EL PROFESOR DE POLÍTICA DE EMPRESA. FORMACIÓN Y DESAFÍOS

Transcripción

1 EL PROFESOR DE POLÍTICA DE EMPRESA. FORMACIÓN Y DESAFÍOS Introducción. El objetivo de estas páginas es describir algunos aspectos del contenido del trabajo de un Profesor de Política de Empresa en un Centro de Perfeccionamiento y Formación para la Alta Dirección de empresas e instituciones sin ánimo de lucro -públicas y privadas-. También señalar algunas sugerencias para la mejora profesional como investigadores y docentes. El contenido es fruto de la experiencia de 20 años como Director General del Instituto Internacional San Telmo y el diálogo con muchos profesores del área de diversas instituciones y países. Su lectura puede ser útil para los profesores que estén interesados en seguir esta carrera profesional y los participantes de los programas donde se imparte esta área del saber. El trabajo de la alta dirección: sus necesidades. La Política de Empresa es un área del saber que se centra en los conocimientos específicos que determina la formación de una persona para la alta dirección de una empresa de negocio; por ello, el reto como Profesor es identificar estos conocimientos, descubrirlos, idearlos y transmitirlos. Por otro lado, identificar las capacidades necesarias para ser persona de vértice y ayudar a los participantes y alumnos que asisten a los programas a descubrirlas y desarrollarlas. No es una tarea fácil descubrir el contenido de este área, sin embargo, se puede asegurar que existe un sólo camino; observar qué hacen en la práctica las personas que han ocupado u ocupan estas posiciones con éxito continuado. El profesor debe dialogar con ellas, analizar cómo toman decisiones, descubrir qué temores le preocupan, por qué hacen lo que hacen y cómo hacen hacer. La tarea de las personas que ocupan puestos de alta dirección es descubrir la realidad y no separarse de ella. El Profesor no suele ser hombre de acción y le costará disponer de los instrumentos oportunos para conocerla y acercarse a ella. La realidad no está en los papeles, la verdad está en la calle, en los clientes, en los vendedores, en los proveedores, en los competidores, etc.; por eso es imprescindible como profesor estar cerca de ella. Además la realidad de las empresas y su entorno es muy compleja. Los altos directivos realizan trabajos de naturaleza muy diversa: recogen información relevante sobre distintos aspectos de su organización y su entorno, interpretan resultados, valoran actuaciones personales, mantienen relaciones con los clientes, concretan argumentos de venta, buscan nuevos proveedores, analizan a los competidores, comprometen a socios, directivos y empleados, tienen iniciativas, se preocupan por el futuro, deciden inversiones tecnológicas importantes, diseñan sistemas de remuneración para los directivos, negocian con los sindicatos, mantienen relaciones con los políticos, etc; es decir, es una profesión que obliga a tener oficio en diversos campos; sin embargo, no resulta infrecuente encontrar empresarios que saben pocas cosas, pero con gran profundidad, con gran riqueza de matices; es decir, de buenos políticos de empresa ya que saben elegir el futuro mejor para su organización y hacerlo realidad.

