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Transcripción

1 (678',2'(/$6$*8$668%7(55È1($6'(///$12'(%$5&(/21$6,78$&,Ï1$&78$/'(/26 75$%$-26<$9$1&('(&21&/86,21(6<35238(67$6 5DPyQ$UDQGHV5HQX Director del Proyecto del Nivel Freático. Asesor de la Gerencia de Mantenimiento y Servicios,1752'8&&,Ï1 Durante los últimos meses, han ido saliendo en la prensa de forma recurrente, noticias sobre la problemática del nivel freático en la Ciudad, probablemente como consecuencia del ingenio de algún periodista interesado en saber si en Barcelona pasaba algo parecido a lo que se había producido en otras ciudades europeas como por ejemplo Londres, pues los problemas ocasionados por las aguas del subsuelo que habían llegado al Ayuntamiento a través de los vecinos afectados no eran excesivos en cuanto a su número. Paralelamente, la explotación del ferrocarril metropolitano se ha visto progresivamente dificultada por la entrada de agua freática. Los problemas por filtraciones de aguas freáticas se localizaban fundamentalmente en el Delta del Besós y en el tramo final, desde Santa Coloma al mar y al frente marítimo, que en algún caso se extendía aguas arriba a lo largo de las principales formaciones permeables. Alrededor del eje del paseo de la Zona Franca al Delta del Llobregat se presentaban problemas parecidos. Una gran parte de los problemas eran claramente debidos a una subida del nivel freático, mientras que en otros casos se trataba de filtraciones debidas a la intercepción de rieras por edificaciones e infraestructuras como es el caso de las minas de Sants, Can Ponsich y Can Montero. Al objeto de analizar la problemática derivada de las aguas freáticas, el Ayuntamiento de Barcelona puso en marcha a principios de 1996 un proyecto para el análisis de la problemática de las aguas freáticas en el marco del cual firmó en mayo de 1996 un convenio con la Universidad Politécnica de Cataluña con la participación de CLABSA (Alcantarillado de Barcelona, SA), para desarrollar un estudio de las aguas subterráneas del llano de Barcelona, financiado íntegramente por el Ayuntamiento de Barcelona, y centrado exclusivamente en su término municipal. Éste estudio, además de los aspectos cualitativos y cuantitativos del agua del subsuelo, se plantea analizar las posibilidades de uso urbano de las aguas subterráneas del plano de Barcelona. 6,78$&,Ï1$&78$/'(/75$%$-2 El equipo de trabajo formado por técnicos del Ayuntamiento de Barcelona, CLABSA y la UPC, que ha contado con la colaboración de representantes de Transportes Metropolitanos de Barcelona, la Junta de Aguas, la Dirección General de Transportes y la Sociedad General de Aguas de Barcelona, ha centrado la primera parte del estudio en la recogida de los datos necesarios para la realización del trabajo; éstos datos se pueden clasificar en dos grupos: HVWUXFWXUDOHV (geológicas, introduciendo en la base de datos sondeos, y topográficas, realizando un plano de la superficie de la ciudad a partir de las cotas de los pozos de registro del alcantarillado). IHQRPHQROyJLFDV (datos históricos sobre la evolución del nivel freático y las captaciones; realización de diferentes campañas de análisis químico y bacteriológico de las aguas; aforamiento en el metro e inventario de los puntos con problemas de filtraciones de aguas freáticas). La base de datos alfanumérica la gestiona CLABSA con un programa ORACLE correlacional con un GIS (APIC), que proporciona una gran elasticidad y versatilidad. También se ha puesto en marcha una red de control con 33 puntos (además de los 10 de la Junta de Aguas y de los 5 de la SGAB), en la que destacan los 5 piezómetros instalados por CLABSA que permiten el conocimiento en tiempo real del comportamiento del nivel freático en éstos puntos. En el resto se hacen lecturas periódicas a partir de agosto de 1996 (en 3 pozos semanalmente, en 15 mensuales y los 25 restantes cada 2 meses), y otras lecturas