FARMACIA PREVENTIVA. Botiquín del viajero. SUSANA SUÁREZ SANZ Farmacéutica.

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1 FARMACIA PREVENTIVA Botiquín del viajero Prevención sanitaria SUSANA SUÁREZ SANZ Farmacéutica. Las deficiencias sanitarias que presentan algunos países de destino vacacional pueden provocar situaciones de emergencia en aquellas personas que se desplazan a estos lugares temporalmente. En este artículo se recogen las medidas profilácticas e higiénico-sanitarias que el farmacéutico debe recomendar al viajero poner en marcha antes y durante el viaje y los medicamentos que debe incluir en su maleta. La preparación de un botiquín de viaje no es tarea fácil. El viajero debe planificar su viaje con tiempo de antelación y en caso de realizar un viaje internacional debe consultar con su médico de familia y con su farmacéutico de confianza. Debe obtener información actualizada sobre las condiciones sanitarias del país que va a visitar y recibir así el tratamiento profiláctico que esté indicado según su destino y la información necesaria para la preparación de un botiquín adecuado. TRATAMIENTO PROFILÁCTICO En el año 1999 se registraron unos 500 millones de viajes internacionales. Entre las principales causas que justifican el incremento de los viajes internacionales se destaca: el interés creciente por pasar las vacaciones en lugares «exóticos» y realizar deportes de aventura en zonas lejanas y recónditas, el aumento de las personas que trabajan en ONG y que viajan a países en vías de desarrollo, el denominado turismo sexual y las operaciones militares destinadas a países en guerra. El tratamiento profiláctico se hace fundamental en el caso de viajes a países de la franja tropical y subtropical. Para poder llevar a cabo este tipo de tratamiento, la preparación del viaje debe realizarse como mínimo de 4 a 6 semanas antes de la partida. Este tiempo de margen permitirá establecer la inmunización requerida (vacuna) y la prescripción de los medicamentos necesarios en función del destino elegido. Pautas de vacunación En la actualidad, la única vacuna obligatoria es la de la fiebre amarilla en países endémicos con riesgo de infección. Países de África y Sudamérica exigen un certificado internacional de vacunación contra esta enfermedad. La fiebre amarilla es una fiebre viral hemorrágica muy grave. La mortalidad por esta enfermedad es superior al 60% en adultos no inmunizados. Se transmite a través de la picadura de determinados mosquitos que se encuentran en las zonas selváticas situadas en Sudamérica (Amazonas) y en África Central. En caso de embarazo, pacientes inmunodeprimidos, alergia al huevo, etc., el médico será el encargado de valorar las VOL 16 NÚM 6 JUNIO 2002 FARMACIA PROFESIONAL 69

2 contraindicaciones de la vacuna. Una dosis de esta vacuna inmuniza durante 10 años y tiene una eficacia casi total. Existen otras vacunas de interés para el viajero (tabla I). Su administración dependerá de las características individuales del viajero, del país de destino, de la época del año, de la duración y el tipo de viaje, y del tiempo disponible hasta la partida. Se comentan a continuación. Triple viral Indicada para el sarampión, la rubeola y la parotiditis. Estos virus circulan peligrosamente en áreas tropicales y subtropicales y se transmiten básicamente a través de la vía aérea respiratoria. Las personas que viajen a estos países sin antecedentes clínicos de sarampión, prueba serológica o vacunación previa deben recibir como mínimo una dosis de la vacuna en cuestión. Tétanos-difteria Se recomienda para todo el mundo. Si hace más de 10 años que el viajero no se inmuniza contra el tétanos y la difteria se recomienda hacerlo, porque se deben administrar dosis de recuerdo cada 10 años. Hepatitis A y combinada de la hepatitis A+B El riesgo de infección por hepatitis es elevado para los jóvenes viajeros. Se recomienda en viajes a áreas endémicas de Asia, África, América Central y del Sur y Europa del Este. La hepatitis A se transmite a través de alimentos contaminados, agua y por contacto con personas