EL MENSAJE SOCIO POLÍTICO DEL PAPA FRANCISCO EN AMÉRICA LATINA 1

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1 SERIE INFORMATIVOS: Frente Externo UMNG IEGAP # 192 Bogotá D.C, 21 de agosto de 2015 EL MENSAJE SOCIO POLÍTICO DEL PAPA FRANCISCO EN AMÉRICA LATINA 1 Palabras clave: Papa Francisco, América Latina, Bolivia, Ecuador, Paraguay Introducción Ecuador, Bolivia y Paraguay, fueron los países escogidos por el papa Francisco para realizar, entre el 5 y el 12 de julio pasado, lo que sería su primera gran gira a América Latina, desde que el cónclave de Cardenales lo eligiera, el 13 de marzo de 2013, como sucesor del dimitente Benedicto XVI. Cierto es que Jorge Mario Bergoglio, como se le conocía antes del inicio de su pontificado, ya había realizado en julio de 2013 una visita a Brasil, pero en ese entonces su objetivo se centró en un encuentro con jóvenes en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud que se cumplió en Río de Janeiro. Y por qué Francisco escogió como destinos de su primera gira latinoamericana a esos tres países? Una declaración hecha a la agencia de noticias mexicana, Notimex, por un funcionario vaticano, respondería a ese interrogante, ya que muchos esperaban que en su primera gran visita a la región incluyera, lógicamente, a Argentina, su país natal, e incluso a otras grandes naciones. 1 Este documento forma parte de la serie Informativo del Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos de la Universidad Militar Nueva Granada. Su elaboración final estuvo a cargo de Carlos Osorio, Periodista y Asesor de este Centro de Pensamiento. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Militar Nueva Granada.

2 Según el uruguayo Guzmán Carriquiry, Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, el Papa jesuita escogió a Ecuador, Bolivia y Paraguay como sus primeros destinos en América del Sur, por tratarse de periferias emergentes. Quizás uno se anima a decir que ha escogido periferias emergentes en América Latina. Llamar a Bolivia, Ecuador y Paraguay periferias emergentes en un signo de respeto y de señalación, precisó el funcionario, citado por Notimex. Y explicó que cuando uno piensa en América Latina geopolíticamente la piensa como un triángulo con tres vértices formado por México, Brasil, Argentina y Chile. A ello se podría agregar que tanto Bolivia como Paraguay, se encuentran entre los países cuya población ostenta el menor ingreso económico por habitante, según cifras de organismos internacionales. El discurso de Francisco Si quisiéramos resumir en pocas palabras el discurso del papa Francisco en esta reciente gira, podríamos afirmar que sus llamados al diálogo, la inclusión, la paz, la equidad y la justicia social, marcaron el derrotero de su mensaje para la región. Un mensaje que fue claro desde su llegada a Ecuador, primera parada de su viaje a Suramérica, el domingo 5 de julio, cuando advirtió, en el mismo aeropuerto de Quito, que los desafíos actuales sólo podrán afrontarse valorando las diferencias, fomentando el diálogo y la participación sin exclusiones, para que los logros en progreso y desarrollo que se están consiguiendo, se consoliden y garanticen un futuro mejor para todos, poniendo una especial atención en nuestros hermanos más frágiles y en las minorías más vulnerables, que son la deuda que toda América Latina tiene. Reiterativos fueron sus llamados en ese sentido, como cuando en su homilía del 7 de julio, en el Parque Bicentenario de Quito, aseguró que también nosotros constatamos a diario que vivimos en un mundo lacerado por las guerras y la violencia. Sería superficial pensar que la división y el odio afectan sólo a las tensiones entre los países o los grupos sociales. En realidad, son manifestación de ese «difuso individualismo» que nos separa y nos enfrenta, son manifestación de la herida del pecado en el corazón de las personas, cuyas consecuencias sufre también la sociedad y la creación entera ( ) De ahí, la necesidad de luchar por la inclusión a todos los niveles, luchar por la inclusión a todos los niveles! Evitando egoísmos, promoviendo la comunicación y el diálogo, incentivando la colaboración ( ), agregó.

