Aprendemos a vivir la Navidad con un cuento

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1 i n c ó n Almudena FERNÁNDEZ a v e m i g r a t o r i g m a i l. c o m Aprendemos a vivir la Navidad con un cuento EN NUESTRO RINCÓN DEL MES DE OCTUBRE RESALTAMOS LA IMPORTANCIA DEL CUENTO Y SU VALOR EDUCATI- VO. AHORA, CUANDO ESTAMOS CON TODOS LOS PREPARATIVOS PARA LA NAVIDAD, NOSOTROS PROPONEMOS NUE- VAS ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA QUE NOS AYUDARÁN A ENTENDER Y VIVIR LA NAVIDAD. 36 A qué niño no le gusta escuchar un cuento? La hora del cuento es para él un momento de ternura, placer y conocimiento. Los cuentos populares fueron transmitiéndose oralmente durante siglos antes de ser escritos. Los fabulistas del Renacimiento Rebalais y los del siglo XVIII Perrault y Samaniego adaptaron este material de la tradición oral. Los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm fueron los primeros en buscar sistemáticamente cuentos orales y los publicaron sin adaptación literaria (82-85). En España encontramos las primeras manifestaciones literarias para niños en las aleluyas y aucas regionales. Se trataba de ilustraciones muy simples, en cuyo pie se insertaban unas pequeñas rimas. Sobre este recurso, Hermino Otero nos ofreció un detallado artículo en el nº 98 (marzo de ) de RyE. Con el cuento el niño resuelve más fácilmente sus conflictos afectivos: si se siente falto de cariño como Cenicienta, el cuento le ofrecerá consuelo comunicándole que encontrará a alguien que le quiera; o adquirirá seguridad en sí mismo poniéndose en el lugar de Caperucita y Pulgarcito venciendo al lobo y al ogro. PRESENTE EN LA VIDA DEL NIÑO El cuento y la literatura infantil, en general, deben estar presentes en la vida del niño, en casa, en la escuela, y también en nuestra área. Algunas razones ya las apuntamos en el pasado número, pero podemos añadir varias más: Da respuesta a las necesidades del niño y le conduce a una educación emocional. Le aproxima a diversas realidades sociales, culturales y geográficas. Sirve de vehículo de transmisión cultural y elementos del folklore. Puede transmitir actitudes y valores cristianos. Estimula el desarrollo de la imaginación y la creatividad. Ayuda al desarrollo del lenguaje de forma lúdica. Despierta la afición por la lectura. Contribuye a devolver a la palabra su poder de seducción frente a la invasión de la imagen. EL CUENTO PARA NAVIDAD El cuento que ofrecemos aquí de manera resumida es una adaptación del Príncipe Feliz. La versión original de Óscar Wilde, la puedes encontrar en o en las librerías. Este cuento puede ser escuchado por niños y niñas a partir de 5 años, podemos ir variando la adaptación y realizar distintas actividades según las características de cada grupo. Aquí os ofrecemos algunas sugerencias metodológicas sobre cómo trabajar este cuento, pueden ser útiles en actividades de introducción y motivación y para partir de las experiencias y conocimientos previos de nuestros alumnos. ACTIVIDADES PREVIAS A LA NARRACIÓN La presentación. Si es para alumnos de Educación Infantil o primer ciclo de Primaria el cuento puede ser presentado a través de algún rito o fórmula rimada que podemos repetir cada vez que vayamos a leer un cuento nuevo. Por ejemplo, dando tres palmadas a la vez que decimos tap, tap, tap, el cuento va a empezar. Los personajes misteriosos. Escondemos varios personajes del cuento El príncipe Feliz dispersos en la clase: debajo de una silla, en una caja, detrás de un mural, etc. Y les pedimos que nos ayuden a buscarlos (sin