infectadas por este virus. La vía de transmisión de la hepatitis B es igual a la del sida; se contagia a través de las relaciones sexuales y por contacto con la sangre y el material contaminado por este virus. Actualmente existe una vacuna combinada hepatitis A+B para prevenir el contagio de estas dos enfermedades en personas de riesgo. Fiebre tifoidea Las zonas de riesgo para adquirir esta enfermedad son el subcontinente indio, África y zonas de Sudamérica y Sudeste asiático. Se transmite por la ingestión de agua y alimentos contaminados, contacto con personas infectadas y por vía respiratoria. La vacuna puede inyectarse o administrarse por vía oral. Poliomielitis Se observa un mayor riesgo de contagio en zonas de África Central y del sur de Asia. Se adquiere básicamente por vía digestiva, contacto con personas infectadas y por vía respiratoria. Es muy común el contagio a través de las heces en países con falta de higiene o donde es habitual defecar en la calle. Existen vacunas inyectables y orales. Tabla I. Principales vacunas de interés Vacunas generales del adulto Tétanos-difteria Gripe Neumocócica Sarampión-rubeola-parotiditis (triple viral) Vacunas de amplio uso en los viajes Hepatitis A Hepatitis B Fiebre tifoidea Poliomielitis Fiebre amarilla Vacunas de uso restringido Meningitis A+C Rabia Encefalitis japonesa Encefalitis centroeuropea Peste BCG (tuberculosis) Fuente: Consejos al viajero: Feliz Viaje! Barcelona: Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional, Enfermedad meningocócica La bacteria denominada meningococo es endémica en todo el mundo. Se transmite a través del contacto con enfermos. El serotipo A de esta bacteria es causa de epidemias en el área subsahariana, de Mauritania a Somalia. Actualmente se dispone de vacuna para la meningitis A y C, pero no para la B. Rabia Esta vacuna está recomendada a viajeros que deben permanecer largos períodos de tiempo en zonas rurales o que por su trabajo diario corren riesgo de infectarse. La rabia es una enfermedad propia de animales salvajes que puede afectar a perros, gatos, ganado y al hombre. Otras vacunas de uso restringido La vacuna de la peste está restringida a personas en contacto con animales salvajes de zonas endémicas. La encefalitis japonesa se transmite por la picadura de un insecto y la encefalitis centroeuropea a través de las garrapatas. Estas vacunas se administran tras la evaluación de un médico especialista en determinadas situaciones para prevenir este tipo de enfermedades virales. La utilización de la BCG (vacuna de la tuberculosis) se limita a la edad infantil para casos concretos, siempre bajo la supervisión de un especialista. Grupos especiales Los criterios de vacunación en ancianos, en niños y en mujeres embarazas son distintos que para un viajero adulto sano. En cualquier caso las vacunaciones deben ser pautadas por un médico especialista. A las personas mayores de 65 años se les recomienda la inmunización contra el virus de la gripe y el neumococo. A los niños que no hayan recibido la vacuna contra la hepatitis B se recomienda su administración antes del viaje. En cambio, no se permite administrar la vacuna de la hepatitis A a niños menores de dos años. Tampoco deben ser vacunados contra la fiebre amarilla los bebés de menos de 4 meses y se debe vacunar excepcionalmente a los que tienen entre 4 y 6 meses. Parece ser que la leche materna ejerce un efecto protector contra las fiebres tifoideas. Antes de realizar un viaje con un niño menor de dos años, debe tenerse en cuenta su calendario de vacunas que se administra de forma sistemática a los más pequeños. En este caso las vacunas deben ponerse al día e incluso acelerar el calendario para que se pueda completar antes de realizar un determinado viaje. En las mujeres embarazadas sólo deben administrarse las vacunas contra la fiebre amarilla y la polio si existe un riesgo sustancial de contraer la enfermedad. Si es así la inmunización deberá realizarse entre el segundo y el tercer trimestre del embarazo. La vacuna contra la gripe parece ser que no representa