Escrito por MG Lunes, 14 de Mayo de :22 - Actualizado Lunes, 14 de Mayo de :35

Transcripción

1 DESINTOXICACIÓN Y NUTRICIÓN Hoy nadie duda del cambio climático y el calentamiento global, de la misma manera tampoco debemos dudar más de que estamos viviendo una toxicidad mundial. La ciencia y la tecnología avanzan aceleradamente: hemos descifrado el código genético, inventado la nanotecnología y tantas maravillas más. Tenemos una aparente seguridad en nuestros sistemas de salud, y muchos pensamos que el día de mañana la medicina descubrirá una cura para todas las enfermedades. Pero lamentablemente no es así. Si miramos a nuestro alrededor vemos familiares, amigos, compañeros y vecinos que están medicados. Tenemos un alto porcentaje de población medicada casi constantemente. Y esto nos hace indefectiblemente pensar que nuestros sistemas de salud no están funcionando bien. Pero esto también es válido para los países llamados desarrollados. Hoy a comienzos del siglo XXI hay más enfermedades que hace 100 años al comienzo del siglo XX. Cómo esto es posible con los avances tremendos de la tecnología? La obesidad, la diabetes tipo 2, la presión arterial alta y muchas otras enfermedades crónicas se observaban fundamentalmente en la población que empezaba a envejecer, ahora, en los países desarrollados 1 de cada 3 niños sufren obesidad y otros trastornos. Cómo esto es posible? Es posible porque vivimos en un mundo tóxico. Existe una toxicidad global que ha abarcado no sólo el medio ambiente que respiramos sino además los suelos donde cultivamos y el agua que bebemos. La medicina alopática piensa cuando se habla de toxicidad en casos de envenenamiento agudo, por ejemplo alguien que ingiere productos químicos peligrosos o alguien que toma demasiada cantidad de un medicamente, o por alcoholismo o por drogadicción. Pero diariamente estamos ingiriendo productos tóxicos que van paulatinamente causando enfermedades, síntomas difusos, envejecimiento prematuro. Una toxina es algo que interfiere la fisiología normal y tiene un impacto negativo sobre las funciones del cuerpo. Hay de muy diferente tipo, con características totalmente distintas y 1 / 27

2 provienen de una enorme cantidad de fuentes. Algunas se conocen como endotoxinas, son productos de desecho de la actividad normal de las células. El ácido úrico, el amoniaco, el ácido láctico y la homocisteína entran en esta categoría. Cuando se acumulan, pueden causar enfermedades, a veces muy específicas como la gota que se produce por la acumulación de ácido úrico. Las exotoxinas son toxinas fabricadas por el hombre a las que estamos expuestos. Miles de productos químicos se inventan cada año, y se trata de productos que, solos o en combinación, pueden causar la interrupción de las funciones celulares normales. Cada uno de nosotros lleva en su cuerpo cientos de productos químicos sintéticos sin saberlo. Muchos textiles son tratados con una resina formaldehido para hacerlos resistentes al agua, las arrugas y el encogimiento, especialmente sábanas y ropa de cama fabricadas con mezcla de algodón y poliéster. Estos contaminantes no existían antes del siglo XX. A esto debemos agregarle además pesticidas, fertilizantes, detergentes, cosméticos, artículos de tocador, perfumes, ácidos grasos insaturados y una larguísima lista de productos que encontramos en el supermercado y rara vez nos detenemos a leer cuidadosamente en la etiqueta sus componentes, los cuales claro está, desconocemos en absoluto. Por ejemplo, muchos desodorantes contienen aluminio para evitar la sudoración, lo que supone una doble agresión: introducir un químico más en el sistema circulatorio y cerrar los poros, originalmente diseñados para eliminar las toxinas. Una gruesa contradicción, verdad? La pasta de dientes, los enjuagues bucales, los sprays para el aliento y otros productos dentales también introducen sustancias químicas dañinas en el cuerpo. Lo mismo ocurre con los colorantes para el pelo y otros tratamientos similares. Los zapatos de plástico son otro contaminante. Si con el calentamiento solar se filtra el plástico de las botellas hacia el agua, qué le estarán haciendo los zapatos de plástico a tus sudorosos pies? Sólo hay que mirar una botella de detergente reforzado con blanqueador, u oler el traje dentro de la bolsa de plástico de la lavandería, para darse una idea de esta fuente invisible de exposición tóxica. Se sabe que la exposición al químico percloretileno, utilizado en el lavado en seco, causa daños en el hígado, los riñones y también a nivel neurológico. El aire interior de nuestra casa está más contaminado que el del exterior, debido en gran medida a las emisiones provenientes de muebles, pinturas, espumas, aisladores, barnices, 2 / 27

3 revestimientos para suelos, además del polvo, la caspa de los animales, y a veces, el humo de los cigarrillos. El olor de una cortina de ducha es igual al olor de un automóvil nuevo, esto es debido a una sustancia química obtenida por gasificación del plástico PVC, comúnmente conocido como vinilo. Se trata de uno de los productos de consumo más peligrosos que se han creado, puedes cambiarlas por otras de algodón, si es orgánico mejor. Hay muchos más productos tóxicos a tu alrededor que están involucrados con enfermedades como el cáncer, los trastornos en el sistema inmunológico, los daños en el hígado y muchos otros problemas de salud muy comunes. Para darse cuenta de todo esto sólo hay que utilizar el sentido común: cualquier cosa con un olor que produzca dolor de cabeza, está causando una alteración en las células y debería evitarse. Hoy se publicitan productos que dicen poder matar el 99.9% de los gérmenes, o que son antibacterianos, esto significa que también matan a las bacterias buenas, que los intestinos se esfuerzan por cultivar con el fin de protegerte, mientras tanto el cuerpo pierde su capacidad de resistencia a las malas bacterias porque nunca entra en contacto con ellas. A todo lo expuesto debemos sumarle por último la contaminación por radiación producida por cables, teléfonos celulares, auriculares, computadoras y demás aparatos eléctricos que nos rodean diariamente. Hay estudios que sostienen que una persona de 80 años ha digerido 25 toneladas de alimento durante su vida, y muchos alimentos son una fuente de tóxicos, por lo tanto, podemos pensar que muy probablemente a los 80 años hemos ingerido una suficiente cantidad de elementos tóxicos como para no tener esperanza de tener una buena calidad de vida. CÓMO AFECTAN LAS TOXINAS LA SALUD En los supermercados compramos los alimentos que están saturados de productos químicos que, solos o en combinación, pueden causar enfermedades. El 90% de los productos vienen en 3 / 27

