LA ODONTOLOGIA Y LA DESIGUALDAD SOCIAL EN LA ARGENTINA DEL PRESENTE

Transcripción

1 LA ODONTOLOGIA Y LA DESIGUALDAD SOCIAL EN LA ARGENTINA DEL PRESENTE Trabajo realizado por el grupo de Economía de la Salud de Sociedad Odontológica de La Plata, Dr. Dardo Pereira (Presidente de SOLP) y Gabriela Anchordoqui ( Maestría en Economía de la Salud y Administración en Organizaciones de Salud. Fac. de Ciencias Económicas de la UNLP). Resumen El interés del presente trabajo se centra en poder explicar las enormes limitaciones que existen en los países emergentes para alcanzar el pleno desarrollo individual en el ejercicio de la profesión de odontólogo, sobre todo cuando la sociedad lejos de apuntalar su crecimiento entra en una espiral descendente, de la cual le resulta muy difícil recuperarse. Con diversos datos estadísticos y la utilización del conocido coeficiente de Gini, los autores demuestran la difícil situación social reinante en los últimos años en la Argentina. Finaliza el artículo con una serie de recomendaciones, muchas de ellas innovadoras, para tratar de buscar mediante medidas audaces, los argumentos inteligentes que requiere la profesión en esta difícil instancia. Introducción A mediados de los setenta comenzó a tomar forma, primero desde el punto de vista de las ideas para luego llevarlo a la práctica, y hacerlo mucho más manifiesto en las décadas siguientes la quiebra del Estado de Bienestar. El concepto de estado de bienestar, o estado benefactor, o welfare state no es algo originario de nuestro país, es una visión de la sociedad que arranca en el mundo después de la crisis de 1929, para consolidarse en gran parte del hemisferio norte después de la segunda guerra mundial, sobre todo con el aporte a la ciencia económica que realiza el economista inglés Jhon M. Keynes. En estas latitudes siempre un poco más modestas en cuanto a sus logros, es una idea que germina en los años cuarenta, a pesar del enrarecido clima político de aquellos años, y se continúa en los períodos siguientes. Recordemos que la definición de estado de bienestar presupone la presencia activa y efectiva del estado en economía en primer lugar, para luego extenderse en otras áreas como la salud, la educación, la acción social, etc. Es el estado, quien pasa a ser el eje rector de una filosofía económica, caracterizada por la búsqueda de la equidad entre los habitantes de una sociedad determinada; a la vez, se intenta superar las viejas posturas liberales de la mano invisible de Adam Smith, según la cual, la actividad económica se autorregulaba. Al parecer, siguiendo la visión de la óptica keynesiana, esto no siempre se cumplía, de ahí la proclamada intervención del estado en la economía. Pero en los noventa esta idea del estado de bienestar fue jaqueada desde los organismos multilaterales de crédito y desde los grandes centros del poder económico mundial. Llego así una nueva concepción del estado y de la sociedad, 1

2 asimilada a lo que comenzó a definirse como neoliberalismo, y que algunos teóricos de la sociología calificaron como el estado post-social. Esta fue la realidad que vivió nuestro país, América Latina y gran parte del mundo no desarrollado. Las políticas de ajuste, que también advertimos en diferentes artículos a finales de aquella época, conocida vulgarmente como los impuestazos, fueron moneda corriente en esa Argentina, sobre todo cuando desde los grandes centros de las finanzas internacionales se continuaban diseñando las recetas para las economías emergentes. A pesar de ser conocidas las consecuencias de estas prácticas políticas, cuyo principio activo era la entronización del mercado y la desaparición del estado, no esta de más recordarlas. Observamos que, la pérdida de puestos de trabajo, la desindustrialización del país, el empobrecimiento de su población, la inequidad social, la exclusión, la inseguridad y el aumento de la tasa de criminalidad, fueron moneda corriente de nuestra degradada Argentina. Además de la difícil situación en que quedaron la salud, la educación, y el trabajo. Por supuesto que todas las profesiones de la salud y en especial la profesión de odontólogo no pudieron escapar a esta debacle, que se acentuó mucho más con la crisis de diciembre del 2001, y la posterior salida de la convertibilidad. A modo de referencia, vale la pena mencionar, que el 80 % de una prestación odontológica común requiere de productos importados para su realización, debido que no existen industrias de materiales dentales que se hayan desarrollado en el país y mucho menos en los últimos tiempos. Desarrollo En el presente trabajo, trataremos de analizar con datos estadísticos, el motivo por el cual la situación social repercute con todas sus fuerzas en las actividades profesionales en general y en la odontología en particular. Para el análisis se utilizará el coeficiente de Gini, el cual es un indicador que intenta representar la magnitud de la desigualdad en la distribución del ingreso en una sociedad determinada. Según dicho coeficiente cuyo rango se extiende de 0 a 1, le corresponde valor 0 cuando cada miembro recibe exactamente el mismo ingreso, mientras que el valor 1 corresponde cuando un miembro de la sociedad recibe todo el ingreso y el resto nada. La representación gráfica de dicho coeficiente, se realiza sobre un eje de coordenadas x/y, Fig. 1. En el eje horizontal se representa de manera porcentual a la población, desde los más pobres a los más ricos, mientras que en el eje vertical, se ordena la renta en fracciones de 20, para luego trazar una diagonal en 45º. La relación entre población e ingreso se marca con un punto y esta continuación de puntos conforma una curva, llamada Curva de Lorenz. Los puntos sobre la diagonal significarían la distribución igualitaria entre el porcentaje de población y los ingresos que le corresponderían. Cuando la curva de Lorenz coincide con la diagonal los porcentajes e ingresos son igualitarios. Esto correspondería a una sociedad ideal, la cual, en la realidad nunca sucede. Por el contrario, se observa con mayor frecuencia en las sociedades emergentes, la gran desigualdad entre sus componentes y es así como se suele ver que el 20% de los ingresos se distribuye entre el 40, 50, o 60 % de la población más pobre, y en el otro extremo el 40% o más de los ingresos se lo lleva el 10 o el 20% más rico de la población. 2

