LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS EN LA LITERATURA ESPAÑOLA

Transcripción

1 José Fradejas Lebrero LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS EN LA LITERATURA ESPAÑOLA ESTUDIOS Y ENSAYOS BAC LÍRICA RELIGIOSA BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID 2005

2 ÍNDICE GENERAL PRÓLOGO... BIBLIOGRAFÍA.... SIGLAS Y ABREVIATURAS... Págs. IX XV XXVII 1. Padres de María Tripartición de la renta de los padres de la Virgen La vara de San José Por el Edicto a Belén Buey y asno Los tres Reyes Magos Cueva de la leche Los ángeles les guían Chinas se te volverán Huida a Egipto. Los ladrones La palmera Los ídolos derrumbados El terebinto La fuente y el bálsamo Falsos testimonios y el cántaro roto Los pajarillos La viga alargada La cruz... y sus amigos La buenaventura La sentencia de Pilato Cartas Abgaro y Jesús Verónica El Pasmo Túnica inconsútil Longinos Carta de Pilato El Tránsito de la Virgen Bajada a los infiernos Gamaliel Historia del noble Vespasiano José de Arimatea Textos ANEXO: La Cruz

3 PRÓLOGO Apócrifo quiere decir, etimológicamente, oculto o escondido, pero modernamente ha evolucionado a adulterado, falsificado y herético. Los libros apócrifos pueden ser falsamente atribuidos a un autor para dar autoridad a una doctrina ortodoxa; pueden ser también obra de autores ortodoxos, pero poco prudentes, que intentan difundir una piadosa tradición; en fin, los hay francamente heréticos. Por tanto, hay Evangelios Apócrifos ortodoxos lo cual no quiere decir verdaderos, fabulosos y heréticos, pero aun los más inofensivos los ortodoxos y fabulosos hay que mirarlos, desde la creencia, con cierta precaución y se oponen por su valor religioso a los Evangelios canónicos. Tienen escaso valor literario y poca trascendencia intelectual o estética, pero debieron de gozar del favor del público, pues han influido secularmente. Aunque pretendieron reemplazar o equipararse a los Evangelios inspirados, nunca lo lograron; con excesiva frecuencia pretendieron iluminar, poética y fantásticamente, zonas ocultas de la vida de Jesús y sus padres, a veces inspirándose en episodios reales narrados por los Evangelios canónicos; en realidad, pues, son ficciones para satisfacer la curiosidad y, en menor medida, la piedad de los cristianos. Quieren llenar el hueco que anuncia San Juan Evangelista: «Muchas otras cosas que, si se escribiesen una por una, creo que este mundo no podría contener los libros» (Jn 29,25). Por otro lado, qué significan históricamente: «crecía en gracia, en sabiduría y en edad delante de Dios y de los hombres» (Lc 2,52)? En qué modo «les estaba sujeto» (Lc 2,51)? Estas lagunas, insinuadas, es lo que quieren llenar los Evangelios apócrifos. No añaden nada, ni moral ni histórica ni estéticamente, a los Evangelios canónicos y, sin embargo, desde por lo menos el siglo II, se inició un movimiento de creación, aunque fuera en el siglo IV cuando se compusieron la mayor parte. No hay duda de que en muchos casos quieren explicar algunos conceptos del Antiguo Testamento que consideran «figura» o profecía del Nuevo Testamento; siempre, claro es, desde un punto de vista popular y quizá, en algunos casos, de procedencia oral tradicional.

4 X PRÓLOGO Este aspecto oral, tradicional, popular, nacido de las exigencias del pueblo fiel, pero iletrado, adquiere una doble matización: un gran valor proselitista y hasta propagandista que quiere satisfacer una relación más próxima y sencilla con la divinidad, para lo cual crea una serie de leyendas maravillosas que pretenden aclarar supuestos místicos ocultos. Añadamos a esto otros dos caracteres más: su paulatino y secular enriquecimiento por poetas y dramaturgos, que no se paran en incongruencias y transforman a Cristo en un hombre con extraordinarias virtudes, como Dios, sí, pero también lo cual ya no es lógico, nada más que en el sentido popular con todos los defectos humanos. Jesús Niño condena, hiere y hasta mata a sus compañeros de juegos infantiles; Jesús muestra o inspira tremendas venganzas que pueden verse como ejemplares castigos en el Evangelio árabe de la infancia; en el Libro de la infancia del Salvador oenla venganza del Salvador; todo ello en contra del concepto del amor y la humildad del Jesús-Hijo del Padre-histórico. Pero, a pesar de ello, a veces dieron en el punto neurálgico de la creencia y se permitieron crear y difundir noticias que después se han convertido en dogmas: la fe precede a la leyenda. Así ocurre con la virginidad de María que proclama Salomé, la comadrona incrédula que desea verificar la virginidad de María tras el parto. Su mano queda paralizada, pero cura cuando se arrepiente, cree y proclama la verdad (Protoevangelio de Santiago, 3; Evangelio del Pseudo Mateo, 4; y Libro de la infancia del Salvador, 75). Otro caso es la Asunción, Dormición o Tránsito, en cuerpo y alma, de María a los cielos del Libro del reposo o dormición ylanarración del Pseudo José de Arimatea, que prepara la definición dogmática. Siglos antes de que Su Santidad Pío XII declarara el dogma (1 de noviembre de 1950), ya era creído y difundido por infinidad de cristianos, Asunción y Tránsito eran dos advocaciones marianas en multitud de iglesias hispánicas como las de Elche o Zamora. Casi irreverencia parece hablar de la novela cristiana de los primeros siglos, y, sin embargo, es cierto que esta novela existía, a lo menos en germen, no por ningún propósito de vanidad literaria o de puro deleite estético, sino por irresistible necesidad de la imaginación de los fieles, que, no satisfecha con la divisa de sobriedad del relato evangélico y apostólico, aspiraba a completarla, ya con tradiciones, a veces muy piadosas y respetables, ya con detalles candorosos que apenas pueden llamarse fábulas, puesto que del inventarlas al creerlas mediaba muy corta distancia con la fan-

