LA NUEVA TELEVISIÓN Y EL MODELO DE PRIVATIVISMO MOVIL : FOMENTO O DEGRADACIÓN DE LA DIVERSIDAD CULTURAL?

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1 LA NUEVA TELEVISIÓN Y EL MODELO DE PRIVATIVISMO MOVIL : FOMENTO O DEGRADACIÓN DE LA DIVERSIDAD CULTURAL? Iñigo Sarriugarte Gómez Universidad del País Vasco 1-Una nueva manera de entender la cultura: Hasta la década de 1980, los principales estudios culturales se enfocaban en ámbitos nacionales, a partir de esa fecha, se centran más en los campos de la liberalización comercial, el alcance global incrementado de las comunicaciones y el consumismo, y, por supuesto, la diversidad cultural. Desde finales del siglo XX, nuestra sociedad ha tendido inexorablemente hacia un mestizaje de razas, etnias, religiones y culturas, lo que genera que la pretendida uniformidad e identidad cultural esté cada vez más fragmentada y diluida en este océano de diversidad cultural. Empiezan a quedar anticuados conceptos como monoculturalismo e identidad unívoca, generándose un listado de nuevos usos como multiculturalismo, relativismo cultural e interculturalismo. De hecho, quedan relegados los distintos modelos monoculturales, donde se planteaban estrategias con una integración cultural forzosa con la pretensión de erradicar las culturas de otras procedencias. Si entendemos por relativismo cultural, aquella cultura marcada por un universo estático y autosuficiente, en la cual la comunicación con el exterior no sólo resulta difícil, sino innecesaria, evidentemente nos estamos situando en la negación absoluta de una interacción enriquecedora, incluso se podría entender este relativismo cultural como aquella cultura que analiza otras culturas desde sus propios valores y no desde los de una cultura ajena. Por este motivo, en la actualidad, se aboga por propuestas educativas multiculturales, con el objetivo de promover encuentros productivos entre diferentes colectivos y grupos étnicos. Este cambio cultural ha generado diferentes tendencias artísticas, como el arte multicultural, el arte desterritorializado y el arte de los otros, que denotan indudablemente la existencia de una serie de notables transformaciones dentro del ámbito socio-cultural. Por otra parte, para George Yúdice, la cultura se ha expandido de una manera sin precedentes al espacio político y económico, al tiempo que las nociones convencionales 1

2 de cultura han sido considerablemente vaciadas. En este sentido, el aspecto de la cultura se debe abordar desde la rápida extensión y fortalecimiento de la globalización. (1) Ahora, se puede hablar de una economía de la cultura, ya que la cultura es un motor de desarrollo económico y capitalista. Incluso, se podría decir que la cultura se ha transformado en la lógica del capitalismo contemporáneo. Esta culturización de la economía ha sido cuidadosamente coordinada mediante acuerdos sobre el comercio y la propiedad intelectual. La nueva fase del crecimiento económico mantiene una indudable relación con la economía cultural. Por otra parte, para Jean-Francois Lyotard (2), el desarrollo de las tecnociencias se ha convertido en un medio de acrecentar el malestar existente en la cultura, no de calmarlo, por este motivo, para el autor, ya no podemos llamar a este desarrollo progreso, ya que este fenómeno parece desenvolverse por si mismo con una fuerza autónoma e independiente de nosotros. La tecnociencia es la que determina el devenir del mundo. Curiosamente, la tecnología venía avalada por promesas de libertad y emancipación, pero la verdad es que la tecnología se ha convertido en un arma claramente económica y de dominación sociocultural. La utopía de sociedades igualitarias marcadas por la aplicación tecnológica parece que no es más que un falso pretexto económico. 2-El papel de la UNESCO en la defensa de la diversidad cultural: El papel que juega actualmente la UNESCO se centra en fomentar un entretejido educativo caracterizado por la diversidad cultural y lingüística a través de la educación, impulsando una producción comunicativa y televisiva basada en contenidos diversificados originarios de diferentes lugares del planeta. La UNESCO plantea una revisión de los programas culturales planetarios, donde se observe con más detenimiento el respeto y el fomento de la diversidad cultural ante la aplastante y continua extensión de una homogeneización cultural marcada por los grandes imperios culturales del mundo anglosajón. Uno de los foros internacionales más relevantes organizados por la UNESCO, que se desarrolla para impulsar la diversidad cultural, ha sido Enfrentamiento a la Racionalidad, celebrado en Porto Novo (Benin), donde tomaron parte más de 100 intelectuales de todos los continentes, con el objetivo de fomentar el acercamiento de las culturas a partir del reconocimiento de sus normas y valores, a la vez que se potenciaba la diversidad cultural. Un foro donde se analizó como el monopolio de la racionalidad occidental se vio resquebrajado por las nuevas corrientes de pensamiento de otras 2

