fond de cabane tumulaire d;oidui (Sierra d;aralar)

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1 KOBIE (Serie Paleoantropología). Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia N.º XXVII, pp , año 2003/7. ISSN LA TRANSICIÓN ENTRE DOS MODELOS DE GANADERÍA ESTACIONAL DE MONTAÑA. EL FONDO DE CABAÑA PASTORIL DE OIDUI (SIERRA DE ARALAR) La transition entre deux modeles de bergerie estivale de montagne. Le fond de cabane tumulaire d;oidui (Sierra d;aralar) Agirre García, J. (*) Moraza Barea, A. (**) Mujika Alustiza, J. A. (***) Reparaz Extremiana, X. Telleria Sarriegi, E. RESUMEN En este artículo se describe el sondeo realizado en un fondo de cabaña de tipo tumular, que, si aparentemente pudiera recordar a una estructura funeraria clásica, se aleja de éstas por su morfología, composición, funcionalidad y cronología. El sondeo realizado permite concretar su función como lugar de habitación de un reducido grupo de pastores durante la Edad Moderna. Palabras clave: País Vasco. Sierra de Aralar. Estructura tumular. Fondo de cabaña (Oidui). Edad Moderna. RÉSUMÉ Dans cet article on décrive le sondage fait dans une fond de cabane de type tumulaire, qui ressemble aux structures funéraires classiques, mais dont elles s'éloignent par sa morphologie, composition, fonctionnalité et chronologie. Le sondage fait, permette de concréter sa fonction comme cabane de petits groupes de berger pendant l 'Áge Modeme. Mots-clefs: Pays Basque. Sierra de Aralar. Structure tumulaire. Fond de cabane (Oidui). Áge Moderne. LABURPENA Artikulu honetan tumulu formako txabola-hondo batean egindako zundaketaren berri eman nahi dugu. Lehen begiradan, hilobi gisa erabilitako tumulu egituren antzekoa bada ere, egitura hori oso desberdina da morfologian, osaeran, erabileran eta kronologian. Egindako zundaketak argitu duenez, artzain gutxi batzuen bizilekua izan zen Aro Modemoan. Hitz gakoak: Euskal Herria. Aralar mendilerroa. Tumulu egitura. Etxola edo txabola hondoa (Oidui). Aro Modemoa. * Dpto. de Historia Medieval, Moderna y de América. Facultad de Filología, Geografía e Historia. Universidad del País Vasco. Paseo de las Universidades, 5. O.006 Vitoria/Gasteiz (Álava) ** Sociedad de Ciencias Aranzadi. Alto de Zorroaga Donostia/San Sebastián (Gipuzkoa) *** Grupo de Investigación 9/UPV /2002. Dpto. de Geografía, Prehistoria y Arqueología. Facultad de Filología, Geografía e Historia. Universidad del País Vasco. C/ Tomás y Valiente s/n. O.006. Vitoria/Gasteiz (Álava)

2 64 AGIRRE GARCÍA. J. MORAZA BAREA. A., MUJIKA ALUSTIZA. J. A., REPARAZ EXTREMIANA. X., TELLERIA SARRIEGI. E. l. LOCALIZACIÓN A lo largo de los últimos años diversos estudios se han ido acercando al conocimiento y caracterización de una serie de estructuras de apariencia claramente tumular que aparecen abundantemente distribuidas por los principales entornos montañosos de nuestro territorio. Estas estructuras se integran dentro de un contexto espacial caracterizado por la presencia de otra serie de construcciones vinculadas con la cultura pastoril. Hasta nuestros días, los acercamientos realizados a este respecto no han sido, en modo alguno, concluyentes y menos aún coincidentes. Los trabajos arqueológicos, llevados a cabo en el transcurso de los últimos años sobre algunas de ellas, nos han permitido concluir que no nos encontramos ante manifestaciones de carácter funerario, sino ante fondos de cabaña. A este respecto, los autores de este artículo han efectuado recientemente una breve síntesis sobre esta concreta temática en la que se han intentado descifrar las claves fundamentales de estas estructuras: sus características, su proceso de formación y su distribución cronológica (MORAZA, A; MUJIKA, J. A.: 2005). Es en este contexto de investigación cuando en el año 2003 se procede a la excavación arqueológica de una de esas referidas estructuras tumulares: la de Oidui Ésta se localiza en el sector sudoeste de la porción guipuzcoana de la Sierra de Aralar, en terrenos pertenecientes a la Mancomunidad de Enirio Aralar. Esta Sierra se sitúa a caballo entre los territorios de Gipuzkoa y Navarra, en plena divisoria de aguas entre el mar Mediterráneo y el Cantábrico. La zona presenta una gran complejidad geomorfológica, con un amplio sector compuesto por amplios pastizales de altura, junto a intrincadas formaciones lapiáceas y densos bosques de especies caducifolias Este artículo dirigido desde el Área de Prehistoria de la UPV EHU se inscribe dentro de un proyecto de mayor envergadura que ha sido subvencionado por el Departamento de Desarrollo del Medio Rural de la Diputación Foral de Gipuzkoa a través de la Fundación Eusko Iker. En la actualidad hemos comenzado una fase de sondeos con el fin de profundizar en esta cuestión, actividad que está financiada también por el Departamento de Cultura de la misma entidad. Por otra parte, queremos agradecer su colaboración a los guardas del Parque de Aralar Jose Antonio Irastorza y Pello Zeberio por su eficaz colaboración a lo largo del desarrollo de estos trabajos, así como a aquellos que nos han facilitado alojamiento y proporcionado su colaboración (Juan Mendizabal, Xabi Etxeberria), además de a todos aquellos miembros del equipo por su ayuda durante los sondeos: Ainhoa Ansa, Amaia Anabitarte, Xabier Cueto, Iker Frias, Miren Garcia, Xavier Padin e Iñaki Ziarsolo; y finalmente a Mikel Sasieta y Juan Arruabarrena -miembros del Grupo Munibe de Azkoitia-. (mayoritariamente hayas). Sus cotas de altitud oscilan entre los 700 y los.400 metros. La estructura tumular de Oidui se localiza en la majada de su mismo nombre, ubicada en un pequeño y estrecho valle rodeado de los montes Gañeta y Beleku por el lado oriental y por la pequeña colina de Supitaitz por la occidental. Su altitud sobre el nivel del mar es de 857 m. Actualmente la zona presenta una notable concentración de chabolas, algunas de las cuales aún se encuentran ocupadas por pastores que ascienden a la Sierra en la temporada de pasto, así como otra serie de construcciones, de variada tipología, relacionadas con esa misma actividad (huertas, rediles, leñeras, etc.). La intensa ocupación pastoril de este área y su antigüedad queda confirmada por la presencia, a pocas decenas de metros, de varios monumentos megalíticos (Oidui I y II o el monolito de Supitaitz)2. Esa ocupación ganadera se ha mantenido viva hasta la actualidad, como hemos señalado, aunque no con la pujanza de épocas anteriores. De la misma quedan diferentes vestigios sobre el terreno de esas distintas épocas. Además, es necesario señalar que por la zona discurre el antiguo camino que permitía ascender desde algunos de los pueblos cercanos (Zaldibia, Abaltzisketa... ) hacia los pastos interiores de Beaskin e Igaratza. El paraje de Oidui (conocido también como Oidogui, Oidegui o Oguildegui) aparece documentado desde un momento bastante temprano, y siempre bajo la ya referida perspectiva de la actividad pastoril, aunque no se haga referencia directa alguna a la presente estructura tumular, sino a la presencia de diversas chozas de pastores. Será precisamente durante el siglo XVIII cuando encontramos la mayor parte de las referencias escritas a este paraje, relacionadas mayormente con una serie de pleitos entablados entre las distintas poblaciones que conforman la Unión de Enirio-Aralar por la libertad de pastoreo y el disfrute de los seles tradicionales. En esta zona se efectuaron una serie de prenderías de ganados, mayormente ovino, aludiéndose al disfrute comunal y no privativo de ninguna población de esta área. A pesar de la fuerte presencia de ganado ovino, la zona mantuvo hasta un momento avanzado su cubier- Estos monumentos megalíticos han sido objeto de diferentes intervenciones arqueológicas de muy diversa envergadura. Así, los dólmenes de Oidui y II fueron excavados entre 96 y 97 por parte del trío formado por T. Aranzadi, J. M. Barandiaran y E. Eguren (véase publicación de 99), mientras que el monolito de Supitaitz lo fue por X. Peñalver en el año 982 (984).

