El legado hospitalario entre Logroño y Nájera (La Rioja)

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Rosa Acuña Ortíz
hace 8 años
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2 Lámina 246. Vista de Logroño. Mellado, El legado hospitalario entre Logroño y Nájera (La Rioja) 20 FINALIZADA LA CONSTRUCCIÓN DEL PUENTE SOBRE EL RÍO EBRO EN EL SIGLO XI, VIAJEROS Y PEREGRINOS ENTRABAN EN CAS- TILLA CON TOTAL COMODIDAD. AQUÍ TERMINA EL REINO DE NAUARNIEN Y EN LA RIBERA DE LA ORILLA OPUESTA COMIENZA EL TERRITORIO DE HYSPANIEN, DEJARÍA ESCRITO EL PEREGRINO ALEMAN ARNOLD VON HARFF A SU PASO POR LOGROÑO EN1499. Hacia 1170 funda Alfonso IX la villa de Navarrete para reforzar la defensa de los pasos hacia Nájera, creando poco después un nuevo eje de comunicaciones que seguirá utilizándose hasta el momento actual. La masificación de las peregrinaciones provocó en esta época la fundación de múltiples hospitales a lo largo del Camino Francés, atendidos fundamentalmente por las Órdenes Hospitalarias, Religiosas y Militares. Solamente en el tramo Logroño - Nájera fueron construidos al menos catorce centros hospitalarios. El Camino como Patrimonio Cultural Un camino histórico sin referencias es un camino sin alma. Si los vestigios que ensalzan las vías romanas son sus sólidas estructuras, los puentes y miliarios, y los yacimientos arqueológicos que jalonan sus trazados; será la arquitectura medieval, los despoblados, iglesias y hospitales los elementos patrimoniales que dinamicen el Camino de Santiago. Las ruinas de San Juan de Acre y el conjunto arquitectónico del cementerio de Navarrete son un claro ejemplo del paisaje jacobeo que estamos describiendo. Es reconfortante saber que estos monumentos permiten a visitantes y peregrinos disfrutar de su contemplación y conocer su historia, o saborear anécdotas entrañables como la del tesorillo hallado en el ábside de la Iglesia con 214 monedas acuñadas en la ciudad francesa de Tours, en el siglo XVII. En la mentalidad actual resulta difícil imaginar las razones que obligaron a aquel peregrino a esconder su peculiar fortuna, aunque suponemos que pudo influir el paso hacia Castilla como explicaba el monje alemán Herman Künig al atravesar la ciudad de Logroño: En románico su nombre es Lagruna / allí tienes que verte con nueva moneda / los coronados no valen aquí / tendrás que acostumbrarte a los maravedís 1. (1) REGALADO, Antonio; LAHOSKI, Beth Ann. Un paso en el tiempo. Historias de hospitalidad a la vera del Camino del Apóstol, Madrid 2005, p. 183.

AQUÍ TERMINA EL REINO DE NAUARNIEN Y EN LA RIBERA DE LA ORILLA OPUESTA COMIENZA EL TERRITORIO DE HYSPANIEN, DEJARÍA ESCRITO EL PEREGRINO ALEMAN ARNOLD VON HARFF A SU PASO POR LOGROÑO EN1499.

3 Las ruinas de San Antón El siguiente centro hospitalario asomaba a la cuenca del Najerilla desde el Alto de San Antón, nueve mil metros después de abandonar la villa de Navarrete. Ya hemos hablado en otras ocasiones de este conjunto Antoniano, pero queremos insistir una vez más por su importancia para el estudio de las peregrinaciones y del arte románico en La Rioja. Lo primero que llama la atención es su ubicación. Mientras que los hospitales de Logroño, Navarrete y Nájera fueron construidos junto a los núcleos de población y en buenas tierras de cultivo, el hospital Antoniano de Huércanos sería levantado en un alto desprotegido a espaldas de los fértiles campos que le rodean. La explicación puede encontrase en el motivo de la existencia de la Orden de San Antón: atender a los peregrinos enfermos del mal de los ardientes. Desde este aislado lugar asistían los Antonianos a los peregrinos enfermos de lepra y ergotismo, y ofrecían seguridad desde el aislamiento a una población aterrorizada ante posibles contagios. El Alto de San Antón fue tradicionalmente un bosque de encinar y pequeños cultivos, pero ha sido transformado en los últimos años en un mar de viñedo que minimiza las ruinas del conjunto hospitalario. Curiosamente, la viña más pequeña y quizás más vieja de la zona linda con los muros del convento, evocando la tradición vinatera de los Antonianos. Sobre la Viña Santa y el Vino de San Antón hablaremos en otro momento, pues vamos a ocuparnos de los vestigios escultóricos hallados en la Iglesia de San Antón, como parte del legado hospitalario que aquí tratamos. El Cristo románico de San Antón La Enciclopedia del Románico en La Rioja recientemente publicada, dedica un capítulo muy interesante a la escultura monumental y buena parte de él a un fragmento escultórico de finales del siglo XII procedente del Alto de San Antón. >> Aún estamos a tiempo de poner en valor los escasos yacimientos del Camino que aún conservan estructuras Un camino histórico sin referencias es un camino sin alma El pantocrátor, una soberbia pieza que representa un Cristo entronizado que presidía un tímpano de portada El conjunto hospitalario que fundaron los Antonianos en el Alto de San Antón, puede seguir aportando riqueza al románico riojano 21 Tesorillo hallado en San Juan de Acre (Foto Pilar Pascual). (2) SAENZ RODRIGUEZ Minerva. Enciclopedia del Románico en La Rioja. La simbología del arte románico riojano a través de su escultura monumental, TOMO I, Salamanca 2008, pp

Lo primero que llama la atención es su ubicación.