3 regiones, junto con el análisis de los diversos aportes de las investigaciones en ciencias sociales realizados por expertos no occidentales, que abogaban por una mayor diversidad cultural en las puertas del siglo XXI. El objetivo se dirigía a promover la comunicación y el diálogo entre las distintas manifestaciones culturales de todo el mundo. Este tipo de cuestiones se han planteado casi de manera constante en los últimos años ante la progresiva pérdida del patrimonio cultural en diversas áreas del mundo y su vulnerabilidad ante los efectos de la globalización. Hay un llamamiento generalizado desde los distintos ámbitos de la UNESCO, caso del realizado por su Director General, Koichiro Matsuura en la Tercera Mesa Redonda de Ministros de Cultura, celebrada en Estambul del 16 al 17 de septiembre de 2002 bajo el lema El Patrimonio Cultural Inmaterial: Espejo de la Diversidad Cultural, de ahí estas palabras: está en juego nuestra capacidad para desarrollar los vínculos entre la defensa de la diversidad cultural, la preservación del patrimonio mundial y el respeto por un desarrollo sostenible, única garantía de lograr una visión global de la humanidad justa y equitativa (3). En esta reunión internacional, se propusieron diferentes pasos: 1-motivar a los Estados para identificar las formas y materiales del patrimonio de sus territorios; 2-promover la diversidad de formas en las que se manifiesta el patrimonio cultural intangible mediante la adopción de legislaciones nacionales y regionales, con la creación de entidades nacionales administrativas y la introducción de programas educativos específicos; 3- movilizar a la comunidad internacional para preservar esta herencia a través de mecanismos técnicos y financieros, caso de la Proclamación de las Obras Maestras Orales e Intangibles del Patrimonio de la Humanidad. En definitiva, se trata de asentar una interacción entre la acción internacional y las políticas nacionales, que guíen un tipo de política de consenso en defensa de la diversidad cultural, observada como un enriquecimiento para el conjunto de la población. Para ello, se proponen desde la UNESCO foros y conferencias internacionales, leyes nacionales, seminarios regionales y campañas locales, con el propósito de que esta red se pueda ir tejiendo de manera más sólida. Incluso, se puede hablar de la existencia de premios en favor del fomento de la diversidad cultural, caso del Premio Sheik Sayed Bin Sultan Al Nayan, fomentado por los Emiratos Árabes Unidos, y el Premio Arirang, surgido en Corea, siendo ambos un reconocimiento a las diferentes formas de expresión del patrimonio intangible, caso de lenguas, cantos, rituales religiosos y sociales, danzas, representaciones teatrales y técnicas artesanales 3

4 únicas en su género. En definitiva, unos valores claramente defendidos por la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural firmada por los Estados Miembros de la UNESCO hace casi un año, valorándose esta diversidad cultural como una auténtica fuente de desarrollo. 3-Introducción al contexto tecno-comunicativo que rodea el fenómeno de la diversidad cultural: La globalización de las redes de comunicación internacionales y las redes de comunicación multimedia vienen simbolizadas por Internet. Todo se está agilizando de una manera vertiginosa. Internet facilita el desarrollo de redes interactivas multimedia a nivel internacional, lo que difunde una especie de red interplanetaria con fines y objetivos comunes, que tienden a homogeneizar las diferentes pautas culturales. Por este motivo, se observa el uso del término tecnoglobalismo o tecnoglobalización, claramente extraído de otros conceptos como el de aldea global asumido por Marshall McLuhan, quien a su vez lo extrajo de la noción de planetarización empleado por Theilhard de Chardin. Estas extensas redes especializadas de satélites de comunicaciones conforman el soporte físico para la globalización de la información, asumiendo este tejido comunicativo una dependencia tecnológica. El acceso a diversas culturas del planeta a través de los medios de comunicación facilita un mayor conocimiento de sus costumbres y prácticas. La posibilidad de acceder a este entramado cultural implica compartir tales hechos, generando un enriquecimiento de la cultura a nivel individual y colectivo. A medida que evoluciona, se desarrolla y se generaliza el proceso de tecnoglobalización se modifican realidad y conceptos establecidos. Esta intensificación y generalización de la adopción de las tecnologías electrónicas en la producción material y medios de comunicación influyen en la forma en que las cosas, las ideas y las personas se desterritorializan y transculturizan. En este sentido, el globalismo expresa nuevos desarrollos de la realidad social en términos de intensificación y generalización de las fuerzas productivas y las relaciones capitalistas de producción. Gran parte de los logros culturales, sociales y económicos dependen del estado de la tecnología. En este sentido, la globalización de las nuevas tecnologías como el advenimiento de la sociedad de la información han aumentado las posibilidades de acceso de los individuos a una mayor información, de ahí que todos estos cambios conlleven una necesidad continuada de adaptación, formación y reciclaje. La posibilidad de extender las tecnologías de la información a la teleenseñanza constituye un estímulo 4