3 LA TRANSICIÓN ENTRE DOS MODELOS DE GANADERÍA ESTACIONAL DE MONTAÑA. 65 EL FONDO DE CABAÑA PASTORIL DE OIDUI (SIERRA DE ARALAR) 2. EL PROCESO DE EXCAVACIÓN ATÁUN Eimaurteta 4' ). \ Arrubi Oidui ~~-, *- "- - El túmulo de Oidui está realmente compuesto por dos estructuras adosadas que apenas se distinguen respecto a otros elementos del entorno, si bien la intervención arqueológica únicamente se ha llevado a cabo en la de forma tumular. Este túmulo está ejecutado sobre un terreno en suave pendiente, con su zona más elevada ligeramente descentrada hacia el sector más meridional. Presenta una planta aproximadamente ovalada, aunque algo deformada, por la presencia en sus cercanías de una pequeña depresión natural a modo de dolina. Siendo su diámetro de unos 5,50 metros, con un espesor real del galgal que en su parte central llegaba a los 40 centímetros, adelgazándose hacia el exterior (llegando a 20 centímetros en el extremo meridional). La otra estructura se adosa al túmulo por el lado este, y, actualmente, está compuesta por una alineación de bloques calizos aislados Fig. y la.- Localización de la txabola tumular de Oidui y otras estructuras de los alrededores. ta arbórea en bastante buen estado. Una prueba clara de esta realidad la encontramos en el hecho que cuando en el año 82 se proceda a efectuar la repartición de las porciones de arbolado, y especialmente hayedo, que aún existían en la Sierra, esta zona quedará incluida dentro de una de las suertes. La intensa explotación de este hayedo (talado para su reducción a carbón) por un lado y el fuerte impacto del pastoreo ovino por el otro terminaran por dar el golpe de gracia a ese arbolado provocando su casi total desaparición de la zona. El resultado es que en la actualidad apenas si quedan hayas en la zona y las existentes parecen proceder mayormente de repoblaciones llevadas a cabo en tiempos más recientes, quedando reducido el arbolado a una serie de desamparados fresnos aprovechados por los pastores de la zona. Monolit~ de Jentil2hi Enirio

4 66 AGIRRE GARCÍA, J., MORAZA BAREA, A., MUilKA ALUSTIZA, J. A., REPARAZ EXTREMIANA, X., TELLERIA SARRIEGI, E. F ~ ~eo (0) 90 -{F-E) ""' '"' 20 Fig. 2. La estructura antes de iniciar la excavación. A 30!: -----~. ~: ~ ~ ' ' , 2llO "" OIDUI ~-7) ) Fig. 2c. Corte de la estructura. Fig. 2a. Planta de la estructura al iniciar la excavación. dispuestos en forma de la letra "L". Este recinto comienza en el mismo extremo meridional del túmulo, aunque sus límites no han podido definirse con claridad debido a su deficiente estado de conservación, y por carecer totalmente de los cierres pertenecientes a sus lados norte y este. A pesar de ello, en nuestra opinión, posiblemente estamos ante los escasos restos de un recinto de forma rectangular adosado a la anteriormente descrita chabola tumular, y cuya función más probable sería la de redil o recinto en el que recoger el ganado. Este tipo de asociaciones, entre estructuras tumulares y recintos adosados a las mismas, se ha podido documentar abundantemente en otros conjuntos similares al presente y con unas características casi idénticas. Su muy deficiente conservación es fácilmente explicable por la reutilización de sus materiales en alguna de las numerosas construcciones de piedra seca existentes junto a ella. Antes de iniciar el sondeo, se procedió a cuadricular ambas estructuras, cubriendo un área de excavación de 9 x 8 metros. Se establecieron los dos ejes, a partir de los cuales se cuadriculó: el de los "Y" con una orientación NW-SE y la denominación de cada tramo de un metro con letras (A, B, C... ), mientras que el de las "X", de orientación NE-SW, con números correlativos (0,, 2... ). La intervención arqueológica se centró en los cuadros 4, 5 y 6 de las bandas C, D y E, con una superficie total de 9 metros cuadrados. Fig. 2b. Planta de la estructura al ir levantando sucesivamente distintos lechos La estructura, al inicio del sondeo, estaba completamente cubierta por la capa de manto vegetal, que fue retirada en la zona afectada por la intervención. Se observó como ésta adquiría una mayor potencia en

