Palabras del Dr. Luis Carlos Sarmiento Angulo Ceremonia de Grados Sesquicentenaria Facultad de Ingeniería Universidad Nacional de Colombia

Transcripción

1 Palabras del Dr. Luis Carlos Sarmiento Angulo Ceremonia de Grados Sesquicentenaria Facultad de Ingeniería Universidad Nacional de Colombia 1. Introducción Con profunda emoción acepté la honrosa invitación que me hicieran el señor Rector y los miembros del Consejo de la Facultad de ingeniería, para participar en esta ceremonia de graduación en la que también se celebran los 150 años de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia, mi facultad, que tan gratos recuerdos me trae y en cuyas aulas recibí la preparación académica que ha sido, a lo largo de mi vida, el más invaluable soporte en mi carrera profesional, a la vez que me ha proporcionado grandes satisfacciones, y me ha permitido realizar casi todos mis sueños de juventud. 2. La Universidad Nacional de Colombia No hay duda que la labor de la Universidad Nacional ha sido y es base fundamental para el desarrollo de Colombia. En la era moderna hemos visto cómo, los países que han tomado la determinación de progresar, para lograr mejores condiciones de vida para sus habitantes, como China, India, Malasia y, más cerca a nosotros, Chile y Brasil, lo primero que se proponen es que sus economías crezcan a tasas muy superiores a las de sus promedios históricos y a las de los países con similares grados de desarrollo. Resulta evidente que en todos estos casos, la clave para lograrlo ha sido la educación. Generan así pacíficas pero muy exitosas revoluciones internas, que se reflejan prontamente en la reducción de la pobreza y en el mejoramiento de su calidad de vida. Frecuentemente surgen críticas contra los esfuerzos para lograr mejores índices de crecimiento, aduciendo que el solo crecimiento no garantiza la redistribución del ingreso para disminuir la pobreza. Tal afirmación es apenas obvia, pero lo que ocurre es que en presencia del crecimiento, será factible adoptar las medidas necesarias para una mejor distribución del ingreso; en cambio, si no se producen los ingresos necesarios, ni las más inteligentes regulaciones podrán mejorar la redistribución del ingreso y la disminución de la pobreza. De modo que es claro que el solo crecimiento no garantiza la eliminación de las diferencias, pero que sí lo permitirá si se toman las medidas adecuadas. Por otra parte, la experiencia muestra que los países que no han logrado mejorar sus índices de crecimiento tampoco han logrado salir del subdesarrollo. Se concluye entonces, que únicamente en presencia de un alto nivel de crecimiento y de las políticas adecuadas, se consigue salir de la pobreza y que el nivel de educación de la población es el diferenciador fundamental entre los países desarrollados y los subdesarrollados. Muy estudiado a nivel internacional ha sido el tema de los llamados retornos a la educación (cuánto ingreso adicional se obtiene en valor presente neto gracias a la mayor educación). Se estima que dicho retorno está entre cuatro y cinco veces el valor de la inversión, en el caso de la educación universitaria. Hoy en día la Universidad Nacional, con sus cerca de 49,000 estudiantes matriculados en 435 programas de pregrado y postgrado, es un referente para toda la comunidad. Queriendo avanzar aún mucho más que con su ya importante labor a nivel de pregrado, la Universidad ofrece hoy 50 1