5 para mejorar las técnicas de formación, como el desarrollo de nuevas técnicas y métodos de presentación de la información o técnicas de adquisición de habilidades y destrezas por medio de laboratorios virtuales. La economía actual se enmarca dentro de un capitalismo claramente enfocado en una interdependencia transnacional. Este capitalismo adquiere una clara correlación con la terminología empleada tanto por Jean Baudrillard al abogar por post-industrialismo, la de George Yúdice y Renato Ortiz con capitalismo transnacional y la de Fredric Jameson con capitalismo tardío. El amplio desarrollo de las tecnologías de la comunicación ha ido de la mano del crecimiento del capitalismo y su extensión en busca de nuevos mercados. Esto ha permitido acreditar al media como la fuerza ideológica dominante del consumidor capitalista que crea nuevos deseos y necesidades. No obstante, hay que señalar que la emergencia de las comunicaciones globales viene acompañada del aumento de ciertos grupos de poder, que intentan presentar perspectivas y tecnologías de acuerdo a sus intereses. Este entramado tecno-comunicativo se posiciona dentro del capital transnacional, donde los circuitos financieros resultan más atractivos y son más lucrativos que la producción de bienes de consumo, de ahí, la constatación de crecimiento económico sin generación proporcional de empleo. (4) Dentro de este proceso tecnoglobalizador, encontramos la aparición de un nuevo tejido caracterizado por un proceso de universalización del tecno-capitalismo, como método de producción y proceso civilizador, que viene avalado por las nuevas tecnologías, el desarrollo de nuevos productos y costumbres consumistas, donde las fuerzas productivas básicas, que incluyen el capital, la tecnología, la fuerza de trabajo y la división del trabajo exceden de las fronteras geográficas, históricas y culturales. En este ámbito, las empresas transnacionales no sólo deben ocuparse de la creciente diversidad de la fuerza laboral, particularmente cuando las poblaciones migran alrededor del mundo, sino de los nuevos lugares de comercialización, de ahí que el mercado global preste atención a los valores fluctuantes secundarios y subculturales. En este sentido, debemos afirmar que la diversidad de valores dentro del mercado global para captar y retener una gama en expansión de públicos no se limita al análisis de mercado, sino que se extiende a la educación y al empleo, así como al concepto de diversidad cultural. Los protagonistas de la globalización no son las nuevas tecnologías en sí mismas, sino las megaempresas globales que han promovido la integración de economías, la 5