5 PRÓLOGO XI tasía fresca y virgen de los que las inventaban de un modo casi espontáneo. Pero hubo casos en que la ficción no fue enteramente inofensiva, por haberse mezclado en ella el interés de las diversas sectas heréticas, que llegó a viciar hasta los mismos evangelios canónicos. Aun en libros que, andando el tiempo y olvidadas las circunstancias en que habían nacido y las doctrinas particulares que reflejan, fueron alimento de la piedad sencilla de los siglos medios o inspiraron maravillosas obras al arte religioso, es fácil reconocer huellas del gnosticismo como en el Evangelio de Nicodemus (cuya triunfal Bajada del Cielo a los Infiernos es el tipo más antiguo de la epopeya cristiana; los actos de Pablo y Tecla sabemos que fueron compuestos por un presbítero de Asia, imbuido en la falsa opinión de que era lícito a las mujeres el sacerdocio y la predicación de la Iglesia, y las Clementinas o Recognitiones fueron en su origen un libro ebionita o de cristianismo judaizante, y el texto griego actual conserva muchos vestigios de ello 1. Del siglo XIII (Poema de Mío Cid y Alfonso X) al siglo XX (Gerardo Diego y Carmen Conde), los Evangelios apócrifos han sido un hilo de oro que ha atravesado todas las vestiduras poéticas españolas: ora sea Lope, ora sea Calderón, en todos los tiempos hay reminiscencias creacionales de ellos. Sin duda, las nuevas creaciones, que surgen a partir de las legendarias narraciones de los apócrifos, adquieren unos tintes novelescos, en busca de la verosimilitud y de la conmoción espiritual; y, además, por su transmisión generalmente oral, viven en variantes. Mi tarea ha sido sólo ir anotando a través del tiempo y las lecturas: primero fue una nota, luego un artículo, después un curso y ahora estos materiales agrupados temática e históricamente. A veces, la humanidad desborda la narración y el Hijo admira en la Madre las cualidades sublimes, sí, pero también las de la persona humana que reacciona como él. Pocas veces la humanidad de Cristo desmiente la divinidad; antes al contrario, es más divino cuando chico, rompe con ímpetu su divinidad y vulnera todos los límites humanos en beneficio de sus hermanos. Tengo que pedir perdón por muchas cosas, pero, especialmente, por una: haber utilizado diversas ediciones de un mismo autor. No olvidemos que los textos se han recogido en tiempos diversos; a veces, las 1 M. MENÉNDEZ PELAYO, Orígenes de la novela, I (Aldus, Santander 1943)