ningún riesgo para el feto, por lo que podría ponerse en cualquier fase del embarazo, aunque todavía son necesarias más investigaciones que corroboren este hecho. Quimioprofilaxis Para las zonas donde la malaria (o paludismo) es endémica, es necesario seguir rigurosamente el tratamiento de quimioprofilaxis. La quimioprofilaxis no es una vacunación sino una farmacoterapia preventiva que protege en un 60%. Por esta razón los viajeros que visiten zonas con un elevado riesgo de malaria deberán notificarlo a su médico antes del viaje para que éste instaure un tratamiento profiláctico adecuado y advierta de los efectos secundarios y contraindicaciones que comporta. El paludismo es la enfermedad del viajero que más y mejor información requiere. El paludismo está causado por un parásito denominado Plasmodium, que se transmite al hombre a través de la picadura (durante la noche) de un insecto Anopheles infectado por el parásito. Este mosquito se encuentra en la mayoría de los países tropicales y subtropicales. La malaria está distribuida en países como Sudeste de Asia, México, Haití, República Dominicana, etc. El riesgo de contraerla es menor en altitudes inferiores a metros. Existen 4 tipos de malaria que pueden 70 FARMACIA PROFESIONAL VOL 16 NÚM 6 JUNIO 2002

3 Tabla II. Quimioprofilaxis de la malaria Cloroquina Proguanil Mefloquina Doxiciclina Dosis semanal diaria semanal diaria Inicio 1 semana antes primer día 1 semana antes un día antes Fin 4 semanas después 4 semanas después 4 semanas después 4 semanas después Contraindicaciones psoriasis absolutas arritmias cardíacas niños epilepsia no tiene antecedentes psiquiátricos embarazadas úlcera gástrica epilepsia déficit de G-6-DH retinopatía Embarazo y lactancia permitido permitido no recomendado 1 contraindicado 2 1 Evitar el embarazo durante los tres meses siguientes a la terminación de la profilaxis 2 Evitar el embarazo durante la semana siguiente a la terminación de la profilaxis afectar al hombre: Plasmodium falciparum (el más grave y mortal), Plasmodium malariae, Plasmodium vivax y Plasmodium ovale. Los fármacos recomendados para el tratamiento preventivo de la malaria son: cloroquina, proguanil, mefloquina y doxiciclina (tabla II). La administración de estos fármacos se suele comenzar una semana antes de la partida (en algunos casos el primer día del viaje o un día antes). Se suele continuar el tratamiento durante la estancia en el lugar de destino y finalizar pasadas 4 semanas desde que se abandonó la zona palúdica. El fármaco escogido suele ingerirse después de las comidas. El tratamiento profiláctico nunca es totalmente eficaz pero, en caso de desarrollarse la enfermedad, ésta suele manifestarse con menor virulencia. Los regímenes profilácticos recomendados por la Organización Mundial de la Salud varían en función de la zona visitada. Hay que destacar que la aparición de cualquier fiebre al regreso de una zona palúdica debe tratarse como una urgencia médica y considerarse como paludismo mientras no se establezca otro diagnóstico. Direcciones de interés El farmacéutico debe asesorar a todo viajero que tenga como destino un país «exótico» que se dirija con antelación (mínimo 4 semanas) a los servicios de vacunación internacional y atención al viajero, la Dirección Provincial del Instituto de Salud de cada comunidad autónoma o las secciones de medicina tropical de algunos hospitales. En estos centros recibirá toda la información necesaria sobre la situación sanitaria y las características epidemiológicas del país que va a visitar: enfermedades endémicas, enfermedades comunes del lugar y otras carencias sanitarias. La disponibilidad de tiempo suficiente permitirá administrar la inmunización requerida, prescribir los fármacos necesarios y planificar las medidas higiénico-sanitarias que se precisen en el lugar escogido como destino. Actualmente existen diferentes bases de datos informatizadas (de los CDC americanos y la de la OMS, entre otras) que ofrecen información sobre cualquier tema relacionado con el viajero (tabla III). ASPECTOS HIGIÉNICO- DIETÉTICOS Como