6 desintegración de la política, la reducción o desplazamiento al Tercer Mundo del empleo, desencadenando una oleada proletarizante de los sectores medios y un profundo empobrecimiento de las capas bajas. De hecho, para algunos esta globalización no es más que una nueva forma de neocolonialismo o imperialismo del capital (5), que resquebraja sociedades y fronteras ante unos intereses claramente establecidos. El número de empresas transnacionales que había desde los años 60 ha crecido considerablemente. A nivel del mercado mundial, se estima que alrededor del 40% del comercio no se realiza a través de un mercado enfocado hacia el ciudadano del mundo, sino hacia un comercio intra-empresarial (6). El capitalismo global tiene como meta atraer a nuevos públicos consumidores y manejar una fuerza laboral diversa, engalanándose de manera engañosa de todos los atributos del multiculturalismo y de habilitación legal, política y social de la diversidad. De cara a buscar, soluciones se plantea la reestructuración del sistema económico para desalentar la producción y el consumo de bienes no básicos; asegurar que los países desarrollados se hagan responsables de compensar el uso desproporcionado de recursos; facilitar el consumo y la producción acordes con la capacidad productiva de la Tierra; restringir la producción de bienes con una obsolescencia inherente; reutilización y reciclaje; creaciones de asociaciones con gobiernos, comercios, organizaciones comunitarias y benéficas. Este tipo son las propuestas que se presentan para una ciudadanía global, aspectos que se contraponen claramente a las políticas de consumo. 4-El fenómeno de la televisión: Se ha asumido que la imagen en nuestra época no se diferencia de la de cualquier objeto artístico, de hecho, esta se hace mercancía y mercancía devaluada, dado que asume la forma de un bien cultural, que supuestamente debería responder a las necesidades de diversión y de distracción. Por lo tanto, la imagen está sometida a procesos de estandarización, quitándole todo tipo de identidad y presentándose como un trabajo preorganizado. Se produce una compleja red de analogías entre los media y el mercado. De hecho, no son los productos comerciales del mercado los que en publicidad se convierten en imágenes, sino que son los propios procesos narrativos y de entretenimiento de la televisión pública los que se convierten en mercancías. En esta nueva cultura, los contenidos de los media se convierten en mercancías. Los media se insertan con claridad en el mercado, certificando su identificación como una realidad literal. En este sentido, Raymond Williams (7) afirma 6

7 que los sistemas comerciales a menudo obscurecen la distinción entre las superfluas necesidades humanas respecto a los productos y los servicios y las auténticas y verdaderas necesidades dentro una regularización más democrática. La publicidad es capaz de jugar su particular partida con soluciones mágicas, que no hacen más que generar verdaderos espejismos, por esto mismo, se plantea una postura en pro de la identidad y el respeto. Entre los diferentes medios de comunicación de masas: prensa, radio y televisión, el que mayor protagonismo ejerce en la vida de los usuarios resulta este último. Se trata del medio que más poder acumula y más influye en los sectores sociales, fomentando valores diversificados en la juventud, tanto a nivel ideológico como de comportamiento, al igual que influye de manera decisiva en los sectores infantiles. Su potencial y capacidad interactiva se acentúa de manera considerable con los avances tecnológicos y económicos, de ahí que su adecuado uso sea muy rentable y productivo en la comunicación y educación de la población. Se dice que la actividad de sentarse frente al televisor es la actividad a la que le dedicamos más tiempo después del sueño. E incluso, podríamos ir más allá y observar que se trata de un medio muy importante de socialización, junto a la familia y la escuela. Por este motivo, todos los análisis que se ciernen sobre este medio resultan de gran interés de cara a clarificar los caminos hacia una televisión más cultural, educativa y que muestre una tendencia por la diversidad cultural. Su potencial mediático en la población es fundamental, generando todo tipo de costumbres, hábitos y formas de pensamiento. La televisión resulta uno de los medios fundamentales de socialización en la población, de ahí la necesidad de interacción entre todos los agentes posibles para adecuar este medio hacia una reorientación adecuada y más alejada del privatismo móvil, el control político e ideológico y la excesiva comercialización. La televisión ha alterado pautas tradicionales, por ejemplo, la pantalla televisiva se encuentra enclavada en los diferentes espacios domésticos, de hecho, ya no se dispone de una única habitación para esta, sino que se distribuye por los diferentes rincones del hogar e incluso los salones y salas se decoran y componen a partir del punto focal donde se encuentra el aparato de televisión. Igualmente, se han roto todas las misivas temporales, ya que la televisión es vista en cualquier momento del día e incluso en cualquier día de la semana, sea laboral o festivo, es decir, se ha convertido de manera espacial y temporal en un utensilio de la más pura cotidianeidad. 7