4 alguna clase de contenedor. Para que duren más tiempo sin estropearse fuera del refrigerador estos productos contienen químicos conocidos como conservadores que matan las bacterias encargadas de descomponer los alimentos. La mayoría de ellos tienen además adictivos para hacer más atractivo el color, olor, sabor o textura. El restante 10% artículos agrícolas, lácteos, carnes y pescados, también son sometidos a una infinidad de procesos artificiales. La toxicidad global expresa en la dieta su aspecto más oscuro. La producción intensiva y masiva de los alimentos tiene grandes riesgos, y para combatirlos, se tiende a irradiar más y más los alimentos, elimina por lo tanto el valor nutritivo de las espinacas empaquetadas, que se convierten casi en un poco más que un manojo de hojas mustias. Por lo tanto no es de sorprender cuando pensamos que algunas de las toxinas más comunes están en sus platos diarios de alimentos. El trigo, los productos lácteos, los huevos, el maíz y la soya desencadenan alergias en un gran número de personas. En parte, esto se debe a la forma en que estos alimentos se producen actualmente, con productos químicos, antibióticos y muchos pesticidas. Hay que tener en cuenta además que grandes cantidades de estas toxinas no formaban parte de nuestro diseño original, nuestro intestino no ha evolucionado para procesarlas de forma masiva. El agua es otra fuente de toxicidad. El agua de la canilla está tratada con cloro para matar instantáneamente los organismos microscópicos, lo que significa que los organismos grandes, como los humanos, sufrirán el daño sólo un poco más tarde. En muchos casos se le agrega flúor, supuestamente para fortalecer los dientes, pero se trata de una conocida toxina vinculada a problemas con la tiroides, los riñones, el sistema nervioso central, el esqueleto y algunos cánceres, además de su demostrada incidencia en el coeficiente intelectual. Las toxinas interfieren en la fisiología normal de la vida de muchas maneras. Algunas bloquean una enzima necesaria para una función importante del cuerpo, como el arsénico, un veneno mortal que causa la asfixia al bloquear el paso del oxígeno, imprescindible para el metabolismo de la glucosa.. Otras estimulan una determinada función de una manera tan persistente que llega a provocar daños. La cafeína, por ejemplo, cuando se consume muchas veces al día, estimula las glándulas suprarrenales, y produce un reflejo, donde el cuerpo se prepara para una acción intensa, aumentando la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el estado de alerta y la temperatura. Por eso, el abuso prolongado de cafeína deja exhausto el sistema suprarrenal y provoca agotamiento, sin que nadie parezca relacionar ambas cosas. Otras toxinas matan a las bacterias buenas del tracto intestinal, bloquean el paso del oxígeno a los glóbulos rojos de la sangre, interfieren en la síntesis del ADN al cambiar los genes de encendido y apagado o bloquean la absorción de vitaminas. 4 / 27

5 Las moléculas con carga eléctrica producen irritación y facilitan la nociva oxidación, se trata de los tan conocidos oxidantes. El proceso es similar al que experimentan los metales cuando se oxidan. NUESTRO CLIMA INTERIOR Hace muchos años, empezamos a darnos cuenta de que los desastres ambientales iban en aumento: tormentas, huracanas, inundaciones, incendios, derretimiento de las capas de hielo. Al principio parecían accidentes aislados, sin relación alguna entre sí. Poco a poco, se ataron los cabos. Todos estos desastres estaban relacionados y tenían algo en común: el calentamiento global. Una crisis similar se está gestando dentro de nuestros cuerpos. La carga masiva de toxinas a la que estamos expuestos cambia nuestro clima interior del mismo modo que los gases de efecto invernadero cambia la atmósfera de la Tierra. El fenómeno moderno de la deficiencia nutricional resulta devastador para nuestra salud. Dentro del organismo, todo sucede a través de reacciones químicas. La digestión, la curación y la comunicación entre las células se realizan a través de pequeñas reacciones químicas que necesitan el suministro de determinados ingredientes de origen natural. Estamos diseñados para obtener la mayoría de estos micronutrientes a partir de los alimentos. Si llegan a faltar, las reacciones químicas no se realizan, se producen desequilibrios, aparece el malestar y, con el tiempo, se desarrollan las enfermedades. Muchos ya saben que necesitan completar su dieta con ácidos grasos omega 3 (aceites de pescado), pero hay más deficiencias identificadas. La desnutrición crónica contribuye, paradójicamente, a otra de las crisis de nuestro tiempo: la obesidad. Cuando el cuerpo se está muriendo de hambre por un oligoelemento que necesita, interfiere con las señales normales que indican cuándo se debe parar de comer. Y lo hace para que consumamos más alimentos con la esperanza de conseguir los nutrientes que faltan. El exceso de comida tiene que ir a alguna parte, y normalmente se almacena como grasa. Si la dieta es deficiente en zinc, por ejemplo, lo cual es muy común hoy en día, el cuerpo no da una señal de satisfecho hasta que no encuentre lo que necesita. 5 / 27