después de cada lluvia significativa. Una vez finalizada la etapa de recopilación de información y de diagnosis, se trabajó en la elaboración, a partir de los datos estructurales, del modelo de flujo que permite, con fundamentos científicos, el conocimiento del balance hídrico y evaluar la evolución futura de los niveles y de las características de las aguas, así como el análisis de diferentes escenarios que han de permitir adoptar las medidas correctoras más convenientes; actualmente se trabaja en la elaboración de los documentos finales y en la preparación de un programa de seguimiento de la evolución del nivel freático. El trabajo ya finalizado, se complementará con un plan de aprovechamiento de las aguas freáticas que todavía está abierto para la incorporación de nuevas propuestas, y profundizar en otras en las que se está trabajando. A principios de abril el convenio se ha ampliado con la incorporación de la Entidad Metropolitana del 59

2 Medio Ambiente, al ámbito de los deltas del Besós i el Llobregat (Badalona, Sant Adrià, Santa Coloma de Gramenet y l Hospitalet), ya que los problemas son los mismos, lo que permitirá plantear acciones globales, optimizar los recursos y mejorar la información. Éste trabajo finalizará a principios de año. $/*8126'$726'(,17(5e6 De la información recogida hasta estos momentos, se pueden resaltar unos aspectos que consideramos de interés. En el gráfico 1 (página 13) se detalla la topografía de la ciudad deducida de las cotas de las tapas de los pozos de registro, con indicación de las rieras y de la línea estimada de la costa en el momento de la fundación de la ciudad, que pone de manifiesto la amplitud de la superficie ganada al mar en la zona del Cagalell (parte baja del valle existente entre el Monte Tàber y Montjuïc, donde desaguaban diversas rieras), y la bahía del Merdançar (Poblenou) de la que todavía a principios del siglo pasado quedaba una zona de marismas. Ésta superficie está formada por materiales aluviales (fundamentalmente gravas y arenas) procedentes de las terrazas fluviales de los ríos Besós y Llobregat, así como de otras rieras del Llano de Barcelona y de la costa de levante, arrastrados por el transporte litoral. En el gráfico 2 (página 14) se detalla la geología de superficie, que se completa en profundidad con los datos de los sondeos y que proporciona una información imprescindible para el análisis del flujo del agua. Por ejemplo el cuaternario reciente corresponde a los depósitos aluviales antes mencionados, por lo general con una elevada permeabilidad. El cuaternario antiguo corresponde al llamado triciclo (arcillas rojas, limos marronesamarillos con nódulos carbonados y tórtora -costra carbonatada-, que se repite tres veces) con una permeabilidad notablemente inferior, aunque a veces existe en la base un nivel de gravas y arenas más permeables. El terciario (Plioceno y Mioceno) corresponde fundamentalmente a margas y arcillas azules con intercalaciones de areniscas y conglomerados. Tiene una permeabilidad muy reducida, y además de Montjuïc, aflora en el monte tàber y en sants, cerca de la plaza España, y en la parte baja del llano de Barcelona se encuentra bajo el cuaternario. Finalmente, el Paleozoico y las rocas ígneas (pizarras, granitos, calizas y pórfidos) constituyen el zócalo donde se asientan los terrenos descritos anteriormente y que aparece en Collserola y en las colinas, y que baja rápidamente hacia el mar; la permeabilidad es baja en la parte superior, que acostumbra a estar alterada, y disminuye con la profundidad, llegando a ser prácticamente impermeable, a excepción de la permeabilidad asociada a las fisuras y diaclases. En el gráfico 3 (página 16) se detalla la evolución del nivel freático en los lugares indicados, desde la instalación de los 5 piezómetros de la red permanente de control, que el Ayuntamiento de Barcelona mantiene a través de CLABSA, que permiten