ya se ha explicado, en muchas ocasiones el viajero deberá llevar a cabo un tratamiento profiláctico antes de empezar su viaje (inmunización y quimioprofilaxis). Pero este tratamiento no le exime de cumplir unas determinadas pautas higiénico-dietéticas, imprescindibles también para evitar las principales enfermedades infecciosas que suelen producirse en lugares de riesgo. Por tanto la planificación del viaje incluye también tener en cuenta las necesarias medidas higiénicas y dietéticas a la hora de preparar el equipaje y el botiquín del viajero. Una de las labores del farmacéutico comunitario consiste en recordar a todo viajero que se desplace a estos lugares la importancia de cumplir una serie de medidas muy sencillas que servirán para prevenir el contagio de las diferentes enfermedades tropicales. Medidas dietéticas Entre las medidas dietéticas se incluyen el agua y los alimentos. Agua El agua debe consumirse embotellada (si es carbonatada mejor), ya que constituye el medio de transmisión de enfermedades como la diarrea del viajero, el cólera, la fiebre tifoidea, etc. Por esta razón debe descartarse el uso de cubitos de hielo en cualquier bebida. Si la calidad del agua no ofrece las suficientes garantías sanitarias debe procederse a su desinfección. Para su purificación el mejor método y más seguro consiste en hervir el agua durante 5-10 minutos y después añadir un poco de sal para mejorar su sabor. Si no fuera posible, se recomienda añadir tintura de yodo al 2% (5 gotas en un litro de agua) y esperar 1 hora, lejía (8-12 gotas en un litro de agua) y dejar actuar durante media hora, productos formulados específicamente para este fin o filtración por sistemas comerciales, más efectivos si contienen un sistema de purificación con resinas yodadas. El agua puede emplearse para la limpieza dental porque está demostrado que el riesgo durante el cepillado de los dientes con agua es mínimo. Durante el viaje se aconsejable ingerir grandes cantidades de líquidos, especialmente los niños y las personas mayores, para evitar problemas de deshidratación. A diferencia del agua, el café, el té, la cerveza, el vino, los refrescos carbonatados y los zumos embotellados no representan un problema de salud en estos lugares. Alimentos El viajero debe seleccionar alimentos con garantías. Los alimentos deben lavarse y prepararse con agua potable y ser cocinados a temperaturas superiores a 70º C. Se recomienda evitar: comprar comida en la calle, ingerir marisco o pescado crudo, las ensaladas o verduras frescas, las salsas y mayonesas caseras, los productos de repostería, los helados y se debe tener un especial cuidado con la leche y sus derivados (sólo serán seguros si la leche es pasteurizada). La fruta hay que comerla pelada. En estos lugares el pan es un alimento que se considera 72 FARMACIA PROFESIONAL VOL 16 NÚM 6 JUNIO 2002

4 seguro. Por último decir que los alimentos deben protegerse siempre del contacto con insectos y roedores. Higiene personal Llevar una correcta higiene personal también ayudará a disminuir el riesgo de contraer infecciones y enfermedades. La piel Se recomienda utilizar productos de protección solar adecuados. El factor de protección dependerá del fototipo cutáneo, de la edad y de otras circunstancias relacionadas (problemas cutáneos, existencia de factores de riesgo, etc.). En cualquier caso el filtro solar siempre debe ser superior a 15. La piel debe hidratarse en la totalidad del cuerpo tras la exposición al sol diaria a fin de recuperar la pérdida de agua. Una buena hidratación evitará la aparición de alteraciones en la superficie cutánea. Las manos siempre deben estar limpias. Hay que lavarse con agua y jabón con mucha más frecuencia de lo que es habitual. Especialmente antes de comer o de la preparación y manipulación de los alimentos. No se aconseja bañarse en agua dulce: ríos, lagos, charcas, etc., ya que podrían ser fuente de infecciones y producir enfermedades que se transmiten a través de la piel por contacto con el agua dulce. Los baños en agua de mar no representan un riesgo de transmisión de