Ambientes virtuales y ciberbullying. Estudio cuantitativo en el Nivel Medio Superior de la UAEMEX

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1 Ambientes virtuales y ciberbullying. Estudio cuantitativo en el Nivel Medio Superior de la UAEMEX Eje temático: Estrategias metodologías y modelos de intervención para una cultura de paz. Resumen La presente investigación presenta los resultados de un estudio de corte cuantitativo descriptivo sobre el acoso escolar cibernético entre los estudiantes del nivel medio superior de la Universidad Autónoma del Estado de México considerando los tres roles que se identifican en este fenómeno: el victimario, la víctima y los testigos, a través de un instrumento diseñado exprofeso con una muestra de 637 alumnos distribuidos en los nueve planteles de la institución. Los resultados arrojaron un índice general de 23.9% porcentaje mucho mayor al encontrado en estudios realizados con anterioridad en la misma población sobre bullying, por lo que se presume la migración del problema hacia nuevos escenarios y formas de agresión lo que necesariamente modificará los programas de intervención y prevención para el acoso escolar en el caso del Estado de México en donde la principal preocupación ha sido el acoso escolar tradicional dejando de lado otros tipos de violencia, como es el ciberbullying. Palabras clave: Ciberbullying, ambientes virtuales, violencia en internet Introducción En el contexto actual de la sociedad del conocimiento, una preocupación importante es alcanzar una equidad en el acceso a las Tecnologías de la Información y la comunicación, cuyo medio más emblemático es el internet. En este sentido, las instituciones educativas se han dado a la tarea de contar con una infraestructura tecnológica dentro del contexto escolar a través de salas de cómputo equipadas o protocolos de red inalámbricos, con la esperanza no sólo de reducir la brecha digital entre los jóvenes, sino mejorar el aprendizaje a través de diferentes estrategias didácticas que se apoyan en las TIC. Sin embargo, la realidad podría ser bien distinta. No se trata tan sólo de una modernización de las aulas y los espacios, sino de entender que la tecnología, por sí sola, no representar un cambio educativo. Y precisamente no conocemos si efectivamente los estudiantes y los profesores están ocupando este tipo de infraestructura con un sentido académico, porque existen muy pocos

2 datos que nos hablen sobre ello y por ende, existe poca claridad con lo que sucede en este tipo de espacios nuevos para la convivencia. Podemos considerar al acoso escolar cibernético como una manifestación más del bullying tradicional que se entiende como una forma de maltrato, normalmente intencionado, perjudicial y persistente de un estudiante o grupo de estudiantes, hacia otro compañero, generalmente más débil, al que convierte en su víctima habitual, sin que medie provocación y, lo que quizá le imprime el carácter más dramático, la incapacidad de la víctima para salir de esa situación, acrecentando la sensación de indefensión y aislamiento.(cerezo, 2009:384) Sin embargo, en el caso del acoso escolar cibernético hay que tomar en cuenta algunas diferencias, como las que mencionan Ortega, Calmaestra, y Mora-Mechán (2008) (p. 184): 1.- Provoca una mayor inseguridad a la víctima, ya que no existen lugares seguros donde pueda estar a salvo, por tanto vive bajo un riesgo constante de agresión. 2.- Debido al medio por el que se realiza, éste puede ser observado por una gran cantidad de espectadores un número indefinido de veces, lo que hace que el daño potencial de la agresión permanezca en el tiempo, ampliando los efectos esperados como consecuencia de la misma. 3.- Existe un gran número de víctimas que nunca conocerán a sus agresores debido al anonimato que caracteriza este tipo de actuaciones. 4.- Mientras que el bullying se realiza fundamentalmente en el centro educativo, el cyberbullying se puede producir fuera de él, lo que implica que sea más difícil de detectar por parte del profesorado. Se observa entonces la necesidad de estudios que traten de manera separada lo que es el acoso escolar tradicional y el acoso que se presenta con apoyo de una tecnología, cuestiones que, en el caso concreto de México, no se han investigado a fondo. Concretamente en el Estado de México, encontramos trabajos encaminados a medir el acceso de los jóvenes al recurso, y en algunos casos, el tiempo y uso que éstos le dan, pero