5 LA TRANSICIÓN ENTRE DOS DELOS DE GANADERÍA ESTACIONAL DE MONTAÑA. 67 EL FONDO DE CABANA PASTORIL DE OIDUI (SIERRA DE ARALAR) Fig. 3a, 3b, 3c. La estructura tumular tras ir levantando sucesivos lechos. la banda e, debido a que la estructura tumular retiene las partículas de arcilla que el agua de lluvia acarrea en suspensión desde cotas superiores de la pendiente y que se sedimentan o acumulan en las zonas deprimidas. Precisamente en esta zona, se pudo observar la existencia de una franja constituida por una tierra más arcillosa y de una coloración más clara. Este proceso lo hemos constatado también en varios dólmenes construidos al pie de una pendiente (Trikuaizti I, Etxegarate, etc.). En total se levantaron cinco tallas, siendo la primera de ellas la constituida por la referida capa vegetal. En las restantes, en toda la potencia del túmulo, la estratigrafía fue sencilla y de una gran uniformidad. Esta se caracterizaba por estar compuesta por un elevado número de piedras calizas de un tamaño bastante uniforme, que se sitúa entre los 5 y O cm. Algunos de esos clastos presentaban indudables indicios de haber estado en contacto con fuego, al aparecer fuertemente rubificados. Además de estas calizas, que es el tipo de roca predominante en la zona, destaca la presencia de una serie de clastos de arenisca, con claros indicios de haber estado en contacto con el fuego (enrojecimien- to y grietas). Su presencia parece explicarse por su empleo para calentar líquidos, entre otros la leche destinada posteriormente a la elaboración del queso. Los cantos así empleados son conocidos en la zona de Aralar como txukunarriak. Este sencillo y primitivo sistema consistía en la introducción de piedras candentes en la leche tras lo cual ésta comenzaba a bullir instantáneamente, proporcionándole además un sabor ~uy especial. Esta técnica aparece empleada en los Pmneos vasco y catalán, así como en áreas de montaña de Cerdeña y Córcega, habiendo sido documenta~a ar~ueológicamente ya para el siglo XIII, lo que evidencia su amplia perduración (VIOLANT, R.: 986, 33; RENDU, Ch.: 2003, ). La composición del sedimento se completaba con la presencia de una tierra muy suelta, de una coloración ne~ra muy oscura, y en la que se apreciaba la presencia de abundante materia orgánica, en especial, trozos de carbón perfectamente identificables así c?mo alg? de f~una. Estas características se repetían sm excesivas diferencias en las distintas tallas, aunque en algunos sectores las capas de cascajo descritas aparecían más compactadas, aparentando una especie de suelo. El sondeo permitió documentar además una serie de elementos de carácter constructivo, relacionados con la estructura de la cabaña y sus remodelaciones y, más en concreto, la presencia de al menos dos ele~ mentos que se identificaron como posibles agujeros d~poste. Uno de ellos, el mejor definido, que tenía un diametro de unos 5 cm, se ubicaba en el cuadro ES a una profundidad de 33 cm respecto de la superficie, ~ se encontraba completamente colmatado por una tierra muy suelta y de una coloración más oscura. Muy próximo al mismo, aunque a una cota ligera-

6 68 AGIRRE GARCÍA, J., MORAZA BARBA, A., MUilKA ALUSTIZA, J. A., REPARAZ EXTREMIANA, X., TELLERIA SARRIEGI, E. Fig. 4a, 4b. La estructura tumular tras finalizar la excavación y detalle de uno de los agujeros de poste. mente inferior, se identificó otro agujero de poste de dimensiones más reducidas y sin una forma determinada debido al hecho de encontrarse alterado durante alguna de las fases de remodelación de la cabaña, Asimismo, en el cuadro inmediato (E4 ), a una profundidad de 3 cm, se pudo apreciar la presencia de una mancha de coloración rojiza en tierra y piedras, la cual parece indicar la probable existencia de un hogar o similar.

7 LA TRANSICIÓN ENTRE DOS MODELOS DE GANADERÍA ESTACIONAL DE MONTAÑA. 69 EL FONDO DE CABAÑA PASTORIL DE OIDUI (SIERRA DE ARALAR) En definitiva, esta estructura tumular parece ser que fue habilitada directamente sobre el terreno natural, en una zona que presentaba una ligera pendiente, sin que se haya podido observar acondicionamiento previo o aterrazamiento del mismo, así como tampoco la existencia de ningún montículo natural para su aprovechamiento, disponiendo sobre él una estructura. En el momento de llevar a cabo la excavación el túmulo alcanzaba una altura de 40 cm, aunque por efecto de la pendiente pareciese algo mayor. En origen sí pudo disponer de una mayor envergadura debido a los procesos erosivos que han podido ir desmantelándolo ligeramente y extendiendo cuesta abajo los materiales que lo componen. 3. LA CULTURA MATERIAL Los restos industriales recuperados a lo largo de la intervención arqueológica son bastante abundantes, alcanzando el número de 806. Una cifra evidentemente significativa, al menos si la comparamos con el número de los objetos recuperados en las otras dos estructuras similares sobre las que se ha intervenido arqueológicamente: las de Arrubi (7) y Esnaurreta (56). Desde el punto de vista estrictamente cuantitativo, entre esos materiales la presencia casi mayoritaria se corresponde con el cerámico (700 piezas) que supone prácticamen~ te las 67 partes del total (un 86,86 % ). Entre el resto de materiales únicamente destaca por su número el correspondiente a las pipas de caolín con un total de 63 piezas (7,82 % ), seguido muy de lejos por el metálico con solamente 8 piezas (2,23 % ). El resto de materiales (lítico, óseo, numismático u objetos de adorno), apenas si representa en su conjunto un 3,09 %. 3.. La industria lítica Durante el proceso de excavación de la chabola se recuperaron once fragmentos de pedernal o sílex. Estos consisten en tres lascas, cuatro fragmentos de lasca, una lasca de estallido y, finalmente, tres trozos con retoques de tendencia denticulada. La morfología de estas piezas no tiene unas características muy definidas, lo que dificulta la búsqueda de paralelos o el justificar su presencia en este depósito arqueológico. Sin embargo, dada la cronología del yacimiento pensamos que pudieran tratarse de piedra de chispa. Las características específicas de cada una de las piezas son las siguientes: - Fragmento medial de lasca de decorticado. La arista lateral izquierda tiene en su mitad distal retoques simples profundos de delineación denticulada. En el lado opuesto presenta retoques de similares características, algo más profundos y no tan regulares, además de otros inversos en el extremo distal, a modo de los presentes en los buriles planos (Fig. 5 y 6). Sus superficies se hallan muy alteradas por el fuego. Sus dimensiones son: 35 X 27 X mm. - Grueso fragmento de sílex de decorti _cado con retoques de tendencia denticulada en ambos laterales. Las aristas del plano de fractura, situado en el extremo opuesto a la superficie cortical, están embotadas, astilladas, quizás por su uso a modo de piedra de chispa. Sus dimensiones son: 3,2 x 7,2 x 0,5 mm - Grueso trozo amorfo de sílex con lascados sobre las aristas, quizás por su uso a modo de piedra de chispa. Sus dimensiones son: 30,7 x 28,8 x 9,9 mm. Fig. 5 y 6. Industria lítica recuperada durante la excavación. - Lasca de talón plano. Su superficie se halla alterada por el fuego. Sus dimensiones son: 8,l x, x 3 mm