enfermedades, pero siempre se deben utilizar sandalias. Son también seguras las aguas de piscinas bien cloradas. El tratamiento profiláctico se hace fundamental en el caso de viajes a países de la franja tropical y subtropical Existen muchos insectos que pueden transmitir enfermedades tropicales (paludismo o malaria, fiebre amarilla, tripanosomiasis, leishmaniasis, etc.). Los repelentes de insectos resultan muy útiles para prevenir las picaduras. Para su aplicación hay que tener en cuenta que la densidad de los mosquitos es mayor durante el atardecer y el amanecer. En la formulación de estos preparados el principio activo más eficaz es la dietiltoluamida o dimetilftalato (concentraciones entre un 30-35%). En niños, embarazadas y personas con problemas dermatológicos se aconseja una concentración menor (6-10%). Se recomienda evitar el contacto directo con animales (perros, gatos, monos, etc.) para evitar mordeduras. La rabia es una enfermedad todavía frecuente en estos países. Ropa y calzado Hay que utilizar siempre ropa cómoda, amplia y ligera. Se recomienda que las prendas sean principalmente de algodón. La ropa interior tampoco debe ser ajustada para evitar la aparición de eccemas cutáneos y de micosis. En zonas endémicas de paludismo o malaria la ropa debe cubrir la totalidad del cuerpo para evitar las picaduras y hay que dormir vestido (aunque se utilicen mosquiteras de protección). En las zonas rurales de América Central y Sur se aconseja planchar la ropa que se haya secado al aire para evitar así la infestación de larvas de insectos. Se recomienda un calzado fresco y amplio. Los pies deben estar secos para evitar las infecciones fúngicas. Es pre-

5 Tabla III. Sitos web y teléfonos de interés Centros de Vacunación Internacional (Ministerio de Sanidad y Consumo) Servicio telefónico Fonovacunas Centers for Disease Control and Prevention Centers for Diseases and Prevention Traveler s Health Hotline (consultas telefónicas) International Society of Travel Medicine and Hygiene International Association Medical Assistance for Travelers World Health Organization ferible no andar descalzo (especialmente en zonas con poca higiene). En el mar, utilizar sandalias. Hay que examinar el calzado antes de ponérselo, sobre todo por la mañana. Con estas medidas preventivas podrán evitarse enfermedades como la larva migrans cutánea, ancilostomiasis y micosis profundas. El viajero siempre debe utilizar sombrero y gafas de sol para evitar los daños producidos por la continua exposición al sol. En las zonas selváticas, se recomienda vestir con ropa que cubra todo el cuerpo, con botas altas y fuertes y llevar un foco de luz para evitar mordeduras de serpientes y arácnidos. En este apartado se incluye el preservativo, imprescindible para evitar la transmisión de enfermedades sexuales en aquellos viajeros que tienen la intención de mantener relaciones sexuales con personas nativas. Hoteles y casas de hospedaje Los hoteles y casas de hospedaje siempre deben cumplir unas correctas condiciones higiénicas. En zonas endémicas de paludismo, las ventanas y las puertas deben tener mallas antimosquitos. Para dormir, la cama debe igualmente disponer de una mosquitera bien ajustada. Se aconseja también impregnar la mosquiteras dos horas antes de dormir con un repelente de insectos. Para este uso se recomiendan productos en aerosol. Existen en el mercado mosquiteras que ya contienen el principio activo repelente: permetrina al 1-2%. Es aconsejable sacudir sábanas y mantas antes de acostarse. En zonas endémicas de tripanosomiasis americana o enfermedad de Chagas (zonas rurales de América del Sur y Central), se desaconseja dormir en casas construidas con adobe y paja. EL BOTIQUÍN Es el momento de preparar el botiquín. Su función: prevenir las deficiencias sanitarias que se producen en muchas ocasiones en el país de destino y mantener controlado un problema de salud mientras se espera la visita a un médico. No existe un modelo común para todos los viajeros. Cada unidad familiar tendrá unas necesidades que cubrir, en función de la edad de