COMENTARIO DE LA LECCIÓN. II Trimestre de 2009 Caminar la vida cristiana. Lección 5 (25 de Abril al 2 de Mayo de 2009) La revelación

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1 COMENTARIO DE LA LECCIÓN II Trimestre de 2009 Caminar la vida cristiana Lección 5 (25 de Abril al 2 de Mayo de 2009) La revelación Pr. José Orlando Silva Introducción Necesitamos tener una clara comprensión de la revelación, pues de no ser así, toda nuestra vida cristiana podrá verse afectada. La mayoría de las cuestiones teológicas tienen que ver con la doctrina de la revelación. Nuestra comprensión al respecto afecta la visión del mensaje cristiano, de nuestra identidad y nuestra misión. La incomprensión de la revelación también distorsiona a Dios, ubicándolo como distante, inaccesible e indiferente al hombre. Siendo que él es trascendente e infinito, acaso podría ser conocido? Y al no poder conocerlo, cómo podríamos relacionarnos con Él? Notemos que el cristianismo estaría condenado al fracaso y a la imposibilidad. Porque, como seres finitos, no podríamos conocer lo infinito. Sin embargo, Dios se revela. El Dios trascendente es también inmanente. El Dios infinito es misterioso y el Dios que se revela y se comunica con su creación. Importancia y necesidad de la revelación Dios es incognoscible, infinito, trascendente, insondable e inescrutable. Descubrirás tú la profundidad de Dios? Llegarás tu a la perfección del Todopoderoso? (Job 11:7). Por esto, es imposible buscar, o entender a Dios por los métodos humanos (1 Corintios 2:11; Romanos 11:33, 34). Pero, al mismo tiempo, Dios puede ser conocido (Juan 17:3; Oseas 6:3). Si el hombre, por iniciativa propia, no puede alcanzar a Dios, debido al profundo abismo existente entre el y la Divinidad, Dios toma la iniciativa para que el hombre tenga acceso a El nuevamente. Dios se revela para traspasar la barrera del pecado (Isaías 59:1, 2), que no podía darse desde el Edén (Génesis 2). Lutero afirmó: El hombre utiliza máscaras para esconderse, y Dios las usa para revelarse. De hecho, Dios sólo es conocido a partir del punto en el que se revela. Dios no es conocido en sí mismo, sólo es conocido cómo se revela. La palabra revelar proviene del verbo latino velo, que significa cubrir con un velo. Entonces, revelar significa descubrir, quitar el velo.

2 Tomás de Aquino presentó cuatro argumentos para intentar probar la existencia de Dios: 1. Argumento cosmológico: Las cosas existentes señalan la existencia de un Dios creador. 2. Argumento teológico: Hay necesidad de un orden, pues hay un propósito en las cosas, hay un designio. 3. Argumento ontológico: Está relacionado con el ideal de perfección que yace en el hombre imperfecto. Eso sugiere una Fuente mayor que el hombre. 4. Argumento antropológico: Se relaciona con la inteligencia interior del hombre y la capacidad humana de trascenderse dentro de sí mismo. Cómo la personalidad puede surgir de la impersonalidad? Estos cuatro argumentos de Tomás de Aquino forma parte de la tradición que se conoce como tomismo. Los argumentos de la tradición tomista son válidos hasta hoy. Estos argumentos provienen de la creencia de Tomás de Aquino de la teología natural, que influyó en la teología liberal. Declaraba que la revelación general es suficiente para la salvación. A pesar de los argumentos presentados por el teólogo Tomás de Aquino y que las pruebas de la existencia de Dios presentadas pueden ser válidas y útiles, no se puede considerar a la revelación general como absoluta y suficiente para conocer a Dios. La revelación general apunta a la revelación especial, que es la máxima revelación de Dios al hombre: su Palabra y Jesucristo Revelación General y Especial Agustín de Hipona, Lutero, Calvino, Charles Hodge y Warfield, todos argumentan a favor de la existencia de la revelación general, pero que es limitada. La revelación general está disponible para cualquiera, alcanza con abrir los ojos para ver. Dios se revela por medio de la naturaleza (Salmo 19:1), a través de la conciencia (Romanos 2:14, 15), por su Palabra (Juan 5:39) y por la máxima revelación que el hombre pudo ver y conocer (Juan 1:1). Esas muchas maneras con las que Dios se ha revelado (Hebreos 1:1), nos presentan el intenso deseo que Él tiene de estar bien cerca de cada uno de nosotros y ser conocido. Aunque, por nuestra naturaleza y conciencia, podamos tener cierta vislumbre de Dios, tales revelaciones no son suficientes para que alcancemos la salvación por intermedio de ellas. La máxima revelación es evidenciada por la Palabra de Dios, porque es un testimonio de la revelación en persona del propio Dios: Jesucristo. La encarnación es el gran principio de la revelación de Dios. Este método de encarnar la verdad no fue escogido arbitrariamente, pero fue el único por el cual Dios pudo revelarse al hombre en total plenitud. 1 La encarnación es parte vital de un plan elabora- 1.B. Langston, Esboço de Teologia Sistemática, (Rio de Janeiro: Juerp, 1994), p. 21.