6 INCENDIOS DESCONTROLADOS La inflamación es una palabra de moda en los libros de dietas, pero la mayoría de las personas sólo llega a entenderla en parte. Se suele pensar en ella como un área localizada, hinchada, enrojecida, dolorida y más caliente que las zonas a su alrededor. Pero, en realidad, la inflamación es un mecanismo de supervivencia de gran complejidad. Se produce cuando se activa un conjunto de productos químicos en la sangre, por la presencia de algún cuerpo extraño o porque algún elemento está dañado. Estos productos químicos atraen células de defensa que protegen a los tejidos de los agresores, desde una espina hasta un microbio. El sistema de reparación también se activa y requiere la presencia de diferentes células que arreglen el daño. Normalmente, la inflamación se autoregula, lo que significa que tan pronto como se activa, comienza a producir reacciones para impedir que se siga produciendo. Sin embargo, si el cuerpo está constantemente expuesto a sustancias irritantes, la respuesta inflamatoria está siempre activada, y no sólo en pequeñas áreas muy localizadas sino de manera sistemática en todo el cuerpo, incluida la sangre. Esto es lo que ocurre cuando la exposición a las toxinas es elevada: los seres humanos modernos sufren de inflamación crónica. La inflamación (del latín: inflatio que significa prender fuego) es para el medio ambiente del cuerpo lo que los incendios descontrolados son para el planeta. El cuerpo está diseñado para trabajar en armonía con la naturaleza, y esto implica que la inflamación se mantenga controlada. Absorbe de forma natural ciertos nutrientes de los alimentos para que la inflamación cambie del modo encendido a apagado y viceversa. TÉMPANOS EN DESHIELO Cuando los órganos de desintoxicación y eliminación están sobrecargados y poco respaldados por los nutrientes esenciales, no pueden cumplir con su trabajo, lo que afectará el resto del cuerpo. Dependiendo de las células u órganos afectados, se manifestarán diferentes funciones: artritis, cáncer, dolencias del corazón, y así sucesivamente. La osteoporosis por ejemplo. Cuando la acidez se hace crónica por una mala dieta, los huesos son reclutados para ayudar. El control de acidez es más urgente para el cuerpo que la formación ósea, porque una elevada acidez es más letal que la osteoporosis. Así, los huesos liberan algunas de sus sales naturalmente alcalinas, como el calcio y el fósforo, para amortiguar la acidez de la sangre. 6 / 27

7 Muchas veces las personas piensan ante la osteoporosis en grandes dosis de calcio para estimular el fortalecimiento de los huesos, pero no tiene mucho sentido, si al mismo tiempo, no se reduce la acidez de la sangre, pues si ésta carece de la adecuada alcanilidad, ese calcio no se asimilará al hueso y podría terminar alojándose en las arterias coronarias o en las articulaciones. Por otra parte, el calcio no se deposita en los huesos sin los niveles adecuados de vitamina D. Por esta razón, ahora muchos consideran que el consumo de leche es la peor manera de combatir la osteoporosis. La leche genera acidez, que a la larga provoca pérdida ósea, y no formación ósea, como la industria lechera pretenden hacernos creer. LOS INTESTINOS La salud y la enfermedad empiezan en los intestinos. La salud intestinal juega un papel muy importante a la hora de determinar si nos alimentamos bien. Toxicidad, depresión, síndrome del intestino irritable, falta de nutrientes, mucosidad, acidez, producción de serotonina. Cada órgano o función en el cuerpo tiene un enlace directo con los intestinos. La toxicidad suele afectar al intestino antes que a cualquier otro órgano. Un intestino sano contiene cerca de 2 kg de bacterias útiles. Estos huéspedes se encuentran dentro de los pliegues de la mucosa. Ayudan en la digestión permitiendo la absorción de los nutrientes que de otro modo no serían capaces de atravesar la pared intestinal para entrar en el sistema circulatorio. La reducción de la flora intestinal sana conduce a un agotamiento de los nutrientes y, en consecuencia, a un mal funcionamiento del sistema. También nos protege de las infecciones, e impiden que otros organismos como la flora patógena (bacterias que causan enfermedades), los virus y los parásitos, logren asentarse. La flora intestinal funciona como un primer filtro de las toxinas, que neutraliza cerca de una cuarta parte antes de que entren al torrente sanguíneo. Su presencia también acelera el tránsito de los desechos perjudiciales por el colon para que no permanezcan allí demasiado tiempo, impidiendo así que sean reabsorbidos por el torrente sanguíneo. 7 / 27