6 XII PRÓLOGO lecturas fueron rápidas; a veces, los textos fueron incompletos; a veces, no se podían manejar ciertos textos por las distancias a las buenas bibliotecas. Esta ha sido la causa. Pude haberlos reducido a una sola edición, pero ya no la tenía o no me ha sido accesible. Por otro lado, nunca pretendí hacer un libro como el que ahora tienes en la mano. En principio era una diversión que se me antojaba graciosa. Seguir las huellas de los Aprócrifos en la literatura. Mi primera sorpresa fue la venerable antigüedad, después la modernidad en quien no parecía posible y, sin embargo, el espíritu poético era tan intenso que traspasaba obras y conciencias. No soy, ni podría ser, exhaustivo; sé que no he manejado muchos más textos, pero creo que tampoco era preciso serlo, bastaba con detectar la presencia en géneros y obras, en viajes, en biografías, en teatro y novelas y observar ese hilo conductor que no es literatura, pero que produjo con mucha frecuencia obras maestras. Bastaría recordar a Verdaguer o sor Isabel de Villena. Mi propósito es traer a cuenta de los lectores la tradición: la misma Iglesia la utiliza como fuente, ya lo hemos visto. Esa cultura de boca en oreja es con frecuencia, por poética, el mejor motivo religioso. Es el mismo sentido que observamos en los Pasos de Semana Santa: no son verdad, pero como si lo fuesen; se aman y sufren del mismo modo. Hay quien nace ya «nazareno» sin predestinación por familia, como quien nace «yacente». La cofradía de sus amores lleva a la adoración y sufrimiento en silencio. Para terminar quisiera hacer patente cómo las mujeres acogieron estas piadosas leyendas: desde sor Isabel de Villena (siglo XV) o la venerable María de Ágreda (siglo XVII) a Carmen Conde (siglo XX), ellas han retomado y recreado estas poéticas leyendas con verdadera unción que es muy de agradecer, como la de poetas del siglo XX que se han vuelto niños en su poesía: Luis Rosales, Federico Muelas... Al fin y al cabo, repitieron los modos del Siglo de Oro. Son muy escasos los estudios publicados: J. FRADEJAS LEBRERO, «Una nota al Libro de Alexandre»: Revista de Literatura (1957) «El evangelio árabe de la infancia y Lo llibre dels tres Reys d Orient»: Tamuda (Tetuán) 5 (1957) «Un episodio de los Evangelios apócrifos en la poesía y el teatro del siglo XX», en Estudios de literatura española de los siglos XIX y XX. Homenaje a J. M. Díez-Taboada (Anejos de la «Revista de Literatura», 47; CSIC, Madrid 1998) [Un episodio de la huida a Egipto].

7 PRÓLOGO XIII H. W. GONZÁLEZ, «El romancero sacro y la literatura apócrifa», en P. M. PIÑERO (ed.), El romancero. Tradición y pervivencia a fines del siglo XX. Actas del IV Coloquio Internacional del Romancero. Puerto de Santa María, de junio de 1987 (Fundación Machado-Universidad de Cádiz, Sevilla 1989) J. L. MINGOTE CALDERÓN, «Iconografía y tradición oral. El milagro del campo de trigo en la huida a Egipto»: Revista de Dialectología y Tradiciones Populares 41 (1986) M. DE RIQUER, La leyenda del Graal y temas épicos medievales (Prensa Española, Madrid 1968). J. RODRÍGUEZ-PUÉRTOLAS, «Leyendas cristianas primitivas en las obras de fray Íñigo de Mendoza»: Hispanic Review 28 (1970) De la Edad Media a la edad conflictiva (Gredos, Madrid 1972) Textos: E. GONZÁLEZ-BLANCO, Los Evangelios apócrifos, 3 vols. (Bergua, Madrid, 1934). Sagrada Biblia. Trad. Nácar-Colunga (BAC, Madrid 1966). A. DE SANTOS OTERO, Los Evangelios apócrifos (BAC, Madrid ).

8 1 PADRES DE MARÍA Los nombres de los padres de la Virgen solamente nos constan por los Evangelios apócrifos: Protoevangelio de Santiago (I y II), Evangelio del Pseudo Mateo (I) y Libro de la natividad de María (I-IV). Como en tantas otras ocasiones, la invención está basada en recuerdos del Antiguo Testamento. Sansón (Jue 13,2-25) nació de padres ancianos y fue dedicado a Dios desde su concepción; Samuel (1 Sam 1,1-22) nació de la anciana Ana, sin duda antecedente inmediato de Santa Ana, aunque quizá tenga relación con las etimologías Hannah (Gracia) y Jehoiakin (Yahvé te exalta). En el siglo XIV decía el príncipe don Juan Manuel, nieto de San Fernando: San Iherónimo dize que el libro que fabla de la vida et de la passión et de la assunpçión de Sancta María que es apócrifo et non auténtico, digo yo que en quanto dizen que el libro es apócrifo que dice verdat 1. Ya se hace eco, pues, de esta noticia que comenta Alonso de Villegas: [Dícese que] San Jerónimo tradujo del hebreo en latín un tratado que se intitula del Nacimiento de la Virgen, y aunque pone en él algunos escrúpulos y dificultades, mas está tan recibido, y con su traducción tan aprobado, que podemos fiarnos dél 2. Como puede verse, hay un vaivén de rechazo y aceptación que, vox populi, vox Dei, da lugar a que aparezca entre las Obras de San Jerónimo 3. El culto de Santa Ana fue tan popular en la Edad Media que P. V. Charland ha podido dedicar tres ingentes volúmenes a su estudio en: Madame Sainte Anne et son culte au Moyen Âge 4. 1 JUAN MANUEL, «Tratado de la Asunción de la Virgen», en Obras completas, I (Gredos, Madrid 1981) A. DE VILLEGAS, Flos sanctorum. Segunda parte y historia general en que se escriue la vida de la Virgen... (Por Juan Rodríguez, Toledo 1584) c.ii: «De la vida de la Virgen». 3 PL 30, (Picard, París ).