2 A i n c ó n d e c t i v i d a d e s Cuando llegó el otoño, todas las golondrinas emprendieron el vuelo hacia Egipto; pero hubo una golondrinita que se quedó atrás. Voy a cobijarme allí dijo la golondrina mirando hacia la estatua. El sitio es bonito. Y se dejó caer precisamente entre los pies del Príncipe Feliz. Mientras se disponía a dormir y colocaba su cabeza bajo el ala, le cayó encima una pesada gota de agua. Qué curioso! exclamó. No hay una sola nube en el cielo, las estrellas están claras y brillantes, y sin embargo llueve! La Golondrina miró hacia arriba y vio... Los ojos del Príncipe Feliz estaban arrasados de lágrimas, que corrían sobre sus mejillas de oro! Quién sois? dijo la golondrina. Soy el Príncipe Feliz. Entonces, por qué lloráis de ese modo? -preguntó la Golondrina llena de piedad. Cuando estaba yo vivo y tenía un corazón de hombre repitió la estatua, no sabía lo que eran las lágrimas porque vivía en un Palacio en el que no existía el dolor. Alrededor del jardín se alzaba una muralla altísima, pero nunca me preocupó lo que había detrás de ella, pues todo cuanto me rodeaba era hermosísimo. Mis cortesanos me llamaban el Príncipe Feliz y, realmente, era yo feliz, si es que el placer es la felicidad. Así viví y así morí y ahora que estoy muerto me han elevado tanto, que puedo ver todas las miserias de mi ciudad, y aunque mi corazón sea de plomo, no me queda más recurso que llorar. Allí abajo continuó la estatua con su voz baja y musical, allí abajo, en una callejuela, hay una pobre vivienda. Una de sus ventanas está abierta y por ella puedo ver a una mujer sentada ante una mesa. Tiene las manos hinchadas y enrojecidas, llenas de pinchazos de la aguja, porque es costurera. Sobre un lecho, en el rincón del cuarto, yace su hijito enfermo. Tiene fiebre y pide naranjas. Su madre no puede darle más que agua del río. Por eso llora. Golondrina, Golondrinita, no quieres llevarle el rubí del puño de mi espada? Mis pies están sujetos al pedestal, y no me puedo mover. Me esperan en Egipto respondió la Golondrina. Mis amigas ya revolotean de aquí para allá sobre el Nilo, además aquí hace mucho frío. Pero la mirada del Príncipe era tan triste que la Golondrinita se apenó y le prometió que se quedaría aquella noche para hacer de mensajera. Entonces la Golondrinita arrancó el gran rubí de la espada del Príncipe y, llevándolo en el pico, voló sobre los tejados de la ciudad. Pasó sobre la torre de la catedral, donde había unos ángeles esculpidos en mármol blanco. Al fin llegó a la pobre vivienda y echó un vistazo dentro. El niño se agitaba febrilmente en su camita y su madre se había quedado dormida de cansancio. La Golondrina saltó a la habitación y puso el gran rubí en la mesa, sobre el dedal de la costurera. Luego revoloteó suavemente alrededor del lecho, abanicando con sus alas la cara del niño. Entonces la Golondrina se dirigió a todo vuelo hacia el Príncipe Feliz y le contó lo que había hecho. Tenéis algún encargo para Egipto? le gritó. Voy a emprender la marcha. Golondrina, Golondrina, Golondrinita dijo el Príncipe, no te quedarás otra noche conmigo? Allá abajo, al otro lado de la ciudad, veo a un joven en una buhardilla. Se esfuerza en terminar una obra para el director del teatro, pero siente demasiado frío para escribir más. No hay fuego ninguno en el aposento y el hambre le ha rendido. Me quedaré otra noche contigo -dijo la Golondrina, que tenía realmente buen