GESTIÓN AMBIENTAL Y SEGURIDAD EN HOSTELERÍA

Transcripción

1 APARTADO 3: Buenas prácticas ambientales en el uso eficiente de la energía DIAPOSITIVA Nº: 2 Contenido teórico PDF Nº 2: Buenas prácticas energéticas Buenas prácticas energéticas en un establecimiento de turismo rural Los informes presentados por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), además de no ser muy halagüeños, debieran servir para hacernos conscientes de la necesidad de transformar nuestras sociedades, al menos para aumentar las esperanzas de futuro de nuestras hijas e hijos y de todo el planeta Tierra. Junto a la falta de equidad, el calentamiento global es el mayor problema socioambiental al que la humanidad se enfrenta, por lo que lo coherente sería aminorar las causas que lo provocan, neutralizar y/o eliminar en lo posible los agentes del problema y estudiar sus posibles efectos, para prevenirlos, adaptarnos y en la medida de lo posible corregirlos. En el origen del problema del Cambio Climático, está el uso que hacemos de la energía en nuestro actual sistema de producción y consumo, dependiente de cantidades siempre crecientes de recursos energéticos. Según el primer principio de la termodinámica, la energía ni se crea (es decir no la producimos), ni se destruye (no la consumimos), sólo se transforma (produciendo unos u otros residuos irremediablemente). El segundo principio de la termodinámica nos asegura que toda energía que usemos no desaparece del sistema (por el primer principio), pero se degrada constantemente y su utilidad y disponibilidad decrece, haciéndose más costosa su reutilización en las siguientes etapas. La energía no es reciclable, así pues el único gasto de energía verdaderamente sustentable, es el procedente directa o indirectamente del sol y siempre que el recurso generador sea renovable. 1

2 Así, con la energía hay que tener muy en cuenta de dónde procede, no todas las fuentes son contaminantes, caras y limitadas (carbón, petróleo, nuclear), aunque sí coincide que son éstas precisamente las que más usamos. En realidad, todo está relacionado con la energía: reducir, reciclar, recuperar, reparar, comprar productos que recorren grandes distancias antes de llegar al consumidor, comprar en el barrio o en el pueblo en vez de desplazarse a las afueras, etc. En todas nuestras acciones podemos favorecer el uso razonable de la energía o ser el ser vivo más irresponsable y obviar lo que significa romper el equilibrio termodinámico de un sistema. Todo se relaciona con todo y todo va a alguna parte. Las familias españolas han duplicado el gasto energético de sus viviendas en los últimos veinte años y en verano consumen tanto o más que en invierno, independientemente de la degradación atmosférica, de la escasez de agua, etc. Hay enormes posibilidades de ahorrar y mejorar la eficiencia energética, al menos desde tres frentes muy influyentes: Disponemos actualmente de tecnologías adecuadas a precios asequibles que habría que ir utilizando. La gestión de la demanda y no de la oferta. El cambio en valores, comportamientos y hábitos de vida, sin mermar el nivel de bienestar. Es necesario repensar nuestras decisiones a la hora de elegir y adquirir los recursos, de gestionarlos y de incorporar en esta adquisición las formas de eliminación, reutilización y toxicidad de todo aquello que adquirimos y usamos. 2

3 GESTIÓN AMBIENTAL Y SEGURIDAD Un edificio bien aislado ahorra entre un 20% y un 30% en gasto de calefacción. Integración de las energías renovables activas o pasivas en los sistemas de producción de frío, calor o agua caliente sanitaria, bien como fuentes de energía únicas o como apoyo a los sistemas convencionales. En cualquier caso, generar la energía lo más cerca del punto de consumo minimiza las perdidas por transmisión y distribución. Acometer, siempre que sea factible, la instalación centralizada de producción de calor ya que tiene rendimientos más altos que los sistemas individuales, siendo bastante más eficiente. Asimismo, incorporar un buen aislamiento en las conducciones de distribución, sobre todo si son eléctricas, y son más eficientes si son bitubulares, aunque algo más caras que las monotubulares. El lema principal sería: Mejores servicios energéticos con menor gasto de energía, es decir más con menos. Uno de los puntos a tener en cuenta, al elegir los aparatos de calefacción, refrigeración o producción de agua caliente, es si en su proceso de fabricación se han utilizado elementos o materiales reciclados. Siempre es preferible que el sistema de calefacción proporcione también agua caliente sanitaria, a generarla con otros aparatos. Si no se puede disponer de una calefacción a base de energías renovables o apoyada por éstas, siempre es preferible que la caldera sea de gas, que de gasóleo o termos eléctricos. Elegir calderas de condensación o de baja temperatura, ya que tienen rendimientos más altos que las normales. Si no existe otro remedio y se eligen los sistemas eléctricos, los más eficientes 3