los miembros, las enfermedades asociadas, la duración del viaje, el lugar de destino, etc. Se intentará organizar un botiquín en función de los síntomas que suelen aparecer con más frecuencia a lo largo de un viaje. Mareo del transporte Es el primer síntoma que suele producirse en el transcurso del viaje (sobre todo en viajes en barco y en avión). Afecta especialmente a mujeres y niños. Se manifiesta con palidez, náuseas, vómitos y frío. En estos casos se utiliza básicamente dimenhidrinato. La alternativa fitoterapéutica es el jengibre. Diarrea La diarrea del viajero es el problema infeccioso más habitual en los viajeros. Se adquiere a través de los alimentos o bebidas contaminados. Se calcula que afecta aproximadamente al 40% de las personas que viajan a zonas tropicales y subtropicales. En un 80% de los casos se produce por bacterias enteropatógenas; en un 10-20% el agente patógeno es un virus y los parásitos son los agentes menos frecuentes. Los principales síntomas que se producen son: diarrea (mínimo tres deposiciones al día) acompañada de fiebre, vómitos y cólicos. El mejor tratamiento es la prevención o, lo que es igual, el cumplimiento estricto de las medidas higiénico-dietéticas ya citadas. El tratamiento indicado en primera instancia es la reposición hídrica y electrolítica (soluciones de rehidratación oral). Si se precisa tratamiento antibiótico, el tratamiento de elección en adultos son las fluorquinolonas (ciprofloxacino, norfloxacino y oxifloxacino) durante tres días. En niños se recomienda cotrimoxazol más eritromicina. En embarazadas se aconseja únicamente la rehidratación oral. Si tras el tratamiento persiste la diarrea puede probarse la utilización de un antiparasitario (metronidazol) en espera de un correcto diagnóstico. Si el estado diarreico no se acompaña de fiebre y dolor abdominal, no estará indicado un tratamiento antibiótico. Será necesaria una adecuada rehidratación oral y en algunas ocasiones tomar un antidiarreico inhibidor de la motilidad intestinal (loperamida). La alternativa fitoterapéutica: carbón vegetal (adsorbe las bacterias presentes en el intestino). Estreñimiento Muy típico debido a los cambios en los hábitos alimentarios y horarios. Si es leve, la ingestión abundante de líquidos, pequeñas modificaciones en la dieta (consumo diario de fibra vegetal y evitar alimentos astringentes), regularizar los horarios, practicar actividad física y encontrar el momento de ir al lavabo será más que suficiente. Si estas medidas no resuelven el problema se recomienda llevar en el botiquín un laxante suave: de administración rectal (glicerina) o por vía oral (laxantes formadores de masa del tipo metilcelulosa, salvado de trigo, semillas de plantago, etc.). Acidez de estómago Suele producirse tras una comida abundante o debido al carácter de los alimentos ingeridos (por ejemplo por la utilización de condimentos picantes y fuertes). En estos casos se recomienda un antiácido (sales de aluminio, de magnesio, de calcio, combinaciones, almagato, almasilato, magaldrato, ácido algínico, etc.). Fiebre y dolor Para estos casos se recomienda la utilización de fármacos analgésicos y antipiréticos, tan conocidos como el ácido acetil salicílico, el paracetamol y el ibuprofeno. Los fármacos combinados con codeína consigue potenciar su acción analgésica y se reserva para procesos dolorosos de mayor intensidad. La presencia de un termómetro en el botiquín resulta fundamental. Resfriados Los síntomas típicos que aparecen en los resfriados son: congestión nasal, irritación de garganta, tos, fiebre y malestar general. El botiquín de viaje deberá contener remedios efectivos que alivien estos síntomas: gotas nasales (que contengan diferentes principios activos vasoconstrictores, del tipo de fenilefrina, epinefrina, tramazolina, oximetazolina, xilometazolina), pastillas para suavizar y desinfectar la garganta (contienen agentes antisépticos, anestésicos locales, 74 FARMACIA PROFESIONAL VOL 16 NÚM 6 JUNIO 2002