corazón-. Debo llevarle otro rubí? Ay! No tengo más rubíes -dijo el Príncipe-. Mis ojos es lo único que me queda. Son unos zafiros extraordinarios Arranca uno de ellos y llévaselo. Entonces la Golondrina arrancó el ojo del Príncipe y voló hacia la buhardilla del estudiante. El joven tenía la cabeza hundida en las manos. No oyó el aleteo del pájaro y cuando levantó la cabeza, vio el hermoso zafiro sobre la mesa. Ahora ya puedo terminar la obra. exclamó completamente feliz. Al día siguiente voló hacia donde se encontraba el príncipe con idea de despedirse de él. Golondrina, Golondrina, Golondrinita! exclamó el Príncipe. No te quedarás conmigo una noche más? Es invierno replicó la Golondrina y pronto estará aquí la nieve glacial. Amado Príncipe, tengo que dejaros, pero no os olvidaré nunca y la primavera próxima os traeré de allá dos bellas piedras preciosas con que sustituir las que disteis. El rubí será más rojo que una rosa roja y el zafiro será tan azul como el océano. Allá abajo, en la plazoleta contestó el Príncipe Feliz, tiene su puesto una niña vendedora de cerillas. Se le 37

3 i n c ó n de Ac t i v i d a d e s han caído las cerillas al arroyo, estropeándose todas. Su padre le pegará si no lleva algún dinero a casa, y está llorando. Arráncame el otro ojo y dáselo Pasaré otra noche contigo dijo la Golondrina, pero no puedo arrancaros el ojo porque entonces os quedaríais ciego del todo. Golondrina, Golondrinita! dijo el Príncipe. Haz lo que te mando. Entonces la Golondrina volvió de nuevo hacia el Príncipe y emprendió el vuelo llevándoselo. Se posó sobre el hombro de la vendedorcita de cerillas y deslizó la joya en la palma de su mano. Qué bonito pedazo de cristal! -exclamó la niña, y corrió a su casa muy alegre. Entonces la Golondrina al ver al Príncipe ciego le dijo: Ya que no puedes ver me quedaré contigo para siempre Y se durmió entre los pies del Príncipe. Al día siguiente se colocó sobre el hombro del Príncipe y le refirió lo que había en la ciudad. Estoy cubierto de oro fino dijo el Príncipe ; despréndelo hoja por hoja y dáselo a mis pobres. Los hombres creen siempre que el oro puede hacerlos felices. Hoja por hoja arrancó la Golondrina el oro fino hasta que el Príncipe Feliz se quedó sin brillo ni belleza. Hoja por hoja lo distribuyó entre los pobres, y las caritas de los niños se tornaron nuevamente sonrosadas y rieron y jugaron por la calle. Entonces llegó la nieve y después de la nieve el hielo. Largos carámbanos, semejantes a puñales de cristal, pendían de los tejados de las casas. La pobre Golondrina tenía frío, cada vez más frío, pero no quería abandonar al Príncipe: le amaba demasiado para hacerlo. 38 Maluli Álvarez de Eulate Al fin, sintió que iba a morir. No tuvo fuerzas más que para volar una vez más sobre el hombro del Príncipe. Adiós, amado Príncipe! murmuró. Permitid que os bese. Y besando al Príncipe Feliz, cayó muerta a sus pies. En el mismo instante sonó un extraño crujido en el interior de la estatua, como si se hubiera roto algo. A la mañana siguiente, muy temprano, el alcalde se paseaba por la plazoleta con dos concejales de la ciudad. Al pasar junto al pedestal, levantó sus ojos hacia la estatua. Dios mío! exclamó. Qué andrajoso parece el Príncipe Feliz! El rubí de su espada se ha caído y ya no tiene ojos, ni es dorado dijo el alcalde En resumidas cuentas, que está lo mismo que un pordiosero. Y tiene a sus pies un pájaro muerto dijeron los concejales. Entonces fue derribada la estatua del Príncipe Feliz.