8 AGIRRE GARCÍA. J., MORAZA BAREA, A., MUJIKA ALUSTIZA, J. A., REPARAZ EXTREMIANA, X., TELLERIA SARRIEGI, E. - Lasca de talón plano. Sus dimensiones son: x 4,3 X 7,8 mm. Fig Lasca de talón plano. Sus dimensiones son: 0,5 x 0,5 x 3,8 mm. - Fragmento distal de lasca. Sus dimensiones son: 3 x 25,9 x 7 mm. - Fragmento proximal de lasca de decorticado. Talón plano. Sus dimensiones son: 22,4 x 7 x 9 mm. Fragmento proximal de lasca. Talón puntiforme. Sus dimensiones son:,4 x 8,6 x 2,3 mm. - Fragmento de lasca de decorticado alterado por el fuego. Sus dimensiones son: 9,4 x 0 x 5, mm. - Lasca de estallido. Sus dimensiones son: 7 x 8,6 X 2, mm. Aparte de estas piezas de sílex se puede señalar también la presencia de dos piedras afiladeras sobre sendos cantos de arenisca. Una de ellas tiene en una de sus caras indicios de abrasión, mientras que la otra está agrietada y enrojecida por haber estado en contacto con el fuego. Sus dimensiones son las siguientes: 69 x 47 mm. La otra pieza se trata de otro canto con indicios de abrasión. Además, una de sus caras mayores se encuentra enrojecida por su posible contacto con el fuego. Sus dimensiones son: 4 x 30 mm La industria ósea La industria ósea está representada por una sola pieza. Se trata de un trozo de diáfisis fracturado longitudinal y transversalmente, que presenta en uno de 3.3. Los objetos metálicos sus extremos un abultamiento como consecuencia del adelgazamiento realizado en el resto de la diáfisis. No es posible concretar a qué tipo de objeto corresponde, aunque pudiera tratarse de un fragmento de mango (Fig. 7). Los materiales metálicos hallados en la estructura tumular de Oidui representan el tercer grupo más numeroso de objetos en cuanto su volumen, aunque escasamente representen un 2,23 % del total de ellos. Su tipología es bastante variada, siendo la casi totalidad de ellas asociables al uso cotidiano, relacionados básicamente con la actividad doméstica o agropecuaria desarrollada en la zona. Entre esos objetos se encuentra un cazo metálico de reducidas proporciones, mal conservado y fragmentado. Se conservan un trozo de mango que se ensancha en la unión con el recipiente -de 65,2 mm- y parte de la pared del recipiente -40 x 20 mm-, la cual tiene un grosor de 2, 7 mm, y una altura de 32 mm. El otro fragmento de cuerpo de este cazo tiene una anchura de 70 mm (Fig. 8, 9). Otro grupo está compuesto por los objetos cortantes, y más en concreto por dos fragmentos de cuchi-.._ Fig.9.

9 LA TRANSICIÓN ENTRE DOS MODELOS DE GANADERÍA ESTACIONAL DE MONTAÑA. 7 EL FONDO DE CABAÑA PASTORIL DE OIDUI (SIERRA DE ARALAR) llos. El de mayores proporciones, conservado casi en su integridad, es un cuchillo de dorso recto que presenta el vástago para insertarlo en la empuñadura. La hoja tiene una longitud de 6,5 mm, una anchura máxima de 20,3 mm y un grosor de 5,3 mm. En la zona intermedia, entre el dorso y la empuñadura, se definen dos incisiones paralelas de 8, mm de longitud cada una, y junto a ellas un orificio circular de 4 mm de diámetro, que al parecer estaban destinados a facilitar la sujeción de la cacha o mano del cuchillo. Finalmente el vástago presentaba una sección rectangular, de 9,5 mm de longitud, que se curva ligeramente en su extremo final (Fig. 0). El segundo fragmento de cuchillo únicamente conserva el extremo apuntado de la hoja. Ésta presenta un dorso rectilíneo que se va afinando hacía la punta a la vez que el filo se curva. Sus dimensiones son: longitud de 60,2 mm, anchura de 9,3 mm y grosor máximo de,8 mm. Dentro de este subgrupo podríamos incluir, asimismo, la presencia del fragmento de una hoja de hoz dentada de ligera curvatura y muy deteriorada. Presenta una sección cuadrangular que permite ver que la pieza está compuesta por dos láminas unidas y forjadas entre sí. Sus dimensiones son las que se detallan a continuación: longitud de 89,2 mm, anchura de 4,8 mm y grosor de 2,2 mm. Este tipo específico de hoces dentadas solían emplearse habitualmente para la siega de cereales, si bien en nuestro caso parece ser que pudieron emplearse en la corta de argoma o, en su defecto, de helecho (Fig. ). Entre esas piezas destaca también la presencia de un fragmento de herradura equina conservado, igualmente, de una manera muy deficiente. Sus dimensiones son las siguientes: una longitud 76,8 mm, una anchura media de 23,3 mm y un grosor de 6,4 mm. El elemento metálico más abundante está constituido por los clavos y enganches, en número de diez, presentando unas formas, dimensiones y funcionalidad variadas (Fig. 2 y 3). Sus características específicas son las siguientes: - Clavo de voluminosa cabeza cúbica con una longitud de 2,6 mm y cuerpo curvado, de sección cuadrada con una longitud de 22,5 mm y un grosor de 6,3mm. - Clavo de sección cuadrada fragmentado en dos partes. Sus dimensiones son: longitud total de 63,8 mm, grosor 7-7,3 mm. - Clavo de cabeza de herradura, sección cuadrada (9 mm de lado) y punta parcialmente curvada. Presenta una longitud total de 22,4 mm por 4 mm de anchura del vástago. - Punta de clavo de sección cuadrada. Sus dimensiones son: longitud 23,3 mm y grosor 3,3 mm. - Clavo de cabeza de sección cuadrada de grandes proporciones (28,3 mm de lado). Su longitud total es de 50,3 mm y la anchura del vástago de 5 mm. - Clavo de cabeza ancha de sección cuadrada (3 mm de lado). Su longitud total es de 46, mm y el grosor del vástago de 5 mm. - Clavo de cabeza ancha de sección cuadrada (0,5 mm de lado). Su longitud total es de 44,4 mm y el espesor del vástago de 4,9 mm. - Clavo de cabeza ancha de sección cuadrada (,9 mm de lado). Su longitud total es de 47, mm y el grosor del vástago de 7,5 mm. Fig Clavo de sección cuadrada que presenta su vástago curvado y vuelto hacia su extremo apuntado por haber