8 Resulta inevitable que siempre haya unas cuantas bacterias patógenas en esta mezcla, pero la vida moderna ha alterado este equilibrio. Con el tiempo, los productos químicos tóxicos, los medicamentos, los antibióticos acaban con la flora buena. El alcohol y el estrés también contribuyen. Las levaduras son organismos que crecen en exceso en la primera oportunidad. Progresan con fuerza entre los alimentos dulces (azúcar refinada) y los productos lácteos que consumimos, y al expulsar sus residuos, emiten una nube tóxica que nos hace sentir hinchados, con gases e irritados. DESINTOXICACIÓN Las células respiran, trabajan y generan residuos en cada momento del día. Forman parte de la fórmula básica de la vida, a cada instante realizan un número inimaginable de funciones. Las células producen hormonas, cartílagos, pelo, enzimas, proteínas, serotonina y muchas cosas más. El azúcar de los alimentos y el oxígeno del aire entran en combustión para general la energía que utiliza cada célula, en este proceso se generan residuos que deben ser expulsados. Los residuos se liberan por el sistema circulatorio y luego capturados por otras células cuya función es neutralizarlos y hacerlos solubles en agua. El proceso de neutralización consigue que estas moléculas residuales ya no sean tóxicas y se puedan filtrar hacia afuera de forma segura a través de la piel (sudor), los pulmones (dióxido de carbono, los riñones (orina), el hígado (que las mezcla con la bilis y las libera en el intestino) y los intestinos (materia fecal). Deshacerse de los residuos es tan importante para la vida como producir energía. De otra forma los productos de deshechos se acumularían y se harían tan peligrosos que terminarían con la vida. Por lo tanto, la desintoxicación es una actividad permanente y el cuerpo está diseñado para llevarla a cabo. Cada célula consume combustible para producir energía. El gasto de energía se llama metabolismo. Por lo tanto el metabolismo es el costo energético del mantenimiento de la vida. Dentro de todos los gastos de energía, el más grande es la digestión de alimentos. Aunque todos suponemos que la obtención de energía se da a través de la comida, lo cierto es que actualmente nuestro estilo de vida ha convertido el procesamiento de alimentos en el mayor drenaje energético. Estamos constantemente comiendo y picando. Cualquier cosa que entra en el organismo tiene que ser procesada, y eso es algo que no podemos detener. El problema radica en que la mayor parte de lo que ingerimos hoy en día tiene un valor nutritivo mínimo, por 8 / 27

9 lo que toda la energía que invertimos en masticar, tragar, diferir y absorber genera un mínimo retorno frente a la inversión. Producimos menos de lo que gastamos. La producción de enzimas consume en mayor o menor grado importantes cantidades de energía. Al realizar un programa de desintoxicación y por lo tanto consumir muchos alimentos crudos, aumentará la ingestión de enzimas, lo que permitirá conservar esa energía y apoyar la digestión. Los músculos necesitan energía para contraerse y empujar la comida hacia el estómago, que debe secretar jugos digestivos y empujar la mezcla hasta los intestinos. Mientras tanto, el páncreas y la vesícula producen sus sustancias distintivas: la insulina y el glucagón en el caso del páncreas y la bilis en el caso de la vesícula. Cuando los alimentos han sido descompuesto en porciones lo suficientemente pequeñas, las moléculas deben ser absorbidas a través de la pared intestinal hacia el torrente sanguíneo donde son transportadas hacia los diferentes sitios del cuerpo donde podrán ser asimiladas por las células. Esto explica porqué el simple acto de comer tiene un alto costo energético, y porqué luego de una comida abundante tenemos ganas de dormir. Los alimentos cocinados retrasan la desintoxicación, ya que al calentarlos se destruyen las enzimas que contienen, éstas son de vital importancia para la digestión. Su fabricación consume tanta energía que la naturaleza las proporciona hechas. Los vegetales crudos, las frutas, los frutos secos y las semillas contienen las enzimas necesarias para su propia digestión. Cuando esos alimentos se cocinas, se pierde ese importante recurso y tenemos que fabricar a partir de cero nuestra propias enzimas, aumentando el costo energético de la alimentación y retrasando de este modo la posibilidad de tener más energía para la desintoxicación. Todo esto sin mencionar que hay otros factores que influyen en nuestro costo energético como cuando ingerimos alimentos que provocan una respuesta alérgica. Cuando las células inmunes que viven cerca de la pared intestinal se irritan, comienzan a fabricar sustancias para mediar en la alergia (histaminas e inmunoglobulinas) que a su vez activan una serie de respuestas del sistema inflamatorio. Por lo tanto los alimentos que causan alergias terminan activando tres sistemas en todo el cuerpo: el digestivo, el inmunológico y el alérgico, todos ellos grandes consumidores de energía. Si inicia así un efecto que cada reacción desencadena la siguiente, reclutando a otras células y causando efectos específicos como estornudos, comezón, vómitos, vasodilatación y más. 9 / 27

10 El caos y la confusión causados por los alimentos irritantes terminan por agotar al cuerpo. Los alimentos ricos en enzimas aceleran el proceso que le suministra al organismo muchas de las enzimas necesarias. Esta comprensión es la base para una correcta eliminación. Evitar los alimentos difíciles de digerir y que causan alergias permitirá que el cuerpo comience a desintoxicarse de forma efectiva. AYUDAS EXTERNAS PARA LA DESINTOXICACIÓN Para efectivizar más la desintoxicación, podemos ayudarla con nutrientes y alimentos como algún tipo de algas (Spirulina y otras), y con Pectina Cítrica. La pectina de la fruta cítrica es un polisacárido complejo obtenido de la cáscara y la pulpa de las frutas cítricas. Con una capacidad extraordinaria como anti metatástico, como reductor del colesterol, como activador del sistema inmunológico, para eliminar los metales tóxicos del cuerpo y como desintoxicante. Los componentes de la Pectina Cítrica activan el sistema inmunológico. Mantener este sistema apropiadamente equilibrado es importante, especialmente en enfermedades crónicas y como prevención frente a infecciones bacterianas o virales. PLAN 7, 14, 21 Un plan de desintoxicación puede llevarse a cabo en 7 días, 14 ó 21 días. Luego ir paulatinamente cambiando hábitos alimenticios y una vez al año volver al plan de desintoxicación. Al provocar una liberación continua de toxicidad, respaldada por un suministro constante de nutrientes, se logra en tiempo relativamente corto excelentes resultados. 10 / 27

