Diversas formas de leer y escribir? Un acercamiento a sus aktionsarten

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3 Diversas formas de leer y escribir? Un acercamiento a sus aktionsarten Juan Cuartero Otal (Universidad Pablo de Olavide, Sevilla / Grupo SyLex) Regardless of their co-textual embedding, verbs as leer (to read) and escribir (to write) can be classified into the aktionsart category of activities (or processes), which can subsequently be differentiated into two subcategories: limitable processes, such as leer and escribir, and processes, such as buscar (to look for) and dormir (to sleep). I shall argue explicitly against the common notion that there are some type-shifting rules that permit a shift from Accomplishments to Activities or vice versa. I will propose that predicates have an inherently telic or atelic nature, which cannot be changed. 1 Planteamiento El objetivo de este trabajo es revisar los análisis y la clasificación que desde el punto de vista de la composicionalidad de sus aktionsarten se suele hacer acerca de dos verbos tan frecuentes y tan citados en los trabajos como son leer y escribir. Pretendo mostrar que algunos de sus comportamientos y características peculiares hasta ahora no se han tenido suficientemente en cuenta en los análisis. Esos comportamientos resultan extraños frente a los que se podrían esperar de ellos por su tradicional adscripción a la clase de los predicados télicos y más concretamente de las realizaciones. La distinción básica que concierne al estudio de la aspectualidad es la que separa los predicados télicos de los atélicos y es la que además va a vertebrar en buena medida la discusión en este trabajo. La diferencia ya había sido señalada en los escritos de Aristóteles hace alrededor de 2300 años: Este trabajo ha contado en parte con el apoyo del proyecto de investigación Las relaciones entre semántica y sintaxis: el modo de acción. FFI parcialmente financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación con fondos FEDER.

4 16 Juan Cuartero Otal Se puede ver y haber visto; gustar y haber gustado; entender y haber entendido, pero no se puede aprender y haber aprendido una misma cosa y curar y haber curado una enfermedad. [...] De estos distintos modos llamaremos movimientos a los unos y actos a los otros. (1973:1015) De lo que se dejaba constancia en este fragmento es de la decisiva distinción entre por un lado kinesis, los movimientos, que se corresponden con los que ahora llamamos eventos télicos, aquellos que necesariamente tienden hacia algún tipo de conclusión o culminación, como aprender o curar, y por otro lado energeia, los actos, que se corresponden con los eventos atélicos, aquellos que simplemente tienen lugar sin necesidad de llegar a una conclusión inherente, como ver, gustar o entender. Es este un planteamiento tan general y sencillo que, pese a las muchas desigualdades y disensiones que se dan en los trabajos acerca de cuestiones relacionadas con la aspectualidad, hoy en día todos los especialistas lo aceptan. El fenómeno de la aspectualidad en primera línea se encuentra pues relacionado con los límites temporales que presentan las situaciones que se describen por medio del lenguaje: The basic component of a theory of aspect is thus concerned with the modeling of the linguistic encoding of situations with respect to their boundaries. (Sasse 2002:201) Para hacer referencia a esa dicotomía los términos más conocidos con los que contamos son por un lado el par télico / atélico que surge del conocido trabajo de Garey (1957) y por otro lado con el par delimitado / no delimitado. 1 A su vez, en la mayoría de los estudios, los eventos característicamente atélicos se suelen denominar actividades (o procesos) mientras que los característicamente télicos se suelen dividir en realizaciones (eventos télicos durativos) y logros (eventos télicos puntuales). Los estados conforman finalmente una clase diferenciada de la de los eventos que se puede reconocer mediante diversas propiedades (vid. Cuartero Otal & Horno Chéliz 2011). Se cita a menudo a Verkuyl (1972) como el introductor de la idea de que el aspecto se debe analizar desde una perspectiva explícitamente compositiva: 2 el modo de acción, la aktionsart, de los predicados está determinado por los diversos componentes de la construcción, de los cuales, sobre todo, se destacan el verbo y sus complementos nominales: [T]he compositional nature of the aspects will be demonstrated with the help of a number of outwardly diverse sentences, all of which allow for the same gener- 1 A veces se habla también de durativo / no durativo, como en Verkuyl (1972), que posteriormente (2005) prefirió denominarlos durativo / terminativo. 2 Si bien otros autores como Brunot y Poutsma ya se habían ocupado previamente de ese asunto (vid. Albertuz 1995).