el seguimiento en tiempo real, y del que se deduce un progresivo incremento del nivel, en algún punto (Nus de la Trinitat) superior a 1 metro a lo largo del último año, que es preciso resaltar, presentó una extraordinaria pluviometría (según los datos de CLABSA, 866 mm. -o litros/m 2 - cuando la media de los últimos 32 años es de 598 mm.), y una estabilización e incluso pequeño descenso los últimos meses que han sido extraordinariamente secos. A título indicativo, en el gráfico 4 (páginas 17 y 18) se detalla la incidencia de la lluvia del 14 de octubre de 1996 (cuyo hietograma se refleja en el gráfico) en el nivel freático en los 4 piezómetros entonces instalados, y que pone de manifiesto el diferente comportamiento a causa de la diferente naturaleza del terreno. El de Lluis Companys/Pujades, situado en terreno muy permeable y además cerca de una gran superficie ajardinada (parque de la Ciutadella), refleja un rápido y muy pronunciado incremento (32 cm.) y a continuación una progresiva descarga. En los otros piezómetros la incidencia fue más reducida (entre 7 y 17 cm.). Del censo de la Unidad de Aguas y Saneamiento se deduce que actualmente existen 120 pozos con unas extracciones estimadas en 1965 de 20 hm 3, 10 en 1980, y sólo de 1,7 hm 3 en 1995 con tan sólo 63 pozos activos y 170 minas, en su mayor parte abandonadas. De las extracciones de particulares a través de pozos se puede señalar que 0,9 hm 3 corresponden al entorno del Paseo de la Zona Franca, y sólo 0,2 hm 3 a Sant Martí y 0,3 hm 3 a Sant Andreu, mientras que los otros 0,3 hm 3 son en el resto de la ciudad. %5(9('(6&5,3&,Ï1'(/26352%/(0$6 2&$6,21$'26325/$6$*8$6)5(È7,&$6 Del inventario realizado a partir de los listados del Distrito de Sant Martí y de la Unidad de Aguas y Saneamiento se deduce que en Barcelona los problemas responden a las siguientes tipologías: red del metro (79 puntos y 140 bombas para la extracción), con un caudal de 9 hm 3 /año equivalentes a 285 l/seg. aparcamientos subterráneos y sótanos de edificios (tanto públicos como privados). instalaciones subterráneas de servicios (fundamentalmente estaciones de transformación, red de concentradores de aguas residuales y galerías de servicios). Como normal general, se puede decir que en todos éstos puntos con problemas, la incidencia de las aguas freáticas se ha incrementado 60

3 progresivamente, y de todos ellos, sin duda, los ocasionados a la red del metro son los más importantes, tanto por su magnitud como por las repercusiones sociales que pueden tener las perturbaciones al normal funcionamiento de la red. Éstos problemas son los mismos que se presentan en otros municipios ribereños de los deltas del Llobregat y Besós, especialmente en Hospitalet, Badalona y Santa Coloma de Gramenet. Esto ha recomendado la ampliación del ámbito del trabajo a éstos municipios, lo que permitirá plantear acciones globales, optimizar los recursos y mejorar la información. A manera de comentario sobre los problemas originados por las aguas subterráneas, se puede decir que aquellas obras e infraestructuras situadas en el subsuelo, que se hicieron por estar en presencia de agua, por lo general, no tienen problemas, mientras que las que se hicieron cuando el nivel freático estaba muy bajo, fundamentalmente en los años 60 y 70, se han encontrado con problemas al subir éste, por no haber previsto ésta situación. Un claro ejemplo se da en el metro donde en el cruce bajo el río Besós no hay infiltraciones, que si se presentan en zonas relativamente alejadas del río, o en el aparcamiento de Cambó, perfectamente diseñado frente a ésta contingencia, ya que desde el proyecto se contó con la presencia de agua. &$86$6'(68%,'$'(/1,9(/)5(È7,&2 Tradicionalmente el subsuelo de Barcelona se ha utilizado para la captación de recursos hídricos, especialmente en las zonas industriales contiguas al río Besós (Sant Andreu) y al litoral (Sant Martí), donde