11 NUTRICIÓN Paralelamente con la desintoxicación es necesario comenzar un plan de nutrición. La nutrición ortomolecular es respetar la individualidad bioquímica. Cada persona nace con una bioquímica determinada, la cual puede predisponerle al desarrollo de ciertas enfermedades o síntomas. Es por esto que no todo el mundo se beneficia de la dieta típica recomendada basadas en ensaladas, frutas y agua natural sin gas. Por ejemplo una persona con candidiasis crónica se puede sentir peor al comer fruta. La que sufre de bajones de azúcar se puede sentir peor al comer fruta, como las ensaladas. Un intestino irritable puede empeorar al consumir granos. No obstante se puede hablar de alimentos base para ayudar a mantener sano el organismo, los cuales sirven de cimiento para construir un programa de nutrición ortomolecular a medida. Alimentos óptimos: Agua: Un promedio de 2 litros de agua mineral sin gas al día. Frutas: Comer 3 frutas por día. La fruta aporta principalmente: vitaminas y minerales antioxidantes, fibra, agua y enzimas. Su contenido en fibras atrapa las toxinas, y el agua las arrastra hacia fuera del organismo. Las enzimas, además de ayudar a digerir la propia fruta, deshacen toxinas intestinales y activan reacciones químicas en el organismo. Los nutrientes que nos aportan nos protegen de desequilibrios cardiovasculares, cáncer y otros problemas del sistema inmunitario, además de ayudarnos a producir energía durante el día y a prevenir el envejecimiento prematuro. Vegetales: Comer 5 vegetales al día, siempre de los de temporada. Al igual que las frutas, los vegetales nos aportan la fibra, agua y nutrientes que nuestro organismo necesita para mantenerse sano. Los vegetales crudos estimulan el funcionamiento de las células y aumentan 11 / 27

12 el poder energético del organismo. Otro beneficio de los vegetales es su alto contenido de clorofila, esta sustancia tiene, prácticamente, la misma composición molecular que la sangre humana, con la diferencia de que la clorofila se compone de moléculas de magnesio (las cuales le dan su característico color verde), mientras que la sangre contiene moléculas de hierro (las cuales le proporciona su color rojo). Por esto los vegetales son muy importantes para regenerar la sangre y aportar vitalidad. Quinoa, trigo sarraceno, mijo, arroz, amaranto y maíz: Estos alimentos no contienen gluten. El gluten que contiene el trigo que consumimos habitualmente puede interferir con la absorción intestinal y producir inflamación. Los granos con un alto porcentaje en gluten son el trigo (altamente irritante), cebada, centeno y avena. De ser posible eliminar estos granos de la dieta, o por lo menos no tener el hábito de consumirlos muy a menudo. La quinoa tiene un alto contenido proteínico, fibra, vitaminas B y E, ácidos grasos esenciales y minerales como hierro, fósforo, calcio y magnesio. Tonifica los riñones y las funciones del corazón. El trigo sarraceno no contiene gluten. Es rico en proteína, vitamina B, minerales: potasio, magnesio y hierro, y en el bioflavonoide rutina. Ayuda a fortalecer los capilares y vasos sanguíneo, previniendo problemas cardiovasculares, várices, hipertensión y celulitis entre otros. Ayuda a alcalinizar el organismo. Limpia y fortifica el intestino, proporciona niveles óptimos de energía y vitalidad. El mijo es muy alto en proteína, es uno de los cereales más ricos en los aminoácidos que el cuerpo necesita para cumplir sus funciones de reparación, producción de hormonas y activación de enzimas. Tiene un alto nivel de hierro, silicio y calcio. Ayuda a combatir la artritis, gota y dolores en general. Es diurético y un reforzador de los riñones. El arroz es excelente para el sistema nervioso por su alto contenido en las vitaminas B. Es diurético y beneficia los riñones y vejiga. El amaranto es una semilla con alto valor nutritivo. Sus propiedades son muchas, entre ellas su valor proteico. Es rico en aminoácido lisina. Junto con el arroz aporta un valor nutritivo cercano a un filete de carne. Es rico en calcio, magnesio y silicio. Estos dos últimos minerales son 12 / 27

13 fundamentales para que el calcio sea debidamente absorbido por los huesos. Es alto en fibra, vitamina C, hierro y en el grupo de las vitaminas B. El maíz ayuda a regular la digestión, tonifica los riñones y es diurético. Mantiene las encías y los dientes sanos. Es un alimento muy bajo en vitamina B3 (niacina), por lo que es recomendable mezclarlo con alimentos ricos en esta vitamina por ejemplo: pollo, pescado, huevos, otros cereales, granos germinados, legumbres, etc. Granos con gluten que pueden consumirse cada tanto son avena y centeno. La avena es rica en proteína, vitaminas B y E, calcio, potasio, fósforo, sílice y magnesio, además de aceites poliinsaturados. Es un excelente alimento para calmar el sistema nervioso, restablecer el sistema reproductivo y eliminar el colesterol del aparato digestivo y arterias. Por su alto contenido en sílice, es beneficiosa para ayudar a renovar los huesos y los tejidos conectivos. El centeno tiene una composición similar al trigo pero es más bajo en gluten, y por lo tanto menos irritante. Es además rico en vitaminas B1, B2, B3, biotina, ácido fólico y colina, y en los minerales cromo, magnesio, cinc, selenio y hierro. Es importante siempre que sea posible consumir granos orgánicos o ecológicos, especialmente si no son refinados. Es precisamente en la cáscara donde se acumulan la mayoría de pesticidas con los que estos alimentos son tratados. Proteínas: Son esenciales para nuestra salud. De ellas depende en gran medida la reparación del organismo, producción de hormonas y enzimas, calidad de la piel, cabello, uñas, cartílago, huesos. Las proteínas están hechas de 22 aminoácidos, de los cuales 8 no pueden ser manufacturados por el organismo, de ahí que se llamen aminoácidos esenciales, y que deban conseguirse a través de la alimentación o como aportes externos en gotas. Las proteínas completas (aquellas que reúnen estos 8 aminoácidos) son la carne, pescado, huevos, algas y productos lácteos, aunque la leche y sus derivados son totalmente desaconsejados para nuestra salud. Y las proteínas incompletas son los granos, legumbres, frutos secos y semillas. Es decir, estas últimas requieren ser mezcladas entre ellas para obtener los 8 aminoácidos esenciales. Ejemplos de buenas combinaciones son: granos con legumbres. Granos o legumbres con algas. Granos con frutos secos. 13 / 27

