas la filtración del agua en la arena es mayor manteniendo la humedad y la temperatura adecuadas para la nidada. En general si los nidos se colocan muy cerca del agua aumenta la posibilidad de inundación o la pérdida de huevos por erosión mientras que si se colocan muy adentro de la playa aumenta la posibilidad de desecación, desorientación de las crías y depredación. Se ha señalado la existencia de condiciones adecuadas de humedad, temperatura, salinidad y oxígeno para que los huevos se desarrollen adecuadamente. Estos factores tienen interacciones que pueden variar de acuerdo con las características de la playa, como es el régimen de marea, el tipo de suelo y el clima, entre otros (López 2002; Arzola-González 2007). Los patrones lunares, solares y de las mareas están estrechamente vinculados e interactúan entre sí. Cuando se presenta luna llena o luna nueva la amplitud de la marea es grande generando mareas vivas superiores o inferiores a la media. Durante el primer y último cuarto lunar la amplitud de la marea es inferior a la media generando las mareas muertas. La marea mixta semidiurna se caracteriza por presentar dos pleamares y dos bajamares cada día o un ciclo de marea por día dependiendo de la inclinación de la luna sobre la Tierra (Law et al. 2010) El en caso del género Lepidochelys, se ha reportado que su ciclo reproductivo está ligado a los ciclos lunares otoñales, antes o después de las fases de cuarto menguante (Sandoval 2008). James et al. (1991) reportan que las arribadas de la tortuga L. olivacea en las playas de anidación de Odisha, la India, están estrechamente correlacionadas con las fases de luna llena. De la misma manera, 30

42 Silas y Rajagopalan (1984) indican que el número de tortugas que salen a anidar en las costas de Madrás se incrementa durante la luna llena y luna nueva. Esto corresponde con nuestros resultados, encontrando una preferencia de las tortugas por anidar durante la luna llena, sin embargo, en interacción con el régimen de marea y en conjunto con otros factores ambientales mencionados anteriormente, este comportamiento puede variar. Las tortugas pueden acceder a la playa durante las diferentes pleamares o bajamares dependiendo de las condiciones que más se adecuen para el mejor desarrollo y éxito de la nidada. Márquez et al. (1982) señalan que las arribadas de L. olivacea en el Pacífico Mexicano generalmente ocurren durante el menguante o cuarto creciente. Casas- Andreu (1977) indica de igual forma que las arribadas parecen estar influenciadas por las fases lunares, al presentarse estas durante el cuarto menguante. Aunque también reporta que las arribadas de L. kempii no guardan una estrecha relación con dicha variable. Así mismo Briceño-Dueñas (1980) reporta que las fases lunares no tienen relación con la anidación de la especie. En cuanto a los vientos, los estudios realizados por Pritchard y Márquez (1973) muestran una correlación entre las arribadas de L. kempii, en el Golfo de México, con fuertes vientos provenientes del norte. Hirth (1980) menciona que las arribadas de L. olivacea en Surinam están correlacionadas con los fuertes vientos de alta mar. Los estudios de Garcon et al. (2009) en Australia indican así mismo que las áreas de anidación con una exposición alta de los vientos están relacionadas con la distribución y los sitios de selección para los nidos, encontrando diferencias entre las diferentes especies de tortugas marinas presentes. Esto corresponde con nuestros resultados, encontrando una relación entre la anidación con los vientos de alta magnitud y su dirección, en este caso provenientes del oeste del mar hacia la costa. Los fuertes vientos ayudan a las tortugas a ocultar sus rastros impresos en la arena durante sus salidas a la playa, así como a eliminar los rastros de olor, por lo que los depredadores tendrán más problemas para encontrar los nidos (Pritchard y Márquez 1973). De la misma forma los cambios fuetes del viento y la marea ayudan a disminuir el estrés térmico y facilitan la salida de las tortugas (Jiménez-Quiroz et al. 2003). La dirección del viento se relaciona con la capacidad de las crías para 31

43 orientarse hacia el mar, aumentando y facilitando su capacidad de dispersión (Garcon et al. 2009). Por otro lado, los estudios realizados por Hughes y Richard (1974) en las costas de Costa Rica no muestran alguna relación entre la anidación de la especie con dicha variable. Así mismo Casas-Andreu (1977) y Briceño-Dueñas (1980) presentan los mismos resultados sobre la anidación de L. olivacea y L. kempii, que no hay relación entre su anidación y los vientos. La exposición de los vientos puede cambiar espacial y temporalmente en distintas áreas geográficas y esto influye en las diferentes especies o poblaciones de forma diferente (Garcon et al. 2009). La playa de El Suspiro es mucha más amplia y abierta en comparación con la de San Cristóbal, por lo que la exposición del viento en ambas playas puede cambiar. Durante el año 2011 se produjeron vientos de mayor magnitud que en el 2012 y posiblemente, en conjunto con la diferente exposición en cada playa debido a sus perfiles y dimensiones, pudo haber afectado el comportamiento de anidación. En ambas temporadas de anidación se presentaron años Niña, sin embargo La Niña del 2011 fue más intensa que la del El fenómeno de La Niña consiste en un acoplamiento entre el océano y la atmósfera, ocurre cuando los vientos alisios se intensifican y soplan de este a oeste sobre Pacífico Ecuatorial, disminuyendo la temperatura superficial del mar. Constituye la fase fría del fenómeno El Niño/Oscilación del Sur (ENSO), como contraparte de lo que sucede con El Niño, que es su fase cálida (Magaña et al. 2004; Brenes y Bonilla 2012). Durante La Niña, en el Pacífico Mexicano, se presentan un menor número de tormentas tropicales y huracanes o de menos intensidad, la temperatura superficial del mar y del aire disminuye, mientras que las lluvias de verano son cercanamente normales e incluso ser anómalamente intensas. Lo contrario ocurre durante el fenómeno de El Niño (Magaña et al. 2004). La ocurrencia de tormentas tropicales y huracanes puede afectar la migración de las tortugas, retrasar su arribo a las áreas de reproducción y erosionar o modificar sus playas de anidación. Así mismo, los cambios de temperatura, el régimen de lluvias y la humedad a causa de estos 32