2 2 Por otro lado, el siglo XXI se caracteriza por cambios rápidos y profundos: estos presiden todo lo que rodea a las organizaciones. Gran parte representa innegablemente progreso humano; otros componentes del estado por contra, son inquietantes y enojosos. La caída alarmante de la tasa de natalidad en España y otras partes de Europa, la globalización de la economía, las grandes masas de dinero fruto del ahorro de muchas personas, la rapidez de las comunicaciones, las nuevas tecnologías, los avances genéticos, la entrada de la mujer al mundo del trabajo, el materialismo y consumismo de la población de muchos países desarrollados, el aumento de diferencias entre ricos y pobres, el valor del ocio, el medio ambiente, el trabajo a tiempo parcial, la ampliación de la Unión Europea y el auge del terrorismo y el aborto, etc, son algunos ejemplos de la sociedad de principios del siglo XXI que influyen la profesión del alto directivo, empresario y político. Por último, para ayudar a mejorar a la alta dirección no se puede olvidar que el mundo de la empresa es fundamentalmente iniciativa. Evidentemente hay que huir de la acción loca e ineficaz; no se puede estar permanentemente corrigiendo errores y repitiendo políticas. Las personas necesitan trabajar sabiendo por qué se les piden ciertas actuaciones y hacia dónde va la empresa; sin embargo, la acción es determinante. Conocer las necesidades de los clientes o tener conocimientos financieros es importante; pero es necesario llevarlo a la práctica diseñando un producto y convenciendo a los proveedores que vendan materias primas a precios adecuados. Las empresas no se explican, se hacen, la acción requiere continuidad, afán de superación y profesionalidad. Para que los resultados lleguen se necesita vigilar los asuntos y estar encima; no basta sólo con tener iniciativas, hay que procurar que salgan bien. En la enseñanza de Política de Empresa el gran peligro quizás el mayor peligro- está en que el interés por la teoría desplace el interés por el criterio práctico. El refinamiento en la teoría satisface al teórico y en los círculos académicos puede llega a dar prestigio; sin embargo, las sutilezas teóricas no sirven generalmente para dirigir negocios. Los Profesores de Política de Empresa no pueden caer en el error de creer que el dominio de modelos y procedimientos pueden reemplazar a la compresión de la realidad. El objetivo es formar o perfeccionar a los altos directivos, empresarios y políticos en los conocimientos sobre el oficio de dirigir y no en los conocimientos sobre teorías respecto a ese oficio; lo cual no quita que algunas teorías, las menos, pueden ser muy útiles y necesarias. La profesión de alto directivo en cualquier organización es más un oficio que hay que aprender realizándolo, que una ciencia que puede ser aprendida para después realizarla. Cuando se conoce adecuadamente el oficio; es decir, cuando se tiene experiencia, es más fácil que cualquier saber científico útil permita la posibilidad de mejora profesional. Dada la complejidad del oficio de dirigir, y la variedad del trabajo de las personas de vértice, una de las mayores aportaciones del área de Política de Empresa es transmitirles un modelo global que guíe su actuación, que les ayude a pensar, que ordene las ideas pero debe explorar la realidad. No es difícil encontrar empresarios con mucho oficio pero desordenados, trabajan por impulsos, no planifican, en definitiva, un verdadero desastre desde el punto de vista de su propia actuación como de sus relaciones con las otras personas de la organización y así es difícil consolidar una empresa y tener continuidad. La acción es ardua, larga en el tiempo, el entorno de la empresa y la propia organización es cambiante, las empresas son cada vez más grandes y complejas, por todo ello