8 En la actualidad, tenemos en tiempo real cualquier noticia del mundo. Esta ventaja del uso del tiempo real en la televisión y otros medios de comunicación proporciona una nueva manera de percibir el tiempo y el espacio, es decir, altera toda nuestra experiencia del tiempo y del espacio, lo que se manifiesta en la manera de contar la información y los sucesos. Este medio agiliza el fenómeno de la globalización, ya que la separación física y espacial ya no resulta ningún problema. 5-Televisión y diversidad cultural: En la cultura visual actual, siempre hay una pantalla. Como hemos dicho, la televisión representa el espejo de la sociedad, aportando diferentes claves del comportamiento social. Igualmente, hoy en día, la televisión es una herramienta tecnológica, en la medida en que esta asume grandes cambios. De hecho, una de las primeras grandes transformaciones se podría decir que fue el fenómeno digital, que deriva en progresos realizados en materia de transmisión y, en particular, en lo que se refiere a la comprensión del envío de señales. Esto supone que donde antes había seis cadenas generales, ahora se pueden situar sin grandes obstáculos tecnológicos más de sesenta. La televisión actual asume cambios importantes, por ejemplo, desaparece el concepto de público en general de la televisión. Antes cuando un político se dirigía a un país (años 60 o 70) utilizaba una de las dos cadenas televisivas para lanzar un mensaje a la audiencia global, ahora con las cadenas privadas, autonómicas, locales y de pago, esta situación ya no resulta tan rentable y la masa de espectadores queda dispersa como masa receptora del mensaje. El concepto de centralidad del discurso televisivo ha perdido todo tipo de carácter productivo, disgregándose el sentido de cohesión nacional de la televisión. La diversidad cultural se ve favorecida por el aumento de las cadenas televisivas, al ampliarse su número a privadas, digitales, autonómicas y locales. Esta multiplicación de cadenas favorece la pluralidad cultural e ideológica, siendo un interesante aliciente en el desarrollo cultural de una población. En la actualidad, distintas asociaciones de telespectadores y de televisiones mundiales, caso de la Asociación de Televisión Educativa Iberoamericana ( o L Association Internationale des Télévisions d Education et de Découverte ( están impulsando con cierta solidez el fomento de la diversidad cultural bajo programas de cooperación internacional a la vez que se intentan reforzar los valores de programaciones culturales y educativas. 8

9 La existencia de cadenas autonómicas, privadas y locales, contribuyen a esta dispersión de la audiencia, que en general beneficia la oferta de una diversidad cultural. De hecho, podríamos decir que las televisiones locales son los medios que más favorecen acciones socio-culturales a nivel municipal y comarcal. Muchas de estas parecen asumir márgenes de mayor libertad y acción, ofertando programaciones totalmente diferenciadas de las que se pueden observar en las grandes cadenas. Su existencia favorece el campo de la diversidad cultural y la pervivencia multicultural. No obstante, muchas de estas pertenecen a grandes grupos de comunicación como Localia TV, con una serie de televisiones locales repartidas por todo el país, exactamente unas 60. Otras pertenecen a PRETESA, filial del grupo PRISA. Esta compañía produce y adquiere programas de televisión, para su posterior emisión en las cadenas locales, donde se combinan similares paquetes de programación. A pesar de esta supuesta homogeneización, todas las cadenas locales mantienen pautas propias y enraizadas con el lugar de ubicación, lo que favorece una cultura plural. Resulta muy difícil que las propias televisiones locales se pueden ver fuera de las habituales presiones económicas y de poder, que generalmente se dan en las grandes cadenas. No obstante, estas siguen mostrándose con mayor libertad e incluso abanderando la oferta de la diversidad cultural. A nivel político, su actitud suele mostrarse mucho más democrática que en otras cadenas, sirva de ejemplo en TeleBilbao el programa La Capital, donde se vierten todo tipo de opiniones sobre la situación política en el País Vasco, lejos de cualquier limitación tanto en una dirección como en otra. La falta de control político e ideológico resulta uno de los mejores exponentes de una televisión no controlada por grandes poderes mediáticos y comerciales. Por este motivo, quizás el ámbito de las televisiones locales pueda ser uno de los principales acicates en el desarrollo de la diferenciación y diversidad cultural, desarrollando mayores relaciones comunitarias. El margen que analizan casi todas las televisiones es la rentabilidad económica, junto a la rentabilidad política de las televisiones públicas, pero quizás en las televisiones locales aunque tristemente se pueda dar este aspecto, vemos de manera optimista como la propia rentabilidad social resulta un elemento fundamental. De momento, parece uno de los medios más apropiados para la integración comunitaria, el fomento de la diversidad cultural, la creación de espacios libres de reflexión y más cercanos para el ciudadano y su experiencia vital. Es en estos espacios, donde la opinión de los particulares y del ciudadano se puede expresar con más nitidez y conciencia del 9