4 son las bombas de calor (ahorran hasta un 60% de energía en invierno), seguidas de los acumuladores, si dispone de la tarifa nocturna, y por último los suelos radiantes. Se desaconsejan los radiadores y convectores eléctricos, si no es para usos esporádicos. Es muy importante que el sistema elegido disponga de un regulador de temperatura y de sensores de ambiente con programador de tiempos y temperaturas, de forma que podamos controlar las necesidades de climatización del establecimiento en función de los horarios de ocupación, actividades desarrolladas, temperatura exterior o interior, orientación de cada espacio, etc. Para el suministro de agua caliente sanitaria considerar la utilización de paneles solares térmicos (como sistema único o como apoyo). La inversión es más alta pero puede amortizarse con el ahorro obtenido. Calentar el agua con gas evita que cada familia emita a la atmósfera, como media, hasta media tonelada de CO 2 al año, con respecto a otras fuentes de energía. Para producir agua caliente sanitaria mediante sistemas solares o eléctricos, procurar que el depósito de acumulación de agua caliente esté bien aislado. Si se dispone de un sensor de temperatura que dispara el mecanismo calefactor, instalarlo donde se quiera tener la temperatura seleccionada y alejarlo de las fuentes de calor o frío. Apagar o regular la calefacción por la noche y no encenderla por la mañana hasta que el establecimiento esté ventilado y se hayan cerrado las ventanas. 10 minutos bastan para ventilar una habitación. Para dormir suele ser suficiente una temperatura entre 15 y 17ºC, aunque los niños y personas mayores pueden 4

5 necesitar algo más. También es muy conveniente cerrar las persianas de noche. Si la caldera no regula la temperatura, se pueden instalar válvulas termostáticas en los radiadores, que controlarán la temperatura en cada habitación, o un regulador para la caldera. Es fácil de colocar y se amortiza rápidamente. La limpieza de los quemadores y el buen mantenimiento de la caldera de gas aumenta la seguridad y la hace más eficiente. Cerrar todos los flujos durante los apagones. Utilizar válvulas solenoides para suspender el flujo del agua cuando la producción se detiene. Comprar electrodomésticos ecológicos y utilizarlos siempre con la carga completa: se ahorra un 40% más de agua por lavado. Reducir los excesos de suciedad manualmente antes de utilizar los equipos de lavaplatos. Usar luz natural en la medida de lo posible. Mantener las ventanas limpias y animar al personal a abrir las persianas en lugar de encender las luces. Conectar los lavavajillas y las lavadoras a carga completa, ya que el uso a media carga implica mayor consumo de agua, energía y detergente. El calentamiento de agua de los electrodomésticos constituye uno de los principales consumos energéticos de éstos. Es aconsejable mantener los termostatos a una temperatura no muy elevada y constante. Limpiar frecuentemente los hornos, fuegos y placas para evitar que se acumulen grasas que impidan la transmisión de calor. 5

6 Indicar a la clientela que sea ella la que decida el momento de lavar sus toallas (dejándolas en el suelo o en la bañera), evitando así que se realice esta actividad todos los días, promoviendo así una reducción de consumo de recursos. Usar programas de lavado en frío y a plena carga en la lavandería. Utilizar los equipos informáticos en modo de bajo consumo. Instalar dispositivos basados en energías renovables (pequeños aerogeneradores, placas solares-térmicas, paneles fotovoltaicos) siempre que sea posible. Usar equipos de compensación de potencia para evitar el exceso de consumo de energía eléctrica. Establecer una buena localización de las calderas y otros generadores de calor para evitar pérdidas. Aprovechar correctamente las condiciones externas de temperatura y humedad del aire. Separar zonas frías y zonas calientes en la cocina. Disponer de buenos cerramientos en las cámaras frigoríficas. Consultar con un proveedor aquellas marcas y modelos que desarrollen una mayor eficiencia en el uso de la energía y del agua. Los manuales de instrucciones de estos aparatos proporcionan pautas para un 6