3 A mayor desvío de la curva de Lorenz con respecto a la diagonal mayor es la desigualdad, es decir cuando la curva de Lorenz se encuentra mas alejada de la diagonal esa sociedad es mas desigual respecto de la distribución de los ingresos entre sus componentes, ver Fig. 2. El coeficiente de Gini se obtiene de la relación entre el área formada por la diagonal y la curva (área rayada) y el triángulo (0 ) que queda conformado por debajo de la curva. Como ya señalamos los valores del coeficiente varían del 0 al 1 considerándose 0 como equidad absoluta y 1 como desigualdad absoluta, situaciones extremas que sabemos no se dan nunca. En virtud de los datos estadísticos obtenidos de los diferentes referentes en este tema, se puede decir que en las sociedades más desarrolladas, o sea las sociedades más equitativas, aquellas que ubicamos en el hemisferio norte (países europeos, Japón, Canadá), el coeficiente de Gini se ubica en una escala próxima a 0,30. Por el contrario, las sociedades donde se presentan mayores desigualdades, son aquellas que pertenecen a países de América Latina y otros del hemisferio sur. Como ejemplo podemos mencionar la situación de Brasil, a pesar de que últimamente existe en ese país una tendencia revertir esta situación, el coeficiente de Gini se ubica en limites cercanos a 0,60. En la Argentina, el coeficiente de Gini a lo largo de las últimas décadas fue cambiando. En la tabla 1 están reflejados tales valores Como se aprecia en las figuras 3 y 4, nuestro país marcho aceleradamente hacia grandes desigualdades económicas y sociales, rompiéndose aquel enorme colchón de contención social, y de amortiguación, que fuera nuestra clase media. Debido a esto, surge una gran desproporción social entre los ricos por un lado y una enorme base de pobres, que se amplía año a año, por el otro. Conclusión Resulta del análisis de este cuadro situacional, algo que todos conocemos porque es el reflejo de la realidad con la que convivimos diariamente. La pobreza se expande por nuestra sociedad sin que la dirigencia política acierte en soluciones de fondo. En este marco es en donde el odontólogo, como el resto de los profesionales de la salud, debe ejercer su profesión, y es en esta difícil situación de retroceso social en donde estamos inmersos. Este desafortunado panorama se acrecienta cuando los márgenes de rentabilidad económica en el ejercicio profesional se licuan a veces mas rápidamente de los que nosotros deseamos. Se debe entender definitivamente, que es muy problemático resolver los problemas de un determinado sector social, si la sociedad no resuelve los del conjunto. A veces más que difícil, se torna imposible, sobre todo si uno sigue analizando la realidad con parámetros que corresponden a décadas pasadas, y lo peor es pretender solucionarlo con respuestas fuera de lugar. Esta aclaración casi obvia debe hacerse para comprender que para que a las profesiones de la salud y a la odontología en particular, le vaya bien le debe ir bien primero al país. Hoy nuestra patria es una sociedad que tiene un promedio de ingreso per cápita mensual cercano a los 830 $, que cuenta entre otros indicadores con un porcentaje de pobres que se acerca al 50 % de su población, que si no se cuentan las 3