10 l 72 AGIRRE GARCÍA, J., MORAZA BAREA, A., MUilKA ALUSTIZA, J. A., REPARAZ EXTREMIANA, X., TELLERIA SARRIEGI, E. Fig.. estado clavado en alguna estructura. Su longitud total es de 42,5 mm y su anchura de 5,4 mm. - Clavo de sección rectangular y cabeza semicircular. Longitud total de 25, mm y grosor de 3,6 mm. - Fragmento metálico sin identificar, que se vuelve más ancho en su parte central, aguzándose hacia sus extremos. Sus dimensiones son: longitud de 44,2 mm, anchura de 3, mm y grosor máximo de 0,9 mm. Finalmente, el grupo de objetos metálicos se completa con una serie de piezas de más complicada y desconocida función: - Pletina metálica de forma rectangular con dos orificios, que ha aparecido ligeramente doblada. Presenta unas dimensiones 68 mm de longitud, por 22 mm de ancho y un grosor que oscila entre 3,22 mm y 7, mm. - Fragmento de chapa de forma rectangular. Presenta unas dimensiones de 30 mm de longitud, 7,9 mm de anchura y un grosor de,5 mm. - Fragmento de chapa metálica mal conservada y de función desconocida. Sus dimensiones son: longitud de 32,8 mm, anchura de 8, mm y grosor de 0,9 mm. Figs. 2 y 3. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), afio 2003/07

11 LA TRANSICIÓN ENTRE DOS MODELOS DE GANADERÍA ESTACIONAL DE MONTAÑA EL FONDO DE CABAÑA PASTORIL DE OIDUI (SIERRA DE ARALAR). 73 Fig. 4a, l 4b Los restos numismáticos En el transcurso de la intervención se pudieron recuperar un total de seis monedas (Fig. 4a, 4b). Todas ellas eran de bronce y de poco valor económico, siendo además algunas de ellas resellos. Cronológicamente fueron acuñadas a lo largo del siglo XVII, concretamente durante los reinados de Felipe m, Felipe IV y Carlos II. Estas piezas se hallaban distribuidas en las tres tallas superficiales, aunque cuatro de ellas fueron recogidas en la tercera. Sus características específicas son las siguientes: - Moneda resellada de bronce de ocho maravedíes acuñada durante el reinado de Felipe ID (598-62) y resellada por Felipe IV (62-665). En el anverso aparece un castillo dentro de un escudo coronado, sobre el cual se superponen tres resellos circulares, dos de ellos con un vm, y el otro con la fecha de "652". En el reverso, figura un león dentro de un escudo coronado y a su derecha la fecha de acuñación (69), donde se pueden leer las letras "HI... AR... " ("Hispaniarum Rex"). Se le superpone un resello circular con un "8". Su estado de conservación es deficiente. - Moneda de bronce acuñada durante el reinado de Felipe IV (62-665). En el anverso muestra el monograma de "PHI LIPPUS" bajo una corona. En el reverso, aparecen las letras "RX" ("Rex") bajo una corona. Su estado de conservación es muy deficiente. - Moneda de bronce de dos maravedíes acuñada bajo el reinado de Carlos II ( ). En el anverso se observa un castillo dentro de un escudo coronado, y debajo se aprecian las letras "... LVS" ("Carolvs"). En el reverso, aparece un león dentro de un escudo coronado, y a su derecha la fecha de acuñación ("698"), en la que se aprecian las letras "... AN... " ("Hispaniarum Rex"). Su estado de conservación es regular. - Moneda resellada de bronce de ocho maravedíes. En el anverso muestra el monograma de "PHILIPPUS" bajo una corona, todo ello dentro de ocho semicírculos. Sobre esta acuñación se aprecia un resello que indica la fecha de "652". En el reverso, dentro de los ocho semicírculos, aparecen dos resellos redondos superpuestos, uno de ellos muestra un "8" y el otro un "VID", bajo el cual aparecen las letras "MD" ("maravedíes"). Su estado

12 74 AGIRRE GARCÍA, J., MORAZA BARBA, A., MUJIKA ALUST!ZA, J. A., REPARAZ EXTREMIANA, X., TELLERIA SARRIEGI, E. de conservación es regular. - Moneda resellada de bronce de ocho maravedíes acuñada durante el reinado de Felipe IV ( ). En el anverso muestra un escudo coronado, sobre el cual han acuñado tres resellos, el monograma "PHI LIPPUS", un "VIIl" y un "8" dentro de dos círculos. En el reverso, se aprecia otro escudo, sobre el cual se han superpuesto tres resellos, las letras "RX" ("Rex"), la fecha de "64" dentro de un círculo, y otra fecha de la que únicamente se aprecia un "6". Su estado de conservación es deficiente. - Moneda resellada de bronce de ocho maravedíes acuñada durante el reinado de Felipe IV (62-665). En el anverso muestra el monograma de PHILIPPUS bajo una corona, a su izquierda aparece un, todo ello dentro de ocho semicírculos. Se superpone a lo anterior un resello circular con un 8 en el centro. En el reverso, dentro de los ocho semicírculos, aparecen las letras RX (Rex) bajo una corona, debajo, la fecha de acuñación ("658"). Se superpone a esto un resello en el que aparece la fecha de "65". Su estado de conservación es regular Los elementos de vestido y de ornato personal Entre los hallazgos realizados en este yacimiento se puede hacer mención también de una serie de piezas relacionadas con el adorno personal o con la vestimenta. Estas piezas están ejecutadas tanto en bronce como en vidrio (Fig. 5). El grupo más importante es el conformado por seis cuentas de vidrio (cinco negras y una de color azul oscuro); alguna de las cuales conserva aún restos de una cadena metálica concrecionada en el interior del orificio. Todas ellas, muy probablemente, formaban parte del mismo collar a pesar que han sido halladas distribuidas por todas las tallas excavadas; por lo general una en cada talla, excepto dos en la número 3, o la cuenta y el hilo trenzado recuperados en la talla 4. Estas cuentas estarían en relación con los restos de un hilo de bronce, trenzado sobre sí mismo y un extremo en forma de lazo, localizado también en la intervención. Su longitud aproximada era de 35 mm, siendo su grosor de,5 mm. Las características específicas de cada elemento son las siguientes: - Cuenta de collar de cristal negro de forma discoidal espesa y aristas redondeadas. Sus dimensiones son: diámetro de 5,7 mm, altura de 4,4 mm y un orificio central de 2 mm de diámetro. - Cuenta de collar de cristal negro de forma discoidal espesa y aristas redondeadas. Sus dimensiones son: diámetro de 6 mm, altura de 4,4 mm y un orificio central de 2 mm de diámetro. - Cuenta de collar de cristal negro de forma discoidal espesa y aristas redondeadas. Sus dimensiones son: diámetro de 6,3 mm, altura de 4,4 mm y un orificio central de,4 mm de diámetro. - Cuenta de collar de cristal negro con reflejos irisados, de forma discoidal espesa y aristas redondeadas. Sus dimensiones son: diámetro de 4 mm, altura de 5,4 mm y un orificio central de,3 mm de diámetro. - Cuenta de collar de cristal negro azulado, de forma discoidal espesa con aristas redondeadas. Sus dimensiones son: diámetro de 5 mm, altura de 4 mm y un orificio central de,6 mm de diámetro. Fig Cuenta de collar de cristal negro de forma tendente a cilíndrica con aristas redondeadas. Sus dimensiones son: diámetro de 5,8 mm, altura de 4, mm y un orificio central de,9 mm de diámetro. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/ ~ ,