4 Tríptico hispano - flamenco con leyenda de San Antón. Iglesia de San Miguel. Brieva de Cameros (Fondo Fundación Caja Rioja). 22 Sobre este ejemplar habían hablado ya otros especialistas riojanos; José Manuel Ramírez y sus colaboradores lo describen en 1984 como una soberbia pieza que representa un Cristo entronizado que presidía un tímpano de portada y después de varias coincidencias, Minerva Sáenz concluye diciendo que pudo pertenecer a la jamba de un vano según el tipo de talla de su parte trasera. La escultura, que fue hallada hacia el año 1980 por un labrador de Alesón, apareció tal y como vemos en la imagen que adjuntamos: con sus manos y cabeza mutilada. Su particular estado de conservación impide una descripción precisa sobre la aptitud que quiso representar el artista, no obstante, los expertos consideran que puede tratarse de un Cristo en Majestad, bendicente y quizás portador del Libro Sagrado. Aunque suponemos que pudo ser así, hemos creído oportuno incorporar una imagen del pantocrátor que preside la Puerta de las Cadenas (s. XIII) en la Parroquia de Ciudad Rodrigo (Salamanca), ya que su parecido puede ayudarnos a interpretar mejor la escultura mutilada de las ruinas de San Antón. Además, el Cristo de Ciudad Rodrigo invita a considerar la posibilidad de que fuesen las llagas de sus manos y no el Libro Sagrado lo que trató de representar el artista que talló la pieza de San Antón. Para Minerva Sáenz la escultura románica de Huércanos evidencia la mano de un buen artista con influencias de los llamados maestros de los ojos grandes y con el estilo del segundo maestro de Silos, corriente artística que puede relacionarse con la escultura de San Juan de la Peña, entre otros lugares más. La técnica de estos maestros escultores puede apreciarse en varios lugares de las rutas de peregrinación riojanas, Santa María de Aradón (Alcanadre), la Iglesia de San Juan de Acre (Navarrete), o la Catedral de Santo Domingo de la Calzada. Y como explica esta especialista, su influencia llegará también a los sepulcros de San Millán de Suso y Santo Domingo de la Calzada.

presidía un tímpano de portada y después de varias coincidencias, Minerva Sáenz concluye diciendo que pudo pertenecer a la jamba de un vano según el tipo de talla de su parte trasera.

5 Reflexiones finales El estudio arqueológico de un yacimiento no exige su posterior conservación de manera rigurosa, si los vestigios aparecidos tienen interés deberán protegerse, y si no es así, los organismos competentes decidirán sobre su futuro. Siguiendo esta reflexión y sin abandonar el tramo jacobeo que comprende este artículo, queremos recordar que de los catorce hospitales documentados entre Logroño y Nájera han desaparecido casi todos, en unos casos por la expansión urbanística de los núcleos de población, y por los cambios de cultivo en otros. Es evidente que con ellos perdimos también una parte importante de la historia del Camino. Sobre estas situaciones irreversibles poco más podemos añadir, pero conviene recordar que aún estamos a tiempo de poner en valor los escasos yacimientos del Camino que aún conservan estructuras, recuperando de este modo aquella información que amplíe conocimientos sobre la Historia de las Peregrinaciones. La recuperación de estas ruinas revitalizará el legado jacobeo riojano y fortalecerá a su vez el prestigio de aquellos Ayuntamientos y Comunidades Autónomas por las que transcurren las rutas de peregrinación. Estamos convencidos de que el conjunto hospitalario que fundaron los Antonianos en el Alto de San Antón, puede seguir aportando riqueza al románico riojano cuya situación no parece la más deseable según los comentarios de Minerva Sáenz: del centenar aproximado de templos románicos, o restos de ellos, que existen en La Rioja, solo poseen escultura monumental la mitad, y la mayoría se encuentran repartidos en los Valles del Tirón, Oja y Najerilla. Solo nos queda añadir que, hasta el año 1990 las ruinas de San Juan de Acre se asociaron a un monumento con espesos muros en mampostería pobre, pero la posterior intervención arqueológica demostró que merecía la pena su recuperación. Aquella decisión política, que de manera acertada facilitó la intervención en las ruinas de San Juan de Acre, es la que permite hoy a visitantes y peregrinos disfrutar de una página nueva del arte románico en La Rioja. PILAR PASCUAL MAYORAL Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza PEDRO GARCÍA RUIZ 23 Cristo románico de la Iglesia de San Antón. Huércanos. Pantocrátor de Ciudad Rodrigo (Salamanca) (Según Ángel Panizo Delgado)

Siguiendo esta reflexión y sin abandonar el tramo jacobeo que comprende este artículo, queremos recordar que de los catorce hospitales documentados entre Logroño y Nájera han desaparecido casi todos,

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