9 4 LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS EN LA LITERATURA ESPAÑOLA Desde muy temprano siglo X existen biografías de Santa Ana como la de Roswitha de Gandersheim; en España, recuerdo las siguientes: Siglo XIII. Alfonso X, Cantiga 411: «Del nacimiento de Santa María»; «Vida de San Joaquín y Santa Ana», en Grande e general estoria, parte III Álvaro de Luna, Libro de las claras e virtuosas mugeres (Madrid) Joan Roig de Corella, Historia de Sancta Anna mare de Nostra Senyora (Valencia) Juan de Robles, La vida y excelencias e miraglos de Santa Anna y de la gloriosa nuestra señora Santa María fasta la edad de quatorze años: muy deuota y conteplatiua (Sevilla) Diego de Morejón, La visitación de Nuestra Señora a Santa Ysabel. La vida de Sancta Ana... nuevamente trobada (Valencia), pliego suelto La vida y generación, excelencias y miraglos de la gloriosa Santa Anna (Salamanca) Valentina Pinelo, Libro de las alabanças y excelencias de la gloriosa Santa Anna (Sevilla) La vida y muerte de la gloriosa Santa Ana (Zaragoza), pliego suelto. De San Joaquín, por el contrario, sólo conozco una biografía: Juan Bautista León, A la mayor gloria de Dios el nuevo cielo del empýreo, S. Joaquín abuelo de Jesucristo, y prodigioso en sus virtudes (Jayme Mesnier, Orihuela 1701), dos partes en dos volúmenes 5. Se hace eco de la leyenda San Vicente Ferrer en un sermón navideño: Havets hun exemple. Hun dia ells, partint de Natzaret, vinguerense n al Temple a Jerusalem ab sa bella offerta. E offeriren los cavallers primer, e los ciutadans aprés; vench Johachim a offerir, e quan fon davant lo prevere, lo prevere li dix: E qui sou vós? Dix aquest: Pare, yo só vostre servidor; ab gran reverència deu hom parlar ab ells. 5 Debo esta noticia a la amabilidad de mi buen amigo y antiguo compañero el Dr. Cristóbal Cuevas García.

10 1. PADRES DE MARÍA 5 E ab malicia dix: Exiu-me de l Església. Dix aquest: Oo pare, e per què? Dix aquell: En ira de Déu devets estar, que no haveu fruyt de vostre cors. E aquest dix: Oo pare, e no-m confonau! Lexau-me estar ací. Dix aquest: No-y podeu estar; e aquest dix: Oo, pare, Déus vos ó perdó. E a què-m gitau del Temple?; e ana-sse n ab gran humilitat. E vós, què hagéreu feyt? Haguéreu dit: Pel fetge d axí yo vos tallaré la corona, etc. No-u devets fer axí. E Johachim, què féu? Ana-sse n al dessert pensant en si: Si yo me n vayg a casa, vendran los qui-u han hoït, e parlant ab ells, poria venir en ira. E anà-sse n als pastors, e aquí fahie penitència, que no menjave sinó de la vianda dels pastors, e jahie en terra e fahie oració, plorant sos peccats. E axí matex santa Ana ere en lo temple, e quan véu la confusió de son marit, anà-sse n a casa pensant que axí ó farien de ella, e por confortar son marit. No-u fan axí algunes rabioses, que crexen al mal. E com ella entrà, dix: E hon és lo senyor? Digueren les serventes: Al temple. Aqueste féu oració dient axí: Senyor, prech-vos que-l guardets de ira, que o vulle venjança, etc. Ella dejunave de una part e fahie oració axí com son marit. E véus quiny exemple nos donà. Veus que Joachin, stant plorant e