2 programas de doctorado y 135 programas de maestría en sus diferentes sedes del país. En el 2010, la Universidad contaba con casi 3,000 docentes de planta, de los cuales una tercera parte había obtenido el doctorado. Esto resulta en una relación de 16 alumnos por cada profesor, que al compararla con la de las mejores universidades públicas del mundo, dan cuenta del grado de excelencia en la educación que, desde hace muchos años, ofrece la Universidad Nacional: en las mejores universidades públicas de Estados Unidos, como UC Berkeley, UCLA y la universidad de Virginia, la relación varía entre 15 y 17 alumnos por cada profesor. 3. La Facultad de Ingeniería y los ingenieros de la Universidad Nacional En el día de hoy estamos celebrando 150 años de un trabajo que ha sido fundamental en el desarrollo de nuestra nación, y a través del cual, los ingenieros de la Universidad Nacional han convertido los conocimientos recibidos de sus maestros, en una inmensa cantidad de obras y proyectos para beneficio de la comunidad. En relación con esta facultad de ingeniería hay un hecho curioso, que no estoy seguro que ustedes conozcan, y que quisiera resaltar. Por paradójico que parezca, se fundó antes que la propia Universidad Nacional. La Escuela Politécnica del Colegio Militar, fue creada por el General Tomás Cipriano de Mosquera el 24 de agosto de Sólo seis años después, el Congreso autorizó al poder ejecutivo, mediante la ley 66 de 1867, para obtener la organización de una Universidad en la capital de la República la que llevará el nombre de Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia, e incorporó a la misma la Escuela Politécnica como base de la Escuela de Ingenieros. En ese momento, con la creación de la Universidad Nacional se cerró el colegio militar. Dentro de la Universidad, la facultad de Ingeniería es la más grande con 5,609 estudiantes de pregrado, 713 estudiantes de postgrado y 265 profesores. De estos últimos, un 32% tiene formación a nivel de doctorado y un 48% a nivel de maestría, indicadores que demuestran que el cuerpo de docentes de la facultad es el de más alta calificación cuando se compara con cualquier otra facultad de Ingeniería en Colombia. Lo que en la actualidad es la Facultad, es el resultado de la labor de estos 150 años. Durante ellos se han graduado cerca de 20,000 ingenieros, que se han destacado por su extraordinario desempeño en los escenarios nacional e internacional, entre otras cosas por su altísima producción en cuanto a investigación: solamente en el último año, los 47 grupos de investigación que existen en la facultad gestionaron 106 proyectos. 4. La ingeniería en la vida moderna y en la sociedad colombiana La importancia de los ingenieros en la vida nacional es evidente. Varios presidentes de la república han tenido esta formación; son innumerables los ingenieros que han sido presidentes de las empresas más importantes del país, ministros de obras públicas y de otras carteras, así como distinguidísimos académicos. Los que tomamos la decisión de ingresar a la facultad de Ingeniería hemos tenido una serie de oportunidades asombrosas. Cuando yo era un estudiante de esta facultad pensaba que el futuro me permitiría desarrollar obras públicas y construcciones en general. Sin embargo, el tiempo ha 2

3 ampliado grandiosamente estas posibilidades y hoy la labor de los ingenieros va mucho más allá de lo que era hace 60 años. Creo que nadie podría haber previsto el impacto que la tecnología ha tenido en las empresas y en la vida cotidiana en este período. Es notorio, y de permanente comprobación, que la Ingeniería aparece como elemento imprescindible en otras actividades para las cuales, en el pasado, ni siquiera se hubiera pensado que pudieran tener aplicación. Es lo que ocurre en campos como el de la medicina, donde hoy la ingeniería biomédica se encarga de transferir los principios y técnicas de la ingeniería al campo de la medicina, y ni hablar de la insustituible presencia de la ingeniería en toda la tecnología moderna de las comunicaciones y de la informática. Igual su participación en todos los campos de la administración de empresas y de la presentación sistematizada de datos. Hay un ejemplo que quisiera comentar aquí: uno de los grandes problemas de la actualidad colombiana, posiblemente el mayor de todos, es el de las fallas en la aplicación de la justicia. Tenemos allí un grave problema de análisis, de organización industrial, de presentación oportuna y confiable de la información, de sistematización de los procesos, de obtener conclusiones que permitan optimizar toda esta problemática. En resumen, me atrevería a decir, un caso clarísimo para aplicar los más modernos avances de la tecnología, en que los ingenieros son los más expertos de los profesionales que la manejan. Creo poder decir, sin temor a equivocarme, que en este aspecto particular de la aplicación de la justicia se necesitan mucho más ingenieros que abogados. Así como en las instituciones educativas se necesita un grupo de no-educadores para que ponga los procedimientos en orden, y en los hospitales se requiere un grupo de no-médicos para la misma labor, en la justicia colombiana se requiere un grupo de no-abogados, liderado por los mejores ingenieros para que determinen las causas de la ineficiencia e ineficacia de la justicia y propongan los mejores procesos, sistemas tecnológicos y de información, y los mejores sistemas de control y gestión para implantar una verdadera revolución en la justicia. 5. Trayectoria profesional Se me ha pedido referirme a mi trayectoria profesional. En primer lugar debo decir aquí, sin reservas de ninguna clase, que soy un convencido de la bondad de la educación pública en Colombia. Mis estudios de bachillerato los realicé en el Colegio Nacional de San Bartolomé, donde obtuve mi grado en 1948, a los quince años de edad, y toda mi carrera la estudié en la facultad de Ingeniería de esta universidad, de donde me gradué con honores a los 21 años. Conociendo la importante labor que viene cumpliendo la Universidad Nacional, desde su creación en 1867, me llena de profundo orgullo poder dirigirme a ustedes en representación de los miles y miles de ex alumnos de nuestra alma mater. Recuerdo con nostalgia el último año de mi carrera de ingeniería, cuando ya estaba al borde de terminar esa imborrable etapa, e internamente vivía, día a día, el temor y la preocupación de tratar de adivinar cuál sería mi destino. En esa época solamente se ofrecía la carrera de Ingeniería Civil, con una duración de seis años. No se había iniciado en Colombia la era de las especializaciones que existen en la actualidad, como una constante universal. Además de la inmejorable instrucción de las cátedras propias de la ingeniería civil, recibimos una muy interesante formación en diferentes ámbitos que han sido de mucha utilidad en mi vida. En particular, las cátedras de organización de 3