10 problema. En el continuo proceso de homogeneización tecnoglobalista parece que las televisiones locales se comportan como pequeños islas en un océano dominado por corrientes culturales planetarias de tinte anglosajón y comercial. Uno de los foros más relevantes en torno a la televisión y la diversidad cultural se llevó a cabo en Nueva Delhi, del 21 al 27 de agosto de 2003, donde la UNESCO y el Public Service Broadcasting Trust de India invitaron a numerosos realizadores y directores de televisión de los diversos continentes a participar en el Foro y Festival sobre Televisión de Servicio Público y Diversidad Cultural. En este Foro, se pudieron observar algunas de las producciones más originales, con el propósito de generar una reflexión sobre cuestiones de producción y distribución de contenido local en los medios de comunicación. De igual manera, se realiza un análisis sobre la televisión de servicio público y su relación con la multiculturalidad. Gran parte de las producciones expuestas se caracterizaron por la originalidad de los procesos y los contenidos, rompiendo pautas y convencionalismos temáticos y de pensamiento, siendo a su vez máximos exponentes de la expresión originaria de la cultura de cada lugar de procedencia. Public Service Broadcasting Trust de India ha intentado fomentar una cultura pública de radiodifusión, generando una serie de valores democráticos para los ciudadanos. Se ha abogado por un replanteamiento de la televisión pública, caracterizada más por su acercamiento a las necesidades socio-culturales del espectador que a intereses de mercado o de manipulaciones ideológicas. En definitiva, se plantea un trabajo de libertad de expresión, sin limitaciones y sin cortapisas u orientaciones mercantilistas, que abogará por el acercamiento del ciudadano hacia unas propuestas caracterizadas por la diversidad cultural. Sabemos que todos los medios de comunicación han nacido bajo una orientación de servicio público, resultando especialmente destacable la televisión por su capacidad de acercamiento y extensión entre las diferentes capas de los usuarios, indiferentemente de su edad o condición social. De ahí, que sea necesario fomentar propuestas relacionadas con la televisión cultural y educativa. La diferencia entre ambos ámbitos residiría en que la primera persigue una difusión cultural, mientras que la segunda se centra en una propuesta integral de formación, basada si queremos en postulados de carácter casi más académico. Estas dos modalidades televisivas son las que mejor responden al fomento de la diversidad y la interculturalidad, abarcando un amplio abanico de valores culturales y de 10

11 condiciones sociales, aspectos que redundan más en los valores humanos y no tanto en sus necesidades consumistas. 6-El privativismo móvil de la televisión y la diversidad cultural: El papel de la televisión dentro de los medios de comunicación resulta fundamental y esencial, de ahí que las grandes empresas enfoquen sus pautas comerciales sobre este agente, valorando su utilización desde un punto de vista notablemente empresarial. Este medio, que ocupa una parte central de nuestras vidas culturales, puede estar determinada por la política, el estado o lo que ha venido a denominarse el privativismo móvil (8). La televisión se relaciona con el capital privado, cuyos intereses dominan el desarrollo de la comunicación tecnológica. Lo que se pierde es la noción de política pública, generando una regularización que aleja cualquier noción de cultura que no tenga salida en el mercado dominante. En esta misma línea, para Nick Stevenson (9), el desarrollo de las nuevas tecnologías y las formas culturales parecen ser dependientes de los modos privatizados de consumo más que de los principios de un debate abierto. De ahí, que se busquen nuevas maneras en las que la sociedad civil puede redescubrir la ética de la solidaridad y la racionalidad crítica. Prácticamente, la mayoría de los teóricos en este campo, caso de F. Jameson, abogan por lograr una especie de semi-autonomía de la esfera cultural, la cual ha sido totalmente desmantelada por los mecanismos del capitalismo tardío. Esta semi-autonomía beneficiaría tanto las libertades sociales como el fomento de la diversidad cultural. La programación televisiva se ha tenido que adaptar al mercado, que, a su vez, se veía determinado por el consumo de los hogares. En otras palabras, la tecnología de la televisión tenía que buscar las necesidades de las condiciones privadas de recepción. Esta condición, definida como privativismo móvil, es contrabalanceada por la política estatal de la emisión pública. La idea del servicio de emisión pública puede ser tanto paterna como democrática, impulsando una cultura nacional definida estatalmente. Sin embargo, desde los años 70, el principal desarrollo ha sido la expansión y transformación de los medios de comunicación controlados estatalmente a unas formas globales y comerciales de televisión, que en nada benefician el desarrollo de la diversidad cultural. Esta nueva situación ha creado un mercado mundial en la televisión, de hecho, el desarrollo de los sistemas por satélite y los sistemas por cable han impulsado parte de este cambio. En 11