3 3 resulta conveniente disponer de un modelo global de pensamiento que permita establecer prioridades, que identifique las causas de los resultados y ayuden a tomar decisiones y a actuar. Para elegirlo lo importante es que resulte útil. Debe ser un poderoso instrumento de análisis y diagnóstico y, sobre todo, debe ayudar a elegir un futuro deseable, realizable y concreto. En este momento, se debe decir que no existe ningún modelo de pensamiento completo que explique el oficio de empresario. Todos los modelos globales de que se dispone hoy día son reduccionistas o simplificadores respecto a la riqueza del oficio del alto directivo; por ello, aunque se elija un modelo como básico, se deben conocer otros modelos globales que ayuden en la interpretación de la realidad; así mismo, es necesaria la utilización de varios modelos auxiliares como la contabilidad financiera y de dirección, la motivación de las personas, el marketing mix, la línea maestra, o el análisis financiero para entender la realidad con mayor profundidad y tomar decisiones acertadas que son realizables. Dentro del mismo conjunto de los modelos conceptuales auxiliares están, los ideados por los altos directivos para sus propias empresas según su propia experiencia y sentido común. Es la persona de vértice la que tiene que determinar qué modelos globales y auxiliares son o no utilizables en su caso concreto, en función de las características específicas de su empresa y de sus capacidades profesionales. Se ha dicho con acierto que dirigir es hacer y hacer hacer; esto significa que implica no sólo la necesidad de nuevas ideas sino también de modos o maneras de llevarlas a la práctica; por ello, en el área de Política de Empresa debemos ayudar al alto directivo a desarrollar métodos y técnicas de trabajo para la acción. La acción exige métodos y técnicas, hay que elegir una determinada manera de descubrir operaciones de negocio y cómo analizarlas, hay que idear métodos que combinen la elaboración de una estrategia con el trabajo ordinario de los directivos, hay que saber despachar, hay que idear procedimientos para recoger sólo la información relevante, hay que saber dirigir reuniones y hacer útiles los comités, hay que establecer distintos sistemas de dirección para lograr el compromiso de directivos diferentes. Lo importante de las técnicas y métodos es que de ellos dependen, con frecuencia, la consecución de los resultados. Los altos directivos eficaces se diferencian de otros, fundamentalmente, por su manera concreta de realizar la acción, mucho más que por sus conocimientos. Por ello no se entiende que en la mayoría de los Centros de Perfeccionamiento y Formación de la alta dirección de Empresas, se ponga tanto énfasis en la toma de decisiones y se le dedique muy poco tiempo a los procedimientos necesarios para que la decisión aceptada vaya acompañada por una acción eficiente y eficaz. Por último, para ser útil en el proceso de mejora de los altos directivos, hay que tener en cuenta que no existe un único tipo de empresario y alto directivo. Existen personas de vértice con conocimientos muy diversos, cualidades innatas distintas e, incluso, con diversas capacidades de trabajo. Los empresarios suelen saber mucho de sus clientes y sus necesidades, conocen en profundidad los productos de sus empresas y qué aportan; son expertos en diseñar operaciones y descubrir nuevos negocios que generan márgenes pero no saben elegir a su equipo y comprometerlos; dominar los procesos de producción y la tecnología, analizar con profundidad y sintetizar o elegir y trabajar con socios. Con esto se quiere decir que los objetivos que hay que marcar en cada programa son distintos según la experiencia de los participantes, aunque todos ocupen puestos de alta dirección.

4 4 La profesión de profesor de política de empresa: tipos y etapas. La Profesión de Profesor de Política de Empresa puede realizarse en mayor o menor grado, dentro de un centro de perfeccionamiento y formación para la alta dirección de empresas e instituciones sociales. La misión de este tipo de instituciones es la mejora de los empresarios, políticos, altos directivos de empresas, instituciones sin ánimo de lucro y otras organizaciones de la estructura social de una sociedad a través del perfeccionamiento de sus conocimientos y capacidades directivas. Por ello, en esa misión la docencia es una parte muy importante; pero no todo. Además, estos centros necesitan que sus profesores dediquen una parte apreciable de su tiempo y esfuerzo a la gestión de los mismos y esto puede ser muy útil para conocer el oficio, pero puede impedir el desarrollo académico del Profesor; por ello, es importante ser realista con uno mismo. Es importante proponerse metas ambiciosas pero que no provoquen el pesimismo y abandono de la carrera y para ello, es importante conocerse a sí mismo e identificar la vocación específica que se tiene. Para ayudar a avanzar a los Profesores que tienen cierta experiencia y están en el momento de decidir cómo seguir, puede ser útil describir los diferentes perfiles-tipo posibles y que son las siguientes: 1. Docente Puro.