3 do previamente y la concreción de una promesa. Y su gran misterio es Dios revistiéndose de humanidad con una finalidad redentora. 2 En este sentido, se produjo una gran revolución en la antropología humano, sobre la cual cualquier vestigio de antropocentrismo se vuelve inoperante. Álvaro Barreiro utiliza un sinónimo de clemencia para expresar esta cuestión, escogiendo la expresión condescendencia. El afirma: En Jesucristo, el Verbo eterno de Dios, quien asumió nuestra carne, se manifiesta la condescendencia de Dios por nosotros. Dios desciende desde las alturas de su riqueza y de su gloria hasta los abismos de nuestra pobreza y humillación para revelarnos y ofrecernos todo su amor, descendió hasta nosotros para hacernos subir hasta Él; asumió nuestra naturaleza humana para hacernos participantes de su naturaleza divina. 3 No era plan de Dios revelar solamente sus pensamientos, sino manifestar su propia Persona. Y únicamente en Cristo tal deseo podría alcanzarse. La encarnación hiere los moldes racionales. Cómo podría obligarse a alguien a aceptar que, en Jesús de Nazaret, un Ser histórico, el hombre, como interrogante infinito, y el misterio infinito de Dios se unan como una respuesta absoluta? Qué el mismo Ser sea Dios y Hombre?. 4 La máxima revelación de Dios en el misterio en Cristo El misterio apunta especialmente a algo que antes estuvo oculto en la mente de Dios, y que ahora forma parte de su propósito de hacerse conocido, no sólo a una elite privilegiada, sino a todos los hombres. Este misterio maravilloso, la encarnación de Cristo y su sacrificio, debía ser declarado a todos los hijos e hijas de Adán. 5 No obstante, a pesar de que la revelación fue presentada por Dios, no acaba con el misterio. Continúa siendo insondable. Esta declaración es apoyada por el hecho de que la mente carnal no puede percibirla; para ello, se hace necesaria la intervención y la revelación del Espíritu Santo. Si es verdad que el misterio es manifestado y cumplido en Cristo, es también verdad que sólo a través del Espíritu es aprehendido por el hombre. 6 Pero Dios nos lo reveló por el Espíritu, porque el Espíritu lo explora todo, aún lo profundo de Dios (1 Corintios 1:10). Aún así, se declara que la revelación dada a los profetas y apóstoles tiene como objetivo ser comprendida por la iglesia, mediante una revelación me fue declarado el misterio [Así] podéis entender mi conocimiento del misterio de Cristo (Efesios 3:3. 4). 2 Ellet J.Waggoner, Cristo y Su Justicia, (Ohio: USA: Glad Tidings Publishers), p Álvaro Barreiro, Assumiu a Nossa Carne e Acampou Entre Nós, (Rio de Janeiro: Edições Loyola, 1999), p Teologia Para o Cristão Hoje, Instituto Diocesano de ensino Superior de Wurzburg, Vol. 1 (São Paulo: Edições Loyola, 1977), SDABC, vol. 5, p José Carlos Ramos, Reflexões Sobre a Pessoa de Jesus, (Edições Salt-Pós Graduação: Unasp, 2004), p. 55.