4 diferentes ayudas sociales que no constituyen trabajo genuino la desocupación ronda la dramática cifra de mas de un 20 % de su P.E.A., que bajar un punto el índice de desocupación implica darle trabajo aproximadamente a personas, que las inversiones económicas eje central del crecimiento de un país no superan el 6 % de su P.B.I., cuando debieran estar en una economía en crecimiento en un índice cercano al 20 %. Que si bien se mejoro la inversión en ciencia y tecnología con este gobierno, la misma esta todavía muy lejos de los parámetros, ya no de los países desarrollados, sino de Chile y Brasil, nuestros modelos más cercanos. Que además cuenta con una población que trabaja en negro cercana al 44 %, producto de las altísimas cargas sociales que existen, y que por supuesto se tratan de evitar desde los diferentes sectores productivos. Que cuenta con un sistema tributario regresivo, que nadie atina a cambiar porque el 28 % de la recaudación se realiza a través del IVA., un país en donde solamente el 20 % de las exportaciones tiene contenido tecnológico relevante mientras que el promedio mundial es del 60 %. En fin, con esta serie de datos, bastante escasos si se quiere, pero muy ilustrativos, comparado con la dramática situación en la que todavía nos encontramos, pretender plantear entonces, irresponsablemente, que desde las entidades gremiales se deben firmar aranceles con valores cercanos, o próximos a los estructuras de costos que se realizan desde islas intelectuales sin bajar a la realidad, con este caótico marco social, es por lo menos muy difícil de entender en términos racionales. Estamos en una situación de transición y de crisis social, eso es cierto, en donde debemos defender lo que hemos logrado profesionalmente, que no es poco, para la situación reinante, y tratar de proteger nuestro ejercicio laboral con medidas inteligentes encaradas por todas nuestras entidades. Como pueden ser el avanzar con nuevos convenios incluyendo renovadas prácticas preventivas, hoy ausentes, o el limitar el accionar de las gerenciadoras, o la búsqueda de la equidad con convenios sobre prótesis sociales, o la modificación de las clásicas pautas de trabajo expresadas mediante nomencladores hoy fuera de moda, etc. Entendemos que las instituciones que tienen una clara orientación gremial, deberán bregar para que nuestros ingresos, no se deterioren mas allá de la disminución producida después de la salida de la convertibilidad, y buscar formas alternativas de diferenciar la calidad del tratamiento. Ya sea mediante medidas que permitan convalidar las especialidades, la categorización, y/o la acreditación de las unidades prestacionales. Por supuesto que no se deberá descuidar el famoso tema del seguimiento de los aranceles, algo que no siempre es fácil de tratar con la tendencia de los últimos tiempos por parte de las obras sociales a utilizar sistemas capitados, transfiriendo, huelga decirlo, la responsabilidad de la administración y gerenciamiento del sistema, a las entidades profesionales. Además las instituciones deberán extremar las medidas para su acercamiento definitivo, en la búsqueda de la mejoras que el odontólogo necesita y esta esperando. El odontólogo debe ser el primer y último destinatario de todos nuestros esfuerzos, por más que a veces nos empantanemos en discusiones por intereses persónales entre dirigentes, siempre subalternas, frente al único bien común perseguido, que debe ser la mayor rentabilidad y los mejores beneficios para nuestros colegas. Los colegios profesionales deberán bregar además de la categorización profesional, por realizar una política de defensa del arancel mínimo y de un estricto control de los verdaderos enemigos de la profesión, que se suelen esconder detrás de 4

5 esa sombría denominación de gerenciadoras, las que terminan siempre subprestando servicios, y explotando de una manera indigna a nuestros colegas, sin que las mismas tomen las medidas que se les suelen requerir a las instituciones gremiales. Además de comenzar a trabajar en forma conjunta sobre los conceptos de calidad en salud que es lo que se viene en materia sanitaria, y entonces ahí tendremos que hablar de certificación, y recertificación, de categorización, de acreditación y de todos los conceptos que permitan evaluar la calidad, que es en última instancia lo que demanda el paciente y lo que anhela el profesional que se esfuerza para obtener su mejor nivel prestacional. Por último, las entidades previsionales deberán tratar de no aumentar más nuestros aportes, y solucionar la morosidad que es la mejor forma de mejorar nuestra jubilación. Ojalá entre todos y pese a las difíciles circunstancias que nos tocan vivir, le encontremos la vuelta a nuestro ejercicio profesional. Ese debe ser el compromiso institucional del presente, y estamos convencidos que desde los diferentes ámbitos se está trabajando para lograr mejores resultados. Esperemos que esta vez los esfuerzos se vean coronados en logros concretos, para que el odontólogo pueda volver a creer con toda su fuerza, en sus instituciones. Que así sea depende de todos nosotros. 5

6 Anexo. Gráficos Tabla 1. Coeficiente de Gini de las últimas décadas Año Gran Bs. As Total País Fuente: Centro de estudios distributivos, laborales y sociales (CEDLAS) Departamento de Economía. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad de La Plata Figura 1. Gráfico coeficiente de Gini 100% Γ 80% Línea de la Equidad Porcentaje de renta 60% 40 % 20% Curva de Lorenz Φ 0 20% 40% 60% 80% 100% Porcentaje de población 6

7 Figura 2. A mayor desigualdad, mayor concavidad de la curva de Lorenz. Curva de Lorenz Figura 3. Fuente CEDLAS. Facultad de Economía. Universidad Nacional de La Plata 7

8 May-99 May-00 May-01 May-02 May-03 Cátedra Odontología Sanitaria, Social y Legal Figura 4. Fuente CEDLAS. Facultad de Economía. Universidad Nacional de La Plata Gran Buenos Aires. Estadísticas laborales May-74 May-75 May-76 May-77 May-78 May-79 May-80 May-81 May-82 May-83 May-84 May-85 May-86 May-87 May-88 May-89 May-90 May-91 May-92 May-93 May-94 May-95 May-96 May-97 May-98 Tasa Desempleo Tasa Actividad Tasa Empleo