4 empresas, economía y contabilidad complementaron de manera importante mi preparación, y fueron las bases que me permitieron ampliar el trabajo propio del ingeniero y fundar toda clase de empresas, primero de construcción y de obras civiles, y luego de otras ramas, principalmente en el sector financiero, pero también en compañías industriales. En la Universidad Nacional recibí mucho más que un cúmulo de conocimientos. En mis propias reflexiones he identificado una serie de intangibles que considero han sido la base para el éxito profesional de los egresados de la Facultad de Ingeniería. La disciplina en el trabajo. El rigor científico en la investigación. La profundidad del conocimiento. Y finalmente, el más importante de todos, la ética en el desarrollo de todas las actividades. Me he dedicado al ejercicio de mi profesión, en los 57 años ininterrumpidos que llevo practicándola, con una gran consagración y disciplina. He construido más de 40,000 viviendas y numerosas edificaciones comerciales e industriales, a la vez que he realizado importantes obras públicas de ingeniería y, durante los últimos 41 años, he adquirido y organizado 10 bancos y muchas otras compañías en el sector financiero. Estas empresas generan empleo permanente y directo a 47,000 personas en Colombia y a 15,000 en el exterior, para un total de 62,000 empleados. También, desde hace mas de 10 años, las empresas que controlo contribuyen con algo más del 2.5% de los impuestos totales de renta que recibe el país. Mi carrera profesional ha sido, desde luego, un resultado de la educación y de la formación que recibí, primero de mis padres y después como parte de mi profesión de ingeniero. Por eso tengo la convicción de que todos los colombianos, pero especialmente los de mayores medios de fortuna, tenemos un compromiso permanente de trabajar y ayudar, en la medida de nuestras capacidades, para reducir la inequidad y la pobreza, problemas ancestrales de Colombia y que el mecanismo más eficaz para alcanzar este objetivo es contribuir al mejoramiento de la educación. Consistente con estas ideas, formé parte del grupo de fundadores y benefactores de la Escuela Colombiana de Ingeniería, que se organizó justamente con respetados y muy competentes profesores, que en su gran mayoría eran ingenieros que habían formado parte del cuerpo docente de la Universidad Nacional. Adicionalmente, desde hace cerca de quince años presido el consejo Directivo de Colfuturo, entidad constituida con aportes mayoritarios de los empresarios del sector privado, entre los cuales también participé, y dedico una parte significativa de mi actividad personal para lograr el propósito de esta institución, que consiste en enviar profesionales colombianos a las mejores universidades del mundo y financiarlos con un crédito beca, para adquirir los conocimientos más avanzados, en todas las ramas de la ciencia, en programas de maestría y doctorado. Hasta hace unos años, las limitaciones económicas solamente permitían a Colfuturo enviar un promedio de 140 profesionales por año a estudiar al exterior, pero desde hace ya dos años, gracias a la comprensión y a la decisión política del gobierno anterior, hemos podido otorgar créditos beca a más de 1,000 estudiantes por año y actualmente estamos empeñados en un nuevo programa, con el respaldo y el apoyo del gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, para incrementar gradualmente el número de becarios hasta llegar a 2,000 estudiantes por año a partir del año Valga la pena destacar que, por la excelente calidad de su preparación académica y porque en general los estudiantes de la Universidad Nacional pertenecen a la población de menos recursos económicos, deberían ser 4