12 este sentido, podemos decir que el capitalismo de mercado mundial en la producción cultural ha erosionado la dominancia del control estatal. La propia competencia comercial de las redes televisivas conlleva una carrera en pro de las mejores imágenes que alimenten la idea de la espectacularidad. Las transmisiones de actualidad y, en especial, los espacios informativos tienden a concretarse bajo pautas semejantes a los de la dramatización espectacular, buscando las imágenes más impactantes y sorpresivas, aspectos totalmente alejados de fundamentos más educativos y de diversidad cultural. En este sentido, uno de los problemas actuales es el proceso de espectacularización, que se está dando en la televisión, enseñándonos la realidad y su peor lado como parte de un espectáculo. La televisión se ha convertido en un lugar de espectáculo doméstico, ya que todo lo que se trasmite por la pantalla genera una orientación hacia esta línea. La cotidianización de la espectacularidad destruye a la espectacularidad misma, alterando lo que en un principio se presentaba como espectáculo. Por lo tanto, al cotidianizarse el espectáculo este pierde su verdadero valor y carisma, si entendemos que el espectáculo se presenta como algo que rompe lo cotidiano. Stuart Hall (10) realizó un análisis en los años 40 y 50 sobre los efectos de los media en las escuelas. El objetivo de esa investigación era establecer el impacto medible de los media en el comportamiento humano y su conclusión fue que estos no eran ni peligrosos ni dañinos y que, a la vez, reforzaban las normas y los valores mantenidos por una sociedad plural. Sin embargo, en la actualidad, el redescubrimiento de la ideología de los estudios de los media ha introducido una noción de poder y una visión más crítica sobre la construcción de lo real. Ahora, los estudios abordan una visión muy diferente, ya que los efectos tienden a ser claramente negativos. De hecho, en lo que se refiere a la televisión, la audiencia queda marcada por procesos de comercialización e institucionalización, aspectos peligrosos que tienden al control del individuo. De ahí, que, por ejemplo, teóricos como Ien Ang (11) describan el flujo televisivo como un ir y venir de programas, alejándose de cualquier impresión de profundidad y desde luego de una formación educativa y cultural. La televisión se ha convertido en un medio de relajación privatizada. Por este motivo, se propone con la apertura de canales de comunicación un foro crítico para un mayor reforzamiento moral y ético del público. Incluso, otros teóricos van más allá, caso de José Luis Brea, al afirmar lo siguiente: pensar en una TV que realice o pueda realizar un servicio positivo a los objetivos de democratización del espacio social es ponerle una 12

13 vela al aparato de control, poder y desarme ciudadano que más poderosa y terriblemente esquilma en nuestros días el tejido social y evapora en él toda posibilidad de trabajar por un proyecto de democratización concreta, el dispositivo que más sangrantemente estrangula cualquier posibilidad de comunicación auténtica en el espacio público (12). En este sentido, el autor plantea una postura pesimista respecto a llevar una acción o un cambio en el ámbito televisivo, a no ser que se generen opciones como la anti-tv o una televisión no dominada y controlada por los márgenes de la audiencia. Si la televisión sigue moviéndose bajo esta pauta lo único que puede producir son resultados negativos a modo de instrumento de control y degradación moral e intelectual de la audiencia, generando una clara aculturación y alejamiento de pautas relacionadas con la diversidad cultural. 7-Últimas tendencias de la televisión y diversidad cultural: La televisión está sufriendo transformaciones al igual que lo están asumiendo el resto de los mass media, claramente alterados por los constantes avances tecnológicos que se están produciendo. Especialmente, se produce el crecimiento de tres soportes muy fuertes: la televisión, el teléfono y el ordenador. Dentro de este engranaje tecnológico, no podemos olvidarnos de Internet, que ha sido quizás uno de los principales fenómenos sociotecnológicos de finales del siglo XX. La televisión está asumiendo un desarrollo creciente en sus fundamentos y en los modos de transmisión, siendo ya algo habitual la televisión interactiva digital y la televisión por cable. La puesta en circulación de cada vez mayor número de satélites facilita el afianzamiento de una televisión más tecnificada, aspecto que se ve claramente beneficiado por la liberalización de las comunicaciones vía satélite promovidas por la Unión Europea. El paso de una televisión generalizada por una televisión digitalizada y especializada es una orientación cada vez más patente en este medio, lo que permite el desarrollo de la diversidad cultural, con audiencias diversificadas, que vienen avaladas por las premisas del desarrollo multicultural. Con la televisión digital, se permite el uso de una sola línea o conexión vía satélite para transmitir un amplio número de canales digitales. Si en un sistema analógico existe un minuto de recepción de cualquier programa, en un forma digital se pueden recibir más de cien programas. Esta tendencia televisiva, cada vez más especializada y diversificada, en su intento de alcanzar todo tipo de audiencias, dispone 13