se conjugaba una fuerte demanda con condiciones favorables del subsuelo (acuífero del Besós). La extracción de agua fue especialmente intensa en la década de los 60, llegando según estimaciones a los 20 hm 3 /año para consumos industriales de particulares (con la dificultad que presenta la estimación de las captaciones para autoconsumo en pozos de los propios usuarios sin contadores) y otros 15 o 20 hm 3 /año por la Sociedad General de Aguas de Barcelona en el margen derecho del Besós (Aguas del Besós) para su distribución, es decir, un total de 60. Ésta sobreexplotación del acuífero dio lugar a una importante disminución del nivel freático, lo que originó fenómenos de intrusión marina en Poblenou (según el modelo de hasta 30 hm 3 /año). El plan de alcantarillado de 1968 (Plan Vilalta) contemplaba la posibilidad de inyectar las aguas depuradas al subsuelo para recargar los acuíferos y detener así la progresiva salinización, y de hecho se realizó alguna experiencia en la planta piloto que se instaló en las Drassanes. Con el traslado de industrias fuera de la ciudad, el cambio de actividad de otras y la potenciación progresiva de los procesos que incorporan tecnologías nuevas o alternativas (fundamentalmente para la refrigeración) para ahorrar agua, cada vez más costosa a causa de la fiscalidad que grava su uso, se fueron reduciendo las extracciones de agua del subsuelo, como se puso de manifiesto de forma evidente desde principios de los años 80 con la progresiva disminución del volumen de agua tratada en la planta del Besós. El descenso de extracciones comporta de forma automática una elevación del nivel freático por una simple reacción de balance, hasta llegar al nuevo perfil de equilibrio. Paralelamente a la reducción de las extracciones de los particulares, la SGAB fue cerrando sus pozos (ubicados en el acuífero del Besós) debido a la progresiva salinización y contaminación de las aguas, que las hacía totalmente inadecuadas para el consumo. El último pozo en explotación por la SGAB ha sido el situado en los terrenos de La Maquinista que proporcionaba 3 hm 3 /año y fue cerrado el mes de febrero de En éste momento la principal extracción es la de la industria Miquel Costas i Miquel al lado del Nus de la Trinitat. Con la elevación del nivel freático hasta el nuevo perfil de equilibrio, que seria el perfil histórico, se han presentado problemas de filtraciones en infraestructuras y construcciones subterráneas, como la red del metro, aparcamientos y subterráneos. Un problema parecido se ha presentado en el acuífero del Llobregat y en menor medida en los diferentes acuíferos de pequeña entidad del llano del Eixample. $9$1&('(&21&/86,21(6(15(/$&,Ï1$ /$&$17,'$'<&$/,'$''(/$*8$ Las primeras conclusiones apuntan que, así como en el Llobregat se ha llegado a una cierta estabilización como se pone de manifiesto en el gráfico 5 (página 20), que refleja la evolución del nivel freático en la zona franca, en el valle bajo del Besós y en su delta, y también en la parte baja del llano de Barcelona, se están recuperando los niveles históricos, fundamentalmente debido a la fuerte disminución de las extracciones (más de 40 hm 3 /año, desde finales de los años 60). Esto se pone de manifiesto en el gráfico 6 (página 21), que muestra la evolución del nivel en los pozos llamados Sant Andreu-3 (desde 1981) y Regants/Santa Coloma (desde 1970) y que reflejan un incremento de unos 10 m. desde 1980, sin indicios todavía de estabilización. Ésta progresiva acumulación de agua en el subsuelo permitiría perfectamente un aprovechamiento, que en éstos momentos del estudio se evalúa en un total de unos 20 hm 3 /año sin sobreexplotar el acuífero. Ésta cifra incluye los aproximadamente 10 hm 3 /año, que actualmente se aprovechan por diferentes usuarios, los que se filtran en la red de los Ferrocarriles de la Generalitat, y los 7 hm 3 /año de aguas freáticas que se bombean desde la red del metro, y son datos 61

