COMENTARIO DEL MINISTRO DEL TRABAJO AL INFORME SUBSANAR LAS DESIGUALDADES EN UNA GENERACIÓN.

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1 COMENTARIO DEL MINISTRO DEL TRABAJO AL INFORME SUBSANAR LAS DESIGUALDADES EN UNA GENERACIÓN. ALCANZAR LA EQUIDAD SANITARIA ACTUANDO SOBRE LOS DETERMINANTES SOCIALES DE LA SALUD. Buenos días a todas y todos. Agradezco a la Organización Mundial de la Salud, así como a la Comisión de Determinantes Sociales de la Salud, la invitación a comentar este Informe Final cuyo eje radica en cómo alcanzar la equidad sanitaria actuando sobre los determinantes sociales de la salud. El desafío es sin duda de la más alta pertinencia y el objetivo es tremendamente ambicioso, pues se plantea subsanar las desigualdades en una generación y a escala global. Desde luego, en mi calidad de Ministro del Trabajo y Previsión Social del gobierno de la Presidenta Bachelet, centraré mi comentario fundamentalmente en los aspectos laborales, alternando aspectos de orden general tratados en el Informe con los que conozco más de cerca, referidos al caso específico de Chile. Entrando en materia, como todos sabemos, la salud y la enfermedad tienen determinantes biológicos y genéticos, pero tienen también determinantes económicos, culturales y sociales. Dentro de estos últimos, la relación salud- trabajo es fundamental, particularmente en lo que dice relación con la naturaleza del empleo y las condiciones de trabajo. Sobre estos aspectos podemos y debemos intervenir si nos proponemos lograr los objetivos de equidad señalados. En el ámbito específico del trabajo también es válida una de las premisas de este estudio, con la que coincidimos plenamente, a saber: que Es injusto que haya diferencias sistemáticas en el estado de salud, cuando éstas

2 pueden evitarse mediante la aplicación de medidas razonables. El Informe lo resume de manera muy acertada cuando señala que en esta materia no podemos hablar de un fenómeno natural sino de procesos históricos, donde se conjuga lo económico, lo social, lo cultural y lo político, y que por lo tanto son corregibles, justamente si existe voluntad política para ello. Una segunda premisa, que se vincula directamente a nuestro quehacer como ministerio es que el sector público ha de tomar las riendas a la hora de garantizar el cumplimiento progresivo de las normas laborales internacionales. A este respecto, este gobierno y nuestra coalición en general han sido firmes impulsores del Programa de Trabajo Decente de la Organización Internacional del Trabajo, pues entendemos que constituye una buena base para conciliar dinamismo económico con equidad social, y para atender simultáneamente tanto a la cantidad como a la calidad del empleo. Ahora bien, es claro que el modo como el trabajo puede contribuir a la equidad sanitaria es un desafío que se extiende mucho más allá del solo sector público. El Informe lo sintetiza muy bien cuando señala que mediante la aplicación de prácticas justas en el empleo y el respeto de condiciones de trabajo dignas, los poderes públicos, los empleadores y los trabajadores pueden contribuir a erradicar la pobreza, mitigar las desigualdades sociales, reducir la exposición a riesgos físicos y psicosociales, y aumentar las oportunidades de gozar de salud y bienestar. Además, una mano de obra que tenga buena salud es más productiva. Desde ese punto de vista, cabe hacer varias observaciones respecto de la situación chilena. Una de las característica de nuestro mercado del trabajo es su polaridad, con efectos directos sobre la calidad del empleo. Por un lado, tenemos núcleos duros y nichos de ocupación de alta calificación, más bien estables, adecuadas condiciones de trabajo y niveles salariales altos; por otro 2