5 Diversas formas de leer y escribir? 17 alizations regarding the position of durational adverbials. The durative and nondurative aspects in these sentences appear to be composed of a verbal subcategory on the one hand and a configuration of categories of a nominal nature on the other. (Verkuyl 1972:iv) Entre la mayor parte de los autores que ya se han ocupado de cuestiones de aspectualidad (ejemplarmente en Vendler 1957, Verkuyl 1972, Krifka 1989, Smith 1991, Tenny 1994) se suele optar mayoritariamente por analizar las construcciones con verbos como leer y escribir más o menos del siguiente modo: (1) a. Anton lee un libro (construcción con un CD determinado) es una construcción télica correspondiente a la clase de las realizaciones. b. Anton lee libros (construcción con un CD indeterminado plural) es una construcción atélica correspondiente a la clase de las actividades. c. Anton escribe una carta (construcción con un CD determinado) es una construcción télica correspondiente a la clase de las realizaciones. d. Anton escribe cartas (construcción con un CD indeterminado plural) es una construcción atélica correspondiente a la clase de las actividades. El argumento más reconocidamente efectivo para sostener análisis de este tipo y su validez en diversas lenguas es la posibilidad de combinar o no las construcciones correspondientes o bien con las indicaciones de duración que focalizan el término de la acción en + grupo cuantificativo temporal o bien con las que no focalizan el término de la acción, durante + grupo cuantificativo temporal. 3 Así parecen evidenciarlo las posibilidades de combinarse de los enunciados que hemos presentado en (1) con estas indicaciones temporales: (2) a. Anton lee un libro {en una hora / #durante una hora}. b. Anton lee libros {#en una hora / durante una hora}. c. Anton escribe una carta {en una hora / #durante una hora}. d. Anton escribe cartas {#en una hora / durante una hora}. Los ejemplos de (1) y (2) serán comentados en detalle más adelante. En cualquier caso, a partir de datos de este tipo, existe la posibilidad de generalizar los resultados para establecer una serie de reglas de cálculo aspectual (como hacen Verkuyl o Smith p.ej.). Estas reglas de cálculo permiten establecer correspondencias entre construcciones y clases aspectuales teniendo en cuenta cuáles son los complementos que aparecen junto con el núcleo predicativo. Las versiones simples corres- 3 El empleo de las diferentes posibilidades combinatorias de las indicaciones temporales con relación a los distintos tipos de construcciones se sugiere ya en el trabajo de Vendler (1957) y toma forma definitiva en Kenny (1963). Dowty (1979) o Smith (1991) lo incluyen entre sus tests para caracterizar las aktionsarten télicas y atélicas.

6 18 Juan Cuartero Otal pondientes a los ejemplos que se van a tratar en adelante son las que aparecen a continuación, presentadas bajo (3) en la línea de los trabajos sobre cálculo aspectual de Verkuyl (1993:14-23) y bajo (3 ) en una muy similar de la monografía de Smith (1991: ): (3) a. Judith ate three sandwiches. [+sqa] + [+add to] + [+sqa] = [+t] b. Judith ate sandwiches. [+sqa] + [+add to] + [-sqa] = [-t] (ejemplos tomados de p. 20) (3 ) a. The child builds a house. NP[+count] + V[+telic] + NP[+count] VCon[+telic] b. The child builds houses. NP[+count] + V[+telic] + NP[-count] VCon[-telic] (ejemplos tomados de p. 55) La caracterización que hay en Verkuyl de la información aspectual inherente a la pieza léxica verbal resulta a todas luces insuficiente: solamente tiene en cuenta a) si el verbo es un evento (y le asigna la marca [+add to], relacionada con su dinamicidad) o un estado (y le asigna la marca [-add to], relacionada con su estatividad) y b) si los sintagmas nominales de la construcción están cuantificados (y les asigna la marca [+sqa] specified quantity of A ) o no están cuantificados (y les asigna la marca [-sqa]). En Smith (1991) por otra parte se especifica un poco más la información acerca de los verbos caracterizándolos como inherentemente télicos o atélicos a partir de su contribución aspectual a unas construcciones simplificadas y abstraídas que la autora llama maximally simple sentences. 4 Vale la pena contrastar la interpretación que presenta Verkuyl de ejemplos como los propuestos en (3) y la que se ofrece en Smith (1991:55) retomada en (4). Ejemplos como este permiten demostrar claramente que el mero carácter cuantificado o no de los argumentos, al contrario de lo que propone Verkuyl, no siempre es capaz de determinar el valor aspectual télico o atélico de la construcción y que hay otros factores más que se deben tener en cuenta en el cálculo aspectual: (4) The child walks the dog. NP[+count] + V[-telic] + NP[+count] VCon[-telic] 4 Que la autora define en estos términos: A maximally simple sentence is either intransitive or has a quantized direct object (1991:54).