11 6 LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS EN LA LITERATURA ESPAÑOLA anant fent penitència, hun dia vench-li hun àngel del cel molt resplandent, e Joachim spaordi s. Açò hajats per regla certa: que tots temps que se ve l àngel bo, done terror, mas aprés done consolació. E dix Joachim: Oo, e quinyes noves me portau? E dix: Bones. Sàpies que Déus ha vista la tua penitència, e per ço yo te denunciu bon novell: que ta muller haurà una filla que valrà més que quantes filles ha e-l món, e serà molt santa, e naxerà Déu de aquella, etc. E axí vés-te n a casa, que susara vayg a santa Ana. Et dixit ei similiter, ut supra. E axí hix a la Porta Daurada, que aquí l encontraràs. E axí com l àngel li havie dit, encontraren-se e anaren-se a casa, e fo concebuda la verge María 6. Vamos a ilustrar su presencia solamente en unos cuantos ejemplos. José de Valdivielso, en su Vida, excelencia y muerte del gloriosísimo patriarca San José, la recuerda así: Quiere ilustrar la Virgen que desea de un cuerpo hermoso y un alma gallarda; el vientre de la estéril Ana escoge, de donde marca quien la desenoje 7. Sor María de Jesús de Ágreda los recuerda también: Tenían los padres de edad, cuando se casaron, Santa Ana veinticuatro años y Joaquín cuarenta y seis... y tiene unas grandes dotes de adivinación, como demuestra esta afirmación: El día en que sucedió la primera concepción del cuerpo de María Santísima, fue domingo correspondiente al de la creación de los ángeles, cuya Reina y Señora había de ser superior a todos 8. 6 VICENTE FERRER,SAN, Opera Omnia: tomus tertius (Por Jaime de Bordazar y Artazo, Valencia 1695) 253: «Sermo Nativitate virginis Marie». 7 J. DE VALDIVIELSO, «Vida, excelencias y muerte del gloriosísimo patriarca San Josef», en BAE 39: C. ROSELL (rec.), Poemas épicos (Imp. de Sucesores de Hernando, Madrid 1912) 143b (canto II). 8 M.ª DE JESÚS DE ÁGREDA, Mística ciudad de Dios, II (Imprenta de Pablo Riera, Barcelona 1860) lib.i c.xv, p.26 y 30.

12 1. PADRES DE MARÍA 7 Calderón, en su auto La hidalga del Valle, hace un resumen de la historia de San Joaquín y Santa Ana: Del Tribu de Leví, de la gran casa de David, y los reyes de Judea (en vivo fuego el pecho se me abrasa en nombrarlos, no sé qué causa sea), con poca hacienda y con familia escasa, en Nazareth, ciudad de Galilea, Ely Joaquín nació, siendo su padre Mataht y su parienta Esthá su madre. De esta misma familia soberana, en la ciudad a quien Belén llamaron, de Estolano nació y Mereciana una infanta a quien Ana apellidaron. Ya jóvenes los dos, Joaquín y Ana, como a deudos, sus deudos concertaron casarlos, que en fin hoy es ley forzosa que de su misma tribu sea la esposa. Casados, pues, en matrimonio santo, castamente los dos siempre vivieron, con tanta paz, con tanto amor, con tanto placer, que envidia religiosa fueron; si bien, como a la risa sigue el llanto, a sus gustos las lágrimas siguieron, que estéril Ana, consumió sin hijos la luenga edad de términos prolijos. Al templo iban los dos, no sin vergüenza de la gente, que estériles les veía, y en él (aquí tu confusión comienza) a su Dios le rogaban ( pena mía!) que liberal sus sentimientos venza; y cada uno, llorando, le ofrecía el fruto consagrarle por tributo si ya de bendición les diese el fruto. Con estas esperanzas, engañados sus deseos, los dos juntos vivieron, hasta que de su afecto arrebatados

13 8 LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS EN LA LITERATURA ESPAÑOLA a la consagración del templo fueron allá a Jerusalén, donde, notados de la esterilidad, echar se vieron del sacerdote, a cuyo celo santo su humildad respondió con sólo el llanto. Desconsolados, pues, determinaron apartarse los dos, y con extraña ternura para sí, los dos tomaron ella una gruta, y él una montaña. En su ruego, aun allí perseveraron, y viendo el cielo que su lecho baña continuo el llanto, envuelto en sus gemidos los escuchó, que el cielo es todo oídos. Un ángel, con inmensas alegrías, a los dos anunció, de luz vestido (bien como fue anunciado Jeremías y bien como Sansón fue bendecido), que Ana concebiría ( oh ansias mías!), en tan mayor edad ( pierdo el sentido!), una niña esta noche, hermosa y bella, poniendo el cielo su atención en ella 9. Una vez que hemos aceptado la nominación de los padres, vayamos a su difusión y hemos de proclamar que así como Atenea nació revestida de todas sus armas, así los padres de María entraron en la Península Ibérica de la forma más perfecta que se pueda imaginar. Por mano de todo un Rey Alfonso X el Sabio en dúplice versión en dos de las más clásicas lenguas: gallego y castellano, y en los medios de expresión: verso y prosa. Y aun siendo mucho, no es todo, pues una de las formas reviste función litúrgica y la otra histórica. Cabe mayor sentido de adhesión cristiana en la Corona de Castilla? Sus descendientes nos lo mostrarán, pero por ahora baste recordar: a) Don Juan Manuel ( ), nieto de San Fernando y sobrino de Alfonso X, escribió un Tratado de la Asunción, que a su debido tiempo estudiaremos. b) Fue en el reino de Murcia, conquistado por Alfonso X y gobernado durante mucho tiempo por «el rey» don Juan Manuel, donde apa- 9 P. CALDERÓN DE LA BARCA, «La hidalga del Valle», en Obras completas. III: Autos sacramentales (Aguilar, Madrid 1952) 120.