4 El misterio involucra el hecho de que en Jesús cohabitan dos naturalezas distintas en una única personalidad, como lo expresó Gregorio de Nazianzo: En Cristo hay un algo, y otro Algo, pero no un alguien, y otro Alguien más. 7 Con esto, podemos afirmar que el hecho más significativo en todo el Universo y en todas las épocas, es el misterio de la piedad, la encarnación de Dios en la persona de Jesucristo. Sin discusión alguna, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne; justificado por el Espíritu, visto por los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido en gloria (1 Timoteo 3:16). Por este motivo quedamos pasmados ante tan insondable misterio, que la mente no puede comprender, tal como lo declaró Elena de White: Cuando queramos estudiar un tema profundo, fijemos la mente en la cosa más maravillosa que ya ocurrió en la tierra o en el cielo: la encarnación de Cristo, el Hijo de Dios. 8 La única regla infalible de fe y práctica, que es la Palabra de Dios, tal como está expresada en las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento, testifica de Jesús y su acción salvífica a favor del hombre. Y es en esto que consiste la mayor revelación de Dios. Conclusión El objetivo de toda la Biblia simplemente es el presentar el problema del pecado y su única solución, revelada en el plan de redención. La salvación tiene una dirección, revela una acción en tal sentido, que no podría tener otro centro que no sea el hombre. Juan afirma: Dios amó al mundo (Juan 3:16), que en el contexto de esta declaración es el ser humano. La acción, que es el verbo amar, no es dirigida a cosas, sino a personal. Karl Barth declaró que Jesús se hizo hombre porque tenía una finalidad dirigida al hombre. 9 Por ello Langston afirma: La obra propiciatoria de Jesús es la mayor revelación del gran propósito de Dios de salvar a la humanidad. La encarnación y la propiciación de Jesús constituyen la mayor prueba de la buena voluntad de Dios de ofrecer, generosamente, la salvación a todos. Con esto no queremos decir que todos serán salvos porque, tal como veremos más adelante, la salvación de alguien depende de otra cosa además de la voluntad de Dios. A través de la encarnación, se convirtió en Jesús, Hijo de la humanidad, para que su obra propiciatoria pudiera echar las bases de una salvación universal. Por tanto id a todas las naciones, haced discípulos bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19, 20, ver también Marcos 14:15, 16). No puede haber, por lo tanto, ninguna duda de que el propósito divino, desde el principio, es el de salvar a la humanidad entera, esto es, ofrecer a todos su salvación Citado por Manuel M. G. Gil, Cristo, el Mistério de Dios: Cristologia y Soteriología, (Madrid: Editorial Católica, 1976), 1: Manuscrito 76, 1903, cit. no SDABC, v. 7, p Karl Barth, Church Dogmatics, (Louisville: Westminster John Knox Press, 1994), p A.B. Langston, Esboço de Teologia Sistemática, op. cit, p. 202, 203.

5 La revelación es una iniciativa de Dios para comunicarse y acercarse al hombre que estaría completamente perdido de no conocer el camino de la salvación. La pregunta de Tomás, Cómo podemos saber el camino? (Juan 14:5b), refleja la búsqueda del hombre y su imposibilidad de hallar lo que está buscando. La respuesta de Jesús presenta la revelación máxima de Dios al hombre. Como ya hemos visto, son muchas las formas por las cuales Dios procura revelarse a nosotros. Pero la mayor de ellas se declara en la respuesta de Jesús a Tomás, y a cada uno de nosotros: Yo soy el Camino (Juan 14:6ª). O sea, la revelación plena y completa que presenta y nos lleva al Padre. Pr. José Orlando Silva Mg. en Teología Sistemática Boa Viagem Recife Asociación de Pernambuco Brasil RECURSOS ESCUELA SABATICA Rolando D. Chuquimia (rdchuquimia@ciudad.com.ar) Suscríbase para recibir gratuitamente recursos para la Escuela Sabática