3 solamente se limitan a aportar estadísticas básicas, además de que no dan cuenta sobre el desenvolvimiento de los alumnos dentro del ciberespacio y las relaciones virtuales que se producen como consecuencia de las posibilidades comunicativas que estos ambientes les proveen. De ahí que el objetivo del presente trabajo sea analizar qué sucede desde los actores que intervienen en el fenómeno del acoso escolar cibernético: víctimas, victimarios y testigos a través de un estudio diagnóstico sobre el comportamiento de los estudiantes en el ambiente virtual con énfasis en la violencia, que nos pudiera aportar una mayor claridad sobre el fenómeno de la convivencia escolar virtual, así como la manera en la que se conducen nuestros estudiantes en el ciberespacio. Metodología La investigación es de corte cuantitativo exploratorio, tomando como universo de estudio a los estudiantes de los nueve planteles del nivel medio superior de la Universidad Autónoma del Estado de México (16127 estudiantes). Para la definición de la muestra, se realizó un muestreo aplicando la fórmula: donde n= tamaño de la muestra; Z= nivel de confianza (2.575=.99 de confianza) ; p= variabilidad positiva (0.5); q= variabilidad negativa (0.5); N= tamaño de la población; y E= error (0.05); obteniendo así un total de 637 sujetos que luego se distribuyó en estratos con la intención de tener una mayor representatividad del plantel, género, turno y semestre. Posteriormente con base en las listas oficiales de alumnos de cada plantel se determinó de manera aleatoria a los alumnos participantes. En cuanto a las técnicas se elaboró un instrumento tipo encuesta que se aplicó en línea tomando en cuenta dos aspectos: brecha digital y violencia recurriendo a la propuesta de Kawalski, Limber y Agatston (2010) para el desarrollo de los ítems que fueron ordenados de menor a mayor gravedad. Para la validación, se utilizó la técnica del jueceo, participando el Dr. Juan Carmaestra Villén y el Dr. Luis Antonio Lucio López y la Dra. Izabella Zych, quienes aportaron una serie de observaciones que se recuperaron para la mejora del instrumento. También se llevó a cabo un pilotaje en 6 planteles externos a la UAEMex, todos ellos en la ciudad de Toluca y pertenecientes al nivel medio con una muestra total de 200 estudiantes,

4 Finalmente, para la confiabilidad del instrumento se la aplico la prueba Alfa de Cronbrach obteniendo un puntaje de lo cual nos indica que efectivamente el instrumento es fiable. De acuerdo a lo anterior, el instrumento quedó estructurado de la siguiente manera: Tabla 1. Estructura general del instrumento SECCIÓN FACTORES NÚMERO DE REACTIVOS Datos generales Sexo, Edad, Plantel, Semestre 4 Brecha digital Dispositivos electrónicos, Conexión a 5 internet, Tiempo de conexión, Lugar de conexión, Redes sociales utilizadas Cyberbullying Insultos electrónicos, Hostigamiento, Denigración, Suplantación, Desvelamiento y sonsacamiento, Exclusión y ostracismo Ciberpresecución, Paliza feliz, Sexting, Otras formas de violencia 93 En síntesis, el estudio pretende dar un panorama general de la violencia en la red entre estudiantes, tomando en cuenta los diferentes roles de participación. Resultados Datos Generales En este apartado se analizaron las características generales de la población. En lo que respecta al sexo, los resultados son equilibrados ya que encontramos un 55.1% de mujeres frente a un 44.9% de hombres. Igualmente, en la edad de los participantes, los datos se concentran en las edades de 16 y 17 años (32.7% y 30.6% respectivamente). Del resto encontramos edades que oscilan entre los 14 hasta los 23 años Se evidencia que el grupo con el que se trabajó es sui generis por lo que representa adecuadamente a la población que se pretende estudiar y en este sentido, aporta una mayor objetividad al estudio. Brecha digital En esta parte se obtuvieron datos sobre el uso, acceso y tiempo que dedican a internet. El 100% de los estudiantes afirmó que se conecta de alguna forma y desde todos los dispositivos y lugares posibles, reafirmando que no existen problemas en cuanto al acceso. En cuanto al tiempo que pasan conectados, un 38.3% (244) nos dicen que le dedican entre 2