14 1. PADRES DE MARÍA 9 reció la imagen de María Santísima que dio lugar al Misteri d Elx (que tendremos que analizar y que tuvo gran importancia popular en la proclamación del dogma de la Asunción y Tránsito de María en 1950). Pero comencemos por la forma más antigua: la poesía. Alfonso es autor del cancionero mariano más perfecto e importante de toda la Europa medieval 10. En él se unen poesía, música y miniatura. Su extensión es grandiosa: 427 poemas. Su forma, inteligente: cantigas líricas y narrativas; las líricas ocupan los números terminados en cero ( ), el resto son narrativas. Unas y otras son poesía cantada, por eso llevan la correspondiente notación musical, delicia de los oídos melómanos; pero, además, cada cantiga suele llevar seis viñetas a toda plana, ilustrando la narración. En poesía, música y pintura hay un sincretismo hispano-musulmán, como si Alfonso X tendiera al ecumenismo católico: influencia de la música árabe y utilización de juglares árabes y judíos; en las miniaturas, ora aparece la influencia jerosimilitana (Biblia de Jerusalem), ora la francesa de San Denis. Y qué decir del aspecto popular? La métrica es, en general, el zéjel hispano-andalusí creado por Moqqaden ben Muafa, cordobés, en el siglo XII. Al final de la cuarta centuria de Cantigas, dedica cinco cantigas a las Fiestas de la Virgen, «la primeyra (n.411), da nascença de Santa María, que cae en el mes de setembro», es la que nos importa ahora: son treinta estrofas de cinco versos distribuidos, monótonamente, así: A Estribillo (Agsan) A B Estrofa B Mudanza (Markaz) B A Vuelta que pide se repita el estribillo y por eso rima con él (Simt) Pero qué contiene? Inicia con la profecía de Isaías: «Brotará un retoño del tronco de Jesé» (11,1). A los padres de la Virgen, aunque eran muy limosneros, Dios no les había dado hijos. Por eso y porque los sacerdotes lo excluyeron de los sacrificios por estéril, Joaquín vivía 10 Escribió también el más importante tratado de derecho: Las siete partidas; la primera historia en España: Primera crónica general de España; la mejor y más importante recopilación de libros de astronomía: Libros del saber de astronomía.

15 10 LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS EN LA LITERATURA ESPAÑOLA avergonzado y melancólico junto a sus pastores. Ana lloraba y rezaba, inconsolable, hasta que un ángel la confortó. El mismo ángel visitó a Joaquín y le ordenó ir a su casa y, aunque justifica su ausencia (de agosto a diciembre), le dice que viene de parte de Dios, que tendrá herederos y que recuperará lo que perdió Eva. Joaquín obedece aconsejado por sus pastores y gañanes. El ángel advirtió a Ana que Joaquín entraría por la Puerta Dorada y allí acudió ella corriendo con su familia como a nueva boda y acogió alegre y jubilosa a su marido. Aquella noche la Virgen fue concebida sin pecado para cerrar la puerta del Infierno que abrió Eva. Alfonso X no se conformó con cantar. También contó o narró la historia de los padres de María. Escribió la primera Historia universal del mundo en lengua romance como coronación de su tarea historiográfica. Nada hay semejante en Europa. Para ello, tomó como punto de partida la historia de la salvación, es decir, tomó la idea del desarrollo del universo de la narración bíblica. Pero no por eso olvidó la historia religiosa pagana, la mitología que incluyó en los lugares convenientes ni la ciencia y el desarrollo histórico de los pueblos paganos. Tuvo tal idea «global», o sea, universal, él, que fuera elegido emperador, porque comprendió que la historia es «una» universal y, por tanto, los pueblos debían incardinar su propia historia en una tarea común. Así, inició el relato con la creación y siguió el ritmo de las edades del mundo, y, en consecuencia, la «sexta edad» debía iniciarse con la venida del Salvador, para lo cual debía comenzar por sus abuelos: Joaquín y Ana. Pero, en este momento crucial, se da cuenta que Roma ha llevado a cabo esa misma labor universal que él propugna; entonces estructurará su Historia según el desarrollo del Imperio romano y, por tanto, seguirá la secuencia de los emperadores para poder incrustar los motivos de pasión y agradecimiento que tenga el cristianismo con respecto a ellos. Se impone, de este modo, una tarea específica: escribir la historia de la Iglesia desde su nacimiento hasta su época, y tendrá que investigar la gloria y el martirio de los cristianos. Para esto lo mismo que para sus otras grandes construcciones científicas buscará un colaborador excepcional, el canónigo sevillano Bernardo de Brihuega. Brihuega recorrió iglesias, catedrales, conventos y monasterios, recopiló e hizo un primer borrador en latín que don Alfonso criticó duramente, le parecía escaso de noticias y extensión. Otra vez Brihuega inicia su periplo de convento en monasterio, de catedral en iglesia o ermita. Investiga, desempolva pergaminos y escribe una obra monu-