3 lado, en los mismos sectores productivos y en las mismas empresas, o bajo su órbita, tenemos una masa de trabajadores flotantes, de baja calificación, alta inestabilidad y bajo nivel de protección social. Junto con esa dualidad característica, tenemos una normativa laboral que consagra amplios grados de flexibilidad, con amplias facilidades para contratar y despedir personal, flexibilidad en la duración de los contratos, en las jornadas laborales y en los sistemas salariales. Una serie de datos disponibles muestran que, para el caso de Chile, es válido lo que señala el Informe, en el sentido que se considera que una mano de obra flexible beneficia la competitividad económica, pero ello repercute en la salud. Y, en específico, que hay una correlación entre los problemas de salud mental y la precariedad en el empleo. Asimismo, existen una relación perversa entre la seguridad y la salud de los trabajadores y las formas de empleo más precarias. En uno de los estudios con que Chile contribuyó a este trabajo, se muestra la clara correlación positiva que existe entre las variables precariedad o calidad en el empleo y la auto-percepción de la situación de salud. En efecto, la proporción de trabajadores con contratos a plazo fijo cuya percepción de salud es mala, es un 69% superior a la de los trabajadores con contrato indefinido, es decir, aquellos estables y con acceso a protección social. Por otro lado, los trabajadores ocasionales o eventuales más que duplican la mala percepción de salud de los trabajadores con contrato indefinido. También se observa una jerarquía clara en términos de autopercepción positiva de salud a medida que uno desciende desde las categorías trabajadores con contrato permanente, trabajadores con contrato a plazo fijo, trabajo por contrato de temporada hasta, finalmente, trabajo ocasional o eventual. 3

4 Estos datos van muy en la línea de los de prevalencia de problemas de salud mental entre trabajadores manuales en España según tipo de contrato, citados en el Informe. Cabe también destacar un dato duro muy significativo. Del total de accidentes graves y mortales ocurridos en el trabajo en el año de referencia 2004, el 60% correspondieron a trabajadores de empresas contratistas, en tanto que el porcentaje total de trabajadores subcontratados en la economía ascendía a sólo el 35% de los ocupados. Se trata de un indicador muy claro de una inequidad manifiesta. Evidentemente, cambiar las condiciones estructurales del mercado del trabajo ya descritas no es un objetivo muy fácil, pero sí lo es adaptar la protección a dichas condiciones, en la medida que sea posible. Ese ha sido uno de los objetivos de la Ley de Subcontratación y Servicios Transitorios aprobada durante este gobierno. En materia de salud ocupacional, esta ley incorpora la responsabilidad de las empresas principales o mandantes sobre la seguridad y salud de todos los que laboren en un mismo establecimiento o faena, sin importar por quién estén contratados. Además, la ley estableció claramente certezas jurídicas sobre las obligaciones laborales de los empleadores, disminuyendo los grados de incertidumbre que, como se sabe, tienen directo impacto sobre la salud mental de los trabajadores. Y, por último, también se hizo cargo de terminar con el así llamado contrato de carne o el arriendo de trabajadores. Junto con esta ley, que había sido un objetivo largamente anhelado por el movimiento sindical, el actual Gobierno se ha esmerado por perfeccionar un sistema de protección social del trabajo durante la vida laboral activa, y ha realizado una reforma del sistema de pensiones para la etapa posterior, sobre la base del fortalecimiento del pilar solidario y cambios en el pilar 4

