LA NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR, DIOS Y SALVADOR JESUCRISTO 25 DE DICIEMBRE*

Transcripción

1 LA NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR, DIOS Y SALVADOR JESUCRISTO 25 DE DICIEMBRE* M as venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, (Gálatas 4:4) para salvar a la raza humana. Y cuando se cumplieron los nueve meses después de la Anunciación en donde se le apareció el Arcángel Gabriel a la Santísima Virgen en Nazaret, diciéndole, Alégrate, llena de gracia Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo (Lucas 1:28, 31), en aquel tiempo se publicó un decreto de Cesar Augusto que decía que todo pueblo romano debía pagar impuestos. De acuerdo a este decreto, todos debían irse a registrar a su pueblo de origen. Es por eso que el justo José fue junto a la Virgen María a Belén, la ciudad de David, porque ambos pertenecían al linaje de David. Debido a que muchas personas se habían conglomeraron en este pequeño pueblo debido al censo, José y María no pudiendo encontrar posada en ninguna casa, buscaron refugio en una cueva que los pastores usaban como corral. En esta cueva en la noche entre el sábado y el domingo, el 25 de Diciembre la Santísima Virgen dio a luz al Salvador del mundo, el Señor Jesucristo. Habiendo dado a luz sin dolor así como Él había sido concebido sin pecado por el Espíritu Santo y no por ~ 1 ~

2 hombre, ella misma lo envolvió en pañales, y lo adoró como Dios, y lo colocó en el pesebre. Después el justo José se acercó y le adoró como el Fruto Divino del seno de la Virgen. Después los pastores vinieron desde el campo, dirigidos por un ángel de Dios, y lo adoraron como el Mesías y Salvador. Los pastores escucharon una multitud de ángeles de Dios cantando: Gloria en las alturas a Dios, y en la tierra paz, y a los hombres buena voluntad. (Lucas 2:14) En ese momento arribaron los tres magos de oriente, guiados por la maravillosa estrella, brindando sus dones: oro, incienso y mirra. Y adoraron al niño como el Rey de reyes, y le ofrecieron los dones. (Mateo 2). Así que entrando al mundo aquel cuya llegada había sido anunciada por los profetas, y que había nacido en la manera en que había sido profetizado: de un Santísima Virgen, en el pueblo de Belén, del linaje de David de acuerdo a la carne, cuando no había rey en Jerusalén del linaje de Judá, sino cuando Herodes, un extranjero, reinaba. Después de muchas prefiguraciones, mensajeros y heraldos, profetas y hombres justos, sabios y reyes, finalmente Él había aparecido, el Señor del mundo y Rey de reyes, para realizar la obra de la salvación de la humanidad, que no podía haber sido realizada por sus siervos. A Él le sea eterna gloria y alabanza! Amén. ~ 2 ~

3 HIMNO DE ALABANZA A la Natividad de nuestro Señor, Dios y Salvador Jesucristo Con amor radiante, bajaste desde el cielo; De la eterna belleza, descendiste al dolor monstruoso; De la eterna luz; descendiste a la espesa oscuridad del mal. Extendiste tu santa mano a aquellos ahogados en pecado. El cielo estaba asombrado, la tierra se estremeció. Bienvenido, oh Cristo! Alégrense pueblos! Con amor radiante, con el que habías creado al mundo, Como esclavo te abatiste para liberar a los esclavizados, Para restaurar la casa que Adán había destruido, Para iluminar a los sombríos, para soltar a los pecadores. Amor que no conoce temor o humillación Bienvenido, oh Cristo! El Maestro de la Salvación! Con amor radiante, oh Rey de toda belleza, Dejaste el esplendor de los hermosos Querubines, Descendiste a la cueva de la vida humana, A los hombres desesperados, con una antorcha de paz, Cómo se te puede contener? La tierra se atemorizó. Bienvenido, oh Cristo! El cielo te sostiene! La hermosísima Virgen espero mucho tiempo por Ti. La tierra la eleva hacia Ti, para que por ella descendieras Desde el trono sublime, desde la ciudad celestial, Para brindar salud, para liberar al hombre del pecado. Oh Santa Virgen, Incensario de Oro A ti gloria y alabanza, oh Madre llena de gracia! ~ 3 ~