16 1. PADRES DE MARÍA 11 mental en latín: dos códices se conservan en la Biblioteca de la Universidad de Salamanca y otro en la de El Escorial. Es un monumento de la hagiografía hispana. Don Alfonso no se conformaba con el texto latino era huerto cerrado para muchos ; además, él tenía sus delicias en Castilla y su lengua; para que llegara a todos era preciso que estuviera en la lengua común, «en roman paladino que lo pueda saber toda la gente... en el qual suele el pueblo fablar a su vecino» (Berceo). Una única muestra nos queda de esta versión castellana en letra del siglo XIII en el Archivo Catedral de Toledo y en letra del siglo XVIII en la Biblioteca Nacional de Madrid. Pero existió realmente y queda demostrado por el uso que hizo la Corte portuguesa a mediados del siglo XV ( ) en un Flos sanctorum y en unas Vidas e paisões dos apóstolos, en los que se deja entrever el texto castellano ordenado por Alfonso X para ser incorporado a su Grande e general estoria, que la muerte interrumpió. Qué contiene esa vida de Santa Ana y San Joaquín? Pues es bien sencillo: ni más menos lo que cuenta la cantiga 411, pero en forma ampliada, como es lógico, y, por tanto, más dilatada, pues se inicia con el conocimiento y casamiento de Joaquín y Ana. Suele representarse a Santa Ana unas veces como mujer embarazada; otras, sentada, teniendo en su regazo a la Virgen quien, a su vez, tiene en brazos o sobre sus rodillas al Niño Jesús. Frente a la fama de Santa Ana, San Joaquín ya lo hemos visto en relación con sus biografías es casi un desconocido. Parece existir una especie de culto materlineal, a pesar de que las genealogías de Cristo son todas paterlineales. La devoción a San José que encabezó Santa Teresa de Jesús y, modernamente, Su Santidad Juan Pablo II tiene, en relación con la Virgen María, escasísima difusión, eso sí, muchísima más que San Joaquín. He aquí, sin embargo, algunas de las no muy frecuentes menciones: Ya se acercaba Joaquín a aquella Puerta Dorada, donde tuvo a su querida tan dulcemente abrazada, y para mayor consuelo, un ángel les acompaña, para que divino efecto divinamente se haga;

17 12 LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS EN LA LITERATURA ESPAÑOLA cobró allí lo que no pudo en toda la edad pasada, y la vieja planta estéril nuevos pimpollos echaba, de cuya flor sale el fruto que la tierra deseaba, para sanar la dolencia que nos causó la manzana 11. Y assí su Concepción fue milagrosa pues a esterilidad tan confirmada, que por serlo del Templo fue excluýda fertelizó con esta luz de vida. Pues viéndose Iachin auergonçado por Isacor se fue luego al momento, a ver a sus pastores y ganado donde el aliuio halló de su tormento. Oyda la promessa milagrosa se boluió a la ciudad, a cuya puerta, vino a encontrar con su querida esposa no menos qu él, de la promessa cierta. Pues concibió y parió a la gloriosa por quien el mundo vio la muerte muerta y el hombre buelto al cielo y admitido de donde por su culpa fue excluido 12. También Jerónimo Belmonte publicó La aurora de Cristo, en la que cuenta la peripecia de San Joaquín y Santa Ana en la concepción de María libros III y IV, en octavas reales 13. Juan del Encina identifica espacialmente la Puerta Dorada: Aquesto es frontero del Aurea Puerta, y aquí passó Christo por donde passamos, y allí entró por ella el día de Ramos, y es ora murada, que nunca está abierta. 11 F. LÓPEZ DE ÚBEDA, en BAE 35: J. DE SANCHA (ed.), Romancero y cancionero sagrados, colección de poesías cristianas, morales y divinas (M. Rivadeneyra impresor, Madrid 1872) n.331 p A. DE LA SIERRA, El solitario poeta (Angelo Tauanno, Zaragoza 1605) f (canto III). 13 J. BELMONTE BERMÚDEZ, La aurora de Cristo (Por Francisco de Lyra, Sevilla 1616) f.32v-35v.