4 A Ri n c ó n d e c t i v i d a d e s Entonces fundieron la estatua en un horno, Qué cosa más rara! dijo el empleado de la fundición. Este corazón de plomo no quiere fundirse en el horno; habrá que tirarlo como desecho. Los fundidores lo arrojaron al montón de basura en que yacía la golondrina muerta. Tráeme las dos cosas más preciosas de la ciudad dijo Dios a uno de sus ángeles. Y el ángel se llevó el corazón de plomo y el pájaro muerto. Has elegido bien dijo Dios. En mi jardín del Paraíso este pajarillo cantará eternamente, y en mi ciudad de oro el Príncipe Feliz repetirá mis alabanzas. decirles el nombre del cuento). Según los van localizando se reúnen en un lugar visible y dicen de qué historia se trata. DURANTE LA NARRACIÓN Debemos conocer el cuento antes de contarlo. Cuidar los aspectos formales como modulación, gesticulación, entonación. No contarlo cuando dispongamos de poco tiempo ya que así no podremos recrear el cuento. Trataremos de evitar posibles distracciones visuales o acústicos. Sería interesante una disposición de los oyentes en semicírculo frente al profesor. Pero esto es más fácil de conseguir en la etapa de Infantil, en la que hay un espacio para la asamblea. DESPUÉS DE LA NARRACIÓN Primer ciclo de Educación Primaria Verdadero o falso. Previamente escribimos en tarjetas frases pertenecientes al cuento y otras que no. Cada niño elige una tarjeta y dice si el contenido pertenece al cuento. Completar. Se elaboran tarjetas con frases del cuento. En cada frase debe faltar una palabra significativa que los niños deben completar. Presentar una lista de frases solidarias que aparecen en El príncipe Feliz. Los niños las leen. Subrayan o escriben qué elementos (palabras, frases, ideas) comunes aparecen en todas ellas. Actividad de expresión plástica. Realizar un móvil de la golondrina sobre cartulina. Se cuelga del dedo índice con una lana. A través del movimiento de nuestro brazo podemos escenificar su vuelo y ayudar a dramatizar el cuento (puede verse la tabla que proponemos para realizar las golondrinas). Preguntas para el diálogo: Por qué creéis que es un cuento de Navidad? Por qué en Navidad hablamos de solidaridad? Cómo actuaba Jesús con los necesitados? Por qué la estatua del príncipe acabó gris y fea? Por qué le gustó a Dios? Segundo ciclo de Educación Primaria Elaborar diapositivas de los personajes o las escenas de cuento. Utilizar alguna de las técnicas de Rodari para desarrollar la imaginación y creatividad del niño: Y después? Una vez que hemos narrado el cuento del Príncipe Feliz se les pregunta Y después qué paso? Los niños inventan y escriben la continuación. Puede hacerse por parejas. Continuar la historia. Les leemos el cuento pero dejamos sin leer el desenlace del mismo para que sean ellos y ellas los que lo acaben. Si te encargase hoy Dios que eligieras las dos cosas más preciosas de nuestra ciudad o país, qué elegirías? Tercer ciclo de Educación Primaria Buscar distintas adaptaciones de este cuento. Hacer un fichero con todas las versiones diferentes que encontremos. Compararlas con el original. Enumerar las diferencias. Explicar cuál nos ha gustado más y por qué. Escribir otro final para este cuento. Actualizar este cuento cambiando los personajes y la época. En lugar del príncipe, un rascacielos lujoso, en lugar de la golondrina, una avioneta. Editar una presentación en PowerPoint que refleje las distintas formas de celebrar la Navidad con una diapositiva final que contenga un mensaje evangélico, reflejando sus conclusiones y deseos para esta Navidad. 39

5 A i n c ó n d e c t i v i d a d e s ACTIVIDAD DE EXPRESIÓN PLÁSTICA Móvil realizado por la profesora Primitiva Relea Herrero con los alumnos del CEIP Benito Pérez Galdós de Majadahonda (Madrid). Recortamos tres piezas de cartulina. En la ilustración aparecen numeradas del al 3. La silueta nº la recortamos sobre cartulina negra, la 2 sobre blanca y la 3 sobre amarilla A la cartulina negra le hacemos un agujerillo por donde pasaremos una lana que colgará del dedo del niño Colocamos la silueta negra sobre la blanca y en medio el pico amarillo Ponemos dos grapas y ya tenemos la golondrina para hacerla partícipe de una dramatización del cuento. 3 MÁS CUENTOS EN: oesias/ Cuentos y poemas de Navidad El cuento de la semana. Cuentos del padre Mamerto Menapace. Y además una guía para trabajar el cuento. REVIEJO, CARLOS, Cuentos a la luz de un candil. Cincuenta cuentos de hadas, astucias y encantamientos, SM, Madrid, 200. DEL AMO, MONTSERRAT, Rastro de Dios y otros cuentos, El Barco de Vapor, SM, Madrid, 98.