14 Las mejores proteínas son: Algas, frutos secos, semillas de sésamo, lino, calabaza y girasol, legumbres, huevos, pescado y carne. La carne roja es rica en vitamina A, E, B6, B12, magnesio, cinc, fósforo, potasio, hierro, taurina, selenio, coenzima Q 10, carnitina y ácido alfa lipoico, nutrientes fundamentales para nuestra salud. Por supuesto el consumo de carne debe ir acompañado de suficiente cantidad de agua y de una variedad y cantidad de vegetales. Grasas Poliinsaturadas y monosaturadas: A pesar de tener mala reputación entre los partidarios de las dietas de adelgazamiento, si se saben usar bien, nos pueden ayudar a regular el metabolismo y a perder peso, entre otras muchas funciones. Las mejores grasas y las más indicadas para nuestra salud son los aceites de oliva (para cocinar y en crudo) y los de semillas (consumidas únicamente en crudo). En un programa de nutrición ortomolecular se crea el tipo de alimentación más indicado para cada persona, siempre usando como base estos alimentos mencionados. CUATRO SUSTANCIAS NOCIVAS PARA LA SALUD Azúcares: Son los responsables de la mayoría de los actuales problemas de salud. Nos referimos al azúcar blanco y moreno, miel (por algunos fermentos intestinales, se sugiere consumir con mucha moderación) fructosa, glucosa, maltosa, dextrosa y sustancias como la sacarina, aspartamo, etc. Todas estas sustancias se encuentran en muchos productos refinas e integrales de pastelería, galletas, algunos cereales y panes, refrescos, salsas y embutidos, entre otros. Estas sustancias edulcorantes son demasiado concentradas para nuestro delicado sistema hormonal. El sabor dulce concentrado en nuestra alimentación, sea cual sea el origen puede fácilmente desequilibrar nuestro organismo, aumentando la acidez sanguínea, estimulando excesivamente el páncreas, favoreciendo la diabetes y los problemas cardiovasculares y produciendo obesidad, entre otros. Los azúcares no sólo no aportan energía, sino que nos la roban. Un exceso de glucosa momentáneo nos produce hiperactividad y una sensación falsa de energía que no sólo dura un rato, acabando con un brusco bajón. Por otra parte, el organismo para metabolizar el azúcar necesita una gran cantidad de nutrientes como el grupo de vitaminas B, cinc, cromo y magnesio entre otros. Sin embargo, no aporta a cambio ninguno de ellos, con lo cual el organismo desgasta nutrientes en grandes cantidades pero no los repone. De esta forma es fácil crear deficiencias nutricionales, dando lugar a desequilibrios y síntomas. 14 / 27

15 Aspectos negativos del azúcar respaldados por estudios científicos de la Dra. Nancy Appleton: El azúcar puede: Deprimir el sistema inmunitario, desequilibrar el balance mineral del organismo, aumentar los triglicéridos, causar daño en los riñones, aumentar los niveles de colesterol LDL y reducir los del HDL, interfiere con la absorción del calcio y magnesio, causa cáncer (las células cancerosas se alimentan de la glucosa de la sangre), aumenta los niveles de glucosa en ayunas, debilita la vista y puede causar cataratas, causo hipoglucemia, causa acidez estomacal, causar artritis, asma, candidiasis, favorece la formación de piedras de vesícula, causar apendicitis, várices, contribuye al desarrollo de la osteoporosis, la diabetes, enfermedades cardiovasculares, puede aumentar la retención de los líquidos del organismo, producir estreñimiento, dolores de cabeza incluyendo migrañas, depresión, favorecer desequilibrios hormonales. Clasificar el azúcar como un alimento por el hecho de que es un carbohidrato, es una equivocación muy grande. Pero la industria trata de hacernos creer que es un alimento, sin duda poderosas razones económico están en juego. Aceites hidrogenados, aceites fritos y aceites procesados (denominados trans ): Estos se encuentran en la margarina, comida prefabricada y productos de panadería. Por otro lado cualquier aceite de semilla (girasol o maíz) que, aunque sea de excelente calidad, haya sido frito, automáticamente pasa a formar parte de estas sustancias no deseadas para la salud. Estos aceites son más baratos y más neutros en sabor que el aceite de oliva. El cuerpo necesita ciertos aceites para sobrevivir y cumplir una serie de funciones vitales para el organismo. Estos aceites contienen unos componentes de vital importancia para nuestra salud: los ácidos grasos esenciales. Se les llama esenciales porque el cuerpo no los puede fabricar, sino que los adquiere a través de ciertos alimentos. Estos ácidos grasos se dividen en dos familias: los Omega 3 y los Omega 6. Los Omega 3 se encuentran principalmente en el pescado y las semillas de lino, mientras que los Omega 6 se encuentran en los frutos secos, semillas de girasol, sésamo, calabaza y en ciertos vegetales. Estos ácidos grasos reducen el peligro de cáncer, enfermedades cardiovasculares, artritis, problemas de piel y hormonales, depresión y alergias entre otros. Las personas que no comen estos alimentos regularmente, corren un alto riesgo de sufrir sus deficiencias, ya que el organismo no puede producir estos ácidos. Cuando estos aceites se los somete a altas temperaturas, por ejemplo al freírlos, su estructura 15 / 27