18 1. PADRES DE MARÍA 13 Pero, si no sabemos realmente cómo se llamaban, nuestros viajeros del siglo XVI lograron ver hasta sus sepulcros: Qualquiera que quiere al sepulchro entrar de Nuestra Señora, do fue la Assumpción, baxando una escala, de escalón a escalón, quarenta escalones y aun ocho [h]a de andar, do están los sepulchros, antes de baxar, de Joaquín uno y otro de Sancta Ana, y aquél de la Virgen, Reyna soberana, está en lo más baxo, y encima un altar. porque es de saber: Y assí el Monumento de Nuestra Señora y el de Sancta Ana y el de Joachim, no están en principio, ni menos en fin, que en medio del Valle de Josaphath mora 14. Literariamente hay que destacar una comedia, o cuasi comedia, de Lope de Vega, titulada La madre de la mejor ( ) y, también, El nacimiento de Cristo, de la cual dice Menéndez Pelayo: Aunque apenas puede ser calificada de comedia, por la sencillez de su acción reducida al nacimiento de la Santísima Virgen, el autor le dio toda la belleza de una égloga sacra, derramando a manos llenas tesoros de poesía descriptiva y efusión de puros y castísimos afectos. La regalada armonía de las palabras arrulla blandamente el oído, mientras se insinúan en el alma conceptos de alegre e infantil devoción, semejante a la que reina en los autos del Nacimiento. A ellos se parece esta comedia, hasta en los estribillos y bailes de pastores, judíos y negros 15. Todo cuanto se relaciona con los Evangelios apócrifos se halla en el Acto I de La madre de la mejor; el resto: oraciones, profecías, visitas a Ana encinta, prodigios el día del parto, relaciones familiares con San José joven, su admiración por su primita María y los piropos que le dirige, la construcción de la camita que llevará al Templo y la adoración de un rey judío y otro negro, la profanación por Herodes de las 14 J. DEL ENZINA, «Viaje a Jerusalem», en Obras completas, II (Espasa-Calpe, Madrid 1978) v , y M. MENÉNDEZ PELAYO, Estudios sobre el teatro de Lope de Vega, I (Imp. Aldus, Santander 1949) 119.

19 14 LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS EN LA LITERATURA ESPAÑOLA tumbas de David y Salomón, son de propia cosecha de Lope, que utiliza deliciosas canciones en seguidillas o con estribillo (Runfalalán y Ala dana, dina) 16. Pocos lunares hay, si exceptuamos la versificación de la genealogía de Jesucristo según San Mateo (1,1-16), es decir, empezando desde Adán; y no según San Lucas (3,23-38), ascendiendo de San José a Adán. Los tres momentos fundamentales son: 1.º San Joaquín expulsado del Templo. 2.º Anuncio del Ángel a San Joaquín. 3.º Encuentro en la Puerta Dorada. He aquí cómo los presenta Lope de Vega 17 : 1.º San Joaquín expulsado del Templo. San Joaquín ha subido a Jerusalén a celebrar las Encenias 18 y presentar su ofrenda. Reza pidiendo un hijo y se lo promete al Señor: Prometo en tus santas manos, si es bien que yo lo prometa, como otras veces lo hice en edad justa y tierna, de darte cualquier cosa que tú me des que te ofrezca de Ana, mi esposa querida, pues sólo quiero que sea para tu servicio y templo cuando tanto bien merezca. Veinte años hace, Señor, que estoy casado con ella; que obedeciendo tu ley me casé con mi parienta; ella viene de Belén, yo vengo de Galilea; ella es hija de los nobles Estolano y Emerencia, yo de Mathan y de Estha, que en Sephor tuvo la hacienda; no habemos tenido hijos; 16 L. DE VEGA, La madre de la mejor, en BAE 157: M. MENÉNDEZ PELAYO (ed.), Obras de Lope de Vega. VIII: Autos y coloquios, III (Atlas, Madrid 1963), actos II y III. 17 Ibíd., acto I. 18 Encenias: Fiesta judía de la dedicación del templo (Jn 10,22; 1 Mac 4,56).

20 1. PADRES DE MARÍA 15 has dado a su hermana Ismeria a Isabel, que Zacarías tiene por amada prenda, y a mi Ana no le has dado hijo ni hija. He aquí un esquema de la genealogía más próxima de María: María Padres Joaquín Ana Abuelos Mathat Esthá Estolano Merenciana A pesar de esta oración, Isacar, sacerdote, le expulsa del Templo por estéril: Llegamos, entró en el templo, y el sacerdote Isacar, que de piedad suele dar y modestia santo ejemplo por estéril le arrojó con palabras descompuestas a quien lágrimas honestas, no palabras respondió. Dejó su esposa, y aquí viene a buscar soledad. 2.º El arcángel San Gabriel anuncia a San Joaquín el nacimiento de María: Así, sabrás que de ti concebirá tu mujer una que Madre ha de ser de Dios, que lo quiere así.