6 antiinflamatorios, etc.), antitusígenos y analgésicos. En el mercado farmacéutico existen medicamentos indicados para resfriados que contienen los principios activos necesarios para paliar todos estos síntomas. La alternativa fitoterápica: sauce, reina de los prados, eucalipto, tomillo, llantén, echinacea, etc. En el caso de los más pequeños, niños y lactantes, se recomienda la utilización de suero fisiológico y nebulizadores a base de agua de mar isotónica y estéril para limpiar y despejar la nariz en estos casos. Traumatismos y heridas Los traumatismos son muy comunes durante las épocas vacacionales: tirones, esguinces, contracturas, etc. en estos casos se recomienda la inmovilización parcial del miembro afectado, la aplicación de frío local o un vendaje elástico compresivo. Se recomienda la utilización de una pomada antiinflamatoria (diclofenaco, ibuprofeno, picetoprofeno, cetoprofeno, etc.) y en caso de hematoma asociado la utilización de pomadas con heparinoides. La forma farmacéutica utilizada es indiferente: pomada, gel o aerosol. La única vacuna obligatoria es la de la fiebre amarilla en países endémicos con riesgo de infección Las heridas deben curarse con una limpieza de la zona con agua y jabón y con la aplicación tópica de un agente antiséptico (povidona yodada, clorhexidina digluconato, tintura de yodo, mercurocromo, agua de hamamelis, etc.). Material de cura Para estos y otros casos el botiquín deberá contener artículos para primeros auxilios: gasa estéril, algodón, vendas de fijación y elásticas, esparadrapo, puntos de sutura, apósitos para pequeñas heridas y para ampollas, apósitos medicamentosos, pinzas de punta fina, tijeras, etc. Alteraciones de la piel El botiquín de viaje debe contener productos que alivien dermatitis y escoceduras leves (loción de calamina) y crema a base de corticoides para dermatitis más graves. Los polvos de talco servirán para secar la piel húmeda y así evitar la aparición de vesículas por la irritación o la fricción en determinadas zonas. Para las quemaduras leves se aconsejan cremas formuladas a base de óxido de cinc, vaselina, bálsamo de Perú, etc. Tras las picaduras se recomienda la aplicación tópica de un antihistamínico o un corticoide como la hidrocortisona. Si se produce eritema solar se recomiendan productos tópicos que contengan agentes calmantes, epitelizantes, cicatrizantes, emolientes, demulcentes y anestésicos locales. Las infecciones en la piel requieren el uso de un antibiótico o/y un antimicótico por vía tópica. Problemas oculares Los problemas oculares más frecuentes son los producidos por la presencia de un cuerpo extraño en un ojo, la conjuntivitis y la queratitis (procesos inflamatorios de la conjuntiva y de la córnea, respectivamente). Se recomienda que el botiquín contenga colirios descongestivos (fenilefrina, nafazolina, etc.) y antibióticos (cloranfenicol, gentamicina, etc.). En cualquier momento son recomendables también los lavados oculares con suero fisiológico estéril. Enfermedades crónicas Todo viajero con una enfermedad crónica deberá llevar cantidad más que suficiente de tratamiento para todo el viaje. Además se aconseja llevar siempre encima una cantidad de los medicamentos requeridos por si el equipaje se pierde o es robado. Es recomendable llevar anotados en una lista los principios activos que contienen los fármacos que utiliza habitualmente, por si necesitara alguno de ellos durante el viaje, así como los efectos secundarios que le producen otros productos. Será también de gran utilidad llevar un breve informe de su médico, preferiblemente en inglés, explicando el diagnóstico de la enfermedad que presenta y la medicación que toma actualmente el paciente. BIBLIOGRAFÍA GENERAL Prieto C, García de Francisco A. Consulta del viajero (I). Consulta antes del viaje. Medifarm 2002;12(1): Consejos al viajero: Feliz Viaje! Barcelona: Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional, Garrote A, Bonet R. De viaje en verano: el botiquín. Offarm 2001;(6): Llucià AM. Actualización del botiquín. Elementos imprescindibles. Farmacia Profesional 1998;12(7): Camins A. Enfermedades del viajero. Acófar 2000;(388): FARMACIA PROFESIONAL