13 LA TRANSICIÓN ENTRE DOS MODELOS DE GANADERÍA ESTACIONAL DE MONTAÑA. 75 EL FONDO DE CABAÑA PASTORIL DE OIDUI (SIERRA DE ARALAR) Además se hallaron también otros dos objetos relacionados con la vestimenta, un aplique decorativo y un botón. (Fig. l 6a, l 6b) Ambos fueron recogidos en la talla 3, siendo sus características las siguientes: - Fragmento de aplique decorativo de bronce de forma rectangular-ovalada. El estado de conservación impide determinar con claridad sus características específicas. Sus dimensiones son 25 x 28 mm. Las caras mayores son ligeramente convexas, la exterior lisa y la interior muestra una especie de reborde y un pequeño saliente, que pudo servir para su acoplamiento con otra pieza gemela que no se ha conservado. En las caras mayores presenta cuatro orificios circulares de 6 mm de diámetro, distribuidos cerca de las cuatro esquinas del rectángulo. Un quinto orificio de 2 mm de diámetro aparece en la parte central del objeto, situado simétricamente con el pequeño saliente situado en la cara opuesta. Esta pieza posiblemente estaba destinada a la sujeción de una correa de cuero perteneciente a un cinturón o similar. - Botón de cobre con cabeza de forma semiesférica. En su base o cara plana dispone de un enganche en forma de anilla vertical que muestra un orificio de 3 mm de diámetro Las pipas de caolín El segundo conjunto de materiales numéricamente más abundante es el representado por las pipas de caolín, con un total de 63 fragmentos (7,82%). Su abundancia se explica fácilmente gracias a su propia fragilidad. Este tipo de piezas está fabricado de un solo cuerpo, mediante la utilización de moldes, oscilando sus dimensiones entre los O y 30 cm. Cada pipa consta básicamente de distintas partes (boquilla, caña y cazoleta), las cuales pueden llegar a aparecer en ocasiones decoradas. El interesante trabajo realizado por parte de Mª del Mar López Colom (996) nos ha permitido establecer una serie de pautas a la hora de efectuar su descripción y estudio, así como para su atribución cronológica. En nuestro caso concreto el número de fragmentos hallados asciende a 63 como ya hemos dicho, de los cuales 37 corresponden a trozos de caña (9 de ellos decorados) y 26 a la cazoleta ( decorados). Las características generales de los primeros son muy similares ente sí, destacando la presencia de cuatro ejemplares que presentan un color más oscuro como consecuencia de su exposición directa al fuego. Uno de esos fragmentos, de 3 mm de longitud, pertenece a una boquilla. En sus superficies se observan numerosas líneas de abrasión, ligeramente Fig. 6a, 6b. oblicuas, realizadas para adelgazar, regularizar y afilar la caña en dicho extremo, con el fin de continuar reutilizándola. En otro fragmento, de 48,3 mm de longitud y un diámetro exterior que varía entre los 5,8 y 6,8 mm, apreciamos alteraciones relevantes a 7 mm de uno de los extremos. Aquí y en la cara opuesta presenta dos profundos surcos transversales, ocasionados por los dientes del fumador al sujetar o morder la pipa (Fig. 7, 8). La mayor parte de los fragmentos de caña carecen de decoración alguna, siendo sus superficies total o casi totalmente lisas. Entre los nueve fragmentos decorados se aprecian los siguientes motivos: - Cuatro están decorados con dos líneas espirales alternas, una de puntos y otra continua. Este motivo es propio de las casas holandesas de mediados del siglo XVIII. Encontramos paralelos en los números 7, 9 y 340 de López Colom.