7 Diversas formas de leer y escribir? 19 En las teorías que prevén cálculos aspectuales, se parte de cierto valor intrínseco aportado por el modo de acción o aktionsart que se adscribe a cada uno de los verbos, valor que a su vez pueden o no alterar toda una serie de factores que interactúan con ellos. Ello da lugar a dos modos posibles de acercamiento a estas reglas de cálculo aspectual, ejemplificados por los dos autores citados: 1. Por un lado, algunos autores (Verkuyl 1972, 1993 y 2005, Comrie 1976, Bache 1995, Albertuz 1995, Borer 2005, p.ej.) consideran con diversos matices que el contenido léxico aspectual del verbo no existe o está muy poco determinado. Como acabo de decir, en el ejemplo de (3) la única caracterización semántica atribuida al núcleo verbal [+add to] solamente da cuenta del hecho de que no es un estado léxico. La información acerca del tipo aspectual se hace depender del contexto léxico-sintáctico (lo que puede conducir, en última instancia, a factores pragmáticos o discursivos) y se adscribe únicamente a los enunciados. Un argumento fuerte a favor de esta postura es que se dan demasiados casos de recategorización de los verbos o construcciones verbales, de modo que se puede considerar que este fenómeno tiene más de textual y pragmático que de cualidad claramente semántica. Esa interpretación se halla bien representada por un modelo muy popular y bien conocido sobre restricciones de carácter aspectual como es el que se ha propuesto en el marco de la llamada Aspect Interface Hypothesis en diversos trabajos de Tenny (1992 y 1994). 2. Por otro lado, hay autores que dotan a los verbos de un valor aspectual inherente y prevén reglas de cambio de clase de aktionsart: Smith (1991), como se muestra en los ejemplos de (3 ) y (4), parte de la consideración de un valor aspectual intrínseco de los verbos. A su vez, se pueden producir cambios en ese valor inherente por medio de diferentes mecanismos llamados de type shifting o type coercion (Smith 1991:54-56). Entre los autores que optan por análisis de esta naturaleza, como punto de partida de la determinación de ese valor aspectual inherente prima -como en el caso de Smith- la elección de construcciones con un objeto directo contable, determinado y cuantificado (vid. Lys & Mommer (1986:218) o Xiao & McEnery (2005:188)) lo que favorece el análisis por defecto de la mayoría de los predicados transitivos como télicos, sobre todo como realizaciones. Para esta preferencia no se da ninguna justificación empírica y de hecho se realiza de modo convencional. Contrasta, sin embargo, a todas luces con una afirmación muy interesante pero bastante polémica que se encuentra en la NGLE acerca de la naturaleza de las realizaciones: Con la excepción de los predicados de cambio gradual [ ] no existen verbos caracterizados inherentemente como realizaciones, ya que el límite del que se habla es portado por algún elemento que aparece determinado (escribir la carta) o cuantificado (escribir una carta, varias cartas, tres cartas, pocas cartas). Los de-