- Es un profesor que debe realizar una gran carga docente. Además, busca tener el material al día, con notas docentes para sus colegas, escribe algún caso y atiende generosamente a alumnos y participantes; su formación la realiza principalmente mediante asistencia a congresos y seminarios, lectura de libros y notas técnicas y preparación de casos. Es imprescindible que realice consultas para no ser teórico. 2. Docente Investigador. Tiene una menor carga docente y sus publicaciones no se remitirán exclusivamente a material docente. Generalmente, escribe notas técnicas, artículos e, incluso, libros y suele precisar ayudar para establecer objetivos de investigación realistas y que le permita avanzar en el campo de conocimientos de su área. 3. Docente Gestor. Es un profesor que dedica una parte apreciable de su tiempo y esfuerzo a la dirección de las instituciones. Su agenda está coordinada por la gestión y su carga docente puede ser elevada o no, pero nunca por debajo del nivel que precise para mantenerse como buen docente y al día; en unos casos este nivel es muy bajo; en otros por encima del cincuenta por ciento. 4. Ejecutivo Docente. Es un ejecutivo de la casa, que, por las razones que fuere, ejerce la docencia; también podrá no ejercerla y no pasará nada. Cabe alertar sobre la conveniencia de no confundir los dos últimos perfiles porque ello puede tener consecuencias francamente indeseables y cabe ciertos trasvases que deben ser muy meditados y debidamente planificados. Un claustro de profesores de cualquier centro de formación y perfeccionamiento de empresarios y directivos, debe tener un conjunto de profesores que abarquen los distintos tipos anteriormente descritos. La profesión de cada uno de ellos es distinta y además su vinculación laboral con el centro puede ser muy diversa en cada caso y en cada momento de su carrera profesional. No obstante, en un centro dirigido a la alta dirección, deben existir

5 5 varios profesores docentes investigadores en el área de Política de Empresa; sin embargo, deben tener mucho oficio en el gobierno de empresas e instituciones. Además, cualquier profesor de Política de Empresa que tenga la oportunidad de compaginar su profesión académica con la Dirección del centro, tendrá un complemento ideal para la enseñanza de esta materia. No considero casual que el profesor Valero fuera fundador y Director General durante unos ocho años en el IESE de Barcelona. Por otro lado, puede ser muy perjudicial empezar el proceso de formación como profesor con un doctorado; es importante una amplia experiencia profesional como empresario, directivo o consultor que ayude a entender la investigación de la realidad. Además, si el doctorado no está impartido por profesores con una gran experiencia empresarial directiva, puede tener el peligro de ser muy teórico y desorientar al profesor En definitiva, se trata de elegir los proyectos personales adecuados en cada caso y hay que ser realista, decir sí a unas cosas y no a otras, establecer objetivos y políticas para llevarlo adelante, escribir un plan de acción concreto, comprometerse y ser leal aportando los recursos necesarios: la vocación está llena de matices y puede realizarse a través de diferentes carreras profesionales. Por último, decir que estos perfiles-tipos pueden y deben ir cambiando con la experiencia y los años; están muy ligados al comienzo y al final de una carrera profesional como profesor. No se puede ser docente investigador con 30 años y existe una edad límite para empezar una investigación sería y escribir. Lógicamente, se puede ser docente puro, ejecutivo docente y docente gestor durante toda una carrera profesional. Sin embargo, no se debe olvidar la tarea como profesor en ninguno de ellos y todos tienen la obligación moral profunda de ayudar a los alumnos y participantes a descubrir la verdad. Además esta afirmación es realmente cierta para los profesores por