5 contributivo, promoviendo cobertura universal con mayores grados de equidad. Respecto de lo primero, recientemente se envió un proyecto de ley que perfecciona el seguro de cesantía, sistema que proporciona protección por un tiempo a los trabajadores desempleados. Atendiendo a la realidad de nuestro mercado laboral, se pretende permitir el acceso al fondo solidario a los trabajadores cuyos contratos son a plazo fijo o por obra o faena. Se mejoran los beneficios y se amplía el período de cobertura en momentos en que la tasa de desempleo nacional esté muy alta. Con todo, no debe perderse de vista que, dado el grado de desarrollo de nuestro país y del nivel de los ingresos fiscales, los montos del seguro no permiten contar con la calidad de la protección que pueden proporcionar los países más ricos. No obstante, es un paliativo razonable a la precariedad laboral. Respecto de lo segundo, podemos decir con plena convicción que la Reforma Previsional es el avance más significativo que hemos tenido en el último tiempo en materia de protección social. En efecto, una de las recomendaciones del Informe es Aplicar políticas de protección social universal de amplio alcance, o mejorar las existentes, para que toda la población disfrute de un nivel de ingresos suficiente y pueda tener una vida sana. Y en específico, se insta a los países a integrar a la protección social a los excluidos, en particular a quienes trabajan en el sector no estructurado, el servicio doméstico o la asistencia a otras personas. Uno de los méritos de la Reforma es que se hace cargo de estos desafíos, entre otras cosas, incorporando a los trabajadores independientes a los beneficios del pilar solidario, de cargo estatal; ampliando los incentivos para la formalización del empleo de los jóvenes y el acceso a la protección; y reconociendo los esfuerzos de las personas con trayectorias laborales 5

6 inestables a causa de tener que cuidar a los niños o a personas enfermas. Pero quizás si lo más importante, en lo genérico, es que con esta Reforma vamos definitivamente a eliminar la pobreza en la vejez, un logro muy significativo para un país latinoamericano. En Chile, hoy día se nace con derecho a pensión. Evidentemente que en materia de equidad sanitaria, este acceso a beneficios universales garantizados se complementa con las garantías universales establecidas en el ámbito de la salud, estructurando un paraguas de protección social que es una manifestación de solidaridad institucionalizada con que no contaba el país hace una década. En ese sentido, Chile ha dado un paso muy significativo para dejar atrás el acceso a protección social de calidad basada sólo en una lógica contributiva, que de por sí es profundamente inequitativa. En materia de equidad de género que es otro de los énfasis en las recomendaciones de este trabajo cabe destacar que bajo esta administración, las mujeres han pasado a tener prioridad en los programas de empleo y en la gradualidad del subsidio a los ingresos del trabajo que se pondrá en aplicación a partir de una recomendación del Consejo Asesor Presidencial de Trabajo y Equidad. También son mujeres las principales beneficiarias de la Reforma Previsional y se encuentra en trámite en el Congreso un proyecto de ley que pretende eliminar las discriminaciones y brechas de género en materia salarial. Por otro lado, tal como se señala en el Informe, el desarrollo de la primera infancia determina de forma decisiva las oportunidades en la vida de una persona y la posibilidad de gozar de buena salud, pues afecta la adquisición de competencias, la educación y las oportunidades laborales. Teniendo a la vista esta constatación científica, el gobierno de la Presidenta Bachelet ha impulsado una expansión sin precedentes del acceso a 6

7 cuidado infantil gratuito para las mujeres de los sectores más pobres de nuestro país, que quieran integrarse al mercado laboral. Con ello se han buscado objetivos simultáneos: por un lado, el acceso al cuidado y estimulación temprana de sus niños, con efectos positivos esperados sobre la igualdad de oportunidades a futuro. Por otro lado, el acceso de las mujeres de los quintiles más pobres al empleo, con impacto directo sobre su propia dignidad, la equidad de género y la superación de la pobreza, pues es sabido que un segundo ingreso en el hogar puede ser un factor clave para que la familia abandone dicha condición. La elaboración de este tipo de políticas públicas, que suponen un enfoque multisectorial, considero que es el tipo de mirada que se debe privilegiar para en la línea de lo que el Informe llama medidas razonables avanzar en los objetivos de equidad, creando sinergias entre los distintos componentes de las intervenciones de política pública. Desde luego, si bien he destacado logros, tenemos conciencia que aún queda mucho por hacer desde el área laboral para superar las inequidades en salud. Un tema en el que el Ministerio del Trabajo tiene una ingerencia indirecta, pero no desdeñable, es cómo contribuir a mejorar la equidad en el país, pues de ello derivan consecuencias importantes para la equidad sanitaria. Esto es coherente con el objetivo que plantea este estudio como un desafío pendiente, esto es: construir sociedades más equitativas, pues la estratificación social también crea disparidades en el acceso al sistema de salud y en su utilización, lo que da lugar a desigualdades en la promoción de la salud y el bienestar, la prevención de las enfermedades y las posibilidades de restablecimiento y supervivencia tras una enfermedad. 7