5 justamente los graduados de esta universidad los que mayoritariamente utilizaran los recursos y oportunidades que ofrece Colfuturo. En este mismo sentido, de compromiso con la educación, en el año 2008 entregué a la Universidad Nacional, a título de donación, el Edificio de Ciencia y Tecnología de la facultad de Ingeniería, en el cual, en cerca de 9,000 metros cuadrados de construcción se reúnen las bibliotecas de ingeniería de todas las especialidades, se encuentra el auditorio y se dispone de aulas para clases. En un acto de generosidad, el Rector de la Universidad, a solicitud del Consejo de la Facultad de Ingeniería, autorizó designar este edificio con mi nombre. Me causa una profunda satisfacción saber que hoy este ejemplo lo están siguiendo un grupo de prestantes ingenieros egresados de la Facultad, que asumieron el compromiso de restaurar y actualizar el edificio Insignia de la facultad, conocido cariñosamente por la comunidad académica de la facultad como ingeniería viejo, que ha sido declarado por el Ministerio de Cultura como Bien de Interés Cultural del Orden Nacional. 6. Sentimientos de orgullo y agradecimiento Una muestra de la importancia de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia es la presencia del señor Presidente de la República, de miembros del alto gobierno y de innumerables personalidades en esta ceremonia. A ustedes los graduandos y a nosotros los egresados nos enorgullece nuestra alma mater. Los años que pasamos fueron muy exigentes, pero llenos de desafíos intelectuales, que nos formaron profundamente y nos han permitido trabajar en el desarrollo de nuestra patria. Pero no solo es orgullo sino un inmenso agradecimiento el que llena nuestros corazones. Agradecimiento con el estado Colombiano, que ha hecho de esta universidad pública un centro de pensamiento y formación para muchas generaciones, provenientes de todas las regiones del país y de todos los estratos sociales. Agradecimiento con los miles de destacadísimos profesionales que han dedicado su vida a la formación de los demás, y en particular con mis profesores, el último sobreviviente de los cuales, de brillante trayectoria, como docente y como profesional en muy destacadas posiciones tanto en Colombia como en los más importantes organismos internacionales, está aquí con nosotros, el Ingeniero Carlos Sanclemente Orbegozo, para quien pido un emocionado aplauso; es bien sabido que el cuerpo de docentes y administradores de la Universidad Nacional es reconocido mundialmente por su calidad en cuanto a docencia e investigación. 7. Palabras a los graduandos - conclusiones En el día de hoy la Universidad Nacional otorga a ustedes, distinguidos graduandos, su título profesional de Ingeniería. Este título es el resultado de su propio esfuerzo, pues estoy seguro que aunque sus años en la Universidad están llenos de buenos recuerdos, también requirieron de altísima dedicación por parte de cada uno de ustedes. Con este título, estoy seguro, tendrán la oportunidad de trabajar en el área de la ingeniería que seleccionaron para su especialización, pues en este país se requiere con urgencia el concurso de la gente más preparada, no solo con una sólida base intelectual sino con un conjunto de valores muy profundo. Adicionalmente reciben su título profesional en un momento en que, en un mundo convulsionado, a Colombia la reconocen como una de las naciones en las cuales la mayoría de los inversionistas mundiales quieren invertir, pues entienden que el Gobierno del Presidente Santos constituye una garantía no sólo en cuanto a 5

6 estabilidad democrática, sino que su acertado manejo económico garantiza las mejores condiciones para el establecimiento de nuevas empresas y el crecimiento de las actuales. Colombia, por su situación general está convirtiéndose en un polo de atracción para muchísimos sectores, no únicamente los relacionados con la explotación de recursos naturales en minería y agricultura. En ese camino, el concurso de todos los ingenieros colombianos, incluyendo desde luego el de los nuevos graduandos, será fundamental para la consolidación de la situación general de bienestar y confianza que se percibe actualmente en el país. Esta oportunidad constituye al mismo tiempo un obligante compromiso, pues en su ejercicio profesional no estarán únicamente ustedes, sino que estarán representando a sus familias, que los formaron en su infancia y les impulsaron en su desarrollo profesional, y a su alma mater, que les ha impartido las enseñanzas y fortalecido sus principios, y que no únicamente hizo una transferencia de conocimientos llenando sus cerebros con muchos datos útiles, sino que reforzó sus valores y espera que en las difíciles decisiones, que con seguridad han de tomar, siempre recuerden que se les formó como ciudadanos de bien, y que sólo mediante la decisión colectiva de respetar todas nuestras leyes y principios legales y éticos haremos que este país se consolide como una potencia mundial. La educación que ustedes recibieron y el título que hoy les entrega la Universidad les obliga a ser referentes para la comunidad, pues ustedes mismos, sus familias y la nación han invertido sus más importantes recursos en su formación. Finalmente, en este día de celebraciones, quiero hacer llegar a cada uno de los graduandos mis mejores deseos para su carrera profesional. Por mi propia experiencia les puedo decir que es una distinción para cada uno de nosotros ser Ingenieros de la Universidad Nacional de Colombia, pues ella nos ha equipado con un conjunto de principios y conocimientos que sólo se pueden conseguir mediante el trabajo profundo y serio que nuestra facultad ha realizado en estos, sus primeros 150 años de labores. Dentro de cincuenta años ustedes estarán aquí celebrando sus ejecutorias profesionales, animando a los nuevos graduandos de la promoción que celebre los dos siglos de vida de la facultad, rodeados de un país que será el resultado de la transformación proveniente del trabajo mancomunado de todos, y maravillados, como yo lo estoy hoy, por los increíbles avances de la ciencia, que harán cambiar todos los días las costumbres y la forma de vivir de la gente, pero despejando al mismo tiempo nuevos e inmensos horizontes, que abrirán las puertas de la actividad y el trabajo, para el gran número de profesionales que surgirán para responder con su esfuerzo, su dedicación y sus conocimientos, a los interminables y desafiantes retos que se crearán con el progreso y el desarrollo de la humanidad. Agosto 24 de