14 76 AGIRRE GARCÍA, J., MORAZA BARBA, A., MUJIKA ALUSTIZA, J. A., REPARAZ EXTREMIANA, X., TELLERIA SARRIEGI, E. sobre gallones. Responde a los motivos decorativos de las cazoletas gallonadas, que López Colom señala como comunes en las pipas holandesas del siglo XVIIl. Encontramos su paralelo en el nº 79 de dicha autora (Fig. 2). - Pequeño fragmento de cazoleta decorado con una pequeña rosa tudor. No se ha podido establecer cronología por decoración ni paralelo alguno. - Fragmento de cazoleta donde se representa un perro con las patas delanteras levantadas en posición de saltar. Bajo el can aparece una pequeña rosa tudor. No se han localizado paralelos (Fig. 22). - Cuatro fragmentos presentan franjas de círculos encadenadas sucediéndose líneas de dentelleado. Este motivo es también típicamente holandés y se remonta a la primera mitad del siglo XVIIl. Entre sus paralelos podemos señalar los números 20, 32 ó 35, entre otros, de la citada obra de López Colom. - Un trozo medial de caña, parcialmente ennegrecido por el fuego, decorado en un extremo con motivos de hojas de parra y una franja de pétalos. No se han localizado paralelos (Fig. 9, 20). Entre los fragmentos de cazoleta localizados, destacan once en los que se aprecia la presencia de algún tipo de motivo decorativo: - Fragmento de cazoleta donde se aprecia la pared de una garita (quizás un palio) y parte del cuerpo de una figura humana -brazo recogido y parte de la silueta-. Entre sus paralelos podemos señalar la pieza 97, cuya cronología por marcas y adornos se situaría entre 732 y 782 (López Colom, Mª M: 999), siendo su procedencia holandesa (Fig. 23). - Un fragmento de cazoleta que conserva parte de la porción correspondiente a su unión a la caña y tacón. Está decorado con puntos en círculo rodeando a un punto central, que al parecer representan la rosa tudor. Este motivo fue utilizado por fabricantes holandeses durante el siglo XVII. A ambos lados del tacón se aprecia la forma de un escudo, pero no se distingue lo que figura en él, aunque comúnmente representa el sello del fabricante. Existe un paralelo en el nº 27 de la obra de López Colom (Fig. 24). - Pequeño fragmento de cazoleta que muestra rosas tudor, conformadas por puntos y dispuestas Fig. 9, 20

15 LA TRANSICIÓN ENTRE DOS MODELOS DE GANADERÍA ESTACIONAL DE MONTAÑA. 77 EL FONDO DE CABAÑA PASTORIL DE OIDUI (SIERRA DE ARALAR) Fig. 2. Fig. 24. Fig. 22. Fig Un fragmento de cazoleta con unión a caña y tacón liso. La cazoleta está decorada a ambos lados con puntos en círculo intercalados con pétalos entorno a otro punto central, representando la rosa tudor. Bajo la rosa, en la convergencia del tacón, caña y cazoleta, se representan a ambos lados las letras "G" y "S" invertidas. Según la mencionada autora su procedencia se sitúa en Gouda (Holanda), y pertenecería a la primera mitad del siglo XVIII. Su paralelo es el nº 55 de López Colom (Fig. 25). Fig Un fragmento de cazoleta y tacón, decorada por ambos lados a base de motivos vegetales, entre los que se representa un personaje caminando mientras sostiene un bastón a la altura de la cintura, y las letras "V" "R". Según López Colom esas letras KOBIE (Paleoantropología n.º 27). año 2003/07

16 78 AGIRRE GARCÍA, J., MORAZA BAREA, A., MUJIKA ALUSTIZA, J. A., REPARAZ EXTREMIANA, X., TELLERJA SARRJEGI, E. Fíg. 26. Fig. 27. sitúan el origen de la pieza en Gouda (Holanda), por fabricantes del primer tercio del siglo XVIII. La representación de personajes históricos en las pipas era algo común, siendo éste, un medio de propaganda política en la Holanda del siglo XVIII. No se ha hallado paralelo alguno (Fig. 26). - Un fragmento de cazoleta con unión a caña y tacón, decorado mediante una mano extendida bajo una corona de perlas. Diversos autores describen este modelo decorativo, situando su cronología a lo largo de todo el siglo XVIII. El paralelo de esta pieza lo encontramos en el nº 80 de López Colom (Fig. 27). - Un fragmento de cazoleta con parte de la porción correspondiente a su unión con la caña. Está decorado con puntos rodeando a otro cen- tral que representa la rosa tudor. Es una pieza de procedencia holandesa, siglo XVIII. Su paralelo en la obra de López Colom es el nº 73 (Fig. 28). - En dos fragmentos, el deficiente estado de conservación no ha permitido identificar sus motivos decorativos (Fig. 29). El empleo de pipas para fumar tabaco u otras plantas es conocido desde épocas remotas. La gran difusión de las pipas de forma clásica, imitando a modelos americanos, no se llegará a dar en la Europa moderna hasta el siglo XVI, generalizándose sobre todo en los siglos XVII y XVIII. Holanda, Inglaterra y Francia serán los principales productores y exportadores de Fig. 28.

17 LA TRANSICIÓN ENTRE DOS MODELOS DE GANADERÍA ESTACIONAL DE MONTAÑA. 79 EL FONDO DE CABAÑA PASTORIL DE OIDUI (SIERRA DE ARALAR) Fig. 29. pipas al resto de la Europa occidental y a la América colonial. La aparición de este tipo específico de piezas en este concreto contexto en el que se ubica la estructura tumular de Oidui no resulta en modo alguno extraño. Las fuentes orales atestiguan haber visto llegar a plantar tabaco en estas majadas pastoriles en el siglo XX, lo cual nos indica la afición que suscitaba dicha planta entre los pastores, semejante a la causada entre los del establecimiento que tratamos. En el lote concreto recogido se ha podido comprobar como la inmensa mayoría de las pipas presentan características bastante similares entre si. Se aprecia como tienen una procedencia mayoritariamente holandesa, y más en concreto de los talleres existentes en la localidad de Gouda. Esta similitud se reitera también en el plano cronológico, situándose su producción en los siglos XVII y XVIII, aunque la mayoría parece corresponder al segundo de ellos Los restos cerámicos En el yacimiento de Oidui se han podido individualizar alrededor de 700 fragmentos cerámicos, representando, de este modo, el núcleo más importante de material mueble recogido en el mismo con un porcentaje que alcanza el 86,86 % del total. En este conjunto, a partir de la delineación de sus fragmentos, se definen recipientes de formas tanto abiertas como cerradas. Las formas abiertas no están muy abundantemente representadas y consistirían en escudillas o cuencos con borde recto o, en ocasiones, ligeramente exvasado y labio redondeado, incluso en algún caso afinado. Las formas cerradas están mucho mejor representadas, y se corresponden mayormente con ollas o jarras, con cuellos rectos-oblicuos y labio redondeado, con perfil en "S", cuerpo globular y a menudo con fondos convexos de pie alto y marcado, utilizados generalmente como contenedor de líquidos y alimentos. Atendiendo al tipo de revestimiento disponible hemos efectuado una primera clasificación tipológica, de manera que podemos observar piezas esmaltadas (304 fragmentos), vidriadas (92) y las no revestidas (4 7), siendo el porcentaje restante el de las no identificadas. La mayor parte de estas piezas están elaboradas con pastas rosáceas y amarillentas, decantadas, revestidas con esmalte blanco y decoradas con trazos azules que forman composiciones geométricas (zig-zag, meandros... ) o vegetales (enmarcados, formando metopas... ). Estas decoraciones se sitúan generalmente en el exterior, en el caso de las jarras, pero también pueden ir en el interior en el caso de alguna escudilla. Son piezas que se elaboraron a lo largo de los siglos XVII al XIX, en alguno de los alfares locales del País Vasco (por ejemplo en los alaveses de Erentxun -lruraitz-gauna-, Ixona -Burgelu-, Egileta -Dulantzi- y Ullibarri de los Olleros/Uribarri Nagusia -Vitoria/Gasteiz- o en los guipuzcoanos de Zegama). Otro de los grupos importantes desde el punto de vista numérico lo conforman las cerámicas vidriadas en color verde o amarillo meloso, de pastas claras, decantadas y con desgrasantes finos. La escasez de fragmentos vidriados con formas definibles nos impide la reconstrucción de las mismas y hablar de una tipología concreta de recipientes. Tampoco debemos dejar sin mencionar las piezas no revestidas, de pasta grisácea alisada, cuya presencia aparece constatada en contextos arqueológicos desde época altomedieval. En el caso de Oidui parecen corresponderse con recipientes de formas cerradas, que se tratarían de pequeñas jarritas globulares con asa de cinta. Y también cabe mencionar los fragmentos de bases con abundantísimos desgrasantes micáceos, las llamadas pastas zamoranas, por tratarse de producciones del siglo xvm que se importaban, ya cocidas, desde esa región castellana al País Vasco, y a las que se les daba el acabado final en los alfares locales.