4 deducidos por el modelo. De acuerdo con estos datos, como media se deberían bombear 8 hm 3 /año adicionales a las actuales extracciones. También del modelo se deduce que de los 9 hm 3 /año bombeados desde el metro, 7 corresponden a aguas procedentes del nivel freático, y otros 2 a filtraciones desde el suelo no saturado. En el gráfico 7 (página 22) se detallan las isopiezas (puntos con igual altura del nivel freático), resaltando que a la altura del paseo Bonanova el agua se encuentra a unos 100 m. sobre el nivel del mar. En el gráfico 8 (página 23), deducido del anterior y de la topografía de la ciudad, se refleja la profundidad a la que se encuentra actualmente el nivel freático, que crece, como norma, al alejarse del mar o del río Besós, estando localmente más superficial en la zona del Torrent de l Olla y la zona central de la Riera de Horta, así como en el lado Llobregat de la Gran Via. La magnitud del volumen de aguas freáticas, que se podría aprovechar, se pone de manifiesto en los siguientes datos: volumen de agua distribuido a la red por la SGAB (Barcelona): 142 hm 3 /año 1. volumen de agua extraído por TMB de sus instalaciones (en el ámbito del estudio): 9 hm 3 /año. volumen de agua consumido por Parques y Jardines: 4,2 hm 3 /año. volumen de agua consumido para el riego de calles: 0,4 hm 3 /año. En relación a la calidad del agua, se puede avanzar que como norma general es aceptable. Para su análisis se están midiendo de forma sistemática, 26 parámetros (20 químicos y 6 bacteriológicos). En el gráfico 9 (página 24) se detallan las características del agua en el pozo llamado Montsolís, donde a lo largo de los últimos años se ha recuperado la calidad, paralelamente a la reducción de extracciones. En algunos lugares muy localizados, el agua superficial presenta una cierta contaminación que desaparece con la profundidad. En el gráfico 10 (página 24) se detalla la concentración de cloruros, que se incrementa desde la montaña al mar, de manera que las aguas subterráneas de la zona más próxima al mar no son aptas para el riego. 1 1 hm 3 /año = m 3, es decir, un cubo de 100 x 100 x 100 m, equivalentte a una isla del Eixample de 100 m de altura). En el gráfico 11 (página 25) se detalla la concentración de coliformes, destacando por lo general su ausencia, mientras que en algún punto reflejan una ligera contaminación superficial a causa de las propias condiciones del pozo, y sólo en un punto indican claramente una contaminación. En cuanto a la agresividad, las aguas freáticas no son, por lo general, agresivas (según la apreciación de la normal DIN 4030). Sólo en algunos lugares, la presencia de muestras de sulfatos la hacen ligeramente agresiva ante el hormigón (67$6'($3529(&+$0,(172'(/$6 $*8$6)5(È7,&$6 La utilización de agua freática no sólo permitirá controlar su nivel, y con esto reducir en lo posible las afectaciones a obras e infraestructuras, sino que además, hacer un uso más racional de los recursos hidráulicos totales disponibles. En ésta línea se proponen dos tipos de actuaciones: 1. Sustituir, siempre que sea posible técnica y econónicamente (bajo una óptica que considere todos los factores concurrentes), la utilización de las aguas distribuidas por la red de agua potable, que están tratadas para obtener el nivel de calidad exigido para el consumo humano, por aguas del subsuelo para usos que no requieran tanta calidad, como pueden ser: el riego, la limpieza de calles y alcantarillas, diferentes usos industriales (refrigeración, lavado de coches, etc.), y ciertos usos domésticos, como por ejemplo en los sanitarios. La utilización de ésta agua requerirá la ejecución de una segunda red de distribución (lo que no quiere decir la implantación de una única red, sino múltiples redes locales), además de la potenciación de las captaciones propias, y puede estar impulsada por una adecuada política fiscal