Las relaciones entre familia y escuela. Conocer a nuestros hijos y sus necesidades. José A. Carranza, Mª Teresa Calvo-Llena, Isidoro Candel

Transcripción

1 Las relaciones entre familia y escuela Conocer a nuestros hijos y sus necesidades. José A. Carranza, Mª Teresa Calvo-Llena, Isidoro Candel

2 La familia es la célula primera y vital de la sociedad. De su salud o enfermedad va a depender la salud o enfermedad de todo el cuerpo social. En consecuencia, familia y sociedad están íntimamente unidas, están condenadas a entenderse. En la dinámica de la sociedad, la Educación es un elemento fundamental, y los centros educativos un entorno imprescindible para su desarrollo. Así pues, la colaboración entre los padres y los profesores es un aspecto capital para el buen funcionamiento del proceso educativo en general.

3 Los padres son los primeros y principales educadores de sus hijos, y deben tomar conciencia de su responsabilidad, no haciendo dejación de deberes y derechos, por más que eso cueste. Vivimos una época en la que los padres se desentienden con demasiada frecuencia de sus obligaciones básicas hacia sus hijos, tendiendo a derivar muchos asuntos de su educación en personas o instituciones.

4 La educación de los hijos no es una tarea fácil. A veces los padres pueden sentirse incapaces, frustrados y hasta culpables, al comprobar que las cosas no salen como habían previsto en un principio. Se sienten agotados, agobiados, superados, desbordados. Educar bien requiere padres valientes. Educar bien requiere padres exigentes. Educar bien requiere saber lo que es bueno. Educar bien requiere sacrificio.

5 El conocimiento de los padres y educadores de los cambios que experimentan los niños a lo largo del desarrollo, puede ayudarles a comprender el significado de muchas de las reacciones que en cada uno de los períodos de la infancia, niñez y adolescencia caracterizan su comportamiento.

6 Período de Infantil (3-6 años) Los niños han de regular su comportamiento para adaptarse a las demandas de su entorno. Ellos son participantes activos en su propio desarrollo, aunque todavía tengan importantes limitaciones cognitivas. A los niños de esta edad les gusta mucho la actividad física y disfrutan con ella. Son habladores y preguntones, tienen un juego imaginativo y simbólico.

7 Periodo de Educación Primaria (6-12 años) Los niños son menos egocéntricos, y más competentes en tareas que requieren razonamiento lógico. Pueden concentrarse durante más tiempo. Ésta es la edad social por excelencia; pasa de la vida centrada en la familia, a un marcado interés por el mundo de sus iguales; aprende un comportamiento social y a respetar las reglas de juego; le gustan las actividades de grupo.

8 Educación Secundaria y Bachillerato (12-18 años) Rápidos cambios físicos, biológicos, y cognitivos. A veces son críticos con los valores y forma de vida de los adultos, les gusta pensar sobre la vida, y a menudo son idealistas. El adolescente se enfrenta al logro de la identidad. Los chicos y chicas de estas edades se sienten únicos y, con frecuencia, incomprendidos.

9 Tres agentes de socialización: El contexto familiar, el contexto educativo y el grupo de compañeros. Tienen una gran influencia durante las etapas descritas, y contribuyen de forma muy importante a la construcción del desarrollo social y de la personalidad. En la etapa de Infantil, la influencia del contexto familiar es decisiva. Más tarde, el contexto familiar sigue siendo un soporte muy importante, pero el contexto educativo y, poco a poco, el grupo de compañeros, van ganando protagonismo en la construcción de su desarrollo social y de la personalidad.

10 Diferencias individuales en temperamento: Nos estamos refiriendo a las diferencias individuales en la forma de experimentar y expresar las emociones. Estas conductas desiguales tienen un carácter biológico. Es necesario conocer el carácter de los hijos para tratar de ajustarse a él, comprenderlo, respetarlo, y tener sintonía con las distintas necesidades derivadas del mismo.

11 Los estilos de crianza: Tienen una influencia muy importante en la determinación del desarrollo social y de la personalidad. Autoritario-Democrático Permisivo-Comprensivo Elaborador-Indiferente Rígido-Flexible

12 Implicaciones educativas: Atención: dedicar tiempo a los niños. Pedagogía del ejemplo. Educación de los valores. Participación: colaboración padres-profesores.

13 Relación padres-profesores: Asignatura pendiente. Impresión de evitación, como un temor latente por ambas partes (recelo). Actitudes defensivas y a veces demasiado rígidas. Imponer criterios, llevar la razón. Parece que se intenta buscar un responsable de la situación.

14 Si logramos crear un clima de respeto y de confianza, se puede dar la vuelta al planteamiento. Punto de partida: queremos lo mejor para el chico o chica (hijo y alumno). Los padres y los profesores son las personas más importantes en la vida del niño. Entonces, estamos todos en el mismo barco; no tiene sentido remar en sentidos opuestos. Interesa a ambas partes el cambio de impresiones. No es cuestión de enfrentamientos, de elaborar prejuicios, ni de hacer prevalecer puntos de vista, sino de buscar soluciones entre todos.

15 Sinceridad y sencillez en los planteamientos y en las manifestaciones. Honestidad. No imponer tajantemente posturas personales, como si fueran verdades absolutas. No cerrarse en banda. Mostrar un espíritu de colaboración y de flexibilidad intelectual. Preguntar lo que no se sepa para aclarar las cosas. No dejarse llevar por rumores, impresiones, comentarios

16 Reconocer los propios errores con sencillez. No se trata de una batalla en la que ha haber un vencedor. El único beneficiado debe ser el hijoalumno. No ser hirientes en las afirmaciones. Hablar con claridad, pero siempre con respeto. Escuchar con atención al interlocutor sin interrumpirle.

17 Tener paciencia. Las personas, como el buen vino, mejoran con el tiempo. Tal vez los profesores deben reflexionar más sobre este asunto y tomar medidas concretas para aplicarlas en las tutorías. Y los padres han de implicarse con una actitud de colaboración. La relación entre los padres y los profesores es necesaria; no es un trámite más.