Vivir la discapacidad en primera persona

Transcripción

1 Mi nombre es Jaime Tengo 20 años y desde muy pequeñito un audífono me acompaña a diario. Gracias a él y a la habilidad que he ido desarrollando de la lectura labial, podría comunicarme contigo casi sin dificultad. Me tienes más cerca de lo que crees, porque estudio Ciencias de la Actividad Física y del Deporte aquí en la UCJC, mi hipoacusia profunda, no me impide realizar la carrera que me apasiona e impartir clases de tenis a niños de 5 años. Te has parado a pensar cómo me despierto por las mañana? Porque yo no escucho el móvil Un pequeño despertador que vibra y que coloco debajo de mi almohada, es lo que hace que me despierte.

2 Mi nombre es Laura A los 18 años sufrí una caída de un caballo, estuve 1 mes en coma por un traumatismo craneoencefálico grave y al despertar me di cuenta de que mi memoria y mi atención fallaban. Tuve que dejar mi primer año de carrera y aunque sé que ahora me será muy difícil retomarlo es algo por lo que lucho cada día. Actualmente acudo cada día aun centro de rehabilitación neuropsicológica para poder ir mejorando las secuelas cognitivas que me quedaron. Aunque puede que mis secuelas físicamente no se perciban, el daño interno es muy grande, por ello mi deterioro cognitivo es necesario que se tenga en cuenta para disfrutar de los mismos derechos que tú.

3 Mi nombre es Rubén Soy Licenciado en Ciencias de la Actividad y del Deporte y profesor de la UCJC. Cada día tengo sueños, como tú, acerca de lo que me gustaría ser, hacer, vivir... Y tengo la fortuna de haber cumplido muchos de ellos. Utilizar una silla de ruedas por un accidente de tráfico no me ha impedido alcanzarlos. De hecho, estoy seguro que mi desarrollo personal y profesional ha sido mucho mayor y seguramente, mejor, gracias a la situación que viví. Una discapacidad no tiene por qué ser un punto y aparte en tu vida, puede ser un punto y seguido. La actitud y la autoestima te permite superar muchas barreras. La gente ve la silla de ruedas como un símbolo negativo, yo la veo como la compañera incansable y fiel que me permite explorar el mundo. Hace 15 años no podía imaginar que iba a ser campeón de España o medallista internacional con el Equipo Español de bádminton adaptado. La vida es un sueño y no hay que dejarla escapar al despertarnos cada día.

4 Mi nombre es Pablo Pineda Tengo 39 años, quizá reconozcas mi nombre porque gané el Premio Concha de Plata en 2009, en el Festival de Cine de San Sebastián, por mi interpretación en la película Yo también. Mi vida es bastante similar al papel que interpreto en la película, un estudiante universitario con Síndrome de Down. En mi vida real, finalicé mis estudios de Magisterio y actualmente estoy feliz de poderme dedicar a ello. Nunca olvides que las personas con Síndrome de Down NO somos eternos niños.

5 Mi nombre es Almudena Tengo 28 años, tengo un déficit visual por un trastorno del nervio óptico, pero ello no me ha impedido dedicarme a mi verdadera vocación, ser maestra. Actualmente trabajo en un colegio como profesora de apoyo en el aula. Mi discapacidad visual no me ha impedido desarrollarme profesionalmente en un campo en el que para serte sincera, cuando comen cé a estudiar lo hice sin imaginar que podría llegar a ejercer. En ocasiones, las limitaciones nos las ponemos nosotros mismos.