en relación a los tributos que gravan el agua. Unos primeros ejes de ésta propuesta, abierta a otras líneas de actuación en las que se trabaja, serían: a) La ejecución de una red de distribución para abastecer los servicios municipales (parques y jardines y riego de calles), apoyada en las galerías de servicios y disponiendo de una serie de bocas de riego. A partir de ésta red (que más que una red única, es un conjunto de pequeñas instalaciones), se tendría que intentar conseguir en un plazo de 5 años, como mínimo: - abastecer el 25% de los 4,2 hm 3 /año que consume Parques y Jardines para el riego de las zonas verdes (las 100 Ha de zonas verdes ubicadas en el entorno de las Rondas). 62

5 - suministrar un 20% de los 0,4 hm 3 /año que se utilizan para el riego de calles. b) Plantear la limpieza de parte de la red de alcantarillado mediante descargas instantáneas de determinado volumen de agua. Esto permitiría sustituir parcialmente la actual limpieza manual y mecánica por otra automática de tipo hidráulico. Éstas obras se podrían financiar con el ahorro derivado de la reducción de costos de mantenimiento. c) Fomentar la implantación de redes secundarias de distribución de agua en las zonas de desarrollo urbano previstas en La Sagrera y en el Frente Marítimo del Poblenou, precisamente en las zonas con más recursos de agua en el subsuelo. Ésta distribución se haría a partir de captaciones propias. d) Potenciar el uso del agua freática para determinados usos industriales como la refrigeración, que han sido progresivamente sustituidos en el pasado por instalaciones eléctricas, lo que requerirá una adecuada política fiscal en relación al consumo de ésta agua que tiene una elevada elasticidad frente al precio del agua. Otros usos como la limpieza de coches y las flotas municipales de autobuses, o los vehículos de centros de recogida desecherias, se podrían considerar. 2. Verter aguas del subsuelo al cauce del Besós para ayudar a su regeneración, y contribuir a conseguir un cierto caudal ecológico, en la línea de lo que se contempla en el Convenio para el desarrollo del Plan del Besós. En cualquier caso, una explotación racional de las aguas freáticas exige un perfecto conocimiento del volumen de agua disponible y de su distribución espacial, así como de la calidad; y éstos datos sólo se pueden disponer después de un seguimiento temporal que permita establecer las condiciones estructurales por encima de las oscilaciones temporales debidas a variaciones pluviométricas, como las del pasado año, donde la pluviometría ha sido extraordinaria con 866 mm, cuando la media es de 598. En éstos momentos, ya finalizado el estudio, se tiene que empezar a planificar las actuaciones. Esto no excluye que por parte de Parques y Jardines se esté iniciando la ejecución de una primera actuación para el riego de los jardines del frente litoral con una inversión bianual de 70 millones de pesetas. También es importante resaltar que la capacidad de explotación del acuífero por parte del Ayuntamiento de Barcelona está condicionado por el hecho que no es la administración competente en materia de recursos hidráulicos, y en que en el aprovechamiento de las aguas por parte de los particulares tiene una gran incidencia el precio final del agua, en el que la parte más importante es la de las diferentes tasas que configuran el precio final. Por ésta razón, el marco en que se ha de diseñar la explotación del acuífero tiene condicionantes que sobrepasan los puramente técnicos y económicos, en los que se podrá incidir una vez preparado un avance del programa de aprovechamiento de las aguas freáticas. En éstos momentos, las actuaciones se han de limitar a los aprovechamientos para los servicios municipales anteriormente mencionados, y a fomentar su utilización en las nuevas actuaciones urbanísticas previstas en la ciudad. 63

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