16 molecular cambio y pasan a convertirse en radicales libres o toxinas. Igual ocurre cuando se les añade hidrógeno para hacerlos sólidos (grasas hidrogenadas), como en el caso de la margarina. También hay que tener cuidado con los frutos secos o semillas tostadas, ya que al tostarlos evidentemente se les somete a altas temperaturas. En este estado molecular, el cuerpo no los reconoce como nutrientes y, por consiguiente, no puede hacer uso de ellos. Es recomendable usar aceite de oliva para cocinar y en crudo, y aceites de semillas prensados en frío, exclusivamente, para su consumo en crudo. Es por lo tanto conveniente antes de comprar un aceite leer la etiqueta, la misma debe decir por ejemplo: primera prensada en frío, en caso contrario estamos comprando un alimento no deseado y tóxico. Productos lácteos: Son alimentos que generalmente producen intolerancia. Cuando aparecen los primeros dientes, disminuye la enzima que digiere la leche, puesto que el bebé ya está preparado para empezar a comer alimentos más sólidos. Entre estos alimentos aparece la leche de vaca, y con ésta comienzan muchos de los problemas de salud que arrastramos durante toda la vida. Las proteínas de esta leche de vaca son difíciles de digerir, esto pone en alerta al sistema inmunitario, lo cual puede producir entre otras cosas inflamación crónica, alergias, y con el tiempo debilitar dicho sistema. Además la leche de vaca favorece la mucosidad, taponando el sistema linfático que es el que nos ayuda a desintoxicarnos, bloqueando la absorción intestinal de nutrientes, impidiendo la digestión de alimentos, y congestionando el sistema respiratorio, lo cual contribuye al desarrollo de infecciones crónicas. La intolerancia a la leche de vaca puede acompañar a la persona toda la vida, aunque sus manifestaciones varían. Por ejemplo, en un principio el bebé puede presentar cólicos, problemas de oído y catarros continuos. De niño, los síntomas suelen manifestarse como terrores nocturnos, asma o hiperactividad. En la adolescencia puede aparecer acné, depresión y dolores de cabeza. En la juventud, problemas intestinales y menstruales. En la madurez y vejez, artritis y osteoporosis. Trigo: El trigo roba importantes minerales al organismo, como el magnesio y cinc entre otros. Desafortunadamente nuestros hábitos alimenticios tienen el trigo como base en casi todo lo que comemos. 16 / 27

17 Este cereal es una gran irritante del sistema digestivo, ya que es muy alto en gliadina, una proteína que forma parte del gluten. Su consumo de vez en cuando no presenta problemas, sin embargo en grandes cantidades o continuamente puede erosionar la vellosidad intestinal. Esto es fundamental porque precisamente a través de estos vellos intestinales que digerimos y absorbemos los alimentos. Cuando esta parte de la digestión se ve afectada, todo el organismo sufre sus repercusiones. Por ejemplo, estas vellosidades contienen unas enzimas digestivas llamadas disacaridasa, que ayudan en la digestión de cereales y granos. Si estas vellosidades están irritadas, inflamadas o erosionadas, las disacaridasa también se verán afectadas, con lo cual la digestión de estos alimentos no se llevará a cabo correctamente. El resultado será la producción de fermentación y la formación de sustancias irritantes para la pared intestinal. Ante esta irritación el intestino produce mucosidad, con el fin de lubricar sus paredes. La excesiva mucosidad impide el contacto de los alimentos con la pared intestinal y, por consiguiente, con las enzimas que ayudan en la digestión y absorción. El resultado es la desnutrición celular, además de síntomas como dolor intestinal, diarrea y/o estreñimiento, hinchazón abdominal, fatiga y un larguísimo etcétera. El trigo se puede sustituir por otros cereales y granos más suaves como los vistos anteriormente. SUPLEMENTOS NUTRICIONALES La medicina ortomolecular busca su objetivo de una salud óptima a través de una óptima alimentación, así como también a través de aportar los nutrientes externos indispensables basados principalmente en oligoelementos, aminoácidos, vitaminas y ácidos grasos esenciales. Este punto es muy polémico, ya que hay gente que opina que con una dieta equilibrada no hace falta tomar suplementos nutricionales. Para comenzar, no existe la dieta equilibrada, puesto que no tenemos control sobre las cantidades de nutrientes que contienen los alimentos que ingerimos. Hoy en día, estamos sobrealimentados pero desnutridos, y aunque tengamos mucho cuidado con lo que comemos y cómo lo comemos, la mayoría de los alimentos que ingerimos no nos aportan los nutrientes que requerimos para estar bioquímicamente equilibrados. Esto es debido, por ejemplo, a una desmineralización de los terrenos y/o al tiempo que le toma al producto, una vez recolectado, llegar al supermercado. Por otro lado necesitamos tomar suplementos nutricionales para protegernos de los antinutrientes a los que estamos expuestos, y que no podemos evitar completamente, como 17 / 27