5 y 5 horas diarias, mientras que un 37.5% (239) indican que pasan de 1 a dos horas. Del resto, el 12.4% (79) le dedican menos de una hora, 9.6% (61) entre 5 y 12 horas y solamente 14 alumnos (2.2%) dicen estar conectados más de 12 horas. Esto reafirma su democratización y que estos estudiantes pueden ser considerados como nativos digitales. En síntesis, no existen resultados que no hayan sido los esperados en este punto. Sabemos que los estudiantes tienen muy buen acceso al internet, y que lo hacen desde diferentes dispositivos electrónicos y lugares. Esto es una de las condiciones necesarias para que se presente el acoso escolar cibernético, debido a que una de sus características es el uso de la red para perpetuar los ataques. Ciberbullying Ya entrando en la materia, en el caso de las víctimas, éstas son las que sufren las consecuencias de los actos que otros perpetúan de ahí que se hayan considerado como un primer factor. Los resultados en este sentido fueron los siguientes: Tabla 2: Frecuencias del acoso escolar cibernético (víctimas) MANIFESTACIÓN RESPUESTAS Siempre Casi Algunas Casi nunca Nunca siempre veces Insultos electrónicos Hostigamiento Denigración Suplantación Desvelamiento y ostracismo Exclusión Ciberpersecución Paliza feliz Sexting Otras formas de violencia Cabe mencionar que en otras formas de violencia se agruparon los casos que no son parte de las clasificaciones tradicionales como: difusión de imágenes o videos con contenidos de violencia explícita contra animales, bebes o mujeres, virus, o mensajes cadenas con contenidos insultantes. Se consideraron debido a los resultados de un estudio realizado en

6 el año 2013 sobre violencia virtual en jóvenes universitarios, en donde los estudiantes narraron experiencias relacionadas con este tipo de conductas que, en su percepción, son consideradas como muy violentas. (Morales, Serrano, López, Miranda, 2014). De estos resultados, destacamos que existe un gran número de estudiantes que nunca han sido víctimas, siendo el tipo de violencia de mayor frecuencia los insultos electrónicos, seguidos de la exclusión en las redes sociales. La que presenta menor número de víctimas son la paliza feliz y el sexting. Sin embargo, se observa la existencia de casos en todas las formas de violencia, lo que no sucedió en estudios realizados con anterioridad. Esto nos va dando una idea de que el fenómeno parece tener una mayor incidencia que su forma más tradicional. En cuanto al victimario, entendido como aquel o aquellos que han realizado algún acto violencia en contra de sus compañeros de escuela, tenemos los siguientes resultados generales: Tabla 3: Frecuencias del acoso escolar cibernético (victimario) MANIFESTACIÓN RESPUESTAS Siempre Casi Algunas Casi nunca Nunca siempre veces Insultos electrónicos Hostigamiento Denigración Suplantación Desvelamiento y ostracismo Exclusión Paliza feliz Ciberpersecusión Sexting Otras formas de violencia Aunque hay un ligero aumento en el número de estudiantes que indican haber realizado acciones de violencia en la red, en general, se siguen manteniendo los datos con relación a quienes lo sufren.

7 El caso de los testigos es bastante interesante ya que son pocos los estudios que los contemplan. En el caso concreto del acoso escolar cibernético, los testigos tienen un papel clave al reproducir la violencia, ya sea compartiendo el hecho o complementando la agresión con comentarios. De ahí la importancia de su estudio. Los resultados de este factor se pueden observar en la siguiente tabla: Tabla 4: Frecuencias del acoso escolar cibernético (testigos) MANIFESTACIÓN RESPUESTAS Siempre Casi Algunas Casi nunca Nunca siempre veces Insultos electrónicos Hostigamiento Denigración Suplantación Desvelamiento y ostracismo Exclusión Paliza feliz Ciberpersecusión Sexting Otras formas de violencia Se aprecia que en este caso sí existe un mayor número de estudiantes que afirman haber sido observadores de algún tipo de violencia virtual, independientemente de que no fueran víctimas o participantes directos en las agresiones. De acuerdo a ello, solamente 206 estudiantes (32.3%) indicaron nunca haber sido testigos frente al 67.3% (431) que afirma haber presenciado agresiones de todo tipo. Esto es alarmante si consideramos que más de la mitad de los estudiantes están expuestos a la violencia, aunque no sean víctimas (76.1% dice nunca haberlo sufrido) ni victimarios (92.3% indicó nunca haberlo realizado) Por lo tanto, se afirma que los estudiantes del nivel medio superior participan de alguna manera en el ciberbullying 23.9% (152) han sido víctimas de alguna o varias formas de acoso escolar cibernético. Estos datos son un tanto alarmantes si los comparamos con los resultados obtenidos en estudios realizados en el mismo contexto y muestra referentes al bullying, donde se obtuvo un resultado del 3%. Por lo tanto, el problema no parece ser el acoso escolar tradicional, sino que se está migrando a estas nuevas formas de agresión con