18 80 AGIRRE GARCÍA. J., MORAZA BAREA, A., MUJIKA ALUSTIZA, J. A., REPARAZ EXTREMIANA, X., TELLERIA SARRIEGI, E.,--- l. 3 ( 5 r 7,. 2 ~\ ( ("" 4 r,--- 8 ~-~- Aparte de todos ellos, dentro del conjunto cerámico de Oidui se ha podido apreciar una gran cantidad de fragmentos no identificables, y que debido a su alto grado de fragmentación resulta muy complicada su atribución a algún tipo de recipiente concreto. Atendiendo a las formas definibles hemos encontrado un número significativo de fragmentos que nos llevan a la citada definición genérica de los vasos y recipientes recogidos. En base a este aspecto tipológico definiremos las distintas piezas en función del tipo de borde, cuello, base, elemento de suspensión y, finalmente por la presencia de algún tipo de motivo decorativo personalizado. 2 Figs. 30, 3 y r, ' ~ 2 J" ' 6 a ~----~- 4 8 í ~ J ' Bordes Teniendo en cuenta la morfología del labio y su grado de exvasamiento se han podido identificar al menos tres grandes grupos: * Grupo l. Bordes redondeados: - Rectos. La mayoría de los bordes (2 ejemplares -Fig. 30-) son redondeados y se encuentran revestidos, generalmente esmaltados. Algunos aún conservan restos de decoraciones en azul cobalto sobre esmalte blanco y dos surcos paralelos al borde (Figs. 30.3, 30.4). Apreciamos en uno de los casos -un fragmento de borde recto y arranque de cuerpo- una

19 LA TRANSICIÓN ENTRE DOS MODELOS DE GANADERÍA ESTACIONAL DE MONTAÑA. 8 EL FONDO DE CABAÑA PASTORIL DE O!DUI (SIERRA DE ARALAR) delineación cerrada del vaso, en forma de cuenco (Fig. 3. ). Cabe destacar que son redondeados también los tres fragmentos de borde de donde directamente arrancan asas de cinta (Figs. 3.3 a 3.5). - Exvasados. Existen también otros tres fragmentos de borde, vidriados por ambas caras, ligeramente exvasados y con el labio redondeado (Figs y 3.6). *Grupo 2. Bordes afinados:. '. ".._\..... ~:... J... / ' -. '/,ti. I,.,. -J - I ' ~ </' ~. ) - Rectos. Se aprecia la presencia de once bordes afinados o almendrados (Figs. 32. a 32.8). La mayoría de esos fragmentos están sin revestir (7 de ellos), pero los otros cuatro se encuentran esmaltados. En uno de los casos se aprecian ligeros surcos u ondas producidas, probablemente, por el efecto del tomo. Exvasados: Entre los bordes ligeramente exvasados tenemos un ejemplar )-- Fig. 33 y 34. r almendrado perteneciente a una escudilla esmaltada por ambas caras y, además, decorada con trazos geométricos sinuosos (Fig. 33.2). Otro de los fragmentos se trata de un borde y gran parte del cuerpo correspondiente a un cuenco hemisférico esmaltado por su interior. Finalmente, se han estudiado dos fragmentos de bordes ligeramente exvasados, sin revestir, de pasta grisácea y ennegrecida por el fuego. El primero se trata de una ollita de perfil en "S", mientras que del segundo, cuyo tipo de recipiente no puede definirse por su pequeño tamaño, arranca un asa de cinta de sección ovalada (Figs. 34., 34.2). * Grupo 3. Borde plano y ligeramenre exvasado: El último grupo está conformado por tres fragmentos de bordes rectos con e labio exvasado y plano. Esta morfolo- KOBIE (Paleoantropología n." 27), año 2003/07

20 ~.,.._...,.. 82 AGIRRE GARCÍA, J., MORAZA BAREA. A. MUJIKA ALUSTIZA, J. A., REPARAZ EXTREMIANA, X., TELLERIA SARRIEGI, E. ~. \~. ''-- ~:-~: Fig. 35 y 36. gía podría deberse a que el recipiente estaría preparado para recibir una tapadera o similar (Fig. 34.3) Cuellos Los cuellos, en general, tanto aquellos que se encuentran revestidos como los no revestidos son rectos u oblicuos y configuran una delineación cerrada del vaso, marcando un perfil en "S" en los casos de fragmentos de jarras y ollas. El número de fragmentos identificados asciende a Bases Los fragmentos de fondo que encontramos son generalmente de dos tipos: ' í\.. u -- ' -:. ~: r.. i ; --~ -~-. ' d ~ :. ) ( - - s a - /''" / ~ f ;i' * Fondos convexos de pie alto y marcado (7 ejemplares). Algún ejemplar se conserva entero junto con el arranque de la pared del cuerpo, pero generalmente nos encontramos con fragmentos incompletos. La pasta de estas bases es muy diferente de las vistas en los demás ejemplares, al ser algo más rosácea (Fig. 35). * Fondos planos (0 bases). En este tipo de fondos la unión con la pared es recta, delineando una forma abierta en el vaso. De ellos, siete se Fig. 37. KOBIE (Paleoantropología n.º 27). afio 2003/07