18 son la contaminación, pesticidas, conservantes y otras sustancias que nos quitan o roban nutrientes del cuerpo. Y no olvidemos las necesidades bioquímicas de cada individuo, porque no todo el mundo desgasta el cuerpo de la misma manera, ni tiene las mismas necesidades de nutrientes, de ahí la importancia del HAIR TEST como la herramienta idónea para determinar qué nutrientes (oligoelementos) tenemos en carencia, en exceso, así como el balance de los mismos. Otro de los aspectos polémicos es el de las dosis de los nutrientes que debemos tomar. La nutrición ortomolecular suele recomendar cantidades mucho más altas que las recomendadas habitualmente, basadas en la cantidad diaria recomendada. A principio de los años cuarenta, debido a la II Guerra Mundial y a la escasez de alimentos, se hizo un estudio de cuáles eran las necesidades nutricionales básicas del individuo para no desarrollar enfermedades como el escorbuto (deficiencia de vitamina C), pelagra (deficiencia de vitamina B3), y beriberi (deficiencia de vitamina B1). Estas dosis pasaron a llamarse: Cantidad Diaria Recomendada. Hoy en día, en los países de Occidente, estas cantidades nos sirven de poco. Es difícil en la época en la que vivimos, con tanta abundancia de alimentos, no cubrir las necesidades básicas nutricionales para prevenir ciertas enfermedades. Sin embargo, hay que recordar que el objetivo de la nutrición ortomolecular se basa no solamente en prevenirlas, sino en obtener una salud óptima. Para esto sí es necesario proporcionarle al cuerpo unas dosis altas de nutrientes que potencien la salud de cada individuo. ESTRESORES NUTRICIONALES Como hoy está tan desarrollado el estrés desde los niños hasta los adultos mayores, presentamos una lista de los estresores nutricionales. Café: Contiene teofilina y cafeína, las cuales son todas sustancias estimulantes. El café descafeinado ha sido tratado para eliminarle la cafeína, pero sigue teniendo teobromina y teofilina. Esto hace que sea considerado un estresor. Además, el café es un diurético y le roba al organismo importantes minerales para combatir el estrés, como son el magnesio y cinc. 18 / 27

19 Té: Contiene cafeína y tanina, además de robarle al organismo minerales como el cinc y hierro, principalmente. Alcohol: Inhibe la movilización de reservas de glucosa (glucógeno) del hígado, contribuyendo así a bajones de azúcar. Esto conlleva la estimulación de las glándulas suprarrenales para producir adrenalina, y aumentar los niveles de glucosa en sangre. Además, el alcohol interfiere con la absorción del cinc (nutriente importante para el control del estrés) y fomenta la absorción del plomo en el organismo. Chocolate: Contiene cacao como ingrediente activo. El cacao proporciona cantidades significativas de estimulante teobromina, cuya acción es similar a la cafeína. Este tipo de sustancias estimula las glándulas suprarrenales. Azúcar: Es un estimulante y estresor. Por un lado, aumenta desproporcionadamente los niveles de glucosa de la sangre, causando, más tarde, el efecto rebote o bajón de azúcar. Para contrarrestar este efecto y volver a subir los niveles, las glándulas suprarrenales producen adrenalina. Por otro lado, acidifica la sangre, con lo cual el organismo para alcalinizarla extrae minerales de los huecos, favoreciendo la osteoporosis. Bebidas cola: Tienen cafeína, azúcar y aditivos, sustancias que como ya hemos visto, son altamente estimulantes y antinutrientes. Nutrientes para combatir el estrés: Vitaminas A, C, B2, B3, B5, B6, Oligoelementos: Cinc, Magnesio y Cromo, Ácidos grasos esenciales, según resultado del HAIR TEST que no estén en exceso. LA IMPORTANCIA DE LA DESINTOXICACIÓN 19 / 27

20 Cuando preguntamos sobre los hábitos alimenticios es común escuchar que las personas por lo general responden: me alimento bien, tengo una alimentación balanceada, consumo muchas frutas y verduras, como sano, etc. Sin embargo, no es correcto pensar que esto sea cierto. Cientos de investigaciones muestran que poco a poco la salud de los seres humanos ha ido empeorando y diversos especialistas, nos han demostrado que es debido en gran parte a la mala alimentación. El Dr. Werner Kollath uno de los pioneros en salud alimenticia de Alemania dijo que el ser humano ha sido expuesto, de manera involuntaria, a un experimento de escala planetaria durante los últimos 100 años. Esto debido a que se ha obligado a las personas a consumir alimentos refinados, ya que la posibilidad de comprar comida natural es cada vez menor. Hoy consumimos una dieta cargada de alimentos muy diferentes a los creados originalmente, los cuales están llenos de aditivos químicos y residuos tóxicos, junto a una casi nula cantidad de nutrientes vivos y de calidad. El progreso nos ha traído muchos beneficios, pero al mismo tiempo este progreso tecnológico nos ha traído la más grande epidemia de enfermedades de la historia del hombre. No somos víctimas de enfermedades que nos maten rápidamente como en la antigüedad, hoy las enfermedades nos mantienen lo suficientemente sanos para seguir siendo absorbidos por el sistema económico y son las mismas personas poderosas que nos hacen trabajar para ellos y tomar sus fármacos. Estamos enfermos, no lo suficiente como para estar en la cama de un hospital, pero sí lo suficiente para depender de drogas por el resto de nuestras vidas. Como por ejemplo el diabético que sin fármacos corre riesgo, pero no por tomárselos va a dejar de ser diabético. Incluso actualmente se ha demostrado que la terapia hipoglicemiante en los diabéticos podría acelerar la muerte del paciente. Las enfermedades crónico degenerativas siguen avanzando a pesar de contar con más especialistas en medicina, más laboratorios, más tecnología, más fármacos, más farmacias y más universidades que en toda la historia. Serán tal vez estos avances los que nos están enfermando? Veremos ahora diferentes estudios que nos guiarán a la respuesta para detener este crecimiento de las enfermedades. 20 / 27