8 En el caso de Chile, esto puede graficarse claramente a través de algunas cifras. Al estudiar los motivos por los cuales las personas con problemas de salud no consultan un médico, y desagregarlas por quintil de ingresos, se obtiene que en el quintil I, un 26,4% no lo hace por problemas de acceso, esto es: pensó en consultar, pero no tuvo dinero, pensó en consultar, pero le cuesta llegar al lugar de atención o pidió hora pero no tuvo acceso. En contraste, para el quintil V las barreras de acceso sólo afectaron al 8,8% del total. Pero hay más: en promedio, en los quintiles I, II y III esto es: todos los pobres más la clase media un 24,5% de las personas no consulta por barreras de acceso, es decir, casi triplican por esta causal al quintil más favorecido económicamente. El Informe señala que, para revertir estas inequidades, se trata de actuar sobre normas, políticas y prácticas sociales que toleran o incluso favorecen una distribución injusta del poder, la riqueza y otros recursos sociales necesarios. En esa perspectiva, desde el Ministerio del Trabajo hemos tratado de aportar a ese objetivo de país, pues sabemos que gran parte de las posibilidades de equidad se juegan en las relaciones laborales y en las condiciones más simétricas y equilibradas en que negocien los actores. De allí nuestro énfasis en el perfeccionamiento de la institucionalidad que facilite la organización de los trabajadores, y que permita una negociación colectiva equilibrada y justa, con un auténtico derecho a huelga. Para decirlo en una palabra, la equidad no depende sólo de las políticas públicas. Ellas cumplen un rol fundamental, pero tanto o más importante es la distribución primaria del ingreso que se juega, justamente, en las relaciones laborales. 8

9 Para ir concluyendo, desde el punto de vista prospectivo, este trabajo plantea algunos desafíos metodológicos, comunicacionales y éticos que no pueden dejarse de lado. En lo metodológico, es claro que debemos dar mayor cabida a los determinantes sociales de la salud en la investigación sobre salud pública. Para que la acción sea eficaz, se requieren datos básicos y mecanismos que contribuyan efectivamente a que esos datos puedan ser interpretados y utilizados en la elaboración de políticas y programas. También cabe mencionar, en lo metodológico, que no estamos hablando de objetivos que involucren sólo al sector sanitario. Lo que es claro es que, en la medida que la relación entre condiciones de empleo y de salud es multifactorial, las políticas que inciden sobre el problema deben ser multisectoriales, articulándose sobre un eje de estrecha colaboración entre los Ministerios de Salud y Trabajo, como opera, por ejemplo, el Plan Nacional de Erradicación de la Silicosis en Chile. Además ello debe hacerse en colaboración con amplios sectores de la sociedad civil, las organizaciones de trabajadores, de empresarios y el sistema universitario. En materia comunicacional, se debe socializar más sobre este tema y se debe enfatizar la urgencia de la acción. En definitiva, el tema de fondo es de naturaleza ética y es evidente que, para alcanzar la equidad sanitaria en una generación, esto debe ser asumido como un objetivo que involucra a toda una sociedad y, a nivel planetario, a la comunidad global. Es decir, no es de recurso exclusivo de los gobiernos ni de los organismos multilaterales. Termino señalando que ha sido muy estimulante comentar un estudio de esta calidad y de este nivel de ambición en cuanto a sus objetivos. Hago votos porque el propósito central, esto es: alcanzar la equidad sanitaria en una generación, pueda cumplirse a cabalidad. En lo que a nuestro país respecta, y 9

10 en específico en lo que es de resorte de nuestro ministerio, trataremos de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que así sea. Muchas gracias. 10