3 Y en referencia a la paz, advirtió que es impensable que brille la unidad si la mundanidad espiritual nos hace estar en guerra entre nosotros, en una búsqueda estéril de poder, prestigio, placer o seguridad económica. Y esto a costillas de los más pobres, de los más excluidos, de los más indefensos, de los que no pierden su dignidad pese a que se la golpean todos los días. El mismo día, en distinto escenario, el Papa volvió a referirse a los retos que enfrentan la mayoría de los pueblos latinoamericanos, señalando entre ellos la migración, la concentración urbana, la crisis de la familia, el desempleo y la pobreza, que constituyen una amenaza a la convivencia social. Ante esa situación, y en claro rechazo a los gobiernos que impiden el diálogo y la participación democrática, insistió en que las normas y las leyes, deben procurar la inclusión, la apertura de espacios de diálogo y de encuentro, para borrar cualquier tipo de represión, control desmedido y la merma de libertades. El diálogo es necesario, fundamental para llegar a la verdad, que no puede ser impuesta, sino buscada con sinceridad y espíritu crítico. En una democracia participativa, cada una de las fuerzas sociales, los grupos indígenas, los afroecuatorianos, las mujeres, las agrupaciones ciudadanas y cuantos trabajan por la comunidad, son protagonistas, precisó. En Bolivia, nuevamente el mensaje de inclusión Ese mensaje se repitió una y otra vez a lo largo de su gira, como lo hizo en La Paz, Bolivia, a donde llegó la tarde del miércoles 8 de julio y fue recibido por el presidente Evo Morales. Francisco saludó al pueblo boliviano afirmando que el progreso integral de un pueblo incluye el crecimiento en valores de las personas y la convergencia en ideales comunes que consigan aunar voluntades, sin excluir ni rechazar a nadie. Mensaje que reforzó luego, cuando hizo referencia a los esfuerzos del gobierno para mejorar las condiciones del país, y confió en que dichas acciones ayuden a crecer en un mayor respeto a la persona humana en cuanto tal, con derechos básicos e inalienables ordenados a su desarrollo integral, a la paz social, es decir, la estabilidad y seguridad de un cierto orden, que no se produce sin una atención particular a la justicia distributiva (cf. Enc. Laudato si, 157). Que la riqueza se distribuya, dicho sencillamente. El diferendo con Chile La visita a Bolivia también sirvió para que Francisco hiciera un llamado directo al gobierno boliviano para buscar un diálogo franco y abierto en torno al conflicto que lo enfrenta con Chile en la búsqueda de una salida al mar.

4 Una nación que busca el bien común no se puede cerrar en sí misma; las redes de relaciones afianzan a las sociedades. El problema de la inmigración en nuestros días nos lo demuestra. El desarrollo de la diplomacia con los países del entorno, que evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas, hoy es indispensable. Y estoy pensando acá, en el mar: diálogo, es indispensable. Construir puentes en vez de levantar muros. Construir puentes en vez de levantar muros. Todos los temas, por más espinosos que sean, tienen soluciones compartidas, tienen soluciones razonables, equitativas y duraderas. Y, en todo caso, nunca han de ser motivo de agresividad, rencor o enemistad que agravan más la situación y hacen más difícil su resolución, precisó el Papa sobre el tema. Tan solo 20 días después, el presidente Evo Morales aceptó el ofrecimiento de Chile para reanudar las relaciones diplomáticas, rotas desde finales de los años 70, y reiniciar conversaciones para resolver el conflicto, con el papa Francisco como garante, pero el gobierno chileno respondió que ese diálogo debería darse sin condiciones. Tierra, techo y trabajo Pero lo que este autor califica como el más crudo planteamiento del papa Bergoglio durante su gira latinoamericana, tuvo lugar durante un encuentro con movimientos populares que se celebró en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), el jueves 9 de julio. En la ocasión el Papa hizo alusión a las tres T: tierra, techo y trabajo, argumentando que se trata de derechos sagrados por los que vale la pena luchar. En su intervención, el Papa fue claro en señalar que es necesario reconocer que se necesita un cambio: Queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos ( ), expresó. Cambio que según el sumo Pontífice, no debe ser concebido como algo que un día llegará porque se impuso tal o cual opción política o porque se instauró tal o cual estructura social, sino por alcanzar un destino, por vivir con dignidad, por vivir bien, dignamente. Y para ello expuso un programa de tres puntos con los cuales deberían comprometerse los gobiernos, los movimientos populares y otras fuerzas sociales. Esos tres puntos, precisó, tienen que ver con poner la economía al servicio de los pueblos, unir nuestros pueblos y, por último, asumir la defensa de la madre tierra, una fórmula que, advirtió, no es la panacea para la solución de todos los problemas, pero puede aportar para ello.

5 ( ) el futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las élites. Está fundamentalmente en manos de los pueblos, en su capacidad de organizarse y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio, concluyó el Papa al respecto. La paz, el mensaje en Paraguay La paz volvió a ser el mensaje principal de Francisco en Paraguay, en donde permaneció entre el 10 y el 12 de julio, pero no por ello dejó de reiterar su llamado al diálogo, la construcción de un modelo económico con dignidad; y a respetar y reconocer las legítimas diferencias y opiniones de los demás. Conclusión Aunque las visitas papales tienen, desde hace algunos años, un ingrediente que podría calificarse de tipo político, según las circunstancias, es innegable que el mensaje del papa Francisco en Latinoamérica tuvo mucho de ello, y dejó ver a un pontífice claramente comprometido con la causa social y económica, haciendo gala de su origen jesuita, característica que no había tenido alguno de sus antecesores, lo que seguramente le permite y le permitirá, hacia el futuro, seguir adentrándose sincera y profundamente con las causas de los menos favorecidos, la paz, la justicia social y la equidad. Fue, en definitiva, una visita que dio pie para el debate y la polémica, polémica que no estuvo ausente, especialmente por gestos como el del presidente boliviano Evo Morales, quien regaló al Pontífice un crucifijo clavado en la hoz y el martillo, acto que generó extrañeza en Francisco y el rechazo de diversos sectores de la iglesia Católica.