8 lo que la idea de intervención y prevención ha de modificarse hacia estas nuevas formas de violencia escolar. En síntesis, los estudiantes del nivel medio superior han sido víctimas del ciberbullying, mayormente en lo que respecta a la suplantación de su identidad, cuestión que consideramos es bastante delicada. También es importante que algunos señalaran que las experiencias fueron recurrentes, lo que implica un comportamiento habitual, aunque no sea como víctima y victimario. Conclusiones Es claro que falta mucho camino que recorrer en el estudio de ciberbullying antes de pensar en un programa preventivo o de intervención. Se ha avanzado bastante durante los últimos tres años, pero no podemos decir que el trabajo de investigación esté concluido. Hemos de comenzar ahora a desarrollar estudios más profundos en donde no solo se presente la incidencia, su relación con el sexo y sus manifestaciones, sino que hemos de tomar en cuenta los factores asociados a su protección y riesgo, estudios que ya se están desarrollando pero aún están inconclusos. Solamente mediante nuevos estudios específicos para el acoso escolar cibernético seremos capaces de prevenirlo. Pero debemos ser rápidos ya que las tecnologías son tan cambiantes que el tipo de acoso que estudiamos en este artículo tal vez ya no sea el que se esté presentando en estos momentos dentro de las instituciones. De acuerdo a los resultados obtenidos en este estudio destacamos lo siguiente: 1.- Es preocupante el alto porcentaje de alumnos que indican haber sido expuestos al ciberbullying todo el tiempo (23.9%) en cualquiera que sea el rol en el que se involucre. Si contrastamos esto con lo obtenido en el estudio realizado en el año 2013 referente al Bullying con la misma muestra de estudiantes, encontramos tan solo un índice de 3% (Miranda, Serrano, Morales, Montes de Oca y Reynoso, 2013:73), entonces queda en evidencia que, en el caso de la UAEMex, el problema no es el acoso escolar tradicional, sino más bien el cibernético. 2.- Este hecho nos demuestra también que la violencia cibernética es parte de la cotidianidad de los estudiantes. Además se observa que no existen diferencias significativas por género, tanto hombres como mujeres suelen sufrir y realizar este tipo de acciones. Esto

9 rompe con los resultados de otros estudios sobre el bullyign tradicional donde los hombres tienen un papel protagónico, sobre todo en el rol de victimarios. Llama la atención que los estudiantes que observan sean los de mayor incidencia, esto sugiere que se encuentran expuestos a la violencia, aunque sea de una forma indirecta, lo que los hace potenciales replicadores de dichos actos. Finalmente se puede afirmar con el presente estudio que el problema del ciberbullying está presente en el nivel medio superior de la UAEMex y supera al fenómeno del bullying tradicional. Es por ello la tarea principal que debemos realizar es la formación de los docentes, autoridades y alumnos, con relación al acoso cibernético que permita intervenir y prevenir este tipo de actos en la red mediante el aprendizaje de las habilidades digitales que les permitan utilizar de manera adecuada el internet. Referencias Cerezo, F. (2009) Bullying: análisis de la situación en las aulas españolas. En: International Journal of Psychology and Psychological Therapy, vol. 9, núm. 3, octubre, 2009, pp , Universidad de Almería. España Kowalski, R.; Limber, S., Agatston, P. (2010). Cyber Bullyng. El acoso escolar en la era digital. Desclée De Brouwer S.A. España. Miranda, D.; Serrano, J., Morales, T., Montes de Oca J., Reynoso B. (2013). Agresión y Acoso en el Nivel Medio Superior: El caso de la Universidad Autónoma del Estado de México. En La Construcción de identidades Agresoras: el acoso escolar en México. México: CONACULTA p Morales, T., Serrano, C., Santos, A., Miranda. D. (2014). Cyberbullying, acoso cibernético y delitos invisibles. Experiencias Psicopedagógicas. México: Universidad Autónoma del Estado de México. Ortega, R., Calmaestra, J., Mora Merchán, J. (2008). Cyberbullying. International Journal of Psychology and Psychological Therapy, vol. 8, núm. 2, june. pp Universidad de Almería. España