14 de programaciones totalmente enfocadas hacia sectores concretos que fomentan la pluralidad cultural. Para algunos expertos, el futuro de la televisión e Internet es una de las vías que más se va a consolidar, presentándose como una única herramienta en vez de sustentar dos soportes físicos diferenciados. En este sentido, este aspecto ya es revolucionario para la televisión, ya que altera y transforma absolutamente toda su capacidad y la manera que tenemos de entender este medio. Esta futura fusión televisión digital y redes interactivas en línea multimedia (Internet) ya ha asumido el término de Intervisión, Transnet o WebTV. Bajo la denominación de este último, se ofrece un sintonizador que permite, a partir de un repetidor, tener una especie de guía interactiva en la red de lo que se está transmitiendo en este mismo momento en la televisión. Hay cadenas públicas, como PBS, que tienen un programa de Internet y una emisión de televisión, funcionando ambos en paralelo. En definitiva, podemos decir que se tiende a una televisión interactiva y sustentada en la red. El futuro tiene el reto a corto plazo de fusionar estos dos medios, que nos llegan en muchos casos por vía satélite. Por ejemplo, en Francia, se ha presentado hace unos años una especie de decodificador llamado Netbox, que hay que poner en la televisión, junto con la conexión a un hilo en el teléfono y otro en la toma perital. Dentro de poco, será habitual disponer en todas las casas de una única pantalla donde se pueda llamar, ver la televisión, ver un vídeo y todo bajo el soporte de Internet. Evidentemente, todos estos avances tecnológicos de gran difusión permitirán ofertar una mayor pluralidad programativa, que redundará en la riqueza multicultural del medio comunicativo, y en su caso también en una televisión más educativa y cultural. Citas: 1-Yúdice, G. (2002), El recurso de la cultura. Usos de la cultura en la era global, Barcelona: Editorial Gedisa, p Lyotard, J.-F. (1987), La Posmodernidad (explicada a los niños), Barcelona: Editorial Gedisa, pp Veasé la página web 4-Ferreiro García, R. (2002), La tecnología como soporte del proceso de globalización, Lección inaugural en la solemne apertura del Curso Académico , A Coruña: Universidade da Coruña, p Fornet-Betancour, R. (2001), Transformación Intercultural de la Filosofía, Bilbao: Desclée, pp Yúdice, G. (2002), El recurso de la cultura. Usos de la cultura en la era global, Barcelona: Editorial Gedisa, p Williams, R. (1980), Problems in Materialism and Culture, London: Verso, p

15 8-Williams, R. (1974), Television: Technology and Cultural Form, London: Fontana/Collins, pp Stevenson, N. (1995), Understanding Media Cultures. Social Theory and Mass Communication, London: Sage Publications, p Hall, S. (1982), The rediscovery of ideology: return of the repressed in media studies, en Gurevitch, M., Culture, Society and the Media, London: Methuen. 11-Ang, I. (1985), Watching Dallas : Soap Opera and the Melodramatic Imagination, London: Methuen, p Brea, J.L. (2002), La era postmedia. Acción comunicativa, prácticas (post)artísticas y dispositivos neomediales, Salamanca: Centro de Arte de Salamanca, p