4 MEDITACIÓN E l Señor Jesús, nacido en Belén fue primeramente adorado por los pastores y los magos del oriente los más simples y los más sabios de este mundo. Hasta este día, aquellos que desean adorar al Señor Jesús como Dios y Salvador son los más simples y los más sabios de este mundo. La simplicidad pervertida y la sabiduría a medias han sido siempre los enemigos de la divinidad de Cristo y su evangelio. Pero quienes eran estos magos de oriente? Esta cuestión fue estudiada específicamente por San Demetrio de Rostov. Él asevera que eran reyes de ciertas pequeñas regiones o pueblos individuales en Persia, Arabia y Egipto. Que a su vez, eran eruditos en el conocimiento de la astronomía. Y que se les apareció una maravillosa estrella, que les anunció el nacimiento de un Nuevo Rey. De acuerdo a San Demetrio, esta estrella apareció nueve meses antes del nacimiento del Señor Jesús, es decir al tiempo de su concepción por la Santísima Teotocos. Pasaron nueve meses estudiando esta estrella, preparando su travesía y viajando. Arribando a Belén poco tiempo después del nacimiento del Salvador del mundo. Uno de ellos se llamaba Melchor, que era viejo, con cabello largo y barba blanca. Y él le ofreció al Señor el don de oro. El segundo se llamaba Gaspar, de cara chapeada, joven y sin barba. Y le ofreció al Señor el don de incienso. El tercero se llamaba Baltasar, de tez morena y barba pesada. Y él le ofreció al Señor el don de mirra. Después de su muerte, sus cuerpos fueron llevados a Constantinopla, de Constantinopla a Milán y finalmente a Colonia. Se puede agregar que estos tres magos representaban a las tres diferentes razas principales que descendían de los ~ 4 ~

5 tres hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet. El persa representaba a los jafetitas, el árabe representaba a los semitas, y el egipcio representaba a los camitas. Se puede decir entonces que, a través de estos tres, toda la raza humana adoró al Señor y Dios encarnado. HOMILÍA ACERCA DEL NACIMIENTO DEL SEÑOR, EL HIJO DE DIOS. Salí del Padre, y he venido al mundo (Juan 16:28) H ermanos, el Hijo unigénito de Dios, engendrado en la eternidad por el Padre sin una madre, nació en el tiempo de una madre sin un padre. Ese primer engendramiento es el inescrutable misterio de la Santa Trinidad, y el segundo es el inescrutable misterio del poder y amor de Dios en el tiempo. El más grande misterio en el tiempo corresponde al más grande misterio en la eternidad. Sin adentrarnos a este magnánimo misterio con la menor vela de nuestro entendimiento, estemos complacidos pues, hermanos, con saber que nuestra salvación no tiene su origen en un hombre o viene de la tierra, sino desde las más grandes alturas del invisible mundo divino. Tan grande es la misericordia de Dios, y tan grande es la dignidad el hombre, que el Hijo de Dios mismo vino de la eternidad al tiempo, del cielo a la tierra, del trono de gloria a la cueva de los pastores, solamente para salvar a la humanidad, para limpiar a los hombres del pecado y restaurarlos al Paraíso. Salí del Padre, donde lo tenía todo, y he venido al mundo, que no puede darme nada. El Señor nació en una cueva para mostrar que todo el mundo es una cueva oscura, que sólo Él puede iluminar. El Señor nació en Belén y Belén significa la Casa del Pan para mostrarnos que Él es el único Pan de Vida digno de verdaderos hombres. O Señor Jesús, el Pre-eterno Hijo de Dios vivo y el Hijo de la Virgen María, ilumínanos y aliméntanos contigo. A Ti sea gloria y alabanza por siempre. Amén. ~ 5 ~

6 *Texto tomado de: San Nikolai Velimirovich. The Prologue of Ohrid: lives of saints, hymns, reflections and homilies for everyday of the year [El Prologo de Ocrida: vidas de santos, himnos, meditaciones y homilias para cada día del Año]. Traducido por Padre Janko Trbović. Vol. II. Alhambra, California: Serbian Orthodox Diocese of Western America, pp Ediciones de la Diócesis de México de la Iglesia Ortodoxa en América ~ 6 ~