7 uso correcto desde un punto de vista ambiental, es recomendable leerlos y seguir sus recomendaciones. Las cafeteras de circulación de agua de erogación continua son las máquinas que más agua ahorran en su uso. Existen máquinass eficientes en el uso del agua: es preferible contar con máquinas que no sean de circuito abierto de agua para realizar la refrigeración. Si se apaga la TV u otro aparato con el mando y se deja en la posición stand by con una lucecita roja, también se gasta energía. Si se apaga el aparato por completo (apretando el botón) no se consume energía. El microondas tiene posibilidad de ajustar su potencia a lo deseado. Emplear esta prestación de forma habitual. Evitar usar el horno para pequeñas cantidades y procurar evitar abrirlo innecesariamente cuando esté caliente. Cocinar con ollas a presión y con poco agua puede suponer un ahorro de un 50% de energía. Tapando los recipientes se puede ahorrar hasta un 25% de energía. Es más eficiente cocinar con gas, pero es necesario mantener en buen estado los quemadores y evitar que las llamas sobrepasen el fondo de los recipientes. Si se aprovecha el calor residual de placas eléctricas, también se ahorrará energía. 7

8 Ajustar la temperatura deseada en función de los tipos y cantidad de alimentos que haya en cada momento. Asegurarse de que todos los cierres son herméticos y cierran bien. El mercado dispone de frigoríficos que utilizan la energía de forma eficiente. Es recomendable atender al etiquetado energético de cada modelo y, si es posible, adquirir los más eficientes, pues a la larga son más baratos. Si el fregado se realiza a mano, procurar hacerlo de la forma que se ahorre agua como el llenado de la fregadera y evitando la salida de agua de forma continuada. Informarse sobre soluciones alternativas a la instalación de equipos de refrigeración: colocación de barreras de sol (toldos, persianas), modalidades de cristales en ventanas, uso de ventiladores, etc. Se evita un excesivo gasto energético poniendo el aparato de aire acondicionado fuera de la insolación directa y si se inicia la refrigeración con un rendimiento bajo o medio al inicio para, posteriormente, si se desea, alcanzar la máxima potencia. No mantener grandes diferencias (no superiores a 10 ºC) con la temperatura exterior. Se puede controlar la temperatura interna a través de termostatos localizados en puntos representativos. Neveras Debe mantenerse bien ventilada y limpia la rejilla trasera; mediante una buena ventilación el aparato gasta un 15% menos de energía. La temperatura no puede ser extremadamente baja, subir un grado la temperatura 8

9 del termostato de la nevera desciende en un 5% el consumo del aparato. Descongelarlo regularmente. Superar un espesor de la capa de hielo de 5 mm aumenta el consumo en un 30%. Desconexión de subunidades desocupadas. Mantenimiento periódico del aparato. Lavavajillas No usar lavavajillas no eficientes. No usarlos sin esperar a su llenado completo. Comprar modelos con programas destinados a casos en que no se usen a plena carga y programas de lavado económico en los que se ahorra hasta un 50%. Optar por modelos habilitados para conectarse a la toma de agua caliente, evitando tener que calentarla con resistencia eléctrica. Debe mantenerse el termostato a temperatura no muy elevada, ya que el mayor consumo de energía se produce en el calentamiento del agua. Mantenimiento periódico del aparato. No desaprovechar energía en la cocción de alimentos no tapando cazuelas o abriendo hornos constantemente. Tapar cazuelas durante el cocinado facilita la concentración de calor. Es conveniente usar la olla exprés, ya que ahorra tiempo y energía. 9

10 Nunca aplicar una llama mayor que el fondo de la olla para no desaprovechar energía. Ésta y la anterior recomendación juntas ahorran un 20% de energía. Si se utilizan vitrocerámicas aprovechar el calor residual que queda durante 10 minutos tras apagar el foco de calor. Hornos No abrir innecesariamente los hornos para comprobar la cocción, cada vez que se hace se pierde un 20% del calor acumulado, unos ºC. Limpiar y mantener hornos, placas de cocina, equipos de baño maría y marmitas, a fin de asegurar una buena transmisión de calor. 10