8 20 Juan Cuartero Otal terminantes y cuantificadores ejercen, pues, un papel delimitador o acotador, puesto que son ellos los que permiten que se haga referencia a eventos particulares restringidos o acotados en su duración. (NGLE:1703) Acerca del primer tipo de modelos, los que no ven la necesidad de considerar informaciones aspectuales inherentes al verbo, puede objetarse sobre todo que no permiten hacer clasificaciones muy detalladas con los enunciados. El segundo tipo, a su vez, puede presentar dos desventajas descriptivas: por un lado, exige una enorme cantidad de reglas para explicar los mecanismos que de dan cuenta de los cambios de categoría, del type shifting; por otro lado, no es posible aplicar esas reglas de manera sistemática a todas las construcciones verbales, ni siquiera a las que pertenecen a la misma clase y supuestamente presentan características semánticas similares (vid. NGLE 23.3y). Un modelo que permita establecer una sola entrada para los verbos (en el caso que nos ocupa, leer, escribir y verbos similares) y pocas reglas de cambio de clase ofrecerá una descripción más sencilla y elegante del lexicón. Una solución para ello podría ser ampliar la información que se considera incluida en cada entrada léxica verbal sobre su desarrollo, lo que se puede intentar recurriendo al concepto de estructura subeventiva propuesto en el modelo del Lexicón Generativo de Pustejovsky (1995). A favor de este modelo descriptivo se puede argumentar además que resulta más simple y más adecuado para dar cuenta de fenómenos de adquisición y de empleo de las lenguas naturales (vid. Cuartero Otal & Horno Chéliz 2011). 2 El modelo de trabajo 2.1 Los niveles de análisis de la aspectualidad En el ámbito del estudio de la aspectualidad parece más razonable diferenciar dos niveles de análisis y descripción, de manera paralela a las dicotomías lengua y habla de Saussure (1916) y denotación / referencia propuesta por Lyons (1977), que permitan separar de un lado la faceta virtual de un signo y de otro sus realizaciones concretas. Siguiendo el planteamiento de algunos trabajos previos como Lys & Mommer (1986:218), Klein (1994:2-3), Vetters (1996:79) o Croft (2000:5), también en Cuartero Otal (2006: ), Horno Chéliz & Cuartero Otal (2010:78-81) y Cuartero Otal & Horno Chéliz (2011: ) se ha propuesto mantener explícitamente separados dos niveles de análisis de las informaciones tempo-aspectuales: 1. La información tempo-aspectual que un predicado es potencialmente capaz de proporcionar en sus diferentes realizaciones acerca de la situación

9 Diversas formas de leer y escribir? 21 que refiere. Esa información se formula mediante esquemas temporales, 5 entidades abstractas que representan las informaciones aspectuales correspondientes al desarrollo esperable de los predicados mediante estructuras de fases subeventivas cronológicamente ordenadas: estas entidades permiten dar cuenta de las posibilidades de aparición de los predicados en distintos tipos de enunciados. 2. La información tempo-aspectual que un predicado proporciona de hecho cuando aparece en un enunciado concreto. Esa información se formula mediante tipos de situación, 6 que son el resultado de la focalización que necesariamente provoca el aspecto gramatical sobre una o varias de las diferentes fases subeventivas que se encuentran previstas dentro de la configuración del esquema temporal correspondiente al predicado que sirve de núcleo a la construcción, junto con otros efectos de la combinatoria. Esa información debe permitir al destinatario del enunciado interpretar (en lo posible adecuadamente) si ese estado de cosas descrito se prolonga en el tiempo o sucede en un breve instante, si está sucediendo, ha sucedido o va a suceder, si sucede una o varias veces y, en tal caso, si sucede habitualmente, etc. Los esquemas temporales son las clases de aktionsarten que se hacen corresponder a los predicados y los tipos de situación, las que se hacen corresponder a los enunciados: partiendo de que la información que se incluye en el esquema temporal es el input de un modelo para el cálculo aspectual, el tipo de situación que describe un enunciado es por lo tanto el output, el resultado del cálculo. Al escoger para referirse a una situación un determinado predicado, con una información aspectual potencialmente incluida en él, el emisor cuenta con ciertas posibilidades para construir enunciados y conformar la descripción de esa situación, con la que aporta una cantidad de información aspectual pertinente y suficiente. Para estructurar las unidades del primero de los dos niveles, se acepta aquí, como he dicho, el modelo del Lexicón Generativo de Pustejovsky (1995), según el cual las entradas léxicas pueden presentar estructuras subeventivas complejas, compuestas de varias subfases. Este modelo permite considerar más clases y clases más complejas (vid. Cuartero Otal, 2009b:286), de modo que se puede dar cuenta de ciertos comportamientos atípicos sin tener que recurrir constantemente a reglas de cambio en la clase aspectual o de cambio en las propiedades semánticas del signo léxico. 7 5 La denominación se ha basado en el término time schemata del trabajo de Vendler (1957). 6 Basados en el término situation type del trabajo de Smith (1991). 7 En mi opinión, para explicar los mecanismos de trasvase de información aspectual del léxico a las construcciones de los enunciados, resultan suficientes los mecanismos de focalizacióninhibición y cuatro operaciones de cambio de clase aspectual tal y como se propusieron en Carl-