el método del caso ya que como método activo el desarrollo de capacidades de los alumnos es realizado por ellos mismos, mientras que el papel de profesor se limita a sugerir, ordenar, hacer pensar, preguntar, etc. durante todo el proceso de descubrimiento; por ello, en cualquier tipo, ser profesor del método del caso exige humildad y vocación; vocación que le debe llevar a reconocer que su trabajo lo realiza para los alumnos y participantes; además que para él mismo; si no se tiene esa vocación, es mejor no ser profesor que utilice esta metodología y elegir otros métodos pasivos. Antes de cada curso, seminario o, incluso, sesión, el profesor debe decidir el método a utilizar. El método del caso puede utilizarse activamente, pero también es muy utilizado como instrumento de enseñanza pasiva. Cualquier decisión puede ser buena, lo único que no es bueno es autoengañarse y que la Política de Empresa que se enseñe esté alejada de la realidad. También debe tenerse en cuenta si se elige un método activo que es muy importante el prediseño de la sesión y conseguir que los participantes estudien y participen en el trabajo en equipo y la sesión general. Para medir el grado de avance en la carrera profesional de un profesor por el método del caso, es necesario utilizar varios indicadores. Evidentemente, hay que tener en cuenta la titulación académica; sin embargo, para la docencia es más relevante el grado de satisfacción de los alumnos, directores de programas y de áreas del saber de las instituciones y colegas. También hay que analizar la investigación realizada y su prestigio profesional como empresario, directivo o consultor. La titulación académica da una idea del grado de

6 6 conocimiento en esa área; sin embargo, hay que avanzar más y comprobar el grado de dominio de las materias propias del área de política de empresa, e, incluso, otras áreas funcionales y otras áreas del saber -moral, sociología, legal, antropología, etc.-. Se debe comprobar que se está al día en el conocimiento de las publicaciones científicas interesantes y que se introducen cambios al diseñar los cursos. Además, la actuación del profesor en los Programas de este tipo de instituciones requiere que domine las metodologías a emplear, conecte con los alumnos y participantes, identifique la mejora de los mismos y es necesario la colaboración del profesor al buen funcionamiento de los Programas cumpliendo los horarios aplicados, participando en reuniones convocadas por la Dirección de Programas, atendiendo individualmente a alumnos y participantes, asistiendo a actos con los participantes, evaluando con rigor en los programas de formación, etc. La formación y los desafíos de los profesores de Política de Empresa. Se enumeran a continuación una serie de recomendaciones prácticas para mejorar en la docencia y la investigación: 1. Disponer de un Modelo de Pensamiento Es la primera decisión importante que hay que tomar como profesor de Política de Empresa y se necesita tener experiencia y un buen mentor para acertar ya que existen muchos modelos muy brillantes y que en ese momento estarán de moda; sin embargo, la mayoría de ellos desaparecerán en un lustro. Se trata de tener un esquema que ordene las ideas, ayude a pensar, haga entender los conceptos fundamentales del área y explique la realidad empresarial globalmente pero con profundidad y concreción. Una vez elegido y estudiado, es bueno explicitarlo para ver si existe realmente y se entiende, si es completo o parcial y cuida que el modelo que se escoja sea útil y ayude a las personas de vértice a actuar. No es bueno cambiar de modelo constantemente, pero sí conocer varios modelos globales que se puedan complementar y, por supuesto, es necesario conocer algunos modelos auxiliares que se utilicen junto con el modelo global. No cambiar, no significa que no se revise, que no se deba introducir conceptos nuevos que mejoren el modelo; hay que mejorarlo cada año, aunque se enriquezcan sólo con matices. 2. Estudiar Cualquier tipo de profesor debe saber mucho de su área de especialidad; para ello, debe conocer con profundidad la literatura fundamental de su campo de actuación; sin embargo, en la actualidad hay que ser muy selectivo ya que se escriben muchos libros que se ponen de moda y no aportan nada.

7 7 Es bueno constituir una red de profesores con criterios que se comuniquen novedades útiles. Anualmente se deben estudiar de 3 a 5 trabajos clave nuevos; y leer bibliografías de hombres y mujeres de acción. Por otro lado, también se han puesto de moda los congresos internacionales pero la mayoría no son fructíferos. El primer Encuentro de Profesores de Política de Empresa en San Telmo es un ejemplo de trabajo serio para intercambiar experiencias, conocer colegas y avanzar en el conocimiento del área. La causa no es otra que todos los profesores que asisten deben escribir una ponencia con antelación y estudiar la que escriben los otros colegas que asisten. Por supuesto hay que investigar nuevos proyectos de la realidad empresarial y política o nuevas formulaciones de negocios y otras áreas de gobierno; hablar con los protagonistas, seguir las noticias de prensa, conocer la opinión de competidores, clientes y proveedores. Todo ello para tener criterio propio y, sobre todo, mantener viva la actitud receptiva ante los hechos del entorno, haciendo la gimnasia mental de traducirlos en operaciones concretas e utilizarlo en los diseños de los programas. Hay que cultivar la imaginación realista para ser profesores de Política de Empresa y que no se puede perder la capacidad de ver y razonar con sentido común sobre el negocio. Preguntas como: Por qué se ha internacionalizado aquella pequeña empresa?, Cómo lo ha hecho?, Qué se pretende con aquella fusión?, Qué consecuencias va a tener en la empresa la caída de natalidad y la inmigración?, Y las nuevas tecnologías?, Dónde se está concentrando la población?, De dónde procede? Qué tasas de actividad total y de la mujer tendremos en el 2010?, Cuantas empresas se han creado en los últimos 10 años en el Sur de España y cuantas han llegado a ser grandes?, etc. 3. Adquirir experiencia y oficio. Se deben mantener contactos con personas de interés en posiciones semejantes a los participantes en los programas de Perfeccionamiento y de Formación en que se participa. Algunos serán amigos con los que se dialogará profundamente todos los años; sin embargo, es necesario introducir a nuevos empresarios, altos directivos y políticos; un número adecuado puede ser de 10 a 20 personas de vértice por año; serán conversaciones de larga duración, con preparación de información escrita y reflexión posterior. Para adquirir experiencia práctica se deben elegir trabajos de asesoramiento útiles y concretar los nuevos aspectos a introducir en la enseñanza; se debe intentar que la consulta no se quede en la redacción de un informe sobre el diagnóstico y las recomendaciones del asesor. Evidentemente, no será sólo un diagnóstico de los problemas ya que el buen asesor-profesor debe, comprometerse a realizarlo o, al menos, ayudar en la acción. En este sentido, coincido con el Profesor Valero en que los profesores de Política de Empresa necesitan tomar posiciones de línea en empresas concretas, participar en comités de dirección en los que los otros miembros sean directivos de la empresa a tiempo completo muy capaces y con iniciativa. Si se es capaz de aportar, en estas circunstancias, ideas útiles para la empresa se puede estar seguro del oficio que tiene. Cuando se estudia o asesora una empresa, hay que profundizar en los métodos que se aplican para ser eficientes o para comprometer a los directivos y captar nuevos socios. Las empresas anglosajonas y de consultoría suelen diseñar procedimientos muy útiles; sin

8 8 embargo, no debemos olvidar que la innovación personal de los procedimientos políticos y los trajes a medida son los que aportan valor diferencial a las empresas. Por último es necesario conocer las buenas prácticas o criterios que orientan el pensamiento y la acción de las empresas que lideran sectores económicos. 4. Trabajar en equipo En una primera etapa es fundamental el mentor que cada profesor pueda buscarse; es la elección más importante que se realiza y va a influir decisivamente en la carrera profesional. No se entiende ver a tantos profesores jóvenes de grandes escuelas sin un maestro. Una vez elegido el mentor hay que saber trabajar con él; no suele ser fácil; sin embargo, siempre merece la pena. Además, puede ser un entrenamiento útil parar mejorar como personas y saber convivir. Pasada esta etapa se debe asistir a las reuniones útiles formalizadas con colegas de la misma escuela e, incluso, de otras instituciones. Hay muchas maneras de trabajar en equipo. Pero no se debe olvidar que hay que dedicar tiempo individual para que el resultado del equipo sea fructífero. El objeto de la colaboración puede ser la redacción de un caso, un asesoramiento empresarial, escribir un libro ó escribir una ponencia para participar en un Congreso Internacional. El Profesor de Política de Empresa debe tener sensibilidad jurídica, conocimiento de ética natural y moral cristiana, saber interpretar los estados contables, tener conocimiento de diseño de producto o dominar algún modelo conceptual del área de producción y comercial. Debe seguir los principales acontecimientos del entorno económico social y conocer los avances de las nuevas tecnologías de la información y su utilidad para las personas de vértice; sin embargo, es imposible que sea un experto en todas esas disciplinas. Por ello, es necesario colaborar con Profesores de estas áreas. En definitiva, como Profesor hay que saber estar presente en un caldo de cultivo de colegas que con el mismo modelo o no, investiguen la realidad y con empresas y directivos que tienen iniciativas, descubren nuevas formas de hacer negocio o nuevos procedimientos políticos. 5. Ser expertos en interpretar el entorno La mayoría de las Escuelas de Negocios europeas y americanas, tienen separadas las áreas de política de empresa y entorno económico, comunitario, social y legal. Sin embargo, esta decisión tiene el peligro que los conocimientos que se transmitan en esas áreas no sean útiles para la persona de vértice. Aspectos como la formación de los habitantes del sur de España, la tasa de natalidad, la escasez de agua, las nuevas técnicas genéticas aplicadas a la agricultura, el medio ambiente, las oportunidades del sur de España como destino para el tiempo libre, los problemas de la inmigración, las posibles estrategias de las empresas del sector agroalimentario, la validez y la mejora de los políticos y los agentes sociales, la economía sumergida, las causas del desempleo, etc., son asuntos clave para el Profesor de Política de Empresa. Por ello, dentro de la colaboración interdisciplinar hay que destacar que esto es particularmente importante con los profesores que tengan estos conocimientos e, incluso, intentar profundizar en algunos de estos campos y proponer proyectos útiles a la sociedad.

9 9 Una de las capacidades de las personas de vértice es tener visión generalista. Por ello, el área de Política de Empresa debe ayudar en este sentido. Una de las mayores críticas de los empresarios a los jóvenes que realizan un MBA es que son muy analíticos y su visión muy específica; en este sentido, el área de Política de Empresa debe ayudar a sintetizar y ampliar la visión. 6. Mejorar continuamente como académicos Para mejorar permanentemente se debe reflexionar de vez en cuando sobre el papel del profesor en un centro de Formación Empresarial y Política; sobre su misión social, sobre sus conocimientos, sobre las capacidades docentes necesarias, sobre el tipo de verdad que se trata en su área de conocimiento, etc. Es necesario para mantener el impulso que requiere ser profesional. No olvidar que el objeto de nuestro trabajo es la empresa o la institución pública y que nuestros alumnos son individuos que utilizan lo conceptual pero para actuar sobre la acción práctica; por ello, es importantísimo que el profesor se exija asímismo honradez científica y que huya de la moda y de explicar sólo aquello que es brillante. Para desarrollar plenamente la labor de profesor de una institución hay que convivir con todos los que la componen, condición sin la cual la tarea de profesor a largo plazo es casi imposible. Profesores que saben mucho; sin embargo, ni siquiera se esfuerzan por ser mejor persona y saber convivir aportan relativamente menos que otros profesores que saben mucho menos. Hay que conocer y profundizar en la filosofía y la misión de la institución. Es muy importante dialogar con el fundador si vive y estudiar los documentos básicos de la institución. Para mantener una actitud de impulso y mejora permanente, es importante medirse y que nos midan. Hay que desarrollar una mente inquieta e invitar a colegas a nuestras sesiones para que nos ayuden a mejorar y revisar las bibliografías de nuevos casos en otras Escuelas y de colegas solventes, participar en programas de naturaleza distinta y en distintas instituciones de prestigio, escribir casos largos y cortos todos los años, investigar nuevos métodos de enseñanza, no para cambiar, necesariamente, sino para conocerlos y utilizarlos cuando convenga. En definitiva, atreverse a pensar y tener deseos de mejora continua. Tener deseos de mejorar y seguir siendo útil no es cuestión de edad, está relacionado con la vocación, la profesionalidad y respeto a los demás. Así, al final, se tendrá la conciencia tranquila y habrá merecido la pena la profesión.