HOMENAJE A LÁZARO CÁRDENAS HOMENAJE ACADÉMICO AL EXILIO ESPAÑOL. Universidad Complutense de Madrid Lunes, 3 de octubre de 2005

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1 GABINETE DE LA MINISTRA HOMENAJE A LÁZARO CÁRDENAS HOMENAJE ACADÉMICO AL EXILIO ESPAÑOL Universidad Complutense de Madrid Lunes, 3 de octubre de 2005 INTERVENCIÓN DE LA MINISTRA Excmo. Rector de la Universidad Complutense; Estimados representantes de las universidades y centros mexicanos que reciben las medallas de homenaje; Autoridades y profesores; Señoras y señores, Con este acto iniciamos hoy una semana de homenaje de gratitud de toda la sociedad española a la República de México y al que fue su Presidente durante un sexenio crucial, entre 1934 y 1940, Lázaro Cárdenas. Esta semana nos congrega además en el recuerdo y la admiración hacia los protagonistas del exilio español en ese país hermano a consecuencia de nuestra triste Guerra Civil. Agradezco de corazón a la Universidad Complutense de Madrid su invitación para presidir este homenaje al colectivo de investigadores y docentes que se exiliaron en México y el acto de entrega de medallas a tres destacadas instituciones mexicanas con el que se simboliza nuestra gratitud. Es un honor y un privilegio estar hoy aquí siendo testigo de algo tan emocionante como el reconocimiento y la mirada agradecida hacia el pasado. Lázaro Cárdenas fue una figura fundamental para España. Con su claro posicionamiento antifascista, con su actividad en pro de la soberanía de los blanca.sanchez@gabinete.mcu.es. PLAZA DEL REY, MADRID TEL: FAX:

2 Estados legalmente constituidos, con su atención directa y personal al exilio español, y de forma muy importante con su solidaridad sin discriminación. Concediendo la ciudadanía mexicana a todos aquellos refugiados españoles que la solicitasen, se constituyó en figura central de la defensa y acogida de todos los españoles que habían, en frase suya, luchado por su patria. Los españoles llegados a esta nueva tierra de acogida que fue México no fueron exiliados, fueron refugiados, o mejor transterrados, como los denominó un socialista insigne, José Gaos, refugiado-transterrado él mismo. Sustituyeron la españolidad por la mexicanidad, y México actuó con ellos como patria de destino respecto a España, patria de origen. Tantos españoles que como José Gaos se nacionalizaron mexicanos, vivieron la transterralidad y al mismo tiempo la mexicanidad. Fueron hispanoamericanos, o mejor hispanomexicanos. Desde inicios del siglo XX España había vivido un cambio importante. Un cambio que afectaba a un elemento esencial para el desarrollo de los pueblos: se había producido un desarrollo educativo notable, impulsado por el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza y apoyado con la creación de recintos académicos como la Residencia de Estudiantes de Madrid, que acogió a estudiantes universitarios españoles y extranjeros, y la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, propulsada por Ramón y Cajal y por Giner de los Ríos, que intervino de forma notable en el renacimiento intelectual español. Comenzaba a hacerse realidad en nuestro país un nuevo siglo de oro del pensamiento y de la creación intelectual, que desgraciadamente se oscureció a causa de nuestro lamentable conflicto civil. La investigación, el blanca.sanchez@gabinete.mcu.es 2

3 estudio y la docencia, tan vigorosamente impulsados en las décadas anteriores, quedaron interrumpidos. Miles de personas se vieron obligadas a desterrarse..., el mayor castigo posible, según los griegos!. Y gracias a la política de Lázaro Cárdenas recibieron casa en México. Estos españoles no llegaron a su patria de acogida para hacer las Américas, sino a sufrir el desgarro y a vivir en y a México. Todos fueron acogidos, no solamente los intelectuales de prestigio, los investigadores y científicos prometedores, o los docentes de notable trayectoria. También encontraron una nueva patria los artesanos, los obreros, los panaderos, los agricultores... Se calcula que, entre 1939 y 1949 México recibió refugiados españoles. Este colectivo, este desgarro español, siempre fue fiel a su patria de origen y a sí mismos, ya que sus ideales, sus ambiciones, su destino y su utopía los extendieron y plasmaron allá donde fueron. Algunos, afortunadamente todavía con vida entre nosotros, lo siguen haciendo, y otros nos los han legado en su obra. Desde su llegada, los transterrados se aplicaron en oficios y saberes. Crearon negocios, abrieron periódicos, revistas y editoriales, o enseñaron lo que habían deseado para España. Nuestra filósofa María Zambrano, recién llegada, acepta impartir clases en la universidad michoacana de Morelia, y el primer día, la primera clase, mientras las tropas fascistas bombardeaban y ocupaban Madrid, explica a sus alumnos morelianos el sentido de la libertad en los griegos. blanca.sanchez@gabinete.mcu.es 3

4 Estos españoles fuera de su España siguieron extendiendo con fuerza sus y nuestros valores de defensa de la libertad y de la dignidad, para formar una cultura extensa: la cultura de lengua castellana, que es una de las pocas culturas verdaderamente planetarias del mundo, como acertadamente ha proclamado Juan Marichal. Tanto la Universidad Nacional Autónoma de México como el Instituto Politécnico Nacional y el Colegio de México, se abrieron sin reparos a la nueva sabia que llegaba desde España. Gracias a la actividad incesante en las cátedras universitarias, las conferencias, los cursillos, la publicación de libros, las relaciones entre maestros españoles y discípulos mexicanos, el panorama cultural de México se vio sacudido y enriquecido con aires renovadores. Se inyectó una energía revitalizadora que puso en contacto a las múltiples disciplinas universitarias filosofía, historia, literatura, medicina, física, química, artes plásticas...- con lo nuevo, lo más actual del conocimiento europeo reelaborado en español durante años en la España de la Restauración y de la República. Existen datos que detallan la composición del exilio español en México. Un 60% de los refugiados eran agricultores, un 30% técnicos y obreros cualificados, y un 10% intelectuales. Estos últimos, en porcentaje suficiente para reunir a los grandes valores científicos que España arrojaba de su suelo, fueron activos desde el primer momento, y condicionaron la imagen que en México se iba formando de los refugiados españoles como un exilio de intelectuales, fundamentalmente. En general, el grupo de docentes, investigadores y científicos que fijó su lugar de residencia y trabajo en México era un colectivo muy capacitado profesionalmente, que brindó su colaboración entusiasta a numerosas blanca.sanchez@gabinete.mcu.es 4

5 instituciones oficiales mexicanas, representadas en su sector más importante por los centros que hoy reciben estas medallas de homenaje. Nosotros tuvimos que agradecer a México su apertura, su solidaridad, su aceptación y su hospitalidad sincera y sin límites. Fue una relación recíproca y enriquecedora, de la que ambas partes pudieron extraer enseñanzas y vivencias positivas. Nuestro agradecimiento como españoles queda hoy, y durante toda esta semana, bien patente. El pueblo mexicano ha manifestado también en muy numerosas ocasiones su satisfacción por esta cercanía y este mestizaje. Me gustaría citar, para terminar, las bellas y profundas palabras sobre la impronta del ese exilio de peregrinación español en México pronunciadas por ese gran intelectual y escritor mexicano que es Carlos Fuentes, al recibir el Premio Cervantes de Literatura : Muchos mexicanos somos lo que somos, y sin duda somos un poco mejores, porque nos acercamos a esos peregrinos... Nosotros también somos mejores porque hemos sentido el calor de un pueblo y de unas instituciones amigas que nos brindaron lo que Manuel Azaña llamó las tres Pes ; Paz, Piedad y Perdón. Muchas gracias